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Recensiones ‘arlsta en la peregrinacién catlica a Roma de 1882; consagracién del obispo Morgades; cencilica Cum mala de Leén XIII en 1882 para mediar en las divisions de los eatslicos cspatioles; enfrentamientos, a pesar de todo, ‘entre catélicoe integrisas y conciiadores; los inicios del eatalanismo catélico de Ia mano de la reflexién tedrica de Torras i Baguet; ruptura entre carlistas ¢ integristas en 1888, Pero ademés los A. no se limitan a eros ais ni solo a Sarda y Salvany. Offecen an- tecedentes y consecuencias. Entre los antece- ddentes algunos tan interesantes como un e¢- bozo de la corriente catalana de catolicitmo liberal que arranca de Balmes, esté presente ‘en los afos cincuenta y sesenta, participa en cl congreso de los catdlicosliberales de Max linas, en 1968 y difunde en Catalufa el fo- Ileto de Mons. Dupanloup aclarando el sen- tido del Silabur. Entre las consecuencias, vale la pena destacar el estudio dedieado al catalanismo catélico, como alternativa al in- tegrismo, Si hubiese que destacar algo, a nivel general, ya que el contenido del libro es im- posible de sintetizar, valdrfa la pena lamar Ja atencin sobre la rica documentacin ma nejada y citada abundantemente, Gi te ae encuentra en el Seminar @'Hivbr Eclesitstica de la Biblioteca Episcopal de Barcelona. Es un conjunto de documentos sobre Ia historia contemporénea religiosa de Catalufa realmente envidiable. Sobre todo porque no hay otro territorio en Espafia que pueda ofrecer algo similar, Una vez més, la ‘madurez cultural de un pueblo, aparece re- Alejada en el cuidado que presta a su memo ria colectiva. Ademés, los documentos em: pleados no se limitan 2 Cataluia: en exo Afi hay catalanes en puestos fundamenta- les de Ia curia romana, que aparecen fuga ‘mente en el libro que comentamos pero que resultan de gran utilidad para conocer el ambiente romano. Por citar uno, el P. Cala- AHIg 1 (1992) sanz de Llevaneras, afios mis tarde Carde- ral Vives i Tut6, hombre activisime, con notable influencia y partdario declarado de Sard y Salvany (muy significativa la carta aque te recoge en el text). La cuidada presentaciém del libro, cien- tifiea y material, podrfa mejorarse en una segunda edicin evitando las notas a final de capitulo, eliminando alguna confusién en la ‘numeracién de las mismas (an. 125 y ss. det ‘ap. X) y quizé incluyendo autores que han ‘estudiado muy a fondo Ia politica religiosa finisecular, desde una perspectiva més cen- teada en Madrid, como Andrés-Gallego. No podemos menot que felictarnos de In colaboracién tan fecunda de los Dres. Bo- net y Marti y confiamos en que puedan oftecernos en un futuro —cuanto més cerca: no mejor— el resto de Ia trilogia que pro- rmeten en este volumen: los antecedentes y las consecuencias del proceso que tan aguda mente describen en este trabajo tan bien construido sobre el integrismo en Catalufa A.M. Pazos Walter BRANDMOLLER, Papst und Konzl im Grosn Schisma (1378-1431). Studien und Quel- lex, Ferdinand Schéningh, Paderborn 1990, XXIEEI2 pp. BB presente tomo reiine catorce trabajos publicados por el Prof, Brandmiller, Ord nario de Historia de la Iglesia en la Univer- sidad de Augsburg, en distintos sitios, a ve ces diffcilmente accesibles, fruto de sus hallazgot personales en numerosos archivos y bibliotecas de Alemania, Francia, Italia, Es- paiia y Austria. Giran en tomo del papa (cin- 2) y del concilo (nueve) en la Epoca del Cis sma de Occidente, Extn elaborados de mano rmaestra, como cabia esperar de uno de los mejores historiadores contemporineos, Cor ig clichés recibidos y presenta puntos de vi 393 Recensiones 1a originales, que han marcado la investigar cién en los sltimos decer El primer problema