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Carlos Reboratti -compilador- oyecto Desarrollo ced en Comunidades Rurales del Noroeste Argentino Salta, Argentina - Diciembre de 1997 _ De Hombres __y Tierras una Historia Ambiental del Noroeste Argentino 4, El contacto hispano-indigena y sus consecuencias ambientales ‘Ana Maria Lorandi 5. Evolucién econémica y recursos naturales en el NOA Carlos Len 6. Variaciones climéticas en el NOA durante el periodo colonial Maria del Rosario Prietc 7. La sociedad, la naturaleza y sus cambios en el Valle de Tafi Alfredo S. C. Bols 8. Las selvas de Montaa como fuente de recursos e integracién del noroeste de Argentina - Alejandro D, Brown Nora Prudkin 10. Alimentacién y uso del medio ambiente en el Noroeste Graciela F. Torres y Mirta Elsa Santoni 11. Relaciones interétnicas y usufructo. dela una historia social y ambiental del Chaco Hector H. Trinchero 12. Puna, quebrada y valles Carlos Rebor 13, Vocabulario cientifico = 6 Variaciones climaticas en el NOA durante el periodo colonial El cambiante”¢lima de nuestro planeta Actualmente la mayoria de la gente piensa que el clima que predominaré en el siglo XXI seré diferente al actual, Todos sebemos que, como resultado de la actividad humana, desde le se: da mitad del-siglo XIX et incremento de los g de inverhadera. est produciendo perturbaciones en el balance planeta, temperaturas, 1 (0.3-0.6 grados en pro- medio) y una redistfibucién de los patrones de precipitacién, Acompafiando este fendmeno se ‘observa ademés un sustancial retroceso de los glaclares. Hay evidencias Alpes, Escandinavia, Is tral, en América ‘tropical, Los Andes Centrales argentino-chil Patagonia. Los efectos causados por el hombre sobre el clime se superponen a las variaciones naturales de] sistema climatico. Las ltimos afios confirman qi las inducidas por el hombre De alli la importancia del est esas varia cionesven relacion con el impacto socioeconémico ée_puedan producir y/con,las formas en que las sociedades se ecomodan o responden a ellas. Ei cima es uno de los componentes del am- biente natural que mas influencia ha elercido en la sociedad y en la economia, especialmente en la etapa preindustrial. Sin embargo, el andlisis de las anomalias climSticas, su recurrencia temporal ¥y su extensién espacial no aclara ni explica por si s6lo el fenémeno social en su totalidad. Como dice un historiador, las anomalies y extremos climaticos, catéstrofes y riesgos acompafian en forma permanente la existencia de las sociedades preindustriales, reforeando agudizando Is tendencia constante 2 la inestabilidad econémica y social de estas formaciones sociales tanto en la actualidad como en el pasado. El sistema climético, compuesto, por atmbsfera, océanos, hielos, su perficie continental, vegetacion y procesos fisicos del clima, presenta una variablidad que puede ser pe- riddica 0 ciclica, manifestada a tra Ws de la fluctuacién de las precip taciones, la_temperatura, le nubosi dad, ete ao Esta variabilidad se produce en un amplio rango de escalas de tiempo. Puede ser estacional, interanual © mostrar tendencies que se traducen en ciclos de varios afios. Estos ciclos. ¥y fluctuaciones climéticas periédicas son basica mente de 22-23 afios (asociados con la actividad solar], 34-35 aos y 56 afios. Existe, ademés, una gran variedad de episo- dios climéticos de corlo términa -horas, dias, hasta meses- que producen desastrosos impactos sobre las actividades econémicas. Se trata de las denominadas anomalies climéticas, que se apar tan de la media considerade para una regién, pais © continente. Entre esios extremos climaticos estén incluides las inundaciones, grandes preci pitaciones, sequias, granizo, heladas y olas de {Cdmo podemos conocer el clima del pa- ‘sado? Algunos métodos utilizados Es necesario un mayor conocimiento de las fluctuaciones climaticas, no solo de la dltima centuria sino de los tiempos més. tempranos, porque al contar con registros més largos del cima global podremos determinar con mayor seguridad cuén inusuales son los recientes even- Las mediciones meteorolégicas estén disponi bles en la mayor parte del mundo solo para eriodos cortos de tiempo, aunque algunas ob- serveciones en algunas localidades europeas y asiaticas tienen mas de dos siglos. Para obtener un panorama preciso de las variaciones climéticas del pasado debemos entonces incorporar regis- tros no instrumentales, a partir de los cuales seran comprendidas las condiciones climaticas actuales Si bien existen numerosas aprox maciones a la reconstruccién del pa- sado climatico, slo unos poces tipos de evidencia tienen la capacidad de roveer registros con un grado de resolucién capaz de llegar a niveles anuales 0 estacionales. Entre ellas, dos tienen el potencial para proveer una amplia cobertura geogratica: el andlisis de registros documentales y los indices de creci miento de anillos. En altas latitudes, iodos pueden ser comple rmentados con el estudio de testigos de hielo, Las series de anillos de rboles para estudiar el clima del pasado se utiizan desde hace mas de 50 afos. La mayoria de los arboles que crecen fen las regiones templads producen una banda de crecimiento anual debido al receso vegetativo invernal. El ancho relativo esta direciamente relacionado con las condiciones ambientales que existieron durante ese periodo de crecimiento, ‘aunque generalmente suele vinculérselo a tempe- ratura y precipitacién. Como generalmente se cuenta con une gran cantidad de arboles por se toman varias muestras. Un anillo de un afio dado que es estrecho en un arbol, apareceré relativamente estrecho en todos los Arboles del sitio si esta falta de crecimiento se debe a la accion desfavorable del ambiente durante ese periodo. Los anillos de cada érbol muestreado se fechan generalmente mediante conteo directo, ara saber a qué ao coresponde cada banda de crecimiento y lz edad del arbol. Las series datadas se combinan en una serie promedio de nominada cronologia. La cronologia representa la variacion comin de los anillos de todos los arboles de un sitio, Una vez construida la cronologia se realize la calibracién