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CHRISTOPHER A. BAYLY EL NACIMIENTO DEL MUNDO MODERNO 1780-1914 CONEXIONES Y COMPARACIONES GLOBALES Biblioteca Dantel Costs Me eteais Be wend eS SIGLO SIGLO Espafia Argentina ‘Todos ls derechos reservados. Prohibida la reproduc total 0 patcial de esta obra por cualquier procedimicnto (ya se gic, lectrnico, éprico, quimico, metiico, foocopia, ete) y el smacenamiento o ieansmisién de sus Gontenides en sopartes, -magnéticos,sonoros,vsuales ode culguler ot tipo sin perso expres del etn. Si necesita fotocopiar 0 escanaralgin fragmento de esta obea sje a Cepno (Cento Expail de Derechos Reprogeice) swmcedro one Menénee Pla} his. 28036 Madrid wnt silonsiditorescom ©C. A. Bayly, 2004 ‘eaduccién de C. A, Bayly The Bit ofthe Modern Worl, 1780-1914, 1 ed, 2004 Primera edicgn en inglés Blackwell Publishing, 2004 din sen pia con el acuerdo de Hackl Puig La, Ono, ya sid radu «id por Silo XX de spt Ector puri dela erating ene lege dela cn ‘responsi nic de Siglo XXI de Exp Ede, no de Blakwel Ping Lia © De la traducci: Richard Gare Nye, 2007, Revisén dela taducin: Manica Palacio, 2009 Diseio de cubierts: Miler Craig and Cocking strain de cubits: Reta de ean Bape Belley, por Anne-Louise ite, 1797, ‘leo sobre inzo, Chteau de Versailles et de Trianon, fo Ru ISBN; 978:84.323.1325.7, Depésio Legal. 58.2010, Imprime: Grfias VARONA, S.A. 37008 Salamanca Este libra extd dedicado a Elfreda M. Bayly, ‘que a vivido las consecuencas de estos “acontecimiontos istics. INDICE PROLOGO A LAEDICION ORIGINAL INGLES xv AGRADECIMIENTOS xix [NOTAS SOBRE HL. LIBRO. XX INTRODUCCION, XXII ORGANIZACION DEL LIBRO. XXv PRIMER PRORLEMA: LAS «PRIMERAS FLIERZAS MOTRICES» ¥ EL FACTOR ECONOMICO. xxi SEGUNDO PROBLEMA: HISTORIA GLOBAL Y POSTMODERNSMO..- XXXT "TERCER PROBLEMA: EL PERSISTENTE «ACERTIJO DE LA MODER aaa NIDAD» 200m AJUSTARSE A LA NORMA SOCIAL: HABITOS FISICOS. XXXVI CCONSTRUTE A PARTIR DEL. CUERPO: LAS COMUNICACIONES YLACOMPLEIIDAD. xv PRIMERA PARTE EL FIN DEL ANTIGUO REGIMEN 1, LOS ANTIGUOS REGIMENES Y LA « virtuaF®. La’emigracién por fronteras terrestres también se accleré, sobre todo a parti de 1840, Colonos rusos se adentraron en la estepa y en Siberia, al crecer la poblacién en las primeras décadas del siglo. A partir de 1830, los colonos franceses se asentaron en el norte de Africa, y los holandeses de El Cabo se mudaron tierra adentro para escapar de Jas icritantes restricciones de la administraci6n briténica en la Colonia de El Cabo y del desprecio cultural que se les mostraba™ LA GENESIS DEL MUNDO MODERNO Guapo 4.1 El origen regional de los inmigrants legados Unidos, 1820-1930, Nidmero de emigrantes entre 1820-1939) 32.121.210 1.058.321 Sudamérica Total Fuente: Chis Cook y David Waller, Longman Handbo 1763-1996, Londees, 1997. lode Arron Fstng Esta aceleracién de los movimientos migratotios sivi6 para apun talar la nueva divsién del trabajo, en la que Europa proveia bienes m nnufacturados y scmimanufacturados y el resto del mundo producta materias primas bisicas. Aparecieron gran mimero de pueblos comer: tiales y regiones productoras, algunas de las cuales legaban hasta el interior de India y de Norte y Sudamérica, El movimiento masivo de personas alivid Ia presiGn demogréfica en Europa noroccidental y China, , como crefan los conservadores, redujo el tiesgo de radicaliza cin popular en el Viejo Mundo. Sin embargo, lis (culeucias estabilizadoras tenian au conteapunte en los conflictos nacidos de la emigracién. Las autoridaces espaviolas y britinicas ya sabian que una vigorosa poblacién criolla ultcamarina se desharia de su vinculo con su patra original para converttse en com ppetencia econdmica. Los gobernadores provinciales y cs jefes militares franceses y britinicos también sabian que el hambre de los colonos en lugares como Argelia (francesa a partir de 1830), Sudéfrica, Canada y ‘Australia provocaba guerras encémicas con la poblacién de las «prme= ras naciones» que desesperadamente trataba de proteget su patrimonia de los invasores. El escenario qued6 dispuesto pata la serie de guerras entre nativos y colonos que estallarian en las décadas de 1850 y 1860". El equilibrio entre a segusidad socioeconsmica y las tendencias al con flicto y el colapso econémico era precario en todo el mundo. LOS PERDEDORES DEL «NUEVO ORDEN MUNDIAL», 1815:1865 Esta seccién pasa a analiza las éreas de conflicto y decadencia que amena zaban la fragil estabilidad de las colonias postbélicas y que anticiparon. Be ENTRE REVOLUCIONES MUNDIALES,¢. 