con que se enfren ta: Zur Frage der Giltighit der Wahl Urbans VI. Queen und Qualité (pp. 341), 08 si fue vilida la eleccién de Urbano VI (8 abril 41378), que dio lugar al nacimiento del lla- mado Gran Cisma, Para el A. la respuesta no es dudosa. La eleccién fue valida. Se fundamenta en 24 documentos anteriores al ‘estallido del Cisma, que van del 31 de mar- 20 al 24 de junio de 1378. En ellos no se ‘encuentra alsin alguna a la supuesta inve lidez por miedo ni menos ala pretendida in- ‘apacidad de Urbano VI. Pero el A. advier- te que de abt no se sigue la invalider de la segunda eleccién efectuada el 20 de septiem- bbre del mismo ao, ni menos Ia sola eles cidn de Urbano VI justfia Ia legitimidad de Ia obediencia romana. Cuanto més se prolonga el Cisma, mas oscura se volvia pa- +a los contemporéneos Ia situacién de dere- cho y tanto més insoluble Ia cuestién eobre donde estaba el papa legitimo, si es que cexista alguno. Al estudio sigue la ediciSn de los 24 documentos, El primer intento de bisqueda de Ia unién por la via conciiar se realizé en el concilio de Pisa (1409), En él no se hallé re- presentado oficalmente ninguno de los tres reinos espafioles. Benedicto XIII, presiona- ddo por sus partdarios, se decidié a enviar ‘una solemne embajada, provista de plenos poderes, incluso para la renuncia: Die Ge sandtschft Beedits XIIL ax das Konil oon Pi- sa (pp. 42-70). La integraban personalidades de alta categoria, escogidas en las diversas naciones de su obediencia, Martin el Huma- rno de Aragén organiz6 su propia embajads, {que sirvi de cobertura a los nuncios de Be- redicto XIII. Cabe preguntarse si Benedicto XIII fue sincero al enviar su embajada a Pi sa, Pese a las tergiversaciones de Valois hoy Ia respuesta parece que no puede offe- cer dudas en sentido positive. Alpartl tenia 398 raz6n, La nueva relacién del viaje, deseu- bierta y publicada por el Prof. Brandmiler, lo confirma. La Surmeria narata, dada a co- rnocer por el Dr. Immenkétter, viene a re- machar el clavo. Los salvoconductos se pi dieron a tiempo. Carlos VI de Francia lot concedi6 tarde para que la embajada de Be- nedieto XIII legase tarde, cuando la deposi- cidn de los dos papas fuese un hecho consu- mado, como asf sucedi6. Fue una tremenda torpeza diplomética, que dio como resultado ‘que Espafa no reconociese al papa elegido cen Pisa, Alejandro V, con lo que el Cisma, fen lugar de desaparecer, se complies més EI papa pisano murié pronto y en wu lugar Juan XXITL infelicter elctes fui in pa pam (pp. 71-84), segin la expresin de eu ‘enemigo politico Diettrich von Niem, acep- tada casi undnimemente por la historiografia posterior. Algunos contemporineos legaron incluso a acusar a Bakasar Costa de haber cenvenenado a Alejandro V y de haberse var lido de la simonia y de la coaccién militar y politica, y de haber movilizado al pueblo cde Bolonia para obtener la tiara, El prof. Brandmiller analiza las circunstancias poll ticas del momento y las instrucciones de los ‘embajadores florentinos para concluir que la clecci6n de Juan XXII fue limpia, répida y exenta de coaccién. En ella predominaron ls intereses politicos sobre los religiosos. La leccién fue acogida en Florencia con trans portes de jabilo, Sobre Der Uhagong som Poni Martins V, eu Engen IY. (pp. 85-110), e8 dece sobre la muerte de Marto V, Ia sede vacane sc aiiente y la eleeién de Eugenio IV, tan ‘mal conocdas hasa ahora el A. aporta nu- rmerosas ¢ importantes noticias nuevas, ex teaidasprinipalmente de ls cartas del em bajador sienés Pietro d’Antonio de'Micheli, enviado a Roma para procarar la conniven- cia del papa Marti V a la proyecteda liga de Siena con Génova y Lucca. El pontiice impiis ta preponderancia de la repdbica Allg 1 (1992) Recensiones