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7 ‘80. ara.poder en- | pp a'génesis:de:los fenomenos G0) econdmicos y sociales G i wi | Aa amental:no solo para ya n.de ese pro- | O€61-0S81 338.9 C287e ce. 13 PROGPAMA ai BACHILLER CRITICA Ong. Grupa ecitoral OCULLLUULEOELS age singin LAGRNDE miusione DELLE OLIGARCHIE, STATO & socts IN AMERICA LATINA (1850-1930) ee Later eine Ta ‘Teadueci6a castellana de P. R, FERRER ubiere: Enric Satué L © 1982: Marcello Carmagaani, Turks 1 © 1984 de ta traduceién castllans pata Espana y Amétics: Ealtorial Cltca, 5.4, elle Pedté de In Creu, 58, Bercelona -34 ISBN: £47423.2368 Depisto legals B. 23.669.:984 Impreso en Espatia 1984. —HUROPE, S.A, Recaro, 2, Barcelona 5 I 328.9 C2bta e.f3 Inrropucci6n DE LA FORMACION A LA CRISIS DEL ESTADO OLIGARQUICO Los PROBLEMAS HisTOaIcOs Quien se aventura en la historia contemporénea de América la- tina no tarda en ser presa del mismo desaliento que invade al pro- tagonista de Los pasos perdidos, novela del cubano Alejo Carpen- tier, el cual, secién Hegado a Ia imaginaria capital de un pals latino- americaho, se entera de que he estallado un alzemiento, Uamado por todos «revelucién». Hlaciendo an esfuerzo de comprensiéa (el mismo ‘que se les solicita al lector y al autor de un ensayo histérico); se intetroga sobre el sigificedo de la presunta arevoluciéne, que «poco significaba para quien ... ignotaba la historia de aquel pais», Des- pués de interrogar «a cuantos, por mucho comentat y acslorarse, pa- recian tener una buena infoimacién», el personaje de Carpentier no logra entenderse con ellos, ya que «cada cuel dabe una versién patticular de los acontecimiertos, citendo los nombres de persona- lidades que, desde luego, eran letra muerta pata mfp. Trata enton- ces de conocer las tendencias, los anhelos de los bandos en pugna, sin llegar a une clatidad mayor, pues ecuando crefa comprendet que se trataba de un movimiento de socialistes contra conservadores © radicales, de comunistas contia catélicos, se barajeba el juego, que- daban invertidas las posiciores, y volvian a citarse los apellidos, ‘como si todo lo que ocurrfa fuese mis una cuesti6n de personas que tuna cuestién de pattidos». {Cémo podré el historiador sottear ef atolladero en que se aglta cl personaje de Carpentier, para no quedar aprisionado en el labe- 8 ESTADO Y SOCIEDAD EN AMER! into de la evolucién histériea contemporinea de América latina? eCémo lograré comprender —més alla de la intcincada marasa de acontecimientos de caricter edfan ilustrar, como hubiera sido nuestto deseo, amb Zemos procurado entonces recurris a un tiempo histér fe con nuestro anélisis, que tuviera una duracién temps la del acontecimiento pero no tan larga como la de iéa. Dicho de otro modo y més concresamente: entre un hecho como + deposicién del presidente Madero y una interpretacién como el srayecto de estado democrético existe un espacio temporal comine nente conocido con el nombre de " iT pomfa no europea. Consideramos europea Ja que directa © indirec- famente tiene que ver con la expottacién, en tante que fa no europes esté desprovista de todo vinculo, directo 0 indirecto, con Ja misma. Bjemplo de esta éltima podria ser la economia de los indios mapo- ches en Chile. : El desplazamiento de Ia frontera en beneficio del primer tipo de econatnia, hecho erendalimente nominal antes de 1850, se convierte en realidad a partir de esta fecha, ‘cuando asistimos a un notable in- Stemento. cel dren geogrica econémicamente productiva, ol cual feneralmente se logis eiminando a Iz poblacién india que no se icne a someterse ¥ reabsorbiendo en el latifundio les formas de Sclonizaclén ineerior sutgicas durante el perfodo precedente. “Bjezoplos.de.ocupacién de! territario, mediante el. etnocidlin. be Jos. poblasinnes india-son Ta llamada conguists del desieta.en, enting o.la consuista.de Ia Araucania.en Chile. La psimera habia serzsado ya antes d= 1850, durante el mandato de Tosas, y sigs fice cl paulatino ingjeso en el érea de economfa europea de th millones de hectéreas, gran parte de fas cuales acabaron en manos ptivadas, las de los ‘estancieros, mientras que solamente una décima parte fueron destinalas @ Ja creacién de Tas colonins agrfcolas «ie, segin 1a ideologia liberal de la época, habrian debido servir para poblar el pats con la inmigracién. Un fin semejante wave Ja zona sur Ne Chile ecupada por los indios mapuches. Como en Argentina, s© BL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO 2, realizaron una setie de campaias inilitates pata i i i pafas militares pata incoxporar el terri torio a fa economia europea y a fa economia de Intifundio, destindn- dol educin de igo. Tanto en Argentina como en Chile, la expansién de la economlal curopea se trad a expehsidn de la vieja orgenizacién produc-b iva agraria, es decir, de la estancia argentina y el fando chileno, va- tniee neconles latina, ee Tal fue of resultado obtendo mediante f i jendo mediante In progzesiva subosdina- cia de la colonizacién intetior al latifundio, Este fendmeno, pel cindemmente poco conocido, estt presente ‘en muchas zonas de Amé- rica lating. Lo observamos en toda su evidencia en México septe ttional, donde chocan dos froxteras econdmicas: Ja estadounidense, fueitemente expansive, y Ja mexicana, mucho mAs lenta, En la zona fronteriza bajo control politico de México se produjo una inmigra- cin proveninte de Mésio cent inicida ya ene siglo xv, ave tas ber osupao rs Tres dio oigen a formes de puch y rmediana propiedad, las cuales, en su mayorfa, pasaron més tarde @ depend ‘del latifundio. Co Un fendmeno de colonizacié de :colonizacién, apoyado por In oligarqula y utili zado para el eecimiento del nif, tuvo loge tambén en las reas que a partir de 1880 resultarfan afectadas por Ia inmigrecién europea. Se ha demostrado que en In regién brasilefa de Sao Paulo, i formacién y fa extensién del latifundio cafetero son antetiozes a I nmin europe y qu ll se debe al aprovecnmieno de a mano de obta esclava proveniente del nord: Ia expulsi6 dln ive opts eras de atone 9 ao comers ex de wersién en Se hia sostenido que el preeéso de inde i 5 c s spendencia provacd, pese a eens ee aera ere hacia regiones menos babitades 0 no ocupadas econstnicamente, con Jo que dichos desplazamientes proporcionaton al latifundio mano de obra y espacio que cultivar. El latifundio, a su vez, actus. como ele mento de contiol social y politico sobre el excedente demografico, regulando su insetcién 0 dejéndolo en posicién de ocupante precarib.* Las numetoses disposiciones concernientes a los vagabundos y perso. nas desprovisias del Tainado epasaporten, —documento expedido por el patrdn, que tas autoridades Tocales podian exigir, con derecho a enrolar en el ejército 0 en al latifundio a quienes carecieran de.él— cempiezan a perder fuerza durante el tiltimo tercio del siglo srx,;una 24 STADO Y SOCIEDAD EN AMERICA LATINA ‘ex consolidado el papel hegeménico del latifundio dentro de Ia pro- duccién. ‘La expansin.del latifundio, aun cuando primordialmente se interior y. la accidn jercida. sobre él of ef aumento de la cantidad de.mercancias. importadas. Se ha_afis. indo, por ejemplo, que el prosreso, de i dina del srtesanado, que hat ad -y_ descenuralizeciin caf of Ja-independencis, Dicho aserto se basa esencialmenteen que el Jeremento de las importaciones —inferior, insistimos, al de Jas ex- ‘ortaciones— se registra sobre todo en el sector textil, pero olvida uc los tejidos importados, dado el estancamiento de Ja capacidad ad- iuisitiva de Jos estratos populares, s6lo podfan adguitirlos la clase lominante y Jos miembros de ta burocracia estrechamente ligada a w poder, El ejemplo del artesanado nos muestra cémo un indicador de dole externa —en este caso Jas importaciones— puede dar lugar ‘errores de cierta importancia, Subrayamos de nuevo que para nin- yuna 2ona de Améries latina diaponemos de estnclios suficientes sobre fs produccién no exportada, pero es nuestra opinién que su volu- nen no debié de disiminuit En cuanto 2 los efector inducidos por Ta produceién destinada al nercado extetior, su alcance fue muy reducido, Ello no debe atribui a Ia difusién ¥ victoria del liberaismo en materia arancelatia y a 1 falta de proteccién bacia les industrias nacionales, A nuestro en- ender, los efectos positives que la expansi6n de Jas exportaciones sodia inducit en la sociedad quedaton frustrados por In fuerte con- EL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO 37 centeacién de Ia renta nactonal en pocas manos: cuanto més concen- trada esté la renta, menos se dejan sentir dichos efectos, ya que la mayor patte de lz poblacién no recibe beneficio alguno del incre: mento productivo y, por consiguiente, no aumentan sus ingresos nit su nivel de consumo, MERCADO INTERNACIONAL ¥ MERCADO NACIONAL En los apaitados que preceden hemos dicho que hey que relacio rat los progresos en la produceién con Ja expansién del latifundio, de Ja minerfa y de Ja demanda internacional, la proveniente de a Europa atlintica sobre todo. ‘A este respecto, lo que diferencia el perfodo 1850-1880 del si- guiente es que, en el primero, el aumento de las exportaciones no ‘va acompafiado por un aumento de las itmpoztaciones comparable, Gricias « ello, Jas balanzas comerciales Iatinoamericanas de estos fos atrojan saldos activos, y las economfas de los distintos, pafses se hallan en condiciones de avtofinanciar un proceso de modemniza- ign de los sectores econdimicos que aseguran el aumento constante de los ingtesos monetatios de las oligarqu‘as. Pero si adoptamos la perspective de In balanza comercial cotze- tros el riesgo de no vet que los efectos provocados por el incremento de las exportaciones tuvieron un alcance Timitado, como hemos mosttado en el apartado anterior. Dicho punto —que nuestro entender constituye ef centro de fa cuestién-— debe ser analizado en un contexto mis vasto, sin per- det de vista las caracterfsticas de los metcados nacional e internacio- ral que regulan la eccién