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MMPI-2" Inventario Multifasico de Personalidad de Minnesota-2 S.R. Hathaway y J.C. McKinley Comité de tipificaci6n del MMPI-2: J.N. Butcher, W. Grant Dahlstrom, J.R. Graham, A. Tellegen y B. Kaemmer MANUAL Adaptacién espanola: Alojandro Avila Espada y Fernando Jiménez Gémoz (8° edici6n, revisada y ampliada) TEA! PUBLICACIONES DE PSICOLOGIA APLICADA TEA Ediciones, S. A. MADRID - 2002 INDICE EFACIO A LA VERSION ESPANOLA .. 5 AGRADECIMILNTOS: 7 a Hes eta h ete Eve Ree, ee WtneW ds enna ee eae a - INTRODUCCION 13 1.1, Propésito del MMPI-2 . B 1.2. Desarrollo del MMPI original. 3 1.3. La necesidad de una nueva tipificacién ........ PEpeECeN Gees ee aueam. 1.4. Nueva tipificacién original del cuestionario. 16 1.5. Preparaci6n de los baremos nacionales americanos 18 . APLICACION Doe a ere ena eters ee 23 2.1. Cualificaciones bisicas de los usuarios del MMPL-2 23 2.2. Responsabilidad ética del usuario del test. 24 2.3. Aplicacién del MMPI-2 . wee aad i 24 2.4. Condiciones del examen es 5 i 26 2.5. Ficha técnica . 27 2.6. Materiales del test... 28 3. CORRECCION Y CODIFICACION. 29 3.1. Correccién manual de las Hojas de respuestas .... .. 29 3.2. Elaboracién del perfil basico . 29 3.3. Codificacién del perfil. 31 4. INTERPRETACION ......- Peet toe 35 4.1. Interpretaci6n del MMPI-2................6202265 ae laa 35 4.2. Determinacién de la validez del ited 36 4.3. Las escalas clinicas . 44 4.4. Combinaciones de los cédigos. . 59 4,5. indices y procedimientos de clasificacién. PET TEE 60 4.6. Las escalas suplementarias. 62 4.7. Las escalas de contenido - 68 4.8. Subescalas ....... poauprsn 2 5. LA ADAPTACION ESPANOLA. a mle Pane _ “ 77 5.1. EI MMPl en Espafia.......... ete Py 77 5.2. El proceso de adaptacién del MMPL-2 78 5.3. Convergencias y diferencias de la nueva versién espafiola del MMPI-2 respecto de las otras versiones en lengua espafiola . 80 5.4. El proceso de validacién i 82 5.5. Caracterstcas estructurales de la version espafiola en la poblacién normal 84 6. EFJEMPLO DE INFORME CLINICO. 89 ivoice O 3 7. LA ADAPTACION ARGENTINA 93 7A. Introducci6n. «6... eee eee eee eee eee ion 8 7.2. El desarrollo de la adaptacién argentina del MMPI-2 3 | 7.3. Estudios sobre validez y fiabilidad 94 7.4, Normas para la interpretacién 95 7.5. Comparacién transcultural 96 | 8. BIBLIOGRAFIA .............. sengezgmeqemaeas frei 101 APENDICES. . .. . . a i 41 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 PREFACIO A LA VERSION ESPANOLA Desde la publicacién de los primeros trabajos sobre el MMPI-2 ha existido un interés inte sobre las novedades que la renovacién del MMPI original supone. Espaiia nunca ha un territorio tan prometedor para el MMPI como lo ha sido Estados Unidos, debido en an medida a las deficiencias que presenté la versién espafola de la primera edicién del estionario, los problemas de los baremos espafioles -que no pudieron ser aceptados ofi- almente al no autorizarlo la Universidad de Minnesota, y a pesar de los esfuerzos de TEA al sspecto- junto con la crisis que atraves6 la cultura de la evaluacién conducida bajo criterios sicométricos, crisis que durd durante los setenta y parte de los ochenta. Con todo, el MMPI asido, junto al 16PF, Rorschach y el TAT, uno de los instrumentos mas utilizados, validos y ables en la evaluacién de la personalidad con objetivos clinicos. Tras el espejismo que supuso durante dos décadas el neto reduccionismo a una evalua- El equipo de investigadores que ha acogido, por encargo de la Universidad de innesota, la tarea de realizar la versin espafiola del MMPI-2 tiene la esperanza de que este trumento de evaluacién (y su hermano gemelo el MMPI-A [Adolescentes], actualmente en de adaptacién), contribuya a clarificar y mejorar el panorama de la evaluacién clinica de base psicométrica en Espafia. E| impulso e interés que nos ha transmitido James N. Butcher, les internacionales del MMPI-2 y el MMPI-A, confrontadas en el taller celebrado en Brujas n Julio de 1992, fueron la base para nuestra tarea. Desde ahi, y con el apoyo inestimable de Ta propia Universidad de Minnesota, hemos culminado un trabajo que nos enorgullece. Alejandro Avila-Espada y Fernando Jiménez-Gémez U ersidad de Salamanca, Espafia. PREFACIO A LA VERSION ESPANOLA O15. NOTA A LA 3? EDICION Se ha ampliado esta edicién incorporando un nuevo capitulo con motivo de la adapta- cién argentina del MMPI-2, realizada por la profesora Marfa Martina Casullo. En él se pre- senta toda la informaci6n referente a la construccién del Cuadernillo argentino y a los estu- dios de validez y fiabilidad de la adaptacién, asi como las pautas de interpretacién en fun- cidn de la muestra normativa y las comparaciones transculturales entre los sujetos norteame- ricanos, espaioles y argentinos. Por dltimo, se presentan en un nuevo apéndice (apéndice E) los baremos argentinos de todas las escalas, con medio millar de casos de cada sexo. 6 G1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 AGRADECIMIENTOS ‘Los coordinadores del proyecto de adaptacién espafola del MMPI-2, en el marco de la de Investigacién en Psicologia Clinica y Psicoterapia de la Universidad de manca, desean expresar su gratitud por la ayuda desinteresada proporcionada por un © ndimero de investigadores y profesionales que en diversas regiones ha hecho posible ninar este proyecto: EQUIPO DE INVESTIGACION DE LA ADAPTACION ESPANOLA DEL MMPI-2 ION lejandro Avila-Espada ION TECNICA, jones, Madrid) jones: aque Victoria Arroyo Sénchez ictoria Ferrante ando Jiménez Gémez siento y andlisis de datos: * Guadalupe Sénchez Crespo Jess R, Herrero Sanchez STURIAS wrdinador de zona: {Antonio Aguado Leon IministraciGn de pruebas y recogida de datos: Julio Bobes Garcia M2 Angeles Alcedo Rodriguez. 'M* Teresa Bascardn Fernandez * Angeles Flores Garcia M+ Paz Gonzélez Garcia Portilla Matilde Navarro Dorbert Manuel Bousofio Garcia IAS. dinador de zona: L, Gonzélez de Rivera y Revuelta istracién de pruebas y recogida de datos: D. Carlos de las Cuevas Castresana D Ana Luisa Monterrey Llanes 1 DE APOYO A LA COORDINACION DEL 0 COORDINACION Prof. Fernando Jiménez-Gémez Vietoria Ferrante (U. Buenos Aires); D. Nicolés Seisdedos, D.* Sara Corral y D. Jaime Perefia (TEA ANDALUCIA oordinador de zona: Profs. Alfonso Blanco Picabia y Jose Manuel Rodriguez Gonzélez Administracién de pruebas y recogida de datos: Prof. Blanca Moreno Mitjana D.* Monserrat Gémez de Terreros Ds Rosario Antequera Jurado Ds M2 José L6pez Lopez BALEARES Coordinador de zona: Prof. Serafin Carballo ‘Administracin de pruebas y recogida de datos: Di Elena Carlderén Marcos Dz Joana Castell Colom Da Julia Mo Mejas Rodriguez D.* Mar Coral Minguez Artiguez D2 M2 Rosa Montiel Garcia Ds Francisca Torrandell Pieras CANTABRIA Coordinador de zona: Prof. Jose Antonio del Barrio Administracién de pruebas y recogida de datos: Ds Ada Jeanette Afane Castro (M2 Teresa Fernindez Mallo ‘Acrapecimientos Q 7 CATALUNA Coordinador de zona, administracién de pruebas y recogida de datos: Prof. Gloria Aguirre Llagostera COMUNIDAD DE MADRID Coordinador de zona: Prof. Carlos Rodriguez Sutil Administracién de pruebas y recogida de datos: D, Céndido Sanchez Prof. Isabel Calonge Romano De Isabel M.? Martinez Higueras De Maria Luz Rubi Cid EXTREMADURA Coordinador de zona: Prof. Joaquin Ingelmo Fernandez Administracién de pruebas y recogida de datos: Prof. Margarita Gozalo Delgado Prof. M.* Isabel Ramos Fuentes MURCIA Coordinador de zona: Prof. José Buendia Vidal Administracién de pruebas y recogida de datos: Ds Pilar Balanza Martinez D. José Manuel Mira Engo D. Antonio Riquelme Marin D. Juan Carlos Sanchez Sénchez NAVARRA Coordinador de zona: 1D. Adoracién Mainer Administracién de pruebas y recogida de datos: D Juana Maria Biedma Lopez CASTILLA Y LEON/CASTILLA-LA MANCHA Coordinador de zona: Prof. Fernando Jiménez Gomez Administracién de pruebas y recogida de datos D. Vicente Merino Barragin Prof. Jess R. Herrero Sanchez Prof. Antonio Garcia de la Hoz D. Agustin Mendoza Martin de Rodrigo Prot. Guadalupe Sanchez Crespo D2 Nuria Herrero COMUNIDAD VALENCIANA Coordinador de zona: Prof. Elena Ibafiez Guerra Administracion de pruebas y recogida de datos: Prof. Doroteo Garcia Riafio Prof. José Soriano D.* Rocio Romero GALICIA Coordinador de zona: D. José M. Lopez Campos Administracién de pruebas y recogida de datos: D2 M2 Dolores Sebio Brandariz LA RIOJA Coordinador de zona, administracion de pruebas ) recogida de datos. Prof. Nicolas Fernandez Losa Pais VASCO Coordinador de zona: Prof. Maite Garaigordobil Landazabal Administracién de pruebas y recogida de datos: D Concepcién Alegre de Vega D.* Yolanda Ballorca D. Dolores Casal D. Okon Martinez de Martioda D.* Mercedes Larrézabal D. Jerénimo Melchor Garcia D Me Soledad Modragén D. Bitzori Odriozola D. lavier Ogando Prof. Mikel Plazaola D. Patxi Sansinenea D. Federico Verastegui 8 O INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 onas e instituciones: institucional, ‘Cémputos de la Universidad de Minne- AGRADECIMIENTOS ité de Tipificacién desea expresar su agradecimiento por la ayuda realizada a las CAROLINA DEL NORTE Programacién: Jeffrey Brooks Edward Cumella Don Hopkins Procesamiento y andlisis de datos: Susan Birchfield Jeanne Bumberry Leona Dahlstrom katy Fleer Susan Hazlett Cynthia Peterson Consultores del proyecto: Gerda Fillenbaum, Ken Pauwels Recoleccisn de datos: Bambi Caruthers Margaret Douglas Tracy Eells Lina Hall Deborah Lawrence Stephen Ostrander-Lally Gretchen Reevy Tamara Goldman Sher Carol Sweeney Andrea Weyermann Bobby Winston Censores: Gregg Buongiormo Sally Carlin Jamie Crist Heidi Neiswender John Peterson Steve Sayers Donna Marie Winn Cooperacién institucional: Servicio de Computacién académica de la Universi- dad de Carolina del Norte Instituto para la Investigacién en Ciencias Sociales Centro de Computacién Tringle Universities AGraDEcIMIeNTOs Q 9 OHIO Cooperacién institucional: Universidad del Estado de Kent, Departamento de Psicologia para asistencia de graduados Centro de Célculo de la Universidad del estado de Kent, consulta estadistica y analisis de datos Iglesia Unida Metodista de Kent, Reverendo Jerry Butcher, facilidades para administracién a sujetos VIRGINIA Recogida de datos: Coordinador: Robert Archer Raymont Gordon MUESTRA MILITAR Eric Bowman, Academia naval, Annapolis ‘Tommie G. Cayton de la Base Aérea de Lackland, San Antonio, Tx, Susan Colligan, del Hospital Naval, Oacland, Ca Jerry, R. DeVore, Dwight David, del Centro Médico Eisenhower del Ejército, Augusta, Ga. Thimothy Jeffrey, del Centro Médico de la Universi- dad de Nebraska Rahn Minegawa, del Cuerpo de Marina de los EE.UU. PENNSYLVANIA, Recogida de datos: ‘Coordinadior: Stephen Husband Coordinador: Michael Snyter Marsha Snyter WASHINGTON Recogida de datos: Coordinador en Seattle: Joanne Ite Donna starr, Muckleshoot Tribal Council Administracién: Virginia Cross, Muckleshoot Tribal Council Judi Flatz, Seattle Robin LaDue Ron Smith Censores/Obtencién de muestra Rustin Aston Judy Hall Leesa james: Winona Wallace Cooperacién institucional: Consejo de la Reserva india de Muckleshoot NATIONAL COMPUTER SYSTEMS Realiz6 el servicio de puntuacién y procesamiento de datos en todo el proyecto de tipificacién. Agra- decemos, en particular, la asistencia realizada por Kevin Moreland y Chuck Lyons. 