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LA OCHA) ELRETU: E LA RELIGION LUCUS UNAS PALABRAS La mayoria de las personas piensa que las practicas rela- cionadas con lo supernatural es algo del pasado y existen en alguna forma en el presente, éstas son llevadas a efecto por personas sin educacién, con un bajo cociente de inteligencia, siendo por lo mismo un grupo minoritario dentro de la socie- dad, el cual apenas merecen se le mencione. En esta era cientifica, todo tiene una explicacién légica y lo que no lo tiene es facil catalogar de absurdo. En este trabajo que presentamos, examinaremos una re- ligién practicada por cientos de miles de personas en varios paises, principalmente: Cuba, Brasil, Haiti, Puerto Rico, San- to Domingo y mas recientemente México. Babalaos y Sante- ros son tan facilmente accesibles como un médico 0 cualquier otro tipo de profesional. Las ceremonias de Santo son comu- nes, y tanto en Cuba como en el exilio revisten todas las carac- teristicas de un evento social. La Santeria, como le.llamamos los cubanos, es sin darle muchas vueltas a la cuesti6n, una religién popular que here- damos los cubanos que la practicamos de nuestros antepasa- dos, que a su vez la heredaron de los primeros nativos de Afri- ca, que en contra de su voluntad arribaron a las costas de Cuba. El término Santeria o Santero, deriva de la palabra afri- cana Ocha u Oricha, que quiere decir, Santo, Dioses, 0 Santos; mal traducida al castellano degeneré en Santeria y todo su | practicante en Santero. La santerfa es parte del pueblo cuba- 5 no y negar su existencia y la influencia africana en nuestras costumbres, seria como negar el Sol. Para ustedes que van a leer este libro, vayan algunas pa- labras sobre el mismo. Partamos de la base de que la Religién Lucumi(valga la frase Religion, ya que todo quien venera algo, cree en algo, lo respeta y practica; lo convierte en religién). NO ES PROPIEDAD EXCLUSIVA DE NADIE, si patrimonio de muchos, Sus ritos, secretos, cuentos o Patakies, lengua 0 idio- ma es de amplio conocimiento de sus seguidores. La reproduccién de todo lo concerniente a la Regla de Ocha, se viene trasmitiendo hace centenios por via de la pala- bra hablada en Cabildos y escrita en libretas (muchas escritas a mano), entregadas por los primeros Santerog y Babalochas que llegaron a Cuba, a sus ahijados, para que éstos conocieran con toda amplitud la religién que estaban practicando. Las historias, letras de registro, nombres de los santos, sus hierbas y todo lo relacionado a las deidades africanas que aqui encontraré el lector, son conocidas en su mayoria por los asentados en Ocha. Pretender que somos originales en lo que escribimos, que es nuestra exclusiva creacién, seria completa- mente falso. Nosotros no pensamos hacerlo, nuestro 4nimo al | coordinar en un libro todo lo conectado con la santeria es dejar | falsos conceptos sobre la misma, bien aclarados. Si Diosloper- | mite, sacar un poco del oscurantismo en que se encuentra su- mida por ignorancia de las masas y muchas veces por culpa de los que sobre santeria han escrito tildandola de “cosas de ne- gros” (como si la palabra negro significara inferioridad y falta de inteligencia). Repetimos, este es un “estudio” sobre el fol- klore de “nuestros negros”. Hace ya muchos afios la santeria la vienen practicando blancos y negros por igual, ricos y po- bres, cultos e incultos; hombres y mujeres de todas las esferas sociales. Como decia mi padrino: “Cuando el zapato aprieta, | toitico el mundo corre pa’casa del santero o del espiritista”. No es tampoco nuestro deseo entablar controversias con Aer ern er ENR Gc! fals sad ran ns par, cam ds Sos, tr in,o sier liari ent; di: - do si da de; gad ~ sant nadie (bastante divididos estamos ya en la cuestion politica). | Perosi, basta ya de ataques injustificados contra los que cree- mos en la religién que nos trajeron de Africa, los que en contra 6 i { me : ories bre . cer: neo | escri{ a reli; las Py r po ies Igo, N) dud dio- 1 ue ala- it § thas itas, ee ros que le 1- at al jejiar | 1p 3 asu- sade | ee : falta - Il ti ia ° y po- feas ri. a, ” ig on itiva). o; ra de su voluntad, de este pais vinieron al nuestro. Basta ya, de falsos cuentos de nifios sacrificados en orgias de sangre huma- na. Basta ya, de que nos cataloguen como “ignorantes”, “atra- sados”, “Brujos” y todos los epitetos que los verdaderos igno- rantes tratan de endilgarnos a diario. Basta ya, de que quie- nes escriban sobre el tema asuman una actitud intelectoide para tratarla, explotando un tema tan respetado por nosotros, como “estudio sociolégico”. Basta ya, de hablar bajito cuando de santeria se habla. Basta ya, de que nos traten como vicio- sos, amorales, explotadores, locos, frustrados, ambiciosog, ins- trumentos del Diablo y amigos de hacerle dafo al préjimo. Nosotros, que nos criamos dentro de la Religion Lucumi, no recordamos nunca haber visto a nuestro padrino o madri- na, a nuestro padre o madre o nuestros hermanos de Ocha, invocar un Santo para desearle mal a nadie; muy al contrario, siempre les vimos “trabajando” para tratar de sanar un enfer- mo, remediar una situacién dificil, unir matrimonios, reconci- liar enemigos; pues la santeria no es mAs que una