1815-1865 Jos conflictos de orden superior tras 1848. En primer lugar, algunas de Ins vias zonas de produccién, que en el siglo Xvtt habian sido centros de produccin mundiales, entraron en declive. No se beneficiaron de la fueva division internacional del trabajo. La islas azucareras del Caribe, por eemplo, entraron en una larga decadencia a causa de ls rebeliones fe esclavos y de la competencia de otros productores mundiales entre Jus décadas de 1820 y 1830. En la década de 1820, la exportaci6n textil dela India cayé mucho antes de que los productos menufacturados br tinicos, legados en barcos de vapor y ferrocarril,inundaran el merca do. Los expatriados britanicos dejaron de utilizar la industria tex co to método de remitir sus sospechosos beneficos a Europa. El comer cio con especies en el sudeste asiatico entré en delive. Sin embargo, los problemas de estas victimas de la primera lobalizacién no se extendie- fon a otras regiones como hubiera pasado en cl siglo xviti antes del dominio maritimo britanico, En muchas partes del mundo, las comunidades campesinas tarda: ron mucho en notar las mejoras, 0 étas se notaron de forma muy par tial. Las economias rurales eran vulnerables a los ciclos de mal tiempo y durante la década de 1780 hubo una racha de desastres naturales que empcor6 el conflicto en Europa y Asia, Los afios 1815-1818 f maseria en Europa, con malas cosechas que caincidieron con Ia reduc Gién de la demanda al finalizar la guerra. Las décadas de 1830 y 1840 también fueron testigos de malas cosechas y hambrunas en Eurasia, Las inundaciones y sequias periddicas agravaron las epidemias. Durante 1847 y 1848, una enfermedad en Europa continental, Escocia ¢ Irlanda afect Ia cosecha de la patata. En Irlanda, que dependia de este tubér- culo, murié mas de un millén de personas". El problema de la econo: nia rural ielandesa fue sintomatico de un problema mis extendido. El resurgimiento del crecimiento de la poblacién, sobre todo en las gran- des economias asiticas, redujo las tierras de los agricultores pobres, ue se vieron cosechando terrenos cada vez. més pequefios. A su vez, el relativo declive de las vieja artesanias en todo el mundo ante el avance de a industralizacin briténica y, mas adelante, de la Europa continen: tal, oblig6 cada vex a mas gente a depender de la agricultura como medio de vida Los comienzos del siglo x0X no eran el mundo ideal que el flésofo yeeconomista escocés Adam Smith describié con la esperanza de que tna division virtuosa del trabajo produjera un ineremento de la virtud humana. Graves conflictos persistian dentro del sistema comercial ‘mundial, Estos condujeron a las crisis internacionales de las décadas de BT LA GENESIS DEL MUNDO MODERNO 1840 y 1850, que veremos en la segunda parte de este capitilo. En pr mer lugar, esta «integracién» del comercio mundial (usando el ming propio de los economistas) daba sus primeros pasos. La informacién ceconémica, aunque mis fiable que cincuenta afios antes, no era perfec. ta. El telégrafo cléctrico s6lo empezs a estabilizar los precio al princi- pio de la década de 1850, y la comunicacién répida a veces daba lugar al panico o a brotes de «exuberanciairracionab> entre los inversores, La smayoria de las materias primas claves de la exportacién eran agricolas 5; por tanto, estaban sujetas al clima, ala productividad campesina y a las condiciones politicas locales. A veces se producian enormes atascos de sobreproduccién que Iuego se derrumbaban haciendo iaciertos los futuros beneficios e, incluso, la supervivencia. Los campesinos podian ganar mucho un afio y endeudarse el siguiente. Algunos productos de mayor volumen comercial, como cl tinte azul extraido del indigo y el tabaco, servian para remitir a casa las fortunas de soldados o las ganan. cias sospechosas de los gobemantes coloniales de los imperios holan- dés, francés y britnico. Esto signifieé que este tipo de comercio nunca estuvo sujeto a las leyes normales de la produccién y la demanda, Esta podia cambiar repentinamente de una materia prima a otra. Y como la produccién estaba estimulada artficialmente, los campesinos podian para sus productos. Asi, incluso donde el nivel de vida mejoré, la de. sigualdad entre diferentes grupos se inerement6. Por lo general, fueron los comerciantes, navieros y aseguradores ceuropeos quienes ganaron més dinero, Los tnicos nativos que salian bien parados eran los prestamistas de dinero o los grandes comercian- tes, como los parsis de Bombay, los griegos, los siris cristianos y los malteses de Alejandria, Beirut y Estambul, o los espaiioles metropolita nos, los portugueses y los britinicos de Rio de Janciro y Valparaiso. El ‘comercio pasaba por frenéticos ciclos de beneficios y pérdidas. Toda la «economia pas6 por una grave depresién a finales de la década de 1820, cuando la sobreproduccién de indigo y algodén de Asia y el norte de Africa coincidié con la deceleracién comercial europea. & mediados de la década de 1840 sucedié lo mismo pero con consecuencias mis graves, El algodén era una materia prima especialmente volitil ya antes de que el parén en la produccién norteamericana durante la Guerra de Secesidn distorsionara el negocio. El equilibrio entre produccién y con sumo de materias primas seguia siendo imperfecto en todo al mundo. Los conflictos asociados a estos negocios de principios del siglo xtx.no se limitaban a beneficios y pérdidas. También afectaban a laideologia y Bs ENTRE REVOLUCIONES MUNDIALES, 