10 G1 INVENTARIC MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 PREFACIO Cincuenta afios después de que Starke R. Hathaway, psiclogo clinico, y J. Charnley McKinley, neuropsiquiatra, iniciasen el trabajo sobre el test Minnesota Multiphasic Personality Inventory en la Universidad de Minnesota, contamos con una versin actualizada y nueva- mente tipificada denominada test MMPI-?. Los ustiarins familiarizados con este instrumento de evaluacién, encontraran intactos la mayor parte de los rasgos tradicionales del MMPI: el conjunto de escalas basicas, perfiles separados para varones y mujeres, claves de correccién manual y baremos con y sin correcciones K. Sin embargo, un examen mas profundo revela importantes mejoras y modificaciones en la redaccién de los {tems; nuevos elementos que cubren dreas de contenido no representadas en el MMPI original; indicadores adicionales de validez y escalas suplementarias; y un nuevo método de escalamiento de puntuaciones T para las escalas. En lo posible, se ha mantenido la tradicién interpretativa del MMPI, aunque los cambios realizados aumentan la utilidad del instrumento. El cambio ms significativo en el test implica incorporar nuevos baremos nacionales que son mucho més representativos de la actual poblacién de los Estados Unidos. Los nuevos datos de tipificacién se basan en muestras de varones y mujeres adultos de varias regiones geugrdficas del pats, y desde el principio se incluy6 un ndmero significative de personas de grupos étnicos y raciales minoritarios. Una segunda mejora importante del Cuestionario es la introduccién de un formato mas consistente para las puntuaciones T en el perfil basico del test. Las puntuaciones de los suje- tos de la tipificacién en ocho de las escalas clinicas basicas (omitiendo las escalas 5 y 0) han sido distribuidas de un modo claramente distinto: en lugar de determinar las puntuaciones T lineales simples de la media y la desviacién tipica empfricas de una escala, se generaron pun- tuaciones T uniformes para producir esencialmente el mismo rango y la misma distribucién en todas las escalas clinicas basicas utilizadas en los procedimientos tradicionales de codifi cacién (i.e., cGdigos de 2 6 3 puntos elevados). También se han proporcionado comparacio- nes de esas puntuaciones T uniformes tanto con las puntuaciones lineales tradicionalmente utilizadas en el perfil MMPI como con los formatos de puntuaciones T normalizadas pro- puestas por otros investigadores. Es también importante sefialar que tanto las medias como las desviaciones tipicas empi- ricas de los sujetos del nuevo grupo nacional de referencia son més altas que las que se encontraron en varones y mujeres del grupo normativo original examinado por Hathaway y McKinley justo después de la Segunda Guerra Mundial. Por consiguiente, los experimentados usuarios del MMPI encontraran que las puntuaciones T basadas en los nuevos baremos no estin tan desviadas como las basadas en los baremos del test original. Criterios menos res- trictivos, que reconocen de forma particular la potencial significacién del incremento en el rango 65-69 de las puntuaciones T, quiz requieran una interpretaci6n de perfiles MMPI basa- da en los actuales grupos normativos. Ota mejora significativa es que los items del MMPI-2 han sido editados eliminando ambigiledad, terminologia sexista y contenido anticuado, y los items de contenido dudoso han sido anulados. Ademés, las escalas suplementarias incluyen un conjunto de nuevas medi- Preraco Q 11 das e incluso experimentales; un conjunto de indicadores nuevos (la escala F-Back y las medidas de consistencia VRIN y TRIN); un conjunto de nuevas escalas de contenido y nue- vas medidas de diferenciacién de género en la identificacién con el rol masculino y femeni- no. Como sucedié con el MMPI original cuando fue introducido, quedan numerosas cues- tiones interpretativas sin resolver. Algunas caracteristicas nuevas -puntuaciones T uniformes, construccién de escalas de inconsistencia, la escala suplementaria F y las nuevas escalas de contenidy- se han intoducide con la esperanza de que su impurtancia serd demustrada en posteriores investigaciones. Por otra parte, en el Comité de Tipificacién, atin no existe con- senso en este campo, ni para esta cuestién, en lo que se refiere al uso de las subescalas suti obvio, y al uso de las escalas de diferenciacién de género y su interpretacién como medidas del rol de género. En la tradici6n del uso y desarrollo del MMPI, estas cuestiones esperan futu- ras investigaciones para su resoluci6n. Los miembros del Comité de Tipificacién del MMPI y la University of Minnesota Press estén orgullosos de presentar una versi6n modernizada y mejorada de un test de personali- dad, de fidelidad y valor probados, desarrollado y aplicado en la primera mitad del siglo. Esperamos que el MMPI-2 demuestre ser més util que su predecesor. Minneapolis, Julio 1989 12 1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 1, INTRODUCCION <1, PROPOSITO DEL MMPI-2 El Inventario Multifasico de Personalidad de Minnesota (MMPI-2) es un test de implio espectro diseflado para evaluar un gran namero de patrones de personalidad y fastornos emocionales. Puede aplicarse ficilmente individual o grupalmente. Se equiere un nivel de comprensién lectora de 2° de ESO, asi como un nivel satisfacto- de cooperacién y de compromiso para esponder al Cuestionario completo. El test proporciona controles internos en el caso de que estos requisitos generales no se satisfagan. £1 MMPI-2 proporciona puntua- jones objetivas y perfiles determinados a tir de baremos nacionales bien docu- entados. Los resultados de afios de inves- ligacién acerca de las escalas componentes del MMPI y de sus patrones de interrelacién in disponibles para guiar la interpreta- ién de las puntuaciones del MMPI-2. La atura sobre las investigaciones del PI proporciona abundantes datos sobre modo en que el MMPI-2 puede ser apli- cado en numerosos campos de evaluacién. |.2, DESARROLLO DEL MMPI ORIGINAL El Cuestionario fue desarrollado en el hospital de la Universidad de Minnesota con grupos de no-pacientes (visitantes de s salas y clinicas que se prestaron volun- jos para hacer el test, para ocupar el pO mientras esperaban a amigos o pa- entes que recibian tratamiento médico). tos no-pacientes eran representativos de poblacién adulta del estado de Minne- ta durante los afios 30: la mayoria esta an casados, con edades entre 16 y 65 afios on un promedio de treinta y tantos afios-, vivian en pequefias ciudades o areas rura~ les, y con un nivel de escolarizacién de octavo grado. Hathaway y McKinley empezaron a tra- bajar en el test a finales de 1930 con ayuda financiera de la Universidad de Minnesota. En 1940 publicaron su primer articulo sobre el Cuestionario (Hathaway y McKin- ley, 1940). En él, resumian los pasos que habfan seguido para escribir y editar los items del Minnesota Personality Schedule. Varios aiios antes, los autores habian con- seguido ideas para los potenciales items a partir de muchas fuentes, incluidos nume- roses textos de entrevista psiquistrica y diagnéstico diferencial, actitudes sociales y emocionales y procedimientos en persona- lidad. Cada item fue escrito en forma de declaracién de alguna experiencia perso- nal, creencia, actitud 0 interés. Los autores desarrollaron un conjunto de més de 1000 items potenciales, pero eli nando los muy similares y los mal redacta- dos, redujeron el conjunto de items a 504. Cada frase fue redactada gramaticalmente para evitar la impresién de afectacién, exa- men formal o interrogatorio. Posteriormen- te, muchas de esas frases, referidas a con- tratiempos, molestias e incluso experiencias raras, fueron redactadas en forma de items negativos para evitar la probabilidad de un patrén uniforme de respuestas a Verdadero. El contenido de los items originales refle- jaba el rango de trastornos psiquidtricos médicos y neuroldgicos en los que los in- vestigadores estaban interesados. Después de un considerable trabajo preliminar con la lista, Hathaway y McKinley afiadieron nuevos items para cubrir las caracteristicas del rol de género y un estilo defensivo de Intropuccion O13 auto-presentacién. Estas adiciones convir- tieron el numero original de items en 550 (algunas versiones del MMPI incluyeron la duplicacién de 16 ftems para facilitar la correccién mecanica disponible en esa 6poca, lo cual convertia el ntimero total de items en 566). La primera escala desarrollada para el MMPI se basé en un contraste sistematico entre las respuestas dadas al test por un grupo de pacientes neuréticos cuidadosa- mente seleccionados que manifestaban un trastorno hipocondriaco y las respuestas dadas por un grupo de visitantes del hospi- tal, no-pacientes. Los items a los que se res- pondié de forma diferente por estos dos grupos, en un grado estadisticamente signi- ficativo, fueron identificados y combinados en una escala preliminar de Hipocondria (McKinley y Hathaway, 1940). Entonces se recogié una muestra adicional de neuréti- cos hipocondriacos, y la escala preliminar tuvo una validacién cruzada en estos nue- vos casos para demostrar que esta medida proporcionaba una base formal para sepa- rar pacientes de no-pacientes. Se llevaron a cabo estudios de compara cién y validaci6n cruzada similares en otros grupos de pacientes neurdticos: histeria de conversién (McKinley y Hathaway, 1944), psicastenia (McKinley y Hathaway, 1942), y reaccién depresiva (McKinley y Hathaway, 1942). Se desarrollaron tres escalas mas usando pacientes que manifestaban trastor- nos psicdticos: psicosis_maniaco-depre- siva, fase maniaca (McKinley y Hathaway, 1944), paranoia y esquizofrenia (Hathaway, 1956). Dos tltimas escalas completaron el conjunto basico de las escalas clinicas del MMPI: Desviacién Psicopatica (McKinley y Hathaway, 1944) y Masculinidad-Femini- dad (Hathaway, 1956). Posteriormente se afiadié al conjunto una décima escala: la de Introversi6n social, desarrollada en la Universidad de Wisconsin por LE. Drake (Drake, 1946; Drake y Thiede, 1948). Como veremos después, estas mismas escalas, con modificaciones, componen el conjunto actual de escalas clinicas en el perfil del MMPI-2. Cuando el MMPI se publicé por primera vez en 1942, Hathaway y McKinley propor- cionaron al usuario tres indicadares de vali- dez de las respuestas dadas al test por un sujeto: el nimero de items del Cuestiona- rio dejados sin contestar (puntuacién en Interrogante), una medida de fingimiento defensivo (Escala L) y una medida de res- puestas al test extremadamente desviantes © azarosas (Escala F). Estos indicadores ayu- daban al usuario del Cuestionario a evaluar la posibilidad de que el registro del instru- mento estuviera contaminado o viciado por el fracaso del sujeto para respetar de una u otra forma las instrucciones del test. Pos- teriormente se afiadi6 un cuarto indicador de validez: la escala K (Correccién) (Meeh| y Hathaway, 1946; McKinley, Hathaway y Meehl, 1948), para valorar la posibilidad de que el sujeto hubiera contestado al MMPI con una tendencia sutil, pero persistente, tanto a encubrir (puntuaciones altas) como a exagerar (puntuaciones bajas) sus proble- mas y dificultades. Como se explicara des- pués, ademds de este papel como indicador de validez, la puntuacién de la escala K puede usarse también pata afiadir pondera- ciones correctivas a cinco de las escalas del conjunto clinico. Los datos procedentes del grupo de varo- nes y mujeres no-pacientes de Minnesota se usaron para convertir las puntuaciones directas en puntuaciones lineales T de las escalas de validez y clinicas. Estos baremos del test han sido usados en los perfiles estandar del MMPI por todo Estados Unidos y en muchos otros paises (también se han desarrollado baremos especiales para algu- nas traducciones del MMPI [Butcher y Pancheri, 1976]). Ademas se desarrollaron conjuntos alternativos de baremos para adolescentes, escolares y personas mayores 14 C1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 strom, Welsh y Dahlstrom, 1972). una de esas aplicaciones utiliz6 la posicién de escalas en el perfil estin- pr, si bien no se utilizaron correcciones K n los baremos de adolescentes. En algu- Os programas informaticos, las puntuacio- es T normalizadas reemplazaron a las untuaciones lineales T desarrolladas por lathaway y McKinley (Finney, 196 olligan, Osborne, Swenson y Offord, ). Sin embargo, las transformaciones las puntuaciones T normalizadas se con- fieron en perfiles que son bastante dife- ites a los perfiles basados en las pun- iciones T originales de Hathaway y Kinley (Hsu, 1984). LA NECESIDAD DE UNA NUEVA TIPIFICACION Después de 1950, se establecio el for- to del MMPI. Su aceptacién crecié sin en los Estados Unidos y, traducido a as lenguas, su uso se extendid por todo mundo. En muchos nuevos ambitos en que ha sido introducido con una gran iedad de propésitos (p.cj., seleccién de onal, admisin en programas académi- instruccién militar) han surgido cues- acerca de algunos de los items que tan del ajuste sexual, funciones corpora- y temas religiosos. Si bien estos temas en evidente relevancia para las evalua- jones médicas y psiquidtricas para las que est fue originariamente desarrollado, en contextos frecuentemente fueron jiderados como innecesariamente in- y censurables (Butcher y Tellegen, 16; Walker, 1967). Como la cultura ha biado, casi cinco décadas después de los items fueran originariamente escri- por los autores del test, también han jido cuestiones acerca de términos se- las, expresiones idiomaticas anticuadas erencias a material literario y activida- *s de recreo cada vez mas desconocidas. El extendido uso del test y esos cambios culturales han hecho necesario reeditar los tems del MMPI. Lo que es mas importante, la creciente evidencia de que la poblacién ahora responde a algunos de esos items de forma sustancialmente distinta (Colligan y otros, 1983; Dahlstrom, Lachar y Dahlstrom, 1986) cred la necesidad de una tipificacién con baremos actuales. Hathaway y McKinley planificaron reco- ger un ntimero sustancialmente mayor de sujetos para sus muestras de no-pacientes (2.5004), pero las limitaciones de fondos en el periodo de depresién econémica les obligaron a conformarse con menos de un tercio de lo que pretendian (724). Aunque la validacién intergrupos fue posible, por los variados grupos de criterio en pacientes, no fue posible una validaci6n intergrupos de no-pacientes. Por tanto, los baremos so establecieron sobre una sola muestra nor- mativa. Un resultado esperable fue que muchas de las transformaciones de las pun- tuaciones T de las escalas basicas resultaron demasiado bajas. Otro factor significativo que redujo los baremos de Hathaway y McKinley en relacién a los nuevos bare- mos, fue el mayor ntimero de omisiones en las originarias muestras normativas. Las muestras originales usadas para