Professional Documents
Culture Documents
(algunas partes de este capitulo solo se entenderán bien cuando se haya visto la inmunidad adaptativa)
Contenido:
1. Introducción
2. Componentes del sistema inmunitario innato
A) Barreras de defensa
B) Células fagocitarias
- Mediadores enzimáticos
- Mediadores lipídicos
3. Acción integrada de la respuesta inmune innata: la inflamación
4. Papel de la inmunidad innata en la estimulación de las respuestas inmunitarias adaptativas
1. INTRODUCCIÓN
La inmunidad innata es la primera línea de defensa contra las infecciones y es nuestro mecanismo de de-
fensa filogenéticamente más antiguo. Está presente incluso en los insectos y en las plantas. La otra rama de
la inmunidad, la adaptativa (o adquirida), se ha desarrollado posteriormente para complementar a la inmuni-
dad innata en nuestra defensa contra las infecciones. En realidad ambos tipos de respuestas se potencian
mutuamente. La inmunidad innata elimina a la mayoría de los gérmenes que nos atacan. Cuando la inmuni-
dad innata es incapaz por si sola de erradicar las infecciones se desencadena la respuesta inmune adapta-
tiva.
La respuesta inmune adaptativa es capaz de perfeccionarse en el tiempo y hacer respuestas cada vez más
eficaces en encuentros sucesivos con el mismo germen. A este fenómeno se llama memoria inmunológica.
La respuesta inmune innata no posee memoria inmunológica y en encuentros sucesivos con el mismo ger-
men siempre pone en marcha una respuesta inmune estereotipada que “no recuerda” los encuentros pre-
vios.
Clásicamente se ha llamado a la respuesta innata “inespecífica” y a la adaptativa “específica”. Hoy se sabe
que la respuesta innata discrimina mejor lo propio de lo extraño que la adaptativa como lo demuestra el
hecho de que no se conozcan enfermedades causadas por reacciones innatas contra lo propio. Por el con-
trario, las enfermedades autoinmunes son reacciones adaptativas contra lo propio.
La inmunidad adaptativa se desarrolla en los días o semanas que siguen al contacto con el agente infeccio-
sos, por el contrario, la inmunidad innata se encuentra siempre lista y actúa ya en los primeros minutos que
siguen a la infección.
Las respuestas innatas y adaptativas funcionan de forma coordinada y comparten muchos elementos. Por
ejemplo, los macrófagos son células fagocitarias típicas de la respuesta innata pero también presentan antí-
genos a los linfocitos T en la respuesta adaptativa. De esta forma la respuesta innata “avisa” para que se
ponga en marcha la respuesta adaptativa. Igualmente, los linfocitos T activados estimulan a los macrófagos
para que se libren de microorganismos cuando estos infectan su sistema vacuolar.
La respuesta inmunitaria innata, al igual que la respuesta inmunitaria adaptativa, puede dividirse en las fa-
ses de reconocimiento, activación y efectora.
El término genérico “fagocitos” se usa para referirse indistintamente a los neutrófilos o a cualquiera de las
células derivadas de los monocitos, sobre todo a los macrófagos.
En su conjunto la respuesta a la infección provoca una serie de síntomas y signos que de forma conjunta
reciben el nombre de inflamación. La inflamación es uno del procesos biológicos más complejos y puede
desencadenarse también en ausencia de infección. En ella participan los fagocitos, varias citocinas, produc-
tos del sistema del complemento y de la coagulación sanguínea, entre otros.
Los neutrófilos y monocitos normalmente circulan en la sangre sin extravasarse a los tejidos. Sin embargo
cuando se establece un foco de infección abandonan los vasos sanguíneos para acudir al foco infeccioso.
Este fenómeno es inducido por el propio proceso infeccioso en el que se liberan quimiotrayentes para estas
células y se producen cambios funcionales en las moléculas de adhesión de los vasos sanguíneos a los que
se anclan los fagocitos de forma creciente a medida que progresan por los vasos hasta que finalmente los
abandonan para entrar en los tejidos infectados.
Tras la llegada de los gérmenes los macrófagos residentes en el tejido infectado inician inmediatamente el
proceso de fagocitosis y secretan citocinas (IL-1, TNF y quimiocinas). La IL-1 y el TNF hace que los las célu-
las endoteliales de la vénulas postcapilares expresen varias moléculas de adhesión, entre ellas la selectina
E. Los fagocitos poseen ligandos para estas selectinas pero la unión es de baja afinidad por lo que las unio-
nes se sueltan fácilmente por la fuerza de la corriente sanguínea. Estas uniones y roturas sucesivas hacen
que los fagocitos “rueden” sobre la superficie endotelial arrastrados por la corriente sanguínea.
