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Xama 3. 1990: 175-194 Mendoza, Argentina 1SSN0327-1250 TRABAJO Y COMPORTAMIENTOS FAMILIARES. LOS SECTORES POPULARES CRIOLLOS EN UNA CIUDAD FINISECULAR. MENDOZA, 1890-1900. Maria del Rosario Prieto y Susana Beatriz Choren* RESUMEN En este trabajo se busca caracterizar los comportamientos familiares (lamaito, composicin, estructura de la familia) cn relacién on el contexto laboral urbano de fines del siglo XIX. Este contexto laboral estéintimamente relacionado con la implantacién del ‘modelo agro industrial vitvinicola en la provincia ‘Se estudian las condiciones socioccenémicas en las cuales estas familias se desenvolvian. Se ha claborado una tipologia de las familias a partir del andlisisseparado o simultineo del trabajo que realiza el jefe de familia y la categoria de la ocupaciGn. Por dhimo se establece la relacién existente entre las estrategias familiares de vida de los trabajadoresy los ingresos familiares, ‘Se ha abordado la problemitica familiar tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo. Se ha trabajado con una smwestra de céddulas censales del érea urbana de Mendoza del Censo Nacional de 1895. Para lograr una aproximacién a actitudes, ideas, valores, ai como para observar las condiciones sociales més amplias, como el funcionamiento general del mundo social, fami- liar y del trabajo en Mendoza entre 1890 y 1900, se recurrié a descripciones, relatos e informes de la €poca y especialmente a la do~ ‘cumentacién de archivo. SUMMARY ‘The cbject of this work is to characterize the family behaviors (size, composition, family stracture) in relation with the urban working context at the tum of the XIX century. This working context is closely related with the introduction of the grape- growing, ‘agricultmral-indostril pattem in the province. ‘The socioeconomic conditions in which these families lived are studied. The family typification has been carried out from the alysis, separated or simultaneous, of the job done by the father and the job category. Finally, the relation between the workers" fa- ‘ily life strucgies and the moncy coming to the family was established. The family problematic was treated from the quantitative and qualitative standpoint. The work was done with a sample of census cells of the Mendoza urban area from the 1895 National Cen- sus. Historic documents, descriptions, narrative and information from the epoch were consulted to reach an insight ofthe attitudes, ideas, values, as well a to observe the more ample social conditions and the general functioning of the social, familiar and working ‘world in Mendoza between 1890 and 1900. La historia de la familia se ha constituido a partir de los tltimos veinticinco aftos en una de las. vertientes més relevantes de la historia social. Una especialista brasilefia ha reunido las versas formas de abordar la problemdtica fami cen el pasado en tres tendencias bien marcadas: una demogréfica, representada fundamentalmente por la escuela de Louis Henry en Francia y la del Grupo de Cambridge en Inglaterra; otra que pone el acento en los valores, comportamientos y acti- tudes familiares en cuya linea engloba a los traba- {os de Philippe Ariés, Shorter, Stone, J.L. Flandrin ¥ otros; por iltimo distingue un abordaje socioe- conémico del grupo doméstico y de la familia centrado en “los provesos sociales subyacentes a la estructura familiar y la intencién de explorar la accién de esos procesos en su accién sobre la fa- * Unidad de Antropologia, Area de Ciencias Humanas, CRICYT-ME. milia y las relaciones entre sus miembros". Esta li- nea busca interpretar las unidades domésticas y familiares en el contexto del comportamiento eco- némico de sus miembros.! En este ultimo enfoque ha sido fundamental la influencia de los antropé- logos y socidlogos con sus estudios sobre comuni- dades campesinas centradas en la familia como unidad de produccién y consumo? 