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MARY LOUISE PRATT Ojos imperiales Literatura de viajes y transculturacién i) FONDO DE CULTURA ECONOMICA, 2010 transeulturacin/ Mary Louise Pratt; Dewey 940.22 P6650 Diseho de portada: Teresa Guzman Romero ‘Portada: "Cruzando un manglar con marea al ‘Explorations and Adventures in Equatorial Africa ( icada por Routledge, miembro del grupo Taylor & Francis, R. © 2010, Fondo de Cultura Econémica ra PicachorAjusco, 227; 14738 México, D. rosa certficada ISO 9001: 2000 tarios:editorial@fondodeculturaeconomica.com 5227-4672 Fax (58) 5227-4694 Mexico + Printed in Mexico Se puede observar muchisimo con s6lo mirat Yost Benes Ws PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION os amigos citados en el primer prélogo siguen s amigos. A todos ellos les estoy agradecida de in- les maneras, y también agradezco el aspero abrazo ciudad de Nueva York que ahora me saluda todos los Nueva York, febrero de 2010 INTRODUCCION: La crttica en la zona de contacto En Listowel, Ontario, el pueblo rural agricola donde crecf, una de las cuatro esquinas de la principal interseccién de calles la ocupaba la farmacia Livingstone, que dirigfa el doctor del mismo nombre. El doctor Livingstone era un médico que se habia hecho farmacéutico, pero para los ni- fios del pueblo su local era sobre todo el sitio donde se po- dian comprar articulos para hacer bromas; aunque también podia suceder que uno se convirtiera en objeto de tales bro- mas, especialmente si era un dia en que la sefora Livingsto- ne no estaba en la farmacia. Fue a través del doctor Livings- tone, por ejemplo, que yo conocf los milagros de la bomba fétida, el anillo que lanzaba un chorro de agua, el truco de las esposas chinas, el falso paquete de goma de mascar que explotaba al tocarlo y, alrededor de 1955, un terrorifico ar- {culo nuevo que el doctor Livingstone les vendi6 en secreto a mi hermano y a uno de sus amigos: el vémito plistico. Por Jo tanto, no supe si creerle cuando me mostré aquella des- colorida hoja de papel cubierta de una escritura desvaida, enmarcada como un cuadro, y declaré que se trataba de una carta escrita por un tio abuelo suyo que habia sido un fa- moso misionero en Africa. Sélo lo tomé en serio cuando, después de la clase de religién del domingo, se lo pregunté a miss Roxie Ellis, que era una ex misionera. Era cierto: “nuestro” doctor Livingstone era sobrino nieto del “verda- dero” doctor Livingstone de Africa. En la década de 1950 el Canada inglés todavia era colonial: la realidad y la historia estaban en otra parte, encarnadas en la monarquia y en los ingleses. 19 \CCION: LA CRITICA EN LA ZONA DE CONTACTO -ntonces el nombre del autor de la vieja carta me yrrastrando consigo su plumaje colonial. Cuando cn Listowel se instalaron cloacas, el gobierno decidié cambiar los nombres de todas las calles, y la nuestra ascen- de categoria: de ser la calle Raglan pas6 a ser la avenida Livingstone. Un siglo atras, el pueblo habia sido bautizado por el jefe de Correos segtin el lugar de nacimiento de su es- posa en Irlanda. Mi hermana tropez6 con ese fragmento de la historia a mediados de la década de los setenta, también en Africa. En el vestibulo de la ywca (Young Women’s Chris- tian Association [Asociaci6n Cristiana de Mujeres Jévenes)) de Nairobi conocié a la sefiora Judith Listowel, una excéntri- ca aventurera de unos setenta aflos, delgada pero fuerte, y sin un céntimo, que estaba disgustada por el precio de los hoteles y mostré muy poco interés por ofr hablar de la ciu- dad que llevaba su nombre en Canada. Algunos aftos des- pugs estaba yo en California trabajando en mi investigacion cuando encontré un libro de la sefiora Judith. Al parec estaba terminando de escribirlo cuando mi hermana la co- noci6, Era una biografia de David Livingstone. Ignoro dén- de estaré la sefiora Judith hoy, pero mi madre envejecié en towel, en una casa de retiro llamada Livingstone Manor. “(Pueblos angloparlantes del mundo, unfos!” Durante toda su vida mi padre se adhirié apasionadamente a esa nostal- ica exhortacién