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Jorge A. Livraga TEBAS EDITORIAL NUEVAS cropouts HUMANISMO - FILOSOFIA- ESOTERISMO Dedico este Manual a todos mis disctpulos ansiosos de tomar contacto con ese Misterio que llamamos Egipto @ través de una de sus tantas y tan bellas expresiones. ¥ al Genio del recuerdo que me hace murmurar nuevamente la letania recogida en el Libro de la Morada Oculta: Edita: NUEVA ACROPOLIS «BIENAVENTURADO EL QUE VIVE, ISBN: 84 - 85982 - 17-7 BIENAVENTURADO EL QUE Depésito Legal: V -474 - 1986 MUERE EN TEBAS». Imprime: NUEVA ACROPOLIS Catalans, 6 - Valencia Primera Edicion Lieépotis a ALTO EGIPTO Hieracémpolis a (Wetter) 19 Cotorota (A. Contos importantes Sel Impers Antigao ° Contes iportones de! Imperia Medio 7 1& Copies os ivesos periodos Mapa de Egipto con !os principales centros politicos de la Ancigiedad INTRODUCCION Todo tema concerniente al pasado humano debe- mos abordarlo con suma cautela, concientes de que asi como hay un velo que nos impide conocer el futuro a pesar de sus muchos signos augurales y de la deduccion logica de los acontecimientos, hay otro que difumina las formas antiguas hasta hacerlas incomprensibles. El que crea que las ciencias histéricas y arqueolé- gicas en general son exactas, desconoce el proceso evolutivo ciclico de estas mismas disciplinas y el apasio- nante y a la vez fatigoso trabajo de continua interpreta- cién de las concepciones, siempre cambiantes, a que se ve sometido el investigador inevitablemente presionado por su propia alienacién y la de su tiempo. Los antiguos griegos llamaron Egipto a la vieja Tie~ rra de Kem, lo que significa misterio y enigma. Y dentro de ese enigma hemos elegido el area de la antigua ciudad que asimismo los gricgos Ilamaron Tebas, la de las Cien Puertas, para diferenciarla de la 9 i SS mS otra ciudad griega a la que denominaban Tebas, la de las Siete Puertas. Esta misma mencién ya encierra un misterio. Por sus obras, no podemos deducir que los egipcios fuesen tan torpes arquitectos como para construir una puerta al lado de la otra. ¥ si pensamos que para el hombre de los tiempos pre-industriales, el caminar varios kil6- metros para llegar a un lugar cualquiera era lo mas cortiente, entre puerta y puerta no podia haber menos de 500 metros. Si multiplicamos 500 por 100 nos da una ciudad con un perimetro de 50000 metros, cosa que la actual arqueologia y la observacién aérea no constatan, sino que contradicen. La que los egip- cios y los griegos nombraban por apelativos, la miste- riosa ciudad sede del gobierno sacerdotal de Amén, no tenia esa extensién tan enorme. Y de sus murallas que- dan restos insignificantes. cEs que los griegos dijeron cien como sinénimo de canuchas?... Esto es algo que tal vez nunca sabremos. ‘Algunos autores contemporaneos conciben que esa inmensa extension abarcaba también la ribera occi- dental del Nilo, fa Ciudad de los Muertos. Pero la pro- pia caracteristica del Valle que est4 junto a la Montaia Occidental y la absoluta ausencia de vestigios de mura- llas, impiden avalar razonablemente estas hipétesis, nacidas de la sensacién de desesperacién que crea en nosotros lo incomprensible. Mas, para andar por las ardientes arenas de Egipto cruzadas por el unico gran rio del mundo que corre de Sur a Norte, es necesario habituarnos a lo incomprensible, a lo enigmatico, a lo misterioso ¢ hie ratico... Y sin embargo, profundamente humano. 10 de Amenofis 1 actuates jento de los monument Mapa de la ant CRONOLOGIA eTebas ha existido antes que cual- quier otro lugar; el agua y la tierra estaban en ella en el origen de los tiempos, y la creacién del Mundo y de los Dioses se hizo en Tebas, gra- Gas a su Dios, Amon», (Papiro de la época de Ramsés 11) Todos los pueblos, los hebreos, los chinos, los mayas, los griegos, se consideraron como los mas antiguos de la Tierra. Los egipcios no fueron en ello una excepcion. Pero mis alla de las mascaras tempo- rales y geopoliticas, la referencia va hacia un Hombre Celeste, el Arquetipo de toda la Humanidad, y la ciu- dad —en este caso Tebas— es lacuna material de ese Hombre, como en el mito hindi de Agni, en el Rig Veda, que nace en un establo de madera y pajas que arden a su contacto. Estas narraciones milenarias se encuadran répida- 13 SS Lai mente en el muy amplio marco de las «Mitologias»... que para los respectivos creyentes son «Historia Sagrada», como sucede con los hebreos y cristianos respecto a la Biblia. Es evidente para los actuales cientificos que la letra exotérica de esos Libros y Tradiciones es, por lo menos, meramente alegérica y carente de verdad a nivel histérico. Mas, la constatacién