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Código ISSN #2618-4621
Código ISSN #2618-4621
2 y 3 de octubre de 2019
Alejandra Potocko
(Coordinación Editorial)
Presentación
Esta obra, parte de la serie Actas y Comunicaciones UNGS, reúne los trabajos
presentados en el 4to Congreso Latinoamericano de Estudios Urbanos organizado por
URBARED con la colaboración de CLACSO y el IIGG-UBA, en octubre de 2019 en el
Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
Es una publicación electrónica de acceso abierto que se propone dar a conocer los
avances y resultados de estudios e investigaciones puestos en discusión durante el evento con
el fin de que su difusión fomente el diálogo y la reflexión, y promueva la construcción
colectiva de conocimiento en torno a las temáticas en las que se centró el Congreso.
Las Actas se organizan en doce capítulos de acuerdo a los doce ejes temáticos que
estructuraron la convocatoria a trabajos. Dentro de cada capítulo, los trabajos presentados se
ordenan alfabéticamente, por nombre del/la primer/a autor/a; y respetando la decisión de sus
autores/as de publicar la ponencia completa o únicamente el resumen.
Alejandra Potocko
(Coordinación Editorial)
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Actas del 4° Congreso Latinoamericano de Estudios Urbanos URBARED
“Transformaciones metropolitanas en América Latina. La investigación frente a nuevos escenarios”
Resumen
A las teorías sobre el derecho al hábitat, a las cartas por el derecho a la ciudad, a las
políticas habitacionales, a la planificación urbana y al diseño de las ciudades les sigue
resultando ajena, en gran medida, la perspectiva desde la diversidad de identidades y
expresiones de género, orientaciones sexuales, composiciones familiares no tradicionales y
colectivos minorizados.
Introducción
Afirmar que existen inequidades en el acceso, uso y goce del espacio público y la
vivienda nos es novedad, se ha hablado de procesos de inclusión/exclusión al respecto de
cuestiones de clase, indicadores socio-sanitarios y, recientemente, de género. A estas
reflexiones falta aún incorporar la variable sexual y de identidad y expresión de género. El
colectivo travesti/trans, las identidades no binarias y la población LGBTI+ en general vemos
vulnerada la posibilidad de acceder al hábitat digno.
En base a una serie de informes y documentos que detallo en las fuentes consultadas
intentaré clasificar las violencias que recibimos las personas que integramos el colectivo
LGBTI+ en detrimento del derecho al hábitat en las ciudades de nuestra región,
particularmente en la Ciudad de Buenos Aires y su Área Metropolitana, adelantando una
descripción muy generalizada: La violencia contra el colectivo LGBT es una violencia
específica, basada en el prejuicio.
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Ampliaremos la definición del concepto de cisheteronormatividad más adelante en este texto con los aportes
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
proximidad, etc.), una serie de preguntas que inquieran sobre el diferencial del uso medio del
espacio público y se complementarán con entrevistas a actores particularmente referentes
(activistas, especialistas de la temática y referentes urbanos), mientras que en otra etapa
indagaré, también a la manera de relevamiento y entrevistas, específicamente a referentes e
integrantes de la población Travesti/Trans en relación a la vivienda (acceso, condiciones de
habitabilidad, hacinamiento, dominio, etc.). Anticiparé a estos ejercicios un proceso de
investigación donde pretendo indagar sobre algunas de las inequidades que enfrentamos
quienes conformamos el colectivo LGBTI+, en el campo del acceso, uso y ocupación de las
ciudades y el derecho a la vivienda. Entendiéndolos en el marco del derecho al hábitat como
campo de estudio podríamos hablar de derechos a espacios públicos por un lado y privados
por el otro (la vivienda) y, a la vez, intentar configurar un sistema sobre aquellas violencias
que en particular afectan a la población LGBTI+ y que generan un diferencial en el acceso a
estos derechos. Adelanto algunas reflexiones sobre este proceso de investigación, a la manera
de recorte, para compartir en este congreso.
Derecho a la ciudad
Espacio Público
sociales, culturales y ambientales. La negación del acceso a la ciudad nos excluye del sistema
de políticas públicas que deberían garantizar aquello que vienen a reconocer en vías de
ofrecernos un hábitat digno para el desarrollo de la vida. No acceder a la ciudad implica no
acceder al sistema de garantías y derechos: No ser ciudadanos de pleno derecho, en palabras
de Jordi Borja: “Sin espacio público el asentamiento humano masivo no es ciudad, no hay
ciudadanía, entendido por una sociedad de individuos libres e iguales, todos con los mismos
derechos y deberes. El ciudadano no nace, se hace ejerciendo como tal en el espacio público”
(Borja, 2014).
