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Francisco Rico, Histoce -_Cri tit De Cid, fora spasola is 4 mais Fatima AES" 1 BOCES cribs ALEXANDER A. PARKER DIMENSIONES DEL RENACIMIENTO ESPANOL No hace atin mucho tiempo, solfa negarse que el Renacimi rt te sl oes ol Rect fAidebia 1 la gran simplicidad con que se oponfa el humanismo « Is {Edad Media y a la Contrarreforma; pero también se debia a le cont sideracién de que Espaiia era distinta del resto de la Europa occ dental. Histéricamente, 1a diferencia radica en el hecho de la con, guista musulmana, de que desde 711 hasta 1492 algunas partes de Ja Peninsula Ibérica pertenecieron al Islam y no a la Ctistiandod Aunque desde mediados del siglo xu el dominio’ drabe se limit6 al equefio reino de Granada, entre Gibraltar y Cartagena, la presencia > del Islam atin se dejaba sentir con fuerza en época del Renacimiento, En realidad, hoy hay una proclividad a explicar todas las diferencias entre Espafia y la Europa occidental, tanto actuales como pretéritas, por la persistencia de los efectos del elemento semitico en su civil. zacién, Pero, si bien es cierto que esta influencia fue profunda, es uuna exageracién deducir de ello que la cultura espaiiola no es funda. mentalmente europea, En efecto, Espafia desarollS un tipo pecolir bargo, Tas diferencias entté Tialia y Espatia eran muy grandes, pese a que los contactos politicos y culturales entre ambas fueron bastante estrechos durante los sighs xv y xvr. El Renacimiento es el periodo en que Espafia emergis como nacién unida —aunque no central zada—; en que se inicié 1a expansién imperial en ultramar, y en que tuvo que asumir unas responsabilidedes imperiales de otro tipo cuan- do, en 1519, su rey fue elegido sacro emperador romano con el nom- bre de Carlos V. La. Espafia renacentista fue una «potencia mun. dial» —Ia primera de los tiempos modernos— en un sentido que no podia aplicarse a ningtin otro pais en esa época. [...] Alexander A. Puker, «An Age of Gold: Expansion and Schlatiip in Spuine, en Deays Hay, ed, The dge of Renainmce, McGrew Bl Noes York, 1967, pp. 221248; tad. cast: La dpe de! Renacionty, akon Ba elon, 1969 1972"), pp, S28 (235204 Folio 2 $ 960 CEHum {cnacimiento, peru con rafces en Italia, no en el Islam. Sin em- 3 a RUTTER ATVAN | 2A VER ie Pro&. Aric RAMADOR, + , DIMENSIONES DEL RENACIMIENTO ESPANOL GO Fr scinado conjunto de Isabel Ten Castilla, parti de 1474, y de «a esposo Fernando II (V de Castilla) en Aragén, desde 1479, marca una ‘clart linea divisoria entre la Espaiia medieval y la moderna. Isabel falle- cid en 1504 y, nominalmente, le sucedié en Castilla su hija mayor Juana ta Loca, cuyo esposo, Felipe I, goberné hasta su muerte, acaecida en 1506, Entonces, Fernando fue nombrado regente de Castilla y goberné ambos reinos hasta su propia muerte, en 1516. En realidad, estos cuarenta y dos afios abarcan un solo reinado, el de los Reyes Catdlicos. Este reinado pre- sencié la unificacién de Espafia, primero, por la unién de Castilla con los reinos de Ja Corona de Aragén a través del matrimonio de ambos sobe- anos; luego, pot la conquista del sltimo reino moro de Granada, en 1492, y, ea fin, por la conquista de Navarra, en 1512. También presencié el descubrimiento de América, en 1492. Politica, social y culturalmente, fue tun petiodo de vitalidad y renovacién. A medida que la anarquia daba paso a Ia disciplina y se ponfa a raya a los nobles rebeldes, el retorno al orden se manifesté como el fruto de la nueva unidad nacional, y los espa- foles conoceron el aborear de una nueva época. Pero lograr Ia unidad no sélo consistfa en agrupar bajo un solo go- bierno diferentes estados con tradiciones distintas. Espafia estaba desuni- da de un modo més profundo, pues era el tinico pafs europeo que alber- sgaba tres razas y tres religiones, Los judfos habian prosperado bajo ta folerancia ilustrada de los drabes espafioles. A medida que la reconquista fue empujando la frontera hacia el Sur, ¥ que los judfos y los musulmanes fueron eayendo bajo dominio cristiano, la tolerancia y In proteccién oficial caracterizaron la politica de los nuevos gobernantes, pues en las tierras counpustedas 00 oe Inbrin jouide unuuer Ia pee’ con um. pollin de reptesién. Durante toda la Edad Media la tolerancia entre las tres reli- giones fue, por tanto, tradicional alli donde coexistfan. Sin embargo, la liga habla sido el dnico vinculo de taida entre los distintos reno ristianos; tan sélo espiritualmente se mantenfan unidos cuando Iuchaban por la cruz contra Ja media lune. Por tanto, Ia religién era la base Idgica del: nuevo espitita nacional que mantendria unidos a Castilla y Aragén. 55 ara conseguir 1a unidad religiosa, los Reyes Catdlicos decidieron pros-} cribir las dos religiones extrafias. Fueron expulsados de los reinos espa- fioles todos los judios {ao 1492) y todos los musulmanes (aio 1502) que 20 quisieron abrazar el cristianismo. Antes de ello, en 1478, se esta- bleci6 la Inquisicién para asegurarse de que las conversiones de judfos —ya eran muchos los que se habian convertido, como medida de protec- cién ante un creciente antisemitismo— no fueran tan s6lo nomineles, La Taguisicién espafiola no fue una prolongacién de! Sento Oficio (que aun- 2 existié en Castilla), sino un tribunal de un nuevo tipo, érgano del Estado, no de la Iglesia. 