del ancho de los anillos parametros climéticos utilizando un = De 62 multivariado. Con este método se logran recons trucciones climBticas que a veces sobrepasan los 2.000 aos La climatologia historica intenta reconstruir el clima del pasado utlizando fuentes histérices Permite une eproximacién empiric relatvamen te confiable, pues la informacion histérice provee datos directos sobre los acontecimientos climaticos del pasado. Las fuentes potenciales de infor- macién paleoclimatica incluyen, en tre otras, anales y cronicas, reg gubernamenteles, registros privados, jstros meritimos y comerciales, personales, diarios y corres: pondencie. En la América conauis- tade por Espafig, le extension tem pofal de las ceconstrucciones climaticas varia de acuerdo @ la fecha del ingreso de los espafioles a cada regién, pero en general se cuenta con informacién desde el siglo XVI Las variaciones climaticas mas recientes en América del Sur. Hace 500 afios los hielos avanzaron nue- vamente El lergo lapso que se extiende desde el ato 1500 hasta nuestros dias, ha visto enormes mo- dificaciones en la suerte de la vida humana sobre el planeta, marcada a fines del siglo XV por el descubrimiento de América y de Africa tropical y del Sur También desde el punto de vista climatico se Produjeron grendes cambios. El periodo que vemos @ analizar se inscribe casi en su totaidad dentro de uno de los eventos climaticos més signifcativos ocurides durante el itimo milenio 2 nivel planetaro: la Pequefia Edad Glacial. Este episodio se caracteri por un descenso consi derable de la temperatura y un avance importante de los glaciares en las regiones montafiosas latitudes medias y altas en ambos hemisierios. ‘Aproximadamente cuando Magallanes descu- bre el pasaje que conecta los Océanos Ailantico y Pacifico, los climatélogos ubican el comienzo de este evento, "uno de los més tardios y dra- miticos episodios de neoglaciacién”. Si bien los cientificos ain no se han puesto de acuerdo en las fechas de comienzo y finalizacion de ese episodio, generalmente coinciden en que en el hemisferio norte se desarrollé entre 1550 y 1850. Los registros climéticos pare Sudamérica muestran que el principal periodo de anomalias, negativas ocurrid més tempranamente que en el hemisferio norte, con condiciones de fio desde el siglo XIl) que se prolongaron con altibajos, hasta el XVII. Otros episodios frios se produjeron 2 fines del siglo XVIll y durante el siglo XIX. Estudios dendrocronolbaicos realize dos en la zona montatiose del norte de la Patagonia han coniirmado que al interval que se extiende entre 1520 y 1670 fue uno de los més frios de la Pequefia Edad Glaciar, con un predominio de condiciones de menor temperatura estival y menor precipitacién invernal Desde el punto de vista climatic, 2 través de estos estudios se des: prende fundamentalmente que los ti timos 500 afios se caracterizaron como un periodo de anomalias climaticas complejas, donde se alter naron episodios calidos y frios que variaban de acuerdo con la locelizacién espaci Estas anomalies aparecen registradas en le documentacién histérica, que muestra con dad la incidencia que tuvieron en el proceso de Conquista y colonizacién del continente america no por parte de los espaioles. Un Nifio travieso sn muchos factores fisicos que inciden en © variaciones del clima. Por supues: to, para comprender los éltimos cien afios © més de variaciones climéticas también tenemos que considerar el impacto antropogenico de concen: reciones de gases de efecto invernadero en la Hace unos afios se comenz6 a hablar de un fenémeno que, segin los cientiicos, puede tener ramificaciones climéticas globales: e) evento co nocido como El Nifto-Oscilacién Sur (ENOS). El término "El Nifio” en un principio era utlizado por los pescadores del litoral peruano y ecuato- Fiano para referirse 2 la comiente célida que normalmente aparece para la época de Navidad ¥y persiste durante algunos meses. Fue bautizado de ese modo en obvia reierencia al nacimiento de Jesis, ete En ese perlodo célido disminuye le pesca y entonces los pescadores aprovechan para reparar sus redes y erbarcaciones. Pero en algunos afios la temperatura del mar se vuelve anormalmente clevada y la temporada de pesca se posterga hasta entrado el invierno. Con el transcurso del tiempo, el término "El Nifo” se comenzé a utlizar solamente para referrse 2 estos eventos extrac. dinarios, que estan asociadas con fluctuaciones climaticas muy importantes tanto en las regione: tropicales como en las extratropicales. Se sabe ademas que El Nifo constituye un sintoma regio: AA nal de una fluctuacién de lerga es cala que i nes entre Ia atmésfere y el Océano Pactico, que se conoce como Oscilacion Sur mente la Yprecipitacién en varies yy, regiones de América del Sur estan relacionadas con los eventos ENOS, 2 sobre todo aquéllas ewyos regimenes de precipitaciam estan regulados por la actividad anticiclonica subtropical Por eso cuando se produce un Nifo, baja a presion en el Archipislago Juan Fernéndez, lo que indica un debilitamiento del anticicion del Pacifico, que provoca altas precipitaciones en esa regi6n oceénica ye interes ig. fluctuaciones interanuales de la presi, a temperatura v especial En le zone templade de Chile central ocurren copiosas precipitaciones invernales durante un Nifo. Se produce también un incremento de la caida de nieve en la Cordillera de Los Andes a la misma latitud En la regién drida a Jo largo de las costas del Peri y sur de Ecuador, donde les precipite- ciones son escasas durante el afio, durante los eventos ENOS se producen luv el altiplano pervano- boliviano se presentan precipitaciones abundan: tes durante el verano en que se inicia un ENOS, seguidas por sequlas extremas que persisten por un aio. En la regién del noreste de! Brasil ios eventos ENOS dan origen a sequias devastadores. En ol noreste de Argentina las crecidas extracr- dinarias de los rios Parana y Paraguay general mente coinciden con este fendmeno No se han hecho suficientes estudios en el Noroeste Argentino como para determinar con certeza qué ocurre con las lluvias durante un Nifio. Pero en