0 aquellos que buscan analizar las funciones de la familia y la red de parentesco en los grupos urbanos, principal- mente los de bajos ingresos.3 En esta perspectiva se encuentran los andlisis feministas que han con- tribuido a centrar los enfoques sobre la relacién del grupo doméstico con su medio y los te6ricos enrolados en cl marxismo, quienes "...nos han en- sefiado a considerar el grupo doméstico como en- 1 Marcio, M. L. En: Katia de Ameinés Matosso. Familia © sociedade na Bahia do séeulo XIX. Corrupio, Sao Paulo. 1988, Pefscio. * Chayanov, A. La organizacién de la unidad doméstica campesina. 1974. > Quiroga de Fausto Neto, A.M. Familia operaria ereproducao de forza de trabalho. 1982, pp. 55-56. 18 ANG, 116 tidad econémica y a planteaos el problema de su relacién con el modo de produccién capitalista’.* Los historiadores retomaron esta temdtica, pe- ro confiriéndole la dimensién hist6rica que por lo general habjan ignorado las otras disciplinas so- ciales. En este sentido la evidencia del significativo papel jugado por la familia en los procesos socia- les, politicos y econémicos de América Latina -a fines del siglo XVIII y sobre todo a lo largo del XIX- ha conducido a acentuar la atencién sobre sia problemética en la regiGn, procurando al mis- ‘mo tiempo independizarla de los modelos de ané- lisis provenientes de Europa y Estados Unidos donde la estructura (patrones demogréficos) y la importancia de la familia difieren cualitativamente de la latinoamericana.5 Por otra parte, mientras que las modificaciones en Ia organizacién y estructura familiar han sido estudiadas detalladamente, s6lo recientemente los historiadores han prestado atencién a la relacién causal entre los cambios ocurridos durante el siglo XIX en la economia y en la sociedad més amplia y las estrategias familiares. Estos estudios seflalan a la familia como un agente activo de estos cam- bios. Se acepta desde este punto de vista, que la ex- pansiGn del capitalismo en Latinoamérica afeci6 no s6lo reas de produccién, urbanizaciGn y es- ‘tructuras ocupacionales, sino también a la socie- dad en general y ala familia en particular. Esta afirmacién se refiere especialmente a las familias de las elites nacionales y regionales que, segin E, Kuznesof y Oppenheimer, ante el vacio creado por la ausencia de un gobiemo efectivo, luego de la independencia, surgieron como actores dominantes de la politica y la economia. Esta préctica constante a lo largo del siglo ‘M.del R. PRIETO y S.B. CHOREN XIX las condujo a impulsar e implementar mode- los capitalistas, de acuerdo a las especificidades regionales, cuando estuvieron dadas las condicio- nes objetivas para levarlos a cabo. La familia se convierte, entonces, en el nudo central de las rela- ciones politicas, empresariales, financieras y so- ciales.” Para lograrlo necesariamente debi6 adaptar su organizaciGn, estructura y patrones de comportamiento, en un doble juego de influencias, reciprocas. Sin embargo, en la sociedad del siglo XIX existieron otros sujetos sociales, los sectores po- pulares.* Si bien han sido estudiados dentro de la histo- ria de clases, desde e! punto de vista laboral, del servicio doméstico 0 de las relaciones clientclares, hace escaso tiempo que se los esta analizando a través del prisma de la familia, desde la perspecti- va de la incidencia de la nueva formacién econé- mico-social en sus comportamientos familiares. Recién a partir de 1980, se han incrementado Jos trabajos enfocados hacia el andlisis de las uni- dades domésticas -tamatio, organizacién, estructu- ra y su relaci6n con la industrializacién de las comunidades campesinas y de las clases populares urbanas, con el fin de observar tanto los momen- tos transicionales entre un modo de produccién y ‘otro, como las consecuencias de la implantacién ‘efectiva del capitalismo sobre el grupo doméstico$ Se han sefialado en este aspecto, caracteristi- cas particulares de la familia latinoamericana en sie periodo, como el sustancial niimero de muje- res jefes de familia y la alta proporcién de miem- bros no relacionados por lazos de parentesco. Se ha atribuido este fenémeno al funcionamiento de la unidad doméstica como unidad de producci6n, {junto con la existencia de una migracién tempora- ‘El concepto "sectores populares” tiene connotaciones ambiguas relacionadas con los concepsos de clase y de pucblo y definido a veces solo por oposicion al bloque de poder dominante. Su significado también varia de acuerdo alos pats y alas épocas. En la Ar- gentina fnisecular, tanto los tabsjadores ntivos como los extrnjeros consitutan el conjunto de la "gente de pueblo", en tanto que las clases allas se percibian como “Ia gene decente™. Para a clate dominante “el pueblo", lo popular, estaba conformado por los que trabajaban. Nosotros, sobre esta oase,consideraremos "sectors populares” aJostabyjadores, sin tomar en cventa a los sectores mar- inals de la sociedad (bandidos, paris, vagor, mendigos). “ Haris, C. C. Familia y sociedad industrial. 