innovadora del empresario. Coando adviene la expansién productiva, ef mercado nacional to- davia no existe en América latina, por lo que Ja teaccién de les di- wersas regiones exportadoras no cs la misma: por ejemplo, el aumen- to de la demanda de lana, que concierne a las economifas argentina y rnroguaya, acaba afectando slo @ unas cuentas vegiones y no al en: eto territotio de los dos paises. ‘La inexistencla de mercados nacioneles queda probada por la total autonomfa con que los precios de un mismo producto sufren Warlaciones en los distintos estadios del proceso mereantil. El caso el cabse chileno, cuyo precio evoluciona de un, modo en la zona ESTADO ¥ SOGIEDAD EN AMERICA LATINA nodyecién —la regién centro-norts del pais— y de otro en Ja ‘de exportacién —el puerto de Valparaiso, en el centto de ‘e—constituye un ejemplo entze ottos muchos. La misma dispa- de precios entre las zonas de producciéa y de exportacién se Je observar en el caso del caucho brasilefio, ¢ incluso en el de lata, pese a tratarse de un metal precioso relntivamente facil de sportar. Esta inexistencia de verdaderos srercados nacionales puede ayu- tos a comprender —desde el punto de vista de la circulactéa de “seancias— por qué fue tan lenta Ta substitucién del antiguo estra- mercantil colonial. La disminucién del niimero de empresas co- cciales inglesas en Buenos Aires, Santos, Rio de Janeiro y San- fo de Chile entre 1820 y 1850 nes informa de Ia Jenta constitu. t de una nueva clase mercantil. Sin embargo, no parece que el incamiento de las firmas inglesas fevoreciera el desarrollo de una ¢ mercantil nacional, pese a que durante Ja primera mitad del ‘9 xix el comercio interior estuv> resetvado, en casi todos los ses, a las firmas nacionales. #* “Hacia 1850, en las operaciones intetiores avin predominaba la sta del comerciante independiente, que en ocasiones actuaba como rreseptante de una gran empresa mercantil y tendia a compaginar comercio con Ja usura y otras actividades econémicas. La afieja tra del eaviadors o chabilitador», que antiipaba mercancias: a abio de la devolucién de otras mercancias en un futuro, segufa stiendo, pero estaba a punto de suftir —como habla ocurtido ila del hacendado— una renovacién, que no cambiaria sin em- spo Ja esencia de su actividad. ‘Poco sabemos adn teferente a la evolucién del viejo tipo de nerciante local, sobte los winculos que le unfan a los nuevos cir itos mercantiles y a las nuevas sociedades de comercio que surgen partir de 1850 en los puertos exportadores. Lo que sf podemos cit es que, gracias a que a expansidn productiva no acartea una insformacién substancial en las antiguas técnicas de produccién y { . insporte, Togré insertarse en Los nuevos circuitos mercantiles ex- atando su sélido conocimiento del rea local. En los metcados, tanto a escala local como escala regional, en- | ntramos el mismo fendmeno que habfomos sefislado al tratar de pproduecién: la petsistencia de visjas estructuras y formas de orga aacién. Pero lo més significative es que sin el apoyo de las mismas EL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO 39 no. habria sido posible establecer Ia adecuadaconexién entre derian- da internacional y producciones locales y regionales. Como: ya hemos tenido ocasién de apuntar en el apartado dedicado a los recursos productivos, gtacias'a la figura del comerciaate usureto se inicia 1a reactivacién econdmica, sobre todo en las fteas mineras; ello cons- tituye una prueba suplementaria de la inexistencia de serios proble- mas de financiaciSn, en términos paramente monetetios, para que 1a produceién srranque de nuevo. Hacia 1880 se asiste a la progresiva supetacién del viejo tipo de cometciante, especialmente en las reas mis afectadas ‘por el incte- mento de las expottaciones. A medida que el ferrocasril penetra en el interior de cada pais, van apateciendo en las zonas rutales y mi- rneras los representantes de Jas. grandes compatifas mercantiles con sede en el puerto exportador o en Ja capital, y en fos centros urbanos cempiezan a abrir sucursales los bancos cuyas sedes centrales se ballan en el puerto exportador, 0 en Londres, Berlin o Pacis. Esta muta- cién, en mayor medida que ninguna, nos descubre qué es lo que realmente ha cambiado entre 1850 y 1880 a consecuencia del nexo que de un modo gradual une a la oligarquia y el capital inglés -he- ciéndolos complementarios el uno de la otm. ‘La desaparicién del comercianteusurero —o, pot fo- menos, el papel més modesto-que desempefia en adelante—- obedece a que constituye una figura de dimensiones locales, ineapaz de asumit una talla tegional y nacional. Los motivos de esta incapacidad se deben a Ia relaciGn personalizada que esteblece con el mercado y que fu ciona en tanto se puede imponer una reladén asimética y cosctiva entre ptoductor y comerciante. La forma de trato que en el interior de la hacienda rige Jos contactos entte el patrén y los sirviertes en- cuentta st patalelismo comercial en el que se establece entre el co- merciante local y el pequefio productor 0 el campesino. Y precisa. mente porque Is efectivided del comerciarteusurero se basa en sit poder de coaccién personal, su radio de accién no podia ser muy extenso. Durante el perfodo mencionado, 1a vieja forma mercantil bus- card su supecvivencia en las dreas de colorizacién: e} almacenero at- gentino y el despachente loraslefio descritos por los intnigrados no son sino sts prolongaciones en un contexte econdmico caractetiza- do por Ja escasa acumulacién de capital. Sin embargo, Ia relacién asiméttica entre comerciante y productot que en estas Areas cinienta “0 ESTADO ¥ SOCIEDAD EN AMERICA LATINA tun intercambio desigual es un hecho limitado, la colonizacién progresa, el comerciantexusurero La desapaticién del comerciante-usurezo, 0 gresivo apartamiento de los principales cizcuit plica por ta gradual penetracién de los represe compafias en Ios deeas productivas, Al parecer, catla en el proceso de concentracidn de los tecu como hemos visto, distingue a este perfodo En efecto, de 1850 a 1880 la expansidn de las gtances unidades roductivas agricolas y mineras hace que la expoctacién depend! vez més de cllas, mientras que las pequefies o comunitatias ti 4 set marginades, La rapidez del indice de crecimiento de les taciones no hace sino estimuler dicha expansién. La produccié comercializacién, hasta entonces estrechamente conttoladas pot cendado 0 por Ja gran empresa minera, acaban formando dos pos bien diferenciados. La clase productota no se halla ya en condi, siones, coma antes, de aprovecharse de Ja coyuntura; ésta, que de. pende chora de las fluctuaciones mis © menos acusadas del mercado internacional, exige el dominio de una téeniea mercantil, la dispost, cign de una infreestructura de almacenes y Is capacidad de operar al mismo tiempo en distintos meicados nacionales e internacidnsles, La Sepatacidn entre astivided productive y. actividad. comercial, favore- isla por Ja cuesieate.tsrslsicia de Ja clase productora al, abscntisms, S.xgeneralizé durante ste perfado, Ast quedaron crealas las condiciones previas para el répido avance de la via fétrea, que tendrd luger a pactir de 1880, Por lo dems, la te sliminaré —selvo en las ‘expottaciones— log_mecat en los tratos a yt que a medida que tiende'a desaparecer, mejor dicho, sa pro. fos metcantiles, se ex: ntantes de las grandes Ja causa hay que bus- us0s productivos que, la cada enden expor- ny da el ha cam: Gn entre las clases productota y mercantil wonas poco aféctadas’ por el “auge’ de “las nismos -residuales de intercambio desigual seals, pero no ea las operaciones efectuedas pot agentes. 0 le impottaticia menor. os efectos de ja estrecha refitiGn entre grandes productores srandes, comersiantes fueron, cansiderables, Obie 586" ch lo que ‘efiere a la comexcializacién de la pequetia.producsién. Sala los gran) ces propietar ficiaron cou el progreso de las exportaciones; los_pequefios_quedaron_ practica @ al “mated ‘de sus ventajas. El proceso de esta progresiva marginadda, que prose caré durante el perfodo postetior, Ik situacidn precedente. id y se amplif tevela una auténtica muptura con EL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGAnQuTCO 4A Ea.el pasado, el ineremento de Je dem mmayorpresiéa.qua.cl somercianteusarero, ciercla, por, medias, ¢ tivos, sobre el pequefio productor. Como consecuencia de ello, ‘ef gian productor, como el pequefio. quedaban. implicados en la ex- pansin, st bien los incentivos no eran los mismos. Esta vez, en cambio, la expansi6n, prodactiva, de ptandes compafas mercantiles que actuab: ndmica distinta a la def comercianteusure sastitayero mulos para los grandes, productotes, dejando en manos de aquél Ja produeci6n de ioterés local y regional. El gran comerciante se desen tiendle de los productos que no tienen valor para la exportacién y que no dan lugar 2 fa importacién de otzos. equetiog x bor I a unos ¥y otras, de a Yoon mae el Tatifundig_ que. eran. hasta_entonces, asan a convertirse en elementos marginales. La expropiacién de las ticeras de las comunidades indias, sumamente tfpida_a_partir-de-los.. afios 1870-1880, es consecuencia, has 10, de gue suuti- | lided en Ia_estmuctura productiva, al igual que la deta pequeia ‘pro: jeded, ya po es la misma, : 4 hol poee omtlen copes Vania ia a slizecigp,_vcste fenémeno,_odemis_de_estimulat_la_ expan. del latifundio, crea las. premises para que el_pesusiiopropicts._. vio, y_elindio,de comunidad piesdan_progsesivamente. el. conttal. de sus medios de sduccién. De este modo quedan asentadas las bases de su futura proletsrizacién, : Queremos hacer resaltar ane este tina de execimicnto cconsmico, aparentemente basado a cxpasion de las exportaciones_se_pto- one, en la prletiea, descineadenat un proceso” qu rianlanlente padia deh soso ete See A lon Aig Te Fanciga de-centso de Ta-vida scaptinicé. Solo ast, es posible \/comprendes. pot. qué. sl_aumento de las. exportaciones_s6. fra ie. en tun gumento de los. inge Toe propieticios