56 HUMANISMO Y RENACIMIENTO ESPAROL Establecida para prevenir o extirpar la desviacién herética de la cortodoxia catdlica entre los cristianos profesos, la Inquisicién se con- virtié en instrumento de una politica de conformidad forzosa, a través de una persecucién que nunca habia caracterizado a Espaiia antes de su unificaciSn, Este cambio estuvo dictado por motivos més.politicos fue religiosos. Al parecer, la uniformidad religiosa se consider esen- af" para cimentar la unidad nacional, mediante la creacién de una nacién homogénea. A este respecto conviene sefialar que la Inquit ) sicién fue el tinico instrumento de gobierno que rompié las barzeras regionalistas; el Consejo de Estado que la gobernaba era el tnico que fancionaba con uniformidad en todos los estados que constituian las Espetiaso; pese a la diversidad de sus parlamentos y sistemas administrativos, habia una sola Inquisicién. La intolerancia y la persecucién religiosa signifcaban que'un ele- mento de reacciéa se oponia a los elementos ilustrados que penetra. ban con el Renacimiento, En la Espatia cristina las profundas rafces del mahometanismo y el judaismo crearon una situacién social muy compleja, precisamente porque el Renacimiento infundia energia y vitalidad’a la creacién y consolidacién de una nueva nacionalidad. No se hard justicia a Espafia mientras no se comprenda que la Tnqui- sicién reptesent6, en efecto, una politica de «europeizacién», aproxie madamente hasta fines del reinado de Carlos V. Por su misma natu- raleza, la Inquisicién actuaba contra Ia humanidad (y los espafioles tardaron en comprendetlo), peto no actué contra el humanismo.* 1. [Tal opinign.no es comparsda por todos los estudiosos. O. H. Green 119697, ast, juzga que ala obra de la Inquisiién fue macho mis entorpecedora en el campo de la erudicisn e investigacin» que en ef de la iteraura creadora, 7 al propésito recuerda que en 1556 Pedro Juan Nifier eeribie al historiador Jerénimo Zaria que, sino fuera por el apoyo y la aprobaciéa de éxte, «la vida lnelectual le serfa imposible, pues los doctos tienen otros intezeses y otros objetivo, “y lo peor es desto que querrian que nadie se aicionase a estas letras Jmumanas, por los peligzos como ellos pretenden que en ellas bay de, como cemienda el homanista un lugar de Ciceréa, asf emendasia uno de la Escritur, y diciendo mal de comentadores de Aristételes, que haré lo mismo de los Doc fores de la Iglesia», Precisamente —subraya Green, «el crso més famoxo «gee se conoce del siglo xt y en que se ve la injusticia de la Tnqusicia contra jun hombre de letras es el de fray Luis de Leda, el cual hubo de pasar ceca de cneo afer ca la eftcel ox uideu de lov lingusidinen. Se fe seus Ue oe en la exégess biblica prefeia las interpretaciones de los rabinos @ las del texto de la Valgats, de que mostaba eicaso respeto por éta y de que se habia surevido a trdacir al espaol el Cantar de lor Conteres, de Saloméa. Alfa se DIMENSIONES DEL RENACIMIENTO ESPAROL™ 7 EI humanismo, en el sentido limitado de resurgimiento de los es- tudios clisicos, es la principal caracteristica innovadora de la educa. cién espafiola durante el reinado de los Reyes Catélicos. Pero la in- fluencia de los clisicos no comienza aqui: existe un largo periodo de preparacién que hace que, por lo que respecta ala literatura espaiiola —castellana 0 catalana—, resulte imposible separar un siglo xvr ir deca inocente en punto a ortodoxia, y volvié a su citedra en la Univer sided de Salamanca. Tambiéa cuvo difcaltades con el Santo Oficio en 1584 fouo iasigne letrado, Francisco Sanchez de las Brozas: el sagrado tribunal hbo de teprenderle 7 amonestare. ¥ sin embargo, en 1587 la Inquisiién demosts tener solciente confianca en su orcodoxia como para encarsatie ayudae a una ‘omisin a a que se habia confado la taea de revsar el Index Expurgitoris Ene 1393 y 1600 fue victima nuevamente de las sospechas del Santo tribunal, ique termind por confiscarle sus Ubros y papeles en el af dltimamente citado, Ht sabio mons el 5 de diciembre de 1600, antes de haber sido absvelo Tadigué hace un momento que fray Luis de Leén se gand aquellos cinco as de cdrel por su crtca texcual de a Eeciura y por su supuesta falta de espero fla Valgata de San Jerdnimo —que consticua la manzana de la disordia entre fmodernistas y conservadores desde el tiempo de Nebr. A medida que ftvanabe el siglo X12 #¢ hizo cada ver mis peligroso el abogar por la utilize (ida de la cenca textual rabinica en lot estadios de la Biblia: cestgo de ell, fl Proceso criminal contra el bebraista tlmantino Martin Martinez de Cante- lopiedra (editado por M, de la Pinca Liorente, Madrid, 1946). Mucho més des- taeado por au gran erudicién fue Beniso Arias Montano (F 1598), autor precise tpente de un Index Expurgatoris (1571) en el que se propuso salvar para la CGencia el mayor simero de obras posible. Arias Montano fue quien més coc tribuyé a que suliese a Ja loz la segunda Biblia polilota espafola: la Biblia Poligots de Amberes. £1 comigis Ja versiéa latina del Antiguo Testamento propuesta por Santes Pagnini; y su propia taduccién latina del testo greg {El Nocvo Testamento era tan buena, que se Ia reprodujo muchas veces ex fediciones porteores. Este “bel ouvrage”, como lo califea el Dictionnaire de [a Bible de Vigourosr, honzé a su autor, pero también fe suscité un enemigo fen la persona de Leda de Castro, profesor de lenguas orietales en la Univers ‘dad de Salamanca, el cual lo dequncié a la Ingusicéa. Arias hubo de pre: feature en Roma para defender su causa; se le absolvid en 1580». Por oo lado, Green sefala que, «en matcras profanas, la Inquisicin suprimié en su Index Expurgstorias de 1584 el cap. VIL del Examen de ingentos pare ‘ences, de Hoare de San Juan, y lo hizo aterrada por la novedad entiiea cde sus entefanzas. Segin explicd Diego Alvarer a Huarte, todos los tesloges ‘estabun de acuerdo en que la inmortalidad del alma se debe a su independencia, Gel cuerpo, y asi Io easefaban como cosa sabida ¢ indiscuble. Si