1986, p. 108. * Kumnesof, E. y Oppenheimer R. The Family and Society in Nineteenth Century Latin America; An Historiographical Introduction. En: Journal of amily History, Volumen 10,N*3. Bid. ” Bragoni, B. Becaria del CONICET, realiza actualmente una investigacién acerca de las estrucsuras familiares de lo grupos dominan- tes de Mendoza durane el siglo XIX. Observa la funcién social que tuvo el parentescoy las relaciones de vincalos primarios en el proceso de enovacién y reproduccién de estos grupos. ® Ramos, D. A Social History of Ouro Preto: Stresses of Dynamic Urbanization in Colonial Brazil, 1695-1727. Ann Arbor, Mich. University.Citado por Kusnesof, Ey Oppenheimer, R. ‘TRABAJO Y COMPORTAMIENTOS FAMILIARES. MENDOZA, 1890-1900 m ria 0 permanente generada por la situacién econ6- mica, tanto en el campo como en la ciudad. Restarfa entonces profundizar los estudios so- bre las estrategias implementadas por los grupos ‘domésticos populares para hacer frente a otras de- rivaciones de la implantacién de un nuevo modelo Productivo, como las crisis econémicas resultantes y la inestabilidad del mercado de trabajo y la or- Banizacién laboral, que incidfan seria y directa- mente sobre la familia de las clases populares. Esta familia -sobre todo la urbana- dependia directamente de su trabajo. En muchos casos s6lo podia subsistir gracias a la participacién de todos los miembros del grupo doméstico en actividades productivas. Esta necesidad de lograr un equili brio trabajo-consumo, habria conducido a nuevos tipos de relaciones y formas familiares que les permiticran satisfacer, al menos, sus necesidades rimarias. Para realizar el presente trabajo nos hemos in- clinado por este enfoque. Hemos tratado de captar a través del andlisis histérico las relaciones entre 1 contexto productivo y los comportamientos fa- miliares, su trama de relaciones interas y el sig- nificado cultural de dichos comportamientos y relaciones, en Ia diltima década del siglo XIX en Mendoza. EI hilo conductor del andlisis ha sido la activi- dad laboral, considerada como elemento basico y condicionante de la vida familiar de los sectores Populares. ‘Nuestro interés se ha centrado en comprender, or un lado, la organizacién y dinémica de la fa- milia de estos sectores a fines del siglo XIX, cuyo objetivo residfa en tltima instancia en la lucha por la supervivencia. Por el otro, ver como esa organi- zaci6n se articulaba a un contexto més general re- lacionado con las necesidades del sistema Productivo implantado en Mendoza en el iltimo cuarto de siglo, Los sectores populares constitu‘an el ultimo engranaje de ese sistema productivo, que respon- dia a politicas de distribucién de ingresos (precios. y salarios), relacionadas con los intereses de los grupos dominantes. Estas politicas estaban vincu- ladas ademés, con otras estrategias implementadas para mantener el poder, tales como mecanismos ideol6gicos o juridicos. ‘Sin embargo, a menudo los sectores populares generaban formas de resistencia a los patrones de ‘comportamiento que se les intentaba imponer. La ° Kumesof, E. y Oppenheimer R. Ibid organizacién y composicién del grupo doméstico habria sido una de ellas. Mendoza hacia 1890 EI proceso econémico de corte capitalista puesto en marcha en la Argentina, y més especffi- camente en Buenos Aires, hacia 1840, se extendid treinta afios més tarde a ciertas economias regio- nales. Pero mientras que a nivel nacional el prota- gonismo fue casi exclusivo del sector agropecuario ligado a la exportacién, en algunas provincias (Mendoza, San Juan, Tucumén) este