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MAX WEBER EL SABIO Y LA POLITICA Prélogo de Juan Carlos Torse Wissenschaft als Beruf ‘Miiachen, Duncker & Humblor, 1919. Reproducido en Gesammelte Aufsitze zur Wissenschafislehre, 2 ed. (Tabingen, Mobs, 1951), 566-597 ‘Traduecién dieecta de Delia Garcia Giordano Politik als Beruf Miinchen, Duncker & Humblot, 1919. Reproducido en Gesemmelte politische Sehsiften, 2d, (Tubingen, Mobs, 1958) 493-548 ‘Traduecin dicecta de JL. B. &= © tuna calle que asciende lentamente, 0 en circuns- tancias andlogas; pero en todo caso nunea suigen cuando se ls espera y jams mientras nos rompe, {204 cabers en nuestra mesa de trabajo Lo cee. {0 es, sin embargo, que no le surgirian a uno si se ubieta roto la cabeza en la mesa de tcabsjo ys deiris suyo no estaviera planteads la apasionante pregunta, Pero sea como fuere, el investigador debe tener en cuenta ese azar que subyace en vode trabajo cientifico: la “inspiracion” zaparece o no? Uno puede set un trabsjador distinguido sin embargo no haber tenido munca una idea propia valiosa. Es un grave ettor ereer que esto sdlo cea tre en las cientias y que detrés de un mostradon, por ejemplo, las cosas son distintas que en un Ebboratorio. Un comerciante o un gran industrial sin “fantasia comercial”, es decir sin “ideas”, sin “ideas geniales”, serd toda su vida un hombre a ute, cosa que se idea pueril suponer que un matemitico legue 2 obtener algiin resultado cientficamente valiose or el sélo hecho de sentarse ante una mesa de tox bajo con una repla 0 con otros elementos meciat, £05, 9 con una méquina de calcular. La fantanin smatemitica de tun Weierstrass esté evidentements Orientada, en el sentido y cl resultado, en wee 0 direcci6n distinta ala del artista y es fundamental- mente diferente a ella desde el punto de vista cus- litavo. Pero no desde el punto de vista del proce- so psicolégico. Ambas no son otra cosa que ebrie- dad (en el sentido de mania de Platén) e “inspira Son”. “Ahora bien, el hecho de que alguien tenga ins- piracién cientifica depende de un destino para nosotros oculto, pero ademas, de un “don”, Esta verdad indiscutible sirve de pretexto en una cierta, mentalidad popular (expandida especialmente entre los jévenes, lo que es comprensible) para ponerse al servicio de algunos idolos cuyo culto ‘ocupa ostentosamente un lugar en cada esquina y en todos los periddicos. Estos idolos son la “per- sonalidad” y la “experiencia”. Ambas estin estre- chamente ligadas: impera la idea de que la ltima conforma la personalidad y pertenece a ella. Uno se esfuerza por conseguir “experiencia” —pues es 1a actitad que conviene a una personalidad— y si tle nose consign debe haceie como a xe pose yera esta gracia. En alemén se llamaba anterior mente a la “experiencia” [Erienil “sensacin’ [Semation| Y en cuanto a qué era “personalidad” y qué signifcaba, creo que se tenia una idea més exacta que en la actualidad. Seiiotas y sefiores: en el terreno de la ciencia posee “personalidad” s6lo aquél que se pone com ‘lament al cevco de causa. n0 ocusre asi s6l0 en el terreno cientifico. No conozco aingiin gran artista que haya hecho otra cosa que servir a su cates ssl ela Asn ana personalidad deal de Goethe no ha podido impunemente —en lo que concierne a su arte— tomarse la libertad de a ‘querer hacer de su vida una obra de arte. Peto si fo se quiere admitir esto —sea como fuere hay ahs sr un Gosthe pare poder permite deat s— © aceptara por lo menos que ni siquiera una personalidad que aparece s6lo tuna ver cada mil afos, ha quedado impune. No ocurre de otro modo en politica. Pero no trataremos esto hoy. Sin ‘embargo, en el campo de la ciencia no es una per- sonalidad aquel que, como empresatio de la causa ala cual debiera dedicarse, aparece sobre la escena queriendo justificarse por medio de sus experien- iasy pregunta: ecmo pruebo que soy algo ms ‘que un simple especialista? Como hago para decir algo que en el fondo y en la forma nadie haya dicho? Se tata de un fendmeno que actualmente toma proposciones inmensas aunque en todas par- tes se ofrezca muy pobres resultados y que dismi- ‘tuye a quien se plantea las preguntas. Por el con. trario, el que pone todo su corazén en la obra, y nada mas que en ella, se eleva la altura y la dipni- dad de la causa que quiere servir. El problema se plantes exactamente de la misma manera para el artista, A estas condiciones de auestra labor, que son comunes al arte, se opone un destino que la diferencia profandamente de la labor ardstica, EL tuabajo cientifico esté sujeto alos términos del pro yes. En el terreno del atte, en cambio, no hay en este sentido ningiin progreso. No es cierto que tuna obra de arte de una detecminada époce, que hhubiese profundizado por ejemplo en nuevos recursos téenicos o leyes de perspectiva, sea