LECCIONES INTRODUCTORIAS
DE PsICOPATOLOGIA
Amalia Baumgart
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Beha
Facultad de Psicologta
Universidad de Buenos AiresLeCCIONES INTRODUCTORIAS DE PSICORATLIA
garantia de femineidad pasa por la virginidad y por alggin motivo ésta no
es conservada, se pueden producir catistrofes psiquicas, pues se trata de
una persona que accede intempestivamente a la vida sexual sin estar en
condiciones para hacerlo. Pierde aquello que considera soporte de su
identidad sexual. Por eso, Freud considera al Complejo de Edipo como
el nédulo de las neurosis, porque supone el atravesamiento y el
desligamiento de vinculos y expectativas, una apuesta singular.
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‘Captruto IX
‘TEORIAS DE LA ANGUSTIA. FOBIAS
"Bye amor. Tendré que ocularme o hui.
Lahermosa méseara ha cambiado, pero
como siempre es latinica ;De qué me
seruinin mis talismanes? Es, yalo sé
Elamon: laansiedad ye alvin de of
tu vor, la espera la memoria,
ethorror de vivir en lo sucesivo”
J.L. Borges “Elamenazado”
= La palabra “fobia” proviene del griego “phobos” y se refiere a una especie
de aversién apasionada hacia algo. Coméinmente se entiende por fobia la
evitacion de situaciones, de objetos, de entendimientos yo de percepcio-
nes porque éstas estin ligadas a la angustia, despiertan angustia.
En las “Primeras aportaciones a la teoria de la neurosis”, Freud escla-
rece el mecanismo y la etiologta de las “representaciones fobicas”. Esta
es una época en la cual la fobia no esté atin constituida en un cuadro.
Haciendo una primera caracterizacién, podemos afirmar que se denomi-
na “fobia” a la evitacién de situaciones, percepciones, objetos y senti-
mientos cuyo estado emotivo es siempre la angustia.
La pregunta por la angustia esta presente de un modo constante en
todos los trabajos freudianos: jde qué tiene miedo la persona angustia-
dal, Freud va produciendo una ubicacién progresiva de la angustia en la
teorfa de las neurosis que se perfila cada vez mas nitidamente como un
tema de gran relevancia para el estudio de las mismas.
En una primera delimitacién nosogréfica de la angustia establece
que la “neurosis de angustia” forma parte de las “neurosis actuales” y se
debe a un desorden contemporaneo presente de la vida sexual, prove
niente de una interferencia de la descarga de la tensién sexual somética:
la tensiGn sexual acumulada se transforma en angustia, En estos casos, Freud
plantea lo siguiente: “es posible descubrir un estado emotivo de angustia
201LLECCIONES INTRODUCTORIAS DE PSICOPATOLOGIA
que por una especie de elecitn ha hecho resaltar todas las ideas susceptibles
de legar a ser “objeto” de na fobia”
Del lado de Ia etiologia encontramos: acumulacién de tensién sexual
somética provocada por la abstinencia o por la excitacién frustrada, con-
dicién en la cual desarrolla la “neurosis de angustia". En el estado emo-
tivo de angustia ésta puede ligarse a una representacién que alude a un
“temor", a la “fobia”, Dicha fobia es una manifestacién pstquica pues
produce una ligadura de los estados de angustia con representaciones 0
ideas que son susceptibles de despertat temor.
La sintomatologia de la “neurosis de angustia” presenta: excitabili-
dad general, hipersensibilidad auditiva, insomnio, espera angustiosa y
tun quantum de excitacién_ siempre dispuesco a enlazarse a cualquier idea
que sea adecuada o apropiada para explicar el fenémeno de la angustia.
Las representaciones fobicas son monétonas y tipicas, se refieren a
cuestiones relativas a las funciones fisiolégicas y/o de la locomocién,
Podemos distinguir dos grupos: a) las fobias comunes, en las que se ob-
serva miedo exagerado a todas aquellas cosas temidas por todo el mun-
do, tales como: la noche, la locura, la oscuridad, la enfermedad, la set-
piente, la soledad, la muerte, etcétera; y b) las fobias ocasionales, en las
que la angustia emerge en circunstancias especiales que no ocasionan
temor al hombre sano.
El examen de los sintomas permite establecer un adecuado
tico diferencial entre “neurosis actual” y “psiconeurosis”. En la
la neurosis de angustia Freud encuentra, con regularidad, factores sexua-
les cuyo cardcter comiin es la continencia o la satisfaccién incompleta
La etiologia de dicha neurosis plantea la labor de promover en el enfer-
mo el abandono de las formas perjudiciales de comercio sexual. Esta
etiologia, a su ver, implica una disminucién del placer psiquico, ya que
la excitacién sexual somética se desvia de lo psiquico tomando el cami-
no de descargas subcorticales que se exteriorizan en forma de angustia.