hermandad, en la que pueden existir a veces desacuerdos y uno que otro disgusto, ({qué familia esta exenta de esto?) Pero por sobreto- do siempre priva la Fe y el deseo ferviente de servir, de ayu- darnos mutuamente. / Sabemos !o que algunos de ustedes pueden pensar: “S{, todo esto suena muy bonito, pero a mi me han dicho de personas que le han echado “brujeria”. Que a fulano o men- gano le quitaron el marido o la mujer, con una “enviaci6n” de santo”. Sobre este tema hablaremos ampliamente en la pri- mera parte del libro. Para conocer una religion, hay que conocer sus raices, sus origenes, el pueblo que la creé, su modo de vida, sus costum- bres y sobre todo sus odiseas. Nuestro libro es un intento, mas que nada, de dar a cono- cer este pueblo, su religién y dejar aclarados conceptos erré- neos sobre sus primeros practicantes. A falta de una “Biblia” escrita, o un “Coran” o cualquier otro tipo de “Ley escrita”, la religién Lucumi se rige principalmente por sus cuentos y fabu- las, su interpretacién no es tan dificil, ni se presta a grandes 7 controversias filoséficas, a diferencia de otras creencias. Dén- tro de la Santeria encontramos que los Dioses africanos son bastante “humanos” en el sentido que no estan libres de de- seos materiales, de rencillas entre ellos mismos, de amor, de violencia, de preferencias y hasta de celos. Teniendo estas ca- racteristicas no es dificil encontrar a sus seguidores riendo con ellos y orando también con ellos, se les trata como a padres amantes y a veces resabiosos. Seguin podremos apreciar, los hombres traidos a Cuba y demas paises de la cuenca del Caribe, procedian de una o mas naciones que tenian todas las estructuras de una sociedad or- ganizada con gobernantes y gobernados; personas que vivian en casas fabricadas por ellos mismos, que trabajan distintos metales, tenfan sus idiomas, leyes que obedecian y eran obli- gados a respetar, sobre todo vivian con dignidad, respeto unos de otres, sus dioses a quienes veneraban, y como todos los hom- bres, desde que el hombre senté pie en la Tierra, a quienes recurrian en sus momentos dificiles. Que exieten individuos sin escripulos que explotan la desgracia de otros seres humanos y la credulidad de muchos, es desdichadamente inevitable, Pero, {qué profesién u oficio esta libre de este elemento? Mas siempre se les conoce y no pueden engafiar por mucho tiempo; son también ellos respon- sables del escepticismo de muchas personas que han tenido la deagracia de caer en manos de esos oportunistas, que no saben en la mayorfa de los casos lo que estan haciendo y que uniendo la audacia al cinismo, pretenden tener la solucién m4gica para todos los problemas y que queriendo impresionar a sus victi- mas, asumen una actitud de “sabelotodo”. Como la mejor for- ma de defenderse es atacando, hablan mal de los verdaderos asentados en Ocha. Esta es también una de las razones por la que hacemos este libro, pues somos de la firme opinién que al conocer sobre santerta un gran nimero de personas, va e ser muy dificil en- gaftarles en el futuro. Tampoco pretendemos ser eruditos en la materia que tra- > 2. son » dae c, le sca- oon d +s by nis dor- vamos, pues tenemos la experiencia que todos los dias se apren- de algo nuevo dentrodeestecampo. . Pero st queremos hacer nuestra contribucién, con lo pocoo mucho que podames conocer! Los senderos que conducen a Dios; son muchos y varia- dos. El en su infinita sabidurfa nos brinda los medios para conocerle mejor. Pensemos por tanto, que una de sus formas fue permitir que vinieran los nativos de Africa (a Cuba princi- palmente) con sus creencias y costumbres religiosas, y que siendo la religién mas duramente combatida, mas criticada, mas mal interpretada; en vez de perecer, florecié, creciendo hasta llegar a nuestros dfas, tal y como la conocemos los que nos honramos practicdndola. Todos los ritos que conocemos dentro de la Regla de Ocha, los heredamos de los nativos de Africa, para comprender sus “secretos”, tenemos que remontarnos necesariamente a toda la estructura socio-religiosa de su pais de origen. El primer capitulo de esta obra esta dedicado a la Histo- | ria de Ja Religién Lucumi, quizé sea el mas largo, pero en él, encontrard el lector la respuesta a muchas incégnitas sobre Santeria. / Aun los mismos iniciados dentro de Ocha desconocen la raiz de ciertas tradiciones, su significado (todos saben que pro- } viene de Africa) y como era su pueblo. Es facil decirle a un ahijado: “Esto se hace asf, de esta ; manera”. Pero porque se hace, qué es lo que significa y como | nacié, ya es un poco mas dificil. Vayan pues, estas cuartillas (que con permiso de mi Ocha escribo), a la Luz publica con el mejor deseo, tanto para el neéfito, como para el Asentado, de un poquito mas de conoci- mientos. . oe Existe un viejo refran Lucumi que dice: “E] que no sabe muere, pero no el que sabe”. Este es nuestro tnico propésito. JULIO GARCIA CORTEZ Miami, 1971. 