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discit AXEL HONNETH Reconocimiento y menosprecio Sobre la fundamentacién normativa de una teorfa social + “La lucha por el reconocimiento debe ser considerada un fenémeno claramente diferenciado de naturaleza moral, asi como una accién social” (entrevista de Daniel Gamper Sachse) @ Primaraeticien, 2010, (© Kate Baitores Chacone 218 CLAZTERE-Buanos Aires Calla dl Barco N® 40,3 D 28004 Madrid ‘oredkatreditores comm (© Gentro de Cult Contempornen do Barcelona Montalaee, 5 (08001 Baresiona wormeccharg © Aca Honaeth, 2009 ‘Titulo original: Anorkennung und Missacheuny. Zr nrmativen Bogen einer Gaellochatthaorie (© Suhkamp Vela, ranidurt arm Main 2005 (© Traduccin: Judit Rorneu Eabeyen 1 Bntroviets:Danll Gampor Sachse ISBN Argentine: 978-987 1865-51-5 ISBN Espana: 576-64-52946-28.0 ise de colocelda: thon lust Improso on Espana por Sfelat SL. Desi legal M-45758-2010 45 indice Reconocimiento y menosprecio. ‘Sobre la fundamentacién normativa de una teoria social “La lucha por el reconocimiento debe ser considerada un fenomeno claramente diferenciado de naturaleza moral, asi como una acci6n social” (entrevista de Daniel Gamper Sachse) Reconocimiento y menosprecio Sobre la fundamentacién normativa de una teoria social* Quien haya seguido detenidamente la evoluci6n de la filosofia politica a lo largo de los dltimos anos, habra sido testigo de uno de esos procesos te6ricos en los cuales las modificaciones en los conceptos centrales comportan a su vez cambios graduales en las orientaciones normativas. ‘Hasta fines de la década de 1980, la hegemonia del marxismo en Europa y la amplia repercusion, de Rawls en los Estados Unidos fueron respon- sables del caricter incuestionable del principio conductor de una teorfa normativa del orden politico, A pesar de las diferencias en cuestiones concretas, habfa unanimidad acerca de la nece. sidad de climinar aquellas desigualdades sociales * Esta conferenciatavo lugar en el Genteo de Cultura Conterporinea de Baeelona (cen) et 9 de marzo 142009, en el marco del cclo“mpucezas: Apuntes sobre Ia condicén humans © econémicas que no fuera posible justificar con argumentos razonables. Desde hace alguin tiem- Po, el lugar de esta influyente idea de justicia, que desde el punto de vista politico puede en- tenderse como expresion de la era socialdemé- ata, parece ocuparlo una nueva visién que, en un principio, resulta politicamente mucho menos clara: el objetivo normativo parece no ser ya la eliminacién de la desigualdad, sino la prevencidn de la humillacién del menospre- io; las eategorias centrales de esta nueva vision ya no son la distribucién equitativa o la fgualdad de bienes, sino la dignidad y el respeto. En una perspicaz formulacién que podria adquirir ripidamente un significado paradigmitico, Nancy Fraser describe este proceso de cambio ‘como una transicién de la idea de la redistribu- tion a la de la recognition: mientras el primer concepto va ligado a una idea de justicia que tiene como objetivo la creacién de igualdad social a través de la redistribucién de bienes que garantizan la libertad, el segundo concepto define las condiciones para una sociedad justa a través del objetivo del reconocimiento de la dignidad o la integridad individuales de todos sus miembros. Albert O. Hirschman tiene una idea similar cuando propone una diferenciacion categorial que permite, en su opinién, caracteri- zar una tendencia central de la cultura pol ‘de nuestra épaca: los conflictos sociales de hoy adquieren de manera creciente el caracter de conflictos indivisibles, que, a diferencia de los conflictos divisibles, estan relacionados con bienes euyo cardcter excluye una distribucién segiin criterios de igualdad. ESAS orientacioney STEEN eereeamnecte 2 cos contrapuestas: social. Y es que, tan pronto como se adiviné que las reivindicaciones de redistribucién econémi- cca eran irrealizables