1815-1865 In politica. Las guerras en el extranjero del siglo xvit habian girado alrededor del «mercantilismo», Los politicos y teéricos del antiguo rég- men habian pe en oro, Si alguien se levaba un trozo mas grande del pastel, otro se que- daria con uno més pequeio. Pos eso los gobiernos apoyaban ferozmente 4 sus empresas y comercios nacionales para intentar establecer mono: polios. En el nuevo siglo, sin embargo, los briténicos y los norteameri: ‘anos de los estados sures, en particular, empezaron a creer en las vie tudes del libre comercio y en los males que conllevaba el monopolio. Esto no era una mera teoria econdmica como en los libros del econo- mista escocés Adam Smith y su equivalente francés, Frangois Quesnay. Se convirtié en un articulo de fe hasta tal punto que algunos estadistas y teéricos llegaron a ereer que ls leyes del libre mercado eran la piedra angular del plan divino para la humanidad. Los regimenes que mante- ‘ian monopolios comerciales internos o externos eran tildados de malé ficos, y no sélo de incompetentes econémicamente. En 1845-1846 se desat6 una fuerte polémica en Gran Bretaia sobre las arcaicas Leyes del Grano, Estas medidas restrictivas ayudaban a los terratenientes britani- os procluctores de cereales al imponer impuestos a las importaciones. La ley databa de los tiempos de Napoleén, cuando Gran Bretaia temia sado que la riqueza mundial era finita y que se contaba no poder alimenrar a su propia poblacién y quiso impnlear la produc cién autéctona. A los que apoyaban el libre comercio de las décadas de 1830 y 1840 estas leyes les parecian anacrénicas. La abolicién de las Leyes del Grano dividis al gobierno del partido conservador y fue el comienzo de una politica econémica popular bajo la forma de Ligas antiLeyes del Grano®. De aqui en adelante, Gran Bretafia trat6 de abas. tecer a su creciente poblacién industrializada con alimentos y materias primas de todo el mundo, a riqueza nacional de Gran Bretafia dependia cada ver mis de la exportaci6n de productos manufacturados y dela importacion de mate- Fias primas y alimentos del extranjero. En consecuencia, el desco de acceder a los grandes mercados de Asia, Africa y Latinoamérica sin pagar grandes taifas se convirié en un aspecto clave de su politica. Los estadistas britanicos en general, y lord Palmerston (ministro de Asuntos Exteriores y luego primer ministro) en particular, deseaban liberalizar el comercio mundial y creian que era su derecho hacerlo por la fuerza sira necesatio, A medida que esta cruda politica de abrir los mercados a la fuerza se intensificaba, también crecia el riesgo de un conflicto armado con cualquier régimen o empresa comercial que no se beneficia- ra del libre comercio, La tensién en Europa y fuera de éta se increment6. Bo LA GENESIS DEL MUNDO MODERNO ‘Algunas élites recientemente emancipadas de Europa y Latinoamérica confiaban ciegamente en el comercio libre, a veces en contrade sus pro pios intereses. En otros lugares habia resistencia. En Alemania, Frie dich List se dio cuenta de que Gran Bretafa era adicta al lire comer. cio porque era beneficioso para ella como potencia industrial dominante, y eseribié a favor de un sistema de «economia politica nacional, Este sistema instaba a los pequefios productores a mante net aranceles altos, para permitir ue las industrias nacientes pudieran cchar a andar sin la dafiina competencia exterior. Copias y taiducciones de la obra de List se extendieron por el mundo, ylideres politicos desde Hungria” hasta Irlanda y la India entendieron los métitos de su pro puesta para proteger su produecién indigena atacada por las importa ‘Se libraron guerra por el acceso alos mercados. Ronald Robinson y John Gallagher argumentaron en la década de 1950 que la hegemonta ‘econdmica que Gran Bretafa traté de imponer forzando a otros tegi- ‘menes a adoptar el libre comercio era una especie de «imperio infor. mab», Bajo este tipo de imperialismo, Gran Bretafia no centrolaba el territorio como tal, pero su poder military su influencia poltica limita ban la independencia de estos regimenes hasta tal punto que se puede hablar de imperio!™ Durante ls décarlas de 1820 y 1830, por ejemplo, cl gobierno briténico estuvo en conficto permanente con las autorida des de algunos estados independientes de Latinoamérica que no se ads cribjan al libre comercio,a causa de los aranceles ¢ impuestos que tenian que pagar los comerciantes briténicos para importar sus productos. En 1840, lord Palmerston envid una flota a la bahia de Nipoles para obligar al gobierno Borbén napolitano a rebajar sus tarifas. La depre sin comercial yel desempleo que provocé el resultante diltvio de pro ‘ducts brtinicos fueron factores importantes en la revolucién de 1848 en el reino”. Oriente Medio es otro buen ejemplo de le actuacién del « de arrenda- dos. Su frigil estatus se vio amenazado por cambios sociales internos, tanto como por las actividades de los recaudadores de impuestos brit Sin embargo, incluso en el caso