Recensiones
‘arlsta en la peregrinacién catlica a Roma
de 1882; consagracién del obispo Morgades;
cencilica Cum mala de Leén XIII en 1882
para mediar en las divisions de los eatslicos
cspatioles; enfrentamientos, a pesar de todo,
‘entre catélicoe integrisas y conciiadores; los
inicios del eatalanismo catélico de Ia mano
de la reflexién tedrica de Torras i Baguet;
ruptura entre carlistas ¢ integristas en 1888,
Pero ademés los A. no se limitan a eros
ais ni solo a Sarda y Salvany. Offecen an-
tecedentes y consecuencias. Entre los antece-
ddentes algunos tan interesantes como un e¢-
bozo de la corriente catalana de catolicitmo
liberal que arranca de Balmes, esté presente
‘en los afos cincuenta y sesenta, participa en
cl congreso de los catdlicosliberales de Max
linas, en 1968 y difunde en Catalufa el fo-
Ileto de Mons. Dupanloup aclarando el sen-
tido del Silabur. Entre las consecuencias,
vale la pena destacar el estudio dedieado al
catalanismo catélico, como alternativa al in-
tegrismo,
Si hubiese que destacar algo, a nivel
general, ya que el contenido del libro es im-
posible de sintetizar, valdrfa la pena lamar
Ja atencin sobre la rica documentacin ma
nejada y citada abundantemente, Gi
te ae encuentra en el Seminar @'Hivbr
Eclesitstica de la Biblioteca Episcopal de
Barcelona. Es un conjunto de documentos
sobre Ia historia contemporénea religiosa de
Catalufa realmente envidiable. Sobre todo
porque no hay otro territorio en Espafia que
pueda ofrecer algo similar, Una vez més, la
‘madurez cultural de un pueblo, aparece re-
Alejada en el cuidado que presta a su memo
ria colectiva. Ademés, los documentos em:
pleados no se limitan 2 Cataluia: en exo
Afi hay catalanes en puestos fundamenta-
les de Ia curia romana, que aparecen fuga
‘mente en el libro que comentamos pero que
resultan de gran utilidad para conocer el
ambiente romano. Por citar uno, el P. Cala-
AHIg 1 (1992)
sanz de Llevaneras, afios mis tarde Carde-
ral Vives i Tut6, hombre activisime, con
notable influencia y partdario declarado de
Sard y Salvany (muy significativa la carta
aque te recoge en el text).
La cuidada presentaciém del libro, cien-
tifiea y material, podrfa mejorarse en una
segunda edicin evitando las notas a final de
capitulo, eliminando alguna confusién en la
‘numeracién de las mismas (an. 125 y ss. det
‘ap. X) y quizé incluyendo autores que han
‘estudiado muy a fondo Ia politica religiosa
finisecular, desde una perspectiva més cen-
teada en Madrid, como Andrés-Gallego.
No podemos menot que felictarnos de
In colaboracién tan fecunda de los Dres. Bo-
net y Marti y confiamos en que puedan
oftecernos en un futuro —cuanto més cerca:
no mejor— el resto de Ia trilogia que pro-
rmeten en este volumen: los antecedentes y
las consecuencias del proceso que tan aguda
mente describen en este trabajo tan bien
construido sobre el integrismo en Catalufa
A.M. Pazos
Walter BRANDMOLLER, Papst und Konzl im
Grosn Schisma (1378-1431). Studien und Quel-
lex, Ferdinand Schéningh, Paderborn 1990,
XXIEEI2 pp.