general se ha observado un mayor porcentaje de afios con altes precipitaciones 5 uy AI; : cuando el Nino hace su aparicién en las costas del Peri, Con el auxilio de historiadores, algunos climatélogos han establecido que desde 1525 ha hhabido 84 eventos ENOS entre medios a muy severos con intervalos de recurrencia de 5,5 afios de promedio, En el periodo que se inicia en 1925 el promedio de recurrencia ha sido mayor (6.3), lo que indica una menor ocurrencia de eventos. Los fendmenos fuertes recurren cada 9 afos 7 Clima, sociedad y economia en Sage J a Noroeste durante los silos & fF yy. xvi y xv > Los pobladores del Noroeste Argen: tino obviamente no han escapado a las situaciones climaticas descritas, ‘También a lo largo de su historia han suirido la alternancia de lluvias, / sequias, frios extremos, calores inso- portables y, @ veces, buen tiempo, Nos propusimos entonces intentar la reconstruccion del escenario climético donde indigenas y espano- es desenvolvieron sus actividades durante la colonia. Para la primera etapa usamos datos del pe- iodo colonial temprano, provenientes de las cludades més antiguas de la regién, depositados en archivos locales, regionales y nacionales y especialmente los del Archivo General de Indias en Sevilla La Corona Espafiola demostré desde un primer ‘momento un interés especial en recabar informe cién acerca del clima y los recursos de las tintas regiones americenas, motivada més por mtereses econémicos que cientificos. Airman los historiedores de la etapa colonial que los espaficles tuvieron grandes dificultades para concretar la conquista en el Noroeste Argentino. Este proceso se caracteri26 por la escasez de logros tangibles en los primeros cin cuenta afios de ccupacién espafiola. Fue una constante el abandono de asentamientos y pobla- dos, la presencia de grandes espacios sin ocuper, Je escasisima poblacion espafola, los conflictos jurisdiccional Pensamos que uno de los factores que inci dieron en esta falta de concrecién en la ocupa- nN w De Hombres y 64 cién real del territorio fueron las condiciones climaticas extremas en que se desarrollé ese proceso. Si recordamos lo afirmado anteriormente, ve- remos que justamente cuando los espafioles to maron la determinaci6n de iniciar su marcha terrestre hacia el sur se estaba produciendo un empeoramiento de las condiciones climaticas con el advenimiento de uno de los pulsos més fuertes de la Pequefa Edad Glaciay Desde Perd, por la region costera © por el interior -a través de lo que es hoy Bolivia, las huestes que lle- garon a Lima y Cuzco en 1532 1535 prosiguieron su avance. Anexa- ron primero la regiénaltiplénica bo- liviana, donde fundaron Charcas (actual Sucre) er1538. En 1545 se descubrieron las mings de plate de Potosi, en el Cerro Rico, iniciandose su explotacion de inmetiato Simulténeamente = \continuaron hacia Chile y el ndfoeste de Argen- fina. Una vez en Chile, como centro a Santiago primero hacia las regiones australes y luego, cruzando la cordillera de Los Andes, fundaron Santiago del Estero, Salta y Tucuman, entre 1543 y 1584. Otros establecimientos -como Londres, Cafete y Cordoba de Calchaqui- desaparecieron al poco tiempo de fundades. Posteriormente se funda Jujuy (1592) y rid. Estas dos fundaciones y la de La Rioja (1591) obedecian al plan del Virrey Toledo para asegurar la ruta que unia Charcas con Tucumén y Chile Las recientes ciudades siguieron un patron de asentamiento bastante homogéneo. De acuerdo con las instrucciones de’ las Leyes de Indias, los espafioles seleccionaron valles y bolsones con rios cauedalosos para riego, como en el caso de Salta, Jujuy, Cotamarca y La Rioja. Por el contrario el pie serrano y los llanos situados al oriente de las Sierras Subendinas fueron los lugares donde se emplazaron Tucuman y Santiago del Estero, res pectivamente. Desde el punto de vista economico, durante los siglos XVI y XVI el espacio andino se articulé en torno a una actividad, la mineria, con grandes centros de demanda de bienes agrarios y manufacturados. Consecuentemente, se dese rollé una produccién agricola capaz de hacer frente tanto 2 la demanda minera como a la de los centros urbanos. Pera satisiacer esta deman: de, las distintas regiones y subrregiones de este yan espacio se especializaron, de acuerdo con sus condiciones ecolégicas, en la produccién de los distintos bienes que se consumian en Potosi otros centros menores (ver Lorandi en este La diversidad productiva se corres- pondia con la diversidad ambiental que condicioné e! desarrollo regional y le configuracion de ese espacio econémico. Si bien la mineria fue el eje vertebrador del sistema, los ele mentos componentes de cada ecosistema (agua, suelo temperatura) fueron el factor limitante que condu: jo a la seleccion de determinades producciones, sin desconocer otros factores importantes, como la fuerza de trabajo con que se conté en cada zona. En el Noroeste, la demanda minera encamind la produccién especialmente hacia le actividad ganadera, aunque no se descuidé le actividad agricola, que si bien estaba preferen- temente orientada al consumo local, realizaba también intercambios intra @ interregionales. El beneficio més notorio de esta red comercial regional consistia durante el periodo colonial en la crla y posterior comercio de mulas y vaces en el gran mercado minero septentrional. El circuito comercial se iniciaba en le pampa himeda y subhimeda con la reproduccién del ganado sobre todo mular- y su traslado hacia e! norte. Salta se habia convertido en la intermediaria de ese tréfico con su gran feria y excelentes potreros naturales. Jujuy, aunque también participaba de este comercio, se concentraba més en la venta de ganado vacuno en el mercado minero. San- tiago del Estero era un punto importante en las vias comerciales, pero contaba con escasa pro duccion propia de animales. El clima fue siempre un factor condicionante. Sus varlaciones y cambios repercutian no s6lo en la produccion y economia locales, sino también, aunque en menor medida, en cada uno de los cantros que eran abastecidos por ellos. En épocas normales, en las regiones que empleaban