por estas razones artisticamente superior a otra obra de arte desprovista del conocimiento de estos recursos y leyes, siempre y cuando estuviese for. a smal y materialmente condicionada, es decir, que su ‘objeto hubiera sido elegido y plasmado eandiconsn- thio alo astistico, sin la utilizacién de otras condi- ciones y recursos. Una obra de arte verdaderamen- te “lograda” no envejeceré nunca ni seri superada, Cada individuo podré atribuirle personalmente un valor distinto, pero nadie podra decir de una obra vyerdaderamente “lograda” desde el punto de vista atistico que haya sido superada por otra igual- mente “lograda”. Todos nosotros sabemos en cambio, que en el campo de la ciencia lo que se ha conseguido envejecerd en 10, 20 0 50 afios. Este es 1 destino, 0 mejor dicho, este es el significado del trabajo cientifico, el cual, en un sentido muy espe- cifco, esti sometido y subordinado respecto 2 todo otz0 elemento cultural del que se pueda decir Jo mismo, Todo “logro” cientifico significa nuevos problemas y quiere ser superado y envejecet. Quien pretenda dedicarse a la ciencia debe resignarse a clo. Los trabajos cientificos pueden por cierto seguir siendo importantes durante mucho tiempo ya sea “como medios de goce”, a causa de su cali- dad artistca, o como medios de ensefianza para el trabajo. Sin embargo, llegar a ser superado es —vaelvo a repetitlo— no sélo nuestro destino sino también nuestra finalidad. No podemos tra- bajar sin Ia esperanza de que otros lleguen mas Iejos que nosotros mismos. En ptincipio, este pro- sgreso tiende al infinito. Y con ello entramos al problema del sigffzado de laciencia. En efecto, no surge por cierto claro de si mismo cémo algo que obedece a una ley de tal naturaleza pueda tener sentido y raz6n en si. 2Por que se ejerce algo que cn realidad no tiene un fin ni puede teneslo? Ea el 4% scatido més amplio de la palabra, ante todo, por fines técnicos, puramente pricticos, para poder orientar nuestra actividad prictica en el sentido de las previsiones que nos ofrece la experiencia cien. tifica. Bien, Pero esto tiene sentido solamente para cl hombre prictico, Pero geudl es la intima situa. cién del hombre de cieacia ante su profesion Berg) en,el caso de que pretends tener una en ‘general? Fiste responde: ejercer la cencia “por la ciencia misma”, y no sélo para que otros puedan obtener resultados comerciales 6 técnicos, se pue- den nutrr, vest iluminar y gobernar mejor. Qué ‘obra significativa espera realizar gracias a estos descubrimientos destinados invariablemente a fenvejecer, dejindose encadenar a esta empresa dividida en especializaciones que se desliza hacia Jo infinito? Esto exige algunas consideraciones de orden general, El progreso cientifco es una parte, y por cies- to la més importante, del proceso de intelectual zacién al que estamos sometidos desde hace mile nios y frente al eual es frecuente, en nuestros tiem- os, colocasse en una posiciéa de tipo extraordi ‘ariamente negativo, Aclataremos primeramente lo que significa en Ja prictica esta. racionalizacién intelectual por medio de la ciencia y de la técnica cientificamente otientada, ¢Seria algo asi como si nosotros, cada tuno de los que estamos aqui sentados, taviésemos en la actualidad un mayor conocimiento de nucr~ tras condiciones de vida de las que tiene un indio © un hotentote de las suyas? Dificilmente Cualquiera de nosotros que viajase en tranvia no tendfa —si no cs un especialista en fisica— “4 so alguna de cfm hace éte para ponerse en i oc end ecesiad de saber or ia uficiente poder “conta” con el com- amen del coe oer su comport: rato en el mismo sentido; pero nada sabria mo we construye un tava con capacidad para crc en movimiento. Elle debe wn con Pottmto de sus des de tabsjo incomparsble- ent ay Sen ete momento gstramos una ‘Rims de dinero, no obstant haber en la sal cole sar economista, puesto a que cada uno de ellos ‘ia una respuesta iti Is peguna cémo sigue con el dinero se puede comprar tanto lo om lo mucha? Else sabe emo hacer fess ebenc su almento dan y codes sons EBsiicones quel sev pars eve fin. La inte Inlay la conan reientes n0 Siplican en consecuenca wn een cone Isto gener de hs condos tj is cues te Signa en cambio algo dino: l aber O cece oe gure se ae, pe no bay en Pencpo ninguna fra misteions ¢ impevsble fe meres, que ants bes toda as cosas psy Uo er drnades por el ela, Peo eso sini oF deseneaamien del monde, None miss podium als euros mgm coo F ca tales poderes existen, para Sonat o implores esp no he habe ecurtir a cial yseeutos tecnicos Tal et TE sgnicaci6n esenial dela intelectualizacién, Bez ete pres de deseneantaien, pro, seid durante menos ee cla occiden fen gener exe "progieso” en el cal parca Tr Geneia como miembro y faerea motor, 6

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