a largo plazo dice esta primera tesis-, se impusieron en su lugar las visiones reducidas y puramente negativas de supresidn de la humillacién y el menoyprecio. Por otro lado, también es concebible una expli- | | —=—=—=1 errr a EE ee rile POINTE rercnat ee cont IRR etencil acre ad cepto d{USHEEME sta segunda tesis es la que pretend esas eas tes te posse DEM rncesg nen SRS eciienng ace do ealeg gt Mimaata decta poem poltico- mora aiid enrereeier PED segunda fase quiero recordar, con unas pocas observaciones; (@@BHEgEEP® primera ver desarroll6 la idea normative delGSCOHOSMEHED MUtuo (2); a partir de aqui, en una tercera fase, intentaré esbozar el contenido normativo del reconoci- miento de manera que, a través de una diferen ciacién de las formas de dano moral, se espn ds (iE TONASTAESCOROSAEED to (3). Estas aclaraciones conceptuales me per- 13 | Aeconocimiente y menoseRecio smitirén, en una tiltima fase, presentar una propuesta que permite comprender los conific~ eda SAS Aaa chen No hay duda de = ‘el concepto de reconoci- siento, en cualquiera de sus versiones, ha teni do siempre un papel esencial en el Ambito de la filosofia practica: en la ética de la Antigiedad, por ejemplo, reinaba la conviccion de que s6lo aquellas personas cuya actuacién ganase la losofia de la morall escoce ‘sa se guiaba por: ee ‘que el reconocimien- to 0 la desaprobacién pablicas constituian el mecanismo social a través del cual el individuo cera estimulado a perseguir las virtudes desea- Dies, y, com (KBB Finalmente, el concepto de (EERE quiere incluso la funci6n de TTD Jen el sentido de que ‘contiene el cleo del 14 aNEL owner (GBM Pero ninguno de los autores clisicos ~ con la gran excepcién, claro, de Hegel, que en este sentido fue un precursor aislado—basé su teoria ética en el principio del CTT como tal. Por grande que fuera la importancia indirecta que se le diese 202 RPE siempre a la sombra de otros conceptos conside- _Fados més esenciales. at stuacion mo cambi6 de manera funda mental hasta que, lo largo de los ltimos vein- ‘apie fea Stes soaeteee 1 oir fe a eect ‘teamente una mayor consideracion dela idea de reconocimiento: tanto en las discusiones sobre elUGETRESTATD como en a anda mentaciGn tebrica del secon ficms ‘pidamente como ideal esrméla-wisign nor- mativacdequeloelmdiviasbeo Toe grapersica- lcs necesitabsn SSERSCORSGOTD SSETPORRUMPE Des. aqut hasta Is visin generalizada de que la calidad moral de las elaciones sociales no se podia medir slo en fianeidn dela distribacién correcta o just de bienes materiales habia tan slo un paso. Ens csencia, nuestra idea de justicin debla estar mucho ms estrechamente ligada ala concep- cién de como y en calidad de qué los individuos a5 1 aeconaciniENTO Y wenaseRECiD se reconocian los unos a los otros. Asi, de los cuestionamientos politicos se gener gradual- mente la materia para dna discusién filoséfico- moral que tiene su punto de partida en la (@BPhiace referencia principalmente a las cual ‘dades deseables 0 requeridas de las relaciones que los sujetos mantienen entre si. Ciertamente, una propuesta asi constituye tan sélo la base para llevar a eabo el intento de extraer principios normativos de una teoria de la sociedad directamente a partir de las implica- ciones morales del concepto de reconocimiento, Y es que, una vez abierto este camino, pronto se pone de relieve la multitud de problemas que van unidos a un enfoque de esta naturaleza. Actualmente, la discusién acerca de una moral del reconocimiento esta en gran medida deter- minada por el esfuerzo de acotar siquiera estas dificultades de una manera sistematica. Uno de los primeros problemas que plantea de entrada tun enfoque de este tipo esti relacionado con la sep espa Acad OSLER (GlamsUESTOMNSINNRED ee el 16 1 anet nownere concepto de respeto, que desde Kant muestra un perfil relativamente definido desde el punto de vista filos6fico-moral, el concepto de