agri cultura de secano las precipitaciones satisfacian plenamente los requerimientos de los cultivos y de las pasturas para el ganado. Al sobrevenir alguna alteracién climética, sobre todo una re- duccién 0 una irregularidad en las lluvias, se descubria en todo su dramatismo la fraailidad del sistema econémico local y regional Los centros mineros y urbanos no dependian sélo de las condiciones climaticas favorables de su hinterland para su abestecimiento, sino tam bién de regiones a veces muy ale- jadas. Si bien la ocurrencia de co yunturas climéticas desfavorables no siempre presenta una gran extension espacial, se nos plantea un inte- rrogante: jqué consecuencias traeria un fenémeno generalizado de condi ciones climéticas adversas que abar- cara ta amplia faja andina y sus pla nicies dyacentes? Creemos que en estas circlystancias el impacto climatico se debe haber reflejado en todos los aspectos de la vida econé- mica de una ciudad o regién deter- rminada, Seguiraypente en los grandes centros de consumo la escasez de iertos productos provenientes de un ‘rea productiva donde se habien registredo némenos climaticos adversos se podia compensar con el ingreso de productos similares originarios de zonas donde el clima habla sido favorable Esto no ocurria en las ciudades pequefas que dependian de la produccién local o en las co- unidades indigenas, donde el efecto adverso de tun fenbmeno climatico fuera de lo comin reper cutia inmediatamente en toda la comunidad. Las condiciones climaticas en el NOA cuan- do llegaron los espafioles a. Indicadores iitiles para conocer el clima de! siglo XVI La continuidad de la informacién histérica que hace posible la construccién de una serie de precipitaciones o de temperatura para verificar variaciones y tendencies en el clima comienza en el Noroeste Argentino e partir de 1580. Incluye no sélo los afios de eventos extremos sino tam bién los afios considerados dentro de la media © en un rango de normalidad climatica Con anterioridad a esta fecha, si bien existen datos, son muy aislados y no cubren todos los aos. Sin embargo, las descripciones generales de los primeros afios de le conquista permiten tener una idea global del clima y el ambiente existente 2 lo largo del siglo XVI Las crénicas @ informes de funcionarios y militares suelen exponer una vision panorémica de una época o periodo 0 de lugares determinados. A partir de su andlisis se pueden conocer aproximadamente Jos regimenes de precipitaciones, las caracteris- tieas estacionales 0 el comportamiento de los De acuerdo con las informaciones muy generales aportades por Pedro Gutierrez de Sante Clara, Cieza de Leon y el Padre Lozano sobre la primera etapa de la conguista, se puede inferir que hasta 1560 pre Gominé un clima més humedo y iro. Son numerosas las elusiones 2 las continuas liuvias, los. grar fics, las grandes y pavorose cientes de los ios Para un memento posterior conta mos con las Relaciones Geogréficas de Indias que informan acerca del chima y los recursoside la provincia de Tucuman y de les caracteristcas ambientles del teritorio aledafo de cada una de las ciudedes que se ban fundando, ademas de los informes enviedos a la Corona por los su casivos gobernantes de la regién En 1583, San Miguel del Tucumén era tierra con muchas comidas, donde llovia més que en Santiago del Estero. Abundaben les mederas de cedros y nogales, que se envisban “para todos los pueblos de le tierra’. Segin cuentan docu: mentos del Archivo de Indias, cuand. truyo la iglesia de Santiago en 1606, la madera necesaria fue enviada desde San Miguel por el Rio Dulce. Salta tenia muchos ios con abundancia de peces, el Valle Calchagui tenia aguas de vertiente todo el afio y un temple y clima "sano y de agradable temperamento”, La Rioja tenia un temple inmelorable, pues “no hace frio ni calor En definitive, en 1607 la provincia del Tucumén era, de acuerdo con el mismo Alonso de Ribera, buena para ser habitada “aunque es algo caliente y en algunos afis falta de aguas y sujeta a calamidades de langostas y_pledres Ademés de estes calamidades, otros proble: mes aquejaban 2 les ciudades recién fundadas. Ramirez de Velazco insistia en 1590 que varias 65: 1H oun ‘sen. & s9rguC} oo nN ciudades estaban asentadas sobre salitrales. El salitre carcomia los cimientos de los edificios de San Miguel, Santiago y Talavera. Los edifcios de Esteco se cefan por su causa en 1608, Es evidente que el saltte aparecio con posterioridad @ la instalacion espafola, lo que puede indicar que lz “falta de aguas" referida por los gobernadores hhabrie comenzado antes, en el iitimo cuarto de siglo XVI Aunque podamos constatar ala nas diferencias con la actualidad, tas se pueden referir en general a variaciones dentro de un rengo prado en relacién 2 la magnitud y frecuencia de los fenémenos y no @ cambios verdaderamente notables en la contidad de precipitaciones 0 en Ja temperatura: ,Quizés podriamos hablar mas bien deuna egudizacion de las condiciones chnaticas extre mas en uno u otto sentido, dentro de un régimen de lluves y de tem- peratura similar al actual La presencia de la misma vege tecién que en el presente, segin las Gescripciones contemporaneas, apoye nuestra afirmacién. Son innumerables las alusiones a la presencia de espesos algarrobales y chafarales en las zonas éridas y semisridas del Tucuman, '. Un indicador importante: la gran extension de las salinas. Casabindo, proveedore de sal del Tucuman Para el siglo XVI existen numerosos datos sobre salinas. En las ya nombradas Relaciones Geogréficas, recopiladas durante le segunda mited de ese siglo, aparece bastante informacion, debido 2 la necesidad de los espafioles de contar con sal para el uso cotidiano. También en l y descripciones de gobernadores y cronistas se alude a la existencia de vastas concentraciones de sal. Son destacadas en este sentido las salinas Ge Peri, como el famoso "Pueblo de la Sal” en Huamanga 0 el “rio de la sal’ en Atacama. Nos llamé la atencién en esas descripciones la variacién en el tamafo de las salin respecto a la actualidad. En la region, estas sal por lo general son alimentadas por rios