You are on page 1of 263
Antonio Gramsei Cuadernos de la carcel Edici6n critica del Instituto Gramsci A cargo de Valentino Gerratana Tomo 2 Cuadernos 3 (XX) 1930 4 (XIII) 1930-1932 5 (IX) 1930-1932 o Ediciones Era ‘Traduecién de Ana Maria Palos Revisada por Tosé Luis Gonzdlez Prisera edicién en italiano: 1975 ‘Titulo original: Quaderni del carcere © 1975, Giulio Einandi editore spa, Turin Primora edicion en espanol: 1981 ISHN: 908-41 L074X ISBN: 968-411-075-8 ‘Derechos reservados en lengua espafiola © 1981, Ediciones Bra, S.A. ‘Avena 102, México 13, D. F. Impreso y hecho en México Printed end dade in Mexico INDICE, Tomo 1 uu 37 Prefacio, de Valentino Gerratana Cronologia de la vida de Antonio Gramsci Cuadernos de Ja earcel 73° Cuaderno 1 (XVI) 1929-1930 Primer euademo 197 Cuaderno 2 (XXIV) 1929-1933 Miscelénea I Apéndice 309 _L. Deseripeién de los cuadernos 323 TT. Notas TOMO 2 11 Cuaderno 3 (XX) 1930 129 Cuaderno 4 (XM) 1930-1932 245 Cuaderno 5 (IX) 1930-1932 Apéndice 367 I. Deseripcién de los cuadernos 375 IL. Notas | TOMO 3 Cuaderno 6 (VIII) 1930-1932 Cuaderno 7 (VIL) 1930-1931 Cuaderno 8 (XXVIM) 1931-1932 TOMO 4 Cuaderno 9 (XIV) 1932 Cuaderno 10 (XXXII) 1932-1935 La filosofia de Benedetto Croce Cuaderno 11 (XVIII) 1932-1933 Cuaderno 12 (XXIX) 1932 Apuntes y notas para un grupo de ensayos sobre Ja historia de los intelectuales tomo 5 Cuademo 13 (XXX) 1932-1934 Notas breves sobre la politica de Maquiavelo Cuaderne 14 (4) 1932-1935 Cuaderno 15 (11) 1933 Cuaderno 16 (XXII) 1933-1934 ‘Temas de cultura, 19 TOMO Cuaderno 17 (IV) 1933-1935 Cuaderno 18 (XXXIT-IV bis) 1934 Nicolés Maquiavelo TI Cuaderno 19 (X) 1934-1935 6 Cuaderno 20 (XXV) 1934-1935 Accién Catdlica / Catdlicos integrales / jesuitas / modernists Cuademno 21 (XVII) 1934-1935 Problemas de Ja cultura nacional italiana, 19 Literatura popular Cuaderno 22 (V) 1934 Atvericanismo y fordismo Cuaderno 23 (VI) 1934 Critica fiteraria Cuaderno 24 (XXVII) 1934 Periodismo Cuaderno 25 (XXII) 1934 Al margen de la historia. Historia de los grupos sociales subalternos Cuaderno 26 (II) 1935 ‘Temas de culture, 2° Cuaderno 27 (XL) 1935 Observaciones sobre el “folklore” Cuaderno 28 (IIL) 1935 Lorianismo Cuaderno 29 (XXI) 1935 Notas para una introducci6n al estudio de ta gramética iNDICES Cuaderno 3 (XX) 1930 § . Lov intetectuales franceses, Bn las Nouvelles littéraires del 121 de octubre de 1929 en un articulo “Deux époques litteraires et d'angoisse: 1815-1830 et 1918-1930", Pierre Mille cita ‘un azticulo de André Berge en la Révue des Deux Mondes: “UEspri i ” ‘el que se sefiala Ia inguietud de las jovenes generaciones literati cesas: desilusién, malestar ¢ incluso desesperacién; ya no se sabe por ‘qué se vive, por qué se est sobre la tierra, Segin Mille, este estado de 4nimo se aseineja a aquél del que nacié e} romanticismo, con esta dife- rencia: que los roménticos se Tibraban de 1 mediante ta efusi6n lite- raria, con el lirismo, con “palabras” (pero es esto verdad? el romanti- cismo también fue acompafiado por heshos: el 30, el 31, el 48; hubo efu- sién lteraria, pero no slo ésta). Hoy, por el contrario, las jévenes generaciones ya no ereen en Ia literatura, en el lirismo, en la efusién Verbal, por la que experimentan horror; predomina ef aburrimiento, el isgusto. Para Mille se trata de esto: no es tanto Ja guerra Io que ha cambiado ef mundo; se trata de una revolucidn social: se ha formado un “super- capitalismo” que, aliado técitamente a fa clase obrera y a los campe- os, aplasta a Ta vieja burguesia. Mille quiere decir que en Francia ha iabido un desarrollo industrial y bancario ulterior y que la pequefia y mediana burguesfa que antes parecian dominar, estin en crisis: © sea, crisis de los intelectuales. La guerra y la revoluciéa rusa han acelerado el ‘movimiento que ya existia antes de agosto de 1914, Crisis econdmica de las clases medias que “n’arsivent méme pas & concevoir que vingt-cing francs ne valeat plus que cent sous” y “voudraient que ce soit comme ‘avant; los obreros que piensan: all, al este, hay un pais donde el pro- letariado os dictador, clases que en el pasado eran dirigentes, y ahora ya no dirigen, que suefian con Ia Italia fascista. Mille escribe que es preci- samente “oportuno” lo que pide Emmanuel Berl en la Mort de la pensée Bourgeoise descando que los escritores, burgueses en un 90%, jtengan simpatias por quienes desean desposeerios! Algunos aspectos del cuadro me Parecen exactos ¢ interesantes. La vieja Francia pequefioburguesa atraviesa una crisis muy profunda, pero que atin es mas moral que in- ‘mediatamente politica. © En of manusetito, sobre “Ia inguietud” Ia variante interlineal: “el malestar” 3 1 bis 5 <2>. Julien Benda, Un articulo suyo en Nouvelles Littéraires del 2 de noviembre de 1929: “Comment un écrivain sert-il Puniversel?”* es ‘un corolario del libro La tratcidn de los inielectuales.? Alude a una obra reciente, Esprit und Geist de Weehssler, en. la que se trata de demostrar Ja nacionalidad del pensamiento y de ‘explicar que ef Geist alemin es muy distinto de} Expr francés; invita a los alemanes a no olvidar este particulatismo de su cerebro y sin embargo piensa en trabajar para la uunién de los pueblos en virtud de un pensamiento de André Gide, segén cl cual se sirve mejor al interés general cuanto més se es particular. Benda recuerda el manifiesto de los 54 escritores franceses publicado on el Figaro del 19 de julio de 1919, “Manifeste du pasti de MIntelligence” en el que se decia: “;Acaso no es nacionalizéndose como una literatura adguiere una significacién més universal, un interés més humanamente general?” Para Benda es jusio que a lo universal se le sirve mejor cuanto més se es particular. Pero una cosa es ser particulares y otra cosa es predicar el patticulatismo. Ahi esté el eqnivoco del nacionalismo, que en base a este equivoco pretende a veces ser el verdadero universalista, el verdadero pacifista. Nacional es distinto de aaelonaiista. Goethe era “nacional” aleméa, Stendbal “nacional” francés, pero ni uno ni otro eran nacionalistas. Una idea no es eficaz sino ex expresada de algin modo, artisticamente, o sea particulammente. Pero un espiritu es particular en cuanto nacional? La nacionalidad es ‘una particulatidad primaria; pero el gran escritor se particulariza entre sus connacionales y esta segunda “particularidad” no es la prolongacién de Ja primera. Renén, en cuanto Rendn, no es en absoluto. una consecuencia necesaria del espiritu fran- cés; él es, en relacién a este espicitu, un acontecimiento original, arbi trario, impredecible (como dice Bergson). Y no obstante Renin sigue siendo francés, asf como el hombre, aun siendo hombre, sigue siendo un mamifero; pero su valor, igual que para el hombre, est precisamente en_su diferencia respecto del grupo donde naci6, Eso es precisamente lo que no quieren Jos nacionatistas, para los cua- les el valor de los maestros* consiste en su parecido con ei espititu de su srupo, en su fidelidad, en su puntualided para expresar este espiritn. (que por otra parte es definide como el espiritn de los maestros," por ln que se acaba siempre por tener razdn). {Por qué tantos escritores modernos dan tanta importancia al “alma nacional” que dicen representar? Fs itil para quien carece de persomali- dad, decrefar que lo esencial es ser nacionales. Max Nordan esctibe de uno’ que exclamé: “Decia que no soy nada. Pues bien, soy al menos algo: js0y un contempordneo!” Asi, muchos dicen ser escritores france- sisimos, eteétera (de este modo se constituye una jerarquia y una orga- En ol manuyerito, encima de “maestros” Ja variante interlineal; “grandes inte- lectuates", 14 nizaciéa de hecho y esto es lo esencial de toda 1a cuestién: Benda, como Croce, examina la cnestién de los intelectuales haciendo abstraccion de la situacién de clase de los intelectuales mismos y de su funcién, que se fa venido precisando con la enorme difusion del libro. y la prensa periédica).* Pero si esta posicién es explicable para los mediveres, jeémo explicarla en las grandes personalidades? (seguramente Ia explicacién esti coordinada: las grandes personalidades dirigen a los mediocres y asf par- ticipan necesariamente de ciertos prejuicios précticos que no son danas a sus obras). Wagner (cfr. el Ecce homo de Nietzsche) sabia lo que hacia afirmando que su arte era Ta expresién del genio alemén, invitando asf a toda una raza a aplaudirse a sf misma en sus obras. Pero en mu- chos, Benda ve como razén de este hecho Ia creencia de que el espiritu es bueno* en la medida en que adopta una cierta manera colectiva de pensar, y malo cn cuanto trata de individualizarse. Cuando Barrts ¢s- cribia: “C'est le role des mattres de justifier les habitudes et préjugés qui sont ceux de la France, de maniére A préparer pour le mieux nos enfants a prendre Teur rang dans Ja procession nationale”, pretendia_precisa- mente decir que su deber y el de los pensadores franceses dignos de este nombre, era entrar, también ellos, en esa ptocesién, Esta tendencia ha tenido ofectos desastrosos en la literatura (insince- ridad). En politica: esta tendencia a la distincién nacional ha hecho que | ia guerra, en vez de ser simplemente politica, se haya convertido en una guerra de almas nacionales, con sus caracteristicas de profundi- dad pasional y de ferocidad. ‘Benda conciuye observando que todo este afin por manteuer 1a nacio- nalizaci6n del espiritu significa que el espiritu europeo esta naciendo y que es en el seno del espiritu exropeo donde el artista tendré que indivi- Gualizarse si es que quiere servir alo universal. (La guerra ha venido a demostrar que estas actimdes aaconalistas no eran casuales © debidas 4 causas intelectuales —errores l6gleas, etcétera—: estaban y siguen es- tando vinculadas a un determinado periodo hist6rico en el_que sélo la ‘uni6n de todos Tos elementos uacionales puede ser una condicién de vie~ tora. La jucha intelectual, si se Neva adelante sin una lucha real que tienda a cambiar esta situaci6n, es estéril. Es verdad que el esptrita europeo esté naciendo, y no solamente el europeo, pero precisamente es0 agudiza el cardcter nacional de los intelectuales, especialmente del estrato més elevado.) § <3, Intelectuales alemanes. 1) Hans Frank, El derecho y la ine justicia, Nueve relatos que son nueve ejemplos para demosirar que En ol manusctite Is palabra “bueno” esta entre paréntesis afadidos en un segun- do momento, 15 2 bis summuum jus, summa injuria. Frank no es un joven que quiera hacer paradojas: tiene cincuents afios y ya ha sido publicada una antologia de sus relatos de historia alemana para las escuelas. Hombres de fuertes eon- vicciones. Combate el derecho romano, Ja dua ler, y no ya esta o aquella fey inhumana o anticuada, sino la nocién misma de norma juridi de una justicia abstracta que genereliza y codifica, define e} dolito y promuncia la sancin. Fste de Hans Frank no es un caso individual: es eb sintoma de un estado de fnimo. Un defensor del Occidente podria ver on ello la rebe- ida del “desorcen alemin” contra ef orden latino, de Ia anarquia senti- ‘mental contra Ja regla de Ia inteligencia. Pero los autores alemanes 10 entienden més bien como ta restauracién de un orien natural sobre tas ruinas de un orden artificioso, De nuevo el examen personal se opone al principio de autoridad, que es atacado en todas sus formas: dogma Teligioso, poder mondrquico, | enseianza oficial, estado militer, vinculo conyugal, prestigio paterno, y sobre todo la justicia que protege estas instituciones caducas, que no es mas que coercién, opresién, deforma- cién arbitraria de la vida pablica y de 1a naturaleza’ humana. El hombre es infeliz y malo mientras est encadenado por Ia ley, la costumbre, las ideas recibidas. Hay que liberarlo para salvarlo. La virtud creadora de Ja destruccién ‘se ha convertido en un articuto de fe Stefan Zweig, H. Mann, Remarque, Glaeser, Leonhard Frank . 2) Leonhard Frank, La racén: el héroe asesina a su ex-profesor, porque éste le desfignré el alma: el autor sostiene la inocencia del asesino, 3] Franz Werfel: en una novela sostiene que no es culpable el asesi- no, sino la victima: no hay en nada de Quincey: es um acto moral Un padre, general imperioso y brutal, destruye Ia vida del hijo haciendo de Sic un soldado sin voesciSn: jno comete un delito de lesa human dad? Debe ser inmolado como doblemente usurpador: como jefe y co- ‘mo padre, ‘Nace asi cl motivo del parricidio y su apologfa, la absolucién de Orestes, ao en nombre de 1a piedad por fa culpa trigica, sino en razin de un imperativo categ6rico, de un monstruoso postulado moral. La teorfa de Freud, el complejo de Edipo, el odio al padre —patrén, modelo, rival, expresién primera del principio de autoridad— puesto en el orden de las cosas naturales. La influencia de Freud en Ia literatura alemana es incalculable: esti et Ip hase de une nueva ética revotucio~ naria(!). Freud ha dado un_aspecto nuevo al eterno contflicio enire pa~ res ¢ hijos. La emancipacién de los hijos de la tutela paterna es la tosis en boga entre los novelistas actuales. Los padres abdican a su “pa- triarcado” y hacen propésito de enmienda ante los hijos, cuyo sentido moral ingenuo es el nico capaz de destruir el contrato social tirdnico y perverso, de abolir las coastriceioaes de un deber engaiioso (cir. Haupt- 16 ‘mann, Michael Kramer, 1a novela de Jacob Wasserman; Un- padre) 4] Wasserman, Der’ Fall Maurits: tipico contta la hstici 5 <4>. Emmanuel Berl. Ha escrito un libro, Mort de la pens Beoise, que | parece ha hecho cierto ruido. ¥ih 1922 pronuncis a dine Curso en Médan, en casa de Zola, con ocasién del peregrinaje anual (creo) de los “amigos de Zola” (demécralas, Jeunesses laigues ot répit- blicaines, eicétera). “Despus de la muerte de Zola y de Jaurts ya nadie sabe hablar al pueblo del pucblo y nuestra ‘literatura de estetas’ muere or su egocenttismo.” Zola en literatura, Jaur8s en politica fueron los dos ‘ltimos representantes del pueblo. Fierre Hamp habla del pueblo, Pero sus libros son lefdos ‘por literatos. V. Margueritte es leido por el Pueblo, pero no habla del pueblo, El iinico libro francés que continés a Zola es Et fuego de Barbusse, porque la guerra hizo renacer en Francia cierta fratemidad, Hoy Ia novela popular (jqué entiende por novels poe ular?) se separa cada vez més de la literatura propiamente dicha que se ha convertido en literatura de estetas. La literatura, separada del pueblo, decae —el proletariado excluido de la vida espiritual (1) pierde su dig. nidad (n'est plus fondé em dignits}*— (es cierto que la literatura se aleja del pucblo y se convierte en fenémeno de casta; pero ello conduce a una mayor dignidad del pueblo; le tcadicional “fraternidad” no ha sido mas que la expresién de la bohemia Kiteraria francesa, un cierto momento de Ja cultura francesa en torno al 48 y hasta el 70; tuo cierta renovacion con Zola). “Et autour de nous, sious sentoas croitre cette famine di peuple qui nous interroge sans que nous puissions Ini répondre, qui nous presse sans que nous putissions le satisfaire, qui réclame une justification de sa peine sans que nous puissions Ta tui donner. On dizait que les usines géantes déierminent une zone de silence de laquelle Vouvrier ne pent plus sortir et od Vintellectuel ne peut plus entrer. Tellement séparés! que Tin. tellectuel, issu du milieu ouvsiex, n’en cetrouve point Vaceés.” “La fid6lité slifficle, écrit Jean Guéhenno, Peut-etre Ia fidélité impossible. Le boursier nétablit nullement, comme on pouvait lespérer, un pont entre le prol fariat et la bourgeoisie. Un, bourgeois de plus, et c'est bien. Mals ses fréres cessent de la recounaitre. His ne voieat plus en lui un des leurs. Comme | le peuple ne participe nullement aux modes d'expressioa des intellectuels, jf faut, ou bien qu'il s‘oppose & eux, qu'il constitue une sorte ‘de nationalité avec’ son langage propre, ou bien qu'll n’ait pas de langage du tout et senlise dans une sorte de barbarie.” La culpa es de los inte- lectuales, que se han vuelto. conformistas mientras que Zola era rev. lucionario (!), refinades y preciosistas en el estilo, escritores de diar’ © Bl texto francés es afladido como variante interlineal 7 un dis- 3 bis 4 bis imos mientras que Zola era €pico. Pero también el murido.ha cam- ‘ado, Zola conocia un pueblo que hoy ya no existe, ‘0 al menos no tiene ya la misma importancia. El alto capitalismo —obrero tayloriza~ do sustituye al viejo pueblo que atin no se distingufa bien de la peque- fa burguesfa_y que aparece en Zola, como en Proudhon, en V. Hugo, en-la Sand, en E. Sue, Zola describe la industria naciente, Pero. si es mis dificil fa tarca del escritor, no por ello debe ser olvidada. Por tanto, regres a Zola, regreso al pueblo, “Avec Zola done ou avec rien, la fratemité ou Ia mort, Telle est notre devise...Tel notre drame, Et telle notre loi.”