You are on page 1of 243
JAMES D. COCKCROFT Precursores intelectuales w de la revolucion mexicana ><) siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 248, DELEGACION COYOACAN, 04310, MEXICO, D.F. siglo xxi editores argentina, s.a. LAVALLE 1624 PISO 11-A_C-1049AAN, BUENOS AIRES, ARGENTINA portada de german montalvo primera edicién en espaitol, 1971 vigesimocuarta edicién en espaitol, 2004 © siglo xxi editores, s.a. de cv. isbn 968-23-1631-6 primera edicion en inglés, 1968 © james d. cockeroft, 1968 titulo original: intelectual precursors of mexican revolution. 1900-1913 derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxicoiprinted and made in méxico INDICE PREFACIO A LA EDICION ESPANOLA. RECONOCIMIENTOS InTRopUCCION PRIMERA PARTE: LOS INTELECTUALES EN EL MEDIO SOCIAL DEL PORFIRIATO 1.__ESTRUCTURA ECONGMICA Y SOCIAL DE SAN LUIS poTOsf __17 Sea meres NACIENTES eee Los intelectuales de la clase alta, 59; Los intelectuales de las clases media y baja, 69; Resumen, 83 SEGUNDA PARTE: LOS INTELECTUALES COMO PRECURSORES, 1900-1910 IV.__SAN LUIS PoTOS{ Y LA NACIGN: CLUBES LIBERALES Y v. VI. vit. COALICIONES GENERALIZADAS, 1900-1903 87 EXILIO, DIVISION Y EL PROGRAMA DEL PLM, 1904-1906 HUELGAS Y REVUELTAS DEL PLM, 1906-1908 DIVISIONES Y COALICIONES PLM-MADERO, 1900-1906 TERCERA PARTE: LOS INTELECTUALES COMO REVOLUCIONA- RIOS, 1900-1917 vir. DIVISIONES Y POLEMICAS, 1910-1911 112 127 147 161 Madero y el PLM, 162; Tratados ae Bo. de Ciudad Juarez y levantamiento contra Madero, 170; Complot de Tacu- baya: Arriaga y Diaz Soto y Gama, 174; Juan Sarabia y un PLM dividido, 177; El Partido Liberal de los modera- dos (PL), 182; resumen, 191 EPILOGO: GUERRA CIVIL, 1910-1917 192 Pérdida del apoyo a Madero y golpe de Estado de Huerta, accionalismo_revolucionario: Zapata, Villa_y Ca~ rranza, precursores divididos, 199; La Casa del Obrero cig a; Diaz Soto y Gama, 206; Juan Sarabia, vano paci Pacto Carranza-Casa y dispersién de los precursores, 2! tv] vI INDICE CONCLUSIONES 215 APENDICES 219 APENDICE A: PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 221 REVOLUCIGN MEXICANA DE 1910 227 BIBLIOGRAF{A 234 1. Bibliografias, 234; 11, Fuentes de primera mano, 235; 111. Periédicos, 251; 1v. Fuentes de segunda mano, 252 INDICE ANAL[TICoO 8G A LOS PRESOS POL{TICOS ABREVIATURAS Bib.: Biblioteca del Instituto Nacional de Estudios Histéricos de la Revolucién Mexicana. Justice; U. S, Department of Justice Archives (seguido del numero de expediente). Relaciones: Archivo de la Secretaria de Relaciones Exteriores (se- guido de la relacién y numero de registro). State: U. S. Departament of State Archives, archivo numérico, 1906- 1910 (seguido del nimero de expediente). A no ser que se exprese lo contrario, todas las obras mexicanas fueron publicadas en la ciudad de México. En algunos casos ha sido impo- sible citar al editor, Ninguna aseveracién de fuentes de segunda mano ni material de colecciones publicadas de fuentes de prime- Ta mano han sido aceptados sin haberlos cotejado primero con las fuentes primarias, que se pueden encontrar, normalmente, en los va- trios archivos privados o ptiblicos y en las colecciones bibliogréficas enlistadas en la seccién 1-A de la bibliografia (materiales de archivo). Cv) PREFACIO A LA EDICION ESPANOLA La investigacién de la estructura econdémica y social del San Luis Potosi de finales del siglo x1x juntamente con los datos disponi- bles sobre todo México sugieren que muchas suposiciones acer- ca de la historia de México y los problemas de desarrollo econémico deben revisarse. El feudalismo agrario no existié en México. Aunque las relaciones sociales barbaras entre los ricos hacendados y su fuerza de trabajo, el pedén, caracterizaron efec- tivamente al campo de México, no fueron, sin embargo, efecto del “atraso” o “tradicionalismo”, en el sentido usual. Mas bien, ellas reflejaron el desarrollo desigual y combinado en México de las formas modernas capitalistas de produccién con las rigurosas y dictatoriales formas politicas y sociales de control sobre el pueblo. La vasta mayoria de los mexicanos constituyé en 1910 lo que el ministro de Fomento y director general de Agricultura de Dfaz lam6 “proletariado rural”: campesinos sin tierra que trabajaban para la “agricultura capitalista” en un sistema de peonaje de salario-deuda parecido al feudalismo solamente en su barbarie pero no en la disposicién fundamental de sus medios de produccién. A principios del siglo xx, siglo de las revoluciones proletarias en los asi Ilamados paises “atrasados” o “subdesarrollados”, Lenin y Trotski empezaron a descubrir la naturaleza verdadera del “subdesarrollo” en las zonas rurales y Ja importancia de las ideas originales de Karl Marx sobre la revolucién permanente (global, internacional). Lenin reorganizé, definié y analiz6 las formas capitalistas de producciédn del campo de Rusia. Trotski fue mas all4. Aseguré que Rusia seria el escenario de la primera més grande revolucién proletaria y que, a causa de la nitidez con que la ley general del proceso histérico, la desigualdad, se re- velaba en los paises atrasados, la Revolucién rusa combinaria las etapas de la historia humana, pasando, en muy breve tiempo, desde las formas preindustriales e industriales, preburguesas y burguesas de la organizacién social, hasta las socialistas, especial- mente a medida que otras naciones se fueran uniendo al proceso revolucionario internacional. Trotski llamé a esto ley del desa- rrollo combinado y desigual, con lo que quiso decir: una unién de los diferentes estadios del proceso histérico, una combinacién de las etapas diferentes y separadas, “una amalgama de formas arcaicas con otras més modernas”, y vio que esta ley era aplicable particularmente a las zonas de la tierra menos desarrolladas que Ja Europa occidental o desarrolladas desigualmente en su adap- 1] 2 PREFACIO A LA EDICION ESPANOLA tacién a las formas capitalistas de produccién 0 en su subyuga- cién a ellas. El primer capitulo de este libro, escrito antes que el autor se iliarizara con las ideas de Lenin y Trotski sobre Rusia y sobre la revolucién proletaria mundial, presenta el cardcter eco- némico y social del porfiriato en San Luis Potosf casi exacta- mente en estos términos. Que otras zonas de México experimen- taron formas similares, si no idénticas, de desarrollo capitalista desigual y combinado fue reconocido por los ministros del gabi- nete de Diaz y documentado desde entonces en estudios de casos regionales como, por ejemplo, el de John Womack, Zapata y la Revolucién mexicana (Siglo xxt Editores, 1969). Si es verdad que la burguesfa nacional fue singularmente fuer- te durante el porfiriato, también lo es que el poder de esta bur- guesia estribé en una concentracién creciente de la industria y de las finanzas (monopolio) y en un casi total predominio de capital extranjero. El grupo econémico mas influyente de Mé- xico no fue ni la aristocracia rural ni Ja burguesia urbana, miem- bros que se solaparon en la industria urbana y las haciendas campesinas tan completamente que constituyeron una trabada y dirigente élite nacional. Mas bien el grupo econédmico mas im- portante en México fue la burguesfa extranjera. Todavia mds dependiente del capital extranjero, la burguesia de México creé, en su seno, segmentos conflictivos, desiguales y desunidos, desga- trados entre los beneficios y las ventajas que les llegaban de sus relaciones de dependencia, por un lado, y su natural deseo de independencia (nacionalismo), por otro. Cuando la Revolucién de 1910 abrié las compuertas de la guerra civil, la burguesia me- xicana se enfrenté a muchos “enemigos”: Jos capitalistas extran- jeros (imperialistas), las tropas extranjeras (Veracruz, 1914; la misién Pershing, 1916), los obreros y campesinos levantados (proletariado) y, lo mds obvio de todo, los segmentos inflexibles, corrompidos, dictatoriales y conservadores de la clase burguesa misma, ejemplificados por los Cientificos, la caballada de Diaz, y los mas reaccionarios hacendados, industriales, financieros y co merciantes. Desde un punto de vista de burgués ilustrado de México, 1910, 1913 y 1915 fueron aiios de crisis que exigieron flexibilidad, cri- terio amplio, promesas dificiles de cumplir, complacencia de algunas concesiones, direccién enérgica en manos de la burguesia para impedir que el “populacho” tomara posesién, influencia en las figuras claves del ejército; en resumen, un oportunismo poli- tico. En términos burgueses, lo que se necesité fue una direc- cién civil, una ley civil, un comportamiento civil, apoyados por una