La MBL se une por el extremo lectina a residuos de manosa y fucosa presentes en las glicoproteí-
nas y glicolípidos bacterianos y por el extremo globular al receptor para C1q. Por lo tanto la MBL
primero opsoniza a las bacteria y posteriormente “la arrastra” hasta los fagocitos para poner el mar-
cha el mecanismo de fagocitosis que acabará destruyendo a la bacteria.
◊ La proteína C reactiva. Se descubrió y recibe su nombre por la propiedad que tiene para unirse a
proteínas de la cápsula del pneumococo. Pertenece a la familia de las pentraxinas por poseer cin-
1
MBL, Mannose-Binding Lectin
co subunidades globulares idénticas. Se une por un lado a fosfolipidos bacterianos como la fosfo-
rilcolina y por otro a C1q. De esta forma hace de puente entre las bacterias y el receptor para C1q
de los fagocitos, lo que pone en marcha la fagocitosis bacteriana. También puede poner en mar-
cha la fagoctosis uniéndose directamente a los receptores Fcγ y activar la vía clásica del comple-
mento uniéndose directamente a C1q.
Son homólogos a una proteína de la drosophila llamada Toll, a lo que deben su nombre. Hasta ahora se
han descrito en los mamíferos más de una decena de receptores tipo Toll. En el reconocimiento puede
participar un solo receptor (Toll-9 reconoce a CpG) pero en otros casos actúan como homodímeros (por
ejemplo, Toll-2/Toll-2) o heterodímeros (por ejemplo, Toll-2/Toll-6). En los dímeros en unos casos la aso-
ciación mejora la especificidad por el
ligando y en otros uno de los recepto-
Tabla 1. Algunos receptores tipo Toll, sus ligandos y los
res aporta la especificidad y otro
gérmenes que los expresan.
transmite la señal al fagocito. La aso-
ciación de receptores permite recono-
Receptor Ligandos Gérmenes
cer a más microorganismos de los que
se podrían reconocer si estos recepto- Toll-2 Lipoproteínas Bacterias
res actuasen siempre en solitario. Peptodiglicano Bacterias Gram +
Zymosan Hongos
Estos receptores están presentes en LPS (Lipopolisacárido) Bacterias Gram -
los fagocitos y otros muchos tipos de GPI anchor Tripanosomas
células. La tabla 1 recoge los factores Lipoarabinomanan Micobacterias
que pueden reconocer los receptores Fosfatidilinositol dimanosido Micobacterias
tipo Toll mejor caracterizados. Toll-3 RNA de doble hebra (dsRNA)* Virus
La especificidad de los receptores tipo Toll-4 LPS Bacterias Gram -
Toll está influenciada por proteínas in- HSP60 Clamidia
tracelulares que actúan como adapta- Toll-5 Flagelina Bacterias
dores para los mismos. Se han descri- Toll-9 DNA con secuencias CpG Bacterias
to varias de estas moléculas adapta- (citosina-fósforo-guanina) Protozoos
doras. El hecho de que un mismo re-
ceptor Toll pueda asociarse con varias * HSP60: Heat shock protein, proteína del golpe de calor
combinaciones de moléculas adapta-
doras amplía la especificidad de estos
receptores.
Cuando estos receptores reconocen sus ligandos en los gérmenes
estimulan en los fagocitos la producción de sustancias microbicidas
y de citocinas.
Uno de los receptores tipo Toll mejor conocido es el Toll-4 que ex-
ponemos como ejemplo (fig. 5).
Su ligando, el LPS de las bacterias Gram -, es captado por un pro-
teína fijadora de LPS presente en la sangre y líquidos biológicos
(LBP)(2). Este complejo LPS-LBP facilita la unión de LPS a su li-
gando en los fagocitos, CD14, liberándose entonces LPS. El com-
plejo CD14-LPS se asocia al receptor Toll-4 junto con una proteína
accesoria extracelular llamada MD2. Esta unión hace que el recep-
tor transmita la señal al interior de la célula lo que pondrá en mar-
cha una serie de eventos que culminarán con la activación del fac-
tor nuclear NFκB que induce transcripción de varios genes para producir citocinas (TNF-α, IL-1 e IL-12) y
activar la producción de intermediarios de oxigeno reactivo, lo que producirá la muerte del microorganis-
(2)
LBP: LPS-binding protein.
mo (que habrá sido previamente fagocitado por la señalización de otros receptores del fagocito). Otros
receptores Toll pueden activar un factor nuclear diferente, el AP-1.