de estas profundas tersiones socia les y econémicas es itil comparar y contrastar las regiones. La répida expansidn del comercio y la poblacin a partir de finales del siglo xvil cen adelante habia sido un fenémeno global e interrelacionado. Las ven: tajas de Europa para afrontar esta presién sobre los recursos, que 102 _ENTRE REVOLUCIONES MUNDIALES, | 1815-1865 ‘comentamos en el capitulo 2, habian crecido a principios del siglo x1x. Por ejemplo, el aumento demogrifico europeo se nots menos al verse sdiuido por la emigracién a las Américas y a Australasia, y por los efec tos de la cada vez mas répida urbanizaciOn, Esto evit6 en gran medida Ja peligrosa caida del nivel de vida. Muchos agricultores del norte de Buropa supieron responder a las revoluciones industriosas que reorien- taron el consumo y el trabajo. En Asia, Sudamérica, estos cam- bios se introdujeron s6lo a medias, y muchas veces la intrusién europea Ios abort6. Los historiadores anteriores han trabejado mucho buscando culpables. Dependiendo de su posicién politica, han culpado al gobier ‘no colonial o ala pereza nativa. Hay que decir, sin embargo, que la dife- rencia entre Europa y Asia ha sido exagerada. Las mas que tentativas transformaciones europeas fueron posibles gracias @ que varios factores coincidieron y elevaron el nivel de vida, no se debieron s6lo a un pro- ¢gres0 econdmico europeo inexorable. Como demuestran los conflictos {gue culminaron en la revoluciones europeas de 1848, ni Europa ni sus colonias estaban exentas de los problemas de adaptacién social y poli tica. Sin embargo, el hecho de que las potencias europeas y Estados lobal, arraigado en el Unidos tuvieran una enorme red de comerci dominio colonial directo, les ayud6 con esta adapracicn LOS ANOS DEL HAMBRE Y LA REVOLUCION EN EUROPA, 1845-1851 Hemos mencionado ciertos factores claves para explicar la turbulencia de mediados de siglo en Asia: la institucién de nuevos sistemas de gobierno extranjeros, la reaccién de las comunidades locales al perder antiguos derechos, una resistencia al cambio religioso y la oposicién a un desarrollo econémico y demogrifico desigual. Hasta 1980, lo histo- siadores veian las revolucianes europeas de 1848 como «guerras de pro- reso» y no como movimientos retrospectivos de este tipo. Siguiendo las formulaciones clisicas del mismisimo Karl Marx, se consideraban conflictos de clase, que reflejaban la autoafirmacién del nuevo proleta riado industrial y de las vanguardias de radicales intelectuales. Estas revoluciones prefiguraban la revolucién de 1917, y no miraban hacia atris, hacia las revueltas religiosas ni campesinas del antafio europeo. Los Cambios en la historiografia reciente han disminuido aqui, como en otros muchos casos, la diferencia entre Europa, Asia y Africa sibien no la han eliminado del todo, Entre otras cosas, los historiadores actuales 163 1LAGGENESIS DEL MUNDO MODERN se centran en el campo. Las revueltas de las intligentsiasradicales, de los artesanos y de los jOvenes nacionalistas de las ciudades que estala ron en la primavera de 1848 amenazaron a los gobiemnos y derrocaron algunos de ellos. Tiene gran importancia simbélica que ocurrieran en Paris, Berlin, Muinich, Viena, Budapest y Venecia los grandes centros del viejo orden. Sin embargo, las revueltas urbanas eran féciles de sof. cat por las fuerzas armadas conservadoras apoyadas por la ciudadanta rica, que todavia recordaba 1789, Pero estas revueltas urbanas slo eran parte del relato” Lo més peligroso para los gobiemos fue que los estallidos revolu- cionarios ocurtieron ala vez que los extendidos movimientos de protes tas campesinas, Los disturbs rurale eran mis dificiles de sofocar porque las autoridades tenfan menos control sobre el campo. Los movimientos de protesta rural y as campaias para aboli los arrendamientos de tie ras amenazaban a los terratenientes a la antigua usanza que sobrevivido sobre todo en el sury el este de Europa y atin mpoi rentas sefioriales. También amenazaban a los nuevos magnates comer- ciales rurales que habian aparecido después de 1815 y que apoyaban a los gobiemnos neoconservadores. Una causa importante del desconten to rural fue que se limicaran los usos forestales, donde la comunidad campesina encontraba lef, pasto y comida. Los campesinos centroeu- ropeos e italianos invadieron los bosques que habian sido comunales, ppeto que habjan pasado a manos de grandes terratenientes. Atacaron a Jos guardabosques y a los empleados del gobierno. Talaron las nuevas variedades de drboles comerciales recién plantadas que no servian de alimento para los animales y soltaron su ganado para que deambulara libre en los pastos. En otras partes, los campesinos reocuparon tierras «que habfan sido divididas y arrancaron vallas y mojones. Se produjeron snumerosos ataques a usureros y a campesinos ricos que habian prestado dinero y trataban de recuperarlo por via judicial. No habia casi vincu- Jos entre estos movimientos rurales y las revueltas democraticas urbanas. La