fuerza militar adecuada: los procesos ordenados de politica “democratica” burguesa, de los cuales manarian todas las cosas buenas para todos los hombres a su debido tiempo. Francisco I. Madero comprendié la candidez, la fe y el idealismo de esta visién PREFACIO A LA EDICION ESPANOLA 3 burguesa, asi como la voluntad de los lideres burgueses de com- prometerse en un oportunismo sin principios. Venustiano Ca- rranza fue menos perspicaz que Madero y mas astutamente opor- tunista, circunstancia mas afortunada para la burguesia mexicana. Juntos, Madero y Carranza representaron los elementos ilustrados de la burguesia mexicana en los afios de contienda. La existencia en 1910 de una estructura social capitalista, do- minada por las familias porfiristas que dependian en diversos grados del capital extranjero, hace dificil concluir, como muchos analistas lo han hecho, que la Revolucién mexicana fue en esencia una revolucién burguesa (antifeudal). La dindmica del desarrollo combinado y desigual durante el porfiriato implicé lo que en efecto sucedié: una explosiva confrontacién entre los proletarios y los capitalistas. El movimiento precursor descrito en este libro especialmente después de 1905 exigié de hecho tal confrontacién y ayud6 a provocarla. Ayudé a que obreros y campesinos lucha- ran juntos contra los capitalistas extranjeros y contra la burgue- sia nacional (hacendados, propietarios de fébricas, magnates ferrocarrileros y mineros, banqueros, comerciantes). Estas fuer- zas proletarias —mineros, obreros y campesinos— ganaron mu- chas batallas contra los federales de Diaz, sobre todo en Baja California, Chihuahua y el extremo norte, y en Morelos, Puebla y partes del sur. Los lideres burgueses como Madero y Carranza buscaron, desde el principio, ir contra esta marea proletaria y, a causa de las contradicciones y desuniones de clase y geografia existentes en México en aque] tiempo, lo lograron en parte sig- nificativa. Como resultado, la Revolucién de 1910-1917 hizo poco mas que derrocar a Porfirio Diaz y transformar parte de la ideologia del cambio social. El intenso conflicto de clase de aquel periodo perdura todavia en nuestros dias; en efecto, ha crecido a una nueva tasa combinada y desigual, como se concluye en este pre- facio. El unico resultado positivo de la Revolucién de 1910-1917 fue la Constitucién de 1917, que expresaba el cambio de ideolo- gia para e] desarrollo continuo (aunque todavia capitalista) de México, La Constitucién, sin embargo, raramente se ha respetado en Ja prdctica. El articulo 123 se ha ignorado o violado desde la su- presién de la huelga ferrocarrilera de 1959, El articulo 27 ha tenido poco efecto desde 1940; asi lo sugieren los hechos de 1970: un neolatifundismo y la mitad de la poblacién rural sin tierras. Incluso las frecuentes expresiones nacionalistas de la burguesia son|deshonestas y ritualistas cuando se las ve en el contexto de la creciente dependencia econémica del capital extranjero y el creciente control de los Estados Unidos sobre la economia de México. Los cambios radicales en la estructura de clase y en Jas rela- ciones de poder entre las clases no ocurrieron como resultado 4 PREFACIO A LA EDICIGN ESPANOLA de la Revolucién mexicana, a causa principalmente de que el empuje obrero-campesino fue despuntado por la victoria de Ca- rranza sobre Emiliano Zapata. La unidad nominal entre los tra- bajadores urbanos y el proletariado rural se destruy6 con la formulacién del pacto entre Obregén y la Casa del Obrero Mun- dial en 1915. Las consecuencias del pacto no fueron sdlo la crea- cién de “batallones rojos” de trabajadores urbanos para pelear contra los obreros y campesinos en el ejército de Pancho Villa. Las consecuencias fueron mas trascendentales. Abarcaron un falso desarrollo auténomo del movimiento de la mano de obra organizada en México, lo que Ilevé a la creacién de una burocra- cia de la mano de obra corrompida, benéfica sélo ocasionalmente para los obreros, como en la cuarta década, e hizo que la mano de obra fuera todavia mds dependiente de un gobierno que no controlaba y que no podia controlar. Durante las tres ultimas décadas, los obreros mexicanos han tenido que vivir de constan- tes y declinantes salarios reales y sin oportunidad de desarrollar su propia ideologia de clase o autonomia. Los ultimos cincuenta afios de la historia mexicana son ininteligibles sin un reconoci- miento honesto de los resultados inmediatos de la Revolucién de 1917: un campesinado derrotado, un movimiento de la mano de obra mutilado y dependiente, una burguesia lesionada pero vic- toriosa y, para un dividido pueblo mexicano, un triunfo de papel: la Constitucién de 1917. Seguramente éstas no fueron las causas por las que millones de obreros, campesinos y jovenes mexicanos dieron sus vidas y miembros en 1910-1917. Los verdaderos fines de la Revolucién fueron los que proclamaron los precursores descritos en este libro y sus sucesores en la historia mexicana: Zapata, los tra- bajadores petroleros que obligaron a Cardenas a actuar contra su voluntad en Ja década de los treinta, Vallejo, Jaramillo y los prisioneros polfticos actuales que contintan con la tradicién ini- ciada por los precursores. El empuje antiimperialista de la Revolucién en su forma “ins- titucional” ha variado a través de los afios, ganando fuerza cuando los obreros se movilizan, como en la crisis de la industria petrolera de 1936-1938, y debilitandose cuando la burguesia na- cional se siente menos amenazada desde abajo y més dispuesta a llegar a arreglos provechosos con Jos capitalistas extranjeros, como después de la segunda guerra mundial. El empuje prole- tario de Ja Revolucién sufrié parecidas altas y bajas, viéndose derrotado cuando los obreros y campesinos se dividieron entre ellos mismos (como en 1915), obteniendo breves victorias cuando estuvieron unidos para fines comunes, como en los primeros afios del perfodo de Cardenas. Sin embargo, Cardenas mismo man- tuvo separados a los obreros (cTM, CNC), y esto ha tenido, desde entonces, un efecto beneficioso para las burguesias nacional y extranjera. PREFACIO A LA EDICION ESPANOLA 5 Que el pueblo mexicano sigue siendo consciente de su heren- cia revolucionaria y de los triunfos que obtuvo, al menos en el papel, en la Constitucién de 1917, y que necesita reafirmarse en un esfuerzo para revolucionar Ja sociedad mexicana y determinar su propio destino se puso de manifiesto, una vez mds, en 1968. Antes de la matanza de Tlatelolco, el 2 de octubre, obreros y campesinos se unieron al movimiento de protesta de los estudian- tes. La dinamica interna de este movimiento atin estd por deter- minarse completamente. El lector mexicano de este libro reconocer4 en la matanza de Rio Blanco de 1907 la misma clase de politica de poder mas tar- de manifestada en la Plaza de las Tres Culturas. En los cargos de “influencia extranjera” que se hicieron al movimiento precursor (Ricardo Flores Magén fue un anarquista y, por lo tanto, acusado de ser desleal a México) el lector reconocera la reciente alega- cién en México de que el movimiento estudiantil de 1968 fue de alguna manera producto de la “subversi6n” extranjera. Un estu- diante mexicano que participé en las manifestaciones de 1968, cuando se le pregunté por qué él y sus hermanos portaban el retrato del Che Guevara, contesté: “...antes que nada quiero aclarar que nos identificamos ideolégicamente con el pensamiento revolucionario de José Maria Morelos y los hermanos Flores Magén. Pues consideramos que su lucha no se reduce solamente a la justicia y libertad de su tiempo histérico, sino que tiene sig- nificacién actual. En cuanto al comandante Ernesto ‘El Che’ Guevara, la juventud ve en él el prototipo del Nuevo Hombre que lucho e incluso dio su vida, en congruencia con su ideologia. Su humanism, el entregarse incondicionalmente a la causa del pueblo, pelear contra el imperialismo yanqui, el mds despiadado y brutal enemigo que tiene a los pueblos en la miseria, todo esto nos identifica profundamente con él”. Realmente, las luchas histéricas tales como las de los pre- cursores de la Revolucién mexicana deben tener una significa- cién contemporanea. Su espfritu perdura en nuestros dias. JAMES D. COCKCROFT 2 de octubre de 1969, Milwaukee, Wisconsin RECONOCIMIENTOS Es dudoso que esta obra se hubiera realizado sin el estimulo y consejo del profesor Ronald Hilton, de la Universidad de Stan- ford. Por su cuidadosa lectura del manuscrito estoy en deuda con los siguientes profesores: Ronald Hilton y Bo Anderson, de Stanford; Otis A. Pease, de la