9 meme cwerrerapernesie e E OR ‘HISTORIA DE LA RELIGION LUCUMI (Origen de las tradiciones y rituales de la Regla de Ocha) Al escribir sobre la historia de la religién Lucumi, tene- mos necesariamente que remontarnos a su pais de origen: Afri- ca. La influencia Africana, no solo en Cuba, también en Euro- pa y América es incalculable. La cultura africana ha sido con- siderada desde muchos dngulos y puntos de viata, como reli- gidn, folklore, tipo primitivo de establecimiento (en una na- cién o continente practicamente desconocido para el mundo occidental) de una psicologia en embrién que sirve para impo- ner orden, aliviar tensiones emocionales y de escape a los con- flictos inherentes en todo ser humano. Libros sobre el tema de la religién Lucumi son pocos y sus autores por regla general, no han sido practicantes de la mis- ma, aunque se han compenetrado profundamente con el ma- terial sobre el que escriben, nunca se ha podido hacer un ver- dadero compendio de todo lo concerniente a esta religién, su pais de origen y sus habitantes. Le6én Frobeniu, autor aleman, vivid varios afios en Africa | y aunque escribié quizds los primeros tratados sobre los dis- tintos rituales africanos, jamds llegé a conocer sus secretos. Blaise Cendras, francés, dedicé largos afios al estudio de la 11 literatura primitiva africana recopilando algunos de sus pata- kies o cuentos y fabulas sin conocer su significado para el pue- blo. Mas recientemente Arthur B. Spingarn, inglés; Alfred Metraux, francés; Hill y Williams, norteamericanos; Lidia Cabrera, cubana, han podido adentrarse mds que ninguno dentro de los secretos y ceremoniales pertenecientes a los des- cendientes de africanos que arribaron a las costas de América. La tarea del historiador dificil, dada la magnitud y rique- za de los distintos idiomas y dialectos que se hablan en Africa. Como es légico suponer, los esclavos que llegaron a Cuba ha- blaban distintos idiomas, Los mas populares fueron el Lucumi y Arara que se mantienen todavia dentro de los ceremoniales | de Ocha; el Yoruba, que es idioma, se compone a su vez de diez y nueve (19) dialectos, no siendo raro encontrar varias pala- bras completamente distintas para un mismo significado. Si_ | nos limitamos exclusivamente a la costa Sur-Oeste de Africa, de donde se predujo el mayor numero de captura de esclavos, encontramos la siguiente tabla compilada por el inglés Cust, -quien pudo agrupar 591 idiomas y dialectos en esta area sola- mente, a saber: , ler. grupo Semtico; con 10 idiomas, 9 dialectos. 2do. grupo Hamitico, 29 idiomas, 27 dialectos. Ser. grupo Nuba-Fulah, 17 idiomas, 17 dialectos. Ato. grupo _ Negro, 195 idiomas, 49 dialectos. 5to. grupo Bantu, 168 idiomas, 55 dialectos. 6to. grupo Hottentot, 19 idiomas, 6 dialectos. De estos grupos, el Negro comprende las naciones Yoru- ba, Arard, Lucum(, Suajili, Basuto, Masai, Congo, Achiri, Ca- rabali, Mandingo, Vasai y varioa mds que por no tener rela- cién con el tipo de africano llegado a nuestras costas no men- cionamos, Al reunirse en Cuba los nativos de diferentes regio- nes de Africa, tuvieron por necesidad, que aprender muchos de los idiomas de unos y otros. Ocha en Lucumi significa Santo, pero en Haiti la palabra se convierte en Loa y su practica como voudi o vudin, en Bra- 12 | | que 4] | i i | f | j | sile ar: ; acy t pale ef € ; negr dc. Ue valie qu « tuost raog tenie vary ble « cios ¢ ' obl dav.3 Ghan Gal 5 conta tem nativ: yO dea: - \ por lo, bert”: a blecig: su pi esclav cercan. Tosa. ala pe dear pue- lf od uiuia guno 1€ 8 irica, ione- fr a. a ha- ecnf ds es 2diez pi a- Jc. Si frica, a’ 0g, Cust, sola sil es Macin y la religién es Macumba, En otras regiones del rea del Caribe le Haman Candomble. En el diccionario que acompaiia el libro nos hemos tomade la libertad de poner las palabras més comunes y una 0 dos, para un solo significado en espaiiol, El africano que vivid en Cuba fue generalmente de nacién | negra y extracto Congo. Muy vigorosos, fisicamente espléndi- dos, astutos, répidos de mente, religiosos, trabajadores; con una capacidad de adaptacién extraordinaria, independientes, valientes en la pelea, artesanos, misicos, médicos naturales que conocian los poderes curativos de todas las hierbas, respe- tuosos de sus mayores, amigos de contarle a todo el que quisie- | ra escuchar, los relatos traidos de su nacién.. Es sabido que los Phoenecios se asentaron en Africa, man- teniendo un contacto muy cereano con los Egipcios; ambos lle- varon sus conquistas hasta mds alld del Senegal donde esta- | blecieron uno de los reinados mas grandes de Africa. Los Egip- cios a su vez fueron conquistados por los antiguos romanos, obligdndolos a refugiarse hacia el desierto, creando lo que to- | davia hoy es conocido como Marruecos, Tripoli, los reinados de Ghana, Melle, Songhay, Hausa y Bornu, Angola, El Congo, Gabon y varios mas. Estos fueron reinados ricos y poderasos que llegaron a contar hasta con 200,000 guerreros armados con lanzas y flechas. Algunos de estos reyes utilizaban el sis- tema de esclavos para trabajar sus tierras, obligando a los | ndtivos de las dreas a internarse mas aun hacia el Norte, Sur y Oeste, huyendo de la esclavitud, viviendo en pueblos y al- deas de no mds de 500 0 600 personas para no ser detectados © por los gobernantes de naciones mds poderosas y vivir en li- | bertad. Siendo los Yorubas los que mas cerca de las costas esta- blecieron sus pueblos, lejos estaban de imaginar que al fundar su pais tan cerca del mar, un dia volverian a estar