BB presente tomo reiine catorce trabajos
publicados por el Prof, Brandmiller, Ord
nario de Historia de la Iglesia en la Univer-
sidad de Augsburg, en distintos sitios, a ve
ces diffcilmente accesibles, fruto de sus
hallazgot personales en numerosos archivos y
bibliotecas de Alemania, Francia, Italia, Es-
paiia y Austria. Giran en tomo del papa (cin-
2) y del concilo (nueve) en la Epoca del Cis
sma de Occidente, Extn elaborados de mano
rmaestra, como cabia esperar de uno de los
mejores historiadores contemporineos, Cor
ig clichés recibidos y presenta puntos de vi
393Recensiones
1a originales, que han marcado la investigar
cién en los sltimos decer
El primer problema con que se enfren
ta: Zur Frage der Giltighit der Wahl Urbans
VI. Queen und Qualité (pp. 341), 08 si
fue vilida la eleccién de Urbano VI (8 abril
41378), que dio lugar al nacimiento del lla-
mado Gran Cisma, Para el A. la respuesta
no es dudosa. La eleccién fue valida. Se
fundamenta en 24 documentos anteriores al
‘estallido del Cisma, que van del 31 de mar-
20 al 24 de junio de 1378. En ellos no se
‘encuentra alsin alguna a la supuesta inve
lidez por miedo ni menos ala pretendida in-
‘apacidad de Urbano VI. Pero el A. advier-
te que de abt no se sigue la invalider de la
segunda eleccién efectuada el 20 de septiem-
bbre del mismo ao, ni menos Ia sola eles
cidn de Urbano VI justfia Ia legitimidad
de Ia obediencia romana. Cuanto més se
prolonga el Cisma, mas oscura se volvia pa-
+a los contemporéneos Ia situacién de dere-
cho y tanto més insoluble Ia cuestién eobre
donde estaba el papa legitimo, si es que
cexista alguno. Al estudio sigue la ediciSn de
los 24 documentos,
El primer intento de bisqueda de Ia
unién por la via conciiar se realizé en el
concilio de Pisa (1409), En él no se hallé re-
presentado oficalmente ninguno de los tres
reinos espafioles. Benedicto XIII, presiona-
ddo por sus partdarios, se decidié a enviar
‘una solemne embajada, provista de plenos
poderes, incluso para la renuncia: Die Ge
sandtschft Beedits XIIL ax das Konil oon Pi-
sa (pp. 42-70). La integraban personalidades
de alta categoria, escogidas en las diversas
naciones de su obediencia, Martin el Huma-
rno de Aragén organiz6 su propia embajads,
{que sirvi de cobertura a los nuncios de Be-
redicto XIII. Cabe preguntarse si Benedicto
XIII fue sincero al enviar su embajada a Pi
sa, Pese a las tergiversaciones de Valois
hoy Ia respuesta parece que no puede offe-
cer dudas en sentido positive. Alpartl tenia
398
raz6n, La nueva relacién del viaje, deseu-
bierta y publicada por el Prof. Brandmiler,
lo confirma. La Surmeria narata, dada a co-
rnocer por el Dr. Immenkétter, viene a re-
machar el clavo. Los salvoconductos se pi
dieron a tiempo. Carlos VI de Francia lot
concedi6 tarde para que la embajada de Be-
nedieto XIII legase tarde, cuando la deposi-
cidn de los dos papas fuese un hecho consu-
mado, como asf sucedi6. Fue una tremenda
torpeza diplomética, que dio como resultado
‘que Espafa no reconociese al papa elegido
cen Pisa, Alejandro V, con lo que el Cisma,
fen lugar de desaparecer, se complies més
EI papa pisano murié pronto y en wu
lugar Juan XXITL infelicter elctes fui in pa
pam (pp. 71-84), segin la expresin de eu
‘enemigo politico Diettrich von Niem, acep-
tada casi undnimemente por la historiografia
posterior. Algunos contemporineos legaron
incluso a acusar a Bakasar Costa de haber
cenvenenado a Alejandro V y de haberse var
lido de la simonia y de la coaccién militar
y politica, y de haber movilizado al pueblo
cde Bolonia para obtener la tiara, El prof.
Brandmiller analiza las circunstancias poll
ticas del momento y las instrucciones de los
‘embajadores florentinos para concluir que la
clecci6n de Juan XXII fue limpia, répida y
exenta de coaccién. En ella predominaron
ls intereses politicos sobre los religiosos. La
leccién fue acogida en Florencia con trans
portes de jabilo,
Sobre Der Uhagong som Poni Martins
V, eu Engen IY. (pp. 85-110), e8 dece sobre
la muerte de Marto V, Ia sede vacane sc
aiiente y la eleeién de Eugenio IV, tan
‘mal conocdas hasa ahora el A. aporta nu-
rmerosas ¢ importantes noticias nuevas, ex
teaidasprinipalmente de ls cartas del em
bajador sienés Pietro d’Antonio de'Micheli,
enviado a Roma para procarar la conniven-
cia del papa Marti V a la proyecteda liga
de Siena con Génova y Lucca. El pontiice
impiis ta preponderancia de la repdbica
Allg 1 (1992)Recensiones
orentina en Toscana. De ahi que ésta le
uardara un rencor profundo y lo pintara
con lor colores més negros.