Universidad de Washington; Tho- mas F. McGann y Karl M. Schmitt, de la Universidad de Texas, ustin. En Ja mayoria de las historias escritas sobre la Revolucién mexicana, sorprendentemente se ha dado poca atencién a la cién de los intelectuales y a ciertos procesos sociolégicos basicos. Estoy en deuda especialmente con el profesor Anderson por su ayuda para que sacara a la luz algunos de estas contribuciones y procesos y por las consultas sobre los problemas teéricos de la sociologia de los intelectuales y de la Revolucién. Mis interpretaciones e investigaciones, de las cuales, por su- puesto, asumo toda responsabilidad, han sido en gran parte orientadas por las conversaciones con las siguientes personas: profesor Jestis Silva Herzog, de la Universidad Nacional Auté- noma de México; profesor Andre G. Frank, de la Universidad Sir George Williams, de Montreal; el finado precursor y partici- pante de la Revolucion mexicana Antonio Diaz Soto y Gama (1880-1967). También colaboraron en mi investigacién el gedgra- fo mexicano Ramén Alcorta Guerrero, cuya biblioteca particular hizo posible el estudio de la estructura social de San Luis Potosi; Eugenio Martinez Ntiiez, cuyo material recopilado entre 1912 y 1920, cuando vivid cerca de su amigo Juan Sarabia, también pre- cursor de la Revolucién mexicana, me ayud6 en el estudio de los intelectuales de San Luis Potosi; Ethel Duffy Turner y Nicolas T. Bernal, amigos de Ricardo Flores Magén, otro precursor de la Revolucién mexicana, y Luis Gonzalez, quien en 1964 me permitid utilizar su fichero para la bibliograffa de articulos periodisticos sobre la Revolucién mexicana, posteriormente publicada por el Colegio de México en dos volumenes como Fuentes de la historia contempordnea de México: periddicos y revistas, Stanley R. Ross (comp.). También estoy en deuda con un grupo de mexicanos, norte- americanos y europeos que me proporcionaron sugerencias in- valuables durante la preparacién de este libro; incluyo entre ellos a las siguientes personas: Arturo Arnaiz y Freg, Lyle C. Brown, Daniel Cosfo Villegas, Agustin Cue Canovas, Moisés Gonzalez Navarro, Martin Luis Guzman, Friedrich Katz, Aurelio Manri- [61 RECONOCIMIENTOS 7 que, hijo, Anita Meyer, Michael C. Meyer, Salvador Penilla Lépez, Gustavo A. Pérez Trejo, Nereo Rodriguez Barragan, Ralph Roeder, Fernando Rosenzweig, Enrique Semo Caler y James W. Wilkie. El personal de las bibliotecas y archivos mencionados en la bibliografia fue extremadamente cooperativo y servicial. Quiero también agradecer, por su colaboracién, al personal del Institute of Latin American Studies (Universidad de Texas, Austin) y de los talleres de prensa de la Universidad de Texas. La investigacién la realicé durante un afio y medio de residen- cia en México, gracias a una beca de estudios otorgada por el Fulbright Hays Fellowship (1964-1966). Una beca de posgraduado fe ta Universidad de Texas en 1966-1967 facilité el final del tra- ajo. Antioch College, Yellow Springs, Ohio, 26 de julio de 1967 INTRODUCCION En México, como en la mayoria de los paises en desarrollo que experimentan un raépido cambio social introducido por las nue- vas formas econémicas que van desde el capitalismo al socialis- mo, la palabra “intelectual” ha Megado a tener una connotacién tan amplia como la que habria que de tener en una sociedad ca- Pitalista establecida como la de los Estados Unidos de Norteamé- rica. Histéricamente, podria entenderse que la palabra “intelec- tual” designa a una persona “educada” mas bien que a un “educa- dor” profesional, o a un miembro de las clases cultas mds bien que a un grupo de académicos o de autores. Por lo tanto, los intelectuales mexicanos pueden considerarse como personas que poseen y continuamente hacen uso de una educacién avanzada y niveles relativamente altos de légica y juicio critico, y pueden sostener una conversacién técnica o ideolégica, todo ello adqui- rido por una instrucci6n universitaria, por un entrenamiento pro- fesional o por autoeducacién. Histéricamente, entre los intelec- tuales de México se han encontrado profesionales, personal universitario, sacerdotes, altos funcionarios, artistas, escritores, filésofos y algunos periodistas. Aunque los intelectuales, como los obreros, los campesinos o la clase media, forman un grupo social identificable, son tinicos en toda la amplitud de su extraccién social. Los intelectuales provienen de distintas clases, desde la “baja” hasta la “alta”, tanto en recursos econémicos como en posicién social. Su edu- cacion, mds que su posicién econémica o social, los unifica dentro de un grupo, En consecuencia, los intelectuales pueden ser mds flexibles que otros grupos en determinar su lealtad a las causas sociales o econémicas especfficas. Esto no significa que el medio social tenga sdlo un efecto reducido sobre los intelectuales. Por lo contrario, un estudio de los intelectuales puede ser obviamente incompleto si no toma en cuenta la influencia de la extraccién social. En este contexto, un intelectual revolucionario, para dis- tinguirlo de un no intelectual revolucionario, puede ser examinado desde tres dngulos particularmente importantes: 1] en el cambio © en su eventual fracaso para cambiar de identidad personal, sea ésta fuerte o débil, de una clase a otra; 2] en Ja naturaleza, causa y temporalidad de su cambio 0 de su fracaso para ello y 3] en los efectos de este cambio sobre la clase particular con la cual nueva- mente se identifica, y también en los efectos de la clase y sus valores sobre el mismo intelectual 2 Existe una literatura considerable sobre la sociologia de los intelectua- [8] INTRODUCCION 9 En San Luis Potosi, “cuna de la Revolucién”, un pequefio gru- po de intelectuales empezdé, en 1900, a pugnar por alcanzar los objetivos del liberalismo del siglo x1x: democracia, anticlericalis- mo y libre empresa. Estos intelectuales dirigieron sus exhorta- ciones a las clases alta y media, que estaban resentidos contra la politica dictatorial del presidente Porfirio Diaz, a quien acu- saban de traicionar al verdadero liberalismo que habia defendido al tomar el poder en 1877. El movimiento antiporfirista que ellos iniciaron, ha sido reconocido universalmente desde entonces como movimiento precursor de la Revolucién mexicana. E] mo- vimiento precursor comunmente se define como una totalidad de antecedentes politicos de la Revolucién de 1910-1917, incluyendo manifestaciones, huelgas, levantamientos armados que datan de la fundacién del Club Liberal “Ponciano Arriaga” de San Luis Potosi, en 1900, hasta el estallido de la Revolucién en 19102 Durante los primeros tres afios de intensa agitaci6n, los inte- lectuales del movimiento precursor ampliaron sus excitativas mas alla del liberalismo tradicional para incluir las demandas de obreros y campesinos. En 1903 se coaligaron para realizar una revolucién violenta cuyo objetivo era derrocar a Diaz e introducir profundas reformas sociales. En agosto de 1910, dos meses antes del Ilamado a Jas armas previsto por Francisco I. Madero, la prensa se refirié al levantamiento campesino en el este de San Luis Potosi como “sublevacién precursora”3 Este libro es un estudio de los intelectuales de la Revolucién mexicana, con referencia especifica a los cuatro intelectuales de San Luis Potosi que desempefiaron el papel de dirigentes del movimiento precursor: el ingeniero Camilo Arriaga, el profesor Librado Rivera, el periodista y poeta Juan Sarabia y el estudiante y abogado Antonio Diaz Soto y Gama. La vida y actuacién de otros dos prominentes intelectuales revolucionarios son examina- das también: Ricardo Flores Magén, periodista anarquista que surgié6 como uno de los lideres del movimiento precursor del Partido Liberal Mexicano (PLM, 1905-1911), y Francisco I. Madero, liberal, hacendado y hombre de negocios que dirigié el Partido Nacional Antirreeleccionista (1910-1911), que triunfara después del derrocamiento de Diaz. Aunque hay acuerdo en la definicién del movimiento precur- sor, los estudiosos de la materia, sin embargo, contintian en con- les, de la cual sélo una pequefia parte se cita en la bibliografia. Los si- guientes autores fueron consultados especialmente: Karl Mannheim, Ideo- logy and Utopia; ensayos de Max Weber en H. H. Gerth y C. Wright Mills (comps.), From Max Weber; y Roberto Michels, “Intellectuals”, Encyclopedia of the Sociat Sciences, vu, 118-24. 2 Hubo otros “precursores” anteriores a 1900, pero sélo después de esta fecha los precedentes se volvieron estables, razén primaria para llamar y definir el movimiento precursor desde esta fecha. ® El Estandarte, 7, 10 y 12 de agosto de 1910. 