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Vistos los autos del recurso contencioso-administrativo nº 4/08, que ante esta
Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional (Sección Segunda) ha
promovido la Procuradora Doña Adela Cano Lantero, en nombre y representación de
la entidad mercantil SP BERNER PLASTIC GROUP, S.L., frente a la Administración
General del Estado (Tribunal Económico-Administrativo Central), representada y
defendida por el Abogado del Estado. Si bien la cuantía litigiosa asciende a
177.563,48 euros. Es ponente el Iltmo. Sr. Don FRANCISCO JOSE NAVARRO
SANCHIS, quien expresa el criterio de la Sala.
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
En 1995, el sujeto pasivo había declarado una base imponible de cero pesetas,
consecuencia de compensar la base imponible previa declarada, de 131.525.104
pesetas (790.481,8 euros) con el mismo importe procedente de la base imponible
negativa incluida en la declaración de 1990.
Las propuestas fueron confirmadas por acuerdos del Inspector Jefe, notificados
el 5 de febrero de 2002. Contra tales actos, el 13 de febrero de 2002 se interpusieron
ante el TEAR de Valencia las reclamaciones nº 1121/2002 y 1122/2202.
d) Puestos de manifiesto los expedientes, la interesada alegó lo que convino a
su derecho, especialmente la prescripción de la acción comprobadora de la
Administración Tributaria para determinar las deudas tributarias controvertidas y, en
relación con las facturas declaradas falsas, manifestó la contradicción en que incurre a
su entender la actuación inspectora en relación con el pronunciamiento judicial acerca
de la inexistencia de delito contra la Hacienda Pública.
2) El 3 de abril de 2000, se recibió notificación del auto dictado por el Juez titular
del Juzgado de Instrucción nº Uno de Torrent, decretando el archivo de las
actuaciones en la causa seguida por presunto delito con la Hacienda Pública contra,
entre otros, Industrias Reunidas, S.P., S.A.
"El Abogado del Estado se opone al recurso, por los motivos expuestos en el
escrito de contestación a la demanda".
"Así pues no cabe apreciar la denunciada vulneración del art. 77.6 LGT , ni la
invocada indefensión de la actora al verse compelida a defenderse de unos hechos ya
valorados por la jurisdicción penal y calificados de válidos y conformes a Derecho,
según sus palabras, puesto que, como se ha dicho, no existe tal valoración, en la vía
penal, de la documentación tenida en cuenta por la Inspección en el expediente que
da lugar a las resoluciones impugnadas, ni, por tanto, declaración de la validez de las
facturas y demás documentos".
"La función que desempeña el art. 1214 del Código Civil es la de determinar para
quién se deben producir las consecuencias desfavorables cuando unos hechos
controvertidos de interés para resolver cuestiones del pleito no han quedado
suficientemente probados. Se trata de una regla cuyo alcance ha sido conformado por
la doctrina científica y jurisprudencial, y que por su carácter genérico opera solamente
en defecto de regla especial".
"En resumen, y como sea que la Administración tributaria, por medio de los
procedimientos específicos que para ello le legitiman, y particularmente el
procedimiento de las actuaciones de comprobación e investigación inspectoras, ha
formado prueba de los hechos normalmente constitutivos del nacimiento de la
obligación tributaria, la carga probatoria que se deriva del artículo 114 de la Ley
General Tributaria se desplaza hacia quien aspira a acreditar que tales hechos son
reveladores de otra relación distinta, cualesquiera sean las consecuencias tributarias
que se deriven".
Esto es, debe, ante todo, tenerse en cuenta que con arreglo al artículo 114 de la
Ley General Tributaria : "tanto en el procedimiento de gestión como en el de resolución
de reclamaciones, quien haga valer su derecho deberá probar los hechos
normalmente constitutivos del mismo"; mas también debe de tenerse en cuenta que,
con arreglo al artículo 115 de la misma Ley , "en los procedimientos tributarios serán
de aplicación las normas que sobre medios y valoración de pruebas se contienen en el
Código Civil y en la Ley de Enjuiciamiento Civil, salvo lo que se establece en los
artículos siguientes", añadiendo el art. 118.2 de la referida Ley que "para que las
presunciones no establecidas por la Ley sean admisibles como medio de prueba es
indispensable que entre el hecho demostrado y aquel que se trate de deducir haya un
enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano". De esta forma, la
valoración de la fuerza probatoria de un documento privado debe llevarse a cabo a la
luz de lo que dispone el artículo 1227 del Código Civil para que pueda estimarse
plenamente ajustada a derecho en el procedimiento tributario; y, desde luego, la
inactividad de la parte recurrente en cuanto a probar la fehaciencia de su fecha, sólo a
ella puede perjudicar con arreglo a la doctrina contenida en la Sentencia del Tribunal
Constitucional 3/1984, de 20 de enero ".
"Por ello, la carga de la prueba, conforme al art. 114 de la Ley General Tributaria
, corresponde al sujeto pasivo, quien debe acreditar la concurrencia de los requisitos
exigidos para que proceda la deducción pretendida.