reconoci- ‘miento no ha sido definido de ninguna manera, ni en el mbito del lenguaje cotidiano ni en el de la filosofia, Asi, principalmente en contextos relacionados con la fundamentacién de una ‘0 de |@GGSSERSNAMSEABEEER en cam- bio, por reconocimiento se entiende un respeto mutuo tanto de la especificidad como de la igualdad de todas las otras personas, que tiene como ejemplo paradigmatico el comporta- _ mento discursivo de los participantes en una (GERUMEMEIGRDY, fivaimente, en el marco de los intentos de desarrollo del TEED 2 categoria de reconocimiento es utilizada hoy para caracterizar algunas formas de apreciacion de estilos de vida diferentes al propio, como las que se dan tipicamente en el contexto dela solidaridad social De esta multitud de aplicaciones surge un segundo problema: en funcion de la interpreta- in de la que se parte, parece modificarse 17) AEcoMacIMIENTO Y menasenrcio i tambiér/ GRESREAGSHAGE MEOH pEOS Asi, Simos referimos al recono- ‘eameominy: | ‘cimicnto de | GST: todos los eres humanos, puede parecer razonable hablar | ELATED cns05 ge este lenguaje, en cambio, seria poco adecuado en el caso de las forrnas CSR SSAEOEID En este sentido, es I6gico suponer que los diferentes contenidos jnterpretativos del reconocimiento van unidos sn cada caso a perspectivas morales especificas. sta pluralidad plantea finalmente la cuestion ide que éstos pueden ser justificados normativa- -nte de manera conjunta. Con ello se plantea ‘dl problema de la fundamentacion de las impli- caciones morales que subyacen a las diferentes formas de reconocimiento. ; Naturalmente, en el presente esbozo no es posible tratar estas cuestiones tan complejas de una manera minimamente satisfactoria. Un j tratamiento razonable de toda esta problemitica lo ofrecen las diferenciaciones en el concepto de reconocimiento que Hegel establecié ya en si presentan una primera aproxi- ‘maciGn a los diferentes significados con los que 18) ance wonnera el fendmeno del reconocimiento aparece ain hoy en las discusiones sociofilos6ficas. | 2 SALTED Cuando Hegel, a fines del siglo xvin1, emprendio (GUAGE n La ayuda del concepto de reconocimiento, ya podia remitirse a toda una serie de proyectos filosoficos existentes, donde ideas y conceptos préximos ocupaban un lugar dlestacado§@BBED por cjemplo, influido por (GPT artis del principio antropol6yico ‘de que los hombres son dominados principal- mente por la necesicad de obtener un grado _constantemente creciente de reconocimiento y (GED GBB n su exposicion critica det proceso de civilizacién, habia formulado incluso la tesis de que fue cor PTS SRMESAREI ¢ GERAD cuando los hombres empeza- ron a perder aquella tranquila seguridad en si mismos que debia haber garantizado la vida Pacifica en estado natural. Y @HGHI® finalmente, en contraposiciGn estricta a este negativismo, en su fundamentacién del derecho natural lego a 19 | RECOMOCIMIENTO Y HEMaSPRECIO la conviccién de que los individuos podian adquirir conciencia de su libertad solo si se incitaban mutuamente a hacer uso de su auto- nomia y, en consecuencia, se reconocian los ‘unos a los otros como seres libres. Por muy heterogeneas e incluso contradictorias que pudieran ser estas ideas, en conjunto pudieron hacer madurar en urQIGQBlB\in joven la idea de si bien ‘es cierto que Ia antropologia politica de Hobbes ‘© de Rousseau estuvo dominada por una cierta tendencia al pesimismo, en el sentido de que en elanhelo de reconocimiento se habia entrevisto ‘una amenaza del orden politico o de la autenti- cidad personal, indirectamente se podia con- luir de estas interpretaciones que en el transcurso de su vida el ser humano estaba sujeto al respeto y a la apreciacién de los otros participantes en la interacci6n. iertamente, para los objetivos que Hegel perseguia en sus primeros escritos, a simple af macion de una conexi6n obligatoria entre | podia bastar si habla que explicarcémo