impulso se canaliz6 hacia la producci6n agroin- dustrial para responder a las demandas del merca- do interno. Entre 1870 y 1890 se crean en Cuyo las condi- ciones que dardn como resultado la hegemonia del monocultivo de la vid a partir de fines del siglo pasado, tales como el tendido de lineas férreas, la afluencia de inmigrantes, la introduccién de mo- demas tecnologias industriales y agricolas, la sis- tematizacién del riego. En Mendoza, la sustitucién del modelo econé- mico basado en la ganaderia comercial y la agri- cultura de forrajes y cereales vigente durante gran parte del siglo XIX por el modelo agroindustrial vitivinicola, provocé cambios importantes en to- dos los 4mbitos de la vida econémica, social y po- Iitica. Esos cambios fueron paulatinos y se produjeron en el periodo que se extiende desde 1870 hasta 1906-1914, cuando el nuevo modelo se encontraba ya consolidado y el 76% del PBI in- dustrial de la provincia proventa de la transforma- cién de la uva en vino." Podemos postular una etapa transicional donde conviven ambos modelos, puesto que en un pri cipio no se ocuparon los terrenos sembrados con alfalfa para la instalaciGn de vifiedos, sino que, con la expansién de la red de riego se habilitaron ‘nuevas tierras para ese fin. En 1910 atin era mayor la cantidad de tierra sembrada con forrajeras que las plantadas con vides. A pesar de la persistencia del antiguo modelo, cl mimero de bodegas habia crecido considerablemente en el oasis del rio Mendoza hacia fines del siglo (433 bodegas en 1895). Paralelamente la poblacién de la provincia précticamente se duplicé en un lapso de 30 aftos. La ciudad de Mendoza por su parte triplicé su ni- mero de habitantes (de 8.124 en 1869 pasé a 28,302 en 1895) mientras que la poblacién rural '° Manin, J. F. Policas estatales y conformacién de una burguesia industrial regional. Colombia, Centro de Investigaciones y Do- ‘cumentacién Socio-econémica. 1981, p. 44. 178 disminuyé en el mismo perfodo en un 10 % en tér- minos relatives. La creacién de nuevas fuentes de trabajo, con la instalacién de importantes bodegas en la perife- ria urbana y en los departamentos vecinos a la ciu- dad, seguramente contribuy6, ademds del aporte migratorio, a este acelerado proceso de concentra- cién poblacional.!! Simulténeamente se desarrollaron algunos ta- lleres y pequefias empresas, subsidiarias més bien de tipo artesanal, que fabricaban elementos reque- ridos por la industria vitivinicola, tonelerias, fun diciones, herrerias, “que ocupan cada uno poca gente” segtin Bialet Mass Lo mismo se puede afirmar con respecto al resto de las actividades manufactureras, surgidas como respuesta al aumento de la demanda, sobre todo en el rubro de la alimentacién y servicios. Se pueden destacar entre ellas, las carpinterias, hoja- laerias, cigarrerias, fabrices de jabén y velas, mueblerias, fbricas de carruajes y carros, fidee- ras, cervecerias, molinos, panaderias e imprentas, concentradas en su mayor parte en la zona urbana. Todos estos establecimientos empleaban per- sonal asalariado y funcionaban con una incipiente divisién del trabajo, en una escala que iba desde el maestro en el oficio, pasando por el medio oficial y terminando en el aprendiz.* Junto a la mano de obra con alguna califica- cién convivia la gran masa de trabajadores sin oficio que se iba concentrando en la ciudad y arra- bales en demanda de trabajo. El progresivo reemplazo del engorde de gana- do para su posterior comercializacién en Chile por la produccién vitivinicola, incidié probablemente ‘M. del R. PRIETO y S.B. CHOREN en este proceso, provocando un paulatino despla- zamiento de trabajadores criollos que se ganaban la vida en tomo a las actividades pecuarias (alfal- feros, gafianes, arrieros, etc.) hacia labores ligadas con la nueva industria.