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PONTIFICIA UNIVERSIDAD ANTONIANUM

FACULTAD DE TEOLOGÍA
INSTITUTO TEOLÓGICO DE MURCIA OFM

Fr. RICARDO SALELLES CLIMENT

EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO COMO MEDIO


DE PROTECCIÓN DE LA LIBERTAD RELIGIOSA
ANTE LOS ATAQUES DE LA LIBERTAD DE
EXPRESIÓN

Por Vicente Collado

Profesor: Miguel Ángel Escribano Arráez


Asignatura: Derecho Canónico Fundamental

Murcia 8 de febrero de 2021


El artículo propuesto es una ponencia presentada por Vicente Collado,
profesor emérito de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia y
canónigo de la Catedral de Valencia. Trata de responder a la cuestión de si son
reconciliables la libertad religiosa y la libertad de expresión.
El autor afronta el asunto desde una actitud hermenéutica, forma de la que
está convencido que posibilita mejor el diálogo que una actitud apologética. Los
ataques no son nunca una actitud de diálogo sino de confrontación.
Los occidentales estamos acostumbrados a expresarnos con términos
precisos, que corren el riesgo de representar una realidad demasiado rígida.
Nuestros interlocutores también pueden distorsionar la realidad con su propio
sistema de interpretación. Es aquí donde es de suma importancia percibir las
diferencias del sentido en las palabras comunicadas cuando los individuos se
expresan libremente. Todavía más importante es esta característica cuando
hablamos del diálogo interreligioso, pues corremos el peligro de limitar lo
trascendente a nuestras comprensiones y palabras.
El valor del otro enriquece nuestro verdadero yo. En la propia Creación,
Dios nos revela la diversidad como expresión enriquecedora de la Unidad. La
Revelación nos permite comprender el misterio de la realidad trascendente, pero
las distintas percepciones de dicha Revelación (diversas religiones) nunca son una
plena identificación de la realidad eterna sino aproximaciones diversas. El diálogo
interreligioso es donde más debemos escuchar y aprender de esa pluralidad
. El ser humano fue creado a imagen y semejanza de su Creador y en ese
orden natural fue diseñado libre. Esa es la causa y origen de la libertad de
expresión. Sin embargo, continuamente sucumbimos a la tentación de buscar la
libertad en elecciones erróneas que nos alejan de la verdad original. Ello nos obliga
una y otra vez a regresar a la auténtica fuente que nos garantiza el uso de la libertad.
No estamos constreñidos a comportarnos de un modo determinado pues el mismo
Creados nos hizo libres participando de su eterna libertad.
La fe misma es misteriosa y no nos permite comprender todo con diáfana
claridad, como desearía nuestra razón. No podemos encerrarnos en nuestras
propias convicciones rechazando lo ajeno a nuestras creencias. Al contrario, sin
tener por qué ceder podemos ser iluminados por otros horizontes.
El ponente nos recuerda cuatro grados de luz que esclarecen el desafío entre
la Verdad y las relativas percepciones. La luz natural, la de la razón, la de la fe y
la luz de la gloria; todas ellas provenientes del mismo origen creador. Y es bajo
esta luz donde se inserta mi búsqueda de Dios. Ahí es don verdaderamente se
expresa la religión fundamental.
En la dignidad humana del que busca a Dios es donde puedo respetar y
acoger al otro con entera libertad. El hombre religioso sabe que la multitud de
particularidades y matices no puede anular la Verdad única, indefinible e
inabarcable en su totalidad. Arrogarnos la capacidad de poder realizar esta tarea
no es más que el fruto de la ignorancia. Mentimos y nos engañamos al opinar sobre
la Verdad absoluta.
La libertad de expresión sería el conocimiento y respeto del otro a quien
nunca deberíamos imponerle nuestro criterio. Si no absolutizamos nuestro
pensamiento, podremos lograr un fructífero diálogo con aquel que se expresa de
forma ajena a la nuestra.

La ponencia dentro de su brevedad, esboza unas grandes líneas que serían


las ideales a seguir en el diálogo interreligioso y cómo actuar y conciliar la libertad
de expresión frente a la defensa de las propias creencias.
Evidentemente no son irreconciliables la libertad religiosa y de expresión
en una sociedad como la actual. Tristemente ha habido otros tiempos en que las
sencillas reflexiones que se han vertido en estas líneas no eran tan patentes y la
intolerancia con el diferente era la norma.
Percibimos una carencia de la exposición en la ausencia de situaciones
reales. Es de plena actualidad, incluso en los medios principales de comunicación,
ejemplos que nos enfrentan con ataques a la libertad de expresión cuando se
abordan temas candentes religiosos. Me vienen a la cabeza temas islámicos,
choque de culturas, aborto y otros. Esos conflictos entre religión y opinión o
expresión han invitado a la reflexión teórica sobre la sociedad en la que vivimos.
Cualquier reflexión que se haga sobre este tema hoy en día pasa por tener en cuenta
un nuevo factor, un cambio de escenario, y es que los conflictos más recientes en
este desencuentro entre expresión y religión están positivamente mediatizados por
el multifacético factor que llamamos globalización. la religión se presenta hoy en
día como un potencial elemento globalizador transfronterizo sobre cuyas
consecuencias todavía no hemos reflexionado bastante. El encuentro entre
globalización y religiones resulta igualmente esclarecedor para entender nuestra
situación actual. Hubiera sido más enriquecedor atreverse a hablar de como aplicar
o enunciar diversas problemáticas que simplemente permanecer en un nivel
abstracto o de deseo. Sin por ello dejar de lado la suma importancia de aplicar las
actitudes mencionadas por el autor.

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