10 INTRODUCCION flicto acerca de la definicién de la Revolucién mexicana. No cabe duda que la Constitucién de 1917 representa la mayor apro- ximacién al consenso de los mexicanos en los objetivos de la Re- voluci6n. Por lo tanto, para el propésito de este estudio, el tér- mino “Revolucién mexicana” se referird a los acontecimientos que empezaron el 20 de noviembre de 1910, fecha prevista por Madero para el movimiento armado y que culminé con la promulgacién de la Constitucién el 5 de febrero de 1917. Algunos estudiosos sostienen que la Revolucién no terminé en 1917, sino que conti- nué hasta 1940 o que sigue en pie todavia. Este libro no puede entrar sino indirectamente en esa controversia. Su propdsito es presentar la informacién de la naturaleza de las fuerzas sociales. que causaron la Revolucién y que afectaron el comportamiento- de los intelectuales durante el periodo anterior. Aun cuando el periodo anterior afecté a los desarrollos posteriores, la evidencia presentada aqui arroja considerables dudas sobre la aseveracion de que la Revolucién mexicana fue, o es, “continua” o “perma- nente”. Mientras que de ningin modo su contenido es uniforme o monolitico su efecto, la Constituciém de 1917 si generé el im- pulso para el cambio radical de México en cuatro aspectos impor- tantes. Primero, en el dominio de la ideologia estableci6 una nueva serie de objetivos e ideales para guiar la vida nacional. Segundo, en el dmbito politico exigié una nueva estructura, me- nos centralizada y mas democratica, de los gobiernos local y na- cional. Tercero, en la esfera econémica proporcioné una distribu- cién mas favorable de la riqueza nacional, una severa limitacién a la propiedad extranjera y una reforma agraria y laboral. Cuar- to, en el aspecto social, insistié en la separacidn de la Iglesia y el Estado, en la educacién laica total y en la igualdad de derechos para los indigenas, campesinos, obreros y para todos los mexi- canos Sélo el primer cambio, el ideolégico, fue llevado hasta un punto significativo durante el transcurso de la Revolucién y posteriormente. La disputa contintiia sobre los problemas de la democracia politica, del nacionalismo econémico y de la revolu- cién social. Tal disputa no se originéd después de los eventos de 1917. Las raices de la controversia se remontan, por lo menos, al movi- miento precursor. Como los intelectuales y los lideres politicos formularon sus ideologfas para un tipo de revolucién o cambio en México, ¢a qué clase de estructura social respondifan o inten: taban modificar? Cuando broté la Revolucién y durante su desa- rrollo, ¢fue burguesa o proletaria? Si fue burguesa, ¢contra qué clase o grupo pelearon los revolucionarios burgueses? Si fue pro- letaria, ¢fueron lanzados los trabajadores y los campesinos a lu- gia Constitucién Politica de tos Estados Unidos Mexicanos, edicién oficial, INTRODUCCION i char contra la burguesia? ® Si la burguesia soporté una agresién de las clases bajas, gentonces era que buscaba sus propias metas revolucionarias o solamente preservaba sus intereses de clase? O como muchos han sostenido, ;fue la Revolucién mexicana prin- cipalmente una revolucién antifeudal, en la que varios elementos burgueses se mezclaron con obreros y campesinos para destruir a los terratenientes, modernizar la agricultura e introducir un sistema industrial moderno dentro de una sociedad hundida en su fase “precapitalista”? Estas eran preguntas que concernian ampliamente a todos los revolucionarios y, en especial, en tér- minos de un conflicto ideoldgico, a los intelectuales de México. Aunque idealmente un proyecto de investigacién estadistica basado en cuestionarios o en otras técnicas de medida social modernas, como las empleadas en Jos Estados Unidos, podria ayu- dar a describir las funciones y conflictos entre los intelectuales de México durante los periodos precursor y prerrevolucionario, no puede ser aplicado con exactitud en este caso. Simplemente, no hay estadisticas veridicas de ese periodo. Y los muertos no ha- blan. Sin embargo, si hay suficientes datos en los censos, en los estatutos de fundacién de empresas y de movimientos politicos, en los periddicos, en archivos, en cartas personales, en biografias, memorias y entrevistas con los revolucionarios sobrevivientes 0 con sus parientes, para lograr un retrato bastante claro de las relaciones entre los intelectuales en el momento de estallar la Revolucion. Esto no quiere sugerir que la relacién de los intelectuales con la Revolucién fuera estrictamente univoca, 0 sea, que los intelec- tuales, en mayor o menor grado, estimularon la Revoluci6n 0 pro- porcionaron su base ideolégica sin que ellos mismos alteraran sus posiciones o actitudes como resultado de los acontecimientos revolucionarios. Por el contrario, la dualidad de la actitud de los intelectuales que afectan a la Revolucién y que son afectados por ella debe ser tomada en consideracién si se desea comprender a fondo el papel de los intelectuales en la Revolucién. Por “ideologia” se entiende un conjunto coherente y publica- mente articulado de ideas u opiniones que afectan a uno o mas grupos sociales. En México, durante el “porfiriato”, como se ha lamado al régimen de Porfirio Diaz entre 1877 y 1911, las ideo- logias del darwinismo social, del liberalismo, del socialismo y del anarquismo Ilegaron a tener efectos importantes en la politica nacional. El desarrollo de una ideologia, sin embargo, no puede entenderse solamente en términos de sus ideas o de los efectos que causan. Las ideologias tienen que ser examinadas dentro del 5 La palabra “burguesia” se refiere a la clase que est4 principalmente compuesta por los que se han enriquecido con las ganancias del comercio, de las finanzas y de la industria. En su forma més pura, la burguesia cons- tituye la clase dirigente de una economia capitalista, distinguiéndose de la economia feudal, donde la aristocracia terrateniente es a clase dirigente. 12 INTRODUCCION amplio contexto social en el cual ocurren, prosperan o son aban- donadas. Las ideologias y sus efectos estan, en este sentido, inti- mamente relacionadas con el surgimiento de grupos importantes que sufrieron injusticias especificas o tuvieron ambiciones que realizar. Una ideologia politica, por lo tanto, aunque de ninguna manera sea exclusivamente una racionalizacién de lo que una clase particular pretende hacer, puede tomarse como un estatuto de ambiciones y fines de una clase que acttia en la lid politica, sola o en coalicién con otras clases o partes de ellas, Examinando el papel de los intelectuales en la preparacién y el desarrollo de la Revolucién mexicana, este libro dedica gran parte al estudio de las relaciones entre los individuos, las ideolo- gias politicas y los intereses de clase. ¢Hasta qué punto se articu- Jaron o respondieron los individuos, los grupos o las clases a nuevas ideologias al topar con obsticulos a sus ambiciones 0 al soportar otros perjuicios? ¢Hubo mucha inquietud entre las dife- rentes clases de México? Si asi fue, ¢se creé una voluntad, aunque fuera solamente tentativa, entre los elementos descontentos de una clase para entrar en coalicién politica con miembros de otra, a despecho de los intereses de clase ostensiblemente conflictivos, con objeto de cambiar el sistema politico de México o lograr sus objetivos de otra manera? Concedido el origen del movimiento precursor en San Luis Potosi y su posterior divisién en las principales ramas encabeza- das por Ricardo Flores Magén y Madero, la utilidad potencial de un estudio como éste, especialmente si es complementado en el futuro con otros estudios, esta clara. Cinco de los seis intelectua- les que se examinardn nacieron en San Luis Potosi 0, como en el caso de Madero, en un area similar del norte minero de México. El movimiento precursor y la Revolucién fueron encabezados en su mayor parte por nortefios. En un examen detallado de la vida y papel de los cuatro prominentes intelectuales de San Luis Po- tosi, junto con los de Madero y Flores Mag6n, algunas de las fuerzas sociales, econémicas e ideolégicas que afectaron consi- derablemente a la clase intelectual de México pueden empezar a verse con mayor claridad. Mientras que pueden observarse seme- janzas entre la estructura social de San Luis Potosi y la del resto de México, estudios especificos de otras dreas importantes de la Revolucién mexicana, como Morelos, sede del lider campesino revolucionario Emiliano Zapata, seran requeridos si los estudio- sos de la materia han de analizar a fondo