de la ignorancia es un punto de partida hacia el conocimiento, aunque no el conoci- miento en si. De tal forma se buscan otras fuentes de mas segura informacién. Al contrario de lo que cree la mayo- ria de la gente, es muy dificil determinar la correcta antigiiedad de algo, pues los métodos estratigraficos no son aplicables en muchas ocasiones, y los modernos apa- ratos que miden la radioactividad y las variaciones de la magnetizacin natural no pueden trabajar con preci- sién, salvo en casos excepcionales. Y cuando se trata de piedras y otros materiales no organicos, el fechaje se hace por comparacién. Pero si dentro de 1000 afos siguiesen existiendo estos actuales medios de investiga- ci6n, y se tratase de fechar la edad de la esfinge de Gizeh con referencia a una hoguera que se hubiese encendido entre sus patas en los ultimos ajios, se la consideraria contemporanea del avién supersénico Concorde. Los egiptélogos trabajan atin hoy, con pocas variaciones, en base a una cronologia que ofrecié un sacerdote egipcio de existencia indeterminada al que los griegos clasicos dieron como nombre Manetén. Este dividi6 la historia de Egipto segiin Dinastias 0 cambios de familia en los gobernantes, dentro de una conti- nuada Teocracia que partiria de los mismos Dinses Regentes del Pais de Kem. Asi, el Rey o Faraon era Mu VBE rth Lp: la encarnacién de un Orden Césmico, y su figura se despersonaliza a través de un fluir mas 0 menos ininte- rrumpido; aunque hoy sabemos que hubo Dinastias, como la XV, que s6lo existieron como transiciones efi- meras, y que lo que Manetén llama «afios» no es seguro que lo hayan sido de 365 dias, ya que en el Antiguo Egipto coincidian, por lo menos, tres sistemas de calendario. Un ejemplo de Tabla Cronolégica es la aportada por Michalowsky y sus discipulos y que podriamos resumir como sigue: PREHISTORIA Antes del 4000 a.C. Periodo Litico, Poblaciones de El-Fayan, Merindé-Beni, Sala- meh, El-Omari, en el Bajo Egipto. Tasa y Badari en el Alto. Del 4000 al 3000 a.C. Perfodo Calcolitico, Eneolttico, 0 Predinastico, En el Sur, relacionado con la Cultura de Badaria y de Nagada. En el Norte con la Hamada Cultura de Heli6polis. PERIODO ARCAICO Del 3100 al 2686 a.C. Dinastia I y Dinastia IT En la primera se introduce a Menes quien, segiin lo que oyé Herodoto contar a fieles creyentes, habria sido un gran Rey que, entre otros prodigios, fundé la ciudad de Menfis. A Menes se le llama también Nar- 15 PALER itt homo BRN mer, y a él se atribuye la famosa paleta de piedra de probable uso ceremonial. Se la lama Epoca Tinita, por la ciudad de Tinis, jamas hallada. <7) Sartucho del Faraén Menes La segunda es la época en que se habria desarro- lado Menfis y construido las primeras piramides esca- lonadas o sistema de tumbas recubiertas de tamulos. Otros autores creen que cello no ocurrié hasta el siguiente Periodo. IMPERIO ANTIGUO Del 2686 al 2181 a.C. Abarca desde la Dinastia III a la VI Seguin algunos autores es la verdadera Epoca Men- fita y en ella se construyeron la pirmide de Zoser en Sakkara y las grandes obras del complejo de la Ciudad Blanca (durante la Dinastia IIl), gracias a la intervencién del arquitecto, médico y mago Imhotep, quien luego seria divinizado y asociado a Esculapio y Seraphis. Parade de coser 2 en Sahara La IV Dinastia dara paso a Snefri, Keops, Kefrén y al llamado por los griegos Micerinos. Estos ultimos habrian construido las tres Piramides que hoy llevan sus nombres, aunque la atribucién sea muy dudosa. 6029) Cartucho del Farain Kheops La V Dinastia esta compuesta por Sahurré, Niu- serré y Unas. A este tiltimo se atribuye la construccién de la pirémide —hoy exteriormente en ruinas— que guarda en su interior el antiguo Ritual conocido por Texto de las Pirdmides, cuyos jeroglificos no se han tra- ducido totalmente, y del cual se dice que los griegos extrajeron el famoso libro de aforismos y sentencias, solo en parte conservado, Hamado El Kibalién. t g(ous] M(t) Cartucho del Faradn Sahurré Cartucho del Foradn Unas La VI Dinastia la Menan Teti y Pepi. Se la consi- dera época de gran expansién cultural y politica. PRIMER PERIODO INTERMEDIO Del 2181 al 2138 aC. Abarea desde la Dinastia VII a la X Se destacan grandes revoluciones, invasiones de pueblos marineros y cataclismos. Egipto se hunde en una suerte de Periodo Feudal o Edad Media. Las pri- 17 BF VZz rags LMpiiii quien se decia hijo de Amon y engendrado en tierra egipcia. Antes de morir en Babilonia en el $23 a.C. se corond Rey de Egipto en Menfis. Pero las Dinastias estaban acabadas. EPOCA MACEDONICA Del aio 382 al $04 aC. Se levanta cada vez més grande la ciudad de