orentina en Toscana. De ahi que ésta le uardara un rencor profundo y lo pintara con lor colores més negros. En un nuevo trabajo: Die rimiichen Be- riche des Peo d’Antono de'Michal ax dat Con istorio vom Siena im Frikjahr 1431, el A. edit dl texto integro de las carts publicadas frag rmentariamente en las notas del artfculo an- terior y afiade otras, en total 26, més las instrucciones que se le dieron el 29 de enero de 1431 (pp. 111-154), ‘Aguf acaba la primera seccién relativa al papa en el Cisma de Occidente. La se- gunda tiene como protagonista al co Ante todo estudia el concilio como represen taci6n de la Iglesia: Sarosoncta syodas uniser- salem reprsetans eclesiom. Das Konzil als Re- prisentation der Kitch (pp. 157-170). La idea Ge representacién se encuentra en la bula de convocacién del conclio de Vienne (1308), La recogen Guillermo de Ockham, Conrado de Gelnhausen y Enrique de Langestein, El primer intento de ejecucién se verifcié en el concilio de Pisa (1409), si bien su ecumeni- dad no fue completa, ya que dejaron de acudir Espafia entera, Bscocia, grandes te- ritorios del Imperio y los condados de Foiz y de Armagnac. Este fallo se evité en ol concilio de Constanza. Por eso fue posible la eposicién de Juan XXII y de Benedicto XID. Los canonistas, a parti del Hortiense (1 1271) y de Sinibaldo de Fieschi (Inocen- io IV), eomenzaron a aplicar ala Iglesia et concept de corporacién. Unos identificaron Ia Iglesia con el papa; otros, con el concilio, Por influjo de los dtimos surgié el concila: rismo, que hizo posible el restablecimiento de la unidad en la Iglesia. Pero este mismo conciliarismo condujo a un nuevo cisma en dl concilio de Basilea. Nicolés de Cusa for- ‘mulé un nuevo concepto de representacién, que desarroll6 Torquemada, cuyo resultado fue la sumisiGn del antipape Félix V. El A. ‘expone ampliamente los conceptos de repre- sentacién y de corporacién, y su aplicacin AHIg 1 (1992) fla Iglesia. Y termina con unas refleiones teolégieas tan profundas como bells Volviendo al coneilio de Pisa, el Prof Brandmiller, en su articulo Sieneer Kore ‘pordensen sum Kone von Pisa 1409, publica 26 piezas documentales, que vienen a con tituir un complemento de las tres conocidas ‘obras compuestas por Johannes Vincke 20- bre dicho coneilio. Los corresponsables sie- neses son varios. Eos faciltan informacién sobre Gregorio XII, los acontecimientos conciliares y los comienz0s del papa Alejan- dro V, deteniéndose en analizar la politica conciliar de la repiblica de Siena, primero partidaria de Gregorio XIL, que residié dos temporadas en Siena capital, y luego contra ria al mitmo. La politica imponla sus leyes (pp. 171-224). Fracasado el concilio de Pisa, Juan XXIII te vio obligado a convocar un nuevo concilio en Constanza, que se inauguré el 5 de noviembre de 1414. Forzado a abdicar, se fugé la noche del 20 de marzo de 1415, poniendo en peligro la existencia de la asamblea, Sélo el emperador Segismundo evité una desbandada general, Ante une hueva fuga, el concilio reaccioné proclaman- do la superioridad del concilio sobre el papa por medio del decreto Haze sancte de a se- sién V (64.1415). Pero cqué valor tiene es- te decreto? Baset das Konstancer Delrt Hove Sancta. dogmatiche Verbindlichkit? Paul de ‘Vooght y Hans Kiing responden a esta pre- fgunta afirmativamente, La réplica de Jedin, Franzen, Biumer, Hirer y otros fue con- tundente. Part todos ellos su valor es pura- mente disciplinar, no doctrinal. Nuestro ‘autor comparte la misma opinin. Ante todo ‘observa que el vocabulario usado en el Hare ancia no e& semejante al de otros decretos conciliares de indudable contenido dogméti- 0, Faltan concepts como fides, docirins, ve ras; verbos como cree, frmilr tenet, conf- uri. En cambio