la | ‘experiencia del reconocimiento podia tener | como efecto un avance en el émbito dela moral, | | ‘era necesaria una explicacién adicional de la reciprocidad dinémica que debfa existir entre la "desarrollo moral de sociedades enteras. Ls respuestas que Hegel hallo estas complejas cuestiones en el curso dela claboracion de sus primeros proyectos de sistema representan el nucleo de su modelo de(@GHEBOEEIRESIBED (@@RMBH4 ve contienc la ariesgada pero ala vee sugerente idea de que el progreso moral e desa- rrolla alo largo de tna gradacisn de tres patro- nes de reconocimiento de complejidad creciente, cette los cuales se plantea cada vez una lucha intersubjetiva entre los individuos para hacer valer la reivindicaciones de su identidad, Lo que tiene de especial este enfoque es sobre todo la tesis—que va mucho mis alli de Fichte~ sean la cual, una vez captadas las premisas intersubjetivas de la formaci6n de autoconcien— _ cia, es necesario distinguir tres formas de reco- (GGERRIERTOTEEIPAOEDD es que, si bien es cierto ‘que el mecanismo de concesién mutua de wna estera de libertad individual que Fichte renia en menteen su fundamentacion del derecho natu- ral explica efectivamente la formaci6n de una conciencia juridica subjetiva, ello no comprende en su totalidad la concepcién positiva que una persona libre tiene de si misma. Es por ello que jue debia contener aproximadamente aquello que Kanttentendia por respeto moral, Gaistiserronocindentquna apes ‘@ephitnldehlan corresponsierfediattaiceto) cién de Holderlin~, los sujetos se reconocen mutuamente en sus necesidades especificas, cosa ‘que les permite adquirir una seguridad afectiva cen la articulacién de sus deseos instintivos: (3m blece una forma de reconocimiento que tiene por objetivo permitir a los individuos la apre- ciacién en el otro de aquellas cualidades que contribuyen a la reproduccion del orden social. En sus primeros escritos, Hegel parece estar convencido de que el trinsito entre estas dife rentes esferas de reconocimiento se produce en cada caso a través de vi TTT AE GRAANLEN en TED -concepcién gradualmente creciente que cada) la necesidad de ser reco- nocido cada ver en nuevas dimensiones de la propia persona abre en cierta manera un con- ficto intersubjetivo cuya solucién no puede chnsistir sino en el establecimiento de una esfera cada vez més amplia de reconocimiento. En de premisas normativas en que una sociedad moderna y liberal debe basarse a fin de poder 10s libres i 1oge cocoa yategdeinaslpns ona tote carte aE Ins selec Ate dens <\panorams de ve en lo mucho mis el conjunto ¢ SEED — AGATA ATR Fc GePIRRNAIO:n consecuenc ‘menosprecio le debe corresponder una relacion de reconocimiento reciproco en la que slesde el punto de vista de los otros participantes en la interacci6n, titular de los mismos derechos que étos. Nc identifies el proceso de adquisicion de la pers- pectiva de! ‘SURSRGHERATZEa como mecani: mo donde ello tiene lugar, proceso que garantiza, al yo de la autorrelacién prictica, juntamente 27 | NeCONOCIMIENTO Y nENaSPRECIO con la imposicién normativa de ciertas obliga- ciones, la satisfaceion de ciertos derechos. Laactitud positiva que un individuo puede adoptar hacia si mismo cuando experimenta este ea de reconocimiento juridico es la del individuo es capaz de _ las caracteristicas de un actor moralmente jm__ (BEB £! reconocimiento juridico permite, a eee. pric mario, una generalizacién del medio de recono- cimiento que le es propio en las dos direcciones cde ampliacion material y social delos derech en el primer caso, el derecho gana en contenidos | (GERARD « traves de los cuales se tienen cada ‘vez mas en cuenta también, desde el punto de vista juridico, las diferencias en las posibilidades individuales de realizacién de 0 GRAB ersubjetivamente; en el segundo «caso, en cambio, el ambito juridico es universali- do en el sentido de que (TTT ES _de grupos hasta