* § <5>. América.,,Fs latina a América central y meridional? ¢Y en qué consiste esta latinidad? Gran fraccionamicnto, que no es casual. Los fistados Unidos, concentrados y que a través de la politica de emigracién tratan no s6lo de mantener sino de aumentar esa concentracién (que es una necesidad econémica y politica como lo ha demostrado la lucha interna entre las diversas uacionalidades por influir en la direccién del gobierno en la politica dela guerra, como Jo demuesira Ta influencia que al elemento nacional tiene en la organizacién sindical y politica de los obretos, eteétera), ejercen un gran peso para mantener esta disgregacién, a la cual tratan de sobreponer una red de organizaciones y movimientos guiados por ellos: 1] Unién Panamericana (politica estatal); 2] Mo- Vimiento. misionero para sustitvir el catolicismo por el protestantismo; 3] Oposicién de la Federacién del Trabajo en Amsterdam e intento de crear una Unién Panamericana del Trabajo (ver si existen otros movi- mientos e iniciativas de este tipo); 4] Organizacién bancaria, industrial, de crédito que se extiende a toda América. [Este es el primer elemento.) La América meridional y central se caracteriza: 1] or un iimerD conte smeriional cent eee puament, tee. convidelrable de piles ro Manse informacion, sore 1a positon social de estos pieles rojas, sobre su importancia ecoudmica, sobre su participaciéa en la propiedad de la tierra y en la produccion industrial; 2] las -razas blancas que dominan en la América central y meridional no pueden vincularse a patrias europeas que tengan una gran, funcién econémica ¢ histérica: Portugal, Espafia (Stalia),' comparable a la de Jos Estados Unidos; aquéllas representan en muchos Estados una fase semifeudal y jesuitica, por lo que puede decirse que todos los Estados de la América central y meridional (exceptuando a la Argentina, quizé) deben atravesar la fase del Kulturkampf y del advenimiento del Estado moderno laico (la lucha de México contra el clericalismo ofrece un éntesis fueron aftadido: en un segundo momento, probablemente en ejemplo devesta fase), La difusién de la cultura francesa csté ligada a sta fase? se trata dé a cultura masOnica-iluminista, que ha dado lugar a las ilamadas: Iglesias positivisias, en las que participan también mu- chos obteros aunque'se llamnen anarcosindicalistas. Aportacién de las di- versas:culturas:. Portugal, Francia, Espafia, Italia. La cuestién del nom- bre: América latina, 0 ibérica, o hispénica? Franceses ¢ italianos usan Iatina”, los portugueses “ibériea”, los espafioles “*hispinica”. De hecho Ja mayor influencia es la ejercida por Francia; las otras tres naciones latinas tienen escasa influencia, no obstante 1a lengua, porque estas na- nes “atericanias surgieron-en oposicién a Espafia y Portugal y tienden fa crear st propio nacionalismo y su propia cultura, Influcncia italiana: caracterizada por el cardcter social de la emigraciOn italiana; por otra parte, en ningtin pais americano son los italianos la raza hegeménica, Un articulo:de Lamberti Sorrentino, “Latinita dell America” en Italia Leiteraria del 22 de diciembre de 1929. “Las repablicas sudamericanas son latinas por tres factores principales: la lengua espafiola, 1a cultura predominantemente francesa, la aportaci6n étnica predominantemente (!) italiana, Este altimo es, de los tres, el factor | més profundo y sustancial, porque confiere a la nueva raza que se forma el cardcter latino ('); y en apariencia (1) el mas fugaz, porque a la primera generacién, pei dicndo todo cuanto posee de original y propio (jésta si que es una buena adivinangal), se,aclimata esponténeamiente (!) en el nuevo ambiente geo- grafico y social.” Segiin Sorrentino hay un interés comin entre espafiles, franceses ¢ italianos para que se conserve (!) la lengua espaficla, vehfculo ppara la formacién de una profunda conciencia latina capaz de resistir a las desviaciones (") que empujan a los americanos del sur hacia Ia con- fusi6n (1) y el caos. El director de un periddico literario ultranaciona- lista de la Argentina’ (el pais mas europeo y latino de América) afirmé gue el hombre argentino “fijard su tipo latino-anglosajéa predominante”. El mismo escritor que se_autodefine “argentino ciento. por ciento” dijo atin més explicitamente: “En cuanto « los norteamericanos, cuyo pais nos ha dado la base constitucional y escoldstica, conviene decirlo de una vez, nosotros: nos sentimos:mis préxintos a ellos por educacién, gustos, manera de vivir, que a los europeos y @ 105 espatoles afroeuropeos, co mo gustan-de calificarse estos tltimos; y nunca hemos temido al létigo de los Estados Unidos”. (Se refiere a la tendencia espafiola a considersr los Pirineos como una barrera cultural entre Europa y el mundo ibérico: Espafia, Portugal, América Central y Meridional y Marruecos. ‘Teoria del iberismo | —iberoamericanismo—, "perfeccionamiento del _hispanismo —hispanoamericanismo—.) El iberismo es antilatino: las repablicas, americanas deberian orientarse Gnicamente hacia Espaiia y Portugal. (Po- ros ejercicios de intelectuales y de grandes venidos a menos que no quie- ren convencerse de que actualmente cuentan bien poco.) Espafia hace 19 5 bis grandes esfuerzos por reconquistar a América del Sur en todos los cam- pos: cultural, comercial, industrial, artistico. (;Pero con qué resultado?) La hegemonia. cultural de. Francia es amenazada -por los anglosajones: ‘ston un instituto Argentino de Cultura Inglesa y un Instituto Argen- tino de Cultura Norteamericana, entes riqguisimos y.ya vivos: ensefian Ia Jengua inglesa con grandes facilidades a los alumnos cuyo nimero va en constanjte aumento y con progtamas de intercambio universitario y Cientifico de resultados seguros. La inmigracién italiana y espaiola esta estacionaria: aumenta la inmigracién polaca y eslava. Sorrentino desearia tun frente thico franco-italo-ibérico para mantener le cultura latina. $ <6>. Qué piensan los jévenes? En la Italia Letteraria del 22 de diciembre de 1929 M. Missicoli_ (“Filosofia della Rivoluzione”) habla de los trabajos que el profesor Giorgio del Vecchio obliga a hacer a sus Glumnos de la Universidad de Roma. En la Revista Internazionale di Filosofia del Dirito aparecida en (noviembre de) 1929 se publica: bajo el titulo “Esercitaziont di filosofia del dititto” estos trabsjos que en 1928-29 tuvieron como tema ‘la filosofia de Iz Reyolucién”.* Sebala Missiroli que Ia mayoria de estos jévenes esta orientada hacia las doc trinay del historicismo, aunque 20 faltan defensores del tradicional espi- titwalismo ¢ inclnso reminiscencias del antiguo derecho natural. Nin astro de positivismo y de individualismo: los principios de. autoridad gallardamente afirmados. Los fragmentos reproducides, por Missitoli son eerdaderamente interesantes y la seleccién podria servir como demostra~ Gidn de la crisis intelectual que, 2 mi juicio, no puede sino desembocar En una renovacidn del materialismo hist6rico (los elementos para de- Snostrar cémo el materialismo hist6rico ha penetrado profundamente en Ta cultura moderna son abundantes en estos ejercicios). §<7>. EI pueblo (juf!), el publico (juf!). Los politicos improyisa- dos preguntan’ con suficiencia propia de quien se las sabe todas: “{EL pucblo! Pero. gqué-es este pueblo? {Quién lo conoce? ,Quién lo “ha Fefinido jamis?”, y entre tanto no hacen més que maquinar trucos y ns tracos para lograr las-mayorias clectorales (del 24 al 29, jeudntos Zomunieados ba habido en Italia para anunciar nucvos retoques a Ia ley Glectoral? ;Cuantos proyectos presentados y retirados de nuevas leyes tlectorales? El catilogo seria interesante por si solo), Lo mismo dicen fos literatos puros: "Un vicio | traido por las ideas roménticas es. el. de Tamar al publico a ser juez. ;Quién es el piblico? {Quiéa es? {Esta gran cabeza omaisciente, este gusto exquisito, esta absoluta probidad, esta perla, gdonde ests?” (G. Ungaretti, Resto del Carlino, 23 de octubre: de 20 1929).* Pero entre tanto piden que se establezea una proteccion cont Tas taduectoncs ds Jeogussentanjras Y ouando venddy mal erenplates de-un libro hacen repicar las campanas de su pueblo. [Sin embargo, cl “pueblo” ha dado titulo a muy importantes periddicos, precisamente muchos de ess que hoy se preguntan ‘‘jquién os este pucblo?” precisa- mente en los periédicos que se dicen dedicados al pueblo.] | <> tas sorts el pare Bret vo of Png de Bac Esta novela ha sido traducida al inglés por Orlo Williams, y la Pere Letteraria a 27 ts spt te 89 ops ein de Willan dns it cen el sentido que nosotros decimos novela en Inglaterra”, pero no sefiala (aunque Na flu i de Bcc oso smn) ual xt deep Stes fats soe poten are "rs en'el eo Igy tant (recordar que Bacchelli fue colaborador de la Voce y que incluso en cierta época Sct Ugo ieee ce nae Ue usa) fr cots israne a ln dn con comentarios tras ae motes it rues fms cpt lito xn nova in el achal Soci’) Ea una cra Wllay act aircon se Dio cin en soins ae Son Satscon tov ogi, st Batis, Case, fi ese: lutnatan compl oer ao ar pie det Rea Ge elo St pul line y m nce so comdn ite 9 tae mining {ar Hen dancin en sentido del hombre de Cuca dl auc ca ot ot ncn plot aso athe Ia a fut ene pl, a Wu come roo se SS ir ine sprints los ror Se Toran agian Co tata on fo compre 9 flan fe Duin cn lv ssn ls SS rb)'p, spss log Leino capo ton Be Zoe ile sore de Baa fee ie Fac nash Net, mri Sopa peso pos sfc aces (oi) ane Colle a aie ie laa) Eis cesta enn acon aah et star en doncsedo oe po fot, prt dots Pana ponerse nomi de Das cl tle me be oe fal conten’ eect eo te Hae, Sti engin y tse Bibi, Han sso one 2 6 is solasnente céustico ¢ ingenioso. En conclusién; creo poder decir que él bro © basa en un cimiento de concrete sustancialmente hist6rico, Como y con qué sen- fimiento artistico haya sabido yo desarrollar este material europeo y repretentativo, Sta es la cuestién sobre ta cual no me cortesponde juzgar™’ fr, Cuaderno 23 (V1), pp. 46-47, § <9>. La academia de los Diez. Vi el articulo de C. Malaparte “Una specie di Accademia” en la Fiera Levteraria del 3 de junio de 1928: ol ‘Lavoro @Ttalia habria pagado 150 000 liras por Ia novela Lo Zar no ‘morto, escrita en cooperativa por los Diez. “Para la ‘Novela de los: Diez’ Jos miembros de la Confederacién, en su inmensa mayoria, obreros, han tenido que desembolsar sus buenas 150 000 liras. gPor qué? Por Ia sor prendente razén de que los autores. son diez y que entre los Diez figu- Tan,-ademis de los nombres del presildente y del secretario. general del Raduno, {los del secretario nacional y de dos. miembros del directorio Yel sindicato de autores y eseritores!.... Qué truco el sindicalismo inte- lecwal de Giacomo di Giacomo, Malaparte prosigue escribiendo: “Si esos dirigentes, a los que se refiere nuestro discurso, fuesen fascistas, no {importa si de vieja-o nueva cepa; habriemos seguido otra via para: de~ hunciar los despilfarros y ganancias ilicitas: esto es, nos habriamos: diri- za al sceretario del PNF. Pero tratindose de personajes sin credencial, politicamente poco limpios y mal comprometidos algunos de ellos, otros Infitrados en los sindicatos a la hora del almuerzo, hemos preferido so- Iucionar las cosas sin escandalo (1), con estas cuatro palabras dichas en piiblico”2 Este pasaje no tiene precio. En el articulo viene. luego un Rtaque enérgico contra Bodrero, entonces subseeretario, de Instruccién Piblica y contra Fedele, ministro, En a Fiera Letteraria del 17 de junio, Malaparte publica un ‘segundo articulo, “Coda di un'Accademia”, en el que uments socarsonamente las dosis contra Bodrero y Fedele, (Fe- Gelt habfa enviado una carta sobre la: cuestin.Selgari, que fue el “plato fuerte” dol “Sindicato de Escritores”, y que hizo reis a medio mundo. §.<10>. Proudhon y Ios literatos italianas (Raimondl, Jahier). Acticslo de Giv= seppe Raimond, “Rione Bolognina” en la Fiera Letteraria del 17 de janio de 1928: fema de Proudhon: “La pauvreté est bonne, et nous devons Ia considérer comme Ie principe de notre allégresse”; apuntes avlobiogrificos que culminan.en estas fra- ses: "Como cada obreto y cada hijo de obrero, yo. siempre tuve claro, el sentido: de Ti divisin de las clases sociales, Yo me quedaré, a mi pesar (1), entre aquellos. que rabajan. Del otto lado, estin aquellos a los gue yo puedo respetar, hacia los. quo puedo sentir incluso sincera. sratitud; pero hay algo que me imple. Horar om 2 ails, y_no-me sale abrazntlos con espontaneidad. Ome Imponen respelo 0 los despre". “Es en los suburbios nde sempre ne han hecho at rovalanes yl plcblo bo es en ninguna oira parte tan Joven, tan destaigado de toda, tradién, Aispuesto « seguir un sibito movimiento colective de pasion, como eu los subir” bios, que ya.no son ciudad y todavia ‘no son campo. <--> De abt néabard por acer [una civlizcign auera y una historia que tendré 2 sclido de rebeldia ye ‘ehibiltaciin seculr propio de los pucblos ve slo ln mora! de Ia era. mecerna ba hecho reconocer como dignos. Se hablar. de ellos asf como hoy se haba del Risoraimento Tallano y de la Independencia Americans, — El obrero ex de wuss senile se iasiraye con Ins enregastemaaies de lo Desubrimientor de Ia Cen cin y de In Historia de ls Cruzadas: su mentalidad seguir siendo siempre aquela bm poco atea.