establecer los baremos del MMPI resultaron también limitadas por la inadecuada representacién de adultos de diferentes regiones, marcos culturales y grupos étnicos y raciales. Aunque la muestra de no-pacientes recogi- da por Hathaway y McKinley fue represen- tativa de la poblacién de Minnesota de los afios 30 -en términos de rango de edad, nivel educativo y antecedentes socioeconé- micos-, fueron reclutados pocos negros, nativos americanos 0 miembros de otras minorias debido a sus procedimientos de muestreo. Un programa de muestreo a nivel nacional proporcionaria la oportunidad de subsanar esas limitaciones de los baremos del test original. IyrropucciON O15, . NUEVA TIPIFICACION ORIGINAL DEL CUESTIONARIO. Se preparé una forma especial de inves- tigacién del MMPI para el proyecto de tipi ficacién, denominada "Cuadernillo AX" (adulto experimental). Se mantuvieron los 550 items originales (82 de ellos modifica- dos por las razones sefialadas y anulados los 16 duplicados). Se afiadieron 154 items provisionales, formando un total de 704 items en la forma AX. Algunos de estos nue- vos items fueron versiones revisadas de otros ya existentes, introducidos para deter- minar si podrian constituir mejoras sobre la terminologia original. Pero la mayorfa de las adiciones fueron disefiadas para propor- cionar una mejor cobertura de temas y reas de interés que no habian recibido atencién adecuada en el originario conjun- to de items (Schofield, 1966). Estos items se destinaron a reemplazar a otros que eran culturalmente inadecuados o psicométrica- mente poco fiables, asi como a servir como fuente de medidas suplementarias en las dreas de conducta familiar, trastornos ali- mentarios, abuso de sustancias, buena dis- posici6n para el tratamiento y la rehabilita- cién o interferencias en el trabajo. Se crearon formas adicionales para reu- nir informacién biografica y suplementaria acerca de la muestra de adultos cuyas res- puestas podrian usarse para establecer los nuevos baremos del test. La informacién suplementaria incluyé una medida de recientes cambios significativos en las vidas de los sujetos' y, en individuos que se pres- taron voluntarios para ser examinados junto con sus cényuges parejas’, del grado de " Adaptado a partir de Holmes y Rahe, 1967. ‘Adaptado a partir de la Escala Katz de Ajuste, Forma R (Katz, 1968) satisfaccién que experimentaban en sus relaciones’ Se contacté con sujetos de entre 18 y 90 afios a través de varios métodos, principal- mente mediante correspondencia directa a partir del listin telefénico y de listas de pro- paganda. En una localidad -Chapel Hill, Carolina del Norte- los sujetos fueron requeridos mediante avisos y llamadas especiales, asi como mediante respuestas a contactos con sujetos apuntados en listas de zonas estratificadas de captacién. La muestra fue extraida de comunidades de siete estados: California, Minnesota, Caro- lina del Norte, Ohio, Pennsylvania, Virginia y Washington. Ademas se afadieron, pro- porcionalmente a la muestra, sujetos de grupos de individuos evaluados en reservas indias y en varias bases militares, ya que estos sujetos no podrian haber sido contac- tados a través de otros métodos de recluta- miento. Como ya sefialamos, se hizo un especial esfuerzo por reclutar parejas que estuvieran casadas o conviviendo durante un afio como minimo. Esto permitié obte- ner diversas evaluaciones de personalidad y conducta de la muestra de sujetos a partir de personas que probablemente conocian bien a los sujetos. Inicialmente se aplicé el test a alrededor de 2900 sujetos para incluirlos en la mues- tra de tipificaci6n. Un examen del acabado y de la validez de las hojas de respuestas e informacién de los antecedentes redujeron el ntimero total de sujetos de las muestras normativas a 1138 varones y 1462 mujeres, un total de 2600. La razén més frecuente para eliminar a un sujeto de la muestra fue la de un protocolo MMPI inaceptable: excesivas omisiones de items (40 0 mas de los 704 items); o una puntuaci6n excesiva- 9 Adaptad a partir de la Escala de Ajuse Distico de Spanier (Spanier, 1976) 16 Q) INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 TABLA 1. DISTRIBUCION GEOGRAFICA DE LOS SUJETOS: EN LA MUESTRA DE TIPIFICACION ORIGINAL VARONES | MUJERES ae Frecuencia | % | Frecuencia | % California 12 98 132 9,0 Minnesota 266 23,4 296 203 Carolina del Norte | 181 15,9 307 7,0 Ohio 196 172 254 174 Pensylvania 123 108 182 125 Vir 109 946 144 99 Washington 106 93 m1 7,6 Militar (a) 18 16 6 o4 Reserva india (b) 7 24 30 24 Total 1138 | 1000 | 1.462 | 1002 (a: Personal en servicio activo evaluado en varias bases militares de EEUU. {@) Nation amescanas adits residents ea vesena federal del estado de Washington. mente alta (de 20 0 més) en cualquiera de ‘escalas F: la escala F estandar o la esca- comparable Fb, de 64 items, derivada de segunda mitad del cuadernillo del test ,, usando el mismo criterio de respuesta 10% 0 menos) que los autores utilizaron para construir la escala F. Fuentes adicio- les de casos problematicos fueron el ener incompletos 0 ausentes los datos bio- réficos 0 los referentes a sucesos recientes su vida y omitir la identificacién de echa de nacimiento o de sexo. En la Tabla 1 hay una lista de la distribu- ién geogréfica de los varones y mujeres luidos en la muestra de tipificacién. La jestra de nativos americans procede de na, Washington, y la muestra militar de jumerosas bases militares de cuatro esta- fos. Las distribuciones de puntuaciones de is diferentes regiones geograficas son bas- nte cotejables sobre las escalas, Estos des- s métodos diferentes de reclutamiento oporcionaron grupos similares de varones y mujeres en la muestra de tipificacién. Asimismo, dado que las valoraciones de los voluntarios varfan mucho entre las diferen- tes muestras, la similaridad de sus distribu- ciones sugiere contundentemente que los factores de influencia de los voluntarios no han incidido significativamente en los bare- mos. Los antecedentes étnicos y raciales de estos varones y mujeres se muestran en la Tabla 2 comparados con el censo de los Estados Unidos (Bogue, 1985)’. Aunque las proporciones son bastantes comparables con las de negros y minorfas de nativos americanos en este pais, el subgrupo his- pano y el asio-americano estén poco repre- sentados en la muestra de tipificaci6n. Comparaciones similares entre el censo de 1980 y la muestra de tipificacién por edades (Tabla 3), afios de escolarizacién completados (Tabla 4) y estado civil (Tabla 5), revelan que las caracteristicas mas dis- pares de la muestra en comparacién con Dado que la oficina del Censo de fos Estados Unidos no sueleincluie una divisién adicional para hacer que estos datos se ajustasen alas del censo,abivariamente, ol 56% de los que se autoidentificaron como de oxigen hispano se incluyeron como “blancos" y el 44% “com “otros” (EEUU. Oficina del Censo, 1983). Inteopuccion O17 los datos reales del Censo de EE.UU. se refieren a sus antecedentes educacionales. En la muestra normativa existe un exceso de varones y mujeres adultos con educa- ci6n postuniversitaria y una baja represen- tatividad de los que completaron la escola- ridad media 0 secundaria, 0 que no obtu- vieron diploma de bachiller. Los datos ocu pacionales y de ingresos reflejan ese mismo sesgo hacia niveles socioeconémi- cos altos en el grupo normativo (ver tablas 6 y 7). No obstante, las distribuciones de las muestras normativas sobre estos diver- sos indices de estatus socioeconémico parecen estar prximas a las de los sujetos tipicos que suelen ser examinados con el MMPI cn varios lugares de los Estados Unidos. TABLA 2. ORIGENES ETNICOS DE LOS SUJETOS EN LA MUESTRA. ‘COMPARACION CON EL CENSO DE 1980 VARONES MUJERES Grupo étnie Reestandarizacién Reestandarizacién Censo, Censo Frecuencia | % A Frecuencia Am Asiaticos 6 05 | 05 15 2B 09 09 | 15 Negros we} ua | ia 10,1 18 | 129 | 129 | 109 Hispanos 35 3A * ‘ 38 2.6 . # Indios Americanos 38 aa | 33 05 39 27 27 | 05 Blancos 933 | 82,0 | 03,7 | 05,2 | 1184 | 81,0 | 824 | 847 Otros 0 o| 13 7 0 ° 1 2, Total 1138 | 1000 | 999 | 1000 | 1462 | 100,1 | 1000 | 99,9 “Alu conforme a as categoas del Censo de EE.UU. (Los hspanos feronclasieados comer 56% “Blancos”, 48% "Otrex") (EEUU. Oficina det eno, 1983) 1.5. PREPARACION DE LOS BAREMOS NACIONALES AMERICANOS El primer paso en el desarrollo de las conversiones en puntuaciones T de las escalas basicas del MMPI implica conside- rar los ftems que han suftido algtn cambio de edicién. Como se indica en la Tabla 8, algunos items fueron retirados de las esca- las bsicas por razones relativas a su conte- nido. Estas anulaciones redujeron los ran- gos de puntuacién directa de cinco escalas basicas (escalas F, 1, 2, 5 y 0). Ademas, alguns items de todas las escalas sufrieron cambios en su formulacién, que oscilan, en orden de importancia, entre una 0 dos palabras cambiadas y un sustancial escla- recimiento. (Ver Tabla 8). El potencial impacto de estas modifica- ciones fue evaluado examinando los cam- bios en las respuestas a los items; calculan- do las correlaciones de los items con las escalas (corregidas de la participacién del mismo item) en las escalas en cuestidn; y mediante un estudio especial test-retest. Ben-Porath y Butcher (1988) compararon las respuestas de los sujetos a los items del MMPI original y del revisado y encontraron que la mayoria de ellas no diferian signifi- cativamente de las respuestas de un segun- do grupo de sujetos al que se le aplica- ron los items con terminologia original dos veces. En los items cuyo patron de 18 O_ INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 TABLA 3. EDAD DE LOS SUJETOS DE LA MUESTRA. COMPARACION CON EL CENSO DE 1980 YVARONES MUTERES pee tad Frecuencia [_% Genso | Frecuencia | % Censo 18.19 20 18 5,7 30 21 5,1 20.29 268, 23,6 264 373 25,5 241 30:39 331 291 20,1 438 30,0 187 40-49 7 15,6 144 224 15,3 137 50-59 144 12,7 143 177 131 43 60-69 134 118 110 143 98 12,0 70-79 55 48 60 65 45 9,0 80-04 9 08 22 2 08 40 Total 1136 [ 1002 | 1001 7462 | 1001 | 100.9 TABLA 4, ANOS DE ESCOLARIZACION DE LOS SUJETOS DE LA MUESTRA. COMPARACION CON EL CENSO DE 1980 Bas \VARONES, MUJERES: euaued Frecuencia % Genso (a) _| Frecuencia % ‘Censo @) ‘de BUP 6 54 32,7 68 47 34,2 illerato. 242 213 311 398 27.2 37,7 terminar la Universidad 272 23,9 16,1 379 25,9 15,3 jado 310 27.2 98 390 26,7 25 licenciado 253 22,2 10,3 227 15,5 53 1138) 10,0 10,0 1462 100,0 100,0 ios Gl Coso Ge EEUU, se basa en adios de 25 0 ms afos Be wh TABLA 5. ESTADO CIVIL DE LOS SUJETOS DE LA MUESTRA. COMPARACION CON EL CENSO DE 1980 VARONES MUJERES Frecuencia % Censo (a)_| Frecuencia % Censo (a) 823 72,3 616 394 61,2 56,3 2 Wl 25 7 53 11,9 59 52 48 161 1,1 66 23 2,0 18 33 29 28 221 19.4 29,3 297 20,3 22,4 1138 100,0 10,0 1462 100,0 10,0 ios del Censo de EE UU. se basin en altos de 25 0 mls ao deed TABLA 6. OCUPACION DE LOS SUJETOS DE LA MUESTRA. COMPARACION CON EL CENSO DE 1980 VARONES MUJERES, Frecuencia % Censo % Censo 479 42,1 15,5 581 39,7 15,7 168 148 16,8 109 7.6 55 164 14,4 37.8 51 35 13,1 37 33 12,4 328 22,4 42,0 132 11,6 17,3 23 5,0 23,8 154 13,5 309 ana 4 04 u 06 1138 100,1 99,8 1462 100,0 100,1 InTRODUCCION O19 respuestas cambié significativamente, no se encontraron diferencias apreciables cuando se compar6 su contribucién a las escalas clinicas y suplementarias con las de los items escritos originalmente. Todos estos resultados indican que la nueva redaccin de los items no alteré sus propiedades psi- cométricas. Se obtuvieron las distribuciones de las puntuaciones directas de forma separada para varones y mujeres en las 13 escalas, de validez y clinicas. Un examen de estas dis- tribuciones revelé que el sesgo positivo que caracteriz6 la distribucién de la mayoria de las escalas en los baremos del MMPI de 1940, también aparece en la distribucién de las escalas en el grupo normativo actual, tanto en varones como en mujeres. Sin embargo, también fue claro, como lo fue en el caso de los baremos de 1940, que la forma general y grado del sesgo de estas distribuciones de puntuaciones directas varian un poco. Consecuentemente, cuan- do se calculan las tradicionales puntuacio- nes T lineales, la misma puntuacién T, por ejemplo una puntuacién T de 70, represen- ta diferentes centiles en diferentes escalas Esta caracteristica poco deseable ha sido climinada ahora con un minimo cambio, derivando a puntuaciones T uniformes (Tellegen, 1988b). TABLA 7. INGRESOS DE LOS SUJETOS DE LA MUESTRA. ‘COMPARACION CON EL CENSO DE 1980 Parejas de marido/mujer Cabera de familia varén Cabeza de familia mujer Ingresos Frecuencia] % Conso_| Frecuencia] % | Censo_| Frecuencia] % Ceonso S$ 0- 4999 39} 15, 16 6 02 on 30 12] 41 S$ 5- 9999 a4] 47 | 48 | 10 04 On 43 ww | it $ 10-1999 254] 9,8 | 15,6 | 23 09 | 03 86 33 | 23 $ 20-2999 362 | 14,7 | 168 | 22 09 | 03 61 24 | 41 $ 30-4499 549 | ant | 142 | 16 06 | 02 36 14 | 06 $ 45-5999 21 | 389 96 | 10 04 | ot 6 02 | 03 $ > 60000 19 | 73 92 4 0.2 01 5 02 | 01 Sin datos 29} 4 3 1 4 02 Total i7i7_| 661 | 71,8 | 94 37 12 | 271 | 106 | 72 Varones solos Mujeres solas TOTAL Ingresos Frecuencia] —% — | Cemso | Frecuencia] —% | Censo | Frecuencia] % | Cemo S$ 0- 4999 23 | 09 15 32 12 24 130 50 | 67 $ 5. 