se_abria brecha en esta murala, como pazeciaabrila Hoare al insisticen el inujo que jer el cucspo en ia memoria y en cl entendimiento —que son potencias del flma, babria que zehacer todos los ratados escoliticos Da Anima y toda la pelclogia esclastica, y hasta el mismo caresmo habia de refundire: todo 38 HUMANISMO Y RENACIMIENTO ESPANOL ~ serenacentistar de un siglo xv «medieval». [En ese periodo, por ~ cjemplo,] dectiné el predominio cultural del clero. Los aristécratas feudales dejaron de ser guerreros para convertirse en caballeros ocio- s0s, muchos de los cuales coleccionaron manuscritos, formaron biblio- tecas particulares y cultivaron la literatura. El Marqués de Santillan poeta de singular distincién, es un notable ejemplo de este pattocinio Sto a pesar de que su primera edicién (1575) habia contado con una sprobacisa, cesta cai, Leia evn si en 15% in embargo, el profesor Green nota asimismo que cen general se procedta con bastante lenidad en la censura de libros iterarios. Hemos observado, por sjemplo, que los tan deaesados libros de cabullerias podian cieular con ber tante Lberad. La misma amplitud de criterio now Gerhard Moldeahauer en Ja censura de las novelas piareseas. A una conclusién parecida leg6 el profesor Giller después de cotrar ls ediciones originales de la Propalladia de Torres Nabarro con la eiciin expurgada de 1573: las modicaiones no afecaban a la sustancia. Yo mismo hice ver que, a pesar de las sombras que arrojaba sobre la moralidad del clero, no se mands expurgar Le Celestina hasta 1640, y aun entooces se procedié a la correccidn del texto con un criterio sumamente smmplio: al ingusidor aslo se, preoeupé por ciertos pasjes que considerabe derogatvos de los privilegios de la Ilesia como insticucién, Después de publi cado el Diogo de'las cosas ccwrides en Roma, de Alfonso de Valdés (spare Gido andnimamente gen 1528), la Inguisicién eneargé a Pedro Olivat que lo examisase; éte n0 eacontsé en al ainguna idea heréca, pero recomends se Jo retirase de la cxculacién por hablar demasiado claro, pues podtla solviancat 4 Ios ignorantes. En cambio, Jorge de Montemayer encontré difcultades de orden doctrinal cuando intentd publicar su Cancionero espiritud. Le dijeron aque 1 no estaba bien preparado para escribir Libros de espiritualidad y teolo ia. La Inquisicén de Toledo mand6 recirar las obras poéticas de fray Pedro de Padilla y de fray Hernando del Castillo. En un caso se indica la causa: pot Ja tendencia del autor a preseotar las Horas Candnicas en lengua vernécu Padilla redac:é una solcinud pidiendo se nombrase una comisién para decdit Jas enmiendas que habia que intoduciz, «Cervantes —acota Green— marca el principio del nuevo siglo, A. pesar de su indiscatible espiritu seligio, no se distingui6 precsamente por si exceso de respewo; y sin embargo, apenas fubo de suis molestias de parte de la - Inquisién. Esta puso reparos a un passe de Don Quijote (1613) ea el que se dice que las obras sin caidad son ines (IZ, 36). Era ésta una idea que se Iubia asociado con los alumbrados y con el protestanismo, aunque en boca de © Cervantes era sélo la expresién del caricter esencalmente erismiano de sa experiencia religios. En el captulo I, 6, en que se refere el famoso “eso Einio" de los Libros de don Quijote, hay un pasaje del que parece easlucise aque Cervantes se daba cuenta de la crecente suspicacia con que miraban las futordades Arion, snnnoe realidad 20 Sguraba Orlando furioro ante los demas libres de la biblioteca. Dice el curs: "Si agut le ball, y que babla cen otra lengua que la suya, 20 le guardaré respeto alguno; pero si habla en st liaise as i i j ' DIMENSIONES DEL RENACIMIENTO ESPANOL 59 de la erudicin literaria. La secularizacién de 1a cultura, emparejada con el creciente interés por los clisicos —mds como causa que como efecto—, fue el resultado natural de estas modifcaciones. Este interés por los clisicos, aunque muy real, no se puede deno- - minar erudito hasta el reinado de los Reyes Catélicos. La fama de la reina Tsabel como protectora del saber atrajo a Espaiia a los buma- nistas italianos, y a uno de ellos, Pedro Mirtir, a la corte misma. Tdloma, le pondsé sobre mi cabeea”, Cuando observa el burbero que 4 poste tn clemplar del pocma de Arioso en italiano, pero que no puede entenderlo, tl cura relia enigndticamente: "Ni aun fuera bien que vés le entendiades”. Eno parece demoscar que el control social de la literatura amena en el sic {Ho Wt indluyé poco en sl desatollo de éta. Po lo que hace al teat, la cem- fora te hizo mucho més severa a parr de 1600, Escritores de ln aleura de Quevedo y de Tirso de Molin tuvieron sus roces con la Inquiscién, pero n0 tia cusstéa de fe, sino de decencia. Si queremes elegir una objecién tipica Conta Ia lteraura creadora en genetal, podemos seleecionar la del morlista ‘Alco de Venegas: en su informe sobre lor Cologuio satrcos de Antonio de TTorguemads, observa que el dlilogo pastor ex mis propio de académicos que de masore,'y que lay advertencas del autor contra el amor encieran muchas amps en'les que de hecho aprenden los ignorantes las ates de hacer el Show'Actme Venegas que n0 se debiera abril lo ojos la gente sencilla con Se tigo de leceues, que les ensefan a hacer cosss que nunct hubieran hecho ‘Tse les hubiera deiado en sa ignocanca; por tito, no debiera imprimirse la ors de Torquemada sin refunditla a base de lab observaciones hechas sobre lmansserito. As, aunque el censor n0 prohibe se publique el libro, lo desacon- Sein, Las comeccones, dice, n0 son muchas, pero a{ sustancales —lo cual st- pongo quiere dect gue la obra contena clerot puntos doetrinals teol6pea- tents inaceprables—>. En cl poema de