¥gavtalna de lov cirolos suburbancs ¥ de las Univerades po- pilares. <. >> Dejadle sos defectos,ahorraos vustas Ironiat. El peblo no sabe Dromene. So modenta 1 aut, at como ss fe eh cl fara” (Eq rm, cae kor mt nbs pes dear an, ve eneverin tee eid ne Cte, Cuaderno 23 (VI), p. 48 §.<11>. Americanismo. Pirandello, ex. una e lig Letteraria, 14 de. abril de 1929) eeeeeineyee Petemiienepeornr apart te sae aes 2 ree a Se ce Berlin usted no siente Ja diferencia entre vieja y nneva Europa porgue In estructura sentes, el americanismo es estridente como el colorete sobre el viejo rastro de una blema fuviese que’ plantearse asi, la respuesta seria facil: no, no existe, sete, © incluso, en'Améried, no te hice més que remasticar la vieja cultura europea. El peer etry rep etree ie ea oy wea ee tee a leis ae Se eee oa ee ee crm enter ete hea pratleetrer alent ant aepemnrmpipenet aria ee ey ea ees oat ye oe 23 7 bis 8 bis Los elementos de vida que hoy se difunden bajo Ia etiqueta americana, son ape nas los primeros intentos'a tropezones, debidos, no ya al “orden” que nace'de Ia nuova base que no se ha formado ain, sino @ ta iniciativa de los elementos dé. classés desde los inicios de lu actuacién’ de esta nueva base, Lo gue hoy se Hama lamericanisme es en gandisima parte un fenémeng de pinico social, de diolucién, do dosesperacién de los viejos estrator que seri arrojadas fuera del auevo orden: son en gran parte una “reaccin” inconsciente y no una reconstrucciéa: no es de Jos estratos “condenados” por el nuevo orden de los que se puede esperar ta re construccién, sino de la clase que crea Ins basot materiales de este nuevo orden ¥y debe encontrar el sistema de vida para convertir en “libertad” lo que hay et “nocesidad”. Este criterio de quo las primeras reacciones intelectuales y morales all cetablecorse rin nuevo Método prodvetivo s° debon mis a lor detitus de Tas viejas clases en descomposicién que a Ins nuevas clases cuyo destino esti vinculado Jos nuevos métodos, me parece de extraordinaria importancia. ura cuestiGn es que no se trete de wre nueva civilizacién, posque no cambia fof cardeter de las clases fundamnentales, sino de una prolongacién e intensificncién de Ia civilizacién europea, que sin embargo ha asumido doterminadas caracteris- ticas en ef ambiente americano, La observaciéa de Pienndello sobre la~oposiciéa que el americanismo encuentra en Paris y sobre la inmedisia acogida que, por el contrario, encuentra en Herlin, prueba precisamente que Ja diferencia no es de calidad, sino de grado. En Berlin Ins clases medias fueron arruiaadas por Ia gue- tra y Ia iaflaciOn, y ta industria olemana era de ua grado superior 8 la francesa Las clases medias | francesas, por el contrario, no suftieron ni Ins etisis (Geasiona- tes) como Tn inflacién alemana, ni una crisis orgénica mucho mis répida-que la normal por la introducci6n y difusién (sibita) de un neeva méiodo de producciéa, Por es0 es justo que el americanismo en Paris sea cotno un colorets, una supetfi- ial moda extranjera. Cir. Cuaderna 22. (V), pp. 50-53. § <12>. David Laczaresi, Un articulo de Domenico Bulfereti, “David Lazza- rottie due milanwsi", en la Fiera Feterarla del 26 de avosto de 1928, recuerda al- ‘eunos elementos de Ia vide y la formacion de David Lazzngetti; Andrea Vera, Dewvid Lazzareiti ¢ la pazzia sensoria (Milén, Rechicdei, 1880); Cosare Lombroso, Pace} © anormall (este era [a costumbre de Ia época: en ver. de estudiar los orige- ret de un hecho hisiérico, ee descubria que el protagonists era un loco): una Storia di David Lazzaret! Profeta di Arcidasso fue pablicada en Siena en 1905 por vino de los principales discipulos de Lazzareti, el ex-traile filipino Filippo Ia Periuzzi: otros escritos apologstices existen, pero Estos son los mis notables segin Hultereti; libros de Giacomo Harzelloti, I* y. 2° edicién, David Lazzaretti en Za- nichelli y Monte Amiata e il suo Profeia (ed. Treves) que es el precedente bastan- te modificado.* 24 Bulferetti ere que Barzellottisostenia que las causas del movimiento lnzzarettis- fa son “todas ellas particulares y debidas s6lo al estado de grime y de cultura de aquella gente", s6lo “ua poco por el natural amor a sus bellos lugares aatives (!) ¥ un poco por sugestin de las teorfas de Hipdlito Taine”. A mi me parece que el libro de Barzelloti, ane ha formado Iz opinién piblica sobre Lazzarctli, no es ‘més que una manifesiacién de ta tendencia “patritica” (jpor amor a la patria!) ¥ qUe tendia a tratar de ocultar'Ins caueas de malestar general que exitfan en Its- lia, dando de 10s episodios wislades de explosién de estc malestar explicaciones restrictivas, individuales, patol6gicas, efcétera. Lo que scedié eon respect al "bandidaje” meridional y sic retti. Los politicos mo se ocupaton j del hecho de que su ase dad feroz y'frfamente premeditada (seria intresente conocer lag insttueciones om viadas por el gobierno a las avtoridades focales); ni siquiera tos republicanos se ‘ocuparon, no obstante haber muert Lazzaretti i namental de exterminsrlo) y seguramente por Ia razén de quo en cl movimiento cl clemeuto republicano estaba vinculsdo al religioso y profético, Pero @ mi pa recer é:la es precisamente In caracteritica principal de aquel acontecimiento. que politicamente estaba ligado al nom-expedit del Vaticano y mnostraba qué tendencia subversive-popular-cleinental podia macer de ta abstencién de los sacerdotes. (En todo e280 abria que investigar si las oposiciones de entonces adoptaron alguna actitud: bay que tomar en cuenta que el gobierno era de Ja izquierda apenas le sada al poder, y esto explicatfa también Ja falla de entusiasmo para sostener wia ‘kucha contra ef gobierno por la muerte delichiosa de alguien que podia ser pre- sentado come un reaccionario papista clerical, eteétera.) Segin observa Bulferetti, Barzellotti no hizo investigaciones acerea de la forma- iGo de aquella cultura a Ia que se sefiere, Habria visto que incluso a Monte ‘Amiata Hlegaban entonces en gran mimero (zde dSnde lo sabe Hulferetii?) Folletos, opiscules y libros populares. impresos on Milin, Lazzaretti ora lector insaciable y por su oficio de carretonero Le resultaba féeil procurarse esas lecturas, Da id en Arcidosso el 6 de noviembre de 1834 y ejercié el oficio paterno hasia 1868, evando dejando de ser blasfemo se convirtié y se retird a hacer penitencia a gruta de la Sabina, donde “vio” Ia sombra de un guerrero que & “revel6” ser el fundador de sz familia, Manfredo Pallavicino, hijo ilegtimo de un rey de Francia, etcétera. Un danés, ef doctor Emil Rasmussen, descubrié que Manfredo Pallavi- cino es el protagonista de une novela hivtérica de Giuseppe Rovani situlada preci- samente Manfredo Pallavieino. La tama y las aventuras de la novela pasaron sin ‘niodificaciones la “tevelaciOn” de la grota, ya partic de estas revelaciones se inicia 1a propagonde religion do Lazzorett, Barzelloti | rey, por el contrario, que Lazzaretti habfa sido influido por las leyendas del siglo xiv (las aventuras del rey Giannino, sonés), y el descubrimiento de Rasmussen lo indujo tinicamente a introducic on la itima ediciéa de sn libro una vaga elusién a las lecturas de Laz- zaretti, peto sin mencionar a Rasmussen y dejando intacta la parte det fibro deat 25 9 bis 10 ‘cada al rey Giannino, Sin embargo, Barzellott estudia Ia. posterior evoluciém det cespiritu de Lazzaretti, sus viajes-a Francia y la influencia que ejercié en €l eh sa- cetdote milenés Onotio Tazamelli, hombre de fino ingenio y amplia cultura, qne por haber eserita contra Ia monarguia fue arrestado en Milén y que posteriormente escap6 a Francia, De Taramelli recibié David el impoiso republicano. La bandera era rola y Hevaba la leyenda: “La repiblica y el reino de Dios”. Bn la. procesién del 14 de agosto de 1878, en la. que David fue asesinado, pregumi6 a sus seguido- res si querian ia repablics. Al “si” fragoroso, respondié: “La vepifblica comisinza de hoy en adelante cn el mundo; poro no soré In del 48; ser el reino. de Dios, Ja ley dol Derecho gue sucede a la de la Gracia”. (En la respuesta de David hay algunos elementos interesantes,. que deben ser vinculados 2 sus reminiscencins de Jas palabras do Turamelli; cl querer distinguirse del 48, que en. Toscana no habia ejade buen recuerdo atte Jos campesinos, la distincién entre. Derecho y Gracia, etestera, Recordar que algo semejante pensaban los cutas y. los campesinos com- Plicados con. Malatesta en el proceso de las bandas de Benevento, De cualquier modo, en el caso de Lazzarett, al impresionismo literario deheria suceder um to anillsis politico.) Ctr, Cuaderno 25 (RXTE), pp. 1-14, J <13>. Los sobrinitos del padre Bresclant, Alfredo Panzini: ba vide ‘de Cae vour. La Vita di Cavour de Panzini ha sido publigsda-por la lratia Levteraria en los niimeros del 9 de junio a! 13 de octubre de 1929. Hasta el dia de boy, G0 de mayo de 1930) no ha sido recogida jen forma de libro, En li (alle Cetteraria del 30 de junio se publica, con el titulo de “Chiarimegto” ana breve carta en- viada por Panzini con fecha del 27/de junio de 1929 at director del Resto del Carino, Panaiai, con estilo muy ofendide, se lamenta devisn comentario. muy” Pi ante Publicado por el diario boloiiés acerca de los dos primeros capitulos de st Vita di Cavowr, 4 la cual juzgsha “asradable juguetilo" y “vosa ligera”, Panzi ascribe: “Ninguna intencién de escuibis una biografia a la manera’ aovelesca fran- cesa. Mi intencién fue escribir en estilo agradable y dramético, aunque documen- tado. (Correspondeacia Nigra-Cavour.)” Otras alusiones de: Patzini no se entien den bien; habrfa que conocer el comentario del Resto: del Carlino al"eual responde.? El episodio vale, porque algunos han’ enipezada a datse cuenta de ave estos escritos de Panzini ya se estin desmoronando y nuestran la trama: Ja est: pide histrica de Panzini“es Inconmensurable: ¢s, el suyo, un puro juego de pa- labras, que bajo uaa ionia superficial hace creer que contiens quién sabe qué profundidades: en realidad no hay uada snis que las palabras: es in nuevo stenie- rellisino™ que se du sires de maguiavelismo. Ea In Nuova Talia he leido otra bur fe ditigida ciertamente contra Panzini: se habla de vidas de Cavour de otros es eritos como se escribiria Ia vida de Pinocho.* * Stenteretto. petsonaje de las farses florentinas, (T.] 26 En realidad no es que el estilo de Panzini sea “agradable y dramético": 61 re- presenta Ia historia como una ‘‘dramatismo" consist en represent Jas cosas serias como discursos de farmacia en donde el farmactutico es, Panzini y el cliente es elto Panzi La Vide de Cavour de Panzini me servirg para hacer una coleccién de jugates comunes sobre ef Risorgimento.(Panzinj es una mina. de lugares comunes), y para extraer documentos de su jesuitismo Titerari. fe, Cuaderno 25, (VI), pp. 37 § <4. Hisworia de la clase dominante.e historia de tas clases subalternos. La historia de Ins clases subolternas es necesarlamente dispregada y eplsddica: hay Ja activided de estas clases una tendoncia 2 le unificacin aunque sea al_ menos en planos provisionales, pero ésa es/|Ja parte menos visible y que s6lo se demues- tra después de consumada. Las clases suballernas sofren Ia inieiativa de Ja clase dominante, incluso cuando se rebelan; estin en estado de defensa alarmada. Por ello, eualquier brote de iniciativa autGnoma es de inestimable valor. De todos mods Is monografia es Ia forma més adecuada para esta historia, que exige un cimolo, demasiado grande de materiales. parciale. Cir, Cuaderno 25 (XXIII), p. 16, $.<15>. Buiore Clocot. Su-libro Confronti storieé (Biblioteca de la Nuova Ri- vista 3tortea, n. 10, Sociedad. editorial Dante Alighieri, 1929, pp: XXXIX-262) ‘ha sido criticado favorablemente por Guitio De Ruggiero en Ia Critica de encro de 1930", por.el contratio, con. muchas cautelas y en el fondo desfavorablemente, por Mario de Bernardi en In Riforma Sociale (que no tengo a mano en.este momen to). Del libro de Ciccotti he leido un capitulo (que. seguramente es. 1a introduc- ida general al volumen) publicado on Ja Rivista d'ltalia del 1S de junio y del 1S de. julio de 1927: "Elementi di ‘veritt” © oi ‘vertezza’ nella tradizione siorica examiua y ‘combate una serie de deformaciones profesionales romana y muchas de sus observacioaes son’ jstas negativa- ‘mente; es.en Ja parte-positiva donde comienzan las dadas y som necesarias las ccautelas. B} error te6rico de Ciccotti me parece que eonsiste en {a errénea: int pretacién del principio de. Vico de-lo “cierto” y..1o “verdadero”: la: historia no puede ser més que “eerteza” 0 al: menos bisqueda de “certeza". 1a. conversién de Jo “cierto” en lo “verdadero” da lugar a una construccién filoséfica [de la histo- Fin eterna), pero no a la construccidn de ta historia “efectiva” pero a, historia: no puede ser sino “efectiva”: su “certeza” debe ser ante todo. certeza” de los docu mentes histéricos (aun cuando 1p historia no se agota.roda lla en. los documentos histéricos). La parte sofistica de ta metodologia de Giecoti resulta evidente en a7 20 bis n 11 bis tun caso: dice que |la historia es drama; pero eso no quiete decir que cada repre- sentacién dramatica ‘de un’ determinado periodo histérico sea ta “efectiva”, aunque sea viva, artisticamente perfecta, etestera. El soflsma de’ Ciccotti conduce a dar un valor excesive a la “belleza” histérica como reacei6n frente a la orudicién pedan- tesca y potulante. En un examen de la actividad teétiea de Ciccoti hay due tener en cuenta este libro. Materialismo siorico de Ciccotti muy supeificia: el de Ferrero y dé’ Bar- bagallo. Una sociologia muy positivsta; una jnterpretacién.positivista de Vico, La ‘melodologia de Ciccotti da lugar precisamente a historins de tipo Fefrero’ y a les “exageraciones” de Barbagallo: acaba por perder el concept de distincién fy de Ja conerecion “individual” y por encontrar que “todo el mundo es pueble” y que “cuanto més cambia todo més se parece”. Cir, Cuaderno 11 (XVI), "pp. 3 bis. §.