En un nuevo trabajo: Die rimiichen Be-
riche des Peo d’Antono de'Michal ax dat Con
istorio vom Siena im Frikjahr 1431, el A. edit
dl texto integro de las carts publicadas frag
rmentariamente en las notas del artfculo an-
terior y afiade otras, en total 26, més las
instrucciones que se le dieron el 29 de enero
de 1431 (pp. 111-154),
‘Aguf acaba la primera seccién relativa
al papa en el Cisma de Occidente. La se-
gunda tiene como protagonista al co
Ante todo estudia el concilio como represen
taci6n de la Iglesia: Sarosoncta syodas uniser-
salem reprsetans eclesiom. Das Konzil als Re-
prisentation der Kitch (pp. 157-170). La idea
Ge representacién se encuentra en la bula de
convocacién del conclio de Vienne (1308),
La recogen Guillermo de Ockham, Conrado
de Gelnhausen y Enrique de Langestein, El
primer intento de ejecucién se verifcié en el
concilio de Pisa (1409), si bien su ecumeni-
dad no fue completa, ya que dejaron de
acudir Espafia entera, Bscocia, grandes te-
ritorios del Imperio y los condados de Foiz
y de Armagnac. Este fallo se evité en ol
concilio de Constanza. Por eso fue posible la
eposicién de Juan XXII y de Benedicto
XID. Los canonistas, a parti del Hortiense
(1 1271) y de Sinibaldo de Fieschi (Inocen-
io IV), eomenzaron a aplicar ala Iglesia et
concept de corporacién. Unos identificaron
Ia Iglesia con el papa; otros, con el concilio,
Por influjo de los dtimos surgié el concila:
rismo, que hizo posible el restablecimiento
de la unidad en la Iglesia. Pero este mismo
conciliarismo condujo a un nuevo cisma en
dl concilio de Basilea. Nicolés de Cusa for-
‘mulé un nuevo concepto de representacién,
que desarroll6 Torquemada, cuyo resultado
fue la sumisiGn del antipape Félix V. El A.
‘expone ampliamente los conceptos de repre-
sentacién y de corporacién, y su aplicacin
AHIg 1 (1992)
fla Iglesia. Y termina con unas refleiones
teolégieas tan profundas como bells
Volviendo al coneilio de Pisa, el Prof
Brandmiller, en su articulo Sieneer Kore
‘pordensen sum Kone von Pisa 1409, publica
26 piezas documentales, que vienen a con
tituir un complemento de las tres conocidas
‘obras compuestas por Johannes Vincke 20-
bre dicho coneilio. Los corresponsables sie-
neses son varios. Eos faciltan informacién
sobre Gregorio XII, los acontecimientos
conciliares y los comienz0s del papa Alejan-
dro V, deteniéndose en analizar la politica
conciliar de la repiblica de Siena, primero
partidaria de Gregorio XIL, que residié dos
temporadas en Siena capital, y luego contra
ria al mitmo. La politica imponla sus leyes
(pp. 171-224).