Entonces, la angustia esta vinculada, por un lado, a la actualidad: un
estado emotivo que no se deriva de ningtin recuerdo pero que puede
enlazarse a una idea susceptible de referir un temor, como por ejemplo:
la representacién de la serpiente, de Ia locura, de la enfermedad, ctcéte-
ra, En este caso la “fobia” es la manifestacién psiquica de la neurosis de
angustia. Por otro lado, las psiconeurosis nos remiten a las experiencias
sexuales de la infancia que han de tener, luego de la pubertad, un efecto
202
Anauia BAUMGART
patégeno. La accién de dichas experiencias en la época en que aconte-
cen es insignificante, se tora intensa a posterior: nos temite a ta accién
ulterior (nachtraglich) de las huellas psfquicas dejadas por los suceso sexuales
infantiles. Por esta via se abre otro camino teérico pata conceptualizar la
angustia, que se aproxima a los estudios sobre la histeria en los cuales se
pone de relieve cémo una impresién primitiva experimenta una elabo-
racién secundaria. Cuando en una persona no existe la aptitud para la
conversi6n y emprende, a raiz de un conflicto, el camino de la defensa
que separa la-representacin intolerable para el Yo del afecto, el afecto
devenido libre se transforma en angustia. Nos encontramos asf con el
cuadto de la “histeria de angustia”: otra vertiente somatica de la histeria
distinta a la conversién, La explosién de la histeria es atribuida a un.
conflicto en el que una representacién intolerable provoca la defensa
del Yo e induce a la represidn. Esta conceptualizacién liga las nociones
de afecto-libido-angustia. Sabemos que la pulsidn sexual puede manifes-
tarse por medio de un afecto, como ser la angustia, El quantum de afecto
puede ser transformado, suprimido 0 in-
experimenta distintos destin
hibido.
El estudio de la angustia nos_muestra:
a) un nexo entre Ta retenciGn de la excitacién sexual somatica y el
estado de angustia, cuando la excitacién sexual no deviene afecto pst
quico, no despierta libido y se transforma automdticamente en angustia,
b) su imbricacién con el destino de la investidura pulsional, la an-
gustia como efecto de las relaciones entre el yo y la libido. La “libido
insatisfecha” puede transformarse también por obra de la represién, de
modo automético, en angustia, es decir debido a un rehusamiento pst-
quico. ;
Freud privilegia la explicacién econémica: en un caso se trata de
una estasis, de una acumulacién no tramitada de energia sexual somitica
estado de angustia neurética. En el otro caso, de cierto funcionamiento
del aparato psiquico por el cual la libido es desviada de sus fines y es
rehusada su satisfaccién. A causa del conflicto que compromete a las
instancias psiquicas, el impulso psiquico normal es interceptado y apare-
ce el fenémeno de la angustia: estado de angusta histérica, o lo que se
conoce como “histeria de angustia”. El afecto que acompafia a la repre-
sentacién pudo haber sido cualquiera: enojo, vergienza, agresién, exci-
taciGn, turbacién, ira, etcétera, pero se transforma en angustia. Freud
203‘Lecciones nrACOUCTORIAS DE PSICODATOLOGHA
afirma, partiendo de estas consideraciones, en una de las conferencias
dedicadas al tema de la angustia, que la angustia
la “moneda corrien-
te” por la cual se cambia o pueden cambiarse todas las mociones afecti-
vas cuando el contenido de representacién que le cortesponde ha sido
sometido a la represién”.
En la *Conferencia 25” se dedica al problema de la angustia en los
neurdticos. Define a la angustia como un estado afectivo y presenta su
problematica como un enigma cuya solucién conceptual -promete—
atrojaria muchos esclarecimientos sobre la vida psiquica. Sefiala que el
psicoandlisis toma un camino diverso al de la medicina académica, ya
que la medicina académica estudia los caminos anatémicos a través de
los cuales se produce el estado de angustia (como, por ejemplo, la mé-
dula oblongata y las vias nerviosas por las que transitan estas excitacio-
nes).' Freud quiere arribar a una comprensién psicoldgica del problema de
la angustia, estudia este fendmeno en el seno de Ia economia libidinal y
sus vicisitudes.
Diferencia angustia realista de angustia neurética. La angustia realista
aparece como algo racional y comprensible, es la reaccién frente a la
percepcisn de un peligeo exterior unida al reflejo de huida, manifesta-
cidn de la autoconservacién. También depende del estado del saber de
la petsona que la padece y del sentimiento de poder que se despierte
frente a la amenaza del mundo exterior. La angustia neurética se caracte-
riza por la vivencia de un peligro del que no tenemos noticia, es decir, no
sabemos a qué peligro se refiere dicha vivencia pero siempre se trata de
un peligro pulsional. La situacién de angustia se descompone en un
“apronte angustiado” que aumenta la tensién sensorial y la tensién mo-
wiz, y el “desarrollo de la angustia”. Diferencia a la angustia del miedo
y del terror. La angustia en un estado que prescinde del objeto, justamen-
te se trata de un peligro al que no se le puede dar un nombre, El miedo
dirige la atenciGn hacia el objeto y el terror es ya un efecto de’peligro en
el que no hay apronte, no hay preparacién, por eso Freud propone que
la angustia protege del horror.
La afirmacién de que “el estado de angustia es un estado afectivo” nos
conduce a la pregunta: jqué es un afecto? Un afecto es un proceso de
1. Esto se estudia actualmente en Neurofisolog
204
‘Avatia BAUMCART
descarga cuyas manifestaciones finales son sentidas como sensaciones,
Se distinguen determinadas inervaciones motrices de descarga y ciertas
sensaciones: las percepciones de las acciones motrices ocurridas y las
sensaciones de placer y displaces, las cuales le prestan al afecto su tono
dominante. Partiendo de esta caracterizaciGn, Freud clabora “la teoria
traumética de la angustia". ;Cémo se origina la angustia en la vida
animica? Considera que la angustia es la repeticién de una vivencia
significativa: el acto de nacimiento, factor hist6rico que liga entre si las
sensaciones con las inervaciones, y que pertenece a la prehistoria de la
especie. El primer estado de angustia corresponde al momento en que el nue
vo ser es separado del cuerpo de su made. Las sensaciones més frecuentes
de caracter displaciente sobrevienen en los érganos de la respiracién y
del corazén, en el que participan inervaciones motrices o procesos de
descarga, la angustia esté ligada con alteraciones en la respiraci6n y con
alteraciones en el ritmo cardfaco. El nombre “angustia” proviene del
latin angustiae, en alemén es Angst, términos ambos que subrayan “un
angostamiento” y que ponen de manifiesto el cardcter de angostamiento
de la respiracién.