<16>. Desarrollo politico de‘la clave pépivlar en la°Comuna medieval. Ba el cltado estudio de Ettore Ciccotti (“Elementi di ‘verita" edi ‘eertezzaetoétera")* Ihay algunas alusiones al desarrollo hist6rico, de ta clase popular de Ini Comulras, especialmente dignas de atencion y de’ tratamhiento’ scparalo, Las guertas reefprocas de las Comunas y por Jo tanto Ja neceridad de reclutar yna fuerza militar mis Vigorosa y abundante y de permitir armarse al mayor nimero, dabaf conciencia de su fuerza a Ios ciudadanos y estrechaban sus filas (0 sea que funcionaban como excitantes de formaciones de partido). Los combatientes permanecfan unidos tam- bign en Ja paz, en un. principio por los servicios a prestar pero luego, con creciente solidaridad, por los fines de utilidad particular. Se tionen los estatutos. de las *so- ciedades de armas" que se constituyeron en Bolonia, s lo que parece, hacia 1230, ¥y demuestran el carécter de su uniéa.y su modo de constitucién. Hacia, mediados del siglo xm habia ya veinticuatro, distribuidas sogiin Ia comarca ‘en que habita ban, Y¥ ademés e sv oficio politica de defensa externa de la. Comuna, tenfan por objeto asegurar a cada civdadana la tutela necesaria para —protegerlo. contra las rgrosiones de los nobles |y de:los poderosos. Capitulos de sus estatutos —por ejem- plo, de Ja sociedad lamade de los Leones— llevan usualmente el titulo “De adiu- torio dando hominibus dicte societatis"; “Quod molestati iniuste debeant adiuvari ab hominibus dicte tocietats.” Y a'las sanciones civiles y militares se afadia, ade- més del juramento, una sancién religiosa, con Ie comén asistencia a Ja misa y a Ia celebracisn de los oficios divinos; mientras que otras ol aguellae, comunes a las: confrateraidades pias, de socorrer a Ios socios pabres, #2 pultar a los difuntos, eteétera, hacian Ia unién ada vez més estrecha y duradera, Por lay funciones mismas de Tas sociedades se formaron Ivego cargos y consejos en Bolonia, por ejemplo, cuatro u ocho “ministeriales” forjados seytin tas" orde. ranzas de Ia Sociedad lo tas Artes'o de aquellas més antiguas de Ia Comina— ‘que von el tiempo adquirieron valor més alla-de los téem\inos de las sociedades y 28 hallacon lugar eu Ia consttecién de In Comuna.. Originariamente, en estas socie- dades.entran milites a Ja, par de pedites, nobles y pueblo, aumgue éstos en-wenor rnfimero, Pero, paso 2 paso, los.mitites, Jos nobles, tienden a apartarse como en Siena 0, segiin los casos, pueden ser expulsados, como eu 1270, en Bolouia. Y 9 medida que el movimiento de emancipaciéa toma cuerpo, sobrepasando incinso tos, Timites y-la forma de estas. sociedades; el elemento popular solicita y obtiene la participacién en-los principales cargos piblicos. El pueblo se-consiiluye cada vez ‘mis en auténtica partido politico y para dat mayor eficacia y centralizacién a su acci6n’ se da ‘un. jefe; “el Capitin del pueblo”, oficio que segtin parece Sicun toms de Pisa y que-tanto ‘en el. nombre como en la funcién tevela juntamente ortgenes y funciones militares y politicas. El pueblo que ya, una y otra vez, pero espord dicamente, se habla reanido y se babia constituido y habia tomado.decisiones, se constituye como un ente aparte, qe incluso se da sus propias leyes. Campana Dropia | para sus convocaciones “cum campana “Communis non bene audiatur”. Entra en titeio con 61 Corregidor, sl cual discute el derecho de publicar bandos y con quien el Caplién del pueblo estipula “paces”. Cuando el pueblo.no eonsigue rabtener de-las Antoridades comunales as reformas deseadas, ‘hace su secesién, ‘eon el apoyo de hombres eminentes de tn Comuna y, constituyéndose en asamble independiente, comienza’ a ercar-magistraturas propias a imagen de las generates dle la Comunt, a atribuir-una jurisdieci6n al Capitéu del pucblo, ya deliberar por su propia autoridad, dando principio (desde. 1255). 0 toda una obra Jeyislativa, Estos datos son de Ix Comuna’ de Siena.) Primero: précticamente, y luego tam bién formalmente, el pueblo consigue hacer aceptar en los Estatutos generales de a Comuna disposiciones que auteriormente no obligaban més que a los adseritos al “Pueblo” y eran de uso interno. El pueblo Tega asf a dominar a la Comnna, sometiendo a Ia anterior clase dominante, como en Siena después de 1270, en Rolonia. con tas Ordenaazas *Sagradas" y: "Saeratisimas”, en Florencia con las “Ordenanzas de justice", (Provenzan’ Salvani, en Siena, es an noble que se poue ‘a lavcabora del pueblo.) (Cir: Cuaderno 25° (XXII), pp. 16-19. § <17>. 1917, Acerca de las cawsas que provocaron Ta terrible de avituallamiento de ‘Thrin en julio-agosto de 1917, debe verse el libro de R. Bachi, L’alimentazione e la politica annonaria in Talia, en las “Pubblicazioni della Fondazione Camegie”, Laterza, Bari, y el libro de Umberto Ricci, 1! fallimento della politica annonaria, ed. La Voce, Flo- rencia, 1921 }<18>. Historia de las clases subatternas. La mayor parte de’ los problemas de historia romana que Ciccotti presenta en su estudio “Elementi di ‘verité’ e di 29 12 bis ‘eertczza’, eteétera” (aparte de la verificacién de episodios “personales”, Tanaauil- Ia, eteétera) se refieren a sucetos ¢ instituciones de las clases sutalternas (tribuno de In plebe, eteétera).t En este caso el: método de I “analogia” afirmado | y.teo rizado por Civcotti puede dar algunos resultados \dores, porque careciendo Is clases subalternas de autonomis politica, sus inicialivas “defensivas” son for zadas por leyes propias de necosidad, més complejas - politicamente més- coer- citivas que Tas leyes de necesidad histética que ominante. (La cuesti6n de la imporiancia de las mujeres en la historia romana es similar a la de las: clases subaltrnas, pero hasta cierto punto: el “machissro” sélo en cierto sentido puede ser parangonade 2 un dominio de clase; por lo tante aguella cuestiGn tiene més importancia para Ia historia de-las costumbres que para la historia politica y social.) Otra observacién, ¢ important cerse sobre fos peligros intrinsecos al método de a’ analogis terio de interpretaciOn: en ef Estado antigno y en el medieval, el centraismo, tanto territorial como social {y uno no es otra cosa que funciém del tro) era mie nnimos en cierto sentido el Estado era una “federacién™ de clases: las clases subal- temas tenian vida por: s{*mismas, instituciones propias, eleétera, y en ocasiones fess insttuciones tenian funciones estatates: (ast el fendmeno del “able: gobier- tno” ent os. periodos de crisis astmfa una evidencia extrema). La’ nica clase ex- cluida de cualquier vida propia, era Ia de los esclavos en el mundo clésicoy Ia de los proletarios en cl mundo medieval. No obstante, si bien en muchos aspectos feselavox antguos y protetarios medievales se’ encontraban en tas mismas con dlciones, su situacién no ora idéntica: ‘ol inteato.de Ciompi, ciertamente, no pro- Ajo a impresién que habria producido un intento similar por parte de, los escla vos en Roma (Espartaco que exige ser incluido en el gobierno con tos palricios, eteétera). Mientras que en ef Madievo era posible una -alianza entre proletarios y pueblo y, ain mis, ef apoyo de los proletarios a Ta dictadura de un principe, nada semejanic en ef mundo |clisico, El Estado moderno abolié muchas antono- ‘mias de las clases subalternas, abolié el Estado federacién de clases, pero cies formas de vida interna de las clases subalternas renacen como partido, sindicato, asoviacién de cultura. La dictadura moderna abolié también. estas formas de auto- rnomia de clase y se esfuerza par incorporatlas a Ta actividad estatal: o sea, Ia contralizacién de toda Ia vida nacional en manos de Ia clase dominante se vuelve frenética y absorbeate, Cir, Cusiderna 25 (XXII), pp. 19-20. §.<19>. El problema de los jévenes. “Los fascistas han-vivido de- masiado ia historia contemporanea para tener la obligacién de conocer a Is perfeccién la pasada.” Mussolini, prefacio a Gli Accordi del Late- rano. Discorsi al Parlamento, Libreria del Littorio, Roma, 1929." 30 §<20>, Documentos de la époea, Un documento muy importante & interesante es Ia Relacién de la comisiGn.de investigacién para la expe- dicién polar de la aeronave “Italia”, impreso por. disposicién del Minis terio de Marina en 1930, en Roma, por la Rivista Marittima.t (“Ca- poretto”). §<21>.La diplomacia italiana antes de 1914. Un documento muy interesante y curioso sobre esta cuestién es el libro de Alessandro De Bosdari, Delle guerre balcaniche, della grande guerra e di alcuni fatti proceduti ad esse, (ed. Mondadori). La Nuova Aniologia del lo. de septicmbre de 1927 reproduce uno de sus capitolos: “EI estallido de la guerra balednica visto desde Sofia”, donde se leen gracias de este tipo: ®No puedo negar que la profunda convieciéu de la orientacién austriaca, segura ¥ permanente guia: del Zar de los Biilgaros en toda su politica exterior, adquirida por mi-desde los ttimos meses de 1911, no me haya mnpedido ver claro en Ia Liga balcanica y en la inmineucia’ de Ia guerra cootra Turquia. A: tantos afos de distancia no acabo de reptochérmelo lo suficiente.(!) porque si no vi venir un hecho accesorio (7!) y por asi decir (1) epis6dico (1) de la politica bilgara, ello fue tinicamente porque veia demasiado clara (jy lo dice en seriol). 1a lioea prinei{pal. Fue como si dijéramos un fenémeno de presbicie politica, y en politica la presbicic es. mejor que la miopia, asi.como ésta es, indudablemente, mejor que la ceguera absoluta de- la cual, debo decir en. mi descargo (), digton preeba, en aquella y en tantas ocasiones posteriores, muchos de iis colcgas”? El pasaje es interesante incluso desde otros puntos de vista, aparte del que particularmente atafie al juicio sobre 1s. diplomacia italiana, “El candor ameno leva a De Bosdariva decir manifiestamente Jo que otros solamente piensan para justificar sus errores y no dicen abiertamente en esta forma, {Existe una ca no formada de "“hechos accesories” y de episodios”, como dice De Bosdari? ;¥ comprender una linea no sig- pifica lograr comprender y por lo tanto, prever y organizar esta cadena de hechos accesorios? Quien habla de linea en este sentido, en realidad quiere decir una “categoria socioldgica”, una “abstraccién”..,Algunas veces adivina? Es verdad, pero a este propésito podria citarse Sl pensa miento de Gui rm fardini sobre Ia “obstinaciou”. } <22>. Lorianismo, En una nota dedicada-a Alberto Lumbroso os cribi que éste no hered6 de su. padre las cualidades’ de estudioso sobrio, preciso, disciplinado.* Giacomo Lumbroso, muerto en 1927 (me pare- ce)* fue un historiador de Ia gpoca helenistica, papirélogo, lexiedgrafo 3 1B bi de la Grecia alejandrina. (Ctr, el articulo “Giacomo Lambroso” de V. Scialoja, en la Nuova Antologia del 16 de septiembre de 1927.) [jFue también profesor de historia moderna antes de Fedele?]? §<23>. Loria, Sus memorias, publicadas en 1927 por N. Zanichelli, Bolonia, Se titulan: Ricordi di uno studente settwagenario, L. 102 § <24>. Motivos del Risorgimento. EL separatismo siciliauo. Un listo de: Luigi Natoli, Rivendicazioni (airaverso le rivoluciont siefliane del 1848-1860). Treviso, Cattedra italiana di pubblicitt, 1927, L, 14, “Natoli qulere reaccionar contra agae- tendencia | de estudios y estadiosos que todavis Ahoy, por escaso dominio de tos testimonios © por residuos de’ antiguas prevencionos politcas, tiende a desvalorizar a conitibucién de Sicilia 2 la historia unitaria del Risorgimento, Bl autor polemi- za especialmente con B. Croce, ef cual considera ta revolucton siciliama de 1848 como un “movimiento separatista” perjudicial para la causa italiana, etcétera, steétera” Lo que es interesante en esta literatura siciliana, periodistica 0 libresea, es especialmente ef tono fuertemente polémico ¢ irtitado, Ahora bien, Ia cuestién deberfa ser simple, desde el punto de vista histético; el separatismo 0 existié © no exists 0 fue sélo una tendencia en una medida determinarse sega el método histérico, haciendo abstraccién de toda evaluscién polémica de partido, de corrien- te 0 de ideolorfa, Si el separatismo babiese existido no seria histGricamente “ro- probable” 0 “inmoral” o “antipatritico”, sino qe hublera sido un-acontecimiento ‘que habrin que explicar o roconstruir histGricamente, EL hecho de que contin Ia plémica eacarnizadamente significa que existen “intereses actuales® y mo sélo pa- sados en juegos, o sea, significa que estas mismas publicaciones demuestra precise. mente Yo que querrian negar. Natoli parece gue sostiene gue la acuseciéa de se- paratismo juena von ef equivoco aprovechando el programa foderalista que en un primer momento parecié a algunos hombres insignes de fa isla y a sus represen tados la solucién més adecuada a las tradiciones politicas locales, eteétera. De cuat- quier modo, ef hecho de que el programa federalista haya tenido sus mas enérgi- €0s defensores en Sicilia y sea el que més haya durado tiene: su significacién, Cf. Cuaderna 19 (X), pp. 124-25. §.<25>. La funcién de las caidlicos en ttalia (Accién Catélica). En la Nuova Antologia del lo. de noviembre de 1927, G, Suardi publica una nota “Quando e come i cattolici poterono partecipare alle elezioni politiche”, muy interesante y digno de ser conservado como documento de la actividad y la funcién de Ia Accién Catélica en Italia, A fines de 14 bis septiembre de 1904, despnés de le huctga | general, Suardi fue lamado 32 lelegrificamente a Milin por Tommaso Tittoni, ministro de Asuatos EX- teriores en cl gobierno Giolitti (Tittoni se encontraba ew su villa de Desio en el momento de la huelga y parecia que él, dado el peligro de que Milin estuviese a punto de quedar aislada por falta de comunica- ciones, debiera asumir responsabilidades personales y especiales; este co- mentario de Suardi me parece que significa que’ los reaccionarios locales habian pensado ya en aquella iniciativa, de acuerdo con Tittoni). Tittoni le comunicé que el Consejo de Ministros habia decidido convocar inme- diatamente las elecciones y que era preciso unir todas las fuerzas liberates y conservadoras en cf esfuerzo por cerrarles ef paso a los partidos ex- tremistas. Suardi, exponente liberal de Bergamo, habia conseguido en esta ciudad ponerse de acuerdo con los catdlicos para las administraciones locales: era necesario obtener el mismo resultado para las elecciones po- Iiticas, persuadiendo a los catélicos de que cl no expedit de nada servia a su partido, perjudicaba a la religién y era gravemente dafino para la patria, dejando libre el paso al socialismo, Swardi acept6 el encargo, En Bergamo hablé con el abogado Paolo Bonomi_y logrs convencerlo de ir a Roma, presentarse al Papa y sumarse a las insistencias de Bonomelli ¥ de otros notables personajes para que fuese eliminado el rion expedit, incluido el de los catélicos bergamascos. Pio X primero se nego a quitar el non expedit, pero aterrorizado por Bonomi que le pinté un cuadro catastréfico de las consecuencias que tendria on Bergamo la ruptura entre caidlicos y el grupo Suardi, “en lento y grave tono, exclamo: ‘Hagan, hhagan lo que les dicte su conciencia’. (Bonomi): ‘gHemos comprendido bien, Santidad? ;Podemos interpretar que ¢s un si? (Papa): ‘Hagan Io que les dicte su conciencia, repito’”. (Inmediatamente después) Suardi tuvo un cologuio con el cardenal Agliardi (de tendencia liberal), quien lo puso al eorriente de lo que habia sucedido en el Vaticano después de la audiencia concedida por el Papa a Bonomi. (Agliardi de acuerdo con Bonomelli para que se eliminase el non expedit,) El dia siguiente a esta audiencla un periddico oficioso del Vaticano | publies un articulo que desmentia los rumores difundidos en tomo a la audiencia y a novedades acerca del non expedit, afirmando taxativumente que en esa cuestiGn nada habfa cambiado. Agliardi pidié audiencia inmediatamen- le y a sus preguntas el Papa repitié su férmula: “He dicho (a los ber gamascos) que hagan Io que les dicte su conciencia”. Agliardi hizo publicur un articulo en un periédico romano, donde se afirmaba que del pensa- miento del Papa para Jas préximas tlecciones politicas eran depositarios el abogado Bonomi y el profesor Rezzara y que a étos debfan dirigirse las organizaciones catdlicas, Asi se presentaron candidaturas catélicas (Comaggia en Mildn, Cameroni en Tzeviglio, eteéiera) y en Bergamo aparecieron manifiestos de ciudadanos hasta cntonces abstencionistas en turas politicas." 