entonces excluidos 0 discrimi-- Ta relacion de reconocimiento del dere- 10, Por tanto, le es propio por principio un 28 | ance vonnern universalismo que alcanza su desarrollo a través | Finalmente, el tercer tipo de menosprecio que ‘quiero distinguit Estos patrones de devaluacién valorativa de ciertas acciones o formas de vida tienen para los indivi- duos afectadas Ja consecuencia de que no se s por ello que a esta orma de menosprecio le corresponde, como individuo a adquirir una forma de autoestima cc este tipo iia RElAGISRAEAPRODACIOR SOLED A ET TED _ vida desarrolladas individualmente, (» lls lov individuos y sus especificidades individuales encontrarian, como personas individualizadas a lo largo det transcurso de su vida, el recono. miento de la exhortacién reciproca. En lo que respecta a este tipo de relacién de reconoci- miento, Mead argumenta de la siguiente mane- ra puesto quel ica debe poder, ademas, colocarse en la perspectiva 29 | #ECONOCIMIENTD ¥ HEMOSPEECIO de un CSTE cle proporcione a aprobacion interoubjetiva necesaria en sus aspiraciones de unicidad La posibilided de obtener este tipo dé autocon- firmcion ética ls proporciona:unarelacion de reconocimiento reciproco en la que@D (G@EBB- encuentran en un horizon (@GEBEBa ve advierten a ambos de k ‘lable importancia que las propias capacidades y actividades tienen para el otro En la medida en see eee ere pice la experichctayital de cardts ytespoioas bilidades eonspartidassinclaye siete; rial del momento cognitive de un conocimiehto ‘ico, también el elemento sfectivo'de a empatia solidaria. La actitud positiva que un individuo) _ puede adoptar hacia simismo cuando es objeto. _ de este tipo de reconocimiento es i de lnmutoes> (GUBAMERIAIRD puesto que sesiente valorado Gidadesespecificasy! individuo es capaz de identificarse con sus cualidades y aportaciones espeeifieas de una manera absoluta. Por lo tanto, lo que tiene de especial una relacién de recono- cimiento moral asf es también para Mead el hecho de que internamente apunta hacia la posibilidad de una apertura sucesiva hacia las 30 | Ane, wownera (CEASERS |2s norms Aces ge Nand tte denipeconocenvereciprotamehtcen su espedit- cidad individual estén abiertasa un proceso de destradicionalizcion en el transcurso del cual pierden su cardctr jerarquizante y prescriptivo a felacién de reconocimiento de la solidaridad, por tuintoyleesinherente un principio de dife=) sauna creciente generalizaci6n. A la Ho gracias a la presién de los sujetos individualizados. Parece, pues, que con SESSA _ Feconotiniienta=los.delamonisl derschoyila) (G@UBEBBABD quedan establecidas las condiciones (ormaley dees eigneane meee lee co dels cuales Jos ums pueden vec garam ‘xt su dignidad’@ suimtegridad tntegridad ignifiea aqui simplemente, que el individuo ea eee ee ‘Cuando es participe de un entorno social en el ‘que se encuentran organizados de forma gradual estos tres modelos de reconocimiento, sea cual sea su forma concreta, el individuo puede remi- tise a si mismo en las formas positivas de la 3 | eecavacimtente ¥ MEmDsPREcio De este razonammicnto se despreaden consecuen- cias normativas que invitan a una ampliacion de nuestro concepto tradicional de que el objetivo nocmative de un reconocimieato 110 deformadomno puede resumnimse de manéra completa en el concepto dejustica, sino que eter ee oe ia con cepcicn forrmal de vida satisfctoria eral eiete leg tear de ang iene ant per forma aproximada de fundamentacion: entendiendo por pontancidad o GBR lo que se refiere a un proceso asi, no pueden significar simplemente ausencia de presi6n 0 influencia externas, sino No ‘obstante, esta segunda forma de libertad puede tener un sentido positivo sila entendemos como forma de confianza dirigida hacia el interior, que proporciona seguridad al individuo tanto 321 anEL wonwern ena expresién de sus necesidades como en la puesta en préctica de sus capacidades. Sin