En el momento del nacimiento, en el cual el ser humano tiene que
iniciar la respiracién pulmonar, se produce este ensamble entre
inervaciones de descarga y sensaciones en la serie placer displacer. Esto
cs algo que trastoca la homeostasis del cachorrito humano, es el prototi-
po de una vivencia de peligro que carece de contenido psiquico. Solamen-
te cuando se constituye el “objeto-madre”, que implica un progreso en.
el desarrollo del aparato psiquico del nifio, Ia angustia se presenta como
la reaccién frente a la pérdida de un objeto. La situacién traumatica de
la ausencia de la madre diverge en un punto muy importante respecto @
Ja situacion traumtica del nacimiento: en ef nacimiento no hubo obje-
to, mientras que cuando se construye el objeto madre, la pérdida de la
percepcién del objeto se equipara a la pérdida del objeto,
El estudio de la génesis de la angustia en los nifos ofrece resultados
interesantes, ya que, en principio, pareciera que los nifios se aterrorizan
frente al extrafio porque esperaban ver a la persona amada y familiar. Son
su desengaiio y afioranza los que se transforman en angustia. La angustia
de los niifios proviene de la libido no aplicada, el nifio afiora a su objeto
protector y, al no verlo, no se satisface esa afioranza, entonces ese desen-
afto, ese anhelo insatisfecho se eransforma en angustia. El temor a laLecetones nmmooUCTORIAS He PNCODATELOGA
oscuridad, patente angustia realista, en realidad, proviene de una afio-
ranza: la aioranza en la oscuridad se transforma en angustia frente a la oscu-
ridad. El miedo a la oscuridad transporta a la angustia hacia un peligro
exterior.
En otras palabras: lo que aparece como angustia realista en los nifios,
surge de la transferencia de un peligro interior a un peligro exterior. En el
adulto se observa la regresién a estos estados de las fobias infantiles.
Resumiendo: la temética de la angustia nos remite a la vertiente de
“actualidad”, que caracteriza a las neurosis de angustia, en las cuales
aparece una transformacién automética de energfa sexual somética en
angustia. También nos remite a la “actualidad” en la infancia, a los tiem-
pos de la constitucién subjetiva, momento en que los efectos de la insa-
tisfaccién libidinal vividos por el Yo como peligro se transforman en
angustia, (cuando la libido insatisfecha se transformase en angustia ya no
se puede volver a transformar en libido). En ambos casos est presente el
factor econémico.
El historial de Juanito confirma la tesis freudiana acerca de la angus-
tia y la sexualidad infantil, a la vez que abre nuevas conceptualizaciones.
Cuando Juanito sale con la nifiera, quiere volver a su casa para que su
madre lo mime. Es una época en la cual se intenta deshabituarlo de la
masturbacién. En este contexto, aparece el comienzo de la angustia y de
la fobia. El fenémeno basico del estado patoldgico es la intensificacién
de la ternura hacia la madre, que luego se convierte en angustia. Corres:
ponde a un deseo etético reprimido, es atin angustia y no miedo, Mas
adelante, el anélisis girara en torno a los vinculos asociativos entre padre
y caballo.
La situacidn de las fobias, hasta esta época, es indeterminada, aparece
caracterizada por sintomas que son comunes a diferentes cuadros. Freud
pondra en coincidencia el mecanismo psiquico de esta fobia con el de la
histeria, salvo en un punto decisivo: la libido desigada de! material patégeno
no es convertde en una inervacién somdtica sino que queda libre en calidad de
angustia. Se trata de la histeria de angustia, la neurosis de la época infantil.
Bs la enfermedad neurstica mas frecuente y de aparicién mds temprana.
Su cardcter esencial es que evoluciona hacia una “fobia”. Se intenta impediz
el desarrollo de angustia por medio de precauciones e inhibiciones y estas
defensas se nos muestran como fobias. El estudio de historial clinico per-
mite profundizar la relacién entre la angustia y sus objetos.
206
AMALIA BAUMCART
En el caso de Juanito, la transformacién de la libido en angustia llega
a proyectarse sobre el “caballo”, objeto principal de la fobia articulado a
‘sus espacios y a su historia: los caballos le interesan mucho, le ocasiona-
ron placer y forman parte de las impresiones cotidianas que ocurten frente
a su casa
Retomemos nuestro desarrollo: jcmo aparece la angustia en el ser
humano? Freud propone como modelo y origen un hecho traumatico: el
peligeo del nacimiento, momento en el que no hay representacién psi-
quica. La primera angustia es una angustia toxica, se debe al exceso de
excitacién en el momento de transito de la respiracién placentaria a la
pulmonar. El ensamble que se produce crea las vias de manifestacién de
Ta angustia, Freud compara esta construccién con la de un ataque histé
rico ya que se trata del retorno de una vivencia, expresién de una “histe-
ria genérica” que ha llegado a ser hereditaria
La angustia puede manifestarse como *un ataque, puede consistir solo
en tla sensacién de angustia o puede presentarse también como alguno de
sus equivalentes: temblor, vértigo, ahogo, diarrea, palpitaciones, etcétera.