gente del campo solia utilizar el lenguaje de Ia libertad y desfilaba con la bandera tricolor de las aspirantes a naciones-estadbs proclama das en las plazas de las ciudades, Pero los habitantes de las ciudades denunciaban a los campesines como rebeldes y anarquistas que malin terpretaban cl lenguaje de l libertad. Fue el miedo al campo indémito, tanto como a las revueltas urbanas, el que empujé en iltima instancia ‘a muchos liberales a apoyar a las fuerzas de la ley y el orden a partir de 1849. ENTRE REVOLUCIONES MUNDIALES, 1815-1865 Las revueltas de nacionalistas y liberals en las ciudades mas impor- tantes iban acompafiadas de revueltas entre los pobres urbanos. Algo que no parece haber pasado en gran medida, sin embargo, fue la part cipacién activa del nuevo proletariado industrial, como mancuvo el mito de la historiografia socialista. Exceptuando Bélgica, el Ruhr y par tes de Renania, donde las revoluciones no tuvieron mucho éxito, ape nas habia industrializacién en 1848. En otras partes, los trabajadores de las fabricas se mostraban reacios a la huelga y al sabotaje industrial. E niicleo de las revueltas era mis bien la antigua comunidad artesanal Jos empleados por el sistema de subcontratacién por el cual los grandes fabricantes distribuian contratos entre pequefias unidades de base fami liar Los origenes del malestar estaban relacionados en su mayoria con la pérdida de control por parte de las familias de artesanos y sus orga rizaciones sobre mercado laboral. Los ataques contra la maquinaria fueron s6lo una parte. Los trabajadores se unieron en las hasta enton: ces asociaciones ilegales o sindicatos, rataron de intimidar a los duefios y aacaron a a policfa que les protegia. En una ciudad del sur de Ale , miles de tejedores atacaron a un comerciante que llevaba aiios que produ sabe con las comunas de campesinos, el impulso procedia de la sensacion de que Jas nuevas pricticas laborales y las fuerzas impersonales del mercado violaban ala economia moral de la multitud», como dijo el historiador radical inglés E. P. Thompson. Si «los huesos de los teedores indios se decoloran sobre las llanuras de Indostin», como habia dicho el gober- nador general de la India unos afios antes, los tejedores del centro y este de Europa se desangraban a la vez Estos estallidos también reflejaban conflictos cultural y rligiosos en Europa. Un aspecto que comentan ihimamente los historiadores fue cl generalizado antisemitismo de las revueltas de 1848, tanto del campo como de la ciudad. Al ser los prestamistas, mercaderes locales y mayo- ristas mas visibles en muchos lugares, los judios eran los chivos expia- torios de las pequeiias economias capitalistas que se implantaban en el campo y la ciudad. Los judios atrajeron la violencia igual que los pres: tamistas bana en la India en 1857 y los nobles prestamistas en la China Taiping. Estas tensiones, sin embargo, iban mas alla de lo econémico”. Las nuevas asambleas representativas de las ciudades limaban las df rencias sociales. Algunas emanciparon a los judios y marginaron a los ‘grupos religiosos dominantes. Estas medidas despestaron oscuros rece- los hacia los «otros», alimentados de los miedos politicos y morales acu mulados en los treinta afios anteriores", En zonas del sur de Europa 165 Ihubo reyertas entre catélicos y protestantes. En todo el ese de Europa se propagaron los conflicos entre inmigrantes y locales, ctro punto en comin con las revueltas contemporineas de Asia. Sin embargo, en Europa la crsis de legitimidad tenia un lado secular y otro eclesistic, En Italia, el odio hacia el gobierno austriaco Ilevé a la turba al antice. ricalismo. Fue la Iglesia la que habia apoyado con mas fuerza a los zgobernantes austriacos por miedo a los liberales nativos y radicales, Tras la restauraciGn de 1815, la Iglesia tuvo la habilidad de llenar el vvacio de legitimidad durante un tiempo. Pero el papa Gregorio XVI (1851-1846) habia sido un profundo reaccionario que aboré todo cam bio en sus terrtorios y exports politcas conservadoras a otras regiones Su sucesor, el «papa liberal» Pio IX, estremecié a la Iglesia dos veces, primero al apoyar la unificacin de Telia y después por su tipido aban dono del lberaismo”. Seria errénco, claro esti, insistir s6lo en los aspectes populares, comunales y rligiosos de la fevoluciones de 1848, y no tomar en cuen talas demandas politcas y nacionalistas. Estas eran las principales moti jones de la gente instruida que particip6 en elas, y hasta hace tein ta afos, el tema principal de los historiadores que comentaban el periodo. Los lideres de 1848 reclamaban reformas en el sulragio y auto determinacién. El lenguaie de los derechos del hombre y la invocacién de la tradicion revolucionaria distinguc estas revoluciones del patriots mo amorfo de los acontecimientos casi contemporineos de Asia. Por supuesto, Bengala contaba con jévenes radicales urbanos —«Bengala jovem»—. Hacia la década de 1850, los chinos que hablaban idiomas ccuropeos en ciudades