Juan de Mal Lera Li Poyche —adverte ain al profesor Green tenemos una ustacién documental del pinico que podia causar en tor esrudosos la posibidad de incidentes semejantes (a los de fray Luis o ‘Ariss Montano]. Eo 1361 se sospech de Mal Lara con ocasiGa de un episodio cvamido en Sevilla, y que recordaba el “affaire des Placards” de Pars en 1534: J es que circularon Clertas ocavllas clzigidas contra ln Iglesia y especialmente Eonire el cero, Las sospechas cayeron sobre Mal Lara por una coi Durumente cfeanstancal, y foe que en oto tempo bebla escrito unos versos fa alabanza de Constantino Ponce de a Fuente, tedlogo crasmisin a quien se habia acusido de tendencias Iuteranas y que habia fallecido en los calabozos de la Tnguisiidn en Triana, Entre el 7 de febrero de 1561 y el 14 de mayo Soiente en gue se le absolvis, Mal Lara hobo de experimentar el més pro- Fihdo abinieno y deecperaia de que ous un hombre. Esl ctado oma elogia a su spots, Maria, por la fe y aque demostsS durante Pesce en el qe die de st smo Mal Lara: “estuve en aque término de wecre'y ain hasienda, sin vida, at honor y alma, / de a0 ser ya en el mundo fais eotre hombres"» (pp. 522527. — 60 HUMANISMO Y RENACIMIENTO ESPANOL EL primer nombre importante de la erudiciGn elésica es el de Antonio de Nebrija (1442-1522), que ocupé varias eétedras en Salamanca desde 1476 hasta 1513, cuando se traslad6 a la citedra de Retética en Ia nueva universidad de Alcalé. Consideraba como objetivo de - su obra «desterrar Ja barberie de Espaia», con lo cual se referfa al propésito de elevar el conocimiento y uso del latin al nivel de la pu. _teza dlisica. Su Gramsitica latina y su Diccionerio latino se convitte. ron en instrumentos bisicos.[...] Arias Barbosa (fallecido en 1540), desde su eftedra de Salamanca, hizo por el gricgo lo que Nebrija habia hecho por el latin. La primera gramética griega se publics en 1538, y otras siete, obra de distintos eruditos, se sucedieron a intervalos hasta 1600: al contrario de lo que solia czeerse, no decliné el estudio del griego durante el reinado de Felipe II. Los principales sucesores de Nebrija y Barbosa fueron Hernin Niiez de Guzmén (1475-1553) y Francisco Sénchez «el Brocense» (1523-1601). Ambos couparon citedras de griego en Salamanca, y ambos editaron muchos textos latinos y griegos; el tltimo fue, ademis, tedtico y critic lite- io, y también publicé muchos tratados eruditos tales como Miner- 2, sive de causis linguae latinae (1587), que se considers como obra bisica en Europa durante dos siglos, siendo reeditada constantemente con nuevos comentarios. {El gran mecenas del humanismo durante el reinado de los Reyes | ote fue el arzobispo de Toledo y primado de Espafia, cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517). Presenta éte ua notable contraste con los grandes prelados del Renacimiento italiano, pues antes de que la Reina lo llamara a ocupar un alto puesto, era un fraile franciscand observante, de humilde origen, hombre ‘santo y austeto, y teformador préctico de la vida eclesistica. Una vez nom fbrado ptimado, puso su mayor empefo en reformar las costumbres ide indisciplina y relajacién que, en este campo —especialmente entre las drdenes religiosas—, abundaban tanto en Espatia como en otras partes. Isabel habia adoptedo enérgicas medidas para acabar coa la anarquta social, y Cisneros las emulé en el ambiente de su propia jurisdiccién. [...] Cisneros comprendi6 que estas medidas no llege- ban a la raiz del’problema y que, en sltima instancia, la reforma { religiosa tenia que ser fruto de una reforma en la educacién, Asi, ssungue no era un erudito, se convirtié en el méximo protector indi. vidual de los nuevos estudios. En este aspecto siguié los pasos de su predecesor en Toledo, el cardenal Mendoza, el cual, en 1479, habla DIMENSIONES DEL RENACIMIENTO ESPANOL 6 fundado el Colegio de Santa Cruz en Valladolid. Este colegio es uno de los primeros edificios renacentistas (1486-1493) de Espafa y, en este 250, el estilo se imports de Italia por el arquitecto Lorenzo ‘Vazquez de Segovia. Originariamente era de tipo gético, pero cuando Mendoza visit6 el lugar queds tan decepcionado pot la falta de gran deza del edificio, que volvié a disefiarse y se reconstruyé. Por su parte, Cisneros fund, en 1498, la universidad de Aleali de Henares, Ja cual superé inmediatamente en prestigio ¢ infuencia a todas las dems universidades excepto 1a de Salamanca, que se convistié en su mayor rival. El plan de Alealé se orientaba hacia la flosofia y la teologia, pero dando especial importancia a las lenguas y literaturas lisicas, En cuanto a los profesores, Cisneros deseaba lo mejor. Ofre- ‘i6 cftedras a Erasmo y Luis Vives, pero ninguno de los dos acepté. [Pero convencié a Nebrija de que’ se trasladara desde Salamanca.) ‘Ya desde sus comienzos, Ia nueva universidad se asociaria con uno de los monumentos de la erudicidn renacentista, la Biblia Poli- slota Complutense, lamada ast por el nombre romano de la ciudad, Complutum, que los moros cambiaron por el de Alcald. La orienta- ‘in humanistica de la mentalidad reformadora de Cisneros resulta evidente en su conviccién de que la Escritura era la base de la teolo- fa, y de que la Eseritura no se podia estudiar con propiedad sin la restauracién de los textos auténticos. Por ello, encargé a un grupo de eruditos la preparacién de los textos del Antiguo Testamento en Ihebreo, griego (Versién de los Setenta) latin (Vulgata) y, en cuanto al Pentateuco, también en arameo (Targum); y para el’ Nuevo Testa- ‘mento, los textos en griego y latin. La impresién se comenzé en 1502 y se terminé en 1517, en seis grandes voliimenes, el rltimo de los ‘cuales