mientras { que pata los pequchosproductoes Fas covinicedes indy sight \ fics el punto-de partida de on large proceso, de. pauperizacién. Al iniciar este apartado nos interrogébamos acerca de las modi- ficaciones habidas durante este perfodo por lo que respecta a los sdiantc el _des- YZ ESTADO Y SOCIEDAD EN AMERICA LATINA reados nacionales, que todavia no existian como tales hacia 1850. semos que Jo expuesto hasta aqui muestra con bastante claridad ¢en.1880,.el. mercado nacional aiia no se ha formado.en ningdn_ +s latingamericano. En—ningund eeandinia.se observa un proceso jopslene los recursps roductivns le. earactetfstica de ‘Glas como las otras, Lo que sucede, en cambio, ¢ que sdlo se avierten en mercancias los bienes susceptibles de set expottados, cuales, como antafioy son los tinisos —-o casi— que poseen un 3 valor de intercambio eos tt peseaia de fomas de mercado gue-toman-en- ideraciSa, ‘esencialimente, Jos bienes producidos para la, esnotta- =rea decir; pata’él mercado internacional s facio- roductivos. E: i — a situaclén, si Bien nos permite formular la hipé. precios, nos impide_habl: fo unificado, pese a las posibles disparidedes en _de Ja existencia de-un-auténtica_met- Jo.nacional, ya que solamente s¢_tie sent. los_prodk xeptibles de set. exportados_y Tos. productos. importads. Ta hipétesis que cons eva, insercién de, las cconom(as.latinogmericanas en. la, economfa ernacional_no_ desencadend, durante el, perfodo 1850-1880, un pro- spietatia de las grandes unidades productivas. a Ae eae des meee ld HITAL INGLES, ESTADO E INNOVACIONES ECONOMICAS ‘Hemos afirmado més arriba que durante, este petfode. las. expor- | jones latinoamerican 12.4 eumscutaL con sneyor rapide que | “mportaciones. Un ejemplo bastante significativo lo ofrece Colom- i donde las exportaciones pasan de 1,60 délares estadounidenses t habitante en el quinquenio 1850-1854 a 8,40 délares en 1875- 79, mientras que las importaciones pasan, en el mismo lapso tem- tal, de 1,60 a 8 délares. Cualquiera que sea el métode adoptado, se evaldan las balanzas comerciales de los pafses latinoamericanos wrante esias tues décadas, la conclusién a que se Hlega siempte es Ia que atrojan saldos.nositivasB>" yg, | uye nuestra conclusién es la de que zt / BL ARRANQUE DEL PROYECTO OL:GKRQUICO 6 Si para dat una idea de conjanto de este fendmeno tomamos la tbalanza comercial entre Amética latina en su conjunto y Gran Bre- tala, podemos observar que el saldo positive favorable @ Ia primera tiende a disininuir (4,5 millones de libras esterlinas en 1850; 2 mic flones en 1880) pese a que a Io largo de estos treinta afios de esfuer- zo productive haya habido un notable incremento de fas exporta- ciones (de 11 millones de libras esterlinas anuales en 1850°= 25 mk Hones en 1880). No hay que ver en este progresive detetioro de las balanzas co- metcieles el comienzo de Ja tendencia al detetioro de la relacién de intercambio, visible en el perfodo siguiente. A partic de 1860; pero sobre todo en los afics 'setenta, se registra un incremento de las importaciones de maquinaria —entre las cuales, obviamente, los fe trocartiles representan la parte més considemble—, inctemento que provoce, por un lado, la reduccidn de los activos en Ins balanzas co- mercisles, y por el otro, uns neta disminucién de las importaciones de textiles y quincalla, ‘Un ejemplo de este fenémeno Jo proporciona el comercio exte- tor del Perti con Gran Bretafa. Las impo:taciones de textiles in- gleses se eleyan durente la década posterior a 1860 4 un millér de Tibras esterlinas anuales, y representan aptcximadamente el 80 por 100 de las impottaciones totales. Entre 1860 y 1880 podemos ob- servat emo las importaciones de textiles pasen del 80 al 60 por 100 de las importaciones totales y emo disminuye incluso su valor sbso- Ito, mientras que las importaciones de mequinatia progresan desde 1 15 hasta el 25 por 100 del total y aumentan también en términos de valor absoluto. De este modo, en las balanzas comerciales del perfode, 1850-1880 cencontramos dos elementos que representan..respectivamente,-la.con-.. tinuidad, y Ia novedad dentro de..la, evolucién econémica: Jos tex: tiles y la maquinatia, slo. somne._si1los.siempos_colapiales,el ilo, importado,..pere..tampoco_ahor ér 6 rancamiento significa que. los.textiles, impoctados.no conquistan una clicntela suficiente y_ que la artesanfa local logra.cecupetat_ta parte \de mercado perdid: ESTADO ¥ SOGIEDAD EN AMERICA LATINA specta alla maguinarial. el, tema ofrece mayor com- i '850_y_1880 les economias latinoamericanas disp. ‘nen de importantes recursos. econdmicos,/f.sin.duda,es esta situack Ta que da tono optimista a Jos escritos econdmicos y politi jsta a los escritos econémic fticos de esta época. a Estos recursos crecientes se deben tanto a que el volumen de mercancias exportadas aumenta’commo a que la telacién de inter. cambio evoluciona favorablemenite para América latina. Dicha evo. Tueién"ylas balanzas comerciales positivas constituyen los motivos cspemente latinoamerieanos de 1a penetracién del capital inglés sale zon No_pretendemos negar, sin embargo, sl papel de sume impor- tancia que hay que airbag quads dedeeiolls comemlle: o dicho’ dS“ deattoll conseguid, en di hits sonal ila. poe. conuntde Ja economia internacional, Lo que afirmamos es que si la penetracién, del capital inglés fue tan répida, ello se debié en parte a que ya habia —en algunas areas ids que en otras— capitales ias, a los_saldos fayorables de las balanzas comer. aio, las inversiones. 4, junto con las inno- ». facilitor la expansién de las expor- ricanas. Ello significa’ que, si bien al_ principio imputable.al capital, inglés —cuya Iegada es causa, de la expansién—, éste desempefia a partir 8 ién de apoyo sumamente importante desde el punto de vista cpalitativo. Fn efecto, la penetracién del capital inglés estd_estrechemente zelacionadacon_la_aparicidn,cn..América.latina, ft I, Jos barcos de vapor, el teléerafo, cl. teléfone,.tos ban- s, la compafifas de seouroa, las nusvastécnicas mescantiles, Estas innovaciones son concretamente indicadas en los cdmputos realizados sobre el capital inglés acumulado en Amética latina Ja primera, fase (1850-1870) dela nueya insercién de fas nomias Jatinoamericanas.en.el metcado internacional, no se puede decir, pues, que cl capital inglés tuviera un papel ditecto y tan im Pertantecoma sl que. tendria.despuds de 1880. Si examinamos Jos cémputos sobre las inversiones inglesas acu. muladas en América latina, vemos que pasan de 30,9 millones de libras esterlinas en 1840 2 80,9 millones en 1865. El aumento rece, a primera vista, considerable, pero si dejamos de Jado los prés BL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO 4% tamos a los gobiernos y consideramos exclusivamente las invetsiones en ferrocartiles, servicios y bancos, las cifras se reducen a 7,5 millo- nes en 1840 y 19,1 millones en 1865. En conjunto, y habida cuente que se trata de inversiones acumuladas, no es un aumento que pode nos calificar de importante para un periodo de veinticinco aifos. Basta shadic que 19,1 millones de libras estevlinas representan, en 1865, tun valor inferior al de las mercancias latineamericanas exportadas hacia Inglaterra durante este perfodo para Hegar a la conclusién que apuntdbamos més arriba:_en el momento. de la renctivactén produce tiva, el capital inglés ejercla une influencia que sin_vacilar. callicamos de_marginal. Pero el haber masttado que el capital inglés no. constiruye elemento decisiyo en Ja reactivacién productiva posterior a. 185 cquivale 2 afitmag,lo_jnismo de To economia inglesa. Fsta, a través de su propia demanda interior —aumentada por la que generaba fa actividad reexportadora—, se hallaba en condiciones de regular indi- reciamente la reactivacién de las exportaciones latinoameticanas que se produjo a partir de 1850. En este sentido, la economia inglesa conservé, con todas sus caracteristicas, el papel de primera impor- tancia que haba ido adquitiendo desde 1820. Los céloulos realizados acerca.dsl_ capital inglés acumuladecntre 1865.9. 1875 mucstran. que, pasd.ce. 80,9..nillones te. libras.esterlinas en. 1g_ primera fecha.a..124,6-millonesencla-segunda;: expansién de las. inversiones comienza pues a aceleratse,y. pero sélo después de 1880— a un muy eleva rmiento. Si de nuevo sustraemos de los totales los importes corres. pondientes a los préstamos a fos diversos gobiernos, hallamos que las cifras del capital dizectamente invertido en los sectotes de servi: cioe, comercio y finanass ascienden a 19,1 millones de libras ester Tinas en 1865 y 43,5 millones en 1875; el incremento es més r& pido que en la etapa 1840-1865, pero atin no basta para condicionar la evolucién de Ia produccién. Un_método para verifcar ef peso del capital inglés. onl decade tne de os pales Ge Arete como referencia Ta is im que aparid: ef Tertocarrl. Ea Argentina, sequ el pe THis Hide Tue el desarclo tanto, del, capita. ingle coma del red. ferroviaria, éta_superaba. apenas el millar .de,bilémetros. (exacta- mente 1384) en fecha tan tardla como, 1875, y_no_transportaba-en i ESTADO ¥ SOCIEDAD EN AMERICA LATINA dol afio. més qne unas 600,000 toneladas de mercancias. Un tmplo atin més preciso lo proporcionan las informaciones referidas tna de las més importantes Lineas ferroviatias argentinas, el Ferro- nil Sur, que‘en 1866 conseguia transportar solamente el 21 por 10 de Ia lana que, procedente del Sur, legaba al mercado Constitu- én de Buenos Aires. En México, donde la via fé:rea apatece més rdiamente, el_mimero “de, ldlémetros ‘construidos hasta 1875 es ferior al. millar 362), y en 1877 tado inde costoso que por carro. Los ejemplos podslan multiplicarse, La situacién es, hacia 1870, ailar en. casi. todos. los_palges. letinoameticanos: pocos kilémetros fa fécrea y transporte caro. El resultado es que, sélo las, metcan- 5 més valiosas viajan en ferrocartil, mientras que. las. destinadas “fiefeado intetior —mis pobre— son enviadas, en sa