ad Estética del
Polo Norte
Michel Onfray
Traducci6n de Delfin G. MarcosCapituto TERCERO
EL TIEMPO DISIMULADO: EL RITO
En una civilizacion de tradicién oral, el silencio tiene un
mayor peso que en una de tradicién escrita, mds lenguaraz.
Cuando son escasas, cada palabra cobra mayor importan-
cia, mientras que la profusién occidental de mensajes con-
sigue que se anulen unos a otros, que no se entienda nada
por exceso de informacion. EI silencio iniciatico de los
pitagdricos o de los masones, de Jos autistas o de los locos,
pesa mas que todos los discursos —incluido el filos6fico,
sobre todo mas que este—. Hoy, el silencio asusta, aterro-
riza, deja indispuestos a los humanos que, para combatir su
angustia, vomitan un torrente de palabras inutiles, saturan
la realidad con un rumor continuo formulado en yolapiik.
“El silencio de los pueblos despierta la curiosidad de
los extranjeros, que, en su deseo por descubrir que escon-
den, exhiben una obstinacién proporcional ala ane
i i ivos: sealo que
de resistencia de los nativos: cuanto mayor q
4 identi-
mAs tiempo permaneceran callados, mas erdura su
cidieran
id, mas persiste. Me fascina que los dogones de
‘ confundirlo,
ofrecer informacion falsa al etndgrafo parague le lanzaran sefiuelos y que este sete a eltcube,
posibles intexpretaciones estructuales, todas ery,
cual més erudita, Hablar para callar mejor: la COta mic a
del ocultamiento. , Nc:
Los inuit callan toda su lectura tradicional, ritual 9 he:
mdnica del mundo, 0 eso me parece a mi. Un Mutisma ma
sivo se cierne sobre estos temas. La gente suele Tesponder
con prudencia a este tipo de preguntas, forzando tna sop,
tisa bobalicona, riéndose con un cloqueo Caracteristicg,
encogiéndose de hombros, con una mimica ingenua, he
ciendo ver que su inglés no es tan fluido como para poder
explicarse —aunque recuperan la soltura en el kayak, lejos
de las miradas de los ancianos, cuando se trata de compar-
tirun poco de vodka, de calvados 0 un habano—.
Pauloosie y mi padre, aun siendo personas silenciosas,
taciturnas, no pararon de comunicarse en silencio durante
“Toda nuestra estancia polar. Sin recurrir al inglés, pues una
no habla mas que inuktituty el otro conoce otro idioma
juc el francé se sirviero miradas, de gestos, de € ate:
ciones, de sefias y, lo mas im ortante, sin mediar palabra;
sntablaron répidamente una telacién basada en el respeto
alas personas may fos, s
—