como Penang y Hong Kong también empezaron a hablar el idioma del radicalismo occidental y a reflexioaar sobre su propia modernidad, Sin embargo, los vineulos entre éstosy las revol ciones contemporéneas rurales del interior (en el norte de la India o en Ja provincia china de Guangxi, donde comen26 la Rebelién Taiping) eran menores que los vinculos entre los rebeldes rurales urbanos de Europa Por el contrario, en Europa el malestar urbano ya se habia conver tido en revolucién nacionalista urbana. En Italia, dejand de lado la ocupacién de tierras por la fuerza y los ataques a los comerciantes de telas, las revoluciones fueron rebetiones contra la dominacién de Aus- tria, cuyo dominio fue reimpuesto tras Napoleén, por pare de aboga- dos patriéticos, comerciantes yterratenientes lberales. Carlos Alberto, rey del Piamonte, exigis el fin de la ocupacién extranjera de las terras italianas, y otras ciudades y provincias italianas siguieron su ejemplo. 166 ENTRE REVOLUCIONES MUNDIALES,¢. 1815-1865 En Alemania, el nucvo ministrio liberal de Berlin apoyaba el movi miento para la unificacién y el fin dela ocupaci6n danesa de 2onas fron: terizas. En Viena, un modesto régimen liberal sustituy6 al prolongs do gobierno del principe Metternich y apoy6, con cautela, la cruzada panalemana para unificar a todos los pueblos germano-hablantes. El patriotismo local también brot6 en Polonia y Hungria, ambas goberna das por regimenes extranjeros. Ayudado por naciones pequefias pero politicamente fuertes unidas por la prensa emergente, una sociedad de tabernas y cafeterias y una cultura de asociaciones cientificas y «flan trépicas», el nacionalismo liberal tavo su breve apogeo entre 1848 y 1851. Este brote de nacionalismo fue internacional, més, incluso, que el de la década de 1790, Los radicales alemanes, itaianos y, sobre todo, polacos se encontraban en las barricadas de unos y otros paises, y mur chos huyeron,finalmente, a América. Ludowig Microslawski (1814-1878), por ejemplo, empez6 su carrera en el movimiento de la Polonia joven y en los carbonari. Entre 1846 y 1850 lideré movimientos radicales en Berlin, Paris, Hungria, Sicilia, Posen, Baden y, por éltimo, en la Comuna de Patis de 1871, todo ello sin grandes resultados®. Los movimientos radicales de 1848-1851 fueron derrotados rorun- con los eventos en Asia y Europa que acabamos de ver? Aunque ilrimamente fos historiadores han difuminado las lineas diviso Fias entre lo que se conocfa como sociedades «atrasadis» asiticas y samodernasn enropeas en el periad entre las décadas de 1840 y 1850, las similitudes intrinsecas entre los conflictos eurasiaticos y los nortea: mericanos son limitadas. Para empezar, la mayor parte de Estados Uni dos estaba poblada por granjeros présperos y no, como en Asia, por campesinos pobres dominados por terratenientes. Las instituciones politicas estadounidenses eran de reciente ereacién y lbs problemas nics yreligiosos limitados, por lo menos entre los blancos. A pesat de que los ciculos conservadores de Europa simpatizabaa con los con federados del Sur, la Guerra de Secesin no se convirtié en global por aque ni Francia ni Gran Bretafatenian interés en intevenircirectamente, Pero la Guerra de Secesién americana tuvo grandes consecuencias cen Eurasia y en Centro y Sudamérica. Esta es otra prueba de la vincu- lacidn cada vez més cercana de la economia y la diplomacia globales. Por ejemplo, la distraccién de Estados Unidos durante la guerta permi- ti6 a México una breve independencia en politica exterior. También anim6 a Francia a una intervencién en el territorio sacrosento de la doc trina Monroe con su fallido intento de crear un imperio mexicano fran cofilo en 1862-1863. El final de la Guerra de Secesién presion6 a los invasores franceses y salv6 la repiiblica liberal de México. La interven- cién extranjera directa motivé a los campesinos patriotas mexicanos, ¥ 170 | "ENTRE REVOLUCIONES MUNDIALES, 1815-1865 este sentimiento perduré hasta la Revolucién Mexicana de 1911. Mien tras tanto, el fracaso de la aventura de Napoleén mostré a sus compet dotes europeos, sobre todo a Bismarck, las limitaciones del poder fran: cés. La Guerra de Secesién americana también aborté una politica expansionista americana més agresiva en el Pacifico y el Lejano Orien: te, dandole a Japén un breve, pero importante, respiro en la presién occidental Podemos seguir las espirales de causalidad econémica que emana ron de este foco de turbulencia occidental, Por ejemplo, la derrota del Sur provocé una depresion comercial en Cuba una vez que se reanuda ron las exportaciones de algodén crudo y tabaco norteamericanas. Esto refor26 las demandas de independencia de los criollos cubanos, hartos del molesto gobierno espafiol. A su vez, la revuelta cubana ayudé a de socat el régimen liberal en Espaiia, protegido por el emperador fran: cés Napolesn III. Mientras tanto, los revolucionarios cubanos habian implantado la llama de la guerra y a revolucién en la Repiblica Domi El dominio