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‘y arte hablar, disettar, convencer Jiirg Studer {Qué se entiende por oratoria? Para Platén: "Ganafse la yoluntad humana a través de fa palabra" apacidad de, llegado el caso, elegir segiin las circuntaneiaé el método més adecuado concel fin de conv encenal contr ario" Hoy. dia: “El arte de convencer" "El arte de Hablar" Hablar bien en publice, todos podemos aprender. El arte de convencer a'¥s@emis, utilizando las palabras adecuadas, un discurso convenientemente estructurado y la entonacién y acentuacion oportunas, es algo que se puede aprender. Lo qué én muchos buenos oradores parece facilidad de palabra es casisiempre.fruto de largos afios de-practica: Aquel que.va limando y perfilando’su personalidad y se hace con‘ repertorio de técnicas puede, llegado el caso, poner en prictica.un amplio abanico de posibilidades, y conyencer. Es obvio que, también en este terreno, cierta predisposicién natural resulta’una ventajaBl.ir probando; corregirse y mejorar est al alcance-de todos, jindependientemente de la'expetiencia acumulada! Los contenidos y la estructurasde esta obra (ver indice general) muestran, de forma clara, ¢émo'dominar el arte de hablar..el arte de.convencer. T a4. il | x ~ an a a Sa Miedo escénico No debe haber orador en el mundo que no haya sentido, en uno u otro momento, el llamado miedo escénico. Incluso los oradores mas experimentados y excelentes reconocen que sien- ten el mismo miedo en cada nueva ocasién, s6lo que ellos ya saben cémo enfrentarse a él, darle cauce y superarlo 2En qué consiste realmente el miedo escénico y dénde tiene su origen? ZEn qué consiste el miedo escénico? Se denon en ptiblico. Segiin parecen indicar algunas investigaciones, es posible que se trate de uno de los mayores miedos del hombre, pues altera el pulso y el metabolismo en general, lo cual puede manifestarse a través de sintomas Ilamativos como palpita- ciones, sonrojo, sudores_frfos, garganta seca, agarrotamientos musculares 0 voz temblorosa. Para un orador, la peor de las mani- festaciones de estos miedos es la de quedarse mentalmente en blanco (blackout, en inglés). “El podio es un asunto realmente inmisericordioso: te sientes mas desnudo que en la bafera”, afirmé el escritor aleman Kurt ‘Tucholsky. Y Mark Twain dijo: “El cerebro humano es un invento a miedo escénico al temor a hablar o a aparecer ol EL nerviosismo no es silo una sensacion negativa Miedo escénico magnifico. Funciona desde el nacimiento hasta el momento en que te levantas para pronunciar un discurso”, El miedo escénico nos impide actuar segtin nuestros descos, provocando, precisamente, esos malos resultados que el orador temfa y que eran fuente de sus angustias. De pronto, plantarse ante el podio se convierte en un tormento y se desiste de con- seguir lo que se pretendfa. Cuantas mas experiencias negativas se hayan tenido en situaciones semejantes, tanto mas facil sera que este miedo aparezca de nuevo con toda su virulencia. Con todo, un cierto grado de nerviosismo es normal y casi to- dos los oradores lo experimentan. Esta alarma natural del cuer- po sirve para indicar que la situacién se ha de tomar en serio, que no se ha de mostrar una indiferencia fingida. Alin y al cabo, reconcentrarse sobre uno mismo significa que uno posee la su- ficiente autodisciplina, éo es que quiere mostrarse siempre to- talmente desinhibido? Pero, éa qué le tenemos miedo? Antes que nada al fracaso, a no poder cumplir con las exigencias propias o las de los demés, a hacer el ridiculo. Tenemos miedo de que se nos ataque, de que se nos rechace, de no poder pronunciar ni palabra, de tener que enfrentamnos a personas desconocidas 0 desagradables, de ex- presarnos de forma inconveniente o mal, de mostrar que no poseemos los conocimientos suficientes como para hablar de lo que estamos tratando, de no poder calcular bien las conse- cuencias de estas 0 aquellas palabras (fenémeno muy comin du- rante una entrevista para obtener un empleo), de volver a vivir