Ale- jandria, y una administracion griega reemplaza la ya anticuada egipcia. EPOCA LAGIDA O PTOLEMAICA. Del 304 al $0 ac Egipto conoce un fugaz esplendor en base a la nueva: administracion, a la importancia que cobra la ahora gran ciudad de Alejandria y al indudable genio de los Ptolomeos, quienes, por lo general amantes de Ja cultura, hicieron restaurar templos, caminos y cana- les, Alejandria Mega a ser la ciudad mas grande e importante del Mediterraneo. Hasta que, al chocar con Roma, su tiltima Reina, Cleopatra —luego del asesi- nato de su esposo Julio César y de su tiltimo intento de volver a casarse con Marco Antonio— es vencida en Actium por Octavio y se suicida, segrin cuenta la tradi- cién, haciéndose picar por un Aspid. EPOCA ROMANA Desde el 30 a.C. al 395, Egipto pasa a formar parte del Imperio Romano Hay nuevas restauraciones de templos, algunas tan 24 infortunadas como la del Coloso Norte de Memnén, que dejé de emitir su misteriosa nota musical. Ligado al destino de Roma, Egipto cae con el Imperio. Lo desintegran miles de sectas religiosas y politicas. Ban- das barbaricas y buscadores de tesoros rompen y desentierran todo lo que alcanzan. Muchas preciosas pinturas son blanqueadas con cal. Las estatuas son mutiladas y derrumbadas. La misma Alejandra sufre los efectos desastrosos de la aparicién de la Alta Edad Media, Sus filsofos son asesinados como Hipatia, 0 perseguidos como Marcién. La famosa Biblioteca, que ya habia sufrido un incendio accidental en las guerras civiles romanas, conoce ahora otro mayor a manos de Ios cristianos. EPOCA BIZANTINA Del 395 al 641 Contintia el saqueo y la destruccién., Los limos Iniciados perecen en Philae. Los que no se con- vierten al Cristianismo son lapidados 0 perseguidos hasta el exilio EPOCA ARABE Desde el 641 Conoce la ultima quema de los restos de la Biblioteca de Alejandria por el Califa Omar. Los conver- tidos al Cristianismo se transforman én los actuales cop- tos, y la mayoria se vuelven musulmanes. La Esfinge y los Templos van siendo sepulradas por la arena, Fl ciclo de la Civilizacion Egipcia se ha cerrado totalmente 25 DUDAS SOBRE LA CRONOLOGIA OFICIALMENTE ACEPTADA Es obvio que no todo lo que la ciencia oficial acepta en un momento hist6rico tiene que ser cierto, y lo que un siglo afirma, lo niega el siguiente en muchos casos. Esto se ha visto como da gran virtud» de la Ciencia nacida a la sombra del Enciclopedismo, pues no teme contradecirse en la bisqueda de la verdad. Lo anterior es cierto s6lo parcialmente, pues la Ciencia, 0 mejor dicho los cientificos, si temen con- tradecirse; si renuncian a algunas de sus anteriores afirmaciones lo hacen a regafiadientes y slo cuando la marea de los nuevos investigadores los sepultan con datos diferentes. Por otra parte, la exposicién de los conocimientos se hace de manera dogmitica, lo que en principio no deja lugar a ninguna clase de revision al ser cosas accptadas como ciertas. Desgra- ciadamente no es as{, aunque los libros de divulga- 27 cién y muchos sesudos tratadistas lo hagan_ parecer. Refiriéndonos a la Historia, es decir, a la parte suficientemente conocida del pasado humano —segiin la mas corrieate de sus definiciones—, carecemos de datos precisos aun de acontecimientos tan cercanos a nosotros como muchos de la Segunda Guerra Mun- dial. Si sumamos a ello el que, como se dice, «la Histo- ria Ia escriben los que ganan», nos encontramos casi sin elementos de juicio ante los sucesos del pasado. Esto es si realmente buscamos la verdad, y no un suce- daneo de ella para Ilenar el vacio que ha dejado en las mentes el saber que los relatos biblicos no pasan de ser alegorias, eso:éricas 0 mentirosas, segiin la capacidad de interpretacion de quien las analice. Porque entre tanta arena hay algtin guijarro de oro, 0 sea, referen- cias ciertas cuando se menciona algiin pueblo de la antigiiedad, descartando desde luego los eternos comen- tarios sobre las iras del Dios de Israel. Es evidente que hace falta un espiritu ecléctico —entiéndase filosofico— y cientifico en la verdadera acepcion de esta ultima palabra, para llegar a ciertas conclusiones que, si no dan grandes luces, por lo menos disminuyen las sombras que rodean las cosas, y hacen que las podamos ver en sus dimensiones aproxi- madas, aunque se escapen los detalles Hemos visto que, para la ciencia oficial, se pasa en Egipto de un periodo en el que los hombres traba- jaban las piedras a la manera neolitica, carecian de escritura y obviamente de toda nocién arquitecténica y artistica no utilitaria, rodeados de una fauna que inclufa las jirafas y los elefantes representados basta- mente, a la ereccién