Por otra parte, en relación con la deducibilidad o no de los gastos, según las
facturas presentadas y analizadas por la Inspección, procede señalar, con carácter
general, que la Ley 61/1978, de 27 de diciembre, del Impuesto sobre Sociedades, en
su artículo 13 , menciona, como "partidas deducibles" para determinar los
rendimientos netos, y con carácter general, a los "gastos necesarios", haciendo una
enumeración de los específicamente integrados en ese concepto general, exigiendo el
propio precepto que esos "gastos generales" deben cumplir una finalidad: la de que
hayan servido "para la obtención de aquéllos", es decir, de los rendimientos que el art.
3º.2 expresa".
"Sin embargo, para que pueda hablarse de "gasto deducible", a los efectos
fiscales, además de la "necesariedad", se requiere la concurrencia de otros requisitos:
1º, la justificación documental de la anotación contable, de conformidad al art. 37.4, del
Reglamento del Impuesto. 2º , la contabilización del gasto (según se desprende del
citado art. 37 , en su conjunto). Y 3º, su imputación a la base imponible en el ejercicio
de su procedencia, conforme al art. 88.1, del Reglamento del Impuesto ".
- Los cheques entregados son, generalmente (al portador) por grandes importes
y cifras redondas, a veces correlativos, y siempre se cobran del banco en metálico.
Con este sistema tenemos por ejemplo, que Gumersindo "cobra" el 3/1/1991 tres
cheques correlativos por un total importe de 30.420.000 ptas. en billetes y al día
siguiente otro cheque correlativo a los anteriores, por 20.000.000 ptas". _
Pues bien, la única prueba ofrecida por la parte recurrente para desvirtuar ese
abundante cúmulo de indicios, coincidentes sustancialmente con los que fueron
valorados por la Sección 7ª de este Tribunal en la sentencia de 15 de septiembre de
2008 a la que hemos hecho mención, es una supuesta pericial aportada en el proceso,
junto a la demanda, prueba elaborada en 1997 y que en su día fue aportada al
procedimiento inspector, sin que ni en el recurso de anulación seguido ante el TEAR,
ni en el recurso de alzada que es el precedente inmediato de este recurso ni en esta
sede jurisdiccional, se haya efectuado el menor análisis o comentario acerca de sus
conclusiones, que son completamente inaceptables para la Sala, por tres razones
primordiales: a) el objeto de la prueba no se dirige tanto a demostrar la realidad y
efectividad de los servicios prestados por el Sr. Gumersindo y, en suma, de la realidad
del gasto que, por la adquisición de existencias, pretende la parte deducirse, sino a
constatar, a partir de meros documentos, la posibilidad de que se correspondan las
adquisiciones de materia prima con la salida de manufacturas, conclusiones que,
aunque conceptualmente pudieran compartirse, no habilitan a pensar cómo pudo
transportar y poner a disposición de la sociedad recurrente el tal Sr. Gumersindo , si
carecía por completo de medios materiales y personales propios, las existencias que
se dicen entregadas, en términos coincidentes con los documentados en facturas; b) la
prueba pericial es, por consiguiente, objetivamente inidónea para la acreditación de
datos de puro hecho, como son los que conciernen a la efectividad o no de las
entregas de bienes documentadas en las facturas, máxime cuando no hay una
correspondencia mínima entre los indicios apreciados por la Administración, cuya
reunión revela patentemente la vehemente sospecha de que se trataba de facturas de
complacencia, únicamente dirigidas a justificar la posibilidad de deducción del gasto en
el Impuesto sobre Sociedades, y los hechos analizados en la prueba pericial, no
concordantes con aquéllos, esto es, no dirigidos a su impugnación o discusión, que no
es objeto de glosa o comentario en la demanda, cuyo argumento central es la
imposibilidad de efectuar la liquidación por aplicación del principio ne bis in idem; c)
resulta fundamental poner de manifiesto la muy escasa credibilidad que nos inspira la
persona del perito elegido por la parte recurrente, que desvanece por completo toda
posibilidad procesal de que sus conclusiones puedan ser tenidas como prueba, habida
cuenta de que, a pesar de que la Abogacía del Estado no lo haya advertido
expresamente, consta en autos el dato de que el perito D. Serafin , figura en el
expediente formado para ventilar la reclamación económico-administrativa nº
NUM000, como miembro del Consejo de Administración de la sociedad aquí
recurrente, tal como se hace constar en la escritura de 12 de enero de 2001, de
elevación a público de un acuerdo social de cambio de órgano de administración, cese
de administrador único y nombramiento de consejeros, acompañado como documento
nº 1 al citado expediente, en cuya página 5 se menciona al indicado Sr. Serafin como
nuevo miembro del Consejo de Administración de SP Berner Plastic Group, S.L.
unipersonal y, por tanto, identificado de forma tan intensamente presuntiva con los
intereses en litigio que queda completamente inhabilitado para intervenir como perito a
favor de una de las partes procesales, lo cual se afirma sin perjuicio de considerar que
el contenido de su prueba, aun cuando hubiera sido efectuado por una persona
mínimamente independiente y ajena a los intereses en juego, tampoco sería
convincente a los fines de acreditar, ni siquiera indiciariamente, la procedencia de
deducir como gastos los pagos documentados en las reiteradas facturas. _
FALLAMOS_
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