9999 27 | 10 18 34 13 29 158 61 | 113 $ 10-1999 sa | 22 3,0 1 35 | 36 siz] 19,7 | 248 $ 20-2999 4a | 16 15 49 19 12 556 | 214 | 20,9 $ 30-4499 41 1.6 1,0 39 15 | 05 681 | 262 | 165 $ 45-5999 10 | 04 0.2 19 07 | 01 276 | 10,6 | 10,3 $ > 60000 1 | os on 2 08 | 00 233 00 | 95 Sin datos 6 | 02 2 05 sa] 21 Total 221 84 o1 297 | 114 | 107 | 2600 | 1000 | 100.0 20 1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 TABLA 8. ANULACIONES Y CAMBIOS DE ITEMS Y SU EFECTO SOBRE LAS ESCALAS BASICAS. NUMERO DE [TEMES TIPOS DE CAMBIOS Escala Anulados _Permanecen Cambiados | A 8 c D L 2 15 2 1 1 : ; F 4 60 2 1 s 6 : k : 30 1 - 1 ; é Hs 1 ” 5 : 1 3 1 D 3 57 2 1 1 : - Hy a 60 9 : 4 a) 3 Pd - 50 4 : 2 1 1 Mi 4 56 6 1 2 1 2 Pa : 40 2 1 - 1 Pt : 48 2 - 1 1 Se 3 78 B : 1 7 5 Ma 46 cy 4 2 1 si 1 69 6 3 2 1 No pertenecientes a ninguna escala basica: 16 3 z 3 3 ‘Az Eliminacién de posible terminologia sexista. Be Modernizacién en su idioma y uso. (C= Clarficacion gramatical (tiempo, voz, adicion menor o supresion) D: implificaci6n, is puntuaciones T uniformes tienen una ibuci6n que se aproxima a la distribu- de las puntuaciones T lineales tipicas escalas clinicas del MMPI-2. Mas fficamente, esta distribucién tipica verse como una composicién de 16 fibuciones, a saber, las distribuciones de jones T lineales sin correccién K de las escalas clinicas (omitiendo las las 5 y 0) en ambos grupos normativos es y Mujeres). El calculo de las pri- puntuaciones lineales T se obtuvo la formula T = 50 + [10 (X - X)]/Dt, que X es la puntuacién directa y X y la media y la desviacién tipica de las jaciones directas en una escala deter- de cada grupo normativo. A conti- i6n un conjunto de valores normativos mposiciones de puntuaciones T", aso- a una serie de valores en centiles, se como sigue: para cada centil, la cién T lineal asociada se derivé a de cada una de las 16 distribuciones y se hizo el promedio de esos 16 valores. Las series resultantes de ese promedio o compuesto de puntuaciones T (correspon- dientes a la serie de centiles) se usaron, entonces, como el patrén uniforme en la derivacién de las f6rmulas de regresién y las tablas vistas para las escalas individua- les (separadas por sexo). Las tablas anterio- res transforman las puntuaciones directas de cada escala en las estimaciones corres- pondientes de composiciones de puntua- ciones T. Estas estimaciones constituyen las puntuaciones T uniformes de esa escala. Como se deseaba, las distribuciones de las puntuaciones T uniformes son muy simila- res de una escala a otra con, aproximada- mente, igual nimero de puntuaciones en cada nivel de altura de la puntuaci6n T. Usando siempre el mismo conjunto de composiciones de puntuaciones T (el ya descrito), las puntuaciones T uniformes se derivaron para las puntuaciones directas i n K de las escalas clini- Introouccion Q 21 cas basicas! y para las puntuaciones direc- tas de las nuevas escalas de contenido. Para todas las demds escalas, los valores de las puntuaciones T lineales se obtuvieron usan- do la formula T= 50 + [10(X-X)//Dt, donde X es la puntuacién directa y X y Dt son la media y la desviacién tipica de las puntua- ciones directas de una escala determinada de cada grupo normativo. También es importante sefialar que el rango de las puntuaciones T uniformes no se aparta marcadamente del de las dist ciones originales de puntuaciones T linea- les. En la tipificaci6n original se realiz6 una comparacién de las distribuciones de pun- tuaciones T de una muestra de pacientes psiquidtricos a los que se les aplicé el test en Ohio y Minnesota, empleando cuatro tablas normativas: los baremos originales establecidos por Hathaway y McKinley con varones y mujeres de Minnesota usando puntuaciones T lineales; los baremos de Mayo (Colligan y otros, 1983) basados en puntuaciones T normalizadas; un conjunto de valores de puntuaciones T lineales cal- culadas sobre las medias y desviaciones tipicas de las muestras de tipificacién; y las puntuaciones T uniformes descritas ante- riormente. Tanto las puntuaciones T lineales como las uniformes basadas en la muestra actual fueron algo més bajas que las pun- tuaciones T generadas por esos pacientes en los baremos originales, pero el rango de valores no esté muy restringido en ninguna de las transformaciones negativas. Sin embargo, los valores de los baremos de Mayo difieren marcadamente en los rangos superiores de puntuaciones T, con pocas puntuaciones que caen fuera de un valor u- 80. Ademids, se realizaron comparaciones adicionales del impacto del cambio de los valores normativos de referencia. La fre- cuencia relativa de cada puntuacién alta que aparece en los periiles basicos de esos pacientes psiquidtricos cuando se conside- ran esos mismos conjuntos de puntuaciones se da tanto si no se considera el nivel abso- luto de la puntuacién mas alta como en los perfiles en los que la puntuacién mas baja supera el valor 70 en puntuaciones T. Finalmente se hizo el estudio de las com- paraciones entre los baremos originales de Minnesota y los valores de las puntuaciones T uniformes, de cédigos de combinaciones de dos escalas y de la escala més alta. En esta muestra particular de pacientes psi- quiatricos, aproximadamente dos tercios de los pares de cédigos permanecen igual, sea cual sea el conjunto de puntuaciones T uti- lizado. Sin embargo, uno de cada tres pacientes obtiene diferente cédigo de dos puntos respecto de la escala més elevada cuando se aplican las nuevas tablas norma- tivas a las escalas de perfiles, a pesar del particular nivel de elevacién usado como punto de referencia (podrian esperarse resultados similares usando cédigos de combinacién de tres escalas y escala mas alta), Las interpretaciones de las escalas clini- cas del MMPI tienden a dirigirse a las ele- vaciones de las escalas. Aunque deberia reconocerse que en la linea divisoria entre las elevaciones normales y anormales, generalmente es Util tratar las puntuaciones T 65 0 superiores como clinicamente sign ficativas, en vez del nivel T 70 0 superior recomendado por el MMPI original. Excepto para las escalas 5 y 0 que se excluyeron debido a su método diferente de abtencidn y ditribucin. 22 O1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2, 2. APLICACION CUALIFICACIONES BASICAS DE LOS USUARIOS DEL MMPI-2 Iquier instrumento psicolégico dise- para evaluar varios atributos de perso- en una sola aplicacién (por ejem- in test de amplio espectro), requiere el iento y cualificacién de la persona elige para la valoracién individual de © pacientes. Aunque el MMPI-2 es mente facil y sencillo de aplicar y jr, su interpretacién requiere un alto | de preparacién psicométrica, clinica, I y profesional, asi como un fuerte womtisg Cun lus principivs éticus del los tests. IFICACIONES PSICOMETRICAS : Nivel de titulado en evaluacién ica preparacién en teoria de los tests es jal para comprender cémo se utiliza 1-2. El entrenamiento en esta drea el conocimiento de diversos tipos mos y su evaluacién, seleccién y mi. De forma sitnilat, el usuario fener un conocimiento basico del en que un registro individual se mediante varias puntuaciones i, junto con sus transformaciones, jones y configuraciones, También se saber apreciar los intervalos de de estas puntuaciones y sus erro- de medida. Ademis, e! usuario estar informado acerca de los efec- al valorar la certeza de varias y clasificaciones cuando aplica los del test a cuestiones particu- evaluacién. También deberia estar con el alcance y limitaciones del uso de variables supresoras en el esca- lamiento psicolégico. La codificacién del perfil, las reglas de decisién y el uso de puntuaciones de corte apropiadas constitu- yen los principios y conceptos psicométri- cos basicos. PREPARACION EN PERSONALIDAD Y PSI- COPATOLOGIA Minimo: Nivel de titulado en psicopatolo- gia Es también esencial estar familiarizado con la estructura, dindmica y desviacién de la personalidad, Tanto si las hipétesis inter- pretativas estan generadas a partir del mate- rial esténdar del MMPI como a partir de procesos informaticos, el usuario del Cues- tionario debe ser capaz de integrar estas hipotesis y recomendaciones con un cono- cimiento detallado de las caracteristicas del individuo con el que est trabajando. Para generar una formulacién acerca del pacien- te cliente, precisa y equilibrada, el usua- rio debe estar al corriente de los actuales conceptos psicodiagnésticos y sistemas diagnésticos. La formulacién de esas re- comendaciones implica necesariamente, tanto un conocimiento profundo del Cues- tionario, como una comprensién amplia de las complejidades de la personalidad hu- mana. RELACIONES INTERPROFESIONALES. La persona responsable del uso del MMPI-2 puede no ser la persona que habi- tualmente corrige 0 aplica el Cuestionario. Sin embargo, es esencial que esté cualifica- da para supervisar la realizacin técnica de esas tareas y sea capaz de entrenar a otro individuo sobre los detalles de la aplicacién ‘APuCACION O23 y correccién del MMPI-2, y sobre el uso ético del test. La supervisin debe asegurar que los técnicos den habitualmente los pasos necesarios para controlar la preci- sién, prevengan el uso de métodos inapro- piados de evaluacién y permanezcan vigi- lantes en cuanto a las potenciales fuentes de invalidez del test (ver mas adelante Determinacién de la validez del protocolo). EI MMPI-2 se usaré a menudo en res- puestas a informes pedidos por colegas de profesiones afines. Es importante que el usuario del MMPI-2 sea capaz de comuni- car la informacién y conclusiones genera- das por los resultados del MMPI-2 de forma que sea comprensible para esos profesiona- les. El simple informe de las puntuaciones del test o de los patrones de codificacién no es suficiente o apropiado cuando el recep- tor carece de las cualificaciones basicas sefialadas anteriormente. Se requieren informes verbales precisos para la mayoria de las comunicaciones interprofesionales. 2.2, RESPONSABILIDAD ETICA DEL USUARIO DEL TEST Es esencial que el usuario del MMPI-2 controle el rango de su aplicacién, las con- diciones en las que es aplicado y corregido, asf como la confidencialidad de los resulta- dos del test y los informes finales. Debe ser conocedor de las limitaciones del test y res- tringir su uso a los problemas y clientes apropiados. No deben proporcionarse las puntuaciones del test a personas que no estén lo suficientemente preparadas como para hacer un uso profesional de ellas. Se debe ser serio y sensible al proporcionar las interpretaciones y recomendaciones del test al cliente © paciente en cuestién (ver mas adelante Uso ético del test). 2.3. APLICACION DEL MMPI-2 Existen numerosas consideraciones im- plicadas en la aplicacién del MMPI-2 apar- te de las inherentes al uso de cualquier ins- trumento psicoldgico. Se insta al usuario del test a que se familiarice con esas nove- dades y siga las siguientes recomendacio- nes en todas las aplicaciones del Cuestio- nario, ya sean de investigacién, formacién o evaluacién clinica USO ETICO DEL TEST La facilidad con que el MMPI-2 puede ser aplicado y corregido (ver la seccién siguiente) puede relajar las exigencias de uso de este instrumento por parte de algu- nos profesionales, de manera que puede comprometer las garantias éticas y profesio- nales que exigen todas las medidas de eva- luacién psicolégica. Cualquier aplicacién del MMPI-2 debe realizarse de forma que garantice la intimidad del sujeto o cliente, la ausencia de distracciones e intrusiones y la total seguridad de que los resultados del examen serdn respetados, protegidos y usa- dos en beneficio y aumento del bienestar de la persona. El descuido en la aplicacién © correccién, la falta de cuidado en la pro- teccién y reserva de los resultados, u otra evidencia de insensibilidad en las comuni- caciones inherentes a la aplicacién del test pueden dafiar seriamente el valor de la informacién reunida por medio del MMPI-2. Los individuos en los que descansa la res- ponsabilidad de la aplicacién rutinaria del test deben estar cuidadosamente entrena- dos y bien informados acerca de los pasos necesarios para obtener un protocolo de test valido y Util. Esto es particularmente importante si la persona encargada de estas tareas es un técnico o empleado que care- ce de cualquier preparacién profesional o de la experiencia y reconocimiento requeri- dos en psicometria o evaluacién, resumidos anteriormente en Cualificaciones basicas de 24 1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 usuarios del MMPI-2. La supervi- por parte de un profesional totalmente ficado es tan esencial en el uso del I-2 como en el de cualquier otro ins- to de evaluacién. Debe controlarse ficamente el uso del test para asegurar itenimiento de normas correctas. A LOS QUE LES ES APLICABLE utilidad de la informacién obtenida inte el MMPI-2 depende en gran de la capacidad del sujeto para inder las instrucciones del test, cum- las demandas de la tarea, com- re interpretar el contenido de los en relacién a si mismo y