de monumentos cuya perfeccion 28 atin estamos descubriendo, con orientaciones geodé- sicas superiores a las de los observatorios astronémicos del siglo XIX en... {900 afios! O sea, un periodo de tiempo equivalente al que separa el anzuelo de hierro del anzuelo de acero, la catedral gotica de la iglesia moderna... {Menos de 1000 afios! Esto llama la atencién sin recibir otro calificativo que el de «notable». Analicemos sucintamente la situacién. a) El Capsiense, rama del Paleolitico Superior de la zona de Egipto, presenta caracteristicas pobrisimas en relacién con el Aurifiaciense y el Magdaleniense curopeos atribuidos a la misma €poca. De tal forma es ildgico que Egipto desarrollase tan formidable civiliza~ cién 3000 afios antes de que en Europa comenzasen a existir culturas superiores, incapaces por otra parte de expresarse a través de construcciones como las pira- mides de Gizeh. 4) La total incompatibilidad de la cultura de Nagada con su aparente continuacién légica en el Periodo Arcaico, propiamente egipcio. ¢) Las Dinastias lamadas Tinitas son, segin crite- rio actual, posteriores a Menes; hace menos de medio siglo se dectan anteriores, colocando a Menes 0 a Nar- mer en la III Dinastia, y a él se le lamé el Unificador de Egipto. Pero los actuales descubrimientos nos mues- tran una estructura de Nomos 0 provincias perfecta- mente establecidas en la Dinastia I. Esto ultimo da a Menes el papel que los clasicos le atribufan, de inicia- dor de las «Dinastias historicas» egipcias. Mas, si ya estaban unificados y organizados en provincias y eran poseedores de triunfos politicos, como lo atestigua la 29 Pirdmides de Gizeh a ya vemos que no es nuevo... y nuestra ignorancia tampoco. Volviendo directamente a nuestro tema, las tradi- ciones nos hablan de ese Continente Atlante que alberg6 una etapa anterior del ciclo de Civilizaciones y de Edades de Piedra, equivalentes a las Edades Medias entre dos Civilizaciones. Hace unos 850000 afios, enormes cataclismos (que algunas fuentes atribuyeron Posiblecontornode lascostas marinay ena ¢poca inmediatamente anterior ala uiltima sumersién de ia Atldntida (9650 a.C. aprox.) 36 ZF Lr en parte a la descontrolada utilizacién del Marmash o energia atmica que partia de la conversion de la ener- gia en materia, proceso inverso al que hoy conocemos) alteraron profundamente la faz del planeta y la inclina- cién de su eje en relaci6n con el plano de la Ecliptica. La Gran Atldntida se partié en dos subcontinentes, Ruta y Daitya para los indos. El movimiento geosincli- nal hizo surgir la Cordillera de los Andes, América y parte de Europa tal cual las conocemos hoy. La Humanidad qued6 destruida casi totalmente. De ese resto, muchos cayeron en un «primitivismo» bar- barico, y otros pocos habitaron los restos de las ciuda- des altas. Tras un largo perfodo que no viene al caso mencionar aqui, nos encontramos, unos setecientos siglos atrds, con el ultimo resto de la Atlantida bajo la forma de la Isla de Poseidonis que describe Platén y que al parecer tenia colonias en otras partes del mundo. Su avanzada cultura y civilizacién se afianz6 en Africa, en lo que seria ahora el Alto Egipto, cuando el Nilo, mucho més corto que ahora, desembocaba sin delta en las cercanfas de la actual Asyut, en el desaparecido Mar del Sahara, del cual sobresalia, a la manera de una isla sagrada, la que conocemos hoy como meseta de Gizeh. Estos atlantes se radicaron en el area de Tebas sobre dos grandes focos: uno administrativo y religioso en el mismo emplazamiento de la ciudad que luego los griegos Hamarian Tebas; y el otro en el lugar de Abydos, de un tipo mas iniciatico y donde se congre- garon los misteriosos cultores de un Santo Sepulcro que luego fue llamado de Osiris. En la meseta levantaron una Gran Piramide por lo menos (segtin otras versiones, dos), trayendo mate- 37 riales del Sur y de otras islas, sobre una de las cuales esté hoy construida parte de la ciudad de El Cairo. Esta Piramide jamas fue una tumba, sino un complejo sintético de conocimientos expresados mediante las medidas y sus relaciones Con el correr de los milenios constrayeron, apro- vechando en parte un monticulo sagrado natural, otra gran obra: la Gran Esfinge, que entonces tenia alas y un disco de oro pulido sobre la frente para reflejar los primeros rayos del Sol entre sus patas, luego mil veces reconstruidas, y que emonces asomaban sus garras sobre el pequefio acantilado marino. Representaron en dicho monumento los Cuatro Elementos bajo la forma de Toro, Le6n, Aguila y Hombre. Desde este monu mento partian numerosos laberintos subterrancos Toda la meseta estaba excavada