neoimperial. Ni siquiera después de que le cambiaron el nombre a su calle y mi hermana volvié de Nairobi con su historia, reconocié él que los angloparlantes de todo el mundo ya estaban unidos, 0 por lo menos pega~ dos, por las palabras. Livingstone, Listowel, Livingstone. Las sflabas recorrian nuestras vidas, uniendo por efecto de repeticién cosas que eran distantes, discontinuas e irrea- Living stone: piedra viviente. Es asf como el imperio da sentido al mundo para sus stibditos, es asf como se entrete- je con la vida cotidiana. En la Listowel donde viv, el impe- incorporaba a una historia que estaba en otro lugar, INTRODUCCION: LA CRITICA EN LA ZONA DE CONTACTO que habfa sido construida por personas que no éramos nos- otros. Pero al mismo tiempo, cuando se trataba de Africa, nosotros sabfamos quiénes éramos. Los relatos de los mi- sioneros de la escuela dominical trazaban en nuestra imagi- nacién la frontera del color. Esa accion formaba parte de su trabajo, que consistfa en crearnos como sujetos imperiales, en darnos nuestro lugar en el orden establecido. Esta historia tiene una secuela. En el verano de 2006, mientras reflexionaba sobre si debfa publicar una nueva edicién de Ojos imperiales, pasé una temporada en la cabafia de nuestra familia, en el Lago Hurén. Un dfa el vecino llam6 ‘ami puerta y me dijo que habia recibido una llamada telefé- nica para mf, “Es alguien que quiere conocerla —me expli- c6—. Dice que usted escribié un libro.” Al dia siguiente un hombre alto, elegante y de cabellos blancos atravesé con pa- 80 decidido el patio, me extendié la mano y dijo: “Soy David Livingstone”, Era el hijo del farmacéutico. Alguien le habia mostrado este libro y ahora él queria conocer a la autora que habfa escrito sobre su padre, la farmacia y su famoso pariente y homénimo, Ademds, queria decirme dos cosas: la primera, que en el futuro no escribiera algo tan dificil de comprender; y la segunda, que su padre le habia legado la carta enmarcada, “Le gustaria tener una copia?”, me pregun- 16, “jPor supuesto!”, responds. Entonces, con autorizacién de su dueio, hela aqui. Livingstone, Listowel, Livingstone. En las dltimas décadas del siglo xx los procesos de des- colonizacién iniciaron el cuestionamiento de la facultad del imperio para construir significado. Ese cuestionamiento se enmarca en un trabajo de gran escala dirigido a descoloni- zar el conocimiento, la historia y las relaciones humanas. Este libro forma parte de esa intencién y de ese esfuerzo. Su tema principal, aunque no ‘nico, es la literatura euro- pea de viajes y exploracién, analizada en relaci6n con la ex- pansién econémica y politica que se inicié alrededor de 1750. El libro aspira a ser un estudio de este género literario y Carta de David Livingstone a st sobrino John, de 12 aiios (20 de julio de 1863): "Querido sobrino: recibi tu carta el 4 de este mes, y me agradé mucho. La de tu hermano no ha legado, por lo que sos- echo que nunca fue entregada al correo, Le puede servir de senal de que debe mejorar st letra Luego Livingstone comenta ta “triste situacién" de quienes no tienen acceso a la letra, y habla de sus planes para ir @ las cataratas del Shira. {Reproducida con aut 24 INTRODUCCION: LA CRETICA EN LA ZONA DE CONTACTO én ica de la ig logia que lo sustenta. Su obje- predominante consiste en mostrar cémo fue que los li- . de viajes escritos por europeos sobre partes no euro- om vel ‘orden imperial para los europeos mbién in- ae Ta literatura de viajes logré que la ex: sgase a ser significativa y deseable para jos paises imperiales, aunque sélo unos acumulaba. Argumento que los piblicos Tectores europeos un sentido de propiedad, de- recho y familiaridad respecto de las remotas partes dei mun- do en las que se invertia y que estaban siendo exploradas, invadidas y colonizadas. Los libros de viajes tenfan éxito. Generaban una sensacién de curiosidad, emocién, aventura yhasta fervor moral acerca del expansionismo europeo. Ade- més, propongo la hipétesis de que esos libros fueron uno de Jos instrumentos clave para hacer que las