Fracasado el concilio de Pisa, Juan
XXIII te vio obligado a convocar un nuevo
concilio en Constanza, que se inauguré el 5
de noviembre de 1414. Forzado a abdicar,
se fugé la noche del 20 de marzo de 1415,
poniendo en peligro la existencia de la
asamblea, Sélo el emperador Segismundo
evité una desbandada general, Ante une
hueva fuga, el concilio reaccioné proclaman-
do la superioridad del concilio sobre el papa
por medio del decreto Haze sancte de a se-
sién V (64.1415). Pero cqué valor tiene es-
te decreto? Baset das Konstancer Delrt Hove
Sancta. dogmatiche Verbindlichkit? Paul de
‘Vooght y Hans Kiing responden a esta pre-
fgunta afirmativamente, La réplica de Jedin,
Franzen, Biumer, Hirer y otros fue con-
tundente. Part todos ellos su valor es pura-
mente disciplinar, no doctrinal. Nuestro
‘autor comparte la misma opinin. Ante todo
‘observa que el vocabulario usado en el Hare
ancia no e& semejante al de otros decretos
conciliares de indudable contenido dogméti-
0, Faltan concepts como fides, docirins, ve
ras; verbos como cree, frmilr tenet, conf-
uri. En cambio encontramos verbos. como
obbetre, punie, y a los trasgresores se les
395Recensiones
amenaza con castigos sin definislos evans, @
Jide devs, hari, Bl decreto no establece la
‘superioridad del concilio sobre el papa legi-
timo, sino sobre tes papas dudosos. Los pa-
res temfan que el concilio de Constanza
fracasase como el de Pisa y que fuese nece-
sario convocar un segundo concilio (alr)
para resolver los problemas planteados. Este
hipotético concilio tendria la misma autori
dad que el de Constanza. El concilibulo de
Basilea defini6 la superioridad del concilio
sobre el papa como una veritas fei, seial de
{que no habia sido definida en Constanza. El
general de los dominicos Leonardo Dat
después dela sesién V, combatié el concil
rismo y no se metieron con él. Eugenio 1V
rechaz6 con energia el decreto Hate sencta,
aque en Basilea fue sacado de su contexto,
dindole un aleance ajeno a los padres de
Constanza. Todo etto viene a demostrar que
el concilio de Constanza, con su decreto
Hoc santa, slo trat6 de erearse una base
legal para poder continuar sus sesiones con
tra una probable ¢ inminente disolucién por
parte de Juan XXII, que lo habta convoca
do formalmente, Fue, pues, una medida de
emergencia, no un decreto dogmatico (pp.
225.242),
Si el Howe seta ba steido In atencién
de los investigadores, el deereto Free m0
ha sido todavia objeto de un estudio sine-
mftico. Sa contenido ha sido interpretado
de manera contradictoria, Nuestro autor, et
su antulo: Das Kewl, dematraisces Keil
angen ier den Paps? em Vernier Kons
tence Dkrees Frequent som 9.Okober 1417
(pp. 243-268), procede gradualment Ante
todo investig el eomtorm del texto y deduce
qe la primera pate debe interpretarse a ln
J de Ia segunda Sse. Oto elemento im
portante de interpretacén ela historia de
origen del texto. La primera formulacién se
tncientra en los Capt agmdon. El pre
‘mero que lan Ia idea dela celebracin pe-
ribica de conclis fe Gullermo Duranto,
396
cbispo de Mende, con ocasién del conclo
de Vienne, £1 sugiri que el concio general
se reuniese cada dice aon, El ritmo vara
fn Tor que recogieron Ia idea: cada cinco
thos, cada die, et
EL deereto Frepuns nacé en un. site
como el Hore sana Pena
fobre el conc fa amenaza de roprra por
tins serie de caifictor prioridad de In eee
tii sobre a reforma, fuga de los castell
nor y de le navaroy,presdencia de la na-
Chin espaol, fSrmola para Ia eleecibn del
futuro papa
En I arenga se aficma que el mejor ca:
ming para Ia rsfrma ex la eelebracién fe
fuente de conlion, Por exe edict perpetuo
se eoablece la clebraci periien de con-
Glioe generale: el primero 18 cinco aos,
tl segundo sete aor después y, seguda-
tnente, cada dee aflon, Un mes antes de Ia
terminaciin del conciio, el papa, con el
Consentimiento dl concilo, ers obligeco 8
tlegir el lugar del proximo conciio. Bl pa
pas con el consentimiento de los cardenals,
pede abreviar el pla, pero no promogsr
To. Sélo en estor de emergencia —peste,
sitio puede el papa cambiar el lugar
‘Abora viene la segunda parte Si vo. En
‘aso de que estalle un cisma entre concilies,
cl concilio se reuniré autométicamente un aio
después de que se instale el antipapa. El A,
sigue analizando el texto del decreto. Lamen-
tamos no poder seguirle. Recojamos la idea
central del cuarto apartado, Bl objetivo de la
celebracién periddica de concilios es, en pri
‘mera Iinea, el resablecimiento y la garantia
de la unidad de la Iglesia bajo un papa leg
timo, y sélo en segunda linea, la reforma de
Ia Iglesia, Frequens no tiene nada de concilia-
rista —demoerético ni antipapal— constitu
clonal. En su primer eapftulo Freques presu=
pone el derecho del papa a convocar y dirigit
el concilio. No implica la ereacién de un par
lamento. No contiene nada nuevo respecto de
Ia tradicin papalsta medieval y viene a po
AHIg 1 (1992)Recensiones
ner de relieve la importancia del papado pa-
za la Iglesia. Falta en él toda conexin con
Hire sancta, No hay que olvidar que, cuando
Durando lanz6 la idea, nadie pensaba en el
conciliarismo,
EI propio Durando lanzé también la
consigna de que era necesario una rformatio
cccesiae in copite et in menbris. Esta consigna
permanecia viva un siglo més tarde, porque
se habia trabajado muy poco en la reforma
de los miembros y casi nada en la reforma
de la cabeza. 2Qué et lo que hizo el concilio
de Constanza en este campo? El Prof.