contenia los vocabularios. Cisneros vivié bastante para ver ‘erminada esta gran empresa, que bendecia como «un poderoso me- dio, para la resurreccién de la teologia. Medio siglo después, Feli- pe If alentarfa, y Ia eradicién expaola Hevarin a cabo, una empresa similar, la gran Biblia Poliglots Antuerpiense (de Amberes), de 1569- 1572, bajo la dizeccién del exegeta y orientalista Benito Arias Mon- tano (1527-1598); como era de esperar, ésta supers a la Biblia com- plutense ea su apparatus criticus, mucho més extenso, La otientacién que Cisneros dio a los nuevos estudios coincidfa con el tipo de reforma relisiosa propugnada por Erasmo. Peso, antes de adentrarnos en este tema (vid. absio, pp. 71-841, interesa consi- derar algunos ejemplos particulares Gel espiritu renacentsta, selec- 62 HIUMANISMO Y RENACIMIENTO ESPASOL cionados para indicar el alcance de este movimiento en Espa cultura no se limitaba a los maestros de las universidades. Por ejem- plo, era tipico de esta época el que un hombre dedicado profesional. ‘mente a la administracién municipal de una gran ciudad, pudiera ser al mismo tiempo un erudito con vastos conocimientos enciclopédicos. Este fue el caso de Pedro Mexia (hacia 1499-1551), autor de la Silva de varia leccién (1540), obra que fue muy conocida en el extranjero, sobre todo en Francia, Es una miscelinea de informacién cientifica, filoséfica ¢ histérica de un tipo «curioso», sacada de autores antiguos y de los humanists italinos del siglo xv. Las tendencias de Mexia son humaafsticas, en cuanto este autor exaita la dignidad del hombre y la nobleza de la razén, si bien —como su época en genetal— en las cuestiones cientifcas ain no es capaz de distinguir entre realidad y fantasfa. Ouro tipo de humanista fue Juan de Mal Lara (1524-1571), ‘que en 1548 fundé en Sevilla un colegio en el cual enseaé él mismo. También presidi6 una especie de Academia litesaria que fue el centro de la vida intelectual de la ciudad. No fue, en modo alguno, el nico espaol que seguiria los pasos de Erasmo dedicéndose a coleccionar proverbios, los cuales reunié en La filosofia vulgar (1368); pero fue el tinico que los utili2s como exposicién de una «flosofie natural, slosando sus consideraciones sobre el mundo y los hombres y orde- nandolas sisteméticamente; de hecho, consideraba los proverbios nada menos que como los origenes del pensamiento. Es un ejemplo de Ja tendencia renacentista a la idealizacién: en este caso, la conviecién de que la sabiduria puede extraerse de la gente comin, cuya pura tradicién le ba conservado, porque e! pueblo esté y siempre estuvo cerca de la naruraleza ~ En Glosofia, Espafia nunca se caracteriz6 por una gran original dad expert: ss pensadores mis bien ban ae area le pensamiento ya existentes, cuyos principios haa expuesto y desa- lenin Ceoeeds estate cocmceton, eae: a yage tie | nismo recientemente resucitado, o bien la tradicién del escolasticismo + aristotélico, que dentro de la Tglesia eat6lica romana conocié una re- novacién, principalmente centrada en la Espatia del siglo xvrt. Este mismo resurgimiento se debié a una vitalizacién infundida por el espiritu critico del humanismo. Francisco de Vitoria (1483?-1546), por ejemplo —una de las mentes més preclaras de su época— era tun tedlogo dominico, profesor en Salamanca, y rechazé la st dialéctica y toda argumentacién basada en puras consideraciones me DIMENSIONES DEL RENACIMIENTO ESPANOL 63 cafisicas, en favor del estudio de los problemas reales que planteaba ‘a vida politica y social contemporénea, a cuya discusién aplicaba ‘os principios de la flosofia y la teologfa. Era un escoldstico, pero al rnismo tiempo fue uno de los fundadores del moderno derecho in- ternacional, Incluso un teélogo como Melchor Cano (1509-1560), que demostrd ser un conservador clerical en su vida piblica, insistié an un retorno de la teologia a las fuentes originarias y reafirmé el valor de la tradicién y Ia autoridad de la Tglesia con un espiritu inde- pendiente y liberal. Entre los laicos, podemos citar dos pensadores como ejemplo de esta tendencia a ampliar Jos horizontes mentales y dentro de ciertos limites— a independizarse de la tradicién. Gémez Pereira (1500-1560) declara: «En no tratindose de cosas de religién, no me rendiré al parecer y sentencia de ningin filésofo, si no esté fandado en razén. En cuestiones de especulacién, no de fe, toda autoridad debe set condenada». Esta es una cita de su tratado filo- s6fico Antoniana Margarita (1554), cuyo extrafio titulo esté com- puesto por los nombres de sus padres. Fiel a este principio, abrié fuevos caminos al intentar deducir las ideas inicamente de los sen- ‘tidos, y convertir el andlisis mental individual de su propio proceso de cognicién en el punto de partida de la especulacién. Mayor fue Ja infuencia de Juan Hyarte de San Juan (1529-15882), quien, en cierto sentido, fue el primero que propuso la especializacién de la ensefianza. En la escuela observé que uno de sus condisefpulos era el mejor en latin; otto, en astronomia, y otto, en filosoffa, y, més tarde, se pregunté por qué. Su Examen de ingenios (1575) estudia los dis- tintos tipos de capacidad intelectual, a fin de determinar Ia especial aptitud que apunta hacia una excelencia en cada disciplina y, asi, faciliar a edad temprana Ia eleccién de la profesién més adecuada. ‘También especulé sobre la posibilidad de que los padres forjaran tun genio creando un sistema de educacién adecuado al «tipo» inte- lectual del nific, Esta interesante obra ejercid una influencia consi- derable en el extranjero, sobre todo en Bacon; casi dos siglos después, constiruirfa el tema de la tesis doctoral de Lessing. En el mundo