con pasadizos y crip tas, y se dice que uno de estos pasadizos Hegaba hasta Jo que hoy es el Mar Rojo, entonces fertil valle que luego fue dedicado a la advocacion de la Madre del Mundo, conocida en época propiamente egipcia como Hator 0 Casa de Horus, el Espacio concavo que todo lo contiene, con sus dos Princip os: Nur es el Espacio, y Nut, el Cielo Esurellado 0 manifestado. El rostro de la Esfinge, tantas veces reformado, representd al principio a uno de los grandes Reyes -Magos de Atlantis. Nuevas convulsiones y cataclismos levantaron el lecho del Mar del Sahara (que asi llamamos para ubi car al lector) y sumergieron importantes tierras en el Norte de Europa, La desimtegracién progresiva de Pagina 38, Aesrtade Grseh. Af al Valle del Nilo ve pede apreviar ta depresiiin gue forma BB A Ly , iy Li mantenia un orden armonico que hacia que los robos, asesinatos y atentados fuesen verdaderas excepciones que confi maban la regla de la buena convivencia. Lejos de los uclichés» que nos presentan nuestros libros de Historia, el tebano era persona alegre y poco conflictiva. Muy b abil y eficiente en todo lo que hacia, la alegria lo acompaitaba, y si no, la tristeza o la deses- peracion pero muy francamente expresadas. El alec: tado intelectual, el critico de todo lo que los demas piensan y hacen, hubiese sido visto como un fen6- meno atipico v hasta gracioso. Para esos antiguos habitantes de La Ciudad, la vida y la muene, tal como ahora se conciben, no existia, vel dolor que experimentaban ante la defuncion de sus serey aniados era semejame al que hoy podriamos sen- tir ante Ja partida sin retorno de un ser querido que emprendiese un largo viaje. La fe en que Dios y los Dio- ses habian hecho el Mundo de la mejor manera posible, los rescataba de toda angustia existencial, aunque ello no disminuia la sensibilidad, el caritio ¥ la nostalgia, siempre penetrados por la seguridad ultérrima en un de tino amparado por un Orden Universal, justo ¥ bueno. En Egipto no habia esclavos; cuanto mas, prisione- ros de guerta condenados a trabajos fuera de las ciu- dades y frecventemente repatriados, Los que traba- jaban en la ereccién de un Obelisco lo hacian como el ctistiano to hizo en la plasmacién de una Catedral 0 el musulman en la de una Mezquita Una critica actual que suele hacerse a los antiguos egipcios es la ce que estaban aferrados a la carne mortal, pues efectuaban un complejo rito de momificacién para preservar los cuerpos. 58 Enterramiento del iiltima periodo predinditico, 3300 0.C. Museo Britanico Quien conoce el clima de Egipto sabe que tales operaciones funerarias no estaban dedicadas a mante- ner entero el cadaver, pues con haberlos enterrado simplemente en la reseca orilla occidental, étos se hubiesen mantenido —tal cual ha constatado Ta mo- derna Arqueologia— en mejores condiciones que tas el proceso de momificacion. Por otra parte este pro- ceso psicopémpico estaba reservado tinicamente a los Faraones, los Nobles, los Sacerdotes v a quienes se hubiesen destacado en su servicio a la comunidad. Sélo en los tiempos de la decadencia, con el adveni- miento de la Plutocracia que corrompié finalmente la primitiva Teocracia, las operaciones funerarias se pu sieron al alcance de cualquiera que pudiese pagatlas, al margen de su condicidn espiritual. Pero eso fue uno de los tantos subpreductos de la infiltracion extranjera y de la pérdida de las viejas costumbres. Asi como 59 Fgipto tardé en nacer, también tardé en morir, y el Pafs de la Magia ‘por excelencia terminé siendo, en épocas romanas, el principal granero de trigo para Europa. Al desintegrarse ese inmenso Estado Teocré- tico, sus monumentos ya en ruinas y su conocimiento de la Naturaleza y del Alma, asombraron al mundo y fueron estimulantes para nuevas aventuras espirituales, desde la griega hasta el Islam. Pero los Grandes Miste- rios retornaron a la Fuente de Gracia de donde habian venido, a la espera de tiempos mas propicios. Ya hemos mencionado que a medida que el Nuevo Imperio perdia su impulso, tras los Ramésidas, Ios siglos fueron empleados por los tltimos Sacerdotes Magos en guardar y esconder desde sus conocimientos hasta los objetos rituales, salvo aquellos que por sus grandes tamajios tuvieron que ser abandonados a su suerte, luego de haberlos desactivado casi todos. Y los. que no fueron desactivados esperan, como el mitico Gran Durmiente, resguardados de la curiosidad de los ajenos a las cosas misteriosas (aunque algunos estén fisicamente a la vista de millones de visitantes), el momento de la resurreccién ctclica inexorable de los Tiempos Sagrados. Hemos escrito algo sobre la Tebas de los Vivos