mayoria, por cpol6gica, y por ende, el capital. inglés que la ‘gind, conttibuyé a reforzay, el Iatifundio, como, elemento central ‘Ta economia de exportacién. En cambio, se convieié en factor-de apobrecimniento y_masginaciéa para ae cnte se hallaba en condiciones de hacer, f 4 transporte. quien podia enviar rane’ can consecuencia final fue que la szongmia, campesina no latifundista jed8_onentads, cada vez. mds, hacia el mercado interior. De cuanto hemos dicho se desprende que el capital inglés, ele- cato no fundamental. del, desatsollo, econémico al principio, ad- tiere una relevancia cada vez mayor: a partir de 1870, Ia comer- alizacin ¥_los. servicios, que en proposcién creciente dependen del pital inglés, comfenzan a apuncalar activamente la expansién de s.exportaciones, acelecando..asl_las_transformacionesaue_se. pro Ta rapide cou que se inflire ef capital inglés Inve indispensable 1 andlisis que evidencie los elementos que Ia favorecieron. No cbemos olvidar que ya hacia 1825 habia intentado penetrat en las nomfas Jatinoamericanas, pero dicha empresa se habia revelado sinosa en aquel entonees. Hay gue considerar, en primer lugar, que rsado 1850 el capital inglés levaba consigo las importantes nove- ades téenicas arriba mencionadas —lo que no era el caso en los ios veinte—, y I clase propietatia que controlaba fa cuasi tota- dad de Jos recursos productivos percibia dicbas innovaciones como EL ARRANQUE DEL PROYECTO: OLIGARQUICU an un factor de tefuerzo y no de debilitam‘ento; pata la méntalidad de Ia clase dominante, las innovaciones éenicas teptesenteban un incentivo favorable al proceso de expansién del latifundio y dev tas unidades productivas mineras Puede. parecer,un.contrasentido que 13 factor.nuevo, la técnicd, se asocie con un factor del pasado, el, latifundio, y_lo_ fortal Pero_nosxisis tal contradiccion, preste ares)latifundio —al menos fen este perfodo y hasta comienzos del siglo xx— no_¢s ext realidad ‘un factor del pesado, sino un modo de otgenizar Ja produecin.que toma ch cuenta les posibilide BY oe 01 log recursos naturales y las disponibilidaces humanas, El lat no, constituye .un. atcafsmo econdmico,..y- elk la" explica .por..qu Innovaciones econémmicas, de, esta, época nolo, destruyen. Fucron los mismes_latifundistas_ quienes favorecieron las innovaciones_aporta- ital inglés, sirvigndose del estadg, coma. element para gl pincero. "AL analizar Ia. etapa 1850-1880, asf como las siguientes, los toriadores, no hen dado, suficiente. impertancia —en nuestra opi nign— al hecho de que no fue.sélo el capital inglés.el que:quiso difundir las innovaciones, sino que éstas fueron activamente, solic tadas por Ja clase dominante, dispuesta incluso a acer, que’el, estado asumiera una parte considerable de las cargas financieres. El andlisis de_los_pxéstamos_obtenidos_por_diversos estacas.Jatinodmericanos coffienian nuestras aserciones;_[a expansi6a de las inversiones inglesas en este petiodo se debe principalmente al incremento de los mismos. Su importe asciende a 23,6 millones de libras esterlines en 1840, ¥ esta cifta comprende no sélo los préstamos concedidos. anterior mente, sino también los intereses no pagados por los gobietnos deus dores durante los aflos 1825-1840. ‘A pactit de Jos, ais cincwenta, casi todos los gobiernos, latino americanos deciden reconocer la deuda exterior de sus. rcapectivos paises y negociar su consolidacién con el sindicato de acreedores, para poder recurrir de nuevo al mercado. monetatio en. busca .de mds préstamos, Algunos historiadores han demostrado que a lo largo de este periodo, y paralclainente a la consolidicién de 1a deuda exterior, tiene lugar la reconversién de la deuda interior en exterior, opers- cidn de la que secaton un moderado provecho Jos poseedores:ingle- ses de titulos de Ja deuda exterior y un provecho enorme las oligat- 8 ESTADO ¥ SOCIEDAD EN AMERICA LATINA lies nacionales, que habian Hegado a controlar casi por completo \ dead pblice acumnlada tras las guetta. de independencie, El 2conosimiento, por parte del. estado.de. todos los situlos de Ia deada siblica interior signifi transferie @ fa oligarqufa un notable por- zntaje de los erecidos, recursos que a partir de 1850 entraron en 'svarcas pablicas gracias a los atanceles que gravaban el comercio «etior en_ expansién Por este. medio. indirectg,_l ing.a.Granciar ata clase dk wolidacion, de Js. deuda, ie,.con el fin de” que se hallara z inickida’ Ia" peneiracién del wwital inglés y_Ja incosnoracign sis Ja nyeya. feenologla. No’ nos pa- ‘c¢ casual que el retorno a Ja financiacién exterior por parte de los 2biemnos Iatinotmericanos se produzca dos decenlos antes de Ia sssiva introduccién de nuevas teenclogles, Poco sab 30,_ Sobre la cxtetior, salvo que ifende &-aumentar com mayor rapide que las expor- ion 1880, el endeudamiento de los gobieznos latinoame- sao, sin ser excesivo, alcanza valores supetiores a los de las in- atslones directes. Dicho de otro modo, para atraet una libra ester. ta, los estados latincamericanos tuvieron que gastar al mencs el able mediante Ja financiacién exterior —los préstaamos obtenidos el mercado monetario de Londres— y la concesién de subsidios idirectos a Jas oligarqufas, que fue Ia reconversién de la deuda inte En este perfodo, y aun més taide, se observa que el aumento de deude exterior provoca Ja disminucién de Ja interior. Debido a 1b; las economfes nacivinales sienten el endeudamiento del estado través de los envios al extranjero para la amottizacién y pago de wtereses de los préstumos, Asf se evitaba gravar a la clase domi. ante, nica que disponia de capital acumulado, En cltima instancia, 9 fue el grupo social en posesién de los factores productivos el ue sufragé el proceso pare atraer las inversiones inglesas, este peso scay6 en todos Ios demés grupos, puesto que el estado pagaba los stereses de Ja deuda exterior mediante el aumento de los aranceles sbre los articulos exportadas ¢ importados, Si la devda pablica cambié su financiacién interior por la Snaa- acign exterior, ello no fue debido, como tantas veces se ha afirma- >, @ que las economias latinoamericanas catecieran de recursos ni que la deuda exterior y'las inversiones diectas aportaran el com- EL ARRANQUE DEL PROYECTO O1IGAnquICO 49 plemento de capital indispensable para hacer posible el esfuerzo productive, Le verdadera razén fue que se opté pot una politica ‘econdmica determinada, conscientemente puesta en préctica por las clases dominantes. : La financiacién interior y exterior de las innovaciones téenicas, ‘que reforzaban le primacia del latifundio y de las grandes unidades productivas en el Seno de la economfa de exportacién, constivula un expediente necesario: 1a progresiva reduccién de los impuestos que grivaban directamente Ia produccién —teduccién levada a cabo por Js oligarquia en el poder— habia dejado como tinica fuente de re cursos para el estado fos atancelesadoanere, ayo Spree olteca, ni a lo largo de un mismo afio ni de un aiio a otto, Ta regu- Teidad por Ia gue en cambio se caacterzaba el gaato péblio. Le financiacién exterior servia de mecanismo para compensa este des- eauilibri. : Todo cuanto hemos expuesto revela con bastante claridad que, en el perfaa trataslo, Ia financiaciGn exterior, el control del estado y las innovaciones, sfenfcas, son los autevos, mecanismos que cont buyen_a_reforzar. los, mecanismos internos —activos ya desde antes de 1850— para asegurat.tina_continuidad_gl_proceso_de_ineremento de Ja produccién.de, articulos,destinados_a la exportacién, segin se- quetfa'le economia internacional de la época y_ patticalarmente, Grain Bretafia, su pieza central, : FOLARIZACIGN SOCIAL La imagen del perfodo 1850-1880 que se desprende de Jos spar tados precedentes es la de una economfa en la que el predominio de los cleientos tadicionales impidié que el esfuerzo productive se tradujera en la aparicién de un orden distinto. : La acciéa de los elementos tradicionales que acompafian todo dl crecimiento econémico de estos afios se refleja también en Ie or- denacidn social, en el sentido de que ésta, en el sltimo tercio del Sgla x0, no presentaba Giferencassustanciales on seapcto a 1850. Lo cual significa que los frutos del enorme csfuerzo produetivo estos tteinta afios acabaron, en su mayor parte, eit manos de Ia clase dominante, la oligargufa ‘Tal ofirinacién contzasta ridicalmente con Jas. interpretaciones ESTADO ¥ SOCIEDAD BN AMERICA LATINA ‘otros estudios, que sitéan el inicio de la modernizacién social ex afios sesenta. Estas tesis mantienen, en substancia, que la expan a productiva, que favorecié preferentemente a Jas economias de vettiente atléntica de América latina, puso en marcha wn proceso tigtatorio quecon su impacto en la estructura social empulé.