origina dos en las precipitaciones estivales (ver Reboratti en este libro) En 1607, ante el requerimiento de In Corona Espafola, e! Gobernador de Tucumén hizo una liste de las salinas existentes en su prov Entre ellas se sefiala especialmente la Casabindo por sus grandes dimensiones y su importencia como proveedora casi exclusiva de sal a las jévenes ciudades del NOA. "En una Quebrada 12 0 14 leguas de la Ciudad de Lerma, Valle de Salta que va a dar a (..) Casebindo hay muy grandes slinas en el superficie (..) de donde se provee aquela ciudad y otras ( y hay muchas leguas que corten esias selinas haci= otra provincia que lls ran de los Lipes y cominmente se rnombran las salinas de. Casabindo Estas salinas,localizadas en la Puna al costado de la corilera Oriental forman parte de une extensa serie de cuencas interiores en las que se acumulan los sedimentos salinos Actualmente son conocidas como Le guna de Guayatayoc y Salinas Gran des, alimentadas. por los rios Don: callas, Miraflores, Cobres y ottos (ver mapa) 66, una carta enviada al rey por el Licenciado Matienzo, Oidor de Charcas, mencio: na a las salinas como una de las etapas del camino a recorrer para llegar desde Potosi al Ailantico. Al llegar a la laguna de Guayatayor, actualmente una gran extension de 25, ojos de agua y afloramientos salinos, 5 expresamente el comienzo de las salinas @ pa de ese sitio sin mencionar la presencia de agua, En 1566 deberia haber llamado la atencion una zona con caracteristicas lacustres y palustres de tales dimensiones. Obviando toda referencia a ella, el cronista consigna que desde e! Rincén de Jas Salinas, se atraviesa inmediatamente e! “llano de salinas’, al que le atribuyen una longitud de 45 km, hasta llegar al Tambo de Moreno. Se puede deducir que este tambo en el siglo XVI se encontraba exactamente sobre el borde de la salina. Quizés la misma localizacién de fines de! siglo XIX, de acuerdo a un mapa del érea le vantado por Brackebush en 1891 El antiguo Tambo de Moreno -hoy Pueblo del Moreno- en la actualidad esté situado a unos 6 km del borde de la salina hacia el sureste, lo que ‘muestra un retroceso considerable de la misma | Laguna de 8 Guayateyoc Laguna de Guayatayoc y zonas aledafias 1-Casabinito 3-Cochinoca 6 - Casabindo 2+ Zona tlo 4-Tambillos 7 - El Moreno Cincel 5 - Sayate 67 5 q De acuerdo con ésto, se puede sospechar que las dimensiones de la superficie con presencia de sales era mucho mayor en 1566. La actual laguna de Guayatayoc y Salinas Grandes eran una sola y gran salina. Este hecho podria ser consecuencia, de un descenso apreciable del caudal de los rios, que alimentaban el sistema y estaria indicando condiciones de mayor aridez en la décade de 1560-70. c. El clima y la ocupacién del terri- torio. Los pesares de indios y espa Ee fioles [ ree ‘A partir de 1580 contamas con informacion més detalada sobre el clima, por lo que podemos desarro- lar una serie de precipitaciones para estudiar sus fuctuaciones con mayor detenimiento. Determinamos. dos grandes periodos, tno predominan- temente seco que se prolonge desde 1580 a 1641, y otto, separado del anterior por varios afios "normals que comienza ens1663y continia hasta 1710 En el periodo seco que se extiende entre 1580 y 1641 se verifican a simple vista dos episodios bien marcados. El primero, con un fuerte predominio de afios secos que se extiende hasta 1610 y el segundo, algo mas himedo, entre ese ao y 1641 Sélo se registré en e505 61 afios un evento muy himedo, en 1613, cuando las aguas fueron tantas que no se pudo cosechar trigo en toda la provincia. El resto de los aftos himedos que se presentaron hacia el final del periodo no alcanzaron gran intensidad. En cambio, les se- quias ocurridas, especialmente en el primer e; sodio (1580-1610), fueron catastréficas y hacen sospechar condiciones extremas para le sup vencia de los espafoles asentados en la regién, de acuerdo con io expresado por los gobernan tes. Permenentemente los funcionarios relteran la Penosa situacién por la que pasaban espatioles @ indigenas debido a la falta de agua: “esteriided que generalmente ha habido en toda la provin- cia", “grande la seca y falta de agua que no se ha visto tal en esta tierra desde que se descubrid™ y otras expresiones similares Era acuciante también la necesidad de dispo- ner de agua para las siembras de los alimentos de primera necesidad, lo que se expresa perma- nentemente en la documentacién: “Este aho ha sido de grandes secas en esta gobernacién y los ros no han crecido ni han bafiado la tierra para sembrar por donde que se teme grande hambre el afio venidero si Dios no lo remedia’ Las sequias eran tan pronunciadas que dura ban hasta cuatro y cinco afios, lo que repercutia en la disponibilidad de semillas para sembrar en los aos subsiguientes. El fantasma del hambre sobrevolaba continuamente en los pe- quefios asentamientos. La debllided la perdida de defensas inmunolégicas los convertia en presa fécil de las enfermedades. Si bien los indigenes -eran més wuinerables al contagio, tenian més posiblidades de sobrevivencia mediante la recolec- cién de las vainas de algarrobo, las que comian segin Alonso de Ribera ‘con gran provecho para su salud porque les sive de purga para todo el afo (...) sanan de muchas enfer- medades y engordan y se remozan los vielos Durante este period se registran algunos aos con pestes generalizadas -1590, 1591, 1613, 1632,- siempre en coincidencia con sequias y hambrunas. No es de extrafiar esta relacién sebiendo que el virus que provoca la Viruela se debiita con la humedad, retrocediendo en le estacion luviosa y avanzando en la estacion Junto con les secas aparecian las langostas comiendo todo 2 su paso: “grandisima sume de langostes que cubria los cielos y la tierra por donde pasaba...". Sin embargo, las sequias beneficiaban 2 veces @ los indigenas alzados durante ese periodo de querras. En 1631, Felipe de Albornoz no pudo acudir con repide2’al cas tigo de los indios por ser el afio tan estéril que los hombres no tenian comida y no habia pasto para los cabalios Analizado el periodo por décadas, también se observa la alta frecuencia de afios secos. Sobre sale netamente la década 1581-1590 con siete afios con insuficiencia hidric. Sabemos también que ocurrieron fuertes he- ladas entre. 