encontramos verbos. como obbetre, punie, y a los trasgresores se les 395 Recensiones amenaza con castigos sin definislos evans, @ Jide devs, hari, Bl decreto no establece la ‘superioridad del concilio sobre el papa legi- timo, sino sobre tes papas dudosos. Los pa- res temfan que el concilio de Constanza fracasase como el de Pisa y que fuese nece- sario convocar un segundo concilio (alr) para resolver los problemas planteados. Este hipotético concilio tendria la misma autori dad que el de Constanza. El concilibulo de Basilea defini6 la superioridad del concilio sobre el papa como una veritas fei, seial de {que no habia sido definida en Constanza. El general de los dominicos Leonardo Dat después dela sesién V, combatié el concil rismo y no se metieron con él. Eugenio 1V rechaz6 con energia el decreto Hate sencta, aque en Basilea fue sacado de su contexto, dindole un aleance ajeno a los padres de Constanza. Todo etto viene a demostrar que el concilio de Constanza, con su decreto Hoc santa, slo trat6 de erearse una base legal para poder continuar sus sesiones con tra una probable ¢ inminente disolucién por parte de Juan XXII, que lo habta convoca do formalmente, Fue, pues, una medida de emergencia, no un decreto dogmatico (pp. 225.242), Si el Howe seta ba steido In atencién de los investigadores, el deereto Free m0 ha sido todavia objeto de un estudio sine- mftico. Sa contenido ha sido interpretado de manera contradictoria, Nuestro autor, et su antulo: Das Kewl, dematraisces Keil angen ier den Paps? em Vernier Kons tence Dkrees Frequent som 9.Okober 1417 (pp. 243-268), procede gradualment Ante todo investig el eomtorm del texto y deduce qe la primera pate debe interpretarse a ln J de Ia segunda Sse. Oto elemento im portante de interpretacén ela historia de origen del texto. La primera formulacién se tncientra en los Capt agmdon. El pre ‘mero que lan Ia idea dela celebracin pe- ribica de conclis fe Gullermo Duranto, 396 cbispo de Mende, con ocasién del conclo de Vienne, £1 sugiri que el concio general se reuniese cada dice aon, El ritmo vara fn Tor que recogieron Ia idea: cada cinco thos, cada die, et EL deereto Frepuns nacé en un. site como el Hore sana Pena fobre el conc fa amenaza de roprra por tins serie de caifictor prioridad de In eee tii sobre a reforma, fuga de los castell nor y de le navaroy,presdencia de la na- Chin espaol, fSrmola para Ia eleecibn del futuro papa En I arenga se aficma que el mejor ca: ming para Ia rsfrma ex la eelebracién fe fuente de conlion, Por exe edict perpetuo se eoablece la clebraci periien de con- Glioe generale: el primero 18 cinco aos, tl segundo sete aor después y, seguda- tnente, cada dee aflon, Un mes antes de Ia terminaciin del conciio, el papa, con el Consentimiento dl concilo, ers obligeco 8 tlegir el lugar del proximo conciio. Bl pa pas con el consentimiento de los cardenals, pede abreviar el pla, pero no promogsr To. Sélo en estor de emergencia —peste, sitio puede el papa cambiar el lugar ‘Abora viene la segunda parte Si vo. En ‘aso de que estalle un cisma entre concilies, cl concilio se reuniré autométicamente un aio después de que se instale el antipapa. El A, sigue analizando el texto del decreto. Lamen- tamos no poder seguirle. Recojamos la idea central del cuarto apartado, Bl objetivo de la celebracién periddica de concilios es, en pri ‘mera Iinea, el resablecimiento y la garantia de la unidad de la Iglesia bajo un papa leg timo, y sélo en segunda linea, la reforma de Ia Iglesia, Frequens no tiene nada de concilia- rista —demoerético ni antipapal— constitu clonal. En su primer eapftulo Freques presu= pone el derecho del papa a convocar y dirigit el concilio. No implica la ereacién de un par lamento. No contiene nada nuevo respecto de Ia tradicin papalsta medieval y viene a po AHIg 1 (1992) Recensiones ner de relieve la importancia del papado pa- za la Iglesia. Falta en él toda conexin con Hire sancta, No hay que olvidar que, cuando Durando lanz6 la idea, nadie pensaba en el conciliarismo, EI propio Durando lanzé también la consigna de que era necesario una rformatio cccesiae in copite et in menbris. Esta consigna permanecia viva un siglo més tarde, porque se habia trabajado muy poco en la reforma de los miembros y casi nada en la reforma de la cabeza. 