y ahora lo haremos sobre esa otra Tebas, la de los Muer- tos, que florecié en la Orilla Occidental, la del Sol Poniente, Maamén, en el periodo «histérico» de Tebas. No era su antitesis sino su complemento (0 viceversa) del otro lado del Rio de la Vida Visible: Hapi, Felici- dad, ol Azul, el Réo-que-baja-del-Cielo, la corriente de Aliento Divino cargada de dadivas, que une los aleja- 60 dos pueblos y refleja en la Tierra otro rfo de estrellas que corre en el Cielo y que el Sol debe cruzar, como los Dioses, como el Hombre. En el Oeste, a unos ocho kilémetros del rfo, tras os cerros de Deir-El-Bahari, esta el Hamado Valle de los Reyes, cabecera de un largo desfiladero 0 depre- sién que los nativos actuales definen como Wadi- -Biban-El-Moluk, o sea, el Valle de las Puertas de los Reyes. Este Valle tiene dos entradas, la del Este y la del Oeste, y es hoy un desierto aunque su estado no fue igual en la antigtiedad, cuando el Mar Rojo era un fer- til valle. Entonces éste y otros valles semejantes que estan junto a él eran fértiles, y cazadores prehist6ricos dejaron en sus rocas dibujos que los representan persi- guiendo élefantes y avestruces. Mas alla de este Valle se alzan los grandes cerros de la Montafta Occidental y el Gur, pico que constituye el punto mis alto. Si cruza- mos estos plegamientos geoldgicos, hoy tan alterados por las erosiones y la obra del hombre, nos encontra- mos con el desierto inmenso, el antiguo lecho del mar prehistorico. , En las cercanias del Valle de los Reyes, estan asi- mismo los lamados Valle de las Reinas y Valle de los Nobles. Toda la zona forma como anfiteatros naturales donde el despiadada Sol se refleja y hace subir la tem- peratura, convirtiéndola en uno de los lugares mas cilidos del planeta. Cuesta creer que hace una decena de miles de aftos, y atin menos, saltaban las cascadas Elautoren el Valle de los Reyesjuntan la entrada dela tuba de Tutankhamén El autor junto a uno de los Colosos de Memnon 61 de agua entre los bosques, la temperatura era agrada- ble y se albergaban infinidad de seres vivos. Valle de tos Reyes. Camino de acceso El nombre arabe que se refiere a las Puertas de los Reyes nos sugiere lo que los mas inteligentes histo- riadores estén comprobando: que el actual ambiente de desolacion, acentuado por las sucesivas excavacio- nes que ofrecen. en ciertos lugares, el aspecto de haber sido fuertemente bombardeados con morteros, no se corresponde al que el Valle habria tenido en la Dinas- tia XVIII 0 XX. Varios indicios que ya percibié el tité- nico excavador Belzoni en los principios del siglo XIX, sefalan que las tumbas excavadas en la roca, cuyas bocas estan hoy desnudas, habrian tenido decorados fastuosos y puertas de livianas hojas de madera abier- tas durante el dia, como pasa con nuestros actuales cementerios. O bien, en otras épocas del afio, perma- necian cerradas por motivos rituales, 64 En sintesis, en la otra Tebas, la de los Muertos, las Cofradias bajo el Pendén del chacal echado, que atin se ve en los sellos como representacion del muy esotérico Dios Anubis, vivian en determinados lugares de esa Ciudad de los Muertos y regian a los guardias armados y a los animales amaestrados que cuidaban los tesoros de los siempre rapaces bandidos del desierto. EES oe Clerre de barro que muestra el sello del chacalechado sobre los nucve cautivot. Tumba de Tutanthamén. Dinastia XVITE Es posible que, como |o hicieron otros viejos pueblos, los egipcios se reuniesen periédicamente alli para llevar ofrendas a sus familiares y a los Faraones, Nobles y Sacerdotes cuyos cuerpos reposaban en el fondo inaccesible de esos Templos subterraneos, «ram pas de lanzamienton de las Almas benéficas, cuyas reli- quias habian sido sacralizadas de la misma manera que milenios mas tarde otras religiones lo harian con sus «santos», a los cuales se atribuyeron también prodi- gios y «nilagros». 65 Una unicidad transcendente enlazé de esta ma- nera las dos Tebas en una armonia complement: _ Algunos Templos funerarios se levantaron asi- mismo en la Ribera Occidental, como Io demuestran las colosales ruinas del Rameseum y el de Hatshepsut. También estan alli los enigmaticos Colosos de Memndn dedicados al Sol del Amanecer. El nacimiento, esplen- dor y declinacién del Sol recibian los nombres de Memnén, Amén y Maamén, y la muerte es nacimiento y amanecer en la otra orilla de la Vida Seguin los arquedlogos actuales, estas figuras de gigantes sentados en sus tronos rituales precedian el Templo funerario de Amenofis IJ, del cual habrian quedado tan sélo ellos como testimonio. La Tradicién Esotérica quiere que sean mucho més antiguos que