lo que ya vivimos en otra ocasi6n (en el colegio, por ejemplo), de no encontrar ni la expresién ni el tono adecuado. Por lo tanto, sentir cierto nerviosismo ante una actuacion es algo absolutamente normal, que afecta a muchas personas (in- cluidos los mas que conocidos y experimentados presentadores de television). No tiene que cundir el panico porque uno se sienta a si mismo. Un participante en uno de mis seminarios, un hombre muy aficionado al deporte del buceo, me dijo en una ocasién que dejaria de bucear tan pronto como dejara de notar congoja sobre el pecho al comenzar a sumergirse. ¢Por qué? ¢Es op accesin sentir el peligro? Pues si. Eso le demuestra que to-y¢ davia se toma en serio los peligros que acechan bajo el agua, que 92 EE Gite Comte 6) Miede Selels no peca de confiado y sopesa todavia con atencién Ios riesgos que conlleva su deporte. Si esto dejara de ser asf, su vida correria se- rio peligro. ¢Acaso no ¢s esto aplicable también a todo orador? 2No puede servir de acicate cierto nerviosismo y elevar, por Io tan- to, nuestro rendimiento? éNo estimula a preparar jor y a.con- centrarse més? Combata sus ne! motivarle; si esto no €s asi, le pueden servir de gran ayuda. Sin embargo, écémo reducimos un nerviosismo exagerado? Conocer el tema, mostrarse preparado Cuanto mejor conozca su tema, tanto mas tiene a qué afe- rrarse. Prepararse de forma éptima le dard confianza. Conocer al piblico 0 hacerse una idea acertada de él Si se prepara en este sentido, no habr4 mayores sorpresas. ‘Tanto el nivel como el contenido de su exposici6n coincidiran con lo que el piiblico esperaba de usted. Entrenamiento Cuanto més pueda practicar, mas seguro se sentir. No deje escapar las ocasiones de hablar en puiblico. Objetivos claros Nunca pierda de vista su objetivo, pues le ayudard a no irse por os cerros de Ubeda y a no caer en la tentacion de decir todo de golpe. Dominar principio y final Esto le ayudar a vencer los nervios iniciales (el momento mas delicado) y a terminar de forma airosa. Medios aunxiliares adecuados Prepare y compruebe los medios auxiliares técnicos que vaya a.utilizar, Esto le dard confianza aftadida. Ropa adecuada Su ropa debe estar en consonancia con el evento y con el piiblico. En el bolsillo de la chaqueta puede llevar las fichas en que ha apuntado los puntos clave de su discurso. 93 s6lo si le tan en vez de\ Preparacion, prdctica, rutina: tres ayudas contra los nervios Cuando el santo se va al cielo | | Miedo escénico Inicio pausado Acérquese tranquilo y concentrado al lugar desde el que ten- ga que hablar: Instélese realmente antes de comenzar. La mente en blanco, éy ahora qué? De Jo que hemos dicho sobre los nervios puede deducirse que no hay orador que se vea a salvo de quedarse atascado en alguna ocasi6n. Sin embargo, no siempre Ia causa radica en el miedo escénico. Quien, sencillamente, sabe demasiado poco, quien no sabe o no puede concentrarse, quien esté cansado o se irrita por los gritos que le dedican no obtendra, con o sin nervios, buenos resultados. Incluso a un orador bien preparado y experimentado puede frsele el santo al cielo. Esto, en principio, no tiene por qué te- her mayor transcendencia, pues el piblico no tiene por qué darse cuenta de que en esa ocasién la pausa nace de una necesidad. Por un lado, el ptiblico no sabe cémo continua el discurso. Por otro, los oyentes se muestran muy tolerantes respecto a pe- quefias pausas, que hacen parecer al hablante como més hu- mano. Por regla general, s6lo las pausas que exceden de unos siete segundos empiezan a parecer excesivas. Cuente: 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27. Es un lapso de tiempo bastante amplio, que des- de luego ofrece al orador la ocasién de buscar y encontrar la sa- lida a esa sittacién sin que el piiblico se dé cuenta. De todos modos, ensaye una y otra vez aquellas situaciones criticas que se puedan presentar. Piense cémo reacciona si pierde el hilo o si el hablante previo a usted se le anticipé en sus conclusiones. Escoja aquella estrategia que resulte mas apro- piada con su persona. 