Con respecto a la relacién entre la neurosis actual y la histeria de
angustia, aparecen formaciones mixtas, combinadas debido a que tie~
nen etiologfas distintas, Es frecuente la aparicién conjunta de sfntomas
de neurosis de angustia y otros de histeria, melancolia o neurosis obsesi-
va. Se trata de una neurosis mixta: puede descubrirse la existencia de
varias etiologfas. En un caso, la manifestacién es puramente somética y,
en el otto, provocada por un conflicto.
Segiin Freud, la angustia puede nacer por la transformacién directa
de libido en angustia. Esta es una idea un poco oscura, porque puede ser
que sea la libido la que se transforme en angustia, o que la energia sexual
somitica que no Ilega a despertar libido rambién se transforme directa~
mente en angustia. Con esta expresin Freud esté jugando con las dos
posibles lecturas. Cuando un grupo de representaciones es reprimido, la
carga afectiva en muchos casos se transforma en angustia.
Para esta época la represin consiste en una representacién que debe
ser excluida. Su carga afectiva se transforme en angustia. Entonces, en-
contramos la angustia articulada con relacién al Yo, a la libido y a la repre-
sign. Tal como Freud estudia Ia constitucidn de esta “vivencia traumatica”,
de esta “vivencia significativa” segin él la llama, se ve que la primera
angustia es una angustia t6xica. El acto de nacer se constituye en el
207(MECOIONES INTRODUCTORIAS DE PSCIATOLOGIA,
modelo de este estado de angustia, porque es un estado en el que hay un
gran incremento de la excitacién. Cada vez que se repite un estado de
angus se repite esta vivencia primera, es decir, se trata de una situacién
donde hay un gran incremento de excitacién psiquica o somética.
Podemos observar la angustia neurética a través de tres manifestacio-
nes: 1) como angustia libremente flotante, lo tipico es el estado de espera
angustiosa de las neurosis de angustia; 2) unida a determinadas represen-
taciones, (en este caso tenemos fobias) y 3) en los cuadros de las neurosis
graves ya que puede ser que un sintoma esté acompatiado de angustia.
El “apronte angustiado” (segtin esté traducido) o la preparacién al
estado de angustia y el desarrollo de angustia tienen dos salidas: o bien se
repite esta vivencia significativa como sefial o bien, al repetirse, no se
puede acotar y entonces aparece el desarrollo de angustia. Con esto quie-
to diferencia la angustia “sefial” del “desarrollo de angustia”.
A partir de tomar como modelo el acto de nacimiento, la angustia
siempre quedaré ligada a un factor traumético, es lo que se lama “angus-
tia automatica”; y la idea de que el afecto de angustia proviene de la
imposibilidad de resolver una tensidn, estaré presente tanto en la prime-
ra topica freudiana como en Ia segunda. Si bien en las dos tpicas la
angustia est ligada a un factor traumético, un exceso de tensién, en la
primera aparece muy claramente cémo la angustia desencadena la huida
del Yo de las exigencias libidinales, que son sentidas como peligrosas,
transformando un peligro interior en un miedo exterior. La segunda t6-
pica permitira estudiar la angustia sefial, que se limita a un desprendi-
miento pequefio de displacer que convoca a la defensa y cuya sede es el
yor consideraré las diversas situaciones de peligro que mueven al yo a la
tepresién. La exigencia pulsional se convierte en un peligro interno por-
que su satisfaccién conllevarfa a un peligro externo, la castracién. Estas
son las articulaciones de la segunda t6pica,
La cuestisn de la angustia plantea dificultades especiales. Por ser “la
angustia” el fendmeno fundamental y principal del problema de la neurosis
cexige revisar a fondo la nocién de “angustia realista”
En las Conferencias de introduccién al psicoandlisis* Freud aborda
el tema de la angustia en los neurdticos y parece desechar la nocién de
2. Conferencias N® 25, La angusti (1917) y "La angustia yla vida instintiva (1933).
208
AMALIA BAUMUART
angustia realista como algo racional y comprensible. Habfa definido a la
angustia realista como una reaccién frente a la percepcién de un peligro
exterior, de un daito esperado y previsto, unida al reflejo de huida y a la
pulsién de autoconservacién. Luego considera que la ‘inica conducta
adecuada frente a un peligro es Ia evaluacién racional de la amenaza,
cuyo desenlace puede ser: huida, ataque o defensa. Desde el punto de
vista de una amenaza real, no habria lugar para el desarrollo de angustia
por lo tanto concluye que el desarrollo de angustia (Angstentwicllumng)
nunca es adecuado, sf la seftal (Angstsigual) caracterizada por un aumen-
to de la tensién sensorial y motriz que prepara para una accién adecua-
da. Es importante diferenciat desarrollo de angustia de sefial de angustia.
El “afecto de angustia” parte la reproduccién de una impresién tem-
prana en calidad de repeticién: el acto de nacer, fuente y modelo de la
angustia. Esta primera angustia es tGxica, cumple con un fin biolégico y
no tiene representacién psiquica. Como estado afectivo, esté incorpora-
do en la vida anfmica al modo de sedimentaciones de antiquisimas vi-
vencias traumdticas y se despierta como simbolo mnémico. El peligro
exterior, si es que se vuelve significativo, encuentra una interiorizacién
para el Yo bajo la forma de una sefial de displacer.