** Como respuesta a las nuevas demandas, en su mayorfa pasaron a engrosar el ejército de peones, jomaleros y demés trabajadores de escasa o nula calificaci6n laboral, permaneciendo en la periferia de la estructura social y productiva. Otros, los me- nos, lograron una minima especializacién como para insertarse en alguna de las fases del proceso de produccién vitivinicola. En cuanto a los primeros, podemos suponer que, como en muchas ciudades argentinas, inte- graron el vasto contingente de poblacién desocu- pada y subocupada, mal paga, poseedora de habilidades minimas y muy generales, donde era frecuente la jomada de labor prolongada, la explo- tacién y la vida miserable. En 1895 representaban en la provincia de Mendoza un 70% de los traba- jadores. Esta situacién se veia agravada por la compe- tencia en el incipiente mercado de trabajo con la mano de obra europea que habfa comenzado a Ile- gar a la regién. Las preferencias del grupo domi- nante se volcaban hacia los extranjeros cuando se trataba de ofrecer trabajo (en 1895, en la ciudad de Mendoza representaban un 20%) practicando una politica discriminatoria que privilegiaba la ‘mano de obra italiana, espafiola o francesa sobre la local. Se justificaba esta actitud mediante la ideologia imperante en el siglo XIX, basada en la existencia de caracteristicas 0 rasgos étnicos que diferenciaban a criollos de los europeos, hecho * De aouerdo com el Censo evonémico social de 1895 -secc Industras- las empresas que ocupaban mayor canidad de tnbajadores (de 18 225) eran las fabrcas de adrilloe, las compaias constructoras, fabrics de carruajes,cigarreris, algunas hereras 0 carpinte- tas de mayor envergadura, consirucciones mecénicas, sastrefas,tonceras,tipografias cuyo nimero era muy limitado: una o dos por rubro. 1 resto eran establecimientos més reducidos que contaban con un plantel mucho menor (ene os y cinco personas). Sin embargo, la _mayoria de las consideradas “Insts” por el eeso son pequcfios talleres donde trabaaba personalmente el popicario ys fami- lia y evenmalmente un empleado. En este tikimo caso, quzds se debera distr si no se los podefa consderar mis bien como cuen- tupropistas a etc sates, zapateros, carpnteros, t., que aparecen mayoritariaments en este relevarient, ** Comparando los censos de 1869 y 1895 se observa la ausenciao presencia de algunos oficios que indicrtan el modelo eeonémico preponderanteen uno y otro periodo En el Censo de 1869 predominan aquellos relacionados con la produccin forrajera y el comer- io de ganado, mientras queen el de 1895 existe mayor nimero de profesiones relacionadas con la viivinicultrae industras ubsi- diatias, en tanto que los jomaleros y peones sin ealificaién siguen siendo un porcentae imporante de trabsjadores (28,44% y 272%). En 1869 los “pasteroe” representaban un 0.38%, y en 1895, s6lo un 0,028%; los ariers y troperos, 191% y 067%; domadores, 0.50% y 0,018%; reseros,abastecedores, 0.22% y 0,14%;tlabaneros, lomllers,trenzadors,0,64% y 0.34%, respecivamente. En 1895 aumentan los pocentajes de albailes: de 0.99% a 1,85%; de toneleros: de 0,10% a 088%: de tomeros: de 0,006 a 0.88%; de carrroe de 016% a 129%; de herreros: de 041% a 0,78%. Crece también en 1895 el porceniaje de tabsjadores relacionados con €l servicio doméstco(cocineras,lavanderas, planchadoras) y disminayen las tejedons (de 8 88% a 2.20%). "Las bodegas grandes daban trabajo a alrededor de 120 obreres permanentes, que se incrementaban durante la vendimia. La mayo- tia, sin embargo, # reducian a pequetios estblecimientos con escaso personal. Alberto Gago en cl trabajo "Hacia la especializacién de Ia regiGn de Cuyo (1895-1914)", Universidad Nacional de San Juan, 1985, afirma que los esublecimientos en los distintos rabros ‘de Ia actividad industrial alcanzaban en toda la Provincia a 401 y daban empleo a 2.322 personas. ‘TRABAJO ¥ COMPORTAMIENTOS FAMILIARES. MENDOZA, 1890-1900 19 que reflejaba un claro determinismo socioracial. Asi, el criollo-mestizo era vago, ebrio, jugador, dilapidador y no estaba hecho para trabajar, mien- tas que el europeo-blanco era responsable, traba- jador, y rpidameme se labraba un porvenit.”...italianos y espafioles se apoderaron de las artes y de los oficios y el criollo quedé relega- do a.una segunda fila.."