1583. y 1605, pero no podemos asegurar que el descenso de temperatura se haya mantenido durante todo el periodo, Salta (1582) @ San Clemente II-ll O Nee 3 Londres (1811-16) \ 6 Londres (1563)0 4, 6 Londres (1633) 0 Lesvos s. 3? Londres (1501) “Vall Todos los Santos“ \ de la Nueva Rioja REFERENCIAS '@ Ciudades que perduran 1 Ciudades que desaparecieron o fracasaron \ 8 an Felipe de Lerma Q 4 BOLIVIA M4 San Salvador de Jujuy (1592) 7 ANS OSan Clemente | Madrid de las Juntas (1593) o Concepcién del Bermejo (1583) 7 Sra, Sa. de Talavera " Esteco (i867 1692)“ — ~~ aa San Miguel de Tucumén (1585 1685) eo Z afiete (1563) ie 5 « /F Barco I \ Cordoba del Eatonacu & Bese teso Pa Sf iad t & ‘ Londres (1562) ‘ “4 Londres ) e “ me (588)5 ° & Lonares 41882) ee Barco (1582) 7 7° Londres A San Fernando de! le de Catamarca (1683) '@ Santiago del Estero (1553) 69: 8, Pero los ros tenfan “muy lindas aguas Entre 1580 y 1610 llama la atencién el contraste jones acerce de la merma temporaria del caudal de los rios -alimen: tados con precipitaciones e estas grandes sequfas y los comentarios simulté eos sobre el gran volumen de agua que arres: otros ios, tre las Obst tivales- al producirse destacen como caudalosos ente los cursos originados por el deshielo cordillerano, gue atra saban los valles y bolsones de las prot La Rioja y Catamar nes de provincies de El rio La Rioja sobre cuya mi gen fue fundada la ciudad del mismo nontbre "... es pOlezoso en ague que pasa de cien marcos. rio arriba entra otro a ciudad coi emuy lindas aguas..". Lo mismo se afirmaba con respecto al 0 Londres en -Catamhang, lleva hasta veinte marcos. También el tramo inferior del rio Belén o Famaistil, actualmente indicado como tempor era seflado durante el XVI y XVII como muy caudaloso: "... un rio que se lama de Famaistil Tabla 1.: INUNDACIONES Y GRANDES CRECIDAS DURANTE EL SIGLO XVII 1600, inundacion en Potos. 1619. Gron creciaa Gel. Dulce. Soo del Estero. 1625. inundacion $30..del Estero 1626. Grondesiluvics © nundaciones en Potos. “1628. Gian cteciente Santiago cel Ester 1836. Inundacenesien soto, E 1671, Inundacienes en Santiogs del Estero, 1671. Grendes aluvlones sn Cordoba, 1676, inundaciones en Seo. de! Estero. 1677. Grondes ctecientes.en S90. del Estero, 1677. Aluviones @n Corcoba, 1678. Inundaciones en Tucurnan, 7680. tnendaciones en Tucumén, 1681. Inundaciones en S90, del Esterc. 1692. Granges crecientes en Tucumén, ‘muy abundante en aguas, alcanza tierra muy fértl de labranza y crianza y muchas, toma las espaldas a la ciudad de San Miguel de Tucumsn y el costado 2 Calchagui y se da la mano con la cordillera nevada de Chile...". Este rio tiene sus racientes en vertientes alimentadas por le fusior las nieves, pero debe sus crecidas las Ihwvias. El gran caudal de los rios en este periodo predominantemente seco se podria explicar p la caida de mayor cantidad de en el area montafiosa en la est invernal La segunda mitad del XVII: Hle- garon las lluvias para quedarse. Crecidas extraordinarias, dilata- das inundaciones y el trabajo de trasladar ciudades Continuanda con el analisis de la serie de precipitaciones, podemos observar_un lergo momento -entre 1642 y 1662- en el cual los docu mentos no consignan eventos ané alos, razén por la cual esos afios fueron registrados como Durante este lapso las precipitaciones estuvieron coscilando dentro de un rango cercano a la media sin que ocurrieran acontecimientos excepcionales fen uno © en otro sentido A partir de 1663 comienza otro periodo ané- malo, esta vez muy himedo -s6lo interrumpido or dos grandes sequias en 1684 y 1694.- que se prolonga hasta comienzos del siglo XVI, E\ indicador mas relevante y que marca el pperiodo fueron las grandes crecidas e inundacio- nes originadas por copioses lluvias que provoce- ron inclusive cambios en el curso de! Salado en 1703 y 1709. En este titimo atio los por la modificacion del curso fueron los indigenas del norte de Santiago del Estero, quienes “que -1641 kes sequiss se registraron con mayor intensidad en Jos valles de Catamarca y La Rioja, acentuéndose sus naturales condiciones de aridez, con la misma intensidad se manifesteron las inundaciones cuan do aumentaron las precipitaciones en el area subhimeda de Tucumén, Salta y Jujuy du el periodo de mayor humedad Esta ultima ciudad, el 30 inundé por una cafada seca "con tan furloso fomente de agua" que peligraron muchas casas. Murieron mas de 20 personas y se perdieron més de 100 mil pesos. El convento de Santo Domingo se inund6, refugiandose sus religiosos en e! coro con gran tiesgo de la vide (...) por haber su- cedido el fracaso a las 4 de la manana, consu io el Santisimo sacramento a nado. Mientras que sélo se contabilizan cuatro inun- daciones hasta 1663. con posterioridad esa fecha se produje ron quince grandes crecidas que afecta: ron fundamentalmen: te a Tucumén y San: Estero. Es. justamente durante esta centuria wando algunas ciu dades de la region debieron ser traslada- das por cause de les jordinarias cre nies. La ciudad de San Miguel de Tucumén, fundada primitivamente sobre el rio Pueblo Viejo, que baja de la Quebre da del Portugués, pedia ser trasladada por causa de los desbordes de éste @ 66 km al norte, sobre la margen derecha del rio Sali. En 1670, D. Juan D. de Andino se referia a la necesidad del tras lado, "para que sus habitantes busquen el alvio por el manifesto peligro que les amenaza en ella de ser arruinados del rio que pasa por la ciudad (4) habiéndose explayado tanto que no alcanze la vista sus margenes, cuyas avenidas la tiene en miserabilisimo estado... 