Recapitulando: la angustia neurética se nos puede presentar como:
*angustia libremente flotante, tal como aparece en las “neurosis de an-
qustia” (neurosis actual); *angustia ligada psiquicamente, la angustia de
las fobias; “angustia como variante somstica de la histeria: “la histeria de
angustia” y “la angustia que puede acompafiar cualquiera de os cuadros
psicopatolégicos graves.
Luego Freud diferencia los modos de transformacién directa de proce-
sos energéticos en angustia, por un lado, de aquella angustia creada por
cobra de la represin, por otro.
La transformacién directa ocurre: a) con relaci6n a determinados
procesos de la esfera sexual (cuando no se despierta la excitacicn libidinal
correspondiente y en su lugar aparece la angustia). En este caso, la neu
rosis de angustia desaparece cuando se elimina un mal habito sexual. b)
cen el caso de la angustia infantil cuando la libido insatisfecha se transfor
ma en angustia. La angustia infantil, conforma un tiempo de la constitu-
cidn subjetiva y aparece en la infancia como algo necesario en el desa~
rrollo infantil ligado a la constitucién del objeto. Se hace inutilizable un
montante de libido por inmadure: del Yo, por debilidad infantil del Yo.
209‘MECQONES INTRODUCTORIAS Dt PSA MATOLOXHA,
La transformacién por obra de la represién tiene lugar cuando cier-
tas instancias psiquicas se rehusan a una satisfaccién libidinal y el curso
psfquico normal queda interceptado. El afecto que corresponde a la re-
presentacién o al grupo de las representaciones interceptadas puede trans-
formarse en angustia. En este caso es la represin la que crea la angustia y
esto puede ceder, dar paso a la formacién de sintoma (como, por ejem-
plo, Ia constitucién de una fobia).
Freud sostiene la diferencia entre neurosis actual y psiconeurosis.
Puede ocurrir que la neurosis actual preste su material de excitacién
como micleo de un futuro sintoma psiconeurético, nos propone la me-
tafora del “grano de arena en el centro de la perla”
En las “Nuevas conferencias de introduccién al psicoandlisis, en la
N® 32 Freud sitéa el problema de la angustia con relacién a las
conceptualizaciones de la segunda t6pica, lo que abre una nueva inter-
pretaci6n, Esta segunda t6pica nos presenta otra composicién del apara-
to psiquico en: Ellof Yo / Superyé, lo cual permite dilucidar nuevas cues-
tiones clinicas tales como la reaccidn terapéutica negativa, la compul-
sign repetitiva y el sentimiento inconsciente de culpa que desempenian
un papel econémico decisivo en gran ntimero de cuadros. Mis alla del
principio del placer existe la pulsin de muerte. Freud estudia la génesis
del Yo a partir de su separacién del Ello y su incidencia mortal. Es una
parte del aparato psfquico que tiene atributos y funciones especiales:
tuna instancia. Se esclarecen también los nexos entre el Yo y la concien-
cia y la instauracién del principio de la realidad, que releva al del placer.
EL Yo rige los accesos a la motilidad una vez que se ha interpolado la
labor mental del pensamiento. Debe cuidarse del poder exterior y del
peligro de los estimulos intetnos para lo cual precisa un alto grado de
organizacién que optimice su rendimiento. A su ver, es vigilado por el
Superyé, heredero del Complejo de Edipo.
En sentido dindimico el Yo es débil, pues responde a distintas depen-
dencias. Cuando tiene que reconocer su debilidad “se anega en angustia"
Angustia real: ante el mundo exterior; angustia de la conciencia ante el Sue
pery6 y angustia neurética frente a la fuerza de las pasiones en el Ello. Asi se
produce un nuevo ordenamiento de la angustia que en el contexto de
estos desarrollos teéricos, se enfatizan algunos aspectos a considerar:
1. Ofrece una referencia topica de la angustia, ya que el “Yo el es
\inico almécigo de la angustia”. Este nuevo ordenamiento afirma la tesis
210
Axon Banta
de que el Yo ¢s la tinica sede de la angustia y que sélo esta instancia
puede sentir angustia. Por lo tanto, las variedades de angustia correspon-
dena las distintas relaciones del Yo con las otras instancias, las tres
dependencias del Yo
2. Pasa a primer plano el estudio de la funcién de la angustia sefal
(Angstsignal), seal que anuncia una situacién de peligro aprovechdndose
del pensar como un obrar tentativo que anticipa una satisfacciGn peli-
grosa. Si esto no ocurre, se desarrolla el ataque de angustia.
Freud investiga cémo nace la angustia en las fobias que adscribe a la
histeria de angustia y se pregunta jqué clase de angustia es? Para respon-
der a esto recurre a los aportes de Orto Rank, quien resalta la importan-
cia del nacimiento y de la separacién de la madre en la génesis de la
neurosis (trauma de nacimiento), pero de este factor deduce toda su
teorfa de la neurosis.
Freud reconoce la condicién de prototipo de la vivencia angustiosa
del nacimiento para las situaciones ulteriores de peligro pero considera
que cada época del desarrollo tiene cierta condicién de angustia, o sea,
cierta situacién de peligro. El peligro que conlleva el nacimiento produce la
angustia “‘téxica” que cumple una funcién bioldgica y carece de conte-
nido psiquico.