!2 Seguin Silvia Cirvini, el veloz crecimiento ur- bano "..trajo aparejados los primeros desajustes de un ambiente urbano cada vez més vulnera- ble..." EI hacinamiento de los inquilinatos, la miseria extrema de los ranchos situados en los bordes Este y Norte de la ciudad vieja junto a los basurales, el aumento de la prostitucién y la mendicidad, la su- ciedad y la pobreza extrema, fueron el resultado de este movimiento hacia la zona urbana, a su vez una répida respuesta del grupo hegeménico, que implementa nuevas formas de contro! sobre las clases subaltemas, alarmado por la amenaza que significaba su sola presencia en el espacio urbano. Luego de la epidemia de célera de 1886/7, "se agudizaron los controles oficiales sobre lo urbano, que contenia ese otro rostro desagradable de en- fermedad, pobreza y muerte aflorado durante el flagelo... De allf la preocupacién por dictar nor- mas de disciplinamiento: la reglamentaci6n de las casas de tolerancia, la del servicio doméstico, la prohibiciGn de la mendicidad y el control del jue- go y la ebriedad evidencian esta intencién."!4 La crisis econémica de 1890, agravé aun més esta situacién, al quedar reducido a la mitad el sa- lario real y profundizarse la desocupacién. En un editorial de "El Debate” titulado "Hambre y mise- ria", su antor se lamenta: "... el que paga todo este Iujo indigno y mal adquirido es el pobre pueblo al que apenas fe queda para vivir y que mafiana ten- dré que emigrar a buscar el pan en otras par- tes.."15 Como consecuencia Wégica, se producen en esa época las primeras huelgas que se conocen ena provincia. El conglomerado de transformaciones en la vi- da urbana y rural que acompafiaron al desarrollo del nuevo modelo econémico provocé modifica- ciones importantes en la estructura social, en los valores y comportamientos y en las condiciones de la vida laboral y cotidiana de las clases popula- res nativas que debieron adaptarse a la nueva si- ‘twacién, generando estrategias de supervivencia alternativas. Este cambio en la realidad econémica yy sociocultural se veria reflejado en los comporta- ‘mientos familiares. abe preguntarse entonces, 2qué tipo de fami- lia fue posible constituir en ese contexto socioeco- n6mico?, {qué estilo de vida familiar fue posible teniendo como marco semejantes condiciones de existencia? LA FAMILIA DE LOS SECTORES POPULARES COMO UNIDAD DE ANALISIS Hemos definido dos dimensiones para analizar la familia de los sectores populares, enfatizando al mismo tiempo la importancia social de! 4mbito doméstico. 1) La familia, considerada como grupo de rela- ciones sociales y de prestaciGn de servicios entre personas ligadas entre sf por lazos de parentesco yfo de afinidad, Se focaliza el andlisis sobre la constitucién y organizacién de ese grupo, dentro del cual las relaciones de parentesco y de organi- zacién doméstica son elementos fundamentales de supervivencia. _ 2) La familia como grupo de acopio y distribu- cin de los recursos necesarios para alcanzar el ni- vel de subsistencia. Desde esta perspectiva se la puede definir co- ‘mo a un conjunto de personas generalmente em- parentadas © unidas por lazos de afinidad que comparten por lo menos parcialmente, los recur- sos econémicos generados por los esfuerzos y tra- bajo de sus integrantes. Esto permite ademas de la supervivencia del grupo, el aporte de nuevos miembros al sistema productivo. En este grupo cada individuo actia directa 0 indirectamente en el proceso de generacién de re- cursos familiares a través de tres tipos bésicos de trabajo: 4) El asalariado, donde se produce Ia integra ci6n en el mercado formal de trabajo. b) Los trabajos que generan ingresos sin las caracteristicas de un empleo asalariado, caracteri- 7 Bialet Massé, J. Estado de las clases obreras en el interior de la replica. Buenos Aires. 1904, p. $63. 23 Cirvini,S. El ambieme urbano de Mendoza a fines del siglo XIX. La higiene social como herramienta del proyecto utépico del or- en. En: Ceruti Guldberg, H. y Rodriguez Lapuente M. Arturo Andrés Roig. Fildsofo « Historiador de las ideas. Universidad de Guadalajara. 1989, p. 108. © Bid. p. 131. + Diario El Debate, 12-4-1890. 180 zados por relaciones informales de prestacién de servicios a distintos consumidores (mercado infor- ‘mal de trabajo). ©) El trabajo doméstico, que a pesar de carac- terizarse por actividades realizadas dentro de la

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