las complejidades sub- yacentes a la mayoria de las generalizaciones sobre la sociedad mexicana y sobre la Revolucién a nivel nacional. Similarmente, se necesitaran mds estudios acerca de otros in- telectuales que participaron o dejaron de participar en la Revo- lucién mexicana. A excepcién de Diaz Soto y Gama, los seis inte- lectuales examinados en este libro influyeron mas antes de 1913 que después. Por esto, los sucesos posteriores a 1913 son trata- INTRODUCCION 13 dos con el unico fin de proporcionar testimonios en un intento por tipificar a los intelectuales o por relacionar el desarrollo de los acontecimientos con las pautas y condiciones ya observadas en el periodo de 1900 a 1913, Las disputas entre los cuatro potosinos, Madero y Flores Magén de ninguna manera fueron necesaria- mente tinicas. En realidad, las divisiones entre estos seis inte- lectuales pueden haber representado las clases de desavenencias qu afectaron a los intelectuales en general durante la Revolu- cién. Finalmente, estos seis intelectuales, y hombres como ellos, o bien tuvieron una influencia significativa en el estallido y desa- rrollo de la Revolucién o no la tuvieron. La consideracién de su desenvolvimiento probara el aserto comtn expresado por Crane Brinton: “Sin ideas, no hay revolucién”.s 6 Crane Brinton, The Anatomy of Revolution, p. 52. PRIMERA PARTE LOS INTELECTUALES EN EL MEDIO SOCIAL DEL PORFIRIATO ‘CAPITULO PRIMERO ESTRUCTURA ECONOMICA Y SOCIAL DE SAN LUIS POTOSI El control exclusivista de la economia y de la politica de México fue una de las principales quejas del movimiento precursor du- rante la ultima década del porfiriato. En San Luis Potosi, un pufiado de familias acaudaladas, frecuentemente en cooperacién con hombres de negocios extranjeros, dominaron la vida econé- mica, politica y social. Un sistema de intereses econdémicos en el que la ciudad, la mina y la hacienda, entrelazadas, tendian a in- crementar la industrializacién, la monopolizacién} la mecaniza- cion, la explotacién y la participacién del capital extranjero, dan- do como resultado cambios significativos en toda la estructura social del estado. Contrariamente a las pretensiones de algunas autoridades de que el “feudalismo” y el “estancamiento” carac- terizaban al campo, el cambio social afecté en particular a las dreas campesinas. Econémicamente, la construccién de ferrocarriles y la indus- trializacién fueron los dos procesos innovadores mas importantes que motivaron el cambio social en México durante el porfiriato. En el desarrollo de los ferrocarriles, San Luis Potosi fue repre- sentativo del resto de la nacién. El programa de expansién fe- rrocarrilera de Porfirio Diaz, que afiadid veinticuatro mil kilé- metros de vias a los seiscientos cuarenta tendidos durante la época de los presidentes Benito Juarez (1867-1872) y Sebastian Lerdo de Tejada (1872-1876), fue financiado bdsicamente con capital extranjero, la mayor parte norteamericano, pero también inglés y francés? La fantdstica expansién ferrocarrilera de San Luis Potosi entre 1888 y 1902, que puede verse gréficamente en el mapa 2, derivé de los propésitos de extranjeros de construir 1 “Monopolio” puede ser definido como “el control unificado o concer- tado discrecional del precio al que los compradores pueden obtener, en ge neral, una mercancia o un servicio y el control de la oferta que pueden asegurarse, o el control del precio a través de la oferta, tan distinto de la falta de un control tal que seria la situacién ideal de competencia perfecta”: (John-Maurice Clark, “Monopoly”, Encyclopedia of the Social Sciences, x, 623-30). El monopolio puro, ya sea en el mercado de compradores o en el de vendedores, no es frecuente. El principio del monopolio puede aplicarse, por extensién, a muchas sociedades y extenderse a cualquier control intenso de 4reas determinadas, econémicas 0 no —por ejemplo, monopolio del status social, 0 monopolio del control politico. 2 Raymond Vernon, The Dilemma of Mexico's Development, p. 39; Fer- nando Rosenzweig y otros, Historia moderna de México. El porfiriato: la vida econdmica, p. 1 155. (17) 18 LOS INTELECTUALES EN EL MEDIO SOCIAL DEL PORFIRIATO ‘atorce, ee Paz "ustenuate Gusdaledzor, efbvalaico Ca. del Mate, jan Luis Potosi Lo Angostura Ebon Cardenas, Rascén “rio Verde Valles a Marfa del Rio Sierra Gordax ° 30 100 Escala on hildmatros Mapa 1, San Luis Potosi. ferrocarriles a través de todo México: para extraer y comerciar el mineral beneficiado y para comunicar las populosas zonas in- dustrializadas en las que existia abundante mano de obra barata (la capital del estado tenia aproximadamente setenta mil habi- tantes en 1900). Los ferrocarriles en San Luis Potosi iban desde las minas de plata, plomo y cobre hasta entroncar con la linea principal que iba de norte a sur, con las fundiciones, las fabricas y con el puerto de Tampico, en el golfo de México. Los subsidios federa- 8 Ibid.; Direccion General de Estadistica, Censo, 1900. ESTRUCTURA ECONOMICA Y SOCIAL DE SAN LUIS Porosf{ 19 ‘Sen Lis Poterigc?s erro 60 San Fe6rc® 8 gates (Teres) 100 Eecaa en Biibmatroe 4 Tompico ala ciudad de México MaPA 2. Ferrocarril en San Luis Potosi, 1888-1902. les, los bonos estatales y las concesiones a prominentes hombres de negocios locales y terratenientes como Juan B. Barragan, an- terior gobernador de San Luis Potosi (1869), financiaron el esta- blecimiento del primer tramo de] ramal a Tampico en 1879. Un aiio mas tarde, el Ferrocarril Central Mexicano, cuyos duefios eran norteamericanos, compro el resto de los intereses y acordé termi- nar los trabajos, lo cual hizo en 1890, Poco tiempo después, los in- 20 LOS INTELECTUALES EN EL MEDIO SOCIAL DEL PORFIRIATO tereses mineros de los Guggenheim extendieron por mar este sis- tema de empalme de transportacién minera en toda la ruta de Tampico a Perth Amboy, Nueva Jersey, donde una nueva planta de beneficio complet6 la integracioén de una naciente dinastia minera norteamericana desde la boca de la mina hasta el bene- ficio del metal. Un procedimiento similar de subsidios federales y concesiones fue seguido de 1881 a 1883 para la construccién de un ferrocarril de oriente a poniente que conectaria a San Luis Potosi con Aguascalientes, lugar donde fue edificada por los Guggenheim una gigantesca fundicién de cobre diez afios mas tarde. La politica ferrocarrilera del presidente Diaz después de 1890 fue estrictamente de concesiones extranjeras. Las empresas norteamericanas Ilegaron a controlar totalmente la red ferrovia- ria de San Luis Potosi y la de los estados circunvecinos. De to- das las inversiones extranjeras en México durante el porfiriato, el capital norteamericano tenia un control mayoritario, y San Luis Potosi no era de ninguna manera poco representativo. Del total de las inversiones norteamericanas en México, el 83 por ciento estaba en los ferrocarriles y la mineria, los dos princi- pales componentes de Ja infraestructura econémica de San Luis Potosi Las inversiones financieras extranjeras fueron frecuentemente propiciadas y estimuladas por los hombres de negocios locales, oligarcas que dieron la bienvenida a los nuevos ferrocarriles para comerciar sus minerales y su produccién agricola. Ademés, cual- quier astuto negociante de San Luis Potosi que pudiera obtener una concesion ferrocarrilera del gobierno federal podia vender- Ja con excelente provecho a los inversionistas norteamericanos. Esto fue precisamente lo que hizo el gobernador Pedro Diez Gu- tiérrez en 1888. El gobernader, que acumulé una inmensa for- tuna mientras alternaba la gubernatura del estado con su her- mano durante dos décadas, vendié su concesién de 5500 pesos por kilémetro de via, la cual pudo haber enlazado el complejo minero del norte de Matehuala con el eje agrario de Rio Verde, al Ferrocarril Nacional Mexicano, propiedad de norteamericanos. Ignorando el proyecto original de tender la linea hasta Rio Verde, los ingenieros norteamericanos concluyeron el tramo mds corto y mas barato, el que enlaza las minas de Matehuala con la linea troncal norte-sur que conecta a Laredo (Texas) con la ciudad de México. El presidente Diaz inauguro oficialmente la linea tron- cal con las ceremonias que tuvieron lugar en San Luis Potosi el 1 de noviembre de 1888.5 4 Rosenzweig, pp. 493-544, 565 ss., 1066-7, 1155; Primo Feliciano Veldzquez, Historia de San Luis Potost, w, pp. 723, 97-100; Harvey O'Connor, The Guggen- heims, pp. 85-101; Juan B. Barragén, Discurso pronunciado el 15 de septiembre de 1879 por et C. Lic. Juan B. Barragdn, en ta inauguracién det primer tramo de ferrocarril construido en el estado (folleto). 