‘Una vez que se constituye el “objeto- madre” psfquico, la pérdida de
la percepcién es equiparada a la pérdida del objeto, entonces el peligro a
la pérdida de la madre corresponde a la temprana inmadure: del Yo, que
se siente desvalido cuando desaparece el objeto que abastece sus necesi-
dades. Ello remite al desamparo psiquico del lactante (Hilflsigheit) cuando
es separado de la madre. Luego aparece el peligro a la pérdida de amor del
objeto amado, que corresponde a la época de dependencia del nif res-
pecto a los mayores, a la heteronomia: la falta de independencia del
nitio. El peligro a la pérdida del amor del objeto amado es algo asi como
el peligro de que el objeto “se vuelva malo”. Mas adelante estudia el
peligro que se establece en la fase filica, correspondiente al peligro a la
castracién, que conlleva el temor de la pérdida del pene. Hay otro tiem-
po que es el que corresponde al periodo de latencia, donde el peligro es a
la amenaza del Superyd, esto es, a la pérdida del amor del Supery y a la
culpa que esto puede generar.
Nos detendremos en las elaboraciones freudianas sobre lo que ocu-
re en la etapa filica. Segin las hipStesis anteriores, Freud debiera haber
anLeccaowes mTRODUCTORIASE PICOMATE OA
encontrado que la carga libidinosa del objeto materno se transforma en
angustia a consecuencia de la represidn, pero ocurre que en el tiempo de
tramitacién de las pulsiones provenientes del complejo de Edipo, la an-
gustia aparece con anterioridad a la represién. Esto le crea problemas y se
pregunta de qué angustia puede tratarse. Es correcto afirmar que el nifio
siente angustia frente a las exigencias de su libido: se trata realmente de
un caso de angustia neurdtica, pero el nifio debe abandonar su enamora-
miento porque provoca un peligro exterior y solamente por ello dicho
enamoramiento se constituye en peligro interior. El peligro real al que
teme es el castigo de la castracién cuyos indicios son frecuentes en esta
‘etapa: época del onanismo temprano. El miedo a la castracién aparece
‘como uno de los motores més frecuentes de la represién que conduce a
la produccién de neurosis.
En Inhibiciin, Sintoma y Angustia, Freud retoma el estudio de varios
historiales, entre ellos el de Juanito, para precisar la constitucién de la
fobia del pequefio Hans. El estudio de la angustia en las fobias nos con-
duce a los deseos provenientes del Complejo de Edipo. Profundiza y
reformula las relaciones entre angustia y represién: ocurre que la investi-
dura libidinosa del objeto madre hace que el varoncito sienta angustia
por una exigencia libidinal, (recordemos que estamos en la etapa filica,
Epoca en que el onanismo temprano florece y frente al cual es probable
que el nifio haya recibido alguna amenaza en términos de castigo: “la
amenaza de castracién”). El enamoramiento de la madre no es un peli-
groen iénsese
que hay varios ingredientes en juego: una investidura intensa con rela-
cidn a la madre, un perfodo donde florece el onanismo y donde el nifio
recibe amenazas de ser castigado por su actividad sexual infantil. De esta
manera, se produce una ligaz6n entre el cnamoramiento y el castigo que
&te puede conllevar.
Aparece entonces la tesis de que la “angustia de castracién” es uno de los
‘motores mds frecuentes de la represin y, con ello, de la formacién de sintoma
Esto nos invita a un estudio minucioso del complejo de castracién.
Con el curso del desarrollo deberian abandonarse las condiciones de
angustia anteriores porque dejan de significar para el Yo una situacién
peligrosa. Por ejemplo, el adulto sabe que la castracién no es empleada
como castigo pero puede permanecer “infantil” en su conducta frente al
peligro: Freud llama neuréticos a estos individuos,
, sino en tanto y en cuanto convoca un peligro externo.
a2
AwauaBauacant
Cuando Freud estudia las vicisitudes libidinales en la etapa félica,
las vicisitudes del Complejo de Edipo, la amenata de castracién tiene
éficacia porque el nifio le da credibilidad al hecho de que pueda perder
el drgano que le oftece un modo de satisfaccién importante y que tiene
valor narcisistico.
La angustia de castracién es decisiva, no obstante, no es desde luego
el dinico motivo de la represién, ya que la angustia de castracién no tiene
vigencia en las mujeres, quienes pueden tener un complejo de la castra-
cién pero en su lugar aparece angustia frente a la pérdida del amor. Esta
angustia frente a la pérdida del amor prolonga, es la continuacién de la
angustia que ha sentido el lactante cuando echaba de menos a su madre.
En el capftulo IV de Inhibicién, Sintoma y Angustia se lee: “y ahora Ia
inesperada conclusién, que el motor de Ia represién es la angustia frente
ala castracién y los contenidos angustiantes son sustitutos desfigurados
del contenido ser castrado por el padre”. Dos capftulos mas adelante: “es
seguro que la angustia de castracién constituye el Gnico motor de la
represi6n (der einzige Motor der Verdrtingung), pero si se piensa en la neu-
tosis de las mujeres, no se puede menos que dudar de esto. Si bien se
comprucha en ellas la presencia del Complejo de Castracién (Kastratio-
nskomplex) no puede hablarse en este caso, en que la castracién ya esté
constituida en una angustia de castracién en el sentido propio” (von
einer Kastrationsangst im richtige Sinne)
Considerando la zoofobia histérica del caso Juanito, la fobia a los
caballos, 1a angustia frente al caballo, segiin Freud, ya es el sintoma, Que
haya un sfntoma implica, para el psicoanlisis, que ya hubo una forma-
cién sustitutiva,. Esa dificultad para andar por la calle es una inhibicién
en el yo. Es importante diferenciar sintoma de inhibicién. El andlisis del
pequefio Hans revela una actitud edipica de celos y de rivalidad hacia el
padre a quien a su vez ama pero lo ama mientras la madre no entre a ser
causa de desavenencias. Hay ambivalencia, esto es hay rivalidad y amor,
el amor se torna hostil en cuanto se transforma en lo contrario mientras
que la madre se constituye en un polo de desavenencia entre el padre y
el nifio.