poblaciones cales” de Europa se sintieran parte de un proyecto planet rio o, para decirlo con otras palabras, de la creacién del “su- jeto doméstico” del imperi He abordado tales cuestiones leyendo determinados con- juntos de relatos de viajes, conectados todos ellos con im- Jiones histéricas dentro del proceso de la empresa En un capitulo analizo los escritos euro- pcos del siglo xvii sobre Africa del Sur, dentro del contexto de la expansi6n hacia el interior del conti miento de la historia natural (capitulo 1); en otros conside- seratura de viajes sentimental a tra- jemprana exploraci6n de jental (capitulos my 1v); en los capitulos v y vt examino el modo en que los escritores europeos y latino- \ché por primera vez esta expresién en un comentario de Gays INTRODUCCION: LA CRITICA EN LA ZONA DE CONTACTO 25 americanos reinventaron América del Sur durante el perio- do de la independencia hispanoamericana. En el capitulo 1 rastreo las mutaciones de la imaginacién imperial desde victorianos en Africa Central (1860-1900) hasta los viaje~ del Tercer Mundo en las décadas de 1960 y 1980; y por Ultimo, he agregado un nuevo capitulo, escrito para esta se- gunda edicion de Ojos imperiales, en el que se examinan las diversas maneras en que los relatos de viajes estan siendo reciclados con miras a representar la nueva ola de la globa- lizaci6n desde 1980. Estos estudios de caso presentan diferentes enfoques segiin los interrogantes que aborden. ¢Con qué cédigos la literatura de viajes y exploracién produjo —es decir, creé y modelé— “al resto del mundo” para los piblicos lectores ‘europeos en diferentes momentos del proceso expansionis- feratura de viajes codifican y legi expansién econémica y de domini tos socavan esas aspiraciones? ¢Qué a escritores en los paises receptores de la interven ccon respecto a las codificaciones de su r habia realizado? ¢Cémo las cuestionaron, revisaron, recha- zaron 0 trascendieron? ¢Cémo fue que “los otros” stib ya moldearon las construccit imperial tiende a ima- ginar que determina la periferia (por la di del resplan- lizadora o del flujo de capitales del des- or lo general es ciega frente a la dinémica opuesta: la dinamica del poder que cada colonia tiene sobre su “madre patria”, Esa realidad se advierte, por ejemplo, en el hecho de que los imperios generan en el cen- 26 INTRODUCCION: LA CRITICA EN LA ZONA DE CONTACTO ro imperial del poder una necesidad obsesiva de presentar y re-presentar continuamente para si mismos a sus perife- rias y sus “otros” stibditos. Para conocerse, el centro impe- rial depende de sus otros. Y la literatura de viajes, como también otras instituciones, esta fuertemente organizada para satisfacer esa necesidad. En estos estudios de caso parto de un supuesto metodo- ogico fuerte: que las transiciones hist6ricas importantes al- teran la manera en que la gente escribe porque alteran sus experiencias y, con ello, también su manera de imaginar, sentir y pensar el mundo en el que viven. Por Io tanto, las modificaciones de la escritura siempre nos dicen algo sobre la indole de los cambios. Tales modificaciones de la escritu- ra, si son histéricamente profundas, afectan a més de un género literario. Y ese hecho otorga gran importancia a la manera en que los cambios que tuvieron lugar en la litera- tura de viajes se entrecruzaron con otras formas de conoci- miento y expresién. El libro empieza, por ejemplo, exami- nando Ja interaccién de la literatura de viajes europea con la historia natural de la Ilustraci6n, interaccién ésta que produjo una forma eurocéntrica de conciencia global o “planetaria’. Luego estudio los esquemas de clasificacién de la historia natural en relacién con los conocimientos au- t6ctonos que esos esquemas buscaban desplazar. Mas ad ante se examinan dos modos de la literatura de viajes, el cientffico y el sentimental, como formas complementarias de autoridad burguesa, que desplazan las tradiciones mas antiguas de historias de supervivencia. Dentro del modo sentimental, se sefialan las relaciones que existen entre la narrativa de viajes y la