de las ideas, el optimismo, el idealismo y el huma- rnismo del Renacimiento estén muy bien teptesentados en las contro- versias sobre la actividad colonial de Espafia en el Nuevo Mundo. El principal promotor de la causa antiimperialista fue el fraile domi nico Bartolomé de las Casas (1474-1566) que durante més de cin- cuenta aos —en el curso de los Giales atravesé varias veces el 64 HLUMANISMO Y RENACIMIENTO ESPANOL Auldntico— luché sin descanso contra la esclavitud y la optesin de los indios americanos. Escritor infatigable, ademis de predicador, en tuna serie de libros y tratados propagé sus principios basicos: que la guerra ¢s irracional y contraria a la civilizacién; que no debe em. plearse fuerza alguna contra los nativos, pues incluso la conversiGn forzosa al cristianismo es reprobable; que la racionalidad y libertad del hombre exige que Ia religién y todo lo demas sélo se le ensede mediante una suave y amable persuasién. Desde su citedra de teolo- gia de Salamanca, Vitoria encuadré estos principios humanitarios dentro del contexto de un derecho internacional en su famosa leceiéa De indis, explicada en 1539, que ha llegado hasta nosotros en forma de apuntes tomados por sus alumnos. A los que alegaban que el rey de Espafia, como sacro emperadot roe sano, tenia derecho 4 domina ta tao el osbe “pueno gee al ce habia delegido en el emperador la jurisdicea universe! temporal que correspondia por derecho divino, como dirigente empicitual-» y que América, por tanto, pertenecfa de derecho a Carlos V , en consecuenca, to exist problema alguno de conquisa injusta, Vitoria replied que et papa no poseia jarisdicciéa universal de carter temporal, y que an suponiendo que Ia tuviera, no podia delegaia en el emperidot ai ea singin otro gobernante; que, por tanto, Carlos V ao podta fundar en estas razones la reivindicacidn de sus posesiones americana, y que ef derecho de conquista no jusiicaba tal reivindicacién; que los indios eran seres plenamente racionales, libres por naturaleza, como todos los hombres, y cq, por tanto, eran ios Gnicos duets legtimos del Nuevo Mundo, embargo —continuabe—, habia tiulos por donde los expadoles podian reivindiar legalmenté la ocupacién de esas cies, y, al enncaros, Vitoria fue ef primero en establecer los conceptos bolsicos del derecho internacional moderno, Toda 1a raza humana —easeftbe— constitye una sola familia y la amistad y la bre comunieacién entre los hombres, ‘como hermanos es reg del derecho natural. Esté bien que los hombres de discintas naciones y razas comercien en pat entre si, siempre y cumdo 0 se perjudiquen muruamente. Vitoria afrmaba ast Ins ibertades fundae seatales de las relaciones internaciones: Libertad de palabra, de comuni- caciéa, de comercio y de tinsito por lox mazes. Puesto que estas ber tades son inherentes ala sociedad fumana, los epafoles tenfan el derecho de ic a América y entablar relaciones comerciales y de otro tipo con los indios, con tal que no los perjudicaran fsica y policamente; pero no tenfan derecho —afirmaba— a declarares Ia guersa, excepto en defensa del derecho de Ia humanidad « la Libre comunicacién y el libre comercio. DIMENSIONES DEL RENACIMIENTO ESPANOL 6 Ea exe plano de ls rclaciones intetnaconsey, la guerra slo et jut ficada si debe redundar en beneficio de la comunidad internacional en conjuoto. Pero, natualmente, el hecho de que los indios conitayeran comunidades sibdeserolladas sin opaizacion poles ni medion deco teri, sigidcaba que entre ellos y los epafoles 20 se daban toda ls Condiciones pea cjeer su naar Uberad de comuniici6n; en couse Guenea, Vitoria propuguaba el stema de mandato, que extableia ol Serio y el deber de un Estado —por propia incatia o por manda {Ets comunidad internacional de prepara los pueblos atzsados para {s coberania en un plano de igualdad con los demis estads. Evan ern tis Giza rasones por las csi Espata pod teivindiear una mica (Glenfndors en Ambsin: il domino espaol dbia ejercerse em interes Ge lo inion, yn0 tan slo en provecho de los espatoies Te emusn puesta 0 imperiaisa, en defendida por Juan Ginés de Sepdvedn (14902-1573), ditngaio latins e historian, ea sx exado Slulado Democrats ater, sive de fastis bell cauisapud Tndot. Al rere ter « Espa en D7, dspace de un vsje por Mésico y Guatemala, Ls las dei ge a cas on form amit, nmi tamente Ia ats como perniclosa, a in de impedir que se autorzara su public. Con gran indigacion por pare de Sepilveds, de hecho, se pronunciaron contra su publicacidn las universidades de Alcala y de Sala- Eaner Como resultado’ de la foriosa controversia que sigud, Carl V fond la sorprendente decision de ondenar que cetara toda conquisa ea luamar basta que un consejo especial, formado por telogos y membros de Tes Conszjos de Estado, decdiers sobre la cuetin, que Sepilveds ¥ Tas Cosas debaifan ate &, Las sesiones rvieron lugar en Valladolid, diraate 1330 7 1951. La causa de Sepdveda er consecenca de su eas. ida de lo que habia postdlado Vitoria o sea, un derecho universal ater raclonal que uniera a todos los pueblos. Para len cambio, a6lo Is tociones cvlzadas podian tener una concepclén del derecho y Ia moral tee pueblos lncvlizado, incaptces de comprender esios conceptos, 20 pos tener derechos morales, Las suas infeiores debian ser goberoaas or las supecores, y esta doczina de a aisecaca nacional implicaba una doctrina del servilismo natural. Basindose en la autoridad de los fatigues griegos —en particular, de Azistteles—, Sepdlveda alrmaba qr ios pueblo infers, come los inion americatos, ean eclavos por Sururalza,y que redundaba en su propio interés el ter conguistados y fpbemados por ravas superiors, Las cones casas tentan