5 Velazquez, 1v, pp. 72-3, 90-101, 162-3; Rosenzweig, caps. v, x; Isaac Grimal- ESTRUCTURA ECONOMICA Y SOCIAL DE SAN LUIS PoTost 21 La terminacién de vias férreas de tal magnitud, junto con la eliminacién de impuestos estatales y municipales de importacién y comercio para permitir el comercio libre interestatal, abrié las puertas a lo que muchas autoridades consideran el perfodo de mas répido crecimiento industrial durante el porfiriato, 1895- 1901. Como el economista mexicano Fernando Rosenzweig ha ob- servado: “La creacién de nuevas fdbricas, fenémeno claro desde 1880, alcanzé su apogeo diez o quince afios después, cuando la inversién de capitales extranjeros se hizo en este sector de la actividad industrial”.¢ En la construccién de los ferrocarriles de México, al igual que en el desarrollo industrial, dominaron los extranjeros. El capital extranjero introdujo maquinaria moderna para nuevas industrias, medianas y ligeras. A la vez, aun cuando los inmigrantes consti- tuyeron lo que pudo Ilamarse una “clase industrial indigena”? el control extranjero de las nuevas industrias de México se expan- dié y solidifico durante los tltimos quince afios del porfiriato. El financiamiento incluso de inversiones “nacionales” se Nevaba a cabo frecuentemente, al menos en forma indirecta, en gran parte por capital no mexicano. Algunos ejemplos de financia- miento nacional de inversiones extranjeras, también comunes, re- flejaron un alto grado de cooperaci6n entre hombres de negocios mexicanos y extranjeros.8 En los ultimos nueve aiios del porfi- riato, nuevas inversiones de capitalistas norteamericanos, ingleses y franceses superaron todas sus inversiones de los primeros vein- titrés afios del régimen. Ei incremento mds espectacular fue el de las inversiones norteamericanas que se quintuplicaron entre 1897 y 1911. Ya en 1900 los extranjeros posefan 172 de los 212 establecimientos comerciales del Distrito Federal, y en 1911 las participaciones extranjeras alcanzaban dos terceras partes de la inversién total de México, aparte la agricultura y las industrias artesanales® La mas influyente de las fuerzas industriales extranjeras en el estado minero de San Luis Potosi fue la Sociedad Metalirgica Mexicana, subsidiaria de la American Smelting and Refining Com- pany, propiedad de la familia Guggenheim. En 1900, los Guggen- heim ya habfan establecido una préspera fundicién en Monterrey y buscaban por todos los medios nuevas empresas mineras que les proporcionaran beneficios, Sus ingenieros vieron buenas oportu- do, Gobernantes potosinos, 1590-1939; Manuel Zepeda, Opiniones de la prensa sobre las fiestas de inauguracién del Ferrocarril Nacional Mexicano verifi- cadas en la ciudad de San Luis Potosi los dias 1, 2,3 y 4 de noviembre de 4888. La fortuna de Diez Gutiérrez fue estimada en tres millones de pesos por el consejero de Diaz, Francisco Bulnes (El! verdadero Diaz y la revolue cidn, pp. 165-7). ® Rosenzweig, pp. 314, 326. 7 Vernon, pp. 445; cf, Rosenzweig, p. 453. 8 Velazquez, 1v, pp. 185-63; Vernon, pp. 445; Rosenzweig, pp. 1 181-4. ® Rosenzweig, pp. 1125, 1162; Vernon, pp. 42-4. 22 LOS INTELECTUALES EN EL MEDIO SOCIAL DEL PORFIRIATO nidades en todo el norte, incluyendo San Luis Potosi, estado que ocupé el séptimo lugar nacional en valor-peso de la produccién minera (3 549 972) y el segundo lugar, tras Zacatecas, en cuanto al ntimero de hombres empleados en la industria minera (10 767)2° Los intereses Guggenheim se aduefiaron de una linea de ferroca- rril incompleta y abandonada que iba del este de San Luis Po- tos{ hacia Rio Verde, con el objeto de extraer plomo, plata y oro del famoso cerro de San Pedro, primera veta de plata en el estado y motivo de la fundacién de la capital en el valle hacia 1592. El 25 de mayo de 1902, la Sociedad Metalirgica Mexicana de los Guggenheim compro la via de 42.3 kilémetros que conec- taba a Rio Verde con San Bartolo en el ramal San Luis Potosi- Tampico, para lo cual “‘millares de pesos dieron los hacendados; pero también, con sus cuotas de a cincuenta centavos cooperaron muchisimos humildes ciudadanos”.* Después, todavia en 1902, los Guggenheim establecieron una fundicioén en Matehuala (de plomo, plata y oro) con un costo de varios millones de délares, asi como fundiciones mds pequefias (de plata, antimonio, bismu- to, zinc, cobalto y azufre) en San Luis Potosi y en la estacién ferrocarrilera de Wadley, a unos cuarenta kilémetros al sudoeste de Matehuala en el Ferrocarril Nacional Mexicano. En 1910, los intereses mineros de la Guggenheim tenian acciones comunes por 50 millones y preferentes por un total indeterminado. En todo el norte de México, los Guggenheim tenian un “monopolio casi com- pleto de la industria metalirgica, de la cual dependia el progreso de Ja mineria” 1 A pesar de su historial de colaboraciones con el capital ex- tranjero, la burguesia de México no era inmune a las presiones de la competencia extranjera y del nacionalismo econémico. Mien- tras algunos hombres de negocios mexicanos sacaban provecho de su colaboracién con extranjeros, otros sufrian reveses econd- micos. Al finalizar el siglo, cuando los clubes liberales, inicia- dos por el ingeniero minero de San Luis Potosi Camilo Arriaga, empezaban a manifestar una significativa oposicién, se levanté una airada discusién acerca de lo que el mismo Porfirio Diaz ha- bia criticado, en 1876, de “vender el pais a la nacién vecina’33 10 El Contempordneo, 29 de agosto de 1903; O'Connor, pp. 85-101. 11 Velazquez, iv, pp. 162-3; A. B. Gonzalez, Album rioverdense, coleccién de escritos, datos histéricos y estadisticos recogidos. Historias de Velaz- quez, Manuel Muro y Salvador Penilla Lopez, mencionadas en la bibliografia, coinciden en que el nombre “Potosi” deriva de la asociacién que hicieron los espajioles entre la plata encontrada ahi en 1592 y la primera huelga gigantesca de plata en Potosi, de Bolivia, en 1544. 12 Rosenzweig, pp. 283, 1092, 1184; Alfred Tischendorf, Great Britain and Mexico in the Era of Porfirio Diaz, pp. 72, 90. 13 Diaz publicé su Plan de Tuxtepec, cl 15 de enero de 1876, para protestar por los esfuerzos del presidente Lerdo de Tejada por reelegirse y por la venta a los Estados Unidos de la deuda nacional acumulada durante la ESTRUCTURA ECONOMICA Y SOCIAL DE SAN LUIS POTOS{ 23 Incluso el periddico catélico conservador de San Luis Potosi, Ef Estandarte, criticaba que “los yankees tomaban poco a poco a México”.'4 En 1910, los extranjeros eran propietarios de una séptima parte de la superficie de México. Pocos estudiosos cri- ticarian la afirmacién de Luis Nicolau D’Olwer de que el senti- miento antiextranjero desempefié un papel importante en la Re- volucién mexicana: “...los hechos que para desprestigio de un régimen se achacan a Diaz son todos ellos conexos a su politica de fomento a las inversiones extranjeras”2¢ El final del siglo xxx fue marcado, en la burguesia de San Luis Potosi, por una inestabilidad politica y econémica. Muchas fami- lias oligarcas estaban sintiendo los efectos finales de un des- plome econdémico (1892-1895). Algunas, como los Barrenechea y los Coghlan, emergieron con nuevo vigor, y otras, como los Arria- ga, se tambaleaban aun por los efectos de la crisis anterior. Estos casos justifican el andlisis debido a los desarrollos politicos subsecuentes e implicaciones sociolégicas que se refieren a las familias oligarcas y a los conflictos internos de la burguesia mexi- cana. El liberal Camilo Arriaga fue quien cargé con mayor respon- sabilidad por la iniciacién del movimiento precursor contra Porfi- rio Diaz. Pedro Barrenechea, un conservador influyente en las designaciones de los gobernadores del estado, mds tarde presté ayuda financiera a Madero, el liberal moderado electo presidente después de la caida de Diaz en 1911. Francisco M. Coghlan, en cooperacién con hombres de negocios norteamericanos, invirtié utilidades mineras en industrias pequefias y medianas, practica bastante usual entre las principales familias porfiristas de San Luis Potosi. La familia Arriaga habia cimentado su fortuna en la plata. Le pertenecfan las mds vastas minas de plata del estado, incorpo- radas a la Compajifa Minera de la Concepcién. El 16 de enero de 1893, el derrumbe de la mina mas grande y rica en Concepcién caus6 la pérdida de la fortuna de los Arriaga. Tres meses des- pués, la Casa de Moneda de San Luis Potosi, la mayor del drea, fundada sesenta y seis afios atrés, fue clausurada y su capital transferido a la ciudad de México. En todo este periodo, de 1892 a 1895, el estado de San Luis Potosi sufrié una serie de reveses econémicos: una severa caida del mercado de la plata, se- quia, hambre y epidemia de tifo. En consecuencia, la econom{a lleg6 a ser sumamente inestable. En el curso de la violenta es- peculacién de la bolsa, muchas acciones mineras cambiaron de intervencién francesa de 1861-1867. (Texto de Jestis Romero Flores, Anales histéricos de la Revolucién mexicana, m1, pp. 212-5.) 