sujetos ala esclavitud; esta vez por mano del hombre blanco. El pafs mas cercano a los Yoruba, era el pais de los Vaiz, nacién muy pode- rosa que contaba con gran numero de guerreros siempre listos ala pelea, al comenzar el trdfico de esclavos hacia las Améri- * vw 13 or cas estos mismos guerreros por un precio bien pagado al rey, . ayudaban a la captura de negros Yorubas o de las naciones y territorios cercanos. Los nativos de esta regién, aunque no muy altos tampoco eran de tamaiio pequeiio; las mujeres por regia general eran muy bonitas; los hombres, mds bien de complexién atlética. Al mezclar las razas en Cuba dio como resultado nuestros mula- tos y mulatas, famosas en el Mundo entero porsu hermosura y log hombres por su valentia. Nuestra guerra de independencia e8 claro ejemplo del valor dé los Maceo, Moncada, Crombet, etc, Los habitantes de aquellos paises tenian el color de piel que llegaba desde el Olivo, al negro muy oscuro. El concepto que todos los negros que vinieron a Cuba eran de craneo ova- lado, frente aplastada, pelo muy rizado y duro, labios exagera- damente gruesos, nariz grande pegada al rostro, es completa- mente falso, Es cierto que este tipo se encontraba entre oriun- dos de Africa, pero también es cierto, que no en su mayoria; los habia de todo tipo de configuracién facial y fisica. Fueron los esclavistas los que crearon la idea de un tipo “clasico” de afri- cano al que comparaban con los monos, ya que al igualarles con animales (y tratarles peor que a tales), pretendian des- truir psicol6gicamente una raza de seres humanos inteligen- tes, que tenia su propio idioma, costumbres y religién. Los colonizadores al ver muchos de sus esclavos con cica- | tricea y marcas distintas en el cuerpo, pensaban que las ha- { bian sufrido en guerras infernales; lo cierto es que estas mar- cas y cicatrices que algunos lucian en sus cuerpos noeran mas | _ que adornos, los cuales el africano levaba con orgullo. Como no exisiia apenas comunicacién conellos, como no fuera la del latigo, o sefias para hacerse entender, pues ni los amos habla- ban ninguno de los idiomas africanos, ni los esclavos el espa- {: Bol, muchas cosas quedaban en la ignorancia, cuando el afri- { cano (a costa de sacrificios), aprendia castellano, era unespa- | fol muy rudimentario, el suficiente para hacerse entender y comprender algo de lo que le decian. Se les tildaba de salvajes } ya que muchas veces andaban medio desnudos, sin ocurrirse- | le a quienes asi pensaban, que trabajar bajo el Sol ardiente del § 14 trépico vestido hasta el cuello era insoportable; ademas, en Cuba no contaban con los medios para fabricar sus propias telas, costumbres que tenian en gus paises, donde para las ocagiones especiales se adornaban con plumas, piedras y telas ' de vivos colores. Al crecer la trata de esclavos, sus males, vicios, crecieron con ella. Para justificar el trato infernal que estos infelicea ‘ recibian, tanto de esclavistas como de los traficantes, forma- ' ron una imagen del negro como barbara, incivilizado, casiani- ‘ mal, sin inteligencia ni valores morales; para ellos no era un ser humano, solo mercancia con su valor en el mercado y las mercancias no tienen emociones, a mayor la comparacién con ' las bestias, mas permisible hacer cualquier cosa con ellos. Tra- | taron (casi lo consiguen) de eliminar el hombre de piel oscura y ascendencia africana de la raza humana. El résultado atin se | ve en nuestros dias en los que piensan que el hombre negroes ~ inferior y todo lo asociado con él es exactamente igual. Veamos estos “salvajes”, cuan salvajes en realidad eran: Conocian el oro, la plata, el cobre, el hierro, utilizando estos metales en armas, aperos de labranza, adornos y distin- tos utensilios. Al llegar alos 13 afios entraban a la pubertad y en la fecha de su cumpleafios se adornaban con los mejores objetos de oro y plata, o de cobre y hierro, de acuerdo con la posicién de los padres dentro de la sociedad donde se desenvol- vian; las porciones del cuerpo que mantenian desnudas las cubrian con una mezcla de arcilla, barro y varias hierbas uni- das en un emplaste de distintos colores, que no solo era de adorno, les servia como repelente contra las picadas de los mosquitos, para curar enfermedades de la piel y protegerla contra la inclemencia del Sol. Estas personas que han sido acusadas incontables veces de andar ‘desnudos (los nifios si lo estaban hasta los 9 o 10 afios, en parte por el calor de Africa que tiene uno de los peores climas del Mundo y en parte para que el cuerpo se fuera adap- 15 tando a los rigores climAticos), tejian bellos vestidos lo mismo para hombres que para mujeres; citemos por ejemplo al atuen- do de un rey: consistia principalmente de collares simbélicos de eu rango hechoa generalmente de oro y plata; collares de semillas cuencas de varios colores (no eran los collares de San- to), brazaletes y tobilleras de metal (generalmente de cobre), finas telas de algodén, zapatos, sombrero y capas de piel de animales cazados por él mismo. Las mujeres usaban vistosos vestidos, aretes de cobre, manillas de oro o de hierro, general- mente llevaban un pafivelo alrededor de los hombros y de la cabeza, Lo mismo hacian los hombres y muchas veces