registrar auto-atribuciones de modo sincero. s0s estados emocionales 0 condi- fisicas pueden perjudicar esta capa- fs vital que el aplicador del instru- esté alerta a la presencia de algunas jones incapacitantes, tales como: visual limitada, dislexia 0 afasia iva, trastorno de aprendizaje, intoxi- por drogas 0 alcohol o estado de ia mental", reacciones t6xicas a agentes infecciosos u otros delirios cos, desorientacién causada_por cerebral, confusi6n posterior al ata- un trastorno epiléptico, dafio neuro- residual por regimenes polifarmaco- prolongados, estados confusionales episodios cataténicos o ataques de jones, el profundo retraso_psico- de una condicin grave de depre- la extrema distractibilidad de una manfaca. Cualquiera de estos esta- \dos similares de perjuicio a la fia- de la aplicacién pueden limitar la del sujeto al que se aplica el test implir con las relativamente simples leer los items del MMPI-2 y regis- Tespuestas. , la persona que aplica el test inar si el sujeto puede leer el contenido de los items e interpretar su sig- nificado en el contexto cultural del que se han obtenido. Es decir, no basta con verifi car que el individuo puede reproducir oral- mente las palabras de una frase dada (una capacidad en el rango de algunos sujetos muy precoces de diez anos de edad). El contenido del item debe tener significado para el sujeto de acuerdo con su tipo de experiencia en a vida (algo més dificil para los mas jvenes, los intelectualmente limi- tados, los discapacitados para el apreni je, los gravemente limitados culturalmente, © los que han emigrado recientemente a este pais para los que el significado de muchos términos espafoles pueden ser poco claros). Aunque en el MMPI-2 existen controles de validez que pueden servir para cuestionar la aceptabilidad de una aplica- cién del test, es mucho mejor intentar eva- luar esos problemas antes de empezar el test, y sustituirlo por una forma mas mane- jable del Cuestionario, o aplicarlo en mas de una sesidn. En algunos casos de aplica- ciones colectivas puede ser imposible iden- tificar esa clase de complicaciones; es entonces cuando puede ser necesario con- fiar en los controles de validez del test para detectar los protocolos inaceptables. Hathaway y McKinley intentaron que las habilidades de lectura necesarias para com- prender los items del MMPI 2 fucran apro ximadamente las de un nivel de quinto grado (2° de ESO). Inmediatamente a la publicacién del test, los estudios realizados confirmaron que generalmente este nivel de competencia lectora es suficiente, pero informaron que se requerfa un nivel de sexto grado o ligeramente superior para comprender adecuadamente algunos items. Como parte de la tipificacién del MMPI, se realizaron nuevos estudios sobre el nivel de dificultad de lectura de sus items. Se calcu- 16 en cada item un indice de dificultad lec- tora y de comprensién denominado "Valor Léxico"’ . Este indice se basé en la longitud Apuicacion O25 TABLA 9. VALORES LEXICOS MEDIOS EN LAS ESCALAS BASICAS Escala Naimero de items Valor Iéxico" medio L 15 518,62, F 60 579,89 K 30 656,42, Hs 32 580,05, D 57 534,17 Hy 60 609,21 Pd 50 569,26 Me 56 453,74 Pa 40 606,33, Pt 48 592,08, Sc 78 589,21 Ma 46 824,69 Si 69 611,63, “: Léxico= Un indice especial de diiculad letra y comprensién desarallado por Metaméicos de Durham, 'Ne(Stenner, Hert, Smith y Soh, 1988) de la frase, la frecuencia de las palabras en diversas clases de literatura popular y la complejidad de la frase; el rango posible de estos valores comienza algo por debajo de 0 y llega hasta 1600. Un valor Iéxico de 300 corresponde aproximadamente a un nivel de dificultad lectora de segundo grado, 400 a tercer grado, etc., siendo 1300 equivalente a un nivel de graduado en el Instituto. La Tabla 9 muestra una lista del valor léxico promedio de los items que compren- de cada una de las escalas basicas del MMPI-2. Como puede verse, algunas de las escalas contienen {tems con un mayor pro- medio de dificultad lectora y de compren- sin para los sujetos?, Basdndose en los actuales niveles de eficacia lectora, hoy se requeriré un nivel de lectura de octavo grado para comprender el contenido de todos los items del MMPI-2 y responder a ellos adecuadamente. Si existen serias dudas acerca de la competencia lectora del sujeto, se recomienda la ayuda de otro test para determinar la comprensién lectora (por ejemplo, el PIAT-R [Markwardt, 1989), que se aplicaria primero. ADECUACION DEL MMPI PARA LOS ADOLESCENTES Los miembros del Comité de Tipificacién estan actualmente analizando datos de adolescentes. Hasta que los baremos estén disponibles, recomendamos que se utilice el MMPI original con los adolescentes?. 2.4. CONDICIONES DEL EXAMEN La situaci6n tipica para aplicar el MMPI- 2 requiere un espacio adecuado en una mesa para colocar el Cuaderillo de pre- guntas y la Hoja de respuestas, buena ilu- minacién, una silla confortable y un ambiente silencioso libre de intrusiones y distracciones. Sin embargo, a menudo no es posible proporcionar un entorno de apli- cacién ideal. Por ejemplo, puede ser nece- sario ayudar al sujeto a responder al test en una sala de espera 0 mientras esta interna- do en una sala del hospital. En estos casos 1 Desarrollado por Metametrics de Durham, NC; ver tenner, Horabin, Smith y Smith, 1986, 2 Ena version americana, 3 std ya disponible el MPLA, 26 1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 tomar precauciones para que la na que responde al test no sea moles- or otros de la habitacién o para que iba influencias de otros pacientes. almente se permite al sujeto dejar el yrante intervalos de tiempo limitados, }por ejemplo, antes y después de una jén para procedimientos rutina- icacién a grupos numerosos re- medidas especiales para asegurar la cooperacién y cuidar la realiza- test. En un grupo pequefo, el apli- el test puede actuar solo. Sin embar- yoria de los aplicadores prefieren al menos otra persona que les ayude. ralmente puede ser necesario un gado adicional por cada 20 6 25 suje- ede ser necesaria una ayuda adicio- fando se dan condiciones especiales labitacién donde se lleva a cabo la cidn, tales como evaluar a los sujetos es en una habitacin atestada. también necesario, en tales cir- as, tener a uno o mas ayudantes a @ los jévenes conozcan de nombre y edan ejercer un control efectivo éstos para asegurar su cooperacién y correcta al test. que ayudan en la sesién de test nducirse con la misma seriedad y 32 profesional que la recomendada examinador. Los ayudantes acos- a la estrecha supervision que los tests de aptitudes con Ifmite deben ser explicitamente instrui- ra ser mas flexibles. Durante la apli- un cuestionario de personalidad, MMPI-2, los sujetos sensibles pue- pretar hasta la mas casual de las jones entre ayudantes como un io sobre sus respuestas a los items De forma similar, permanecer po en un sitio de la habitacién interpretado como excesiva d por lo que estén contestando los sujetos de esta area. Sélo debe atenderse a detectar errores al marcar, ausencia de per- sistencia 0 copia de las respuestas de otros. Algunos sujetos pueden responder en voz alta al contenido de algunos de los items y provocar una serie de comentarios de otros, que puede ser molesto, si no el "principio del fin’. Los ayudantes pueden ser interrogados a menudo para clarificar el contenido de determinados items; deben proporcionar definiciones simples de pala- bras y emplear frases coloquiales y modi mos y evitar discusiones largas. Usual- mente, es suficiente con decir: "indica la forma en que td lo ves". 2.5. FICHA TECNICA * Nombre: Cuestionario Multifasico de Personalidad de Minnesota, MMPI-2. * Nombre original: Minnesota Multi- phasic Personality Inventory-2. ‘* Autores: S.R. Hathaway y J.C. McKin- ley. * Procedencia: University of Minnestota, Minneapolis. Publicado por University of Minnesota Press. * Adaptacién espafiola: Alejandro Avila Espada y Fernando Jiménez Gomez, Universidad de Salamanca. * Aplicacién: individual y colectiva * Duracién: variable, de 60 a 90 minu- tos. * Edad: solamente adultos (19-65 aiios). Existe una versién (MMPI-A) para ado- lescentes. * Finalidad: evaluacién de varios facto- res 0 aspectos de la personalidad a tra- vés de tres grupos de escalas: basicas, de contenido y suplementarias. Con- tiene también un grupo de escalas referentes a la validez, y otras adicio- nales como las subescalas de Harris- Lingoes. Apucacion O27 * Baremacién: tablas de puntuaciones tipicas normalizadas en cada una de las escalas debidamente diferenciadas por sexos. 2.6. MATERIALES DEL TEST El MMPL2 se ha disefiado para adecuar- se a los usuarios que trabajan en diferentes reas y que evaldan a gran variedad de sujetos. Los usuarios deben familiarizarse con estas caracteristicas antes de emplear los materiales. Cuadernillos Este formato permite una aplicacién individual o en grupo. Los items se presen- tan en un Cuadernillo reutilizable y una Hoja de respuestas separada para cada per- sona. El Cuadernillo presenta 567 items; las escalas bésicas se evaltian con los primeros 370 elementos, pero es conveniente que el sujeto complete todos los items del test para que se puedan evaluar las demas escalas. Hojas de respuestas y correc Hay dos tipos de Hojas de respuestas, el primero para correccién manual y el segundo para correccién mecanizada mediante lectura automdtica de marcas 6pticas, aunque el disefio de las dos hojas es andlogo. Existen tres formas de corregir la version espafiola del MMPI-2: - Correccién manual: Mediante el siste- ma clisico de aplicar las plantillas transparentes pueden corregirse las 3 escalas de validez, las 10 basicas y las 15 de contenido. - Plantilla informatica: Mediante la plan- tilla informatica suministrada por TEA Ediciones pueden obtenerse los resulta- dos de 77 escalas. Para ello es necesa- rio introducir mediante el teclado del ordenador las respuestas dadas por el sujeto a los 567 items. Correccién mecanizada: TEA Ediciones ofrece servicios de correcccién meca- izada que permiten obtener las pun- tuaciones de 77 escalas y el perfil grati- co del sujeto mediante la lectura auto- mitica de las Hojas de respuesta espe- ciales para lectora Gptica de marcas. Esta opcidn requiere siempre el uso de las Hojas de respuestas para correccién mecanizada, y ¢s muy recomendable para evitar errores de correccién y obtener de forma rapida toda la rique- za de informacién que permite el MMPI-2, sobre todo cuando haya que evaluar a varios sujetos. Hojas de perfil Se dispone, asimismo, de Hojas de perfil destinadas a recoger en forma grafica los resultados de los sujetos. El perfil recoge sélo las 28 escalas que pueden obtenerse mediante la correccién con_plantillas manuales, aunque en el mismo impreso pueden recopilarse también las puntuacio- nes de las restantes escalas, si la correccin se hace con la plantilla informatica. El impreso de perfil incorpora grafica- mente los baremos de las 28 escalas princi- pales, y existen baremos separados para varones y mujeres. 28 1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2, 3. CORRECCION Y CODIFICACION |, CORRECCION MANUAL DE LAS HOJAS DE RESPUESTAS tes de corregir manualmente las Hojas espuestas, deben separarse por sexo, que la escala Mf tiene plantillas sepa- is para varones y mujeres. Todos los ms omitidos 0 marcados doblemente se earn con una marca y se trataran como uestas Interrogante. El ntimero total de Qs items rodeados constituye la puntua- Intertogante (2); este valor se anotaré ajo de los datos de validez en la Hoja eri as plantillas de correccién manual se an para obtener las puntuaciones de los 3 dores adicionales de validez, de las sscalas clinicas y de las 15 de conteni- ada plantilla se coloca sobre la Hoja uestas, se cuenta el ntimero de res- que aparecen debajo de los peque- ecuadros de la plantilla (ignorando las jtuaciones se sefialan correctamente Hoja de perfil segtin el sexo del suje- ELABORACION DEL PERFIL BASICO Is puntuaciones impresas dentro del fl bésico del‘ MMPI-2 se basan en el junto de escalas derivadas de Hathaway inley y en cierto grado modificadas a tipificacién del Cuestionario (ver ante- yente en “Desarrollo del MMPI origi- Se organizan en tres grupos: indica- de validez, escalas basicas y escalas contenido. Excepto la puntuacién frogante, se trazan y unen de forma separada en el perfil individual (la puntua- cin Interrogante [2] es una puntuacin .cta que se sefiala debajo del perfil). Los valores cn puntuaciones T de las puntua ciones directas de cada una de esas escalas se muestran en el Apéndice A. Estos valores son puntuaciones T normalizadas. La fiabi- lidad test-retest y los datos de consistencia interna (coeficientes alfa) de cada una de estas medidas se comentan en el apartado 5.5, Antes de trazar el perfil hay que recordar que bajo la fila de las puntuaciones directas anotadas en la Hoja del perfil hay una fila de espacios blancos etiquetados como “Fracci6n K” que aparecen bajo las siguien- tes escalas: Hs, Pd, Pt, Sc y Ma. La puntua- n K, 0 una fraccién de ella, se afiade a las puntuaciones directas de la variable a corregir con K. Esta fraccin se refiere siem- pre a la “puntuacién directa” de K que ya ha sido determinada en el proceso de correccién de la Hoja de respuestas (ver anteriormente). Las fracciones de K que deben afiadirse son: 0,5K a Hs; 0,4K a Pe 1K a Pt; 1K a Sc y 0,2K a Ma. Véase la figu- ta 1 con un ejemplo real Estos valores a afadir se representan también en las Hojas del perfil. Cuando se han determinado estas fracciones, se anota- rn en los espacios de la linea bajo las pun- tuaciones directas que proporcioné la Hoja de respuestas y se calcula y anota el total corregido de las puntuaciones directas Deben sefialarse varios aspectos en la elaboracién del perfil basico: 1.