Brandmiller en su estudio: Couza rformatio-
nis, Ergebnisse and Probleme der Reformen det
Konstanzer Kenzi (pp. 264-281), trata de dar
cumplida respuesta ala pregunta. Comienza
por una constatacién. Durante todo el siglo
XV se respira un clima de insatisfaccién,
Los concilios de Pisa, Roma, Constanza,
Pavia-Sieno, Basilea y V de Letrén inser
bben la caus’ reformatons en el orden del dia
Con ocasin del conciio de Constanza se re-
dactan varios esritos de reforma, Los nom-
bres principales son Gerson y D'Ailly. En
los distintos pafses y en el seno de las Orde-
res rligiosas surgen movimientos de refor-
‘ma. En el concilio se formulan propuestas
‘mas 0 menos vagas. Los predicadores se
apoderan del tema. La primera comin de
reforma se crea en agosto de 1415. Pero los
trabajos adelantan poco. En tres afios de
discusiones sélo fueron aprobados cinco de-
cretos en la sesidn XXXIX (9 oct. 1417) y
siete después de la eleccién del papa Martin
V. Con ellos y los concordatos el concilio
declaré terminada su obra en este punto.
Juicio histérico: unos la consideran grandio-
‘a y otros mezquina. B] A. piensa que el
concilio hizo poco y superfcialmente. Le
falt6 profundidad teotégica y espiritual
Analiza las eausas, Quizd la més determi-
zante, el ambiente general de decadencia.
En relacién con el tercer gran objetivo
el concilio, la eliminacién de los errores de
Adilg 1 (1992)
Juan Hus, nuestro autor tuvo Ia fortuna de
‘encontrar un manuscrito en la Biblioteca
Nazionale de Napoles, que contiene mate-
flales procedentes de ‘circulos contrarios a
Juan Hus y Juan Wielif, asf como materia-
Tes para combatir los herejes y a las Orde-
nes religiosas. De especial interés son ciertos
textos que, al parecer, eran desconocides, de
Jacobellus von Mies sobre Ia comunién con
fl cdliz y de Juan Hus contra los relgiosos.
Deseribe hoja por hoja su contenido en su
artieulo; Fata libel, Eine Hussite Handchrift
der ‘Biblioteca Nazioncle zu Neapel (pp.
282-311),
Otro importante hallazgo: las insteuc
ciones de los representantes de los cabildos
catedralicios de la provincia eclesdstica de
Reims, enviados al conciio de Pavia-Siena
Los canénigos defienden sus exenciones ¥
facusan a los obispos de que no zesiden en
sus iglesias ni consagran los éleos. Si confie-
ren las érdenes eagradas, cobran cantidades
cexorbitantes. Hay parroquias desiertas, que
deberian unirse con otras cercanas. Lot lai-
cos atropellan a los clérigos y les obligan a
‘trabajos duros de construccién de murallas y
defensa de la ciudad con armas. Vale la pe-
na leer el texto, que se hallard bajo la ribri-
ca: Kirchefeteit and Kirceneform. Die Ins-
trubtonen fir die Gesandten der Kathedraltapitl
der Kirhexprovine Reims zum Konzil von Pavia-
Sion (pp. 312-333).
En el citado concilio de Siena se produ-
jo un choque entte el provincial de los agus-
tinos, Nicolés de Siena, concliarista, y el
general de au Orden, Agustin Favaroni, pa
palist, Nicolds traté de impedir la disolu-
cién del concilio y de echar de su celda al
general. Incluso legé a insultar al papa.