Se han descrito más de 10 tipos de estos receptores “serpenteantes” a través de la membrana y se les
denomina C-C si poseen dos cisteínas contiguas o C-X-C si las dos cisteínas están separadas por otros
aminoácidos (representados por la X).
Estos receptores reconocen a productos típicos de los microorganismos y a algunos mediadores que son
producidos durante la infección y estimulan la migración de los fagocitos a la zona de infección y la pro-
ducción de sustancias microbicidas por el estallido respiratorio. Entre sus ligandos se encuentran:
- Quimiocinas, como la IL-8.
- Péptidos iniciados con N-formilmetionina que solo se encuentra en los microorganismos y en las
mitocondrias.
- Factores del complemento, como C5a
- Mediadores lipídicos de la inflamación, como el factor activador de plaquetas, la prostaglandina
E y el leucotrieno B4.
Estos receptores se encuentran en fagocitos, basófilos, eosinófilos, linfocitos T, y otras células pero no
todos están presentes en todas estas células. Cada célula posee un patrón de receptores típico. Ade-
más, el número y tipo de receptores puede variar dentro de una misma célula dependiendo de su estado
funcional. Esto, junto con el hecho de que cada receptor puede responder a una o varias de las 50 qui-
miocinas descritas da una idea de la versatilidad de este sistema.
El más importante es el receptor para IFN-γ(3), la citocina con mayor capacidad de estimulación de ma-
crófagos.
El IFN-γ es producido por las células NK en las respuestas inmunes innatas y por los linfocitos T activa-
dos en las respuestas adquiridas.
Los fagocitos poseen receptores en su membrana tres tipos de receptores para reconocer por el extremo
Fc a las inmunoglobulinas IgG1 e IgG3 (FcγRI, FcγRIIA y FcγRIIIB) y un receptor para reconocer a IgA
(FcαR).
Cuando estos receptores reconocen a su inmunoglobulina unida a su antígeno disparan el mecanismo
de fagocitosis y la activación de los mecanismos de muerte intracelular del fagocito. Es de notar que este
mecanismo de muerte requiere el concurso de inmunoglobulinas por lo que sólo actúan cuando ha exis-
tido una respuesta inmune adquirida humoral previa. Por este motivo no se le puede considerar en la in-
munidad innata.
Una vez que los fagocitos mediante sus receptores han reconocido y fajado a los microorganismos se pone
en marcha primero un mecanismo de interiorización de dichos microorganismos a su sistema vacuolar lla-
mado fagocitosis. este es un proceso dependiente del citoesqueleto aún mal comprendido y que básicamen-
te consiste en crear dos protrusiones de la membrana hasta que el microorganismo queda totalmente ro-
deado. En ese momento se sueldan por un lado la membrana plasmática y por otro la membrana que rodea
al microorganismo. De esta forma el microorganismo queda secuestrado en una vacuola, llamada fagoso-
ma. En esta vacuola la membrana queda en la orientación inversa a la que tenía inicialmente en la mem-
brana plasmática (la cara externa queda hacia dentro). Posteriormente los fagosomas se fusionan con liso-
(3)
IFN-γ: Interferón gamma
somas presentes en el citoplasma de los fagocitos formando fagolisosomas en los que se llevará a cabo la
destrucción del microorganismo.
Algunos péptidos generados durante la digestión de las proteínas del microorganismo serán “cargados” en
las moléculas HLA de clase II, transportados a superficie y presentados a los linfocitos T CD4+, con lo que
se iniciará la respuesta inmune adaptativa contra el
germen.
(4)
iNOS, inducible nitric oxide syntase
Las graves lesiones que se ocasionan en infecciones crónicas causadas por micobacterias, como la tuber-
culosis y la lepra, son en parte causadas por este mecanismo.
C) Células NK(5) (fig. 7)
Las células asesinas naturales son linfocitos que tienen por misión
destruir a células infectadas por virus, células (infectadas o no) que
han perdido la expresión de moléculas HLA de clase I, macrófagos
infectados y células opsonizadas por anticuerpos. Los anticuerpos
son el resultado de reacciones inmunes adquiridas de tipo humoral.