el ma Siro nurural de someter a las nacioes inciizadas, x esas limas se negben a someterse voluntaraente, la guera contra ells eza moral tentelegtima, Por clo, Seplveda defendia el derecho a la conguista in excavitd, Conta esta teria del impetialsmo, Las Casas etd Tmplismente una doctina que puede Hime en exta Base soya: «Hoy 66 HUMANISMO Y RENACIMIENTO ESPANOL in ie pe xi ism, ts foc fe vl ras cmb, gue pew ajo Wed wt pte ys i'l nae plied arial Eon ingesnes ena © el ae y ine ea is bamaldad ceacercos del Reacts Bibs sere gu oe conven el sucinaio wel ane mci ou dei np pny eg Sede i ects ey ne © eo orden Stocco por Em cp ey oes Yo se ha conserva jecisidn del Consejo de Valladolid; ism sees ei ual er anne egy, tl'hecho ex que nunca © permitis a pblencisn de Demoones a mientras que Las Casas continud sin impedimento vad poe, en eee Las controversias sobre Amética son un si liberal que informaba el espirinu de muchos a durante la primera mitad el siglo svn, El resurgimiento de los tudios clisicos, que en Espafia nunca constituyé un fin en sf, slo a un aspect del moviieno general de tein reforma en as ae Ja educacién, Ia vida social, la moral y, sobre todo, la tenn En exe aspect, {t mayor infuenda individual, poner « ras formas eclesisticas de Cisneros, fue la de Erasmo, [cuya con- = maten. tras un cuarto de siglo en que el humanista ho- dela sogunds fe (1532) fe como de Tema Nove abl ity Sn eee oir ae oe oe aa y Se Ge ya no seria posible, La necesidad oger entre Lutero y Roma desinorond el movimiento erssmist ss pri a Js eps los protestants que s habia for Sided ligina thorn, dete dea mia Cesanad fo nisoe au fo hiceran Fernando Ttabelsetenta aos ants. Puesto que dl cons de Treto suis un etiiao reformdo —aungie no ea ¢_ eutdo proteante, no ss correo considera el periodo de Ia eee Sree como a perfodo de «reaccién», en el terair. Conesnba Ie Contarfoma fe ate tarean, ak terminado el Renacimiento, Sin embargo, Espafia estaba en el umbral DIMENSIONES DEL RENACIMIENTO ESPAROL 67 de la méxima vitalidad y actividad creadora en materia de religién sepeculacin teol6gia, literatura espiritual, misticismo, arte—, peto ‘are eaptita ereador se insribfa dentro de wnos limites més extrechos Guz lor que el Renacimiento sefalara al principio. Con Erasmo, en Fevafia maxis el espiritu de tolerancia, y ello supuso una pérdida fenarme. Pero en cuanto a 1a profundidad del sentimiento religioso fo se perdié nada; la piedad de Erasmo es reprimida, fia y carente de imaginacién comparada coa el ardor exaltado de San Juan de la Cruz, al calor humano de Santa Teresa o Ja visi6n poética del plato- ism etfsiano de Luis de Leén. La literatura de los erasmistas espa- Gales sesulta superficial en comparacién con Ja gran literatura pos- ferior. El facsor que més influy6 en esta transformacién religosa fue Te nueva orden de Ia Compafia de Jesis, fundada por San Tgnacio de Lopola (1491-1536), una de las méximas figuras religiosas de la hinoris de Espada, Los jesuitas prolongaron gran parte del movi- mento bamanisea dentro y més alli de la Contrareeforma, no sélo al dda a Espaia una larga sucesién de eraditos casi en todos los campos, Sino también al incorporar en sus escuclas los estudios clisicos a Ia ecucicién religiosa catélica. {La idealizaciéa del amor humano, traducido en cérminos reli, govos implicit 0 explicit, como se apreca ya ef Ia poesia del Siglo xv, en la novela sentimental o en el Amadis}, crstlias en Ia fosofia del neoplatonisto, la losofia caracteristica del Renacimien- to que llegé a Espafia procedente de Telia. Dos de las obras que inven como ejemplo tuvieron gran influencia sobre la licerarura es- paola. Se trata de los Disloghi d'amore, de Leon Hebreo, (Judi Ten Abravanel), judfo sefardita exiliado de Espaia, publicada pés- tamamente en 1535, ¥ del Cortgiano (1528) de Castiglione, que en su altima parte contiene una exposiciéa de Ia docrina neoplatGnica flosofia del amor en a elevaciéa de lo n en la cual ef espiritu es transpor Tado pot so amor a la belleza. A partir de la belleza de Tas cosss materiales, 1a mente pasa a la belleza de los cuerpos bumanos; luego, i belleva de la bondad; luego, a la belleza de las ideas, y luezo, ‘i conocimiento y amor de la Belleza Absoluta, que es Dios. Sobre ses base, los neoplaténicos renacentstas establecieron una concep SoA el amor humano ideal, atibuyéndole an mayor importancia eam papel mis relevance que el mismerPlatéa; para ells, el hombre éel amor. Platén basa su raterial a lo inmaterial, eleva f 6 HUMANISM Y RENACIMIENTO ESPANOL progresa en y a través del amor humano, desde el plano fis spiritual, pasando por el nivel intelectual ooo Canigione y Bento denocn cl conto dl lanado « ples (que oo apres au tits co Pind) gtr at cal ek Fair rps esata susndo a dale bce apes ot 1 lat & tanto mis prs camo mir spade ta ee ea Carapbi. tas date soso ttm ttn aot Sica nats, ges nd xe cea mene sw ‘sf de mbar umn’ Ene muta eleay ond ta « 2 tela de I bln uve, por tno, sla sotepat de Ti sor Ceptine eee es em ce elect san, ett a bute plc reels oe que ceaaneae Ir ble as ones com nl io que onus iat Be mde Ss Ede tenia ae ‘ou ee anor or buenos ince ent anal bebe ‘chp. a bale fa dean ep ao er corps en tp ts agin o reg den bales poy yo lta buna debe Spar atemcet 7 unt etn Scat ena, or lee mot 1 SG fc ut po hace evo Sal de wi cna eles Si y i el ue Dis Ah a oan de newts peed etary spr coal de nant ver cone Sen de monte y aS de‘ tas ye on =p Sat eae Hombre i mujer onde «loin con Diu Por tt, arses, lates y aided las dl snr ig on them, Soin sae ohne 7 divin sin wn eva Rem cl tome en sei oo idl moral deere pio sf tar pints, al cane to capom Congo © incre Beso Tura ley