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Expresión de género: se entiende como la manifestación externa del género de una persona, a través de su
aspecto físico, la cual puede incluir el modo de vestir, el peinado o la utilización de artículos cosméticos, o a
través de manerismos, de la forma de hablar, de patrones de comportamiento personal, de comportamiento o
interacción social, de nombres o referencias personales, entre otros. La expresión de género de una persona
puede o no corresponder con su identidad de género auto-percibida.
arbitrarias por parte de agentes estatales –con frecuencia mediante uso excesivo de la
fuerza o abuso verbal–, motivados por lo que consideran “comportamiento inmoral” en
espacios públicos”
El discurso de odio de los atacantes pone como pretexto del ataque la orientación
sexual de las víctimas, entregan la culpa a la víctima y la impunidad de un sistema judicial y
de (in)seguridad que revictimiza y condena a quien sufre la agresión se hace cómplice del
acoso, también según la CIDH: “una “forma de violencia de género, impulsada por el deseo
de castigar a quienes se considera que desafían las normas de género (...)” y “castigarlos” por
traspasar las barreras del género o por cuestionar ideas predominantes con respecto al papel
de cada sexo”.
Los sistemas binarios de sexo y género han sido entendidos como modelos sociales
dominantes en la cultura occidental que considera que el género y el sexo abarcan sólo
dos categorías rígidas, a saber, los sistemas binarios de masculino/hombre y
femenino/mujer, excluyen a aquellas personas que pueden no identificarse dentro de
estas dos categorías, como por ejemplo, algunas personas trans o algunas personas
intersex. Estos criterios constituyen juicios de valor sobre lo que deberían ser los
hombres y las mujeres.
Mencionadas las violencias hacia las identidades cisgénero del colectivo, llegamos a
las personas LGBTI+ que no responden al binario hombre/mujer, aquellas identidades que
fluyen entre géneros y las personas trans, especialmente las mujeres trans y travestis. 5 En el
informe “La revolución de las mariposas. A diez años de La gesta del nombre propio” se da
cuenta del estado de situación de parte de la población travesti y las mujeres trans en la
Ciudad de Buenos Aires, los resultados del estudio permiten afirmar la relación de migración
y manifestación de la identidad/expresión de género:
Las experiencias de migración son muy frecuentes en las mujeres trans y travestis;
bastante mayor que la propia de hombres trans. Travestis y mujeres trans suelen dejar
su hogar y lugar de origen a muy temprana edad y aquellas que fueron encuestadas para
esta investigación provenían, fundamentalmente, del NOA y de la República del Perú.
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Me refiero a la población trans en el conjunto de identidades trans, transgénero y transexuales pero elijo
visibilizar y nombrar a las compañeras travestis por identificarse así, política y éticamente, conformando el
conjunto “travesti/trans” para abarcar al colectivo sin perder la particularidad de todas las identidades que lo
integran.
No vale a este espacio entrar en el debate del comercio sexual, sí en cambio hacer el
recorte de análisis que afirma entonces que hay una segmentación, un espacio “permitido”,
variantes de guetos donde alguna población encuentra habilitado el uso de la ciudad, entiendo
que eso no puede confundirse con afirmar que existe derecho a la ciudad, los espacios donde
se pretende limitar la vida de estas poblaciones siempre son de encierro y clandestinidad y de
un uso dirigido, condicionado y obligatorio. En ese sentido la CIDH
recomienda a los Estados Miembros de la OEA que deroguen las disposiciones legales
que penalizan ciertas conductas en público y que buscan proteger “la moral pública”, y
otros bienes jurídicos afines, sobre la base de motivos vagamente definidos que son
aplicados de manera desproporcionada en contra de personas LGBT, criminalizándoles.
público (14%) y los establecimientos públicos (4%) representan, en total, casi el sesenta por
ciento de los lugares donde ocurren estos ataques. En los espacios públicos de la ciudad y el
área metropolitana de Buenos Aires se concentra la mayor frecuencia de crímenes de odio de
todo el país. La frecuencia de los ataques produce un efecto de adoctrinamiento y sumisión,
la calle está prohibida, la calle es peligrosa. Allí donde deseamos ser libres debemos ser
valientes.