-a sociedad hacia su_modernizacion. Pero ésta interpretacién no toma debidamente en cuenta una | ie de elementos que intentaremos exponer a continvacién con el | ypésito de deseribir « grandes msgos la estructura social de este tlodo. Hacia 1850, la poblacién de_mética lating puede estimarse en inta millones de habitantes, yen caatenta millones treinta afios is tarde, ogc, al inal se que 2 aba wducido, en la pri és fundamentalmente. del incdiferene tee pitalidad’y ioftlidad, El régimen demo que sirve de base a la ordenacidn social del periodo 1850-1880 cha suftido pues variaciones substanciales con respecto @ Ja situa jn precedente. ‘Algunos ejemplos precisos ilustrarin el estado de Ja demogratia tinoamericana y sus caracterfsticas. ‘Al examinar el indice de crecimiento de la poblacién en el estado asilefio de So Paulo osrprende observar Smo entre 1772 y 1872 iria apenas, manteniéndose cons:antemente entre el 2 y el 2,6 por 10 anual, pese a que en téeminos absolutos el némero de habitantes multiplica por ocho, pasando de 100.537 en 1772 a 837.354 1 1872 El caso de Sdo Paulo pose, en nuestra opinién, un gran valor dicativo, porque no sélo es el indice de crecimiento demogeéfico que presenta una sélida continuidad en sus valores durante un glo, sino también los indices ce mortalidad, natalidad y -nupciali- id. Los tinicos elementos disccntinuos en esta denogtalia son ef idice de ifegitimidad de los recién nacidos, que aumenta. notable- vente, y-el fenémena de la“fomigcicién. sta es casi inexistente asta 1875 y supone més de mil nuevos habitantes por afio entre 875 y 1885. Sélo a partir de esta sltima fecha la inmigracién arro- ué cifras de 100.000 nuevos habitantes por afio o més. El caso del estado de Séo Paulo puede parecer poco represen ativo, ya que permite argumeniar que sin la abolicién de fa escl situd"ne podia haber aumento de la inmigracién. Asf pues, por pru- BL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO SY dencia, ditigitemos la mirada hacia éreas donde Ja esclavitud habla desaparecido ya antes de que empezace la inmigracién. Bar En Argentina, el indice de crecimiento demogrifico entre-el dl- timo tercio del siglo xvut y el afio 1857 se caracteriza también por su gran estabilidad, oscilando entre el 2 y el 2,7 por 100 anual como valores extremos; la poblacién total pasa de 200.000 habitantes a 1.300.000. De 1857 a 1869 el indice aumenta hasta un 3,4 por 100 anual, Jo que cleva el niimero de habitantes a 1.800.000: censo. de 1869 sefiala que el 12,1 por 100 de lz poblacién. total argentina es de origen extranjero Pero es sobre todo 2 partir de 1880 cuando se produce el fenémeno de la inmigraciéa masiva; el saldo migratorio de Argentina saltaré entonces de las 10.0C0-20.000 unidades anuales del perfodo 1870-1880 a las 60.000-90.000 del perfodo 1880-1890, Ahora bien, si exceptuamos los Argentina y Uruguay slonde la inmigiacign sitvis.para_paliarta cazenda de mana de obra, es un aspecto de un fenémeno mucho mfs vasto: la marginackin de la, sociedad indis con miras a favorecer Te ptimacia. del latifundio. a persistencia de los elementos sociales tradicionales por une parte y Ia falta de sélidos factores de modemnizacién social por otra se hacen evidentes también en las relaciones entre campo ciudad. Quien piense que el desarrollo urbano tiene un valor de modernizacién social en sf mismo debera admitir, tas observat el de Jas capitales latinoamericanss entre 1800 y 1875, que no se prodvje tal modetnizacién en este caso/Resulta sorprendente comprobar que el ritmo de crecimiento de casi todas las capitales y los principales puettos antes de 1850 differe poco det que experimentan entre 1830 yy 1880. Slo después de 1880 dicho crecimiento se efectia con unk ‘ren rapidese Entre Tas etidades que con mayor Jentitud ven stimentat su nif mero de habitantes se cuentan las ex-capitales de los vitretnatos Lima (64,000 en 1812; 100.000 en 1876) y Ciuded de México 180.000 en 1810; 230.000 en 1877). También es poco considers | Ble el incremento demogréfico urbeno-en los pafses del Caribe: ls ESTADO ¥ SOCTEDAD BM AMERICA LATINA blacién de Caracas aumenta apenas (42,000 habitantes en 1810; ‘000 en 1873), y otto tanto se prede decir de Bogoté (40.000 he antes en 1825; 41.000 en 1870). Algo distintos son los casos de asil, Cuba y Chile, paises en fos que el estancamiento econdmico terior a 1850 no fue tan acentualo como en otros; el incremento tnoztélico de su poblecidn, importante a partir de 1850, no es sino prolongacién de una tendencia que ya existia: Rio de Janeiro, con 3,000 habitantes en 1819, alcanza Jos 186,000 en 1854 y los 17,000 en 1872, evolucién andloge @ Ja que siguen La Habana, San- go de Chile y Valparatso. ‘De los citados ejemplos differe Suenos Aires, que pasa de 38.000 ditantes en 1800 a 91.000 en 1857, y que a continuacién dobla deticamente esta cifra en poco mis de un decenio, con los 178.000 tbitantes en 1869. De nuevo es Argentina cl pals que se desvia de norma, como anticipando una tendencia que a partir de 1880 serd amin a Jos demés palses Jatinoameticanos. "Por Jo que respecta al alcance del referido crecimiento, hay que scit que siempre estd exclusivamente limitado a fa capital y all prin- pal puerto exportador, sin afecar a Ja totslidad de las chudades. Jastante superiorided numérioa de la poblacin roral es adn en te periodo, también éit el siguiente, el dato fund: ‘Fendmeno, pues, que afecta a pocas ciudades, el crecimiento _uwr ano se explica, ante todo, por-ta expansiin del. comercia extetior y. [ consigaiente desairolla de Ja ted. de-secvicios. morcantiles, ban- atios y aseguradores, asf comg de la. burocracia.estatal. El euadto ne oftecen Jas: descripsia sapitales latinoamericanas de esta poca dista dle ser ldflico:/elevado indice” de iortalidad, frccnsnific tas epidemias de. tifus, vituela, difteria_y_otras enfermedades Lcomienzos del siglo xx, las epidemias de virucla todavia seguiria ‘ustigando a menudo fa ciudad de Buenos Aires. En La Habana, el lera, Ia fichre amarifla, la vitnela y el tifus aumentan sensiblemente indice de mortalidad de ciertos affos. En 1880, alrededor-de-50-000 yanaetenses —un 18. por. 100 de la -poblaciéncindadane~—seside | We & | AsPECTOS DE UNA CONTINUIDAD: LA GESTION DEL PODER PoLfrtco | | Una de las interpretaciones dadas at perfodo de vacfo politico ¢ institucional comptendido entre los afos 1825 y 1850, conocide con el nombre de caudillismo, es fa del retorno al orden colonial. En i este sentido, Jos fermentos innovadores que surpieron de Ja. mo | sin pole eT process plea Fel proceso de Independencia acabaron. siendo repri | “Tos, para dejar paso a un orden politico. ¢ institucions Fido al que precedio a la independencia, Estos fenémenos de represi6n HERE: har fiezicnies —y no sélo en el pasado de América lath | na —, muestran que Io que se consideraba viejo y superado, casi un residuo histérico, puede reaparecer, impidiendo que las nuevas ten- | dencias fleguen a consolidarse o, por fo menos, adulteréndolas. En los afios posteriores a 1850, el orden tradicional todavia da | muestras de una fuerte vitalidad, En definitiva, gracias a los mece- | i nismos tradicionales Tas economfas de América latina evan 2 cabo ‘su nueva insercin en Ia economfa internacional y logran incremen- tar la produceién destinada al cometcio exterior, La misma vitalidad de los elementos ttadicionales se manifiesta en la estructura social, puesto que las relaciones patron-client y ta teciprocidad siguen sien- do, como antes, los mecanismos sociales de base. No cabe duda que esta.acusada-preeminencia-de tos elementos. trt- icionales en los campos sconémica y social tiene que dejarse sen = también en el Ambito de la politica. Ello no significa que haya que | postal ple relaciSsi de casa a efecto entre las estructuras fondamentales de la evolucién histérica, ya que el tradicionalismo | econémico y social podin ser comregido en la esfera politica por una | actitad de la clase dirigente no conforme a los moldes tradicionales. Politicos coma los argentinos Sarmiento y Mitre, el mexicano Juéres, el chileno Lastartia 0 fos colombianos Samper, por citar s6lo unos fvantos, enearnan sin duda alguna cuanto hay de nuevo en Ia cul. ESTADO Y SOCIEDAD EN AMERICA LATINA 1a politica latinoamericana de esta época. El influjo cultural que Ire América latina ejercen Euroga y los Estados Unidos, asf como difasién de las corsientes lieratias y politicas mas extendidas mun- Imente (omanticismo, liberalismo) ¢ incluso de otras de menos iS’ vonancia, como el socialismo utépico, muestran que existian las, 3 adiciones para contearrestar, al menos parcialmente, la fuerda de! + elementos tradicionsles, ae Sabido es que ya en el periodo del eaudillismo se encuentran de|| //f asores y difusores de las ideas Iiberales, pero solamente a parts 1860-1870 el liberalismo se convierte en Ia ideologta dominate, sta tal punto que la oligerqufa la adopta masivameate. Sin embargo, lo antedicho no hay que conclait que las posibles rivalidades en seno de la oligarqufa tienen motivaciones ideolégicas y que en ato que clase dominante —més atin, hegeménica— Ja oligargufs rede, por razones de prestigio exterior, asumir un semblante atti ‘i050 en el campo ideoldgico y dar a los agentes del capital inglés, y, ttranjero en general, la imptesin de una gran modernidad. La tesis J transformismo, que presupone una oligarquia de naturaleza con svadota y caveta liberal, nos patece insostenible ‘En nuestra opinién, ef problema de Ia ideologta de Ta clase oli | irquica debe relacionarse con dl contexto del poder politico; en icho sentido, puede afirmarse que en este petfodo —también cono- do como perfodo de organi fonal— la oligarqufa presenta, tanto que clase, catacteristicas similates_ aL anteriot. No creemos, ues, que el sistema politico sufta modificaciones esenciales, aungue resenta aspectos menos personalistas. y ‘Varios son los elementos que nos mueven a pensar que, pese ol salquier apariencia, existe una sibstancial contiowidad entre Ia pol ‘ca anterior @ 1850 y In posterior a este fecha, Tal vez el més impor ante sea Ia pervivencia de la clientela, cuyas caracterfsticss ya hemos ssctito desde el panto de vista social, y que en el émbito de Ta po- itica se manifestaba, durante el caudillismo, en la adbesisn a deter- sinado caudillo local y, por ccnsiguiente, @ otro regional y a un ercero nacional. Obviamente, se trataba de una triple adhesién indi cta, por cuanto el individuo se limiteba @ apoyat al cavdillo local, sero en definitiva vespaldaba también a los otros catiillos vinculados fon aquel que habla recibido su sostén. Una vez superada Ta fase de! caudillisimo ¢ inicinda la de institu tionalizacién y organizacién nacional, los elementos constitativos del “y 1880? Ef mecanismo clientelar de la adhesin funciona en el inte- BL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO a sistema precedente no son eliminados, y. ef caudillo local sé transformia shora en diputado o senador. ¢Qué e3 lo que ha catnbiado'entie 1840 rior del mec 10 electoral, pero sin ninguna alteracién fundamental. de las relaciones, que sigten siendo de tipo personal. Esta interpretacién, que reduce el aleance de la modernizacién de la estructura