15 bis Para Suardi este acontecimionto seitala el fin del non expedit y repre- senta el logto de la unidad moral de Italia, pero exager2 un tanto, aun- gue el hecho sin dada es importante. §<26>. América y Europa. En 1927 la Oficina Internacional del ‘Trabajo de Ginebra publicé Ios resultados de una investigacion acerca de tas relaiones entre patrons y ober en fos Estados Unidos: Les rélatfons industrielles aux Etats Unis. Segin Gompers, los objetivos finales del sindicalismo norteamericano consistirian en Ia progresiva institucién de tun control paritario, que se extendiese desde cada empresa independiente hasta el conjunto total de la industria y estuviese coronado. por una ¢s~ pecie de: parlamento orgénico.’ (Ver qué forma adapta en palabras. de Gompers y C. ta tondencia de los obreros a la autonomfa industrial.) §.<27>. Bl Principe Carlos de Rohan. Funds en 1924 la Federaci6n de Uniones Intelectuales y ditige una revista (Europiische Gespriiche?) Los italianos participan en esta federacién: su Congreso del 25 se celebré en Milén, La Uni6n italiana esté presidida por $, E. Vittorio Scialoja.’ En 1927 Rohan publicé un libro sobre Rusia (Moskau. Ein Skizzenbuch aus Sowieirssland, Verlag G. Braun en Karlsruhe), adonde habla rea- lizado un viaje. FI libro debe de ser | interesante dada Ia personalidad social del auior. Llega 2 la conciusién de que Rusia “seinen Weg ge- funden hat"? § <28>. Revistas tipo. Buesto que la revista tipo Critica de Croce y Politica de Coppola y Rocco exige inmediatamente un cuerpo de redactores especializados, capaces de proporcionar con cierta periodicidad un material cientficamente selee- cionado, puede ser anticipada con Ia publicacién de un Anuario. Bste anuatio, como es naturel, no deberfa tener ninguna semejanza con un Almanague popular comén (cuya compilacin esté vinculada cualitativamente al periédico- cotidiano, ¥y se hace teniendo en mente al lector medio del peristico diario); no deberta ser ampoco una antologia ocasional de esrites demasiads largos para ser publicados 2m ateo tipo de revista; por al contrario, deberia ser preparade orgéinicamente x- ‘aia un plan general que abarcase bastantes afios (cinco aifos, por ejemplo) 2 fin dle presuponer el desarrollo de un programa delerminado. Podiia estar dedicado un solo tema o estar dividido en secciones y tratar una serie de cuestiones fun- damentales (Ia constitucién del Estado, Ia politica internacional, ta euestién agra Tia, eteétera). Cada Anuario deberia set completo (no deberia tener textes con ‘continuacia) y contar con fadices analiticos, etestera, eleélera.* fr. Cuaderna 24 (XXVI), p. 18, a4 §.<29%, Ef Cauilogo de catdlogos det libro italiano publicade por ta Sociedad General de las Mensajerfas Halianas de Bolonia en 1926 (me parece que se han publicado sucesivamente. otros suplementos) es une publicacién que debe tenerse presente para las investigaciones bibliogrificas. Este repertorio contiene. Ios. datos 44 65.000 voliimenes (meuos el del editor) clasificados en 18 clases y dos indices alfabéticos, |uno de autores, editores ¥ traductores y otto de temas con sus respec 16 tivas Hamadas a la clase y al ndmero de orden. Chr, Cuaderna 26 (XID), p. 3 $<30>. Ona publicactén biblivgrdfica que debe tenerse presente es el Calalor 0 mesodico deglt scriti contenutt nelle Fublicazioni periodicke italiane e stranierc, ablicado por la Biblioteca de Ia Camara de Diputados.t Che, Cuaderna 26 (XU), 3. § <31>. Revistas tipo. Para una exposiciéu general de los principales tipos de revistas solar la actividad periodistica de Carlo Cattanco: el Archivio Triennale y el Politecnico. Ki Politecnico es un tipo de revista que debe estudiarse cuiddadosa- mente (junto con ta revista Sefentia de Rignano). Sohve Antonia Labriola: resumen objetivo sistemética de sus publicaciones sobre 1 materialismo histérico para sustituir los volimenes agotados que Ia Familia to reedita; esta taren sori el comienzo de la actividad para volver a poner en ciren- lucién as posiciones fioséficas de Labriola que son poco conocidas fuera de sn . “Rendre la vie impossible.” “Il y @ deux fagons de tuer: une, aue Pon ‘désigne franchement, par le verbe wer, Tate, cele qui reste sous-entendue d'habitude derridre co euphémisme déticat: ‘tendre ta vie impossible’. C'est le mode d'assassinat, lent et obscur, qui consomme une foule winvisibles complices, Crest un ‘autorda (6 sans ‘coroca’ et sats fammes, perpétré par une Inquisition sans juge ni sentence ...” Bugenk DOs, Ea vie de ‘Goya, ed. Gallimard, peat ‘En otro lugar la Hama “Inquisicién ditasa”.* § <33>. Alqunas causas de error. Un gobierno, 0 un hombre politico, © un grupo social, aplica una disposicién politica 9 econémica. De aké so sacan demasinda ficiimente conclusiones generates de interpretacion de la realidad presente y de previsién del desarrollo de esta realidad, » Bn el mamscrito: "ON" 36 be No se tiene suficientemente en cuenta et hecho de que la disposicién ‘plicads, la iniciativa promovida, eteétera, puede haberse debido aun error de célculo, y no representér por lo tanto ninguna “actividad his- t6rica concreta”. En la vida list6riea, como en la vida. biologics, junto a los que nacen vivos existen los abortos. Historia y politica estin estre. chamente unidas, incluso son una misma cosa, pero hay que distinguir x Ia apreciacién los hechos hist6ricos y los hechos y acios politicos, En Ja historia, dada su targa perspectiva hacia el pasado y dado que los resultados mismos de las iniciativas son un documento de la vitalidad historica, se cometen menoslerrores que en la apreciacién de los hechos ¥ de tos actos politicos en curso. Por ello, el gran politico no puede ‘Sejar de ser “cultisimo”, eso es, debe “conocer” cl maximo de de la vida actual; conocerlos no “librescamente”, como “erudi en forma “viva”, como sustancia conereia de “intuicién” politica (sin embargo, para gue se conviertan en é en sustancia viva de “intuicign” serd preciso aprenderlos tambiéu “librescamente”). § <34>. Pasado y presente. El aspecto de la crisis moderna que es lamentado como “oleada de materialismo” esta vinculado a lo que se Is ma “crisis de autoridad”, Si la clase dominante ha perdido e} ‘consenso, © sea, si no es ya “dirigente”, sino tinicamente “dominante”, detentadora de la pura fuerza coercitiva, ‘esto significa precisamente qué las grandes masas sc han apariado de las ideologias tradicionales, 0 cren ya en Jo que antes crefan, etcétera, La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo muere y lo nuevo no pede nacer: en este inlerregno se verifican los fenémenos morbosos mas variados. A este pardgrafo deben vineularse algunas observaciones hechas sobre Ja Tlamada “cuestion de los jévenes” > determiaada por fa “erisis de auto, ridad” de tas viejas generaciones dirigentes y por el impedimento me- cinico que obstruye el desempefio de su misién a aquellos que podrian dirigir. El problema es éste: {una muptura tan grave entre masas popu- lares ¢ idcologias dominantes’ como Ia que tuvo lugar en la posguerra, puede ser “remediada” com el puro ejercicio de ta fuerza que impide im, ponerse a las muevas ideologits? EI interregno, la crisis a In que asi so impide su solucién histéricamente normal, yse resolver necesariamente 4 favor de una restauracién de lo viejo? Bado el | cardcter de las ideo- logias, esto debe excluirse, pero no en sentido absolute, Entre tanto, ta depresién fisica conduciré, a fa larga, a un escepticismo difuso y nacerd wna nueva “combinacidu™” en la que, ‘por efemplo, el catolicismo se con- vertiré, atin més en puro jesuitismo, etcétera. También de esto se puede concluir que se forman las condiciones més favorables para una expan sion inaudita del materialise histérico. Lo anisma pobreza inicial que 37 17 Bis is 18 bis et materialisino histérico no puede dejar de tener como teoria difusa de ‘masas, lo hard mis expansivo. La muerte de las viejas ideologias se verifica como escepticismo frente a todas las teorias y las {Srmulas gene- rales y aplicacién al puro hecho econdmico (ganancia, etcétera) y a la politica no sélo realista de hecho (como lo es siempre), sino cinica su manifestaciGn inmediata (recordar la historia del Preliudio a Maguia- velo? escrito seguramente bajo Ia influencia del profesor Rensi quien en cierto perioda —en el 21 0 el 22— exalté la esclavitud como medio mo- derno de politica econémica).® Pero esta reduccién a Ja economia y a la politica significa precisamente reduccién de las superestructuras mas cle- vadas a aquellas més adheridas a la estructura, o sea posibilidad [y ne cesidad] de formacién de una nueva cultura. 4. <35>. Giuseppe Rens. Bs preciso iavestigar toda su carrera politico-intelec- tual, Fue ‘colaborador de la Critlx Socicle (seguramente también estuvo como Us terrado en Suita después det 1894 0 98). Su actual aoitnd “moralita” (ver su8 articutes en le “Nuova Rivista Storica)® debe eonirootarse con sus manifestaciones literariss y periodisticas de Tos affos 1921-22-23 (articulos en el Popolo dTialia)» Recordar su polémica con Gentile en el Popolo ditalia después det congreso de filésofos calebrado en Miliné en 1926.8 lr. Cuaderno 11 (XVII), p. 6. §<36>. Hechos de cultura, Fl episodio Salgari, contrapuesto a Julio Verne, eon la intervencién | del ministro Fedele, campafias risibles en el Raduno, Srgano del sindicato de autores y escritores, etcétera,: debe situarse junto a la representacién de la farsa Un'avventura galante ai bagni di Cernobbio representada el 13 de octubre de 1928 en Alfonsine con motivo de la celebracién del primer centenario de la muerte de Vin- ‘cenzo Monti. Esta farsa, publicada en 1858 como complemento edito- rial de una obra teatral de Giovanni De Castro, es de un Vincenzo Mont profesor en Coma por aquella época (en una simple lectura se advierte Ja imposibilidad de la atribucién a Monti), pero fue “descubierta”, atri- buida a Monti y representada en Alfonsine, ante las autotidades, en una fiesta oficial, en cl centenario montiano# (Ver, por si acaso, en los pe- riédicos de la época, el autor del asombroso descubrimiento y los per- sonajes oficiales que se tragaron una tan gorda.) § <37>. Los sobrintios del padre Bresciani. Poquisimos “escritores” catblicos 4 Boy ef manuscrito: 1925", 38 EF cen Italia, expecialmente en ta poesia y en In novela, Gallarati-Scotti (de quien mencion€ et otra nota? un rasgo caracterstico de las Storie delPAmor Sacro € delt Amor Profano,® pero que sin embargo posee cierta dignidad). Paolo Arcari (mis conocido como aulor de ensayos literarios y politieos).® Lueinuo Gennari (quien eseribis mucho en idioma francés),4 No es posible hacer una confrontacion entre los escritores catélicos italianos y log franceses (Bourget, Bazin, Mauriac, Bernanos). Crispolti eseribié una novela, I Duello, de propaganda." En realidad, el cutolicismo italiano es tan estéril en el campo Iiterario coma en los otras cam os de la cultura (ctr. Missiroli).* (Maria di Borio,)" Chr, Cuaderno 23 (VI, pp. 49-50. §.<38>. Los sobrinitos del pastre Bresciant, A. Panzint: La vida de Cavour, “Un eseritor inglés ha Demado a la historia de Ia unidad de Italia la mas novelesea historia de los {tiempos modernos.”* (Panzini, ademas de crear lugares conmines pars fos argumentos que trata, se lis ingenia para recopilar todos los lugares co- runes que sobre el mismo tema hayan sido eferitos por ottos autores, especial. mente extranjeros: debe tener un fichero especial de Ingares comunes, para con- dimentar oportunamente todos sus escritos.) “RI rey Vittorio nacié con Ia espada y sin miedo: dos torribles bigoles, una gran barba, Le gustaban Ine mujeres her- moses y Ia mésica del eafiéo. ;Un gran rey!” Este lugar comin debe unirse al otro sobre In “tradicién” mili y de su aristocracia: en realidad, en Piamonte ha faltado una “tradi ° sea una “continuidad” do personal militar de primer orden, y esto se demostré en las guerras del Risorgimento, ea las que no so revelé ninguna personalidad sino que, por el contrario, afloraron muchas deficiencias internas: en Piamonte i tuna poblacién apta para las armas, de la que se podia extraer un tuen ejétcito, y de tanto eat tanto surgieton figuras militares de primer orden, como Emanuele Fitiberto, Carlo Emanuele, etcétera, pero falté procisamente una tradicién, ua continuidad en Ja aristocracia, en Ia oficialidad superior: ef, Io que sucedié en el 48 cuando no se sabia de dénde sacar un comandante para el ejércita y hubo gue recurtir a un fantoche polaco. Las cualidades guerreras de Vittorio Emanue- Te If consistieron solamente en cierto coraje personal, del cual habri que pensar ue es muy raro en Italia puesto que tanto se insiste en mencionarlo: es 1m poco Ja misma cuestin do Iz “hombria de bien": habria que pensar que en Italia in inmensa mayoria’son.unos bribones, si el ser hombres de bien es elevado a titulo de distincién. A prop6sito de Vittorio Emanuele Hl, recordar una anéedota refe- rida por Ferdinando Martini en sa libro péstumo de memorias: cuenta, poco mis (© menos (consultar) gue’ Vittorio Emanuele, despnés de ta toma de Roma, dijo fque Te disgustaba que ya no hubiese nada més que tomar, y esto parecia demos- tar, a quien contaba Ia anéedota, que no habia existido un rey més conquistador oe’ Vittorio Emanuele | Podrian dérsele a esta anéedota muchas otras explica- 39 9 19 bi 20 cciones, y 0 muy brillantes. Recordar el epistolasio de M. D'Azestio pubficado por Bolles en ef Holletina Storico Supalpino;% cnestiones entre Vittorio Emanuele y Quintino Sella Lo que siempre me ha asombrado es que se insiste tanto en las publicaciones aban familias para convener a los padres de que dejasen a sus hijas ir a Ia coma del rey, por dinero. Fensdndolo bien, es inconcebible que se publiquen estas cosas creyendo reforzar ‘asf el amor popular. “...e1 Piamonte ... tiene una tradicién guerrera, tiene una nobleza guertera ..." Podsia observarse gue Napoledn If, dada la “tradicién [gue- rreral" de su familia, se ocupé de la ciencia militar y escribi6 Tibros que sextin pparece mo eran demasiado malos para su época. “gLas mujeres? “Ya, las mujeres En este rengl6n € (Cavour) estaba muy de acuerdo con su rey, aunque también fen esto habfa algunas diferencias, El rey Vittorio era de muy buen diente como habria podido atestiguar Ja bella Rosina, que fue luego condest de: Mirafioti", y asf por esle estilo hasta recordar que Jos propésitos galuntes del rey en Ja corte de Tas Tuglieri (sic) fueron tan audaces “que todas fas damas quedaron amable- mente atcrradas. jAquel fuerte, magnifico rey montafée!” "Cavour era mucho més refinado, Caballerosos sin embargo ambos y, me atreveria a decie, roméaticos (U{Q)" "Massimo @Azeglio.... como delicado gentithombre que era ...", a alusién de Panzinj a Ia que me tefiero en lap. 10 como algo que no se puede comprender sin haber leido el comentario del Resto del Carlino, se com= rende, después de haber refeido el segundo capitulo de la Vita di Cavour (Italia Letteraria del 16 de junio): este