1677 el Gobernador resumia las continuas calamidades. por las que pasaban los vecinos de la provincia en cuatro conceptos basicos: indios infieles, inundacién de los rios, repetidas pestes y “decaimiento” del valor de los frutos que la tierra producia. Las reiteradas mises y rogativas a Santa Barbara y San Jerénimo "para los relémpagos, truenos y tempestades que se suceden continuamente” aparentemente no tuvie- ron resuitados positives. Las Actas Capit Tucuman registran luvias e inundaciones haste 1710, intercaladas con algin afio seco como el de 1684, cuando se debi prohibir la salide de maiz y trigo fuera de la jurisdccién debido 2 a escasa comida que tenia la poblacién. Tabla 2.: GRANDES FRIOS Y HELADAS A FINES DEL SIGLO XVIII 1785, BOLIVIA, Heladas generaies 2° semesti 1786, ASUNCION-PARAGUAY. Grandes fios-ne- AESUTICAS, Heloces, BOLIVIA tios generoles. helodas, 787: BOLIVIA: helodcs generales LARIQJA, SAN LUIS. Helocis ‘ATACAMA. Grandes Hos. IMISIONES JESUITICAS. Helaces, 7B, BOLIVIA, Heladas giaies enero-febr-mor SAN LUIS. Ho.odos, 1789. ASUNCION: PARAGUAY. Grandes: trios heloces, SALTA. Grandes fos. BOUVIA: Helodos egos ATACAMA, Grandes fos julo-agosio, SAN LUS. Grandes tries 1* semestt, “CORDOBA. Giandes tics 1* semestre SAITA. Heladas marzo-abri-mayo-juso. “SUUY. 1 TUCUMAN. IDEM SANTIAGO DHL ESTERS. DEM, CATAMARCA, IDEM T?GOSALTA. Grandes trio mazo-cal mayo. IU TUCUMAN, IDEM, ‘CORDOBA. Grondes iifos cbrl-mayo-junio, SATA Helodes 2! semestre SAN LS, Heladas febrero-morzo, LSD 1792, COCHABAMBA. Hetodos 179.S/D 1794.5) 1995.5) 1996, MENDOZA, Gronaes fos. SAN JUAN, Holds ogosto. BOLIVIA. Heladas agoso. 1797. TUCUMAN. Helodes. MENDOZA, Holodos cbr. 1798. BUENOS AIRES, Halos: MENDOZA. Helades. 1799.5) 1600, JUIUY. Helodos may-ju-agosto-set TUCUMAN. 71 72 El siglo XVIII: un siglo voluble Estudios de climatologia histérica realizados en algunas zonas de la parte meridional de Sudamérica inducen a pensar que, en lineas ge- nerales, el clima del subcontinente presents oscilaciones extremas en la segunda mitad del siglo XVII El fenémeno también se produjo, con algunos desfassjes, en el Noroeste Argel A partir de 1711 se produce un periodo sin extremos climaticos no- tables, donde los valores fluctuaron por encima y por debajo de la ca tegoria “lluvias normales’. Alrededor de 1750 comienza otro episodio hi- medo con su secuela de crecientes e inundaciones. En San Miguel se roducen grandes crecidas por llu- Vias-en 1753 y° 1756. Rio Dulce, que’‘surca con car racter aléctono Santiago del Estero, es alimentado por las liuies estivales que se precipitan:en “sy,cuenca de alimentacion en laWerliente oriental de les sierras pampeanas. Esto lo convierte en un buen indicador de las precipitaciones que se producfan en todo su curso, las cuales iba captando en su largo camino hacia’ Mar Chiquita. En Santiago discurria en forma discontinua en épocas de sequia, pero en ‘Serie de precipitaciones del NOA. 1580-1710, 2 My se: 0; Norma: Hide 2 May neo BB 8 § Anos Hl Precipttaciones dot NOA afios de precipitaciones abundantes crecia en forma extraordinaria arrasando con todo lo que encontraba a su paso. En la década 1750/60 los datos de les Actas Capitulares de esa ciudad se refieren permanentemente a las continuadas crecidas del Rio Dulce, donde se destacan las de los afios 1750 y 1758, siguiente década comenz con agudas se. quias en Jujuy, cuyos rios se encontraban secos en 1761. En Tucuman, en diciembre de 1764, se registra una sece que ‘martiizaba” los campos. Para "re rmediar tan gran mat" los capitulares acuerdan recurrir al Divino Socorro mediante las rogativas 0 “rogaciones ée igor. A partir de 1767 regresan las lu vias nuevamente, aunque no para quedarse. En Salta se consignan grandes precipitaciones en este afto. En Tucumén, las Actas Capitulares registran lluvias e inundaciones dos afos més tarde y luego en 1771 Sin embargo, las variaciones y gran- es contrastes climaticos del siglo XVII aGn no habian finalizado. Todavia les quedaba lementarse un poco mas a los suftidas habitantes del Noroeste. EI periodo climatico anémalo de fines del XVIII y comienzos del XIX. Sequias y frios extremos desde Jujuy a Catamarca. Las cosechas se arruinan y las mulas enflaque- cen Entre 1780 y 1805 los eventos extremes muestran una ample distrib cial. Las "Relaciones sextrimestrales cosechas y demés particulares pafiz desde los lugares mas recénditos de Amé- rica, nos permitieron conocer esos eventos. de aguas, enviedas a Es- Tomando como base los datos de las Rele- ciones desarrollamos una serie de precipitaciones con la informacion histérica discriminada en 5 categorias: muy seco, seco, normal, himedo y muy himedo, cuantificéndolas desde -2 2 2. Incluye informacion prin: de Jujuy Selte, Tucumén y Catamarce (ver gréficos) A través de los documentos podemos observar como la aridez se fue “aduefiando" del te Los habitantes de Tucumén ya en 1773 rogativas por la falta de agua como presintiendo- Ta catéstrofe que se avecinaba La década de 1780/90 fue pasticularmente seca. Apenas iniciada, se estrené con una gran sequie general. Tucumén, Salta y Jujuy clamaban por agua. En esta ciudad los cabildantes "por la grande calamidad on que se halla este Repiblica que el dao pasara a mayores, inmetiatamente dispusieron la realizacién de un novenario de Rogative a San Rogue, sintetizando en el ecta de Cabildo los perjulcios que estaban sufriendo: sin la luvie total carestia los las campos esterlidad, los y los cristianos frutos, ganados mortar Taxiltima desolacion por medio de la pete, Sequin “nos cuenta D. Jerénimo de Matorras en 1781, continué la falta de agua, né sélo en Tucumn, sino también on las provincias del Peri. En Pofbsi debieron parar las jendas de los ingonios durante la causa de la escesez Frecuencia de afos seoos y humedos por décadas "1581700 2 1701-10, Frecuencia g | 5 3 | Décadas Wace secor MB Atos mimodce El afio 1789 fue uno de los atios mas catas- de la década en Catamarce, Tucumén, Salta, Jujuy y Santiago del Estero. Le falta de agua se combiné con un invierno muy riguroso. Las nevadas y heladas de fines de junio en Salta ron perder la catia dulce y se coseché poco tabaco. En Jujuy se perdio la cafla dulce en la hacienda de Rio Negro, A medida que pasaban los meses la sequia se agudizaba. En Salta y Jujuy se secaron los campos y manantiales, provocando la muerte de vacas y cabalios, Las rogativas a la Virgen y 2 los Santos se sucedien, ‘mpetrando el socorro a la "Divina Misericordia”. En Tucumén la seque dad