14 Ef Estandarte, 18 de marzo de 1902. 35 Rosenzweig, pp. 1 1065; Vernon, p. 50; Frank Tannenbaum, Mexico, the Struggle for Peace and Bread, pp. 140-1. Algunas estimaciones la calculan en una quinta parte. 16 Rosenzweig, p. 183. 24 LOS INTELECTUALES EN EL MEDIO SOCIAL DEL PORFIRIATO mano. Los Arriaga no pudieron recobrarse por completo de esta lucha econémica. Los otros principales intereses de San Luis Potosi, las minas de plata de Santa Ana, dirigidos por Coghlan y respaldados por capital norteamericano, surgieron reforzados.7 Antes del fin de la crisis de 1892-1895, los hombres de negocios de San Luis Potosi empezaron a clamar por cambios politicos ante el gobierno estatal. En julio de 1896, Barrenechea y otros impor- tantes hombres de negocios de San Luis Potosi fueron a la ciudad de México a pedir audiencia con el presidente Diaz, y le solici- taron la sustitucién del gobernador Carlos Diez Gutiérrez por el ingeniero Blas Escontria, quien fue designado por Diaz dos afios mas tarde, después de la muerte de Diez Gutiérrez. Algunos hombres de negocios alegaban que Escontria era socio en las empresas de Diez Gutiérrez y de Barrenechea, entre otros. Por eso podia esperarse que fomentara los intereses econémicos esta- blecidos. Dado que aun el gobernador Diez Gutiérrez, intimo ami- go del presidente Diaz, compartia con los Barrenechea intereses criticos en negocios tales como la cerveceria principal del estado, no habia raz6n para suponer que los hombres de negocios entre- vistaban al Presidente a causa de rivalidades econémicas con el Gobernador, a quien querian remplazar. Sin embargo, el goberna- dor Diez Gutiérrez era politicamente vulnerable. E] y su hermano Pedro habian fungido como gobernadores de San Luis Potosi durante dos décadas. Habian cometido errores que condujeron a una deuda de dos millones de pesos y a la ruina de San Luis Potosi. Ya era tiempo de que hubiera un cambio. Un gobernador mas joven, mas progresista y dinamico, alguien como el ingeniero Escontria podria romper Ja barrera econdémica y calmar el des- contento del pueblo que Hevaba décadas de soportar un gobierno estilo caudillo, argumentaban los hombres de negocios.1® 17 Precisamente en esta época los intereses Coghlan terminaron la insta- Tacién de la electricidad y de la maquinaria moderna proporcionada por el capital norteamericano (Velazquez, IV, pp. 1034, 140-3); El Estandarte, 1892- 1895), passim; Rosenzweig, pp. 230, 794; Compaiiia Minera de la Concepcién, Estatutos aprobados para el trabajo y laborio de la Mina de 1a Concep- cién ubicada en el Mineral de Catorce (folleto), y Contrato celebrado entre ta Junta Directiva de la Compafita propietaria y explotadora de ta Mina de la Concepcién y Anexas, sitas en el Mineral de Catorce, estado de San Luis Potosi, por una parte, y ef Sr. Benigno Arriaga por si o por la Compaiita o Compafiias que se organicen para la compra-venta de los metales de dichas minas (folleto). 18 Compafiia Anénima Restauradora del Mineral de Ramos, Estatutos de la Compariia Anénima Restauradora del Mineral de Ramos de San Luis Potosi, aprobados en junta celebrada el 7 de diciembre de 1887 (folleto); Compafiia Industrial “Cerveceria de San Luis”, S. A., Estatutos de la Com- patiia Industrial “Cerveceria de San Luis” Sociedad Andnima (folleto); Com- pafifa Anénima de Santa Maria de la Paz y Anexas, Jnformes que a la Asam- blea General Ordinaria de 31 de enero de 1901 rindieron los sefiores Presi- dente, Comisario y Director, acuerdos tomados y cuenta de produccién ¥ gastos del afio de 1900 (folleto), Adem&s de tal colaboracién econémica, las familias Diez Gutiérrez y Barrenechea se casaron entre sf (Veldzquez, rv, ESTRUCTURA ECONOMICA Y SOCIAL DE SAN LUIS PoTosf 25 Escontria fue designado gobernador en 1898. La tdctica que empleé para enfrentarse a la crisis econémica del estado fue la misma que usd el presidente Diaz a nivel nacional: incentivos para la inversién de capital extranjero. Esta fue la época de la invasién econémica de los intereses de los Guggenheim en el es- tado. En 1910, los Estados Unidos recibian el 77 % de Jas expor- taciones mineras de México, comparado con slo el 42 % del prin- cipio del porfiriato.?® No cabe duda que los hombres de negocios de San Luis Potos{, con excepciones evidentes como Arriaga, al principio acogieron bien esta ayuda de capital norteamericano. Aun cuando a los inte- reses mineros bien cimentados como los de los Barrenechea no les agradaron los esfuerzos de los Estados Unidos por comprar- los, y algunos mas pequeiios incluso protestaron publicamente,2° la mayoria de los hombres de negocios, agitados por la crisis de 1895, pensaron que se verian beneficiados con la colaboracién de sus competidores extranjeros. Puesto que la produccién mi- nera se rezagaba en San Luis Potosi en comparacién con la de otras partes del norte, los intereses mineros de San Luis Potosi acogieron las amplias facilidades de exportacién proporcionadas por nuevos ramales ferroviarios al norte y al golfo. También el establecimiento de fundiciones de plomo y cobre y de pequefias plantas de acero en Matehuala y San Luis Potosi, financiadas por estadounidenses, facilité la expansién local en el uso de los pro- ductos minerales." Los hombres de negocios mexicanos, al enfrentarse al receso econémico o a la necesidad de mas capital y maquinaria, tuvie- ron que trabajar con lo que tenian a su alcance. Sus necesida- des surgieron al encontrarse en un pais econdmicamente “sub- desarrollado” en un momento de radpida expansion norteamerica- p. 175). Los hombres de negocios de San Luis Potosf, recibidos por el pre sidente Diaz en el “Salon Verde” del Palacio Nacional, reforzaron sus argu- mentos con una carta firmada por “varios prominentes vecinos de Mate- huala” y fueron auxiliados por el Jefe de la Zona, general Pedro A. Gonzalez, y por el principal periddico, El Estandarte (Velazquez, 1v, pp. 1468). Aun- que Velazquez no especifica que Escontria fuera el elegido por los hombres de negocios para remplazar a Diez Gutiérrez, confirma la naturaleza de las demandas de los hombres de negocios y da por sabido que sus deseos con- vergian en la candidatura de Escontria para gobernador en 1898, 19 Rosenzweig, p. 241. 20 Por ejemplo, Manuel José Othén, Apuntes que, para alegar de buena prueba ante el Seftor Juez 3° de Letras del Partido de Mapimi, produce Don Jestis Revilla, patrocinado por et Lic. Manuet J. Othdn, y representante juridico de la Compafia Minera “Siderita” y Anexas, S. A, de San Luis Po- tosi en el interdicto de despojo promovido contra la Compatia Minera y Fundidora “Descubridora” (folleto). 21 Rosenzweig, pp. 182, 224, 230, 241, 794, 1092: Fundicién de Fierro de San Luis Potosf, Estatutos de la Fundicién de Fierro de San Luis Potosi, Sociedad Anénima incorporada bajo las teyes de la Repiiblica Mexicana (fo Ileto). No obstante que la produccién minera ascendié de manera impre- 26 LOS INTELECTUALES EN EL MEDIO SOCIAL DEL PORFIRIATO na por todo el mundo. Era natural que recurrieran a la colabo- racién de los inversionistas norteamericanos, siendo que los fines de las altas burguesias de ambos paises tenian mucho en comun: expansién econémica, industrializacién y lucro. Sin embargo, esta continua colaboracion de muchos burgueses con los extranjeros coincidia con los primeros llamados hacia el nacionalismo eco- némico expresado por el movimiento precursor en los primeros afios del siglo. La colaboracion con el capital extranjero, a pesar de todo beneficiosa para los hombres de negocios mexicanos, sir- vio para incrementar ampliamente el grado de monopolizacién y control extranjero de la economia nacional. En el siguiente gran receso econémico, 1907-1911, la burguesia mexicana clama- ria por algun cambio politico. Para entonces, el nacionalismo eco- némico tendria mas sentido para ellos; mientras tanto, el control extranjero habria aumentado notablemente; el progreso econd- mico nacional se habria retardado y el movimiento precursor ha- bria empezado a influir en la politica nacional. Estos factores afectarian a las tendencias revolucionarias de la burguesia. Una caracteristica