fragmento: “No tiene necesidad de adoptar acti- tures especificas. Pero en ciertos momentos debia de parecer maravilloso y ter ble, EI aspecto de la grandeza humana es tal que én | funde en Ios otros obediencia y terror, y éla es una dictadura més fuerte que la de asumir muchas carteras en jos ministorios”. Es increible chmo semejante frase se le haya podido escapar a Panzini y e¢ natural que el Resto del Carlino la haya detectado: Panzini eseribe en su carta: "Respecto a ciertas frases contra Ia dictadura, seguramente fue un error fiarme de los conocimientas histéricos del lector, Cavour, en 1859, exigié los poderes dictatoriales asumiendy diversas carteras, entre las que se contaba la de Ja guerra, con gran escéndalo de Ia entonces casi virgen constitucionalidad. No fue esta forma material de dictadura la que indujo a 1a obediencia, sino ia dictadura e Ja graadeza humana de Cavour" Ja guerra de Oriente, una cosa bastante complicada, que por Ia claridad de} discurso se omits”. (Se afirma que Cavour es un grandisimo politica, etcétera, pero Ja afirmacion no se convierte nunca en representacién hittgriea conereta: por “la clatidad dol discurso se omite". El significado de Ta expedicién a Crimea capacidad politica de Cavour al haberla decidido, es omitido “ semblanza de Napoleén HI es impagnble por su descaro, pero no se explica por ‘qué Napoleén colabors con Cavour. Habrfa que citar demasiado y en el fondo no vale Ia pent. Si tuviese que escribir sobre tn cuestiéa tendria sin embargo qua 40 or ononec meng etm nea nae ' volver a revisar el fibro (si es que se publica) 0 eve aio de Ia Hala Lettre. "En el Museo napolednico de Roma hay un precioso pufal con una hoja que puede atravesar el coraz6a” (jn0 es un pufial comin, 8 lo que parece!), “{Puede tte pufal vervir como documento? De pufales yo no tengo experiencia, pero of Gecie que aquél era el pal carbonario que se confiabe. a quien entraba en Ta sec- ta tencbrova,etedtera,” (Panzini debe de haber estado siempre obsesonado por los Dulles: recordar In “livida hoja” de Ia Lanterna di Diogenes Fn Romana debe de hhaberse topady caswalmente con algtin alboroto y debe de haber visto algunos ojos mirarlo aviesameate: de ahi (as “fividas hojas” que paeden atravesar cl corazén, eicéicra). “Y quien aviora ver cémola socta carbonaria adoptaba el aspecto de Beleebi, que lea la novela L’Ebreo di Verona de Antonio Bresciani, y se divertiraé (1 sic) {ins enormidad, también poraue, « despecho de cuanto digan Tos modernos, aqvel padre jeu foe wn gran narrador."* (Este pase podria ponerse como lemma al Ensayo sobre los acbrinitos del pace Bresciant; ext en el tercer capitulo de la Vita Cavour en fe Iala Letterara del 23 de junio de 1929.) “Toda in Vito di Cavour os ona burls de In histori, Si Is vides noveludas son ta fora actual ef Tieratura amiena tipo Alejandro Dumas, Panzini es el nuevo Pomson du Terral, Panzini quiere demostrar fan ostentesamente que “se las sabe totus” sobre el modo de acluar de los hombyes, que es un realista tan tremenda- mente aso, que af kerlo din savas de refuyinre en Condoreet 0 en Bernardino 4 SaintPierve, quo al menos no son tan filseos, Ningén vincolo histrico es te- construido en el foco de tna personalidad; tn historia es una sucesion de historie- tae divertdas sin vines ni de personalidad ni de otras foerzas sociales; ex verda- eramonte una muva forma de jeiamo, mucho més acenivada que cuanto yO intsmo hubiese credo leyendo Ia Vita por enttepax. Podsian oponerse al foput co- imide in "noblera guerrera y_no de sntecimera” Jos juicios que lego se van dando sucesivameate sobre lov disintos generales: La Marmora, Della Rocea, a ‘reuse con palabras do desprocio inconsciene. “Della Rocea es sn guerrero, En Cases, 1866, no brllara por excesivo valor, poto es vn. guerrero obstnado ¥ por te ce mantene firme con Tos boletines” (Er una ffase de revista humeristica tipo ‘Asino, Della Rocca no qustia seguir mandando lot boletines del Estado Mayor Cavour, quien habia observado la mala redaccién Hleraria, en la que colaboraha fi rey.) (Otras alusiones del mismo tipo para La Marmora y para Cialdiai —aun- fue Gian’ no era piamontés—, y no se menciona un nombre de general pizwax 165 que haya briliado: fra sfosion « Persano.) ‘Verdaleramente no se entiende gu et lo que Panziniquiso eserbir con ena Via «i Cavour, una vida de Cavour ceriamente no to es; ni ura biografia de Cavonr- hombre, ni una reconstrucelén de Cavour police: en verdad, del libro de Panzni, Cavour sale muy malperado y muy dsminuido: so figura no tiene aingin relieve concteto, excepto en tas jaculatoris quc Panzini repite de taato en tanto: hoe, toberbio, genio, eeétera, Pero al uo estar jusifeadas estas jaculatorias (¥ por 050 ton jacuintring) parecen « veces tras por los eahells, t'no se comprcude gue at 20 bis 2 21 bis ta medida que Panzini adopta para juzgar e) heroismo, Ja gewialidad, 18 grandeza, cteétera, es su propia medida, la de la genialidad, grandew, etcétera, del sefor Pancini Alfredo, También hay que decit que Panzini exavers al ver ef dedo de Dios, el hado, la providencia, en tantos acontecimientos: en el Tondo, es la con czpei de ln estella annnciadora con palabras de tragedia stiega 0 de padre je ‘sit, pera que no por ello resulta menos trivial y banal. BL mismo insistir dema- siado en el elemento “providenca!" significa dismimir in tuncién del esfuerzo italiano, que sin embargo, tuvo su parte, ,QUé significa en este caso esta cuafidad inilagrost de la revolucién italiana? Sigaifica que entre el elemento nacional y el internacional del 2230, es ob internacional el que mis ha contado. (Es ésta a ver- dad? Habria que decir, y segurumente 1a grandeza de Cavour scaltaria mucho iis y su funci6n personsl, su “berofsmo", resularia mucho més digno de exal- txci6n, Pero Panzini quiere abarcar demasiado y no recoge nada senso: y tam poco sabe qué cosa es una revolusién ai quigoes son los revolucionsrios. Todos fueron grandes y fueron revolucionarios,etcéera, etoétera En Ta Talia Letearia del 2 de junio de 1929-se publica una entrevista de Aw tonio Bruers con Panzinis “Come © petché Alfredo Parzini ha serito una ‘Vite ci Cavour’; nbf se dice que el mismo Bruers (parece que Bruers fue quien tradojo 1 Cavour de Paléologue)# indujo a Paazini a escribir el libro, | "de modo que el piiblico pudiese tener al fin un ‘Cavour’ italiano, después de haber tenido uno alemin, uno inglés y uno francés", Panzini dice en Ja entrevista que st Vida “no 5 una’ monografia en el sentido histérico-ientifico de In palabra; es un retrato estinado no a los cultos, a Tos “especi sino al “gran piblica”. Panzini cree ‘que bay partes originales en su libro y prechamente el hecho de haber dado in portancia al atentado de Orsini pars explicar Ia actitud de Napoleén. TM: segin Panzini, Napoleén IT habria pertenecido de joven a la Carbonaria, “Ia coal lie6 con un compromise de honor al futuro soberano de Francia": Orsini, mandatario ‘de la Carhonaria, habria recordado e Napoleén so compromiso y en consacaoncia, tetera (exietamente une novela a Ia Ponson du Tetra: Orsini debia.haberse flvidido de la Carhonaria hacia ya muchos afas en la époce del alentado, y sus represionos del 48 en las Marcas faeron precisemente contra viejos earbonatios). Tas razomes de Ta induigencia de Napoleén para con Orsini (o por mejor decir al- guinor de sus gestos personales, porque de todos modas Orsini fue pulloinado) se caplican sin duda banalmente por el temor al eémplice que huys y que pod Wolver a hacer el inteato: ciertamente también Ja gran seriodad de Orsini, que 0 cca un enallado cualquiera, debia imponerse. Panzini alvida ademis que habia ocu- Fido Ia guetra de Crimea’y la orintacién general de Napaleéa pro-taliano, tanto que el atentado de Orsini parecié destruir la trama ya urdida. Toda la “hipétesis” dle Paazini se basa ademés en el famoso pufal, del qne no se ha probado que foese de In Carbonatia, Es verdaderamente una novela a fa Ponson, ft. Cunderno 23 (V1), pp. 38-46. 42 ——— $-<39>. Pasadio y presente. El probleina de Ia capital: Roma - Mili. Funcidn y posicion de las ciudades més importantes: Turin - Trieste - Gé- nova - Bolonia - Florencia - Napoles- Palermo - Bari - Ancona, etcétera. Ea Ja estadistica industrial de 1927 y en las publicaciones que han expuesto los, resultados, existe una division de estos datos por ciudades y por centros industriales ‘en general?! (La in|dustria textil presenta zonas industriales sin gran ciudad, como biellese, comasco, vicentino, etcétera.) Importan- cia social y politica de la ciudad italiana, ‘Este problema esti ligado al de tas “cien ciudades”, 0 sea a la aglo- meracién. en burgos (ciudades) de In burguesia rural, y de la aglomera- ion en burgos campesinos de grandes masas de obreros agricolas 'y de campesinos sin tierra donde existe el latifundio extensive (Puglia, Sici- fia). Esta vinculado también al problema de cual grupo social ejerce 1a direccién polftica e intelectual sobre las grandes masas, direccion de pri mer grado y de segundo grado (los intelectuales ejercen a menudo una direccidn de segundo grado, porque ellos mismos se encuentran bajo 1a influencia de los grandes propietarios terratenientes y éstos a su ve7, di recta e indirectamente, son dirigidos por la gran burguesia, especialmente financieta), § <40>. Reforma y Renacimiento, Las observaciones dispersas sobre el distinto ‘alcance histérico de la Reforma protestante y del Renaci- micnto italiano, de la Revolucién francesa y del Risorgimento (la Re- forma es al Renacimicuto lo que la Revohicién francesa es al Risorgi mento), pueden ser agrypadas en un ensayo tnico con un titulo que podria ser “Reforma y Renacimiento” y que podria tomar como base las publicaciones aparecidas del 20 al 25 en tomo a este tema: “de la hecesidad de que en Talia tenga lugar una reforma intelectual y moral” ligada a la critica del Risorgimento como “conquista real” y no mo- vimiento popular por obra de Gobetti, Missiroli y Douso.* (Recordar el articulo de Ansaldo en el Lavoro de Génova contta Dorso y contra mi.)* er qué s platen este problema en ese periodo? La respuesta esti en fos acontecimicntos ... (I:pisodio cémico: articulo de Mazzalo en Cons- cientia de Gangale, en donde se recustia a Engels.)* Precedente hist6rico fen el ensayo de Masaryk sobre Rusia (en 1925 traducido al italiano por Lo Gatto): Masaryk explicaba la debilidad polftica del, pueblo | suso por el hecho de que en Rusia no hubo una Reforma religiosa.’ J CATS. Los sobrinitos det padre Brescian!, Clertamente éria injusto preten- er que casa ao 0 incluso cada diex aos In literatura de un pats tenga un Los novies, o un Sepuleras, etcétera, etcStera. Pero precisamente por ello a critica que 43 22 bis 23 puede hacerse de estas épocas es una critica de “cultura”, una evita de “tenden- sia", Bs verdad que en ciartos periodos las euestiones précticas absorben todas las fnteligencias para su resolucién (en cierto sentido, todas las fuerzs humanas se concentran en el trabajo estructural y atin no s¢ puede hablar de superestructuras: Jos americanos, ademés, segiin to que excribe Cambon en ef prefacio a la traduc- cid francesa de ta autobiogratia de Ford, han creado una teoria de esta), puesto oesia", 0 sea “creacidn”, s6lo aquella econémice-préctice; pero de eso se trata precisamente; que haya una creaeién, en cualquier e280, ¥ por otra parte podria preguntarse cémo es posible que esta obra “creative” econémico-préctica, fen cuanto exalia las fuctzas vitales, las energias, las voluntades, Jos entusiasmos, no asuma también formas lterarias que Ta celebren. Verdaderamente eo ao socede: las fuerzas vo son expansivas, sino puramente represivas y, obsérvese bien, pur ¥ totalmente represivas no séto de Ia parte adversa, Jo cual seria natural, sino de la parte propia, lo cual es precisamente tipico y da'a estas fuerzas el eardcter repre- Sivo, Toda innovacidn es represiva para sus adversarios, pero desencadena fuetzas Jateates en 1a sociedad, las potencia, las exalta, es, por Ip tanto, expansiva, Las res- {auraciones son universalmenle sepresivas: crean erecissmente a fos “padres Bres- iani”, In fiteratura a la padre Bresciani. La psicologia que > antecedido a estas innovaciones es of “pinico", el temor e6smico a fuerza demonincas que |no se comprenden y no se pueden ‘controlar. Fl recuerdo de este “péinico” perdura largo tiempo y dirige la volnntad y Tos sentimientos: la tibertad creadora ha des- ‘parecido, queda el hastio, el espirity de venganza, Ja ceguere estdvita. Todo se vuelve préctico, inconscientemente, todo ex “propaganda”, es polémica, es nega cig, pero en forma mezquina, limitada, jesuttica, Cuando se juzga a un escritor y 6e conoce s6lo su primer libro, el juicio temaré en cuenta Ia “edad”, porque ¢s un juicio de culturn: un frato yerde de un joven, es un fruto podtido si es de un viejo. fe, Cuaderno 23 (V1), pp. 50-53. § <42>. Pasado y presente, La tabula del castor (el castor, perse- guido por Tos cazadores que quieren atrancarle los testiculos de los que se extraen medicamentos, para salvar la vida se arranca él mismo los testiculos). ;Por qué no ha habido defensa? Escaso sentido de la. dighi dad humana’y de la dignidad politica de los partidos: pero estos elemen- fos no son factores naturales, deficiencias propias de un pueblo en forma permanentemente caravceristica. Son “hechos hist6ricos” que se expli- can por la historia pasada y por las condiciones sociales presentes. Con- tradicciones aparentes: dominaba una concepcién fatalista y mecdnica de la historia (Florencia 1917, acusacién de bergsonismo)* y por ello se daban actitudes de un voluntarismo formalista flojo y trivial: por ejemplo, el proyecto de constituir ex 1920 un Consejo uthano ea Bolonia 44 ‘inicamente con elementos de las organizaciones, © sea de sustituir® un organismo histGrico arraigado en las masas, como la Ciimara del ‘Trabajo, por un organisimo puramente abstracto y fibresco,* jExistia al menos 1a finalidad politica de dar una hegemonia al elemento urbano, que con la constitucién del Consejo venfa a tener un centro propio, dado que fa Camara del Trabajo era provincial? Esta intencidn faltaba absolutamente ¥, por lo demés, el proyecto no se realizé. FI discurso de ‘Treves sobre le “expiacién”: fundamental para comprender la contusién politica y el | dilettantismo polémico de los Iideres. Detris de estas escaramnzas sc fialla ef miedo 4 las responsabilidades coneretas, detnis de este miedo la falta de unin con la clase tepresentada, la falta de comprension de sus necesidades fundamentales, de sus aspiraciones, de sus energias latentes: partido pa- ternalista, de pequefios burgueses que van de compafieros de viaje, ;Por qué no defensa? La idea de la psicosis de guerra es que un pais civilizado so puede “permitic” que tengan Tugar ciertas escenas salvajes. Estas go- neralidades eran también ellas disfraces de otros motivos més. profundos (por otra parte estaban en contradiccién con la afiemacién repetida cada vex después de una matanza: siempre dijimos que la clase dominante es