ambiental y los fuertes vientos provocaban incendias en la campa- fia, quemando casas, corrales trojos. La decade siguiente, para no. set menos, tambien tao lo suvo. El ciclo ho eke 80787 fae desearose BAA DL pore is mayor de tas cutades y us Iuisicciones, pero. particurmente terrible pare San Miguel Hatie sequia ye desde Variaciones de Ia preciptacién en e] NO? {760 1802 segun fas “Relaciones Semest ie aguas, cosechas y otfos parveulares 2 My seo; Soe Norma: Med; 2 May hime 6 Preciitacionee oo ke eee 73: E octubre de 1796, justamente en el comienzo la estacion lluviose, cuando se informa el enfla quecimiento del ganado y el temor de arias. La cosecha de trigo se consideraba va perdida © causa de! polio La carencia de agua continud en diciembre y enero del atio siguiente, legando 2 extremos catastrétcos, Ademés de perderse por completo las cosechas de trigo, maie y minests, el ganado habie disminuido sensiblemente, Este fuerte y persstente reduccién de las precipltaciones ocasioné que los rios os se secaran y desaparecie ran ‘varios abundentes manantal: poniendo los campos tan éridos y secos que han perecido muchas haciendas de ganado". En julio de 1797 prosigua la misma stuacién, agriveda por un Wescenso notorio de ratura y la Carencia de agua para uso. domestico La alternancia de soquias v afosimgé Iyémedos te rhe un nuevo pico en el ciclo agricola 1800-1801, con el comienzo de una nueva década, En mayo de 1800 se anuncia el aumento del precio de los granos en Jujuy debido a la escasez de lluvias, "...y por una fuerte helada que arruind las sementeras...” . Los ftios de ese invierno ‘ocasionaron la ruina de los caflaverales y ambos fenémenos en conjunto provocaron una merma en la cantidad de mulas y el consiguiente aumen- to de los precios, no sblo en esta provincia sino también en Chichas. En 1802 la sequia continta, La culminacion de este ciclo se produce en el afio 1803. La sequia se extendi6 por todo : Noroeste, lo cual produjo dificultades en el traslado de mer cancias hacia y desde Potosi, fundamental mente por le caren cia de animales de carga: "... el acarreo para las provincias interiores |...) esté costosisimo y aiin asi no se pueden lograr sansportes por la gran seca general que se padece, Este gran ciclo seco se caracteriz6 por pre- sentar afios de gran deficiencie hidrica seguides po on temperaturas en el nivel de congelacion. Lo importante es que no solamente se verifico en el Noroeste, sino que se extendio entre 1785 y 1800 a tode le region sur de Sudamerica. En once de esos 15 aos, hubo ‘ocurrencia de heladas y arandes frios en el area andina, desde Bolivia haste Mendoza Los episodios secos y frios de 1580-1640 y 1780-1810: gavan- ce glaciar 0 El Nifio hace de las suyas? Comparando los datos historicos NOA con Ia serie de eventos de El Nifio pudimos establecer que entre 1580 y 1641, cada vez que aparecia este fenémeno en Peri, por lo ge eral se producian sequias en las ciudades del Tucumén y sélo en al gunos pocos afios llovio abundante mente, Entre 1663 y 1710, por el contrario, fue mayor la frecuencia de grandes lluvias al produ- cirse un evento ENOS, Igualmente, durante el periodo 1780- cuando habia’ un Nifio en Peri, salvo pocas excepciones, coro por ejemplo en 1788, provincias del Tucumén se produjeron tnicamen te sequias. Advertimos otra cosa que tenfan en comun ‘ambos cicios secos: Iban acompatiados de trios, heladas y nieve. Esto nos hizo recordar que en Jos periodos de avance glaciar se producen sequias yy desciende la temperatura en las areas no mon- tafloses Buscamos la serie de anillos de érboles del norte de le Patagonia y la comparamos con nuestra serie historica, Comprobamos que los dos periodos secos del noroeste coincidian con inter- valos muy fries en el sur. Por supuesto no hemos pensado en un avance de los hi como se dio en las regiones mi australes de la Argentina, pero Ie alte frecuenci de sequias y el marcado descenso de temperatura nos hizo sospechar que, efeciivamente, hubo una repre de i pega Eéed Goss en el GRUP , oroesie Rae py Noun AY, el period. him Wyn Ge 1663-1710, wy th dod edecdice coves ee precipitaciones y crecidas exiraor dos durante el siglo XVII que sucede en la Como hemi | fueron. extrem: centurias. Distribuiren pas entre la Pequefa lias relacionadas con El Maria del Rerric Prieto Bibliogra’ : ASsGESLNGSIs. Hater ec sconomie regional mercad iaron Regina: yexpacis economics : Neve imagen, Wéxco. 8s : Grove! Lie lie lee Age. ovtedge: London ond New Yok, 988 : Hones, 8, Bice, ©. Eventos clmateoe exert y ommiente en el Sontoge del Ete dels seminse : ttl do ui sv, Qyosuron moyoste NON S witcor egortna ome Rogen hares etegraten r : CGesiogracion togaral sss del pas teior-N' Unwerod Go Sellar Ge MUSE 12 : Serered Gs eat Me rsccienes Geog Ghetto dE Pot, TL BDKGece de Gam eapancen 1 : 000m Most 968.” : Jones 6B Srotey, ©. Clmctic votatore over the lon $0 yrs. iodey cr P, Jones Ge). Cimate . ance Rd. 1600 foutedge, London eos New Vore 2 : Va: xSblemes y metodo: de fo neta econbnica Pena, Sccelona 17 : Lomb, HH. Climate, Present, Past cnd fuluie, Methuen, 2 val London. 1877. : ater MN Cima. Evan y Fuso: Booth Informa TECHN. NF 327 Bueno: Aes. 987 : Palo A. col Horta, 2G. Los portoacione: Cknoicas de thet del igo XVI en #1 dea andi, : “Gasdomos Bovecio NOW Ei Noteete igertino ome Region Hslteattegticony ative cain tego : ao Gol na menor Nv Unworndad Go SoMa unfa do AngQUse. 12 : reo. M del. Recontniccin dol can de Arvrcn do Sux mesont toeiesreticos : “Goon tevsc al hae5 Ge Are Noho Son Rate @onaoIe), Tort le). "OE : Preto M. del R. Herero; usta. cima y Sinonlllcos Nores en Sur de Bolvie vNBioesie Argentine Ge 1560 ¥ 160. Los docurventce Fspatolas come fuente de ator ombentacs 1976. (en pranco) “Bambelghc Geograiphsche Scnriton, val. 15-Bombe. ‘Glen, Wi. He teal. ¥. The helosco!1ecord of El Nino Events, Slodey. R ond P. Jones (a), Gino! ance ‘AB. 1500, Routenge, toncon ard New York. 1992 ‘lowe. 2. tree-mge encences Ie the eciovel Worm Fea onc ihe Le Ice Age i sourem Sou America. Climate Change: 80-27 1-15. 1994 75:

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