de las economias “subdesarrolladas” en ge- neral pareceria ser el sentimiento ambivalente de la burguesia ha- cia el problema de la colaboracién con hombres de negocios ex- tranjeros, en oposicién al nacionalismo econémico. La Revolucién mexicana frecuentemente ha sido descrita como una “revolu- cion burguesa nacionalista” enderezada a librar al pais de la do- minacién extranjera. Sin embargo, los sucesos acaecidos entre 1917-1967 sugeririan que la ambivalencia historica de la burguesia mexicana de ningtin modo se ha resuelto en favor del nacionalis- mo econdémico. Por el contrario, a pesar de las ocasionales explo- siones nacionalistas como la de 1938, cuando se nacionalizé la industria petrolera, la burguesia mexicana actual —dentro de los més extensos limites de una politica de “mexicanizacién” que per- mita al gobierno federal exigir que el 51% del capital de una compajiia sea propiedad de mexicanos— parece estar mas dis- puesta que nunca a colaborar con el! capital norteamericano y menos propensa que a principios de siglo a sostener, 0 incluso tolerar, los lamados revolucionarios a la nacionalizacién de todas las industrias o a que el 100 % del capital esté en manos mexi- canas.2? Las raices de estos debates sobre polftica econémica se remontan cuande menos hasta los sucesos de 1900-1913, especial- sionante en toda la nacién durante el porfiriato, San Luis Potosi no logré mantener, después de 1895, el ritmo nacional (Jess Silva Herzog, El agra- rismo mexicano y la reforma agraria, p. 104). 22 Hoy en dia existen testimonios suficientes de que, por el aumento de la colaboracién burguesa con los extranjeros y por la oposicién a los movi- mientos revolucionarios o propuestas para la nacionalizacién de la industria, la ambivalencia entre toda las burguesias de Latinoamérica ha disminuido al punto de ser insignificante. El ocasional “antinorteamericanismo” mexicano como politica exterior no deberia ser malinterpretado, ya que sélo concierne al delicado problema de la intervencién politica en Jos asuntos internos de ESTRUCTURA ECONOMICA Y SOCIAL DE SAN LUIS poTosf 27 mente por la amenaza de un movimiento revolucionario antibur- gués obrero-campesino producido por el movimiento precursor. Ademas, las realidades socioeconémicas que influyeron en los acontecimientos de 1900-1913 incluyeron precisamente esta ambi- valencia acerca del nacionalismo econdémico dentro de la burgue- sia mexicana, asi como el problema inexorable de la dependencia econémica de un pais “subdesarrollado” con respecto a uno “‘de- sarrollado”. Durante el porfiriato, la colaboracién de hombres de negocios mexicanos con intereses extranjeros incluyé préstamos bancarios cuando se consideré necesario. Asi, por ejemplo, el Banco de San Luis Potosi proporcionéd a Edward L. Doheny cincuenta mil pe- sos, precisamente cuando el magnate petrolero norteamericano estaba préximo a abandonar la exploracién petrolera en la re- gion de la Huasteca** cerca de Ebano, a principios de 1904. La exploracién continuo y, en abril de 1904, el pozo de petréleo “Pez Ne 1” broté lanzando a quince metros de altura un chorro de oro negro. Produjo mil quinientos barriles diarios por muchos aiios. Asi comenzé el auge del petréleo mexicano para beneficio de los extranjeros pero con el apoyo de los nacionales.*4 El grupo mexicano responsable de estimular el auge del pe- tréleo en este caso, el Banco de San Luis Potosi, fue establecido en 1897 por prominentes hombres de negocios de San Luis Potosi, y dirigido por Ramon Alcazar y Gerardo y Eduardo Meade (rica familia de hacendados), a quienes, junto con J. H. Bahnsen, se les habia otorgado una concesién federal para emitir papel moneda y bonos. El capital del banco era aproximadamente de un mill6n de pesos. De inmediato se convirtié en el banco principal del estado pero se desplomé durante la Revolucién.2> otros pafses (“autodeterminacién de los pueblos’) o a ocasionales disputas fronterizas, y no a los lineamientos generales de cooperacién con el capital extranjero, del gobierno mexicano. 23 Pendientes dentadas y tierras bajas tropicales escasamente pobladas y regadas por pozos del extremo oriental de San Luis Potosi; parte de la seccién geografica y cultural mas grande llamada Huasteca, por los indios huastecos, y que abarca partes de Tamaulipas, Querétaro, Hidalgo, Tlaxcala y Veracruz. 24 Velazquez, tv, pp. 155-62; Tischendorf, pp. 125ss.; Rosenzweig, pp. 1127- 1129; Gabriel Antonio Menéndez, Doheny el cruel, pp. 288-93; Joaquin Meade, La huasteca veracruzana, 1, pp. 13545; E. L. Doheny, A brief Statement of the Results Accomplished by the Mexican Petroleum Company at Ebano, San Luis Potosi, México (folleto). Ademas de los banqueros y latifundistas me- xicanos, algunos terratenientes medianos vendieron sus propiedades a com- pajiias petroleras extranjeras y vinieron a formar una clase provincial de “nuevos ricos”, segin Gregorio Lépez y Fuentes, Huasteca, pp. 37-52, 89. 25 Banco de San Luis Potosi, S. A., Banco de San Luis Potosi, S. A. Con- cesiones, estatutos y extractos de la ley general de 19 de marzo de 1897 de Instituciones de Crédito (folleto). Haciendas Anexas de Federico J. Meade era una de las propiedades mds grandes del estado que se desparra- maba sobre 104000 hectareas e incluia parte del estado de Tamaulipas (A. Fremont, Obras de irrigacién en las Haciendas Anexas y abastecimiento 28 LOS INTELECTUALES EN EL MEDIO SOCIAL DEL PORFIRIATO Las familias de ricos hacendados, tal como sugiere el caso de Jos Meade y su banco de San Luis Potosi, fueron bastante cons- cientes de las nuevas oportunidades econémicas iniciadas con la afluencia de capital norteamericano y con la terminacién de fe- rrocarriles y carreteras a través del estado. No fue ninguna coincidencia que la primera organizaci6n promotora de los indus- triales de San Luis Potosi fuera fundada como un centro “agrico la” e industrial (27 de mayo de 1905), el Centro Agricola e Indus- trial Potosino. Esta organizacién estaba subsidiada por el gobier- no del estado con mas de quince mil pesos y encabezada por el hacendado, industrial y gobernador José Maria Espinosa y Cuevas. Su consejo directivo estaba constituido por grandes terratenien- tes y ganaderos de las familias Espinosa y Cuevas, Hernandez y Barrenechea, por personajes mineros de las familias Cabrera y Barrenechea y por el industrial Emeterio V. Lavin. Dos de los mas grandes latifundios del estado —La Angostura y El Gogo- rrén, controlados por Espinosa y Cuevas Hermanos y por el mi- nero industrial Felipe Muriedas, respectivamente— estaban muy bien representados. El nuevo centro agricola industrial acogié inversiones norteamericanas en la industria local, tales como las fundiciones Guggenheim; la Fundicién de Fierro de San Luis Potosi, fundada en 1904 para fabricar tornillos, tuercas y cerro- jos, y la Compafifa Zapatera F. L. Schaefer, establecida en 1903- 1904 y vendida un afio mds tarde a Coghlan y Compajiia. La Coghlan y Cia. tenia acciones en Ja Fundicién de Fierro de San Luis Potosi. El traslape masivo entre la riqueza minera, agricola e industrial tanto nacional como extranjera —una de las quejas principales del movimiento precursor— se manifest6 en los casos de Muriedas y Coghlan.** El diagrama I presenta un cuadro grafico del traslape entre las familias olig4rquicas de San Luis Potos{ tanto en la mine- ria como en la agricultura, la industria, el comercio y la poli- tica. Por no haber estudios estadisticos adecuados 0 completos sobre la magnitud de la propiedad y de la inversién de capital agricola en la actividad comercial no agricola, el diagrama I no es mas que una representacién de las pruebas de que se dispone que indican la estructura social de San Luis Potosi durante el porfiriato. Se basa, sobre todo, en estatutos de fundacién y de la Presa de Guadalupe, San Luis Potosi (folletol). Al morir Federico Meade en 1909, su fortuna se calculaba en mds de tres millones de délares, segtin la publicacién mensual metodista La Ofrenda Escolar, septiembre de 1909, p. 134. 26 Veldzquez, 1V, pp, 1947; Centro Agricola ¢ Industrial Potosino, Primer Concurso de Ganaderia, septiembre de 1906 (folleto); Fundicién de Fierro de San Luis Potosi, Estatutos de la Fundicidn (folleto). Los ingenieros con- tratados por Muriedas fueron los responsables de la mejora del sistema de pozos artesianos del estado 1906-1910, que culmind con la inauguracién de una planta hidroeléctrica en 1910. Muriedas era considerado un importante in- dustrial a causa de sus intereses mineros y maritimos.

You might also like