En la mayor conferencia sobre hábitat del mundo —y durante el proceso para llegar a
ella—, en esa donde los gobiernos realizan acuerdos conjuntos y globales de políticas y
acciones para los próximas dos décadas, la cual es acompañada por espacios
alternativos y de resistencia donde se plantean nuevas ideas y potentes reclamos, los
grupos de mujeres y las feministas organizadas desde hace décadas estuvimos más
presentes que nunca para interpelar y plantear en cada espacio la absoluta necesidad de
incluir a las mujeres en el planeamiento de las ciudades —y su correlativo acceso a los
bienes urbanos— si de verdad se busca la equidad y el respeto de los derechos
humanos. (…) La inclusión social, de género y diversidad; la planificación urbana con
perspectiva de género y derechos de las mujeres; la necesidad de que las políticas
urbanas den respuesta a quienes cuidan en las ciudades (trabajo no remunerado que
recae principalmente en las mujeres); las violencias que sufren las mujeres en los
espacios públicos, el género en la agenda académica, y los derechos de las mujeres en
la agenda social fueron algunos de los temas desarrollados por referentes locales e
internacionales. (…) Es en estos espacios donde no sin dificultades se desarrolla un
potente activismo feminista buscando incidir en las políticas del campo del hábitat, la
vivienda, los servicios urbanos; redes y articulaciones que producen conocimiento,
herramientas especializadas, sumando las experiencias territoriales y comunitarias.
resignificando aportes de Jane Jacobs (1968) y Doreen Massey (2001), la primera por
su contribución sobre el sentido de la proximidad y la localización para la vida de las
y la diversidad sexual, me permito agregar, pero también para destensar la lógica que
nos obliga a leer el binarismo como una disputa hombre/mujer y elegir en cambio la
propuesta de otras corrientes de pensamiento que sostienen que el binarismo es entendible
como la relación opresor/oprimide o normal/anormal y lleva a corrernos al plano de
ciudadanías de segunda a todas aquellas personas que no respondemos al ideal de “blancos,
productivos, sanos” que suelen ser la medida de muchos hombres y algunas mujeres
poderosos, mayormente heterosexuales y cristianos (tanto que lo sean realmente como si lo
proyectaran, producto de fantasías aspiracionales).
Para pausar temporalmente este segmento de lo público y pasar a las violencias sobre
el acceso a la vivienda, comparto los interrogantes que propone la colega Ana Falú:
“¿Quiénes son los sujetos del derecho a la ciudad y de sus políticas? ¿Quiénes y para quiénes
son planificadas? ¿Cómo son construidas material y simbólicamente? ¿De qué manera incide
la división sexual del trabajo en la planificación y el uso de las ciudades?”. El patriarcado
atraviesa sistemáticamente las decisiones sobre el espacio público, cuestionar quién planifica
la ciudad, quién participa y quién es excluide de los procesos y tomas de decisiones sobre la
misma parecería ser una vía posible desde nuestras disciplinas para desmaterializar los
sistemas de violencias e inequidades que determinan quienes habitan o no las ciudades. No
pretendo tampoco que se lea esta recomendación como una solución acabada al conflicto, es
sólo una línea en vías de avanzar hacia un acceso equitativo.
Derecho a la vivienda
Espacio Privado
población travesti/trans, ya que representativamente son las y les más vulneradas por la falta
de políticas habitacionales que les permitan acceder a la vivienda.
Las personas trans enfrentan pobreza, exclusión social y altas tasas de inaccesibilidad a
la vivienda, presionándolas a trabajar en economías informales altamente
criminalizadas, como el trabajo sexual o el sexo por supervivencia. Como
consecuencia, las mujeres trans son perfiladas por la policía como peligrosas,
haciéndolas más vulnerables al abuso policial, a la criminalización y a ser encarceladas.
Las personas trans pertenecientes a grupos étnicos o raciales históricamente
discriminados pueden ser aún más vulnerables a entrar en este ciclo de pobreza y
violencia.
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El INDEC define a las “viviendas deficitarias” como: las que cumplen por lo menos una de las siguientes
condiciones: no tiene provisión de agua por cañería dentro de la vivienda; no dispone de retrete con descarga de
agua; tiene piso de tierra u otro material precario. Incluye las “viviendas precarias” que son a) Rancho o casilla:
Noroeste del país. Esta población por lo general no está incluida en los programas de
vivienda del Estado. Son políticas pensadas desde una perspectiva que solo incluye a
mujeres y hombres cisexuales, 7 con hijas e hijos, y no cuentan con lineamientos que
atiendan las necesidades específicas de las personas trans. (…) El desempeño en una
economía informalizada redunda en que, aun con recursos económicos, no puedan
demostrar que dichos ingresos son regulares, requisito indispensable para acceder a
alquileres o créditos para la vivienda. Por ese motivo suelen quedar relegadas a las
viviendas deficitarias y en situación de indefensión frente a los abusos de sus
locadoras/es, que incluyen precios abusivos y desalojos arbitrarios.
el rancho (propio de áreas rurales) tiene generalmente paredes de adobe, piso de tierra y techo de chapa o paja.