Por este motivo las células NK participan tanto en la inmunidad
innata como en la adquirida.
En el pasado las células NK han recibido distintos nombres que
ilustran el desconocimiento que ha habido sobre ellas hasta hace
relativamente poco tiempo. Atendiendo solo al aspecto granular de
su citoplasma y a su tamaño se les llamó “leucocitos granulares
grandes”. Descubiertas las dos poblaciones de linfocitos (T y B) se
les llamó “tercera población”. Por carecer de los marcadores de
superficie típicos de los linfocitos B (Inmunoglobulinas) y de los
linfocitos T (receptor T) se les llamó “células no T no B” y también
“población nula”. Su nombre actual asesinas “naturales” indica el
hecho de que, a diferencia de los linfocitos T, no necesitan estimu-
lación previa para actuar.
Las células NK proceden de la médula ósea y se encuentran fun-
damentalmente en la sangre y en el bazo.
(5)
NK, natural killer, asesinas naturales.
De esta forma las células NK representan una vía rápida de ataque contra los virus y bacterias intracelu-
lares, sirviendo de compás de espera hasta que se desarrolle la respuesta inmune adquirida, mucho
más lenta aunque más específica.
Algunos tumores, sobre todo de origen hematopoyético, expresan niveles bajos de moléculas HLA de
clase I por lo que pueden ser atacados por las células NK.
b) Muerte modulada por citocinas (fig. 9). La IL-12 y la IL-15 son producidas por los macrófagos y otras
células y ambas poseen actividad sobre
las células NK. La IL-12 aumenta la ca-
pacidad citolítica NK y la liberación de
IFN-γ y la IL-15 induce la proliferación
de NK. El INF-γ estimula la capacidad lí-
tica de los macrófagos. La presencia de
Los eosinófilos poseen un receptor (FcεRI) con alta afinidad para la región constante de la IgE. La IgE se
produce fundamentalmente en reacciones inmunes alérgicas o dirigidas contra parásitos. Por ejemplo, pa-
rásitos helmintos, que son demasiado grandes para ser fagocitados pueden ser destruidos por una proteína
liberada de los gránulos de los eosinófilos cuando estos se acoplan a la IgE previamente unida al helminto.
Los fenómenos ADCC disparadas por los anticuerpos en las células NK y en los eosinófilos son buenos
ejemplos de hasta qué punto la respuesta inmune innata y la adquirida están imbricadas. Estas dos células,
típicas de la respuesta inmune innata necesitan, para llevar a cabo el fenómeno ADCC, del concurso de los
anticuerpos, generados en la respuesta inmune adquirida.
6
ADCC, Antibody-Dependent Cell-Mediated Cytotoxicity, citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos.
D) El sistema del complemento.
El sistema del complemento es un mecanismo humoral de defensa formado por varias proteínas plasmáti-
cas. Fue descrito por Jules Bordet que observó que cuando a una mezcla de bacterias y anticuerpo antibac-
terias se le agregaba suero fresco se producía la lisis bacteriana pero la lisis no se producía si el suero era
previamente calentado a 56ºC. Estas proteínas o “factores” son sintetizadas en su mayoría en el hígado y
su activación es inhibida por proteínas reguladoras presentes en las células normales del huésped y ausen-
tes en los gérmenes.
Existen tres vías del complemento. La descrita por Bordet se llama “vía clásica” requiere el concurso de los
anticuerpos. Posteriormente se ha descrito otra vía que es filogenéticamente más antigua pero por ser des-
crita después que la clásica se llama “vía alterna”. Esta vía alterna no requiere el concurso de los anticuer-
pos. De hecho es posible que represente un sistema ancestral de defensa anterior al desarrollo de los anti-
cuerpos. Por último existe la “vía de la lectina” que idéntica a la vía clásica con la diferencia de que el papel
de los anticuerpos es suplido por lectinas que, como los anticuerpos, hacen de nexo de unión entre los
gérmenes y el sistema del complemento.
Los factores del complemento, salvo algunas
excepciones, se nombran con una C seguida
de un número (C1, C2, C3...). El orden de su
descubrimiento no siempre coincide con el
orden en que actúan en las vías del comple-
mento. Esto unido, a que las distintas vías
tampoco se descubrieron en orden a su anti-
güedad filogenética hacen de esta sistema un
mecanismo de defensa aparentemente com-
plejo. En su descarga hay que afirmar que es
muy eficiente.