em- argo, previamente ya se habia demostrado que “ce tipo deseguriades cs decreas formas dela consio mise bres de miedo "fr sncn i pce por a) —— a> _ puede alcanzarlos con la ayuda de sus compatie~ (GERREIMIETRETIOR, (0s diferentes modelos de ‘reconocimiento representan condiciones inter~ subjetivas que necesariamente debemos tener resentes si queremos describir las estructuras _generales de una vida satisfactoria, Ahora bien, la concepeién propuesta presenta ‘una dificultad central por el hecho de que dos si no los tres~ modelos de reconocimiento introducidos albergan el potencial para una evolucién normativa, Como ya se ha visto, al ‘menos tanto la relacién juridica como la comu- nidad de valores estan abiertas a procesos de remodelacién en la direccién de un aumento de universalidad o igualdad. Este potencial de desarrollo interno introduce en las condiciones 33 | AECOMACIMIENTO F MENosPescio normativas de la autorrealizacién un indicador historic que debe restringir las expectativas de nuestro concepto formal de moral: aquello que puede ser considerado como presupuesto inter- subjetivo de una vida satisfactoria se convierte en una dimensi6n historicamente variable que viene determinada en cada momento por el nivel de desarrollo del modelo de reconoci to. ‘Un esquema formal de la moral comprende las condiciones cualitativas de autorrealizacion que se pueden distinguir de la diversidad de todas las formas de vida particulares en la medi- da en que constituyen premisas generales de la integridad personal de los individuos. No obs- ‘ante, puesto que estas condiciones, por su arte, estan abiertas a posibilidades de un desa- rrollo normativo superior, una concepeién formal de este tipo no es inmune a cualquier transformacién hist6rica, sino que, al contrario, cesta ligada a la situacién inicial tinica del mo- i TTS (GREG al manera que puedan ser considera- 34 1 Ane woumera dos elementos de moral s6lo en su grado maximo de desarrol | eee re fea de una moral postradicionaly democratica como la que se perfla en una argumentacion de eet aes ec ree GEER ye joven, y mis adelante por ED bajo premises posmetafsicas; slvando las dis- tancias ambos umigta nial sapien sociedad en que las conquistas universalistas de A HAA hast tl ae ire aera des iii se rs xy. ademis, coneibieron estos modelos especitica- mente modernos de interaccién social como ‘una red de diferentes condiciones de reconoci- miento en las que los individuos se saben cada vez confirmados en una de las dimensiones de ‘su autorrealizacién. Asf, tanto Hegel como Mead. ‘estuvieron mis cerca que nunca de la idea nor- i | 35 | R€CONOCIMIENO ¥ mENOSPRECIO ‘mativa que intento esbozar aqui con la ayuda de una concepcién de moral ligada a la historia ero formal a la vez. 4. RECONSTRUCCION DE CONFLICTOS DE DISTRIBUCIGN COMO LUCHAS DE En los tiltimos afios se han formulado algunas basada en la teoria del reconocimiento, que desembocan en la tesis de que S551) (GetsonAlIOFEOIeCHIVA, ya que de esta manera los requisitos materiales de justicia dejarian de recibir la atenci6n adecuada. En los iltimos afios ARHHEREREED ha sido quien ha formulado esta critica de una manera mas manifiesta en el articulo citado al principio, que acaparé ripida- mente gran atencién. Esta autora es de la opi- nnién de que una moral social del reconocimiento s6lo puede tener en considera Gién aquello que hoy llamamo$ ONCAEID @MBrientzas que tas formas tradicionales de politica de redistribucién no pueden verse mani- festadas en este contexto. Tengo la conviccion de ps oe _Prensible si'tenemos en cuenta una tendencia especifica presente en la literatura politico-filo- sofiea, Yes que, en el marco de los debates que tienen lugar actualmente sobre la politica del reconocimiento, existe la marcada tendencia a po seen Meese wo ane ort i cacdan weseateals reivindicaciones politicas que son formuladas scrim ool lo depen QM: parece cieen