2Qué et lo que hizo el concilio de Constanza en este campo? El Prof. Brandmiller en su estudio: Couza rformatio- nis, Ergebnisse and Probleme der Reformen det Konstanzer Kenzi (pp. 264-281), trata de dar cumplida respuesta ala pregunta. Comienza por una constatacién. Durante todo el siglo XV se respira un clima de insatisfaccién, Los concilios de Pisa, Roma, Constanza, Pavia-Sieno, Basilea y V de Letrén inser bben la caus’ reformatons en el orden del dia Con ocasin del conciio de Constanza se re- dactan varios esritos de reforma, Los nom- bres principales son Gerson y D'Ailly. En los distintos pafses y en el seno de las Orde- res rligiosas surgen movimientos de refor- ‘ma. En el concilio se formulan propuestas ‘mas 0 menos vagas. Los predicadores se apoderan del tema. La primera comin de reforma se crea en agosto de 1415. Pero los trabajos adelantan poco. En tres afios de discusiones sélo fueron aprobados cinco de- cretos en la sesidn XXXIX (9 oct. 1417) y siete después de la eleccién del papa Martin V. Con ellos y los concordatos el concilio declaré terminada su obra en este punto. Juicio histérico: unos la consideran grandio- ‘a y otros mezquina. B] A. piensa que el concilio hizo poco y superfcialmente. Le falt6 profundidad teotégica y espiritual Analiza las eausas, Quizd la més determi- zante, el ambiente general de decadencia. En relacién con el tercer gran objetivo el concilio, la eliminacién de los errores de Adilg 1 (1992) Juan Hus, nuestro autor tuvo Ia fortuna de ‘encontrar un manuscrito en la Biblioteca Nazionale de Napoles, que contiene mate- flales procedentes de ‘circulos contrarios a Juan Hus y Juan Wielif, asf como materia- Tes para combatir los herejes y a las Orde- nes religiosas. De especial interés son ciertos textos que, al parecer, eran desconocides, de Jacobellus von Mies sobre Ia comunién con fl cdliz y de Juan Hus contra los relgiosos. Deseribe hoja por hoja su contenido en su artieulo; Fata libel, Eine Hussite Handchrift der ‘Biblioteca Nazioncle zu Neapel (pp. 282-311), Otro importante hallazgo: las insteuc ciones de los representantes de los cabildos catedralicios de la provincia eclesdstica de Reims, enviados al conciio de Pavia-Siena Los canénigos defienden sus exenciones ¥ facusan a los obispos de que no zesiden en sus iglesias ni consagran los éleos. Si confie- ren las érdenes eagradas, cobran cantidades cexorbitantes. Hay parroquias desiertas, que deberian unirse con otras cercanas. Lot lai- cos atropellan a los clérigos y les obligan a ‘trabajos duros de construccién de murallas y defensa de la ciudad con armas. Vale la pe- na leer el texto, que se hallard bajo la ribri- ca: Kirchefeteit and Kirceneform. Die Ins- trubtonen fir die Gesandten der Kathedraltapitl der Kirhexprovine Reims zum Konzil von Pavia- Sion (pp. 312-333). En el citado concilio de Siena se produ- jo un choque entte el provincial de los agus- tinos, Nicolés de Siena, concliarista, y el general de au Orden, Agustin Favaroni, pa palist, Nicolds traté de impedir la disolu- cién del concilio y de echar de su celda al general. Incluso legé a insultar al papa. Fue castigado por el general. La Sefioria sa- 1i6 en defensa del faile insolent, con lo