En este capítulo de inmunidad innata sólo se
describe la vía alterna del complemento. La
vía clásica requiere el concurso de anticuer-
pos que son productos generados en las res-
puestas inmunes adquiridas. La vía de las
lectinas es idéntica a la vía clásica con la
diferencia de que el papel de los anticuerpos
es suplido por lectinas plasmáticas.
E) Citocinas
F) Otros factores
Mediadores enzimáticos (fig. 14)
Aparte del sistema del complemento, ya mencionado, el plasma contiene tres cascadas que dan lugar a
mediadores de la inflamación, el sistema de la coagulación, el sistema de la kinina y sistema fibrinolítico
o de la plasmita.
- El sistema de la coagulación se inicia con la activación del factor de Hageman por el endotelio vascu-
lar dañado. Esto pone en marcha una cascada de reacciones que culmina con la polimerización del fi-
brinógeno en largas moléculas de fibrina que forman un coágulo y amurallan los gérmenes, evitando
así su difusión fuera del foco de infección.
- Sistema de la kinina es una cascada enzimática que se inicia por la acción del factor de Hageman ac-
tivado sobre un precursor de la kalikreína llamado prokalikreína. La kalikreína escinde al kininógeno
en bradikinina que es un péptido básico
que actúa como potente mediador in-
flamatorio. Además de las acciones bio-
lógicas mostradas en la figura 14, la
bradikinina escinde C5 en C5b y C5a.
C5a, la anafilotoxina más potente, indu-
ce la degranulación de las células ce-
badas, liberando éstas de sus gránulos
varios mediadores de la inflamación.
- El sistema fibrinolítico se inicia por la
conversión del factor de Hageman acti-
vado del plasminógeno en plasmina.
Esta actúa sobre los coágulos despoli-
merizando la fibrina. Los fibrinopéptidos
generados actúan como mediadores de
la inflamación y activando la vía clásica
del complemento.
7
SRS-A: Slow Reacting Substance of Anaphylaxis.
La inflamación fue descrita por Celsus en el año 10 a.c. como “rubor et tumor cum calore et dolore” (enroje-
cimiento, hinchazón, calor y dolor). En el año 129 d.c. Galeno le agregó a esta definición “functio laesa”
(alteración de la función). Hoy, casi 2000 años más tarde, esta definición es aún impecable pero sólo esta-
mos comenzando a comprender los mecanismos por los que se lleva a cabo el proceso inflamatorio.
La inflamación es un mecanismo de defensa muy complejo. Puede ser local o general y aguda o crónica. Un
golpe o una infección localizada pueden poner en marcha mecanismos inflamatorios locales agudos muy
parecidos externamente pero el sentido finalista es muy distinto. Mientras que la inflamación traumática
tenderá a restaurar la integridad de los tejidos dañados, la inflamación infecciosa tenderá inicialmente a
eliminar la infección y luego a restaurar la integridad de los tejidos dañados por la infección.
En este capítulo describiremos superficialmente la inflamación aguda de origen infeccioso.
Cuando los gérmenes anidan en un tejido (por una herida, obstrucción de una glándula sebácea, etc.) ocu-
rren dos fenómenos que inician inmediatamente la lucha contra la infección y desencadenan el proceso
inflamatorio:
a) Los fagocitos residentes, mediante sus receptores de superficie, reconocen a los gérmenes, inician el
proceso de fagocitosis y producen citocinas como IL-1, TNF, quimiocinas, IL-12 e IL-15.
b) Se activa la vía alterna del complemento.
La IL-1 y el TNF llevan a cabo dos funciones. Por un lado hacen que los las células endoteliales expresen
varias moléculas de adhesión, entre ellas la selectina E y por otro inducen la expresión de ligandos para las
integrinas fagocitarias. Mientras tanto, las quimiocinas se van concentrando sobre los aminoglicanos de
heparan sulfato de las células endoteliales. Esto activa a los fagocitos que cambian sus integrinas al estado
de alta afinidad. Por el efecto combinado de estas tres citocinas los fagocitos, que en condiciones normales
ruedan sobre el endotelio, se adhieren fuertemente a él y al final abandonan el vaso sanguíneo por diapé-
desis para llegar así a los tejidos infectados en ayuda de los fagocitos residentes. Este movimiento lo hacen
hacia el lugar en el que las quimiocinas están más concentradas, el foco de infección.