cualquier edificacién dedicada aun Faraén ahistoricon, y hayan estado ofrendados al Sol Naciente, tal como la no siempre torpe ingemuidad popular los sigue Hamando. Colasos de Memnén, Orilla occidental 66 FE Lit Su altura actual ¢s de unos dieciocho metros, aunque es probable que con sus coronas y atuendos hayan alcanzado algunos metros mas. Fueron restaura- dos y regrabados infinidad de veces. Muy famosos en la antigitedad clisica, hubo misicos de Grecia que peregrinaban hasta alli para lograr captar los siete soni- dos primordiales que, al amanecer, uno de ellos emitia dlaramente. En época romana se hablaba de una nota en concreto, correspondiente al fa de nuestra escala de do. Las restauraciones del Emperador Septimio Severo, en el ato 199, enmudecieron para siempre al Coloso que emitia ese sonido, situado al Norte. Uno de los tantos exploradores del siglo XIX aseguro en una ter- tulia cientifica de Londres que él habia ofdo de nuevo esa nota musical, pero no hay pruebas de ello, ni tam- poco lo han probado los exhaustivos experimentos hechos en el siglo XX sin ningiin resultado positivo. La ciencia oficial explica el fenomeno (ya sabemos que la alienacién actual consiste en explicarlo todo, se sepa o no la verdad) atribuyéndolo a la expansién de alguna roca al calentarse ante el primer rayo de Sol, tras los frios de la noche en el desierto. No podriamos aseverar esto, pues la masa imponente del Coloso en cuestion hace que el Sol no pueda, ni aun sobre una piedra superficial, producir un cambio de temperatura apre- Giable en los frescos amaneceres. Creemos que cl enigma sigue en pie, como los dos colosales monu- mentos, aunque, como ellos, dafiado por Ia violenta ignorancia y la vanidad de los hombres. No sera sin gran esfuerzo que logremos imaginar cémo era esa Tebas de los Muertos hace 3000 0 mas afios, pues al destruirse la casi totalidad de la Tebas de 67 Mores Swe EEX los Vivos, con sus jardines y estanques, el dima ha variado. También los saqueos, voladuras de pélvora y excavaciones antiguas y modernas, unidos a los aluvio- nes naturales y al trazado de los caminos turisticos, han cambiado el aspecto de la Tebas Occidental de manera radical y exhaustiva. Los dibujos efectuados en el siglo XVII, en el XIX, y aun las fotografias de los comienzos del XX, nos muestran los grandes cambios limos, ¢Cudles habrian sido los anteriores? Su di- mensién se nos eseapa y cada cual puede dejar volar su fantasia como quiera. Interior de ta tumba de Tutmosis [IL En primer plano el sarcéfago del rey Tal vez por la tentacién debida a la leyenda de los enormes tesoros alli sepuliados, tenemos compara- tiyamente més datos histéricos de la Tebas Occidental que de la Oriental. Su atractivo magico ha atrapado a millones de personas desde las épncas clisicas hasta nuestros dias, En Menfis existio otro Valle de los Reyes, 68 pero como la Ciudad del Muro Blanco estaba cons- truida en su mayor parte con ladrillos y la abundancia de piedra era menor, muy poco ha llegado hasta nues- tros dias. Cabe pensar que en la época clasica ya estaba todo sepultado por las nuevas construcciones, puesto que Menfis cstuvo habitada hasta el final del Imperio Romano y en cierta forma jamais dejo de estarlo. En cambio, Tebas fue abandonada, v el pueblo de Luxor, Templo de Laver bu primer plana te mesquita de Abu el Hageax de origen arabe, se asenté tardiamente, cuando muchas construcciones de la Ribera Oriental ya esta- ban protegidas por la arena, como lo demuestran la Mezquita construida sobre el techo del Templo de Luxor y las marcas que dejaron a gran altura los cuchi- los arabes al ser afilados contra las rocas de las mura- las de los Templos de casi todo el Akto Egipto. A pesar de qne muchas mmbas pudieron haber estado abiertas en epoca de griegos y romanos, éstos se 69 limitaron a dear algin graffiti superficial sobre los estucos y las pinturas originales. Recientemente se han hallado graffiti en escritura demética, lo que significa- ria que, a pesar de los cuidados de los Sacerdotes de finales del Nuevo Imperio en scllar y disimular la mayorfa de las tumbas, algunas permanecieron abier- tas a la devocién popular hasta las iiltimas épocas, desde la XXV a la XXX Dinastia. Diodoro Siculo, en el siglo I a.C., en su Historia General, incluye este relato que dice escuché en Tebas: «Los Sacerdotes me dijeron que en sus registros en- cuentran cuarenta y siete tumbas de Reyes, pero en los tiempos de Ptolomeo, hijo de Lagos, dicen que ya sdlo quedaban diecisiete, muchas de las cuales ya habian sido destruidas cuando nosotros visitamos esas regiones». Estrabén, en época del emperador