Fue castigado por el general. La Sefioria sa-
1i6 en defensa del faile insolent, con lo que
comprometié més su situacién, y busc6 el
apoyo de Antonio Casini, obispo de Siena y
tesorero del papa. El general se mantuvo fir.
sme. El conflict fue largo, como lo expone
397Recensiones
1 Prof. Brandmiller en su interesante art
culo Ein Nacapil der Auflisung des Konsile on
Siene innerhalb des Augustinerordens. (pp.
334-355).
El timo estudio se refiere a Simon de
Lalls de Teoma. Bis Konssoriladvocat auf den
Konzilien von Konstanz und Basel (pp.
356-396). Fue discfpulo de Zabarella en Pa-
dua y uno de los 99 alumnos suyos presen-
tes en el concilio de Constanza, desde donde
‘escribi6 tres cartas en 1415-1416. Después
fue colector en Inglaterra, Se incorporé al
concilio de Basilea en junio de 1433, pero se
reconcilié més tarde con Eugenio IV. Al f=
nal el A. ofrece una valoracién de Simén de
Lellis como hombre, coma profesional y co-
‘mo hijo del Renacimiento italiano. Si por
tun destiz mostré tanto arrepentimiento o-
‘mo revelan sus cartas y veia amenazada su
carrera, es sefial de que la curia romana no
estaba tan corrompida, como se dice
E Prof, Brandmiller ha tenido la fliz
idea de poner al principio 1a bibliografia y
al fin un indice de personas y lugares.
J. Goi Gaztambide
Walter BRANDMOLLER, Das Konsil von
Konstanz, 1414-1418. Band I: Bis sar Abie
Segismunds nack Narbonne, F. Schoningh
(Konsiliengeschichte. Reihe A: Darstellun-
gen), Paderborn 1991, XXV-429 pp.
Estamos ante una de estat obras macs-
tras, que hacen época y son de referencia
obligada para los temas que abordan. Not
‘eferimos a la Historia del concilio de Cons-
tanza, elaborada por el Dr. Walter Brand-
‘miller, Porf. Ordinario de Historia eclesés-
lad de Augsburg.
Llevaba muchos afios trabajando sobre ella
incluso habfa lanzado algén capitulo suelto
fen revistas especializadas. Por exo ln expec:
tacién en el mundo cientifco era grande y,
398
fe, que no se ha visto defraudado, No s6lo
aporta numerosos ¢ importantes datos nue-
vot, sino que profundiza agudamente en los
ya conocidos, los somete a critica, los mati-
za y armoniza en lo posible, para levantar
‘un edificio de perfles claros y bien defi-
nidos.
El desarrollo del concilio de Constanza,
incluido el conciliarismo, que esté en su ba
se, resulta més ineligible. Los protagonistas
principales, Juan XXIII, Gregorio XII, Be-
nedieto XIIi, el ey de romanos Segismun-
do, Juan Hus, ete, apareeen en una luz
nueva. Aun cuando la conducta del papa pi-
sano no siempee extuviese a Ia altura de su
dignidad, no se le puede considerar como
tun monstruo, Juan XXIII es un personsje
ineligente, de ideas laras, consciente de su
posicién en la Iglesia. Sabe dénde va y lo
‘que quiere. En los momentos més oscuros
de su vida conserva su sangre fifa y preten-
de ser duefo de su destino. El concilio afi
ma habe depues; pero tl depen
irfa haber caido en el vacio, si hemos de
rer al propio ntresado, Jane JOC
smpre sostuvo que habia renunciado y ast
to confes6 y ratficé ante Martin V en Flo-
rencia después de su liberacién en 1419, El
coneilio lo traté de una manera inhumana,
Le quité hasta el dlimo de sus familiar:
ddejindolo completamente solo. En contraste
Tos cardenales le remitian ala prisin, desde
‘el mes de mayo de 1418, la cuota que le to-
‘aba en los ingresos de la cémara carden-
Tica
Si el Prof, Brandmiller ha podido ilu-
minar todo el panorama histrico conciliar,
ce porque ha manejado una masa documen-
tal y bibliogréfica inmensa. «Como se conc
be fcilmente, este concilio de Constanza,
‘en razén misma de #0 importancia extrema,
hha suscitado cantidad de trabajos y de estu-
dios. Trabajos de Historia como de Teolo-
Estudios de conjunto o investigaciones
de dealle sobre uno oto de sun acontect
Aig 1 (1992)