autobiografia de esclavos, que apare- cen mas o menos al mismo tiempo y se influyen mutuamen- te. También examino el impacto del feminismo de comienzos del siglo xncy me concentro en una divisién del trabajo bas- tante impredecible entre escritores y escritoras. La literatu- ra de viajes de la década de 1960 se yuxtapone con la pro- INTRODUCCION: LA CRITICA EN LA ZONA DECONTACTO 27 paganda turistica, por una parte, y con el testimonio y la historia oral por el otro. Pero mientras estudiaba el enorme corpus de relatos de viaje escritos por europeos a lo largo de dos siglos y medio, poco a poco tomaba conciencia de la existencia de los parti- cipantes a los que no ofa. Habfa una enorme brecha en los archivos. {Qué habrin pensado aquellas gentes de los visi- tantes que recibieron y de los designios imperiales con que legaron? ¢Cémo y con qué formas de expresién habrén in- terpretado el proceso que vivieron? De vez en cuando, mien- tras lefa, vislumbraba las maneras en que el imperio era codificado continuamente por las personas sobre cuyas vi- das intervenia: codificado en las ceremonias, la escultura y Ia pintura, la danza, la parodia, la filosofta, la historia. Y ese proceso se daba en expresiones suprimidas, perdidas, o sim- plemente sepultadas bajo la repetici6n y la irrealidad. Todo esto me pide que cuente la historia de otra carta. En 1908 un peruanista llamado Richard Pietschmann estaba en Copenhague escudrifando los Archivos Reales de Dinamarea cuando dio con un manuscrito que nunca antes habfa visto. Estaba fechado en Cuzco en el afio 1615, unas cuatro décadas después de la capitulacién final del imperio incaico ante los espafioles, y firmado con un nombre incon- fundiblemente amerindio: Felipe Guaman Poma de Ayala. En lengua quechua guamdin significa “Aguila” 0 “haleén” y poma, “puma”. Escrito en una mezcla de quechua y un es- pafiol burdo y gramaticalmente imperfecto, el manuscrito era una carta dirigida por este desconocido hombre de los Andes al rey Felipe IIT de Espafia. Pietschmann qued6 at6- nito al descubrir que la carta tenfa 1 200 paginas. Habfa casi 800 paginas de texto escrito y 400 dibujos cuidadosamente elaborados, con epigrafes explicativos. El manuscrito, titula- do Nueva corénica y buen gobierno i justicia,® proponfa nada suaman Poma de Ayala, Nueva cordnica y buen gobiemo, eds. John ‘Murra y Rolena Adorno, p. 372 mn del mundo, Comenzaba rees- joria del cristianismo para incluir a los pue- que una nueva vis Iahi joria y las formas de vida de los pueblos andino: es. Seguia a esto un relato critico y revisionista de la conquista espafiola, y cientos de paginas que documenta- ban y denunciaban Ia explotacién y los abusos cometidos. Las 400 ilustraciones se ajustaban al género europeo del di bujo con epigrafes, pero la invest mente andinas (véanse las figuras 1 y 2). La carta de Gua- man Poma termina con una entrevista ficticia en la que el autor aconseja al rey de Espafia sobre sus responsabilida- des y propone una nueva forma de gobierno, basada en | cooperacién entre las élites andina y espafiola. Nadie sabe cémo llegé esta extraordinaria obra a la bi- blioteca de Copenhague, ni cuanto tiempo hacfa que estaba Y al parecer, nadie se habfa molestado en leerla, ni en averiguar cémo hacerlo. En 1908 el quechua no era coi derado una lengua con escritura, y por eso se consideraba que la cultura andina no era letrada. Pietschmann redact6 un trabajo sobre su descubrimien- toy lo present6 en Londres en 1912. Su recepeién, en el mat- congreso internacional de americanistas, fue con- jeron transcurrir 25 aflos més para que apareciera una edicién facsimilar de la obra de Guamén Po- ma, y los pocos académicos que trabajaron sobre ella lo hi cieron individualmente. Los estudiosos europeos de comi 20s del siglo xx carecian de las herrami para poder descifrar la carta. tura de la época, leyeron la obra en términos simples, de verdad y falsedad, de exactitud e inexactitud. Desde le encontraron falencias. Mirada a través de la lente de no eurocéntrico, aquella obra maestra aparecia imper mal construida, En los afios sesenta y setenta se des- ELPRIMERMVINDO ido segtin el espacio si nasculino” Eva, las gallinas y sus hi Las dos esferas estén “das por por el arado de Adén, una herramienta bésica para la agri 1a. El imperio inca estaba compuesto de cuatro ‘manera similar, estaban divididos por dos diagonales que se cruza- ban en la ciudad de Cueco. 