cee te {do un fatidico malentendlido, provocado sobre ‘oun por Chale Taylor ys bro sobre la poli) SSS ‘sbozar en dos fases los problemas de est imi- tacicn dal peldiga del recompeinien 37 | recanacemienre v wenosarcia (QUEM. en un bro que por primera Ses cesentaoee ete es eee reconocimiento como problems actual y que se cunviréré Ades euis cu Geol crepttar on cierta manera ta cronologia extreordinarien GERBER eg:in la tesis principal del libro estas ‘desde el punto de a ‘este punto, Jo que me interesa no es que Taylor se base en ‘un concepto demasiado estrecho de reconoci- miento juridico en el sentido de que lo reduce cesquematicamente a una forma homogenciza- dora de igualdad de trato. Lo que es interesante de la tesis de Taylor son las simplificaciones y las unilateralizaciones histricas que contribuyen a ‘sta cronologia lineal: asi como a las actuales luchas de reconocimiento se les debe negar de entrada todo componente de cardcter juridico, de los conflictos juridicos del pasado se debe climinar todo elemento cultural de politica de identidad, afin de poder presentar como resul- tado una sucesién histérica de dos tipos diferen- 38 1 Ans HonnerH tes de movimientos sociales GeNaHD trandose en la igualdad juridica, les hubiese sido ajena una finalidad como la de reclamar recono- cimiento social por los valores y las formas de vida propias. No hace falta poser conocimien- tos detallados de historia para entender hasta qué punto esta caracterizacién es desacertada: La idea de qu SSHRETEEREREGED.s un fenémeno nuevo es, en resumen, claramente 11 ELECTED tiene al ‘menos doscientos afios de vida. La ereacién de jue tan importante a principios del ‘siglo xix como en la década de 1960. ;Acaso no eran los (3ISHNSERBR siglo xix ejem- plos de politicas de identidad? z¥ la lucha de (GERHOETEAES teas liberarse de la esclavi- (ud? ;YGSSEREERRESISREP Tampoco hay que reducir a politica de identidad a los relativamente ricos (los “posmaterialistas’ como los llama Inglehart), como si existiese tuna clara jerarquia de necesidades en ta que 39 | REcoMOCIMIENTO ¥ NENOSPEECIO los intereses materiales claramente definidos precedieran a la cultura y a las luchas por enci~ ma de la constitucién de la naturaleza de los intereses, tanto materiales como espirituales.* “Ast como los movimientos d. dad de hoy no pueden red cexclusivamente culturales, los movimientos de resistencia tradicionales de fines del siglo xrx y principios del xx no se pueden reducir solamente 8 objetivos materiales 0 juridicos. Al fin yal cabo, el mismo movimiento obrero, por poner otro 10 relevante que Craig Calhoun no men- Ps objetivos: 2 [The notion tat identity politics isa new phenomenon i in sum, cle false The women's movement hax ots at least wounded yess old The founding of communes ‘wat as important in the easly soos in the 1960 Weren't the European nationale of the ninctecat entry Instances of identity politics? What of tae struggles of [Atican-Americane in the wake of slavery? What fan ‘Colonial sesistance? Neither is identity politics init 1 he Felatively aflacut (the “post-matrialists”as Inglehart calla them), as though there were some dear hierarchy of need in which clearly defined material interest precede culute sind struggles over the constitution ofthe nature of interest “boat material and pital” (C. Calhoun, "The Poiies of, entity and Recogaition? em i, rial Soil Theory. (Oxford y Cambridge! 