politica y estatal en estos afios, puede susciter “nu: ‘merosas dudas: ¢Por qué cambia Ja forma institucional si nada més hha cambiado? gY qué representa, en definiiva, esta mueva forma institucional? Las respuestas no deben buscarse, cmemos, analizando los me- canismos de base de la vida politica, dado que en ésta, fundada sobre la clientela y los vinculos personales, priciicamente no se han produ- ido cambios; donde hay que rastrearlas és en las mutaciones de'la propia clase dicigente Nuestra impresién es que el caudillismo,’ aparte de que convé- nfa a los intereses de los latifundistas al imponer un retorno al orden, colonial, fue el resultado de una contiends entre grapos oligérquicos 7 con distintos gradds de prestigio y riqueza, en un intento por parte de cada uno, de imponcr su voluntad al oi 0 los otros. Las luchas entre la regién de Buenos Aircs y el interior de Argentina, entre la tegién de Concepcién y fa de Santiago de Chile, entre Ja sierra y la costa del Perd, entre el norte y el centm de México, ettétera, dite Ia bistoriogzaffa nos suele presentar como enfrentamientos entre ten- dencias federalistas y centralizadotas, son en realidad luchas centres ‘grupos oligérquicos, a= TEL origen de estos conflictos radica en Jas desigualdades econé micas regionsles que, provenientes de I época colonial, no habfan \, hecho sino acentuarse tras la independencia, a causa de la casi abso- Jota inexistencia de una estructura estetal digna de este nombre ) Hacia 1850, lac luchae intectinas han dado ya al grupo oligirquico ‘mis fuerte une preeminencia sobre los restantes, augue no_tna hege-, monfa total; por dicha razén, el caudillismo tiende a desaparccet” como férmula politica nacional La superacidn del caudillismo, acelerada por el crecimiento icot-) mico y por la nueva posibilidad que tienen los grupos oligérquicos de obtener mayores ingtesos sin recurtir a los fondos piblicos, se debe también a que ningtin grupo oligérquico regional es capaz’ de conquistat [a hegemonfa sobre fos dems, El resultado es el progre- 72 ESTADO ¥ SOGIEDAD EN AMERICA LATINA tivo afianzamiento del principio de stupos oligérquicos regionales en la Ya en la década de Ja representacién de todos los gestidn del poder polttic: 1840 se habla dado un primer paso en direc4| i6n.a este principio bésico, mediante Ia figura que por comodidad! ‘amaremos el caudillo nacional, La funcién de tos caudillos naci 2s consistié en actuar como mediadores entre los grupos oligirquil 8 opuestos, aunque sin garantizar una tepresentacién equitativa di odos ellos Y fue ieee esta necesidad de incluir a todos log} ‘upos oligétquicos.en Ia gestién del poder politico lo que provoed| climinaci6n'de los caulilos nacionales, a Le desapaticién del cauaillismo como férmula politica —pero no ,/ mo meciniamno de poder politico, econsmico y social nose pro sig sin difcultades ni fue una.operacién iodolora, como To prteban 8 casos de Argentina y México, que indican hasta qué punto les ‘etzas nuevas, progresistas, de este perfodo se caracterizan por su ‘ecatiedad aun.en las zonas més avanzadas de América Jatina, Justa- ente fue en dichos pafses donde In superacién del caudillismo ge #6 guertas de dimensiones internacionsles: | la guerra del Paraguay el caso de Argentina y la interyencin francesa en el de Mé. La eliminacién del caudilismo 2 escala nacional planteabe le ne- sidad de equilibrar de otro modo Ja estructura patties Umecanismo de moderacién de tipo personal se pasé a un 9 de moderaciin de tipo impersonal. Esta mutacin, cu ‘portancia intentaremos mostrar més adelante, significaba jn det estado y de las instituciones que le permitieran fur » diversos gropos oligérquicos delegaban el poder polltic tado para que el principio de Ia representacién equitativa clonal de todos ellos pudiera sez una realidad. El instrumento juridico encargado de dar una configuracién pre- aval principio de Ja moderacién de tipo impersonal fue la const it in, Entre 1845 y 1860 proliferan las nuevas ia, México, Peri, Bolivia, Colombia, Venezuela cambian las que tenfan, mientras que en Chile, en 1860 y bajo la presidencia de tex, se dard total aplicacidn a Ia de 1833. Brasil, donde Ja constitucién de 1824 ya sancionaba el principio (poder moderador, ° constituye un caso aparte, Tal ve sea Ja ce- sidad del imperio de conservar las instituciones ya existentes, y f-consiguiente todos los equilibries sociales y econdmicos, lo que 5 ast, de mecanis: ya. sma} Ja crea. i : incionar. 0 en elf ¥ 9 excala} constituciones: Atye- , nizadoras: en los pefses desgajados de la corona de Espatia EL ARRANQUE DEL PROYECTO OLGkaqutco B explique por qué Br i6 1p fase del caudillismo ¢ escala nacional. El hecho constitucional, punto de partida de In organizacién na- cional sobte bases institucionales y jurfdicas, no constituye —como se ha venido diciendo— una pura y simple imitacién latinoamect cana de Jo que se hacla en Ia Europa atléntica de entonces. De ser asf, no se explicarfa por qué Bolivia reforma su constitucién siete , veces en este periodo, y cuatro veces Venezuela, Colombia y Pert, Esta avalancha de constituciones s6lo se explica por los vatios inten tos de los atupos oligéequicos en busca de un auevo equilibrio que no altere, en ningtin exso, los fondamentes del ya logrado. Pero las nuevas constituciones no son el tinico indicador de la ‘mutacién gue tiene lugar en el mbito de la politica. Hay que afia- dirles el esfuerzo de codifcacién que en ete periodo reafizan ‘os palses Tetinoamerianes. Dicho esfheizo se traduce en nuevos 6. digos civiles, penles, comerciales, mineros, etcétera, que represen: tan wna innovacién substaacial, ya que tras Ja independencia habla continuado estando en vigor el sistema juridico de las potencias colo- subsistian la Recopilacidn de leyes de Indias y los cédigos castellanos 1-4 los que ésta remitfa. EI hecho de que los efectos de la instituciona: Hizacién se de} sentir también en Ia esfera privada a través de los ‘cédigos civiles significa que los principios sancionados por Ias nuevas constituciones chocaban, de una manera o de otra, con las formas jurt dicas preexistentes. Det aleance de la organizacién nacional deberfa dat una idea Ja voluntad de las lites ditigentes de proporcionar al estado Tos insttu- mentos necesatios para extendetla sobre todo cl tertitorio nacional Si observamos con atencién fo que sucede en el transcurso de. lo: cinta affos_que estamos analizando, nos damos venta de que estado sdlo cxiste realmente en las capitales, mientras que en el rest “det pats Ta situaclan hit varlado bien poco, salvo en la ya menci nada cincunstancia de que, formalmente, fos caudillos han dejado d ser tales, Nos hallamos, por lo tanto, en presencia de un estado puta} mente formal, con lo que Ja constitueién no ¢s sino un sever entre caballetos que ven en ef estado na especie de gran tribunal dle honor, sin ningfin poder real para hacer respetar Jas propias de- cisiones. Pot ello, el estado es un instrumento en manos de la olf- fatqufa, pero un instrumento, por decislo asf, contradictotio, que, poet ESTADO Y SOGIEDAD EN AMERICA LATINA Ti, ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGSRQUICO mB apulsado pot Ins dificultades que encuentra para desempefiar la fin- én a él encomendada, jntenta aumentat su poder. En este sentido, \ estado refleja en cierta medida la imagen de la ciuded: el primero, ~ F. reundado por el poder de Ja oligarquia, directamente ejercido por la; la segunda, rodeada de un campo hostil a las mutaciones que ciudad quisiera imponer. La imagen de Amética latina en este atiods es Ia de un continente resal vy) ls _. El reconocimiento de un poder de tipo impersonal por parte de / ‘externos, especialmente los referidos a Ja situacién internacional de tos patses Iatinoamericanos;_analizatemos a continuacién los elemen- tos internos no instivucionsles —cxs0, por ejemplo, de la Iglesia—; 10, nos ocupatemos de los elementos de {ndole instituct tal, partidos y dubs politicos. ‘La nueva insercién de América latina en la economia interna. ional, su retotno a los mercados internacionales no como simple suministradora de determinados articulos y consumidara de otros, sino tambign como solieitante de créditos y necesitada de capigales extranjeros, no podia por menos de suscitar el interés de fos pafses “mera mitad del siglo xr, EL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO n dedicados a Ja busca de nuevos mercados o nuevas colonias. ¥ ello coincide con el momento en que cobran_nuevo vigor en Biropa las ‘buena parte de la. pri. ‘ia Fiaitia de Napoledn [1 desarrotla el mito de la latinidad catélica para oponerse al expansionismo inglés. La ideologia impe- rial francesa se extiende por América latina en forma de apoyo indi recto a la Iglesia y de intervencién disfrezada en México, donde Francia impone como emperadot a Fernando Maximilian de Austria (1864-1866). El easo de México, donde la intervencién_francesa_se -amenaada pot le rfonns de Juste nas, evidencia el fondo colonia catélica, ‘Acaco incitada por el ejemplo francés, también Espatia intents, por medio de una absurda politica revanchista, inmiscuirse en los asuntos de los pafses latinoamericanos. En 1864-1865, In flota espa- fiola, al mando de Pareja en un principio y de Mér puds, waid de fmponerse en el Pend, so pretexto de defender a los ‘RObdiios espafoles tr os laigidos a algunos miarine- ros de diche 1 idad. a eccidni fue una exien- sigs del Zonillicto, ya que Chile declar6 la guerra a Espafia en solids. tidad con el Peri, La contienda culminé con fos bombardeos de los principales puertos chileno y peruano —Valparaiso y El Callao res- pectivamente—, tras lo cual Is flota regresé a Espatia ‘Més importantes que el hecho en si fueron las repercusiones-que Ia intervencién espafiola tuvo en la politica interior de los dos paises. En Chile, los affos de Ia guerra contra Espafia coinciden con tun momento ernidal, en que se produce una lenta superactén d te Tos pi ¥_ de