reaccionaria), que sicmpte se centran en el alejamiento de la clase, 0 sea en Jas “dos clases”: no se alcanza a comprender lo que sucedera Otra contradiccién en tomo al yoluntarismo: si se est4 contra el vor lumtarismo se deberfa apreciar la “espontancidad”. Pero no: Io que efa “espontiineo” era cose inferior, indigna de consideracién, ni siquiera na de ser anatizada. En realidad, lo “esponténeo” era la procba més aplastante de la ineptitud del partido porque demostraba Ia escisién entre los programas sonoros y los hechos miserables. Pero en tanto que los hechos “espontincos” se producian (1919-1920), danaban intereses, per- judicaban posiciones conquistadas, susciiaban odios terribles incluso er gentes pactticas, hacian salir de Ia pasividad a estratos sociales estancados en Ia putrefacciGn: creaban, precisamente por su espontaneidad y por el hecho de que etsn desaprobados, el “pénico” general, el “gran miedo” que no podian dejar de concentrar las fuerzas représivas despiadadas en la tarea de sofocarlos. Un documento excepcional de esta separacién entre represemtados y representantes lo constituye el Namado pacto | de alianza entre Confede- in y Partido, que puede ser comparado con un Concordato entre la Iglesia y el Estado. Fl partido, que es en embrién una estructura estatal, no puede admitir ninguna divisién de sus poderes politicos, no puede ad- “crear una repeticién init 45 © En el mvanuscrito aparece aiiadido entre Tineas: 23 bis 2 24 bis mitir que una parte de sus miembros se impongan como poseedores de Jgualdad de derechos, como alindos del "todo", 1o mismo que un Estado no puede admitir que wna parte de sus sabditos, ademés de las leyes generales, lagan con el Estado al que-pertenecen, 'y a través de una po- tencia extranjera, un contrato especial de convivencia con el propio Es tado, La admisin de semejante situacién implica la subordinacién de hecho y de detecho det Estado y del Partido a Ia Mamada “mayorfa” de los representados, en realidad a un grupo que se impone como anti- Estado y anti-partido y que acaba por ejercer indirectamente el poder. En el caso del pacto de alianza resultaba claro que el poder no perte- neefa al partido. Al pacto de alianza correspondian los extrafios vinculos entre partido ¥ grupo parlamentario, asf como lus de alianza y de paridad de derechos, Este sistema de relaciones hacia que concretamente el partido no exis tiese como organismo independiente, sino sélo como elemento constita- tivo de un organismo mas complejo que tenia todas las. caracteristicas de un partido del trabajo, descentrado, sin voluntad unitaria, oteétera, Asi, pues, qdeben los sindicatos estar subordinados al partido? Seria un error plantear asi la cuestién, La cuestién debe ser planteada asi: cada miembro del partido, cualquiera que sea 1a posicién o cargo que ocupe, sigue siendo siempre un miembro del partido y_esté subordinado a su direccién. No puede haber subordinacién entre sindicato y partido, si el sindicato ha elegido esponténesmente como su dirigente “a un miembro del partido: significa que el sindicato acepta libremente] las directrices del partido y por lo tanto acepta Tibrememte (incluso desea) su control sobre sus funciouatios.* Esta cuestién no fue planteada justamente en 1919, por més que exis- tfa un gran precedente instructivo, el de junio de 1914:* porque en reali- dad no existia una politica de fracciones, o sea una politica del partido. _§.<43>. Pasado y presente. Un episodio bastante oscuro, por no de- cir tenebroso, lo constituyen las relaciones de los reformistas con la plu- tocracia: la Critica Sociale administrada por Bemporad, 0 sea por la Banca Comercial (Bemporad era también el editor de los libros politicos de Nitti), la entrada del ingeniero Omodeo en el circuio de Turati, el discurso de Turati, “Rifare Malia”, sobre la base de la industria eiée- trica y de las cuencas montafiosas, “discurso sugerid y seguramente es- crito en colaboracién con Omodeo.* § <44>. Pasado y presente. A este ensayo pertenecen las observacio nes eseritas en otra parte sobre los tipos “extrafios” que circulaban en el 46 by partido y en el movimiento obrero: Ciceotti-Scozzese, Gatto-Roissard;* eicéera. Ninguna polftica intema de.partido, ninguna politica organiza tiva, ningén control de los hombres. Pero sf abundante demagogia contra jos intervencionistas aunque hubiesen sido intervencionistas desde jo- veneisimes, La mocién mediante la cual se establecia que Tos interven- Cionistas rio podian ser admitidos en el partido sélo fue un medio de coaccién y de.intimidaci6n individual y una afirmacion demagégica. Cies- famente no impidié a Nenni el ser admitide no obstante st. sospechoso pasado (lo mismo respecto a Francesco Répaci), mientras que sirv para falsificar la posicién politica del partido [que no debia hacer del {ntervencionismo el eje de su actividad) y para desencadenar odio y per- secuciones personales contra determinadas ‘categorias pequenoburguesas, (Repaci se convirtié en corresponsal del periddico de ‘Turin asf como Nenni se convirtié en redactor, de manera que no se trata de gente que ‘entr6 por la puerta trasesa.) El discurso de la. “expiacién” de Treves* y la fijaci6n del interven- cionismo estan estrechamente vinculados: os 1a politica de evitar el pro- blema fundamental, el problema del poder, y de desviat la atencién y las asiones de las masas a objetivos secundarios, de esconder hipécritamente ja responsabilidad historico-politica de 1a clase dominante, lauzando las iras populares sobre los instrumeutos materiales y a menudo incouscientes de la politica de Ia clase dominante: continuaba, en el fondo, una politica olittana. A esta misma tendencia pertenece el. articulo “Carabinieri Feali” de Italo ‘Toscani:? el perro que muerde | la piedra y no Ja mano que la arroja. Toscani acabd después como esctitor catélico de derecha en el Corriere d'Italia, Era evidente que a guerra, con el enorme tras- Torno econdmico y psicolégico que provocd, especialmente entre los pe~ quetios intelectuales y pequefioburgueses, habria radicalizado a estos es- Gatos. El partido los convirtié en sus’ cnemigos gratuitos, en vez de convertirlos en aliados, © sea que los. recha76 hacia Ya clase dominante. Funcién de la guefra en los dems pafses para scleccionar a los diri- gentes del movimiento obrero y para determinar la precipitacién de Tas tendencias de derecta..En Italia esta funcién no fue desempefiada por la guerra (giolittismo), sino que se produjo posteriormente de manera mucho. més catastréfica y con fenémenos de traicion en masa y de deserci6n tales como nunca se habjan visto en ningdn otro pais. | <45>. Pasado y presente. La debilidad tedrica, Ia falta total de e3- tratificacion y contituidad histérica de la teudencia’' de izquierda, fueron una-de las causas de la catéstrofe. Para indicar el uivel cultural es posible citar el caso de Abbo en el congreso de Livorno: cnando falta una acti- vidad cultural del partido, los individuos se hacen una cultura come pue- 47 25 bis den y, con ayuda de la vaguedad del concepto de subversivo, sucede justamente que un Abbo se aprende de memoria las tonterfas de un indi- iuaista.* §.<46>. Pasado y presente. El concepto puramente italiano de “sub- versivo” puede ser explicado como sigue: una posicién negativa y no positiva de clase: el “pueblo” siente que tiene enemigos y los identifica s6lo empiricamente en los Tamados sefiores (en el concepto de'*sefior” hay mucho de la vieja aversién del campo por la ciudad, y el vestido es tin elemento fundamental de diferenciacioo: existe tambign. In averi contra la burocracia, en la que se ve Gnicamente al Estado: el campesino —incluso el medio’ propictario— odia al “funcionario”, no al Estado, al que no comprende, y para él éste es el “sefior” aunque econémicamen- te el campesino sea superior a él, de donde se deriva la aparente contra- diccién de que para el campesino el scfior es a menudo uu “muerto de hambre”). | Este odio “génerico” es ain de tipo “semifeudal”, no mo- demo, y no puede ser aportado como documento de conciencia de clase: es apenas su primera vislumbre, es sélo, precisamente, la posicién ne gativa y polémica elemental: no sélo no se tiene conciencia exacta de fa propia personalidad histérica, sino que tampoco se ticne conciencia de la personalidad hist6rica y de los IMnmites precisos del propio adver- sario. (Las clases inferiores, estando histéricamente a la defensiva, no pueden adquirir conciencia de si més que mediante negaciones, a través de Ia conciencia de la personalidad y de los limites de clase del adversa- rio: pero precisamente este proceso es todavia crepuscular, al menos a scala nacional.) Otro elemento para comprender el concepto de “subversivo” es el del estrato conocido con la expresién tipica de los “muertos de hambre”. Los “muertos de hambre” no son un estrato homogéneo, y se pueden cometer graves errores en su identificacién abstracta. En’los pueblos y pequefios centros urbanos de ciertas regiones agricolas existen dos estra- tos distintos de “muertos de hambre”: uno es el de Tos “jornaleros agrico- las”, el otto el de los pequeftos intelectuales. Estos jomaleros no tienen como caracterfstica fundamental su situacién econémica, sino su con dicién intelectual-moral: son borrachos, incapaces de laboriosidad con tinuada y sin espititu de ahorto, y por io tanto a menudo son biol6gica- mente tarados 0 por desnutricién crénica 0 por ser medio idiotas 0 eficientes. El campesino tipico de estas regiones es el pequello pro- pietario o el mediero primitivo (que paga el alquiler con la mitad, el tercio o incluso dos tercios de ta cosecha segin la fertilidad y la posicién de la propiedad), que posee algunos instrumentos de trabajo, 1a yunta de bueyes y la casita que por lo general ha construido él mismo en jor- 4B } t niadas no laborales, y que se ha procurado el capital necesario con al- gunos | afios de emigracién, o yendo a trabajar a las “minas”, 0 con ‘lgunos aiios de servicio en ios carabineros, etcétera, o sitviendo’ algunos afios como criado de un gran propietario, o sea’ “ingeniéndoselas” y ahorrando. El ‘jornalero", por el contrario, no ha sabido 9 no ha querido ingenidrselas y no posee Aada, es un “muerto de hambre” porque el tra- bajo por dias es escaso y eventual: es un semimendigo, que vive a salto de mata y rozando a delincuencia rural El “muerto de hambre pequefioburgués es originado por la burguesia rural, la propiedad se fragmenta en familias numerosas y acaba por ser liquidada, pero los elementos de la clase no quieren trabajar manual- mente: asi se forma un estrato famélico de aspirantes a pequefios em- pleos municipales, de escribanos, de comisionistas, eteétera, etcétera. Este strato es un elemento perturbador en Ia vida de las zonas curales, siem= pre fvido de cambios (elecciones, etcétera), produce al “subversivo” 1o- cal y, conto se halla bastante difundido, posce cierta importancia: se alla sipecialmente ta burguesa rural contr Tos campesinos, organian do a su servicio incluso a los “jornaleros muertos de hambre”, En todas las regiones existen estos estratos, que tienen ramificaciones también en las ciudades, en donde confluyen con el hampa profesional y con el hampa fluctuante. Muchos pequefios empleados de las ciudades provienen socialmente de estos estratos y de ellos conservan la psicologia arrogante del noble venido a menos, del propietario que se ve forzado a padecer con el trabajo. El “subversivismo” de estos estratos tiene dos caras: hacia Ja derecha y hacia la izquierda, pero Ia cara izquierda es un medio de extorsién: se vuelven siempre hacia la derecha en los momentos deci- sivos y su “valor” desesperado prefiere siempre tener como aliados a los carabineros, Otro clemento a examinar es el Iamado “intenacionalismo” del pue- blo italiano, Este es correlative al concepto de “subversivismo”. Se_ trata en realidad de un vago “cosmopofitismo” ligado a elementos histéricos bien precisables: al cosmopolitismo y universalismo medieval y catélico, que tenfa su | sede en Ttalia y que se ha conservado por la ausoncia de una “historia politica y nacional” italiana. Escaso espiritu nacional y estatal en sentido modemo. En otro lugar sefialé* que, sin embargo, ha existido y existe un particular chovinismo italiano, més difundido de Io que parece. Las dos observaciones no son contradictorias: en Italia la tunidad politica, territorial, nacional, tiene poca tradicién (0 quiza nin- guna tradicién}, porque antes de 1870 Ttalia no fue nunca un cuerpo uunido, ¢ incluso of nombre de Italia, que en tiempos de los romanos in- dicaba Ja Italia meridional y central hasta la Magra y el Rubicdn, en Ja Edad Media perdié terreno frente al nombre Longobardia (ver el estudio de C. Cipolla sobre el nombre “Italia” publicado en las Actas de Ja 49 26 26 bis Academia de Turin) Talia tavo [y conserv6] sin embargo una tradi cién cultural que no se remonta a la antigiiedad clisica, sino al periodo centre Tos siglos xrv y xvit y que fue vinculada a la era crdsica del Hu- manismo y del Renacimienio, Fsta unidad cultural fue la base en verdad muy débil del Risorgimento y de ta unidad para centrar en tomo a la burguesia’ a los estratos més activos ¢ inteligentes de la poblacién, y sigue siendo el sustrato del nacionalisme popular: por la ausencia en este sentimiento del elemento politico-militar y politico-econémico, o sea de los elementos que estin en Ia base de la psicologia. nacionalista francesa o alemana o norteamericana, sucede que muchos de tos llamados “subversivos” © “‘internacionalistas” ‘son “‘chovinistas” en este sentido, sin creer incurcir en contradiccién Lo que hay que sefialar, para comprender ta virulencia que en ocasio- acs adopta este chovinismo cultural, es esto: que en Italia un mayor florecimiento cientifico, attistico, literario, coineidié con el. periodo de decadencia politica, militar, estatal (siglos xvi, xvit). (Explicar este fe- némeno: cultura gulica, | ‘cortesana, 0 sca cuando la burguesia de las comunas en’ decadencia, y la riqueza se habia convertido de productiva en usuraria, con concentraciones de “Iujo”, preludio ‘de Ia completa decadencia econémica.) Los conceptos* de revolucionario y de internacionalista, en el sentido moderno de la palabra, son correlativos al concepto preciso de Estado y de clase: escasa comprensién del Estado significa escasa conciencia Ge clase (comprensién dol Estado existe no solo cuando se le defiende, sino también cuando se le ataca para derrocarlo), en consecuencia escasa eficiencia de los partidos, eteétera, Bandas gitanescas, nomadismo polt. tico, no son hechos peligrosos e igualmente no eran 'peligrosos el sub sionismo y el internacionalismo italianos. ‘Todas estas observaciones no pueden, naturalmente, ser categéricas y absolutas: sirven para intentar describir ciertos aspectos de una situaciéa, para evaluar mejor la actividad desarrollada para modificarla (o la no actividad, 0 sea la no comprensién de las tareas propias) y para dar mayor relieve a los grupos que emergfan de esta situacién por haberla comprendido y modificado en su ambito. [EI “subyersivismo” popular es correlativo al “subversivismo” de arriba, o sea al no haber existido nunca tun “dominio de la ley”, sino solamente una politica de arbitrios y de camarilla personal o de grupo. §. La ciencia de ta politica y tos positivistas. La politica no es més que una [determinada] “fenoménologia” de la delincuencia, es la 8 Bn ef manuscrito: “EI concepto”, » Afiadido en paca posterior. 