-Debe utilizarse el perfil adecuado segiin el sexo del sujeto. 2.- Las puntuaciones directas se anotan en la base de la Hoja de perfil y se CorgecciOn ¥ Copiricacion 1 29 AOR RRR SOu GRP REE ORRE RES SbS gaa Hoe Ran aaRa-usR oR RRR RR eases 29s eee Bama SSR RRR RRR OR pene SOR RR RR RB REE ROR RRR RR RRR MR ig) 23 24) 21) He) 0) (4 ag Ie) 3) te te ae 4539 ay Te (9) 3o)da) 23 mat a oe ai Ma mw 4.2? 6.9 Sed | 53 2 a 1 ee OA Fig.1. Hoja de peril del MMPI-2 (Muestra normativa espafiola.-Varones), 30 1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 marcan en el cuerpo del perfil; las columnas que aparecen a izquierda y derecha proporcionan los correspon- dientes valores en puntuaciones T de esas puntuaciones directas. Las puntuaciones directas corregidas deben utilizarse en aquellas escalas que se han corregido con el factor K ben colocarse puntos, circulos u as pequefias marcas en los puntos respondientes a las puntuaciones lirectas de cada escala sobre el periil conectarse con una linea gruesa, entre las escalas de validez (a la quierda del perfil, las escalas clini- s (que comienzan con Hs) y las de ntenido. fablas A-1 a A-7 del Apéndice A, pro- n la conversion en puntuaciones | puntuaciones directas, con correc- K en su caso, de cada escala del jario (muestra espafiola). suceder que algunos usuarios no depender exclusivamente de las jones con corteccién K y quieran a las puntuaciones sin correc- para utilizarlas en determinadas (ver mas abajo la discusién escala K; ver también Hsu, 1986). propésita pueden utilizarse valo- ites en cinco de las puntuacio- s. En la base de la Tabla C-1 se dan los estadisticos basicos de las puntua- ciones directas sin correccién K de las 5 escalas basicas. 3.3. CODIFICACION DEL PERFIL Para resumir los patrones del test obteni. dos en el MMPI-2, se utiliza un sistema de codificacién que reduce el amplio rango de perfiles posibles a un ntimero mas maneja- ble. En la codificacién, se asigna un nime- ro a cada escala clinica: Hs se convierte en 1; Den 2; Hy en 3; Pd en 4; Mf en 5; Pa en 6; Pt en 7; Sc en 8; Ma en 9; y Si en 0. Estos nimeros son las bases para los patrones de codificacién del perfil, y muchos clinicos los usan habitualmente mas que los nom- bres de las escalas o sus abreviaturas, para evitar implicaciones psiquidtricas que pue- den llevar a conclusiones erréneas en un marco no clinico’. En el pasado se utili- zaron dos sistemas diferentes con el MMPI: el método de codificacién, original de Hathaway (1947), resumido en “An MMPI Handbook” (Dahlstrom, Welsh y Dahlstrom, 1972) y el procedimiento de codificacién ampliado o total de Welsh (1948, 1951). El sistema de codificacién de Welsh es el nico que se ha utilizado en el MMPI-2. Para ilustrar este método, podemos ul zar el siguiente ejemplo: lo1 LF kK Hs D Hy Pd Mf Pa PL Se Ma 12 3 4 5 6 7 8 9 0 iénT 57 75 43 69 88 75 94 52 81 75 79 59 65 cin estadistica, como la de procedimientos de codificacién que comentamos, implica! problema de reducie la gran datos en una muestra con la que pueda trabajarse pero que conserve las nite informaciga. como para servi alos po: ‘CorrecciOn y Copiricacion 31 El primer paso en la codi fil es escribir debajo los digitos que repre- sentan las escalas clinicas en orden decre- ciente segtin su puntuacin T, desde el mayor al menor. La escala mds alta es Pd con una puntuacién de T=94, por lo que el digito 4 deberd ser el primer némero en el cédigo. La segunda escala més alta es D=88; el cédigo es ahora 4 2. La tercera més alta es Pa=81, y la cuarta es Sc=79. El cédigo, entonces, se convierte en 4268. Se sigue este procedimiento hasta que todas las escalas estén reflejadas en el cédigo mediante el digito, y en orden decreciente segtin sus puntuaciones T (si dos escalas tie- nen valores idénticos, se anotan por orden numérico). Ademas de las escalas clinicas, las escalas de validez podrian codificarse, colocdndolas separadas, a la derecha del cédigo de las escalas clinicas'. La secuen- cia de digitos en el ejemplo 1 es: 4268371095 FLK Es importante asegurarse de que todas las escalas estén incluidas en el cédigo; se puede comprobar marcéndolas a medida que se van codificando, o leyéndolas, una vez completo el cédigo, por orden numéri- co. Por supuesto cada digito debe aparecer una sola vez en esa serie. Si se ha omitido o repetido una escala, puede ser facilmente detectada y hecha la correccién. Ejemplo 2 Escalas t oF kK Hs D Hy Pd Mf Pa Pt Se Ma Si Namero 1/2 3) 4/1156 7 811191110 Puntuacién T 52.101 35 #68 68 47 67 62 9 79 81 720 75 En este ejemplo el codigoes: 6870912453 FLK A continuacién las escalas cuya puntua- cién tienen el mismo valor, o difieren en un punto, se subrayan. Se afiaden entonces, ** = 100-109" *= 90-99 00-09 70-79 65-69 Algunos usuarios utilizan simbolos adi- cionales de elevacién; las puntuaciones de 110-119 van seguidas de ! y 120 por !!. El que sea necesario y ttil o no preservar esta informacién en el cédigo, dependeré del numero de casos que presenten tales eleva- ciones y la importancia diagnéstica encon- trada para puntuaciones dentro de estos se que para el MMPL-2 la escala de interogante no forma simbolos de elevacién, usando las siguien- tes caracteres para designar rangos de ele- vacién de 10 puntos’ en puntuacién T: 29 e inferiores se colocan a la derecha de #. rangos. Si afiadimos estos caracteres a los ejemplos anteriores, los cddigos son: Ejemplo 1: 4*26"83210+95 —F’-L/K Ejemplo 2: 6*8"709124+5-/3 FP*-U:K Si no existe ninguna escala dentro del rango de 10 puntos (en puntuaciones 7) dado, el correspondiente simbolo de eleva- parte del cédigo, ya que es una puntuacién directa, 2 En Ia revisi6n del Manual americano (1989) se ha reestructurado el intervalo 60-69 dividiéndose en dos: 65-69 y 60-64 3 Se ha afadido ** a las designaciones del Cédigo de Welsh. 32 Q) INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 para el rango ausente, debe ser inclui- el ejemplo 2, la escala 5 = 62 y la 3 = 47; el c6digo final queda enton- f: 5-/3). Si hay un salto de 20 puntos, incluirse los tres simbolos de eleva- aunque el simbolo del medio es inte. Si D = 90 y Pt = 79, el cddigo ser tanto 2*”°7 como 2*7; en la secuencia seria evidente que no una escala en el rango 80-89 de i6nT. nas utilidades del cédigo son Por ejemplo, es facil encontrar per- ilares. En el cddigo del ejemplo 1, que la escala més alta del perfil la puntuacién T es de 90 0 superior, que Mf est por debajo de 60 y que es la escala mas baja. Cuando un conjunto de casos ha sido codificado y archivado secuencialmente, es posible una répida localizacién de todos los casos que comienzan con 4 y terminan con 5. Si un tipo de cédigo se ha especificado mediante las tres puntuaciones mas altas, es facil identificar los perfiles 426. Cuando el obje- tivo es el perfil igual, el grado de similari- dad deseado entre perfiles puede ser espe- cificado tanto por orden de escala como por la elevacién absoluta. Cuanto mayor es el grado de similaridad buscado entre dos perfiles, menor es la probabilidad de encontrar un perfil semejante. Correccion y Copiricacion OQ 33 4. INTERPRETACION INTERPRETACION DEL MMPI-2 continuacién se proporciona una gufa para la interpretacién de los es del MMPI-2. A los que empiezan a r estos métodos les urge familiari- por si mismos con presentaciones mpletas de la interpretacién del per~ fiante el MMPI original’. Los articulos les derivados de los autores del test en en Dahlstrom y Dahlstrom La rica gama de articulos de investi- sobre el MMPI puede también con- para aplicaciones especiales. macién de hipstesis interpretativas de los datos reflejados en el peril cli- | MMPI-2 depende de tres aspectos \cionados de esas puntuaciones: la lidad de las puntuaciones del perfil, determinada por los indicadores de j la elevacién absoluta de las escalas jentes frente a las normas incorpora- os baremos de puntuaciones T; y las \ciones relativas de estas puntuacio- del perfil individual. Estas con van reflejando la fiabilidad y los de interrelacién entre las escalas ntes. Se proporcionan posibilida- retativas adicionales a través de las nes sobre varias escalas suplemen- fndices, ast como a partir de un exa- las respuestas particulares a los amidos en listas de items criticos, patrones de subescalas y puntuacio- escalas de contenido. roximarse paso a paso a la inter- del periil basico y de la informa- ional a partir de un sujeto exami- el MMPI-2, se requier como Graham (1987), Greene (1989), Lachar (I 1.- Evaluar si se puede hacer una inter- pretacién individual, lo que incluye alguna determinacién de la actitud que el sujeto adopta al completar el Cuestionario y el grado en que este conjunto de respuestas es consistente con otras informaciones sobre esa persona. Examinar las puntuaciones de las escalas clinicas en el perfil esténdar para generar una lista de_posibles lineas de interpretacién acerca de la personalidad y el estado emocional actual del sujeto. Consultar diversas gufas interpretativas del MMPI para hacer correlatos comu- nes del patrén de cédigo generado por el perfil clinico incluyendo posibles alternativas psicodiagndsticas. nv * En las escalas elevadas hasta un cier- to nivel, determinar los componentes de subescalas que estén contribuyen- do primariamente a esas elevaciones y anotar el tipo de temas de mayor preocupacién para el sujeto. 5.- Sefalar cualquier item critico signiti- cativo que pueda haber sido contesta~ do de manera que indique problemas especiales 0 sintomas 0 preocupacio- nes que no se haban sospechado 6.- Examinar las puntuaciones en las escalas de contenido para elaborar las hipstesis interpretativas anteriormente generadas y formular un resumen coherente de la dindmica de la perso- nalidad y el estatus diagnéstico del sujeto con los avisos pertinentes sobre lo relativo de esas conclusiones a la luz de las puntuaciones en los diver- sos indicadores de validez. |, Duckworth y Anderson (1986), Webb, McNamara y Rodgers (1986), (1974), 0 Friedman, Webb y Lewack (1989). Otras fuentes adicionales dtles estin disponibles en Butcher (1979), [Welsh y Dahlstrom (1972, 1975); Meyer (1983); Caldwell (1988); y Greene (1988), INTERPRETACION O35 A partir de las puntuaciones directas y transformadas, existe la posibilidad de obte- ner un informe de ayuda a la interpretacién de manera automatica (Informe MMPI-2. TEA Ediciones, 2002). Este informe inter- pretativo informatizado, realizado por un experto en evaluacién con MMPI-2, englo- ba gran parte de los requerimientos anterio- res y permite una apreciacién bastante completa de la personalidad del sujeto y de sus posibles desviaciones patologias. 