11038 tras maps ey ene Figura 2. Presentacién autoemografica tomada de la obra de Gua- mén Poma Nueva corénica y buen gobierno, de una serie de repre- El eptgrafe reza: “travaxa/zara, sentaciones de la agrict papa halimai de lluvias y de siembra (en quechua)". La eplerafe dice: “enero/capac raymi qt paftol)/mes de gran festejo (en )". El hombre que aparece la izquierda es identficado como un “labrador, chacarg camahoc", “trabajador (en espastol) a cargo de la siembra (en quechua) INTRODUCCION: LA CRITICA ENLA ZONA DE CONTACTO 31 arrollaron maneras més complejas y refinadas de interpretar las representaciones textual ficcionales. Las voces de criticos del Tercer Mundo empeza- ron a ser escuchadas en la metrépoli. En el didlogo entra- ban puntos de vista anclados en las colonias y ex colonias, ivas que cuestionaban los valore: an la fuerza que ejercieron el col rio en la creacién del mundo moderno. Por fin, el texto de Guamén Poma empezé a ser lefdo como el extraordinario tour de force que era Ser leido, y ser legible. La legibilidad de la carta de Gua- man Poma hoy en dfa es un indicio mas de la cambiante dindmica intelectual a través de la cual la construccién de en lo que en este libro llamo “zonas de contacto”, espacios sociales donde culturas dispares se encuentran, chocan y se enfrentan, a menudo dentro de relaciones altamente asimé- tricas de dominacién y subordinacién, tales como el colo- nialismo, la esclavitud, 0 sus consecuencias como se viven en el mundo de hoy. En las paginas que siguen describo este término més a fondo. Estas dos cartas —la aparentemente inevitable pagina por un inglés en Africa y dirigida a su jeaba colgada en la pared de una farma- cia rural de Canadé, y las increfbles 1200 paginas bilingties dirigidas por un desconocido habitante de la region andina al rey de Espafia, perdidas en los archivos de una biblioteca de Copenhague— apenas sugieren la vasta, densa y discon- tinua historia de la construccién de significado imperial que > La mejor fuente introductoria ala obra de Guamin Poma en inglés es: Rolena Adorno, Guaman Poma de Ayala: Writing and Peru, En 2000, la Royal Library of Copenhagen publicé en linea un facsfenil de alta calidad digital del manuscrito. 32. INTRODUCCION: LA CRITICA EN LA ZONA DE CONTACTO constituye el tema de este libro. Si estudiamos solamente lo {que los europeos vieron y dijeron, no haremos mds que re- producir el monopolio del conocimiento y de la interpreta- ‘cin que la empresa imperial pretendia tener. Esto constitu- ye una distorsién enorme porque, desde luego, tal monopolio no existe ni existié nunca. La gente que se encontraba en el extremo receptor del imperialismo europeo construyé su propio conocimiento y elaboré su propia interpretacién, usando a veces —como Guamdn Poma— las propias herra- mientas de los europeos. Es por eso que el término “trans- culturacién” figura en el titulo de este libro. Los etndgrafos han utilizado esta palabra para describir c6mo los grupos marginales 0 subordinados seleccionan ¢ inventan a partir de los materiales que les son transmitides por una cultura dominante o metropolitana* Si bien los pueblos subyugados no pueden controlar lo que la cultura dominante introduce en ellos, pueden, sin em- argo, determinar (en grados diversos) lo que absorben pa- ra si, cémo lo usan y qué significaci6n le otorgan. La trans- culturacién es un fenémeno de la zona de contacto. Dentro del contexto de este libro, el concepto de transculturacion sitve para plantear varios conjuntos de preguntas. ¢Qué ha- cen las personas que se encuentran en el extremo receptor del imperio con los modos metropolitanos de representa- cidn?

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