representaci ila Sieuetone pores aes cifconsteacas, Ts Fepfesentada por los espafioles hacia el juego al grupo oligirquico poco dispuesto a abandonar lo viejo por lo nuevo. Més graves toda- via fueron las repercusiones en el Pert, que se hallaba, dos afios después de la muerte del caudillo Castilla, en una situaciéa de incer- tidambre entre el viejo orden y el nuevo. en Ta forma, y_més jncis hha discutido hasta Ia sacieda Ja intervencién de Gran xy se seguité discutien- ESTADO Y SOGIEDAD EN AMERICA LATINA — sobre si la actuacién briténica en América latina tavo 0 no un ‘eter imperialista y en qué sentido. Algunos autores, ingleses en mayor parte, han sefialado, con toda pettinencia, que Ja docu- ntacién del Foreign Office ino permite llegar a Ja conclusién de tla politica de Gran Bretafia con. respecto a Amética latina fuera perialista; al contrario, el Foreign Office prohibié siempre a las ‘otidades consulates y diplomaticas que defendieran los. intereses cualquier fizma briténica en particular. Pero nuestra, impresién que no se ha dado la suficente importancia al hecho de que las toridades consulares y diplométicas gozaban, por lo precario de comunicaciones, de un amplio margen de autonomia; ésta se con- taba con la escasez numérica del gfupo ditigente latinoamericano ¥ resultado era que el personal diglomético de Gran Bretaiia mante- Lestrechos contactos tanto con los representantes del capital inglés 100 con los hombres politicos de: pals que les hospedaba. Tal vex : la utilizacién informal de fos agentes diplométicos como trait inion Jo que facilité una sutil y encubierte injerencia briténica en, politica interior de los paises Tatinoamericancs. ‘A esta actividad diplomitica y consular, asaz consistente habida cata de la mole de documentos conservados en el archivo del Fo- ign Office, hay que afiadir Ia actividad informal que se realiza a wvés de Ia’ presencia, los consejos, las sugestiones de los represen- ates de los grandes bancos y sociedades de colocacién de valores, cargados de vender en el mezcade inglés los titulos de los gobiernos inoamericanos. Basta con pensar en el valor politico que podia ter un juicio positivo o negetivo de la asociacién inglesa de los po: cdores de titulos extranjer Las injerencias y Tas presiones ejercidas sobre la politica intetiot los paises Iatinoamericanos no provenfan exclusivamente de Jos fees eutopeos, sino también de otras paises Tatinoamesicanos. Re- edemos que, debido a la comin herencia colonial por un lado y a falta de interés de los gobierno: por el otto, las fronteras estaban al definidas y su trazado no pasaba de set aproximativo, Con la activacién econémica, que provacé una mayor ocupacién del te itotio, los paises latinoamericanos descubtieron de tepente la necesi- ude establecer con mayor precisién las Ineas fronterizas. La inexi acia de fronteras nacionales en:re Brasil y Uruguay impulsaba « s latifondistas brasileios a usuxpar, para dedicaclos a la ganadex mitorios que pertenecfan a Uruguay. Pero este tipo de ocupacién BL ARRANQUE DEL PROYECTO-OLIGARQUICO 19, ilegsl no constitufa una novedad; yx durmte Ia época colonial, los: bandeirentes habian logrado extender el tetritorio del Brasil eit deteis * mento de los pertenecientes a Espafia. Nida tiene de extra, por Io tanto, que dicha préctica continuata deipués de 1830; la difétese | cia con el pasado estriba en que ahora surge el problema de-las'frox: teras polfticas, que sirven de pretexto ya sea pata reforzar el pro! | ceso de organizacién nacional, ya para creat éreas de influencid}! transponiendo al contexto latinoametican los prinipios de la'est#8*) tegia politica y militar europea. Tal ocutre durante este nid el caso mencionado, por cuanto Brasil "ve en la. subordinatién’ de Uruguay la via de acceso al Rio de Ia Plata y un medio para cofitrd®’ Tar econémicamente este pequefio estado tapén. Precisemente por problemas de confines estalla una de Jas mis cruentas guertas entre pafses latinoamericinos. El Paraguay, bajo el mandato de Francisco Solano Lépez, y aprovechando que Brasil esta- ba militarmente enfrascado en Uruguay, intent6 recuperar Lod. terti- totios del Mato Grosso, anteriormente esurpados por’ Brasil, Can este fin, se dispuio a explotar Ia sivaldad existente entte’ Argentina y Brasil. Peto la realidad no se amoldé 4 los cilculos “previos,"y él Paraguay acabé teniendo que afrontar militarmente a Brasil, Atgen-” tina y Uruguay coligados contra él; ef rltado fue que, tra iia defensabetoia, prdié una buena pate de su poblicin adult, Estd™ guerra, llamada de ‘riple Alia (i (870), sitvié para Argentina y Brasil se repartieran wna corsiderable porcién del (eer: totio paraguay’ "Fn estos mismos pafses, la guetra desempefié un papel releyatite en Ja politica interior. En Argentina, fueron las dificultades dela ‘organizacién nacional las que empujaton al presidente Mitre a tratéc de neutralizar a la oposicién esgrimiends el argumento’de ta ame- naza exterior. En Brasil, tras la victoria, las fuerzas armadas obtu. viecon un peso politico mayor que el que hasta entonces Jes habla correspondido. Los jévenes oficiales de fa guerra dé Ia Triple Alidn- za setian, cn lo sucesivo, los principales partidario’ de la instaura: cin de la repablice y quienes apottarfan a I politica las influecias, cepecialmente fuertes # partir de 1880, del positivismo de ‘Comte, ‘Aunque sin degenerar todavia en guerra sbierta —ésta nd esta. Haria hasta 1879—, también entre Chile por una parte’ y Bolivia y* Pent por In otra surgicron fticciones debidas a problemas de conic aes, El mis espinoso eta el de Is ftontera notte de Chile, kidete ESTADO Y¥ SOCIEDAD EN AMERICA LATINA inada, que pasaba por el desierto de Atacama, rico en nittato, pro- cto capaz de suscitar Ia avider. de los paises limftrofes y la inter- cin directa de Gran Bretafia, Alemania y Estados Unidos en los tuntos internos de los tres paises en, liza, Cada vez que se producen, las intervenciones extranjeras —sean tigen curopeo o Jatinoamericano— acttian sobre las situaciones temas de Jos paises afectados por elles, de forma que éstas cons- tayen verdaderas cajes de resonancia que amplifican, més © menos| gzin los casos, el aleance y Ia intensidad de aquéllas. { Las fuerzas politicas interiores, como Ja Iglesia, el ejército ¢ ine 180 os clubs frecuentados por Ia oligarquia, tuvieron un papel im. vstante en lz evolucién politica de los diversos patses latinoamesi- nos. Esta observacién adgulere mayor trascendencia, sobre todo en perfodo que analizainos, si se considera que los altos dignatarios} la Tglesia y los mandos supremos de las fuerzas atmadas eran, al! ral que 103 miembros de los clubs mencionados, personas quel tmaban parte de la oligarguia, El papel cescmpefiado pot estas} srzas politicas informales, que reunian a individuos con idénticos | ‘genes, intereses econémicos y modo de vida, tenia que ser forz0- | snente enorme, ! Entte dichas fuerzas indirectamente polticas, era a Tglesia a ve posefa una mA larga historia, y fue también Ia que mayor in- sj0 ejercis en el desarvollo social y politico de América latina, ya te por su orgenizacién capilar legaba hasta las teas més recénditas 4 tettliorio y de la sociedad, hazatia imposible de realizar para el tado, El carfcter complementario de los poderes eclesifstico y civil ssta 1850 se explica por el hecho de que los gobiernos latinoame- tanos habfan heredado y conservado, junto con suchas otras ins- uciones y usos de la época colonial, el patronato, facultad por la al los nombramientos de’ atzobispos, obispos y altos dignatatios Ta iglesia Tos realizaha el Vaticano a propnesta de los propios go- nos. La abolicién del dieamo eclesiéstico estreché todavia més Iazos entre Iglesia y estado, en le medida en que la Tplesia pasaba depender més que antes del subsidio econémico que recible del bierno. Esta sumisién de la Iglesia y su progresiva pérdida de poder eco- imico y social hizo que madutara en su seno una gran nostalgia del sado colonial, nostalgia que desembocs en una mentalidad ultza- EL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO 8h montana. La Iegada de sacerdotes europeos, en gran parte prove nientes de Espaiia y pasados a Amética latina para huir de los libe rales, contribuyé a reforzar esta tendencia conservadora de la Tglesia, ‘que se constituys cada ver més en elemento de apoyo y estimulo a les grupos olightquicos conservadores. Dicha tendencia artecié de ‘un modo proporcional a la difusin —muy répida a partir de 1850— de 4 snenaldad liberal entre ls fas mayortavas dee olgtraia Lo que para Ja Iglesia representaba una extreordinaria preocs- ee ‘rcpagaciSn. del Hberalismo llevara aparejada una neta distincidn entre ella y el estado, Esta distinci6n constitufa una neorsidad para el afianzamiento del estado oligéequico, al que Is ca; rencia de una estructura propia hebria condenado @ no poder bacer reszetar los fines pata los que habfa sido cteado. Desde el punto de visia de la Iglesia, en cambio, sepatarse del estado significaba ver o6mo disminufa 1a propia importancia al perder el monopolio que hhasta entonces ejerciera sobre Ia instruccién, 1a asistencia hospita- laria, el registro civil, etoStera. a En estas condiciones, es ffcil comprender que el mae! ; coure Tplesia y estado, que se perfilé con la difusién del liberal encuentra su tazén més profunda no tanto cn esta circunstancia como en la otganizacién del estado oligérquico, Ia cual es, a su ve2} neradora de dicha difusién. j arse porta cstablecer la geogtatia de Ia Luche entre estado e Tale] | sia en la América latina de estos affos. Nos percatarfamos crene| dle que en algunos palses, como México y Colombia, ta ivalidadl | Tglesinestadoculming en guess civles, mientras queen otros com» Crile, Argentina y Brasil, si bien fue intensa no acabé en guerr ti en confiscaciones de bienes. Las guetras civiles de este tipo ub conocié Américe latina no son, sin embargo, directamente. impota \ bles a la Iglesta, sino a la potencia