La casilla (propia de áreas urbanas) está habitualmente construida con materiales de baja calidad o desecho. b)
Casa de inquilinato: vivienda con salida independiente al exterior construida o remodelada deliberadamente para
que tenga varios cuartos con salida a uno o más espacios de uso común. Algunas formas son conocidas como
conventillos. Cada casa de inquilinato es una única vivienda en cuyo interior se reconocen los hogares
particulares que la habitan. c) Pensión u hotel: vivienda en donde se alojan en forma permanente hogares
particulares en calidad de pensionistas, bajo un régimen especial caracterizado por el pago mensual, quincenal o
semanal de su alojamiento. Se incluyen los hoteles o pensiones no turísticos con capacidad menor de quince
habitaciones en la Capital Federal y menor de diez en las provincias.
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Personas que se identifican con el género que les fuera asignado al nacer.
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Por edificio o casa “tomada” se entiende aquellos lugares, de propiedad pública o privada, que ante la ausencia
de uso, se convierten en sitios de vivienda por parte de personas que no pueden hacer frente al pago de
alquileres o no encuentran otra forma de vivienda más apropiada.
dar cuenta de aquellas personas que se ven obligadas a pernoctar en lugares públicos o
privados, incluidos paradores y refugios. Ellos no cuentan, en términos generales, con
la infraestructura ni condiciones básicas propias de una vivienda. El 3,6% de las
mujeres trans y travestis que participaron de la encuesta correspondiente a 2016 dijo
estar en esa situación.
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Le ley fue promulgada en 2012 y reglamentada por decreto el mismo año, con excepción del Artículo 11
(Derecho al libre desarrollo personal) que se refería a la salud que se reglamentó recién en 2015.
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Una villa habitada originalmente por travestis y gays en la que vivían casi cien familias ubicada terrenos de la
Ciudad Universitaria de la Universidad de Buenos Aires.
familias cis heterosexuales eran concebidos desde el mismo Estado como merecedores
de ayuda social. Todos son pobres. Sin embargo, no todos/as gozan de la misma
legitimidad, no todos merecen la ciudad y sus magros recursos de la misma forma
(Boy, 2018).
Planteado brevemente este sistema de violencias queda abierta la pregunta sobre qué
hacer al respecto desde los campos de estudio que nos ocupan e intento dejar algunas ideas al
respecto en el final de este documento, reflexiones que no pretenden dar por cerrado el tema
sino, por el contrario, abrir el debate.
Reflexiones
por qué las áreas de estudios urbanos localizadas en los principales centros o institutos
del país no recuperan al género y a las sexualidades como dimensiones centrales a tener
en cuenta a la hora de problematizar para quién es la ciudad, quién la merece, cuáles
son los cuerpos y prácticas generizadas y/o sexuales (i)legítimos en ciertos espacios
públicos, y cómo los diferentes grupos que habitan la ciudad desde sus posiciones
económicas, sociales, culturales y sexo-genéricas diferenciales construyen narrativas
morales que (i)legitiman, (i)legalizan, (des)posicionan y hasta expulsan o acobijan a
unos grupos en detrimento de otros.
Bibliografía
Borja, J. (2014). Prólogo, en García Ramón, Ortiz Guitart y Prats Ferret, Espacios Públicos,
Género y Diversidad. Geografías para unas ciudades inclusivas. Icaria.
Boy, M. (2018). El otro espacio público en los estudios urbanos de la Argentina actual: el
género y las sexualidades también construyen ciudad. QUID16 Revista del Área de Estudios
Carman, M. (2010). ¿La clase social entre paréntesis? El caso de la Aldea Gay en Buenos
Aires. Revista Katálysis, 13(1), 49-58.
Falú, A. (2017). La nueva agenda urbana y las feministas en Habitat III. Revista Bravas, (1).
http://viejo.revistabravas.org/article/23/la-nueva-agenda-urbana-y-las-feministas-en-
h%C3%A1bitat-iii
Giaimo, L. (2019). Códigos que incluyen, contextos que excluyen. Revista Armar la Ciudad,
VII(20). https://issuu.com/armarlaciudad/docs/revista_armar_la_ciudad_nro_20_-_ju/28
Fuentes consultadas
Carta por el Derecho de las Mujeres a la Ciudad (2012) Revista Paz y conflictos n° 5.
http://www.ugr.es/~revpaz/numeros/rpc_n5_2012_completo.pdf
https://tbinternet.ohchr.org/Treaties/CEDAW/Shared%20Documents/ARG/INT_CEDAW_N
GO_ARG_25486_S.pdf