La IL-15 induce la proliferación de las células NK y la IL-12 hace que éstas produzcan IFN-γ. Este IFN-γ
estimula la capacidad lítica de los macrófagos. Tenemos así en el foco de infección no solo más fagocitos
sino además con su capacidad fagocitosis y sus mecanismos de muerte estimulados.
Como consecuencia de la activación de la vía alterna del complemento ocurren tres fenómenos. Primero,
los gérmenes opsonizados pro C3b serán reconocidos, fagocitados y destruidos por los fagocitos. Segundo,
gérmenes que no sucumban por este mecanismo lo harán tras formarse en su superficie cientos o miles de
complejos de ataque a la membrana. Tercero, se liberan las anafilotoxinas C3a y C5a, que tienen importan-
tes funciones biológicas:
- Producen contracción del músculo liso en las vénulas postcapilares, lo cual aumenta el contenido de san-
gre de los vasos (enrojecimiento, “rubor”).
- El aumento del contenido de sangre en la zona, junto con el aumento de la actividad metabólica de los
fagocitos aumenta la temperatura local (calor, “calore”).
- Las activan a las células cebadas y a los neutrófilos induciendo su degranulación lo que libera sustancias
vasoactivas del tipo de la histamina y se producen los síntomas típicos de la anafilaxia (de donde deriva el
nombre de anafilotoxinas). Las propias sustancias vasoactivas de las células cebadas ejercen funciones
muy parecidas a las anafilotoxinas.
- La distensión del tejido, junto con el efecto químico de los productos de degranulación de los fagocitos,
estimula las terminaciones nerviosas lo que explica el dolor (“dolore”).
Durante la inflamación se activa el sistema de la coagulación. La fibrina amuralla a los gérmenes en el lugar
de infección e impide su difusión a otras zonas del organismo.
El sistema de la coagulación pone en marcha otros dos sistemas, el de las kininas y el sistema fibrinolítico,
ambos con importantes funciones inflamatorias.
Por último, la inestabilidad que sufre la membrana de ciertas células inmunes hace que sus fosfolípidos
sean atacados por la fosfolipasa, dado lugar a tromboxano, prostaglandinas, leucotrienos y factor activador
de plaquetas (PAF8). Todos ellos son mediadores de la inflamación y sus funciones biológicas, junto con el
resto de factores descritos, explican no solo los mecanismos intrínsecos del proceso inflamatorio sino tam-
bién sus signos y síntomas
8
PAF: Platelet Activating Factor.
b) Inmunidad mediada por células B (fig 17):
Los linfocitos B pueden reconocer pequeños fragmentos de molécu-
las de gérmenes siempre que tales moléculas se encuentren en la
superficie del germen accesibles a los receptores de los linfocitos B,
los anticuerpos. Este reconocimiento libera al linfocito B la primera
señal. La segunda señal mejor definida para los linfocitos B es el
factor C3d del complemento que se acopla al receptor 2 del com-
plemento presente en estos linfocitos. C3d es un producto generado
durante la degradación de C3. De nuevo la segunda señal procede
de un sistema típico de la inmunidad innata, la vía alterna del com-
plemento. Tras recibir las dos señales los linfocitos B proliferan y se
diferencian a células plasmáticas productoras de anticuerpos.
Esta labor de la inmunidad innata en la estimulación de la inmuni-
dad adaptativa es el fundamento del uso de los adyuvantes. Son
adyuvantes potentes el LPS y los lisados de micobacterias. Estos
productos hacen que los fagocitos liberen IL-12 y aumentan en ellos
la expresión de los coestimuladores B7.1 y B7.2. En definitiva, los
fagocitos responden como lo hacen ante la infección pero en au-
sencia de gérmenes y de esta forma liberan de manera efectiva la
segunda señal. Cuando se inyecta un antígeno proteico junto con
adyuvantes el antígeno libera la primera señal y los adyuvantes
inducen los elementos necesarios para que se produzca la segunda
señal con lo que la respuesta adaptativa se comporta como si fuera
precedida de una respuesta innata. Los lisados de micobacterias y
el LPS son excelentes adyuvantes pero inducen respuestas inflama-
torias importantes. Por este motivo solamente se usan en experi-
mentación. En la práctica clínica algunas vacunas se administran
con adyuvantes pero diseñados para minimizar los efectos inflama-
torios indeseables.
Antonio Alonso
Agosto 2003