los pa- fiuelos muy elaborados entre los jévenes de una aldea, pues mientras mAs ornamentado, mejor la posicién de quien lo usa- ba, los hombres también los usaban alrededor de la cintura, atAndolos hacia un lado de la cadera, (quien lea estas paginas automaticamente recordaré el pafiuelo t{pico de los negros cu- banos), Ilegando a darle distintos colores como simbélicos de la sociedad a que pertenecian, esta costumbre fue adoptada por los criollos. En el traje t{pico nuestro, el mismo pafiuelo se usa én el cuello alrededor de la cubanisima guayabera y las mujeres en nuestras alegres guaracheras. Los sacerdotes vestian todo de blanco con sombrero de paja, los collares simbélicos de su sacerdocio y zapatos de piel tefidos de blanco. . La agricultura era la dependencia principal de los pue- bles del drea del Congo, los productos mds cultivados eran al- godén, arroz, yuca, frijoles, maiz, papas, calabazas, platanos, naranjas, limones, papayas, chicharos, ginebra y café. El ca- beza de familia poseia regularmente una finca o granja, a ve- ces tenia mds de una la cual era atendida por otros miembros de la familia o por sirvientes que trabajan por la casa y susten- to, considerdndoles los jefes de familia, como parte de la de ellos. Las cosechas eran colectadas a principio de los meses de febrero hasta fines de marzo, al terminar las recogidas se cele- braban grandes festejos con ofrendas de animales y de todo lo que se habia cosechado a los Dioses en accién de gracias. Los que no tenian servidumbre, cosechaban ellos mismos 16 bee 108, ve Iros Lue sde lo lo su pedazo de tierra y hacian las ofrendas de acuerdo a sus | recursos, pero la tierra en general era propiedad de la aldea . toda, siendo el Rey responsable por el reparto de las migmas para ser laboradas, el reparto lo hacia de acuerdo conel rango | de cada miembro de la aldea y la mano de obra que la persona designada contara. El Rey a su vez estaba sometido a un Ca- bildo o consejo de mayores compuesto de Jos Sacerdotes, los médicos (nosotros nos negamos a usar la palabra “curande- ros”) y las personas mas viejas de la aldea, Mientras un hom- bre cultivaba la tierra propiamente, se consideraba su respon- sabilidad todo lo concerniente a ella. Solo, cuando no era aten- dida debidamente, el Rey y el consejo de mayores le reitera- _ ban el derecho sobre la misma; al morir el cabeza de familia, la" tierra pasaba a su hijo mayor o parienté m4s cercano que pu- ~ diera trabajarla igual que su antecesor. Ademas de los productos agricolas, el africano se servia intensamente de la Palma, era, (todavia es) el mayor provee- dor de las necesidades de los nativos. De este drbolse hace un | vino de delicioso sabor, cuando es fresco, es dulce y placentero de beber, pero cuando esta afiejado, es bastante intoxicante. Casi siempre se prepara en las mafianas y hay dos formas de hacerlo: una es cortando el arbol, al llegar a la corteza con un leve corte dejar que el lfquide que emana de ella, caiga sobre un recipiente cualquiera. Otro consiste en trepar la Palma, hacer una incisién hasta la corteza, insertar un tubo de bam- ~ bu uotro tipo de material y recoger el zumo, La corteza que contiene el vino es también comestible, siendo muy apreciada por todos en general. La palma produce racimos de nueces conocidas como corojo que maduran duran- te la sequia, estos corojos estan cubiertos por una sustancia grasosa, de la cual era extrafda (todavia lo es), la manteca de corojo. El corojo contiene una semilla larga en su interior que sirve como magnifico combustible, !a cual era usada extensi- vamente en Africa por plateros, herreros, y todos los que nece- sitaban fuego abundante para sus trabajos. De la masa_del corojo hacfan jabén, velas, aceites, y manteca que empleaban en las comidas y se untaban en Ia piel para protegerla, con las 7 | ramas de la Palma cubrian los techos de sus casas, estos te- chos eran frescos, pues aunque permitian pasar el aire, impe- dian el paso del agua cuando llovia. De las partes de la Palma ‘ hacfan abanicos, redes para pescar, sombreros, esteras para el piso y varios objetos mas. Este Arbol producia un gusano llamado por los africanos Grugru, bastante grande y que tam- bién formaba parte de su dieta. Es en esta parte referente a la Palma y el corojo, donde el lector encontrara la raz6n por la cual el corojo es de todos los santos y por lo que se utiliza tanto en la religién Lucumi. Fue parte de la vida del africano para quien este drbol tenia un valor incalculable como medio de subsistir, para él, tenia una gran importancia considerandola un regalo de los Dioses, toda la naturaleza tenia significado para ellos, donde era mas pr6- diga, mas ge respetaba y reverenciaba su producto, La habilidad artesana e industrial de este pueblo catalo- gado de salvaje, es incuestionable; veamos algunos de los pro- ductos que elaboraban: Cuchillos, lanzas y espadas con vainas de cuero repujado. Peines, abanicos, platos, cucharas, tenedores, trompetas hechas de marfil o cuerno de animales. Bolsas de piel cubiertas con ornamentaciones y con ela- boradas figuras de animales u otrog objetos. - Zapatos y botas de piel de venados, cerdo y cocodrilo. Hiladoras para hacer telas de algodén fabricadas de ma- dera o fibras de bambi, Sogas y hamacas de distintos materiales. -Picos y palas de hierro, todos log aperos de labranza nece- sarios para las labores del campo. Platos, fuentes, vasijas, copas y vasos hechos de barro cocido, Distintas clases de tambores hechos de madera y piel de chiva, Latigos y simbolos-de autoridad fabricados de fibras y pelos de animales. Una variedad enorme de telas de llamativos colores. 18 alas Canoas, botes, morteros, pilones, cubiertos de mesa y : otros articulos tales como sillas, mesag, etc., de fina madera. Tinta y colorantes sacados de hojas y semillas. Esparcidoras de arroz confeccionadas de varas de bam- ba. Discos para juegos hechos de madera y fichas de marfil muy parecidas al Dominé. Instrumentos musicales de distintas variedades, siendo el mas comin los tambores, que consistian de un pedazo de madera cortado a la medida deseada, vaciado por dentro has- ta darle una formacién céncava y con pieles estiradas por uno de los lados atadas con fibra de palma. Sayas especiales para las mujeres que eran utilizadas en los bailes y toques para los santos, éstos consistian de unos tejidos de fibras, adornadas con pequefios caracoles, llamadas Zasa. Las sayas llegaban hasta el suelo y emitfan un sonido peculiar cuando las mujeres bailaban. Otro tipo de tambor llamado tambor de Reyes o de los Orichas, que consistia (atin es igual) de un Arbol cortado espe- cialmente para ellos, hacerle la cavidad, y'un largo que no pasaba de las 23 pulgadas, los extremos cubiertos con piel de animales sacrificados para este tambor, atadas con fibras de palma, siendo tocado por ambos lados simultdneamente, Este tambor emite un sonido distinto a los demas. Originalmente les amaban Omelenkoos y Tumba (de aqui la palabra “tum- badora” de nuestra musica folklérica) en algunas regiones les decian Benvé. (De nuevo nos encontramos con otra expresién tipica criolla: Bembé, que muchos liamaban en Cuba a un to- que de Santos). Estos tambores eran tocados con el masico sentado en el suelo, con el tambor entre las piernas en forma horizontal, aunque era tocado con ambas manos por los lados, a veces utilizaban unos pedazos de madera largos y redondos para darle m&s énfasis al toque. Un instrumento que consistia de un hoja de metal, casi siempre de hierro enrollado con el centro hueco y mas delgado hacia una de las extremidades, se aguantaba con la mano iz- 19 quierda y-con otra vara de metal sostenida en la derecha, era golpeado para llevar el ritmo de los tambores. {No les parece que estamos hablando de las “gangarrias” cubanas? Aquf les va otro instrumento africano puro de origen: ~ A dos gitiras secas le hacfan un pequeiio orificio, leintro- . ducfan unos granitos secos, menos a una que a la otra, tapa- ban este agujerito con una varita de madera y las movian acompasadamente. {No tengo que decirles que instrumento es! Otro mas: Dos pedazos de madera bien 2aedy redondas, entre 6 y7 pulgadas de largo y una o dos de circunferencia, sostenida una en la izquierda a lo largo de la mano, solpedndola con la mano derecha. Tenfan otro tipo de maraca hecho con giiiras bien gran- des, cruzadas por fuera con raices y semillas cuencas que era y es dedicada especialmente para los santos. Y por ultimo, para no cansarles: Un instrumento parecido a una escalera horizontal, cu- bierto de pedazos.de madera de diferentes gruesos, enlazados con fibras y de una altura no mayor de la cintura de quien con cuatro varillas (dos en cada mano) lo tocaba. Un sistema de comunicaciones precursor quiza del telé- grafo sin hilos, ya que con unos troncos de arbol de 7 a 8 pies de largo, abiertos con una linea al medio de unas 30 pulgadas de longitud por unas 12 de ancho, montados sobre pies de made- ra al golpearlos con ciertos intervalos, se comunicaban a dis- tancias enormes. Casi todas las aldeas estaban situadas sobre una extensa 4rea maderera de grandes bosques donde habitaban toda cla- se de reptiles y bestias feroces. En mayoria se encontraban: el Leopardo, Leones, fieros cocodrilos, miles de chimpancés, Ele- fantes, Bufalos, Hipopétamos, el mas cruel de los reptiles: la temida Boa. Caracteristicos de la regién son lagos enormes, rios an- chisimos y largos, abundantes en gran variedad de peces; mon- 20 agyt de _: dio « clone fuerz das | mas; tige? ent: \é- de, le- is— tafias que alcanzan ‘hasta ‘nla ‘altura de'1,065 pits s6bre'er nivel del mar. Los pueblos estaban divididos en aldeas y me- dias aldeas conectadas por pequefios senderos ocultos como proteccién contra los enemigos. Las aldeas eran exclusivamente para vivir y disfrutar de las horas de sosiego en la comunidad y con la familia. Los me- dios pueblos desarrollaban toda la actividad comercial e in- dustrial; las aldeas siempre estaban situadas en lugares al- tos, cerca de agua fresca, rodeados de bellos jardines con infi- nita variedad de flores. Las casas generalmente eran circula- res, muchas hechas con bloques de barro y arcilla cocinados, pintadas de distintos colores. Las casas de los medios pueblos que daban alojamiento a los comercios y talleres, eran simple- mente de madera con techo de pencas de palma, muy sencillas y faciles de reparar. ’ Casi siempre las casas contenian dos habitaciones, cuan- do existia mds de una esposa, cada cual tenfa su casa. En las cocinas se encontraban los utensilios pertenecientes al lugar, ademas de sillas, hamacas, hiladoras y el fog6n que siempre se mantenia encendido; la otra habitacién era usada como dor- mitorio con camas hechas de bambi y colchones de paja, algu- nas esteras y los recipientes conteniendo el agua fresca. E] agua la recogian diariamente en los arroyos cercanos y la mantenian fresca de esta forma: hacian un mueble de cedro caoba o cualquier otro tipo de madera, este aparador contenia dos vasijas grandes de barro, una encima de la otra, la supe- rior tenia una pequeftisima hendidura que permitia pasar el agua gotaa gota hacia la inferior, siendo de esta ultima tinaja de donde extrafan el agua para beber y cocinar. Estas aldeas eran sin lugar a dudas verdaderos compen- dios de toda clase de actividad, en cada aldea existian agrupa- ciones 0 sociedades secretas cuyo objetivo era mantener la fuerza, la unién del pueblo y la autoridad en los mismos. To- das sus reuniones eran siempre conducidas en lugares nada mas conocidos por los miembros. Divulgar sus secretos era cas- tigado severamente; se admitian a ellas solamente hombres entre la edad de 7 afios y 50. Sus sesiones duraban entre 3 y 10 21 aiios, cuando la organizacién estaba en sesién, nadie podia visitar el lugar donde se realizaban las reuniones. La finali- dad de estas sesiones de tan larga duracién era la siguiente: Entrenar a sus miembros para la vida en Africa. Conocer las aptitudes que cada joven poseia y como mejor desarrollarlas, dAndole una aplicacién ms eficaz para benefi- cio de la aldea. Ensefiarles las artes manuales. Entrenar soldados para la guerra. Darles a conocer las leyes del pueblo. La misica y el manejo de sus instrumentos. Ensefiar a los futuros médicos el conocimiento de todas las hierbas, plantas, bejucos, frutas, tanto venenosas como curativas. , Y la ensefianza mas larga que comprendia los diez afios: los jévenes que irian al sacerdocio. Todos se llamaban hermanos unos a otros, una ofensa hecha a uno de sus miembros, eran una ofensa hecha a todos. Como todas las aldeas tenian su sociedad secreta independien- te de cada pueblo, con nombres distintos, la causa mas comin para la guerra era que un miembro de una sociedad de un pueblo, tuviese una seria disputa con otro hombre de un pue- blo distinto, cuando los mediadores 0 las partes no podian re- conciliarse, entonces todos los hombres de cada aldea salian a defender al hermano de sociedad. Las guerras generalmente no eran largas, casi siempre una batalla, en la que es légico habia muertos y heridos; al retirarse un grupo contendiente, se daba por terminada la guerra sin que los victoriosos ocupasen wn centimetro de te- rreno de los derrotados en la pelea. Perdone el lector un paréntesis que aqui quéremos hacer. En Cuba florecieron muchas de estas sociedades secretas al principio de la colonia y se mantuvieron y mantienen ain; pero lo que fue formado por los nativos de Africa como her- mandad para socorrerse, fue desdichadamente mal utilizada por cubanos criollos (que quiz influenciados por los relatos de sus fundadores sobre las batallas en Africa) asumieron la acti- 22 tud ene Bi 2 part Ton, ce a sien: sabe dz ¢ do cx es i] tud de que ellos eran mas valientes que nadie y no vacilaban en utilizar el cuchillo con frecuencia exagerada, para dirimir situaciones y disputas baladies. Fueron ellos en grandisima parte culpables de la reputacién que estas sociedades toma- ron de ser antro de hampones y asesinos. Todo el mundo cono- ce ia fama de los Nafiigos y miembros de la sociedad Abaku4, siendo su objeto fundamental muy distinto al quealgunos pen- saban, Los de religién Lucumi, los de Regla de Ocha, los ver- daderos practicantes de la religién, jam4s estuvieron de acuer- do con las normas de estos individuos, que en su mayorfa no estaban asentados en Ocha. Los africanos nos trajeron su religién y sus sociedades, pero fueron los criollos los culpables de su mal entendimiento. La prensa también contribuyé mucho con relatos sensaciona- les sobre sociedades de NAfigos, sectas secretas, que sé dedi- caban a “tasajearse” mutuamente. Todo lo secreto y misterio- so es excitante, todo lo que desgraciadamente estd relaciona- - do con hechos de sangre, es noticia de primera plana y al cuba- no de imaginaci6n vivida no hizo falta decirle mucho para que él mismo sacara sus conclusiones sobre las sociedades funda- das por africanos en Cuba. Y ahora regresemos al tema que estamos tratando. Aparte del secreto en que se mantenjan sus sesiones, se- fas y simbolos de identificacién, todos conocian quienes eran los miembros de las mismas, sus leyes eran aplicadas sin dis- tingos de rangos, cada individuo estaba consciente de sus de- ~ beres y obligaciones dentro de la sociedad. Aunque en las es- cuelas se utilizaba la disciplina, ésta nunca era fisica, entre maestros y discipulos de cualquiera de las artes que alli se engefiaban existia la mejor de las camaraderias, Todos los miembros de la escuela (pues esto es en definitiva lo que las sociedades eran) tenfan que conocer el manejo del arco y la flecha como arma de defensa e instrumento de caceria, como emplear