59 gg niger “delincuencia sectaria”: ésta me parece ser la médula del libro de Sci Sighcie, Morale provata e Morale politica, nueva edicién de La delin- quenza settaria corregida y aumentada por el autor, Milén, Treves, 1913 (con el opisculo Contro il parlamentarismo reproducido en apéndice).* Puede servir como “fuente” para ver cémo entendfan los positivistas Ja “politica”, aunque sea superficial, prolijo ¢ inconexo. La bibliografia esté compilada sin método, sin precision y sin necesidad (si un autor es citado en el libro por una afirmacién incidental, en la bibliogtafia se icluye el libro del cual tomé Ia cita). El libro puede secvir como elemento para comprender fas relaciones que existian en la década 1890-1900 en- tre | los intelectuales socialistas y los positivistas de la escuela Jombro- siana, obsesionados por el problema de Ja criminalidad, al punto de hacer de él una concepeién del mundo o casi (caian en una extraia forma de “‘moralismo” abstracto, porque el bien y el mal era algo trascendental y dogmético, que en concreto coincidia con la moral del “pueblo”, del “sentido comtin”). El libro de Sighele debe de haber sido criticado por Guglielmo Ferrero, porque en la bibliografia se cita un articulo de Fe- rrero, “Morale individuale e morale politica”, aparecido en la Riforma Sociatista, ah 1, n. xr-xit. Libro de Ferri: Socialismo e criminalita, de ‘Turati: II delitto e la questione sociale. Ver bibliografia de Lombroso, Fern, Garofalo (antisocialista), Ferrero, y otros que hay que buscar. EL optisculo contra el parlamentarismo es tambiéu sumamente super- ficial y sin sustancia: puede ser citado como una curiosidad dada la Gpoca en que fur escrito: esté totalmente basado en el concepto de que infe- las grandes asambleas, Ios colegios, son organismos técnicamente riores al mando tinico'o de unos pocos, como si ésta fuese 1a cues! principal. Y pensar que Sighele era um demécrata y que precisamente por serlo se alej6 en cierio punto del movimiento nacionalista. [En todo caso seguramente hay que vincular este opiisculo de Sighele con las concepciones “orginicas” de Comte.J* §.<48>.Pasado y presente, Espontancidad y direccién consciente. De la expresién “espontaneidad” pueden darse diversas definiciones, por que el fendmeno al-que se refiere es multilateral, Antes que nada hay que seftalar que no existe en Ia historia Ia espontancidad “pura”: ésta coin- cidiria con la “pura” mecanicidad. En el movimiento “més esponténeo” Tos elementos de “direccién consciente” son simplemente incontrolablos, no han dejado ningiin documento verificable. Puede decirse que el ele mento de la espontaneidad es, por ello, caracteristico de Ia “historia de las clases subalternas” e incluso de los elementos mas marginales | y © Adadido en época posterior, Si 27 bis 28 28 bis petiféricos de estas clases, que no han alcanzado la conciencia de clase “por si misma” y que por ello no sospechan siquiera que. st_historia pueda tener alguna importancia y que tenga algin valor dejar rastros documentales de ella, Existe pues una “multiplicidad” de elementos de “direccién conscien- te" en estos movimientos, pero ninguno de ellos es predominante, 0 so- brepasa el nivel de la “ciencia popular” de un determinado estrato social, del “sentido comtin”, 0 sea de la concepcién del mundo [tradicional] de aquel determinado estrato. Es precisamente este elemento el que De Man, empiricamente, opone al marxismo, sin advertir (aparentemente) que cae en la misma posicién de aquellos que habiendo descrito el folklore, la brujerfa, eteétera, y ha- biendo demostrado que estos modos de ver poseen una raiz histéricamente vigorosa y que esti tenazmente arraigados en la psicologia de_deter- inados estratos populares, creyesen haber “superado” Ia ciencia mo- derma y tomasen como “ciencia moderna” los articulejos de las revistas cientificas para el pueblo y las publicaciones por entregas; éste es un verdadero caso de teratologfa intelectual, del que se tienen’ otros ejem- plos: Jos admiradores del folklore precisamente, que defienden su con- servacién, los “brujeristas” ligados a Macterlinck que opinan que se debe Fetomar el hilo de la alquimia y de ta brujerfa, extirpado de la violencia, para volver a poner la ciencia én una via més fecunda de descubrimiento, etcétera. Sin embargo De Man tiene un mérito incidental: demuestra la necesidad de estudiar y elaborar los elementos de la psicologia popular, histGrica y no socioldgicamente, activamente (o sea para tranformarlos, educéndoios, en una mentalidad moderna) y no descriptivamente como 4 lo hace; pero esta necesidad era por lo menos implicita (quiz4 incluso explicitamente declarada) en la doctrina de Tlich, cosa que De Man ig- nora completamente.* Que en todo movimiento “espontineo” hay un elemento primitivo de direccién consciente, de disciplina, es algo demostrado indirectamente por el hecho de que existen | cortientes y gropos que sostienen la espon- tancidad como método, A este propésito debe hacerse una distincién entre elementos puramente “ideoldgicos” y elementos de accién préctica, entre estudigsos que sostienen la espontaneidad como “método” inma- nente [y objetivo] del devenir histérico y politicastros que la sostienen como métoda “politico”. En los primeros se trata de una concepeién errada, en los segundos se trata de una contradiccién finmediata y mez- quinal que deja ver el origen prictico evidente, o sea Ia voluntad {in mediatal de sustituir una determinada a por otra. Incluso en los estudiosos el error tiene un origen practico, pero no inmediato como en los segundos. El apoliticismo de Jos sindicalistas franceses de la pre- ‘guerra contenfa juntos estos dos clementos: era un error tedrico y una 52 & ee ances ' contradiccién (existia el elemento “Soreliano” y el elemento de ta com- petencia entre la fondencia politica anareo-sindicalista y la corriente so- Cialista). Esta era ain Ia consecuencia de los tervibles sucesos parisienses del 71: la continuacién, con métodos nuevos y con una brillante teorfa, de la pasividad de tres’ décadas (1870-1900) de los obreros franceses, La lucha puramente “econémica” no se hacia para: molestar a la clase dominante, todo lo contrario. Lo mismo puede decirse del movimiento catalin, que si “disgustaba” a la clase dominante espafola, era s6lo por el hecho de que objetivamente reforzaba el separatismo xepublicano ca- talin, dando lugar a un auténtico bloque industrial republicano contra fos latifundistas, la pequefia burguesia y el ejéreito monérquicos. EI movimiento turings fue acusado contemporéneamente de ser “es- pontaneista” y “‘voluntarista” o bergsoniano (!). La contradictoria acu sacién, analizada, muestra la fecundidad y justeza de Ia dircccién que se le imprimi6. Esta direecién no era “abstracta”, no consistia en repet mecénicamente férmulas cientificas 0 te6ricas: ‘no confundia la politi a, | la accidn real con la disquisicién teérica; se aplicaba a hombres reales, formados en determinadas relaciones hist6rieas, con determizados sentimientos, puntos de vista, fregmentos de concepcién del mundo, et- cétera, que resultaban de las combinaciones “esponténeas” de un deter- minado ambiente de produccién material, con la “casual” aglomeraciGn ‘en éste de elementos sociales diversos. Este elemento de “espontaneidad” no fue olvidado y mucho menos despreciado: fue educado, fue orientado, fue purificado de todo aquello que siendo extrafio podia contaminarlo, para hacerlo homogéneo, pero en forma viva, hist6ricamente eficaz, con Ja teorfa moderna. Se hablaba entre los mismos dirigentes de la “es- pontaneidad” del movimiento; era justo que se hablase de ella: esta afirmacién era un estimulante, un energético, un elemento de unificacién en profundidad, era mas que nada la negacion de que se tratase de algo arbitrario, aventurero, artificial Ty no histéricamente necesarioj. Daba a la masa una conciencia “tcorética”, de creadora de valores hist6ricos ¢ institucionales, de fundadora de Fsiados. Esta unidad de la “espontaneidad” y de la “direccién consciente”, 0 sea de la “disciplina”, es precisamenie Ta accién politica real de las clases subalternas, en Cuanto politica de masa y no simple aventura de ‘grupos que pretenden representar a la masa. Se presenta una cuestin te6rica fundamental, a este propésito: gpuede Ia teorfa moderna estar ‘en oposicién con Los. sentimientos “espontiueos” de las masas? (“es- pontineos” en el sentido de no debidos a una actividad educativa siste- matica por parte de un grupo dirigente ya consciente, sino formados a través de la experiencia cotidiana iluninada por el “sentido comén", 0 sea por la concepcién tradicionat popufar del mundo, aquello que muy pedestremente se lama “instinto” y que no es, también él, més que una 33 2» 29 bis 30 adgui iva y elemental). No puede estar en oposi- cién: entre ellos existe una diferencia “cuantitativa”, de grado, no de calidad: debe ser posible una reduccién, por asi decinlo, recfproca, “un paso de los unos a la otra y viceversa, (Recordar que E, Kant ponia Cuidado | en que sus teorfas filosGficas estuviesen de acuerdo con ef sen- tido comtin; 1a misma posicién se encuentra en Croce: recordar Ia afir- macién de Marx en La sagrada jamilia de que las f6rmulas de la politics frencesa de la Revolucién se reducer « fos principios de Ia filosofia clé- sica alemana).* Pasar por alto y, peor atin, despreciar los movimientos Hamados “es- pontineos”, o sea renunciar a darles una direcciéa consciente, a elevar- Jos a un plano superior introduciéndolos en la politica, puede tener a menudo consecuencias muy serlas y graves. Sucede casi siempre que un movimiento “esponténco” de las clases subalternas va acompafiado por un movimiento reaccionario de la derecha de Ia clase dominante, por mo- tivos concomitantes: una crisis econémica, por ejemplo, determina des- contento en las clases subalternas y movimientos esponténeos de masas por una parte y, por la otra, determina complots de los grupos reaccio- narios que aprovechan el debilitamiento objetivo del gobierno para inten- tar golpes de Estado. Entre las causas eficientes de estos golpes de Estado hay gue incluir la renuncia de Tos grupos responsables a dar una direc~ cién consciente a los movimientos espontineos y hacerlos convertitse, de ese modo, en un factor politico positive. Ejemplo de las Visperas sicilianas y discosiones de los historiadores para averiguar si se traté de tun movimiento espontineo o de un movimiento preparado: me parece gue los dos clementos se combinaron en las Visperas sicilignas, 1 i surrecci6n espontiaea det pueblo siciliano contra los. provenzales, répi damente extendida al punto de dar la impresién de simultaneidad’y por lo tanto de la existencia de una preparacién, por la opresién. que ya se habia hecho intolerable sobre toda el rea nacional, y el elemento cons- ciente de diversa importancia y eficacia, con el predominio de la con- jura de Giovanni de Procida con los aragoneses. Otros ejemplos pueden extiaerse de todas las revoluciones pasadas en las que las clases subal- temas eran nume|rosas y jerarquizadas por la posicién econdmica y la homogeneidad. Los movimientos “esponténeos” de los estratos popula- res mas vastos hacen posible la Ilegads al pader de fa clase subalterna que mis haya progresido por el debilitamiento objetivo del Estado. Bste es todavia un ejemplo “progresivo”, pero en el mundo modemo son mis frecueutes Ios ejemplos regresivos. La concepciGu histérico-politica escoléstica y académica, para 1a cual €s real y digno s6lo aquel movimiento que eS consciente al ciento por ciento, y que incluso es determinado por un plan minuciosamente trazado antieipadamente 0 que cottesponde (lo cual es lo mismo) a Ia teoria 54 prone abstracta, Pero la realidad est4 Mena de las més extrafias combinacio- nes y €5 él tedrico quien debe hallar en esta rareza la confirmacion de su tooria, “traducis” en lenguaje te6rico los elementos de Ia vida histériea, ¥ no,'a la inversa, presentarse la realidad segin el esquema abstracto, Esto no sucederd hunca y por lo tanto esta concepcién no es mas que tuna expresign de pasividad. (Leonardo sabia encontrar el admcro en todas Tas munifestaciones de Ja vida césmica, aun cuando los ojos pro- fanos no viesen més que arbitrariedad y desorden.) § <49>. Temas de cultura.* Material ideoldgico. Un estudio de como esti organiza de hecho I esrutursideoldgea de una clase dominate: © sea Ia organizacion material tendiente a mantener, a defender y a desarrollar el “frente” te6rico ¢ ideolégico. La parte més importante y més dinamica de éste es Ia prensa en general: casas editoras (que tienen tun programa implicito y explicito y que se apoyan en una determinada corriente), periddicos politicos, revistas de todo género, cientificas, li- terarias, filolégicas, de divulgaci6n, etoétera, periédicos diversos hasta fos boletines parroquiales. Seria gigantesco un estudio semejante si se hiciera ‘a escala nacional: por esto podria hacerse una setie de estudios para tuna ciudad o para una serie de ciudades. Un jefe de redacciGn de un periddico deberia disponer de este estudio como orientacién gene|ral para su trabajo, incluso deberia repetirlo por su propia cuenta: (cudntas Erénicas magnificas podrian escribirse sobre este tema! La prensa es Ia parte mas dindmica de esta estructura idcolégice, pero no Ja pica: todo aquelfo que influye o puede influic en 1a opinitn pui- blica directa 0 indirectamente le pertenece: las bibliotocas, las escuelas, Tos circulos y clubes de distinto tipo, hasta la arguitectura, Ta disposicién de Tas calles y los nombres de éstas. No se explicaria la posicién conser vada por la Iglesia en Ia sociedad moderna, si no se conocieran los es- fuerzos prolongados y pacientes que realiza para desarrollar continua- mente su seccidn particular de esta estructura material de la ideologfa. Scmejante estudio, hecho seriamente, tendrfa cierta importanci més de dar un modelo historico viviente de tal estructura, habituaria a un célculo mis cauto y exacio de las fuersas actyales en Ia sociedad, 4Oué puede oponerse, por parte de una clasc innovadora, a este complejo formidable de trincheras y fortificaciones de Ta clase dominante? El es- piritu de escisién, o sea la progresiva adquisicién de 1a conciencia de la propia personalidad hist6rica, espiritu de escision que debe tender a extenderse de la clase protagonista a las clases aliadas.potenciales: todo ello exige un complejo ideolégico, cuya primera condicién es el exacto al manyscrito el titulo “Temas de cultura” sustituye al ttulo or 0, cancelado, “Revistasipo". inal, two 55 30 bis

You might also like