4.2. DETERMINACION DE LA VALIDEZ DEL PROTOCOLO Para evaluar si una determinada aplica- cién del MMPI-2 es aceptable, los indica- dores tradicionales de validez se usan por separado o en combinacién. Ademés, han sido desarrolladas algunas pruebas suple- mentarias de validez (ver mas adelante). Antes de hacer inferencias personolgicas 0 generar hipstesis diagnésticas, cada proto- colo del test debe examinarse para determi- nar su aceptabilidad. Sdlo si se asume que el individuo cumplimenta el test marcando los {tems consistentemente de forma que seguramente refleja sus auto-percepciones, puede el clinico continuar con el proceso interpretativo. Un sujeto puede responder de diversos modos que invalidan un registro: puede dejar sin responder numerosos items, o interpretar diversos roles que distorsionan el patron real de auto-descripciones, 0 no respetar las instrucciones del test, o ser in- capaz de leer y comprender el significado de los items y, consecuentemente, respon- der virtualmente al azar. Los indicadores de validez construidos en el MMPI-2 se dise- fiaron para ayudar a detectar tales fuentes de invalidez del protocol y proporcionar una base para evaluar el impacto de tales distorsiones en el registro del test. Omisiones de items Cada sujeto debe responder Verdadero 0 Falso a la mayor cantidad de items del MMPI-2 que le sea posible. Existen nume- rosas razones legitimas para dejar algunos de los items sin contestar. Por ejemplo, si un sujeto ha sido huérfano desde temprana edad, puede no sentirse capaz de responder a {tems concernientes a los sentimientos hacia los padres. Sin embargo, muchos sujetos interpretardn tales items camo con- cernientes a padres adoptivos o a otros que fueron como padres para ellos, por lo que se sentirén en libertad para responder a ellos. Otros pueden tomar el contenido lite- ralmente y ser incapaces de responder. Algunos usuarios del MMPI han instado, a los sujetos a hacer conjeturas sobre las respuestas a items con las que tengan difi- cultad. Tales instrucciones deberian evitarse cuando se aplica el test, aunque es acepta- ble pedir a los sujetos que vuelvan atrés y reconsideren los items que previamente dejaron sin contestar. Algunas personas encuentran mas facil responder a los items que dejaron antes en blanco, cuando ya han captado la mecanica a lo largo de todo el test, La puntuaci6bn ? (Interrogante) no es una escala en el sentido usual de la palabra; es un simple recuento de los items que se dejaron sin contestar 0 que fueron respon- didos por el sujeto como Verdadero y Falso a la vez. Dado que estos {tems no son pun- tuados, en realidad son omitidos del test. Cuanto més alta sea Ja puntuacin ? mas débil serd la capacidad de discriminacién de las escalas del test. Como indica la Tabla 10, un sujeto puede omitir un gran ntimero de {tems por varias razones. Los individuos depresivos pueden encontrar la tarea de responder a los items como algo pesado y dificil; los sujetos con un pobre nivel de lectura pue- den tener dificultad para comprender algu- nas de las frases mas complejas; algunas personas pueden evitar responder a items que sienten que son demasiado reveladores de sus problemas particulares. Todas estas circunstancias pueden llevar a la omisién 36 1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 TABLA 10. PUNTUACION ? (INTERROGANTE) Implicaciones de las puntuaciones directa | Utilidad del perfil (Origen de la elevacién lipétesis interpretativas 230 | Probablemente Serios problemas de Depresion grave invalido lectura 0 dislexia Estado obsesivo Retardo psicomotor Confusién Desafio Indeci 11:29 | Validez roblemas leves de lectura Falta de familiaridad con el idioma cuestionable ‘Ausencia de experiencia Ideacidn paranoide Supercauteloso 0 legalista 2-10 | Probablemente valida Interpretacién idiosincrasica (probar el contenido por misiones selectivas) o- Valido JR. Interpretation of MMPI2. Vahity and clinical Scales. Brujas, Workshop, 1992)" ndmero excesivo de items que no ser puntuados. omisiones de items tienden a ser en el pertil clinico*. Si el nimero dejados sin contestar excede de registro del test debe ser considerado altamente sospechoso, si no comple- invalidado (ver Tabla 10). cién de una personalidad ipletar el MMPI-2, algunos indivi- siguen las instrucciones del test a contestar los items segtin se ade- ellos mismos. Por el contrario, des- sistematicamente a quien perciben alguien que tiene una personalidad © un ajuste ideal. Los registros proporcionan bases pobres para inferencias sobre estas personas. Es I disponer de algunos medios para ar este fendmeno y captar sus efectos os patrones del test. Hathaway y introdujeron la escala L (Mentira) faluar la probabilidad de que el indi- viduo se hubiese aproximado al test con esta actitud. Para este indicador, sugerido por investigaciones realizadas por Hart- shone y May (1928) y Hartshorne, May y Shuttleworth (1930) en el “Harvard Cha- racter Education Inquiry’, Hathaway y McKinley redactaron algunos items que proporcionaban al sujeto la oportunidad de rechazar varias faltas menores y defectos de cardcter que la mayoria de los individuos confesaban voluntariamente que eran ver- dad en ellos mismos. Aunque la escala L puede reflejar engaiio en la situacién del test, no puede ser considerada como una medida de alguna tendencia general a men- tir, inventar 0 engafar a otros en las activi- dades diarias. Mas bien sirve como un indi- ce de la probabilidad de que un determina- do protocolo haya sido viciado por un esti- lo particular de respuesta Como se indica en la Tabla 11, una pun- tuacidn inferior al promedio en la escala L, indica que el sujeto estuvo completamente libre de la tendencia a colocarse a si mismo en una posicién inusualmente favorable’. Por otra parte, puntuaciones muy bajas en de estas Tablas pueden presenta igeras variaciones en puntuaciones ehipstesis interpretativas con respecto al manual america- en os valores en puntuacién T de la escala 5 (Masculinidad-Feminidad) en mujeres, ue son ariicialmente elevadas por as bajas diretasresltantes de los items sin contestat. jones ata en la escala K podrian tambin ser examinadas para detecta la posibilidad de que el ind mis stl de auto-ensalzamiento luo haya empleado INTERPRETACION C1 37 TABLA 11, ESCALA L (MENTIRA) Implicaciones de las puntuaciones Puntuaciones T | Utilidad del perfil (Origen de la elevacién Hipotesis interpretativas T280 Probablemente invilido | Fingir un buen ajuste Prueba de resistencia o ingenuidad 170-79 | Validez cuestionable | Respuestas al azar Estado de confusién Rechazo de faltas, Estilo represivo Falta de comprensién T 0-09 Probablemente valida | Cuadro defensivo Superconvencional y conformista Moralista Rigidamente virtuoso 50:59 Valido TTipica aproximacién a los tests | Conforme con su propia imagen Puntuaciones dentro de la media T<50 Posible actitud de “mala | Cuadro de "buscar conseguir | Auto-confiado e independiente imagen" algo mis" ico, sarcastico Todas las respuestas son “*verdadera’ (Graham, JR. Interpretation of MMPI, Validity and clinical Scales. rij, Workshop, 1992) esta escala, pueden acompafarse de pun- tuaciones muy bajas en la escala K, lo que reflejaria un esfucrzo realizado para exage- rar problemas emocionales y dificultades de ajuste. Puntuaciones moderadamente altas en la escala L pueden no ser indicativas de una aproximacién marcadamente defensiva al test, aunque pueden reflejar una perspecti- va fuertemente moralista 0 muy reservada del individuo, Como en muchos otros resul- tados de validez del protocolo, en la eva- luacién de esta escala es importante tener una informacién general de la historia prin- cipal y los antecedentes del sujeto. Pun- tuaciones L marcadamente elevadas refleja~ ‘an bastante bien una orientacién contami- nada del test que afectaria negativamente al significado de las puntuaciones en las esca- las clinicas. El resultado habitual es un con- junto de puntuaciones en el perfil clinico que est4 muy préximo a la media o incluso sustancialmente por debajo. Respuestas al azar y puntuaciones altas enF Los individuos que no quieren cooperar con las instrucciones del test pueden simu- lar responder al MMPI-2, pero contestando a los items de forma virtualmente azarosa. Otros, con capacidades de lectura extrema- damente marginales o que tienen un preca- rio contacto con la realidad, pueden hacer practicamente lo mismo. Incluso otros pue- den estar exagerando deliberadamente sus trastornos y problemas para asegurar que se les dard una atencién 0 consideracién espe- ciales. Algunos de estos acercamientos al test pueden generar puntuaciones altas en la escala F (Incoherencia). La escala esta compuesta por 60 de los 64 items origina- les (ver Tabla 8); se han eliminado 4 items de contenido dudoso. Dado que cada item de esta escala fue respondido en la direc- Cién significativa por un porcentaje mayor al 10% de los sujetos en el grupo normat vo original, un individuo que conteste al test con el esmero y comprensién habitua- les, es improbable que obtenga una pun- tuacién directa superior a 5 6 6 puntos, 0 una puntuacién T mayor a 55 (ver también Schretlen, 1988). Algunos sujetos pueden obtener una puntuacién algo superior en la escala F debido a que describen sentimientos o reacciones inusuales en circunstancias especiales a las que estén enfrentandose (por ejemplo, problemas conyugales, a cidn o pérdida del trabajo), o debido a una 38 C1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 TABLA 12. ESCALA F (INCOHERENCIA) Implicaciones de las puntuaciones ones | Utilidad del perfil (Origen de la elevacién Hipétesisinterpretativas 100 | Perfil invalidado Respuestas al azar Actitud no cooperativa Errores de correccién Fingir mala imagen de sf mismo Grave dislexia Paciente psiquidtrico que puede Contestar todo como estar desorientado, confuso, con “Verdadero” tun comportamiento claramente priestico 100 | Perfil invalidado Fingir enfermedad Reafirmacién Si vilido, considerar serios problemas Procesos psicdticos Responder “Falso” a Deseabilidad social Estado confusional psicopatol6gicos todas las respuestas Exageracién de problemas 65.79 | Probablemente valido | Fingir enfermedad Psicdtico Procesos psicéticos Neurbtico severo Problemas de sociabilidad Propenso a cambios de humor, desasosegado, inquieto, insatisfecho Cambiante, impredecible 64 | Probablemente valido Problemas en un area particular (trabajo, salud, sexo, ete.) Registro aceptable Pantuaciones dentro Buen funcionamiento de la media Tipicas respuestas Registro aceptable Conformidad Posible falsa imagen Convencionalidad Sinceridad Conformidad social fa_significativa. Probablemente, ividuos no produciran un registro del test. Como indica la Tabla 12, aciones en F superiores a T 79 iores a T 100', pueden indicar s emocionales de un grado signi- aunque no necesariamente que el del test sea ininterpretable. Proba- un examen del patron de eleva- las puntuaciones en el perfil cli- idaré a clarificar © confirmar esta én al promedio, un registro ente azaroso producird una pun- directa de 30 (5 {tems arriba, 5 la escala F. Sin embargo, una pun- de T 100 © mayor origina serias re la utilidad de este registro para inferencia diagnéstica. Es. ctil {UR interpretation of MMP-2 Validity ae clinical Scales. Bras, Woxkshop, 1992) comparar también las puntuaciones direc- tas de la primera mitad de la escala F con la puntuacién obtenida en la segunda mitad. Si la contribucién fundamental a la eleva~ cién de la escala F proviene de la segunda mitad de esta escala, es posible concluir que el sujeto empez6 el cuestionario con una actitud positiva, pero poco después empez6 a responder descuidadamente. Dado que los items que comprenden las escalas clinicas basicas del perfil del test aparecen en los primeros dos tercios del cuadernillo de la prueba, las puntuaciones de la escala F reflejan principalmente la relatividad de las elevaciones de esas esca- las, Debido a que muchas escalas adiciona- les se puntuan sobre items que apareceran después del 370, la Escala Fb? debe tam- bién examinarse para determinar si un suje- american (1990) hace reerencia a las puntuaciones entre 71 y 90 *F back” (postrio llamada asi por la localizacién de los items en el cuadernllo experimental AX. INTERPRETACION O39 to mantuvo su atencién y cooperacién durante toda la sesién. Las puntuaciones en Fb pueden usarse para probar la aceptabili- dad de las puntuaciones en las escalas suplementarias. Es importante intentar identificar la raz6n de una elevacién en la escala F 0 en la Fb. De hecho, si el sujcto estuvo inten tando cooperar con la tarea, pero fue inca~ paz de realizarla debido a las limitaciones sensoriales motoras, es posible cambiar a una forma alternativa del MMPI-2 (p.ej., lefdo) para obtener un registro més valido. EI fracaso al intentar obtener un protocolo aceptable puede ser irremediable cuando el sujeto tiene algiin tipo de motivacién espe- cial para fingir un trastorno © para otra dis- torsién en su registro, pero la identificacién de la razén por la que se fracasa al comple- tar el test puede resultar de gran utilidad para la comprensién del diagnéstico y la evaluacién clinica. Conjuntos especiales de registros del test Existen numerosos conjuntos u orienta- ciones especiales de registro con los que un sujeto puede acercarse a un instrumento de evaluacién como el MMPI (ver Graham, 1987; Greene, 1989). Los individuos pue- den responder a todos los items como Verdadero 0 como Falso. Un patron extre- mo como éste es facilmente detectable exa- minando la Hoja de respuestas, pero una predisposicién menos extrema en una u otra direccién puede no ser tan facilmente detectable. £1 uso de las dos escalas de inconsistencia, TRIN' y VRIN? puede ser muy ctil para esa valoraci6n. La escala TRIN es sensible a la tendencia a dar un determinado tipo de respuestas a los {tems sin atender al contenido de los mismos (contestar_ repetidamente Verdadero o Falso). Las puntuaciones VRIN reflejan la tendencia general a no atender al conteni- do de los items al marcar las respuestas al Cuestionario (ver més adelante Ia diferen- ciacién entre TRIN y VRIN). Otros conjuntos de respuestas que pue- den utilizarse al responder al MMPI-2 son la intencién de dar conformidad o respues- tas mayoritarias a cada item o de dar una respuesta desviada (0 “mas provechosa”). Los efectos de cada uno de estos conjuntos de respuestas sobre los indicadores de vali- | dez se muestran en las Tablas 10-13. | Existen también formas menos obvias, en | las que un sujeto puede alterar las puntua-_ ciones del Cuestionario de personalidad. | Los esfuerzos por aumentar la impresién de salud mental sin intentar crear una imagen | totalmente increfble del propio ajuste, 0 a la inversa, forzando la impresién de tener serias dificultades emocionales, pueden alterar los niveles de puntuaciones y las configuraciones del perfil clinico. La detec- ci6n de estas actitudes més sutiles al con- testar al test, es mds dificil. La puntuacién en la escala K puede ser muy util en esta deteccién. La escala K (Correcci6n) es el mas com- plejo de los indicadores de validez. El con- tenido de los ftems cubre un rango de caracteristicas que muchos individuos pre- fieren negar acerca de si mismos y de sus familias. Pero muchos otros sujetos encuen-_ tran esos mismos atributos inofensivos y hasta bastante positivos, por lo que los ap! can a si mismos 0 a sus familias. Por ello, en la escala K, las puntuaciones superiores ala media pueden reflejar la tendencia al sesgo, de forma sutil, de las propias respuestas en una direccién que minimiza las implicacio- nes de un pobre control emocional e inefi- cacia personal. Sin embargo, es importante sefialar que los individuos que actiian bien, y que son emocionalmente estables, esen- cialmente tenderan a describirse en los mis- "True Response Inconsistency”: Inconsistencia de las respuestas de verdadero. 