que comprometié més su situacién, y busc6 el apoyo de Antonio Casini, obispo de Siena y tesorero del papa. El general se mantuvo fir. sme. El conflict fue largo, como lo expone 397 Recensiones 1 Prof. Brandmiller en su interesante art culo Ein Nacapil der Auflisung des Konsile on Siene innerhalb des Augustinerordens. (pp. 334-355). El timo estudio se refiere a Simon de Lalls de Teoma. Bis Konssoriladvocat auf den Konzilien von Konstanz und Basel (pp. 356-396). Fue discfpulo de Zabarella en Pa- dua y uno de los 99 alumnos suyos presen- tes en el concilio de Constanza, desde donde ‘escribi6 tres cartas en 1415-1416. Después fue colector en Inglaterra, Se incorporé al concilio de Basilea en junio de 1433, pero se reconcilié més tarde con Eugenio IV. Al f= nal el A. ofrece una valoracién de Simén de Lellis como hombre, coma profesional y co- ‘mo hijo del Renacimiento italiano. Si por tun destiz mostré tanto arrepentimiento o- ‘mo revelan sus cartas y veia amenazada su carrera, es sefial de que la curia romana no estaba tan corrompida, como se dice E Prof, Brandmiller ha tenido la fliz idea de poner al principio 1a bibliografia y al fin un indice de personas y lugares. J. Goi Gaztambide Walter BRANDMOLLER, Das Konsil von Konstanz, 1414-1418. Band I: Bis sar Abie Segismunds nack Narbonne, F. Schoningh (Konsiliengeschichte. Reihe A: Darstellun- gen), Paderborn 1991, XXV-429 pp. Estamos ante una de estat obras macs- tras, que hacen época y son de referencia obligada para los temas que abordan. Not ‘eferimos a la Historia del concilio de Cons- tanza, elaborada por el Dr. Walter Brand- ‘miller, Porf. Ordinario de Historia eclesés- lad de Augsburg. Llevaba muchos afios trabajando sobre ella incluso habfa lanzado algén capitulo suelto fen revistas especializadas. Por exo ln expec: tacién en el mundo cientifco era grande y, 398 fe, que no se ha visto defraudado, No s6lo aporta numerosos ¢ importantes datos nue- vot, sino que profundiza agudamente en los ya conocidos, los somete a critica, los mati- za y armoniza en lo posible, para levantar ‘un edificio de perfles claros y bien defi- nidos. El desarrollo del concilio de Constanza, incluido el conciliarismo, que esté en su ba se, resulta més ineligible. Los protagonistas principales, Juan XXIII, Gregorio XII, Be- nedieto XIIi, el ey de romanos Segismun- do, Juan Hus, ete, apareeen en una luz nueva. Aun cuando la conducta del papa pi- sano no siempee extuviese a Ia altura de su dignidad, no se le puede considerar como tun monstruo, Juan XXIII es un personsje ineligente, de ideas laras, consciente de su posicién en la Iglesia. Sabe dénde va y lo ‘que quiere. En los momentos més oscuros de su vida conserva su sangre fifa y preten- de ser duefo de su destino. El concilio afi ma habe depues; pero tl depen irfa haber caido en el vacio, si hemos de rer al propio ntresado, Jane JOC smpre sostuvo que habia renunciado y ast to confes6 y ratficé ante Martin V en Flo- rencia después de su liberacién en 1419, El coneilio lo traté de una manera inhumana, Le quité hasta el dlimo de sus familiar: ddejindolo completamente solo. En contraste Tos cardenales le remitian ala prisin, desde ‘el mes de mayo de 1418, la cuota que le to- ‘aba en los ingresos de la cémara carden- Tica Si el Prof, Brandmiller ha podido ilu- minar todo el panorama histrico conciliar, ce porque ha manejado una masa documen- tal y bibliogréfica inmensa. «Como se conc be fcilmente, este concilio de Constanza, ‘en razén misma de #0 importancia extrema, hha suscitado cantidad de trabajos y de estu- dios. Trabajos de Historia como de Teolo- Estudios de conjunto o investigaciones de dealle sobre uno oto de sun acontect Aig 1 (1992)

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