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Una breve crítica al modelo de desarrollo chino.

A propósito de las secuelas de la contaminación ambiental en el río

Amarillo.

Por: Aldo Callalli Pimentel.


Lima-Perú.
adelantecronopio@hotmail.com
http://cronopiocortazar.blogspot.com

!Homo homini lupus! (El hombre es un lobo para el hombre) fue una de las lapidarias

frases de Hobbes para referirse a la recurrente proclividad del hombre por el ejercicio de la

violencia y la destrucción en contra de sus congéneres.

Ese funesto accionar humano tiene también entre sus feroces enemigos a la naturaleza. La

división ontológica entre hombre y naturaleza con miras a desencadenar no sólo el estudio

de esta última, sino por encima de toda su vil explotación surge en los albores de la

filosofía moderna.

Con el impulso de la burguesía fueron las ciencias y las humanidades el centro de

desarrollo del conocimiento con el objetivo de permitir la expansión capitalista a nivel

global. Es así que el filósofo Renato Descartes propone la tesis del dualismo ontológico

entre el hombre y la naturaleza. Nada unía a estas categorías, tan sólo primaba como

poderosa sustancia un ser único y pensante El hombre se constituye así en agente de

cambio y transformación social, con la capacidad para construir y deconstruir las

estructuras de su medio natural; el mismo que es denominado muchas veces con cierta

arrogancia positivista como un simple objeto de estudio.


Renato Descartes.

Con estas bases ideológicas se viabilizó el desencadenamiento de todo un conjunto de

discursos progresistas que tuvieron como eje matriz la explotación irracional de los

recursos naturales, proveídos por la naturaleza.

Ahora, tomando como piedra de toque los artículos críticos de Brook Larmer, podemos

colegir que la praxis de destrucción del medio ambiente por parte del hombre es un peligro

latente a nivel global. No son sólo las sociedades de Occidente las únicas responsables de

la debacle ecológica que sacude nuestra aldea global, sino también las sociedades

orientales, las que supuestamente ostentaban una prominente filosofía de unidad entre el

hombre y la naturaleza.

Deng Xiaoping
Más bien, creo yo que los estados orientales se rigen por la filosofía pragmática de Deng

Xiaoping cuando manifestó, para referirse al desarrollo industrial, que no importaba de qué

color era el gato, sino que lo más importante era que cazara ratones. Con lo cual el líder

chino expresaba su resuelto compromiso con la expansión capitalista, a costa de la violenta

sobreexplotación de los recursos naturales de su país.

Contaminación en el río

Amarillo.

Como bien dice Brook Larmer, el río Amarillo es una pieza clave en el engranaje de la

expansión histórica de China. Sin embargo, la ausencia de un plan de desarrollo sostenido,

en el sentir teórico y práctico de los pareceres y recomendaciones de la ONU y de

diferentes ONG, está originando un proceso casi irreversible de contaminación ambiental,

como producto de las emisiones y vertidos químicos de las diferentes usinas que tienen

instaladas sus plantas en las orillas del río. El autor menciona por ejemplo que Shizuishan
es considerada una ciudad muy contaminada como producto de la falta de planificación de

sus complejos fabriles, los mismos que generan peligrosos focos de contaminación

ambiental en las riberas del río Amarillo.

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