briténico del comercio trasatkintico, que en 1861 pare cfa estar amenazado, se recupers durante la Guerra de Secesién ameri cana®. También experimentaron un boom las fabricas de algodéa brit nicas. Tras un breve periodo de dificultades causado por el repentino corte de las importaciones de algodén, la industria text se reeuper6, y Iasobreproduccién de algodén crudo quedé eliminada. Gran Bretaia, la gran importadora de algod6n norteamericano, buscé otras fuentes al «star bloqueados los puertos de los estados surefios por la guerra. El algodén largo egipcio era el mejor susttuto, aunque también hubo una gran demanda mundial del algodén corto indio. Los exportadores de algodén de India y Oriente Medio hicieron grandes fortunas. El gobier 1no egipcio de Ismail Bajé pidié mas préstamos en el mercado europeo para mantener su ambicioso programa de modernizacién militar y de obras piiblicas. Empresarios brténicos trataron de implanta el cultivo del algodén en la Anatolia otomana. El periodo de la Guerra de Sece sin americana se convirtié en el punto culminante del doom econémi- co del Imperio Briténico a mediados de la época victoriana. El creci miento econémico se vio impulsado tanto por la subida del precio del algodén y del tabaco como por el descubrimiento de oro en el sur de Australia y el oeste de Norteamética. Los comerciantes construyeron enormes palacios neogéticas en Melbourne, Bombay y Alejandria. Se rumoreaba que los nuevos ricos cultivadores de algodén de la India forraban las ruedas de sus earras con plata m Cuando llegé el erac comercial con la reanudacién dela produccién americana, éste fue severo y arrastré a la economia mundial ala la depresién de las décadas de 1870 y 1880. La caida del precio del algg- d6n a partir de 1867 fue una herida letal para las finanzas egipcias, y provocé la crisis constirucional que asolé el pais en la dé-ada de 1870, El colapso del precio del algodn en la India coincidis con hambrunas consecutivas y tal combinacién fomenté la nueva militancia en el camy y le cudad. Aunque los vinculos eran indiects, la prealencia dei pobreza en las areas de cultivo de algodén promovi6 el nacionalisma antibritinico en el oeste de la India. Incluso en la lejana Rusia, la pei grosa dependencia de las importaciones de algodén norteamericang quedé clara durante la Guerra de Secesion y ofreci6 una excusa a los nilitaristas rusos para anexionarse ls rcas tierras negras del centro de Asia, ideales para el cultivo del algod6n. Por tanto, la Guerra de Secesién americana fue un acontecimiento global como la Rebelién Taiping y las revoluciones de 1848, porque los vinculos directos entre el gobierno, el comercio y la ideologia se propa zaron por el mundo, Pero gtenian alguna conexién genética sus orige- nes y el desenlace con los acontecimientas contemporsneos de Asia y Europa? Parece que hubo similicudes lejanas. Al aplastar al emergente Fataclo confederado, Ia Uni asegnes su permanencia y contribnyé a Ta nueva realineacién de las grandes naciones unificadas y de las supre macias centralizadas y sofisticadas econémicamente que suplantaron los diversos sistemas politicos poco unificades de principios del siglo x0 En los estados nortefios de América asomaba una nacién mas conscien- te de si misma politica y econémicamente. Los del norte temian la riva lidad de un «Estado esclavista» al sur y al oeste, porque podria ser influido por extranjeros. Al igual que los ciudadanos de la emergente Alemania, eran proteccionistas que buscaban desarrollar sus nacientes| industrias y recelaban del libre comercio del Sur y de sus vinculos con Gran Bretaia ‘Antes de 1860, el gobierno federal norteamericano eta una institu cién débil, incluso comparada con los gobiernos europeos contempord- neos, Esta fue una de las razones por las que el Sur se separd de la Unién con tanta facilided. Para librar la guerra, el presidente Abraham Lincoln pidi6 a los estados norteiios ayuda armada. La guerra cre6, por Jo menos temporalmente, un gobierno mas centralizado, mas podcroso y més armado, con una clara politica intervencionista y uaa burocracia ‘as amplia, Pero, incluso cuando el poder del gobierno zentral volvi6 ‘a menguar, muchos estados individuales mantuvieron los nuevos siste 172 ENTRE REVOLUCIONES MUNDIALES, ¢ 1815-1865 mas de gobierno desarrollados durante la guerra. En un sentido mas amplio, empezaba a asomar algo parecido al nacionalismo norteamer cano, si bien aiin supeditado a la lealtad al Estado local. Este parto sa griento de una Norteamérica federal mas fuerte tuvo vinculos lejanos ton los movimientos para la unificacién de Italia o Alemania, y la modemnizacién de Japén. En el mundo anglosajén, la confederacién canadiense de 1868 y la consolidacién de la Nueva Zelanda britanica del mismo periodo fueron acontecimientos paralelos. Los cambios eco: némicos parecian reclamar la creacién de naciones-estado més grandes yy mis unidas, La clase media, mas consciente y més educada, deseaba la proteccién psicol6gica