Cuando la madre se constituye en causa de desavenencias, aparece
cl deseo que anhela la eliminacién del padre. Esto corresponde a la mo-
cin asesina del complejo de Edipo. Hay dos prohibiciones que instaura
el Edipo son el incesto y el parricidio. Este conflicto de ambivalencia, en.
23Lecuiones armen ronias 6 PeiconsToneKiA
tanto amor y deseo de eliminacién a la vez, se tramita desviando uno de
sus aspectos hacia un sustituto que los desfigura. Este sustituto seré ell
sintoma. La aspiracién tierna hacia el padre, la aspiracién tierna hacia la
made I aspiracin host hacia el pare, a asptacicn hes hacia la
‘made, son exigencias pulsionales no peligrosas en sf mismas sino peli-
cea sealer ese stare rocremeeigsa as
mociones del Complejo de Edipo completo se estrellan contra la castra-
cién del Yo y esto es lo que produce una inesperada conclusién: el mo-
tor para la represién es la angustia de castracion. Ahora se trata de la
pérdida de un objeto parcial que leva al abandono del deseo a cambio
de un objeto total, para preservar la integridad narcisistica. “Ser mordi-
do por el cae 5 un sustituto de “ser castrado por el padre” y lo que
convierte a estas distintas transformaciones en neurosis es jus
tucién de padre por caballo. : " Peco ss
La formacién de sustituto evita la ambivalencia y permite
surpender el dsl de angst A a fomaeain de ses ashe
gan determinadas proyecciones que el yo comienza a realizar, empieza a
digitar su organizacién: es lo que se conoce como la inhibicién. La for-
macién de susticutos evita la ambivalencia le permite al Yo suspender
. el desarrollo de angustia. Por preservar un objeto parcial, el falo es que
abandona el amor a un objeto total, la madre. , .
La castracién es un modo de teorizar cudles son los cortes necesarios
para que una persona se desapegue de los objetos primarios y pueda
sustituitlos por otros, definiendo asf su identidad sexual psiquica,
Haremos una breve sintesis de los desarrollos que se encuentran en
el caso de Juanito. En la_ primera parte del historial Freud muestra cémo.
se opera en el nifio que anhela a su mamé en una edad temprana, una
transformacion de libido insatisfecha en angustia. Esta libido insatisfecha
transformada en angustia luego puede quedar aferrada a alguna repre-
sentaci6n, los cuales més o menos arbitraria en funcién de las represen
taciones vigentes segtin la historia de cada sujeto. El hecho de que esta
transformacién de libido en angustia quede aferrada a alguna represen-
tacién no hace otra cosa més que racionalizar la angustia, localizarla en
un peligro exterior. Entonces, se encuentra en el historial una parte en la
que Freud muestra que el “miedo a los caballos” puede ser una transpo-
sicién del amor por la madre, también es una sustitucién del miedo al
padre
AMALIA BAUMGART
La utilidad del caballo, lejos de ser la transposicién de la hostilidad
de un padre que aterroriza, més bien se halla en la posicién inversa al
padre real. Suple un elemento estructurante: la hostilidad del caballo es
directamente proporcional a la agresividad que Juanito tiene por su pa-
dre, més que la hostilidad que el padze tiene hacia Juanito. Esto es im-
portante para evaluar, con mucha prudencia, pasajes lineales en los que
se les atribuyen a los nifios determinadas probleméticas a raiz de un pa-
dre agresivo. A veces un padre brutal puede tener sus efectos perturba.
dores en la vida psiquica del hijo, pero es mucho més interesante pensar
cudnto de la hostilidad del nifio en realidad est tramitada en ese temor
al padre y cuanto de la funcién de ese padre es proporcional, en su inefi-
cacia, a la hostilidad del nifo.
El estudio de esta fobia, por lo novedoso, produce nuevas
conceptualizaciones acerca de las relaciones entre “angustia” y “repre-
sién”, Esto vale, como dice Freud, para la época de las represiones tar-
dias en las que el Yo, que anticipa el peligro de la satisfaccién pulsional,
pone en juego una sefial, siguiendo el automatismo placer-displacer, que
lleva a cabo la represién. La angustia seftal supone un estatuto organiza-
do del aparato psiquico afin a los procesamientos que ocurren en la fase
félica yen la latencia. Esto es, no hay angustia sefial en un lactante. De
esta manera, Freud contrapone las épocas tardias de la represidn, que
tienen que ver con el final del Edipo a las épocas tempranas de la repre~
sién, esto es, a las represiones primordiales: las primeras y originarias, en.
las que la angustia nace a ra(z del encuentro del yo, incipiente, con una
exigencia libidinal excesiva. En estos casos la angustia nace como conse
cuencia divecta de lo que Freud llama el factor traumético. El encuentro de
tun Yo incipiente con una exigencia libidinal excesiva se constituye en
tun factor traumético. Como consecuencia de ese encuentro se desarro-
Mla lo que se conoce con el nombre de “angustia automética”. En las
represiones més tardias la angustia puede aparecer como seal de que
amenaza la repeticién de un factor traumético, Esto ocurre gracias al naci-
iiento del pensamiento, por el cual el aparato psfquico tiende a restrin~
gir el desarrollo del afecto por el trabajo del pensamiento y, entonces, el desa
rrollo del afecto se puede reducir a un minimo utilizable como puede ser
Ia sefial. Freud concluye que existe un doble origen de la angustia: uno
corresponde al factor traumético y otro a la seftal de amenaza de repeti-
cién de un factor traumético.
1sLECLIONES INTRODUCTORIAS bi PSICOPATEROCHA
De todos modos, él considera que este factor traumatico esta presente
en las diversas manifestaciones de la angustia, sea que aparezca como
una estasis energética libidinal o no. Si esta estasis energética no logra
satisfacerse ahi esta presente el factor traumitico. Esta es una hipétesis
econémica que Freud sostiene hasta el final de su obra. Ya sea porque el
Yo vivencia un dolor que no cesa, ya sea por los diversos peligros espect-
ficos capaces de precipitar una situacién traumética en distintas épocas
de la vida (como se vieron la pérdida del objeto madre, la pérdida del
amor del objeto, la amenaza de castracién y la amenaza del ‘Supery6).
El sintoma sigue siendo formulado como un sustituto de una satis-
faccién libidinal no lograda pero esta vez en el seno de un estatuto
complejo y diferencial de organizacién de la vida psfquica en la que el
miedo a la castracién se puede constituir en el motivo de la represién.
En este caso podriamos decir que la angustia es causa de la tepresin y
no la represin causa de la angustia. Los sintomas son creados entonces
para evitar el desarrollo de angustia (volveremos a esto cuando tratemos
la neurosis obsesiva). Por ejemplo, el sintoma obsesivo es un modo de
proteger al sujeto de la angustia, de ahi que si uno a veces se empefia en
querer que un obsesivo ritualizado deje de hacer sus rituales no los pue-
de dejar de hacer, porque el sintoma protege frente el desarrollo de an-
gustia
Freud hace inteligible la problemética de la angustia de castracién
cuando incursiona en el Edipo y en las transformaciones pulsionales del
Edipo. Si una persona accede a ese tiempo de constitucién, la angustia
de castracién puede resignificar, desde otro estatuto onganizativo, las dis-
tintas pérdidas que un sujeto tuvo. Desde un estatuto de mayor organi-
zacién del aparato psiquico se resignifican pérdidas anteriores, pero el
tema de Ia angustia de castracién es especifico de la etapa filica y tiene
que ver con el temor a la pérdida de un objeto parcial. Porque es un
etapa donde Ia libido tiene una especificidad de satisfaccién, pues en-
tran en conflictos los deseos ambivalentes hacia cada uno de los padres
¥ Por preservacién narcisfstica, el nifio abandona las alternativas de sa-
tisfaccién edipicas. Justamente porque es equivoca la lectura es necesa-
tio remitirse a los textos.
Sobre este tema de la angustia de castracién y el Edipo, Lacan ha
hecho elaboraciones muy interesante. Piensa al Edipo en términos de
una sustitucién metaférica: el “deseo de la madre” seré sustituido por el
216
Asan BAUMGART
“Nombre del Padre”. Se concibe la sustitucién en términos de una \ogica
de significantes. La cuestidn de la sustitucién, por un lado, la cuestién de
la sexuaci6n, pot el otto, y la cuestiOn de cémo un ser humano, en el
mejor de los casos, a la salida del Edipo tiene un patrén de medida de su
goce: el goce félico. Lacan muestra que esta posibilidad de sustitucién.
del “deseo de la madre”, que serfa lo inconmensurable, por decit asf, por
significantes que acotan esta expansiGn deseante. El “Nombre del Pa-
dre” funciona como ordenador del goce. La castracién es aquello que
simboliza la falta. El sujeto humano no tiene ni ser ni sexo euando nace,
tiene set y sexo biolégicos pero no tiene sexuacién psfquica, ya que ésta
es la consecuencia del atravesamiento por distintos momentos de cons-
titucén del set y el tener, del ser y el sexo. Esto es formulado por Lacan
de una manera escandalosa pues dice: “no hay relacién sexual”, esto
significa que no hay significante que nos garantice una armoniosa rela-
cién entre los sexos. Esta falta de significantes que nos garanticen un
posicionamiento sexual y una armonia entre los sexos, es lo que Lacan
llama “castracién”. Entonces, lo que opera la castracién no es més que el
enunciado de que no hay significantes para la diferencia de los sexos, y
esto es efecto del Edipo. Para Lacan es efecto también de la metéfora
aterna, singular para cada uno. .
parse deede esta reformulacién dela teoriafeudiana que, en la teorla
de Lacan, la castracién esté articulada a la nocién del “no- todo”. Cas-
tracién del significance implica que la castracién aparece desde el co-
mienzo, pero Lacan y Freud tienen formulaciones muy distintas. Otra
manera de decir Io mismo es: el Otro (A) de los significantes esta tacha-
do, A no es completo (A). A veces se producen casamientos teéricos
prematuros donde se confunden las formulaciones freudianas con algu-
‘nas formulaciones lacanianas.
Pero cuanto mas se estudia a Lacan, mds se nota el apoyo que tuvo
en Freud.
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