de los grupos oligérquicos con | servadores. : \ EL calito enzeJaliiey endo evo consecunas import cs para Ja estructura politica naciente. Con respecto io de \ 1 reuraciém, le oligargfa se dividis en dos bandos: los liberals, | ; | 1¢ lo propugnaban, y los conservadores, que lo combatian. Esta |! Risions de la que cimanavan los partidos palitics, nos parece espe- |} Galmente importante, ya que nos indica que el surgimiento de los) tartides politicos no obedece a motivos de tipo social, étnico © eco- | némico, sino a discrepancias de indole politica ¢ ideolsgica. Este 6. -omuauer ESTADO ¥ SOCIEDAD EN AMERICA LATINA ho —del que tampoco hay que apresurarse a deducir la preemi- cia del momento politico e idealigico— confirma que les contra ‘ones que oponen a los grupos oligérquicos no son tales, sino sos de indole ideolégica, susceptibles por ello de desaparecer a lio plazo. Y més adelante veremos cémo en el periodo siguiente, vee que los grupos conservadores hayan aceptado también ol ido oligérquico, dejarén de representar una oposiciGn a ultranza ada les impediré formar a menudo gobiernos mixtos con Ios libe- La divisién de Ja oligarquia en una fraccién liberal y otta con- radora no significa todavia qu, existan dos partidos politicos piamente dichos, pero puede almarse que constituye fa condi- 1 de su surgimiento en el perfodo siguiente. \ En paises tales como México y Colombia, la lucha contra Ja Igle pata imponer los principios del estado oligarquico se reflejé en capas bajas de la poblaciSn. Liberales y conservadores, cont fuer cequivalentes, no vacilaron en securtir a sus clientelas respectivas, xdo al contlicto ideoldgico una dimensién militar y popular. En lombia, las guerras civiles entre unos y otros movilizaron a gran- imasas, que més tarde, al no poder ser desmilitarizadss de golpe, ttaumas para cl pals, pasaron « engrosar I poblacién marginada ws flas del bandolerismo, fendmeno generalizado en todas las eas ales Iatinoamericanas. Aunque la contienda legs hasta Ja més ittada de Jas aldeas, la participacién popular no eta esponténea: campesines se alistaban en un bando o en el coatrario segin el fandista al que Jes unian los vinculos clientelares. mentatias y no excluyentes: Ja politico-ideolégice y la militar participacién popular, Precisarente su carécter complementatio slica-que este conflicto —sin duda el més importante de la segunda tad del siglo x1x- presente al mismo tiempo espectos modexnos sspectos tradicionales, Hemos dicho’ més arriba que, aunque liberales y conservadores son propiamente pactidos politicos, constituyen la premisa que ti lugar a los fututos partidos conservadores y liberales. En este odo, los puntos de encuentre informeles de fos grupos oligit- licos son los clubs politicos. A este respecto, no existe ain un iato en el que se efectie la conexién entre estructura polftica ins- ucionalizada y estructura politica no institucionalizada La colisién entre estado ¢ Iglesia presenta dos dimensiones, com: | EL, ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO & Owe fuerza indiectamente politica —pot sltimo— que contri- buyé a dar una forma propia a la estructura politica’ oligérquica son las fuerzas armadas. Estas siguen teniendo un catécter no profesional, por lo que sus mandos supetiotes son designados por cl poder politico, que ha de basarse en'la capacidad de moviliza- cin de cada uno. En otras ocesiones, el nombramiento es un expe- diente para proporcionar un retiro a un excaudillo o a un caudillo poteacial Las Gnicas fuerzas atmadas de América latina en vias de profe- sionalizacién son, durante estos afios, las del Brasil. La precocidad de este pals se debe tal vez a no haber pasado por le experiencia dei caudillismo como-f6rmula politica a escila nacional, Jo que atrajo al cjército a numerosos oligarcas en busca de un mayor prestigio social, Que Jos demés patses latinoamericanos catectan de verdaderas fuerzas armadas lo demuestra el hecho dz que los bombardeos efec- tuados por Ia escuadra espafiola en ef puerto peruano de El Callao y en el chileno de Valparaiso no encontrazon respuesta bélice alguna pese a que nadie ignoraba que iban a p:oducirse. El abjetivo del estado oligrquico con respecto a las fuerzas at- madas consistié, durante este perfodo, en neutralizarlas como fuerza politica, para conjurar el peligro de que se opusicran a su fortale- ‘imiento. Ello exigié un dispendio colosal: los gastos militares para mantener un ejército y voa marina casi inexistentes fueron enormes, pero los justifies la necesidad de tener controlados a los elementos potencialmente destructores del arden cligérquico. Entre medio de todas estas fuerzas de indole interior y extetior se consolidé Ientamente el estado oligérquico, Fue, como hemos in- tentado mostrar y como ilustraremos « continuacién con algunos casos conctetos, un proceso sumamente trabajoso. La violenta riva- lidad inicial tiende a disminuit paulatinamente hasta que de la diatriba y la injucia se pasa al didlogo y Ia colaboracién entre tos distintos giupos oligirquices. Esta calma en el frente politico consti- tuye un sintoma de que los principios de moceracién y de represen tacién politica equitativa para todos los grupos. oligérquicos est dando sus fratos y logrando la progres'va superacién de las vejas rivelidades. EL mecanismo institucional que permite estos resultados es el parlamento, que, en su versién bicameral —la més frecuente en os pafses Iatinoaimericanos— garantiza el control sobre el poder central y representa equitativamente los intereses regionales (Senado) M ESTADO ¥ SOCIEDAD EN AMERICA LATINA y los intereses de cada grupo oligirquico en proporcién a su peso cnantitativo (Clmara de los diputados). LA DIFfoIL SUPERAGION DEL caUDELLISMO en ARGENTINA ¥ EN VENEZUELA Hemos hecho numerosas alusiones a las disparidades regionales dentro de un mismo pafs para mostrar emo, ya derivadas del pasado colonial, ya de la nueva insercién de las economias latinoamericanas la economfs internecional, fueron un factor importantisimo para perpetuar los antiguos mecanismos de dominacién interna —y, por tonsiguiente, el candillismo— y un elemento del desarrollo de ta ueva dinémica politica orientada hacia Ia aficmacién del estado aligérquico. Pero si bien Ia disparidad entre las regiones constitufa un factor de frenado, su intensidad fue variable segin el pafs y segsin Ta zona sn que estaba situado. Si tomamos los casos de Argentina y Vene- ucla, observamos que los contrastes existentes en ambos pafses antre la costa’'—y més coneretamente el puerto exportedor— y el iatetior Ja pampa argentina y los Hanes venezolsnos idémticos, pero que en cembio no lo fueron sus respect de superacién de la forma politica tradicional. Con el fin de mostrar el desfase de Ia evolucién politica de estos, dos palses, pasaremos por alto en este ocasidn tanto fos elementos externas que condicionaron el proceso politico de cada uno como los elementos histéricos ptopios a sus respectivos pasados, pese a la importancia de tales factores. En uno y otro caso, el atrangue del proceso de organizacién na- cionsl coincide con na circunstancia militar: en Argentina, Ja caida de Rosas por obra del general Unquiza (1852); en Venezela, la guerta fedcral, también llamada de los cinco aos. La traduccién del hecho militar en hecho politico fue dificil en Argentina. Las resistencias de las regiones y de las clientclas fueron ten fuertes que la substitucién de Rosas por Urquiza signified sola- mente un cambio de personas, pero no ef primer paso hacia el orden que la oligarqufa —especialmente 1a oligerqufa liberal de Buenos Aires— deseaba. Inmediatamente después de la victoria, Unquiza hhabia obtenido el apoyo de los caudillos regionales vinculados a os sitmos EL ARRANQUE DEL PROYECTO OLIGARQUICO 85 Roses. Lo que iba a determinar lus modalidades y fases que levaran a la superacién de Ia forma politica anterior serfa, en realidad, et pulso que sostavieron la oligarqufa liberal de la costa y 1d grupos Bligieguicos del interior EL pacto federal de 1852, suscrito.en Ja pequefia cindad de Sap Nicoll, establecta Ta convoe ‘una ssamblea constituyente,| 1a librd'navepzcién fluvial y Ie disteibucién proporcional entre sl las regiones idad.de. los. ingresos de. Ja. nacién, clfusules {ue presagiaban una répida superacién del caudillismo, Sin embargo, Ta constitucién federal de 1853, elaborada por la Asamblea const tuyente reunida en Saiia Fe y aprobada pot les tegiones del interiog 0, satisfio a 1a regién de Buenos Alres,.que al no poder espera ninguna vehidja del Federalismo.sedacts su piopia constituciéa proclanié’su secesién de la Confederacién def Rfo dé Ja Plata, Esta secesién, aunque acorde con la tradicién centralista y libe} ral de Buenos Altes, no.correspoiia_a tos intereses de los latifun| listas de 1a regio, st habia aumentado notablemente dy ‘osas, tas Ta anarquia de fas querres civiles, La oligatquée por todo que volvieran estas él vitables halt de independence 9 de «glia tema sob “a existencia de dos gobiemos,en el espacio geogrifico argentino, el de Buenos Aires y el de la Confederacién, no podia durar, dado que Buenos Aires era Ia ciudad que unfa: Atgentina al mando. Bi 1859, las fuerzas de Je, Confederscién.dertotaron,.a Ins de. Buete Altes, obligando a la provincia secesionista a firmar un_pacto. que s€ recofiéela parte integrante de la Confederacién -y prome jurar fidelidad a la constitucién federal de 1853, como. &h efe hizo en 1860. eat El feacaso. militar de Buenos Aites no comport, sin embargo su frecaso polltico. La situacién de Ja Confederacién eta preci ya que la fealtad entée ‘caudillos ula su pense ee cohesidns el presidente J& la Cor de las oligarqufas reai San Luis y San_luan; Usgula de Enure Rios, Corsentes, Sanca Fe, La Rioja, Catamarca y doze jaenos Aires, Jomé Mitre, logrés hacerse con el apoyo dé los gripas aligtrqu de Santiago del Estero, Tucumén, Salta, Jojuy y Cérdoba, a

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