2Qué puedo hacer en caso de que la mente se me quede en blanco? Pruebe a poner en prictica cualquiera de las siguientes recomendaciones: Reconézcalo. A veces basta la famosa frase “Se me ha ido el santo al cielo” 0 un gracioso “Se acabé, ya no sé por donde iba 0 qué querfa” para relajar la situaci6n. Por contra, no pida 94 La mente en blanco disculpas por ello ni intente ofrecer explicaciones (“Es que he tenido poco tiempo para preparme” y semejantes). Repita lo mismo con otras palabras (“Esto quiere decir con- cretamente que...”). Saltese una parte y comience con el punto siguiente (que se corresponde con la ficha siguiente), por medio de un puente tipo “Vamos ahora con el punto siguiente”. (Si todavia fuese necesario o posible, se puede retomar después el punto omi- tido con una frase tipo: “Se preguntaran por qué no he men- cionado antes que... Bien, ...”). Precise Io dicho por medio de un ejemplo. Haga un resumen (“Recordemos cudles son los puntos més importantes: 1)... 2)... 3)...”). Muestre cémo se ha Iegado a algo. (“¢Cual ha sido el camino que ha Ilevado a esto? Les voy a relatar los momentos mas destacados”). Resuma lo que se ha dicho sobre el retroproyector u otro medio auxiliar que haya utilizado. Esto Je permite ganar tiempo. Ocasionalmente, también puede lanzar una pregunta al piiblico, que entonces se ve empujado a participar activamen- te. En este caso tiene que evitar dar Ja impresin de que su in- tervencién ha concluido y de que ha llegado el momento de la discusion. Corte sencillamente aquellas frases que no consiga acabar y comience de nuevo. Busque formulaciones adecuadas, pero no se eternice, En caso de duda, acabe cuanto antes con un punto y pase al siguiente. Considere lo que hemos dicho en los capitulos anteriores: tansmite seguridad quien se mantiene erguido apoydndose en ambas piernas, quien no busca puntos de apoyo, quien habla con el volumen de voz suficiente como para que se le oiga y en- tienda perfectamente en cualquier lugar de la sala, y quien, fi- nalmente, adecia mimica y gesticulaci6n a sus palabras. 95 Hay muchos trucos que permiten salvar un “blackout” disculpas por ello ni intente ofrecer explicaciones (“Es que he tenido poco tiempo para preparme” y semejantes). Repita lo mismo con otras palabras (“Esto quiere decir con- cretamente que...”). Saltese una parte y comience con el punto siguiente (que se corresponde con la ficha siguiente), por medio de un puente tipo “Vamos ahora con el punto siguiente”. (Si todavia fuese necesario o posible, se puede retomar después el punto omi- tido con una frase tipo: “Se preguntardn por qué no he men- cionado antes que... Bien, ...") Precise lo dicho por medio de un ejemplo. Haga un resumen (“Recordemos cuales son los puntos mas importantes: 1)... 2)... 3)..). Muestre cémo se ha llegado a algo. (“éCual ha sido el camino que ha Ievado a esto? Les voy a relatar los momentos mas destacados”). Resuma lo que se ha dicho sobre el retroproyector u otro medio auxiliar que haya utilizado. Esto le permite ganar tiempo. Ocasionalmente, también puede Ianzar una pregunta al piblico, que entonces se ve empujado a participar activamen- te. En este caso tiene que evitar dar Ia impresién de que su tervencién ha concluido y de que ha llegado el momento de la discusion. Corte sencillamente aquellas frases que no consiga acabar y comience de nuevo. Busque formulaciones adecuadas, pero no se eternice. En caso de duda, acabe cuanto antes con un punto y pase al siguiente. Considere lo que hemos dicho en los capitulos anteriores: transmite seguridad quien se mantiene erguido apoyandose en ambas piernas, quien no busca puntos de apoyo, quien habla con el volumen de voz suficiente como para que se le oiga y en- tienda perfectamente en cualquier lugar de la sala, y quien, fi- nalmente, adectia mimica y gesticulaci6n a sus palabras. 95 Hay much trucos que permiten salvar un “blackout”

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