ckpare nod d dt rrano ni crane or Inte cas etc shin de aus sper de tis ‘nat la frivolidad de unas relaciones platénicas con las esposas de otros | Fone, odin de um sure macho mig, Sh caine | | 4, no ocurre asi con Hebreo, cuya profunds sinceridad es indiscuibe. Elo queda claro, sobre :odo, en el tono de suftimiento que impregna su del’ amor humana, imbuida de una sensacidn de angustia Subyacente, verdadero dolor existencial de no poder conseguir nuncs, en festa vida, fo que la mente y el corazén humano se ven impulsados a de- sear; incluso el cuerpo se siente herido ante la impesteccién del. nico amor a su alcance. Se trata de un sono religiso sincero y profundo, muy lejos de todo optimismo complaciente, y por ello Hebreo legs a.cjercet cen Espasa una influencia mis profunda y perdarable que Castiglione. Este DINENSIONES DEL RENACINIENTO ESPANOL Cy ono de suftimiento subyacente convierte su filsotia del amor en un fuente entre el neoplatonisme y la forma de amo: cortés del siglo xv, [Ast Ia flosotia del neoplatonismo sitia el amor humano dentro del marco del amor divino y le da un valor espritual, que es lo que inventaban hacer de modo may confuso la poesta amorosa del siglo x7 yy la Cércel de amor. El amor a la mujer es una etapa hacia el amor 2 Dios, y forma parte del amor a Dios; es una etapa que no queda ats, sino que se integra. Se trata de una flosofia que, en efecto, idealiza y glorifica el amor bumano hasta el grado sumo dentro de tana concepeisn religiosay tefstica de la vida. Como tal, al da sancisn flossfiea al concepto de amor ideal, ofrecia una justificacién para centrar los valores de la vida exclusivamente en el amor humano, sin considerar todos los demas valores humans. [...] Pero, al mismo tiempo, este retorno a Plat6a también podia atraer (como ha ocurtido Sempre con el platonismo) a otro tipo de mentalidad, aquella cuyos intereses y aspiraciones eran puramente religiosos; podia tener este cfecto al subrayar que, en dlkima instanca, el amor ideal era el amor divino, que la respuesta a la atzacciSn de la belleza encontraba su lena telizacién en la apreheasién y contemplacién de Dios. Asi el reoplatonismo podia apuntar en dos ditecciones distintas: el amor al podia continuar siendo la principal preocupacién de la litera tra, pero abora, por decislo asf, a dos niveles distintos en vez de uno solo [Si bien los tedlogos plasnicos de la Contearreforma atacan di- rectamente la literavura humanista secalae], al mismo tiempo coati- ‘dan y Hevan a su punto culminante la flosofia en la cual se basaba cl concepto de amor ideal. En ellos, la doctrina platénica encuentra ‘u plena realizacién en el amor divino, sin dejarse arrastrar por una ifusién ideal de amor humano espiritualizado. Un. ejemplo represen- vo es La comversin de la Magdalena (1988), obra del frale agus tino Pedo Malin de Chaide (fallecido en 1589). Es un tratado sobre el amor; de hecho, la primera parte constitaye la exposicién més Clara y simple de ln doctrina del amor platéaico de toda la literarara ‘astellana, en la cual Maléa lo presenta como un movimiento césmico ‘Gavular que procedente de Dios lega a las craturas, para regresit tra vez a Dios; este circulo ininterrumpido es el amor ideal. En esta primera parte de su obra, Malin es el platénico puro y, como tal, fin hombre del Renacimiento; se caewierte en plasico cristiano y 70 HUMANISMO Y RENACIMIENTO ESPAROL hhombre de la Contrazreforma por su insistencia, después de esta pri Eiri parte, en que este ideal no esti al alcance de todos, @ punto | ée ser captado y absocbido sin diffcultad. La tragedia del hombre | radica en el hecho de gue, puesto que en su naturaleza el espitina | © combina con la materia, se ve fuertemente impulsado a romper el dzculo eésmico del amor, quedando anclado en un amor imper. | fecto e inferior. En su prefacio, Malén ataca a Garcilaso, el Amadis de Gaula y la Diana, por no advertir que representan un eirculo roto, Por contraste, Is figura de amante que propone es la histérica Maria Magdalena. Una prostitura actepentida se convierte en heroina de | ‘amor como sustituta de Oriana y las pastoras de Diana, Por el hecho de haber sido una pecadora representa, a diferencia de las heroinas ce fcin, 1 realidad de la experiencia humana; sin embargo, en su respuesta, a través del arrepentimiento, a la Iamada de un amor su. Pericr, también represente el ideal, Por tanto, en la tepresentaciéa de la doctrina del amor platénico de Malén, lo que se subraya no es ls busqueda confiads de la belleza divina a través de la bellera de la ‘mujer, nila fe confida en la naturaleza espritual del amor humano, sino la debilidad esencia! de la naturaleza humana, debilidad que es tal que los hombres no pueden confar en su capacidad natural para alcanzar Jo divino, sino que s6lo pueden buscar el amor a Dios 2 través de una siplica de perdén y piedad. De este modo, la literatura religiosa de la Contrarreforma hizo bajar el ideal del amor perfecto, conservando al mismo tiempo la visién del ideal: la unidn del alma con Dios. Contrarresié el humanismo idealisea predominance, situan- do el ideal donde realmente le correspondia, en el reino de To espi- Fitual, y poniendo sf acento sobre el mundo real, sobre la realidad de la naturaleza humana y sobre las obligac res morales, En este timo aspecto, la Contrarreforma indlayé en la tansformacién de la literatura secular espafola, que era una lite- ratura idealista y se convirti6 en realista, y como tal conocié su periodo de mayor esplendor. La conservacién del ideal del amor, twalizado, se encuentra en el movimiento mistico de Ia Con. ‘rerreforma,

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