que este tipo de Estado ofrecia. Hubo excep ciones, claro. Las colonias briténicas esparcidas por Australia no se unieron hasta cl siglo siguiente. Aqui, en cl gran continente del sur, la creacién del Estado empez6 lentamente y desde abajo, « medida que los colonos se daban cuenta de que tenfan cosas en comin cuando comer ciaban, legislaban 0 rezaban juntos. Su patrén de desarrollo se parecia al que podria haber tenido Estados Unidos de no ser por dos temas explosivos: la esclavitud y la expansién hacia el Oeste La Guerra de Secesién americana también signi parte central de la rama occidental del viejo sistema econémico brténi- 0 del siglo Xvnt. Tiene importancia simbolica que muchas de las gran. des plantaciones de los estados surefios, fundadas principalmente por briténicos, desaparecieran en los diez afios posteriores a la caida de esa cotta institucién britnica clave del siglo xvi, la Compatia de las Indias Orientales. Habia quedado de manifiesto que ese viejo y corrupt mo- nopolio era incompetente incluso para las pocas funciones militares y gubernamentales que atin mantenia. Para los reformadores libera- Jes americanos, la esclavitud y Ia posesion de esclavos eran tan corrup- tas como ineficaces. La esclavitud, esa «peculiar instieucién» de control del trabajo externa al mercado, no podia arraigarse en los nuevos terri- torios que la repéblica iba ocupando al oeste del continente. Aunque Jos derechos de cada Estado estaban protegidos por la Constitucién, ya no se podia apelar a Is historia ni a la cultura para proteger sistemas sociales abortecidos por la nueva opinién dominante compartida por republicanos y demécratas en el norte Los movimientos reformistas a ambos lados del Atléntico estaban menudo vinculados directamente porque todos mezclaban argumen: tos morales y econémicos. Las revoluciones europeas de 1848, el movi miento carista de Gran Bretaia, el auge de los fenianos en Irland y el mo: vimiento abolicionista de Estados Unidos compartian ideologias similares. el fin para una 1B A GENESIS DEL MUNDO MODERN A cierto nivel, todos se preocupaban del derecho del indviduo como ciudadano. El intercambio de activstas y libros de un lado del Atng. 0 al otro conecté movimicntos antiesclavistas con otros antialcohol, rmovimientos feministas con otros de indole religiosa. Fl Ejcito de Sal vacidn aparecié en Estados Unidos al mismo tiempo que en Gran Bre. taia y su imperio. El efecto moral de la visién de la emancipacién de las masas, aun que no sucediera en la prictica, no se debe subestimar. John Bright, un radical briténico, present6 la guerra americana como un ejemplo dela Tucha global «por la democracia, la libertad y la dignided labora Bright, y después el mismisimo Gladstone, vieron analogias entre la emancipacién de esclavos en Norteamérica la concesién del derecho de voro a los trabajadoresy a los pequefios granjeros brtinicos, qu se Ilevé a cabo entre 1867 y 1885. Un nuevo tono carismtico animé la politica popular de la Europa protestant y ese tono se origin6 en el iscurso moral del abolicionismo. Este rearme moral se vio reforeado por duros problemas politicos. En un principio, los problemas indus: ttiales causados por la crisis del algodén parecian presagia la vuelta del lismo laboral, Pero las clases trabajadoras de Lancashire no cau saron disturbios o revueltas, y muchos trabajadores apoyaban a la Unién a peear de que iba en contra de sus intereses. Fara madurez politica de ics trabajadores textiles persuadi6 aos plltcos liberals y conserndo res de que era el momento de ampliar el derecho a voto®. Por todo el Impetio Briténico, los primeros colonos nacionalistas tambin se vie ron, aunque de forma distante, poderosamente afectados por la Guerra de Secesién americana. Después de los problemas de 1848-1851, la de: rmocracia, 0 por lo menos el gobierno representativo, parecia avanait de nuevo. Inevitablemente, sin embargo, los efectos més importantes y dura dros de la Guerra de SecesiGn americana afectaron al arte de la guerra En muchos aspectos, fue la primera guerra mecanizada de la historia La artlleria pesada diezmé las formaciones de infanteria y os bombat deos destrozaron ciudades enteras. Ademés, ya habfa cimaras fotogré fcas para retratar el sufimiento y eximular el ptrotismo. Los jf militares europeos aprendieron rapido. Un enorme incremento en la produccién armamentistica esparcié las nuevas armas, sobre todo de pequefio calibre, por todo el mundo. Legales 0 de contrabando, estas armas aparecieron en Europa, Asia y Africa, reforzando a los ejécitos reales y coloniales, aunque también a revolucionatios, anarquistas ¥ campesinos rebeldes. [EVTRE REVOLUCIONES MUNDIALES, ¢. 1815-1865 Elterrorista honrad! de Augustus Washington, c. 1846-1847 Job Brown (1800-1855 a, Daguerrotipo CONVERGENCIA O DIFERENCIA? Exte capitulo ha comparado los vinculos directos ¢ indirectos de los arandes conflctos que dividieron el siglo x1x. No trata de

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