995 Pp. 193-290 agu p25) 40 1 Antu nownera ganarse el reconocimiento por las tradiciones y las formas de vjda propias dentro del panorama de valores capitalista. El esquema de sucesién que GHButiliza como base de su diagndstico hists- rico es, por lo tanto, enganioso: SS la medida en que Nancy Fraser se inspira en su punto de partida en esta sugerente periodizacién, asume forzosamente las falsas, premisas de una contraposicién hist6rica de i (CCGAAOFAAAID por un lado, y de (CRUMERMEIMUBHIAAA or cl otr0, En pocas pala- bras, como consecuencia de una periodizacién, de los objetivos de los movimientos sociales que ‘ induce a error, el reconocimiento es concebido _ como reivindicacién que parece no haber sido de (GRADE por ello que | puede ser reducida al aspecto tinico del reconoci- 1 ‘miento cultural, de manera que todas las otras dimensiones de una lucha por el reconocimiento pierden protagonismo. basada en Ia teoria del reconocimiento que he ropuesto, las reivindicaciones de redistribucion ‘material resultan de dos fuentes diferentes: por Qo i | eecouacimiento y wEmDsPREctO tun lado, de las implicaciones normativas de la igualdad jurfdica, que garantiza un trato iguali- tario ante la ley de todos los miembros de una ‘comunidad democritica. Aqui se pone de relieve ten el proceso democratico de construccion comunidad de d Erleiqueseretereaesraneetoseestcr? Giese vocal reo Gu sol ex gran Darter, ponsables de lo 6c SLI ESEED tras palabras lasiormas eee aera ee e de apreciacién social de qoe disfrutan los grupos sociales dentro de una sociedad, de acuerdo con jerarqulaso sistemas de valores institucionsliza- {dos As como Mars no ereia que pudiese cones ‘birse la distribucion como algo secundario, yo. pienso tambien que los puntos de vista de i 421 ans wownern Lacucs- Uidn es S6lo a qué deben ser atribuidas estas normas de distribucién si cllas mismas deben ser pensadas como elemento secundario 0 deri- vado. Como es sabido, la idea d debjamos aprender a entender las normas de distribucién como expresién institucional de las _relaciones de produccién de una sociedad: el nivel de GSHRGREOBGMIG al que un grupo social conereto tiene pleno derecho dentro de un se calcula en fun- clon es decir, de si lleva a cabo, EE eee ‘ejemplo, un clisi- vas 0 sis SS ee ‘contrari jora bien, las dos Uiltimas décadas de debates sociotesricos nos han ensefiado que(MM@cometié un error en su. conclusi6n al asumir una premisa de valor poco clara: en su categoria de trabajo socialmente 43 | BECONOCIMIENTO ¥ MENDSPRECIO (qeiecadreaitalisyy En mi opinidn, esta circuns- tancia pone (pr, as ue SO eee areca eesti nce Saslbc cease gee peiepemncantradey aa cee ae a to keh clio \os-luchas simbéli€as por a legitimidad det Bn csteqgqupgoIxmicma lucha porta der ig eSueapeniealsuptieto de Nancy roser.-€ hall ancl nua lucha por el) eee iene ag acres cocaine ae ee een gra tiene dereciow exigac Igiinartente es decir fn funciOn de suestatus la ipreciacior de que dlsfrute— un certo grado de ienes materiales, icons walead scans frnudetitt dorddels deiniid ne plcural daeeatihiace eee eee eer Tooele 441 acc owner Una vez que sea entendido el sentido de la lucha por el reconocimiento, comienza a perfi- Jarse de manera especialmente clara un reto actual que deben afrontar las democractas desa- rrolladas de Occidente, donde hay un nimero cxeciente de personas que, a causa de un desem- pleo ya no simplemente coyuntural, sino estruc- tural, carece de la posibilidad de obtener, gracias alas capacidades adquiridas en el proceso de socializacion, aquel tipo de reconocimiento que he aad cSRRGRERSAROBBID: consecuencia, phe eel res coopertaeeaatiad comunidad democritica, porque ello va unico a la condicién de nexperiencia de cooperacién o, dicho de otra forma, de la participacion social- ‘mente reconocida en la reproduccién de la dad. Es por elo que podemos prever queen el futuro habri un nero ereciente de huchas por el reconotinilanteltelacionedas con las definiio- nes y los patrones institucionalizados den apre- cincin social, através de los cuales se establece ‘qué actividades y capacidades son merecedoras dle reconocimiento material, o al menos simbol- co, Sin un aumento radical de aquello que en un futuro podamos llamar de una manera mzonable Y justficada trabajo, esta lucha creciente por e reconocimiento no tendri solucién.

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