2 Variable Response Inconsistency”: Inconsistencia de respuestas vatiables, 40 1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 TABLA 13. ESCALA K (CORRECCION) Implicaciones de las puntuaciones ciones T | Utilidad det perfil, Origen deta elevacion Hipotesisinterpretativas| 1370 Peril iwalidado Fingir buena imagen Implicacion emocional acusada Marcada defensividad Inhibicién,timidez Contestar a todo como Desconfianza “also” Ausencia de comprensién T070 Validez cuestionada | Defensividad moderada Clinicamente defensive. Todo lo Negacién del problema niega Intolerante Sin capacidad para la intuicién 15059 Peril vilido ‘Autoevaluacidn ‘Muy ajustado. Independiente equilibrada Inteligente Entusiasta Intereses amplios 7250 Perfil invalidade Fingit“hacerse el enfermo” | Confuso Exageracién de sus Autocritico propios desajustes Conformista Comtestar a todo como Introvertido “*Verdadero Cinico, suspicaz IR. interpretation of MMPI-2.Valcty and clinical Scales. Brujas, Workshop, 1992) minos; es decir, sus vidas estén tan irigidas como informan en esta esca- ‘obstante, es vital que se evaltie cual- ‘elevacién particular en la escala K del contexto de otra informacién sujeto: los datos de la historia del y las circunstancias concurrentes ios para distinguir entre un suje- buen comportamiento, psicolégica- no, y un individuo que asume una J excesivamente defensiva y evitativa r cl Cucstionario. En este con- de ser especialmente iitil la com- de las puntuaciones en los perfi- icos, con y sin correccién K (ver 1987; Greene, 1989). Algunos recomiendan también que ambos se tracen en individuos que pun- bajo en la escala K. iciones sobre la escala K han que las puntuaciones elevadas en lida estan asociadas con niveles micos més altos (mayor educa- paciones mejores, mayores ingre- strom, Welsh y Dahlstrom, 1975; Lachar y Dahlstrom, 1986). Los sujetos con estatus 0 reputacién social con- siderable pueden dudar sobre arriesgar revelaciones que podrian amenazar una pérdida de ese estatus 0 reputacién como consecuencia de admitir problemas emo- cionales, dudas, inseguridades 0, quizds, problemas en sus matrimonios 0 familias. Cuando se analiza el contenido de muchos items del MMPI-2, podria parecer que tales individuos intentan sesgar sus respuestas de modo que les protejan de amenazas de revelaciones personales. Asi, las puntuacio- nes que superan la media en la escala K, pueden reflejar de forma incrementada esta sutil forma de auto-ensalzamiento y resis- tencia a aparecer como incompetente, poco ajustado o carente de autocontrol sobre la propia vida. Ala inversa, quizds con un menor estatus social que perder, algunos individuos de menor nivel socioecondmico, 0 menos pri- vilegiados, pueden tener menor motivacién para promover una apariencia de extrema competencia, eficacia interpersonal inusual © ausencia de ansiedades 0 inseguridades. Por lo tanto, en un test como el MMPI-2, estos individuos pueden ser mas francos y INTERPRETACION O41 TABLA 14. ESCALA Fb (F POSTERIOR) Implicaciones de las puntuaciones Puntuaciones T | _Utilidad del perfil (Origen de la elevacién Hipotesis interpretativas T> 100 Peril invalidado Responder al azar Paciente psiquidtrico que puede Responder a todo como ‘estar desorientado, confuso © que “Falso” puede mostrar claramente su Ofrecer una mala imagen conducta psiestica de si mismo 780-100 Peril invalidado Responder a todo como Posibles problemas psicopatoldgicos Sies vilido, considerar | “Falso” Confuso serios problemas Hacerse el enfermo Fatiga, cansancio psicopatoldgicos Exagerar sus desajustes T 65-79 Validez cuestionable | Responder a todo como Considerar serios problemas “Falso psicopatoldgicos Hacerse el enfermo Fatiga, cansancio Exagerar sus desajustes T 50-64 Puntuaciones dentro | _Puntuaciones aceptables de la media T<50 Validez cuestionable | Considerar que ha podido cexpresar una “buena imagen” de si mismo. (Graham, |. oterpretaion of MMPL-2, Validity and clinical Scales. Brajas, Workshop, 1992) abiertos en el reconocimiento de problemas © dificultades en sus vidas 0 en las vidas de los miembros familiares y similares. Esta actitud al contestar el MMPI-2 puede llevar a puntuaciones clevadas en las escalas cli- nicas, que pueden estar engafiando sobre el grado y la gravedad de las dificultades rea- les de tales individuos. El uso de las ponde- raciones de la escala K para corregir varias de las escalas clinicas del perfil se disehé para tener en cuenta el impacto de esas orientaciones, al contestar cl Cucstionario, en las puntuaciones de sus escalas. Las escalas sin estas correcciones tienen {tems que sirven para el mismo propésito que las correcciones K. Configuraciones de las escalas de Validez Suele ser Util examinar la configuracién formada por los indicadores de validez tomados conjuntamente (ver Tablas 10 a 13). Asf, tanto los cédigos de validez (ver los procedimientos de codificacién descri- tos anteriormente) como los particulares Menos del 10% de los adultos no-pacientes conte 42 D1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2 an al tem en una determinada direccién. indices cuantitativos (tales como la diferen- cia de la puntuacién directa F-K), pueden servir para clarificar las razones de las pun; tuaciones altas en las escalas de validez ayudar al clinico a evaluar la validez de ut determinado registro para sus propésitos evaluacién. Se proporciona informacié adicional sobre los patrones derivados las escalas de validez en Graham (1987) Greene (1989), asi como en varias referer cias sefialadas anteriormente en esta sec Indicadores adicionales de Validez La Escala Fb (F posterior) tue desarrolla: da de la misma forma que los autores di test obtuvieron la escala F original: ftems con una frecuencia de respuest extremadamente baja’ fueron recogidos una escala para ayudar a la identificac de individuos que contestaban al Cu tionario de una manera que probablement invalidara el protocolo. Como se indi antes, esta escala se us6 para ayudar TABLA 15. ESCALA TRIN (INCONSISTENCIA DE LAS RESPUESTAS VERDADERO) Implicaciones de las puntuaciones Utilidad det perfil Hipétesis interpretativas PD>14 Perfil invalidado Tendencia a la aquiescencia de respuestas PD9.13, Perfil valid. po<9 Perfil valido TTendencia a la no-aquiescencia de las respuesias (ins bien no sabe 0 no contest) ir de las muestras normativas a los Juos que proporcionaban registros bles. (Ver Tabla 14). yoria de los 40 items que constitu- escala Fb, aparecen en el Cua- del test después de los elementos escala F estandar. Por tanto, la pun- Tb puede icentificar un registro en el sujeto ha dejado de prestar aten- los items del test y ha cambiado in patron de respuesta esencialmen- . Asi, la escala Fb puede propor- tuna prueba adicional de la aceptabi- un registro dado, particularmente las escalas Suplementarias y de ido. ala TRIN (Inconsistencia de las s verdadero) y la escala VRIN istencia de respuestas variables) son escalas de validez (Tellegen, 1982, isefiadas para complementar los wes de validez tradicionales. a que no reflejan un determinado del item, como hacen las medi- la tendencia a falsear un comporta- psicolégico bueno o malo, estas dos son bastante diferentes de L, F y K. uaciones TRIN y VRIN proporcio- indice de la tendencia del sujeto a a los items de forma inconsisten- radictoria. Asi, TRIN y VRIN se ala escala de Descuido (Greene, ue también fue desarrollada para JR. Interpretation of MMPL2, Validity and clinical Scales. Brvjas, Workshop, 1992) identificar este tipo de inconsistencia en las respuestas al MMPI; de cualquier modo, existen medidas muy extendidas construi- das con este mismo propésito. Tanto TRIN como VRIN consisten en pares de items especialmente selecciona- dos. Cada par de items de VRIN tiene con- tenido similar u opuesto, cada par se pun- tia ante la presencia de una inconsistencia en las respuestas a los dos items. En cada par de items, los patrones de una y otra respuesta puntéan como inconsistencia Por ejemplo, en el par de items 3/39 sdlo una respuesta Verdadero a ambos. {tems se considera como inconsistente; en el par de {tems 6/90, tanto una respuesta de Ver- dadero al item 6 y una respuesta de Falso al item 90, como a la inversa, se considera como inconsistente. La puntuacién en la escala VRIN es el ndmero total de pares de items a los que se responde inconsistente- mente. Puntuaciones altas en VRIN advier- ten que el sujeto puede haber contestado a los items del Cuestionario de forma indis- criminada, e indica la posibilidad de que el protocolo pueda ser invalidado y de que el perfil no sea esencialmente interpretable. La escala TRIN, diferente a VRIN, se compone exclusivamente de pares de items cuyo contenido es opuesto. En este caso, la inconsistencia es evaluada de la siguiente manera: si un sujeto contesta inconsistente- mente respondiendo Verdadero a ambos INTERPRETACION O43 TABLA 16. ESCALA VRIN (INCONSISTENCIA DE RESPUESTAS VARIABLES) Implicaciones de las puntuaciones Puntuacién directa Utilidad del perfil Hipétesis interpretativas PD>14 Perfil invalidado Responder al azar PD <14 Perfil valido (Graham, JR, Interpretation of MMPI-2, Validity and clinical Scales. Beujas, Workshop, 1992) items de determinados pares, se suma un punto en la puntuacién TRIN; si el sujeto tesponde inconsistentemente contestando Falso a ciertos pares de items, se resta un punto. Consecuentemente una puntuacién TRIN muy alta indica una tendencia del sujeto a dar respuestas Verdadero a los tems de forma indiscriminada (“aquiescen- cia”), y una puntuacién muy baja en TRIN indica una tendencia a contestar Falso indiscriminadamente (“no-aquiescencia”) {se evitan las puntuaciones TRIN negativas afiadiendo una constante a la puntuacién directa). En otras palabras, puntuaciones TRIN muy altas o muy bajas son una adver- tencia de que el sujeto puede haber res- pondido al Cuestionario indiscriminada- mente, de modo que el perfil sera invalida- do e ininterpretable. Se espera que TRIN y VRIN complemen- ten aL, F y K de manera tinica y util. Por ejemplo, una alta puntuacién F combinada con una alta puntuacién VRIN indica, con mayor probabilidad, que el perfil no es interpretable debido a descuido, confusién, etc., mas que si VRIN no es elevada. Por otra parte, en el caso de F elevada y VRIN baja, el descuido, la confusién, etc. pueden descartarse, y la puntuacién F elevada puede interpretarse en términos de su con- tenido real, el cual reflejaria tanto una auténtica psicopatologia como un esfuerzo deliberado por fingir disfuncién. Por poner otro ejemplo, una alta puntua- cin en K (que consiste en contestar practi- camente a todos los items como Falso) combinada con una puntuacién TRIN muy baja, refleja con mayor probabilidad res- puestas Falso indiscriminadas (no-aquies- cencia) que si TRIN fuese menor que el pro- medio; en este caso, una interpretacién del contenido de K estaria mas justificada. En este momento, el uso de TRIN y VRIN es experimental, y requiere de precaucion hasta que se acumule mayor experiencia empirica. Mientras tanto, las puntuaciones directas TRIN y VRIN que representan valo- res extremos en las muestras normativas, deben usarse como simples guias para identificar perfiles caracterizados por una significativa inconsistencia: puntuaciones directas VRIN de 14 0 mds, y puntuaciones directas de TRIN de 9 0 menos, o de 14 0 més (ver Tablas 15 y 16). 4.3. LAS ESCALAS CLINICAS Escala 1 (Hs: Hipocondria). Esta medida fue desarrollada a partir de un grupo de pacientes neuréticos que mostraban una preocupacién excesiva por su salud, pre- sentaban diversas quejas sométicas con pequefias bases orgdnicas o sin ellas y rechazaban garantias repetidas de que no tenfan nada fisicamente. Algunos de los items comprendidos en esta escala reflejan sintomas determinados 0 quejas especifi- cas, pero muchos otros reflejan una preo- cupacién somatica més general o una aten- cién auto-centrada en las vidas de esos individuos. 44 1 INVENTARIO MULTIFASICO DE PERSONALIDAD DE MINNESOTA-2

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