Augusto, unos setenta afios mas tarde, visit6 el Valle de los Muertos Acuarela mostrando la entrada a fas Tumbas de los Reyes de Tebas tal como aparecian en el aio 1850 70 ESS NSS con su amigo, el Gobernador de Egipto, Elio Galo. Nos dice: «Mas arriba del Memnonio (cel Rameseum 0 Jos Colosos?), en cuevas, estan las tumbas de los Reyes, excavadas en Ja roca. Son unas cuarenta en niimero, estén maravillosamente construidas, y constituyen un especticulo digno de verse». Los griegos ya habian dado a los pasillos funera- rios el nombre de siringas, pues les recordaban el ins- trumento musical. ¥ también crefan que en el Valle 0 en sus cercanfas estaba la Tumba de Memnon, tal vez relacionada con los Colosos. Historiadores actuales creen que se referian a la gran tumba de Ramsés VI, pero de ello no tenemos evidencia. Se conservan mas de dos mil inscripciones breves de turistas de las épocas romana y bizantina. Hay poemas y frases laudatorias de todo tipo. Las altimas corresponden al siglo VI. Todas las inscripciones regis- tradas estan en las grandes tumbas de las Dinastias XIX y XX, por lo que se deduce que estaban abiertas y eran de facil acceso. Es probable que todavia existan muchos miles de inscripciones que no observamos, bien porque se nos escapan a la vista o porque estén ain sepultadas. Es curioso comprobar que los actuales turistas que observan los muros de esas tumbas, jamas reparan cn ellas. Asimismo es extraiio que las convul- siones religiosas que siguieron a la caida del Imperio Romano, y la aparicién de miles de sectas cristianas, algunas de la cuales habian cafdo en verdadera locura (como aquella de Afi el Buifalo que andaba en cuatro pies entre esos animales, o Maria la Egipciaca que murié recluida en una mastaba o tumba egipcia nego de blanquearla y rodear su habitéculo con sus propios ZF tons a1 Sy rs ERG detritos, © Simeon ef Estilita que hacia que sus seguidores le subieran sus propios gusanos hasta el alto capitel que habitaba para estar mas cerca de Dios, ¥ tantas otras que se dedicaban «como acto piadoso» a recorrer las riberas del Nilo con escoplos y_martillos para mutilar todo lo epaganoy), no hayan influido casi en las tumbas del Valle. Se sabe de comunidades Templo de Hatshepsut. Barri del fone de a Capittade Arnbis. Le emagen deta Jequteeda ka vdovonpletaraente maatiliade, asiconiaeteartachuean sit nombre divas, Deitoel-Babari, Trbas. Dinastia NUE algunas jer cristianas que vivieron en dichas tumbas, mostrando ingenudmente a sus visitantes las soberbias pinturas como representaciones del infierno hechas por el Dia~ blo en persona, pero no las daiiaron y se limitaron a escribir en clas plegarias piadosas y tiernas de manera rapida y espontinea. Estas comunidades o comunidad cristiana primi tiva ha dejado rastros de su existencia en lo que hoy son restos de pequenas iglesias junto a las wmbas de Ramsés Il y de Ramsés IV, reutilizando material anti- 72 VF pi: guo. Asimismo hay restos de ceramicas de cocina con oraciones grabadas, y un detalle que atin no ha sido estudiado: cascaras del fruto de la planta balinites, que es un alucinégeno, éRecurrian estos sencillos creyentes en Cristo a la droga, para lograr estados de autohipno- sis que les permitiesen obtener visiones 0 alucinacio- nes propicias a su fe? No lo sebemos, pero la ola de alocura teligiosa» que se extendié por Egipto con el advenimiento de los primeros ctistianos podria dar cabida a insospechadas manifestaciones y excesos, mezclados con wna gran ingenuidad ¢ infantil ternura La expediciin de John Romer, excelente arquedlogo y esctitor de fina sensibilidad, encontré que la tumba de Ramsés XI habia sido convertida en establo y tambien en dormitorio y cocina; el pozo ritual se us6 como basurero y aparecié una moneda bizantina, asi como restos de comida que sefialan que estos pacificos inva- sores no observaban ningiin régimnen ritual, alimentan- dose con carnes rojas, pescado, verduras y granos, asi como pan de centeno Todo Egipto habia pasado a depender del Impe- rio Romano de Oriente, pero Bizancio era atin debil y estaba muy lejos. Asi, cuando la invasion arabe del afo 639, a pesar de que las fuerzas del naciente Islam eran numéricamente escasas y poco organizadas, no encontraron mas resistencia que las distancias. Pues «el renombrado general y consul, el mas magnifico Patricio del Imperio, Teodosion, en ese momento Gobernador de Egipto, recaudé los impuestos. y escapO con una pequefia flota desde Alejandria, cu- dad que seria abandonada definitivamente en el ato 642. El general arabe Amr Ibn-Al-As escribiria luego ZB

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