las lanzas, usar las espadas, los escudos para prote- gerse y atacar con ellos, etc. . Un dfa se dividia mds o menos de la manera siguiente: Después de las practicas de arco y flecha por la mafiana, 23 al medio dia era Mevados a una caceria de pequeiios animales téud que duraba tres o cuatro horas. Terminada la caceria, cada grab cual se dirigfa con su maestro a eu respectiva clase, hasta la dc hora de la cena, Después de la comida se bailaba y cantaba Mage entremezclando los bailes y cantos con cuentos y relatos refe- cong; rentes a los santos o guerreros famosos del pasado. Siempre ta x una parte de la comida era ofrecida a los Orichas de cada indi- / viduo, a] cual, se le mostraba cémo rezarle y el tipo de comida vensj preferida por ellos. Era en este capitulo donde también cono- tie + cfan las ceremonias de sacrificios. (Nada mas que los sacerdo- ] tes). El dia terminaba con cantos de alabanzas a los espiritus y afr"; dioses protectores, por a Esta costumbre prevalece dentro de los rituales de Ocha, nes, § ya que en las comidas de Santo, casi siempre hay cantos y “¢ toques a los Orichas, intercambiando los participantes cuen- dor.ue tos y anécdotas. Como el.alcohol les estaba prohibido a los no- hecho ° vicios llamados Illaguos o Ilawabos, es muy dificil ver en un bai + “toque de santo” bebidas alcohélicas. todo y Un método comin de entrenamiento era que cuando los que ds jévenea alcanzaban cierto progreso en el manejo de las espa- sus ¢ das, arcos y flechas, organizaban practicas de combate entre | ofrenc grupos de 150 a 200 hombres divididos en dos bandos. Undis- } iro, trito era asignado a cada grupo comandado por un capitan; el ) énfasis en estas practicas consistia mas en el valor individual tr : que en conquistar al contrario, tomando en muchas ocasiones [| 9dqo.—> ‘las caracteriaticas de una batalla real en la que cada hombre 3 (Be esforzaba en demostrar su coraje. Al rechazar una parte el m vataque de la otra seis veces, se consideraba terminado el com- “ ‘bate, todos se abrazaban comentando los errores cometidos se \por los derrotados y las hazasias de los victoriosos. 3ro, LL (Cuando la guerra era grande de verdad y varios pueblos ' dejando a un lado sus diferencias para aliarse contra un pais do vecino (casi siempre la poderosa naci6én Vais), fortificaban los i pueblos con barricadas, los caminos los llenaban de puntasde | ni bambi envenenadas, habilmente disimuladas. | 4to. Eg Al rechazar los ataques del enemigo, procedian ellos ala i rr ofensiva, rodeando primero la ciudad o pueblo escogido cor- Buc 24 is aud ila afi efe- lt - \ida woe fae usy sha, ony wee ino- 1-2 tdndole él abastecimiento dé agua y suministros. Cuando lo- graban la captura del lugar cercado, los lideres eran ejecuta- dos sumariamente, sus cabezas enviadas a otros pueblos ene- migos como advertencia. Quien llevaba este macabro regalo lo consideraba un gran honor y se le desped{a con una gran fies- ta, pues este hombre sabia que no regresaba de su misién. La muerte no les asustaba ya que crefan en la supervi- vencia del espiritu y sabian que sus espiritus al regresar ala tierra serian venerados y alimentados por todoa.. : En la narracién que sigue sobre el concepto que tenfa el africano de la vida y la muerte, encontraran ustedes la razén por la cual en Regla de Ocha, los santos no se adoran en imdge- nes, sino en piedras que se mantienen dentro de soperas. Seguin la liturgia Lucumi, el hombre al morir iba primero + donde Olofin, al que daba cuenta de todas las cosas que habia hecho mal en la Tierra y también de todas las que él considera-. : ba eran buenas. Dios en su infinita sabiduria lo comprendia todo y mandaba a buscar el santo protector del individuo, para que éste le contase como habia sido de religioso y guardador de sus deberes para con los santos. Olofin le premiaba por sus | ofrendas y celo religioso dandole vida eterna de esta forma: lro. Lo convertia en lluvia y en esta forma descend{fa hasta la Tierra, se dirigia a los rios llegando al fondo donde se transformaba en piedra. 2do. Pasado un tiempo de unos tres meses aproximadamente los familiares del muerto se encaminaban al rio o lago _ mas cercano haciendo grandes ceremonias, una de las. - personas mas allegada y acompafiada por un sacerdote -. se adentraban en el mismo. 8ro. Una vez dentro del agua (todos vestidos de blanco) y con el permiso del Babalocha que le asistia, con los ojos cerra- dos introducia la mano derecha hasta tocar una piedra. La persona “sentia” era el espiritu de su familiar y en la cual estaba “viviendo”. 4to. Esta piedra enseguida se envolvia en tela del color prefe- rido del muerto, al regresar a la orilla, era recibida con gran regocijo por los presentes. 25 Sto. La Devaban a la casa y en un recipiente hecho de gilira o de barro cocido (preparado de antemano para la ocasién) era depositada. La vasija simbolizaba la “habitacién” o “cuerpo” donde vivta el esptritu. Los otanes eran reverenciados por todos los familiares, que les Jlevaban ofrendas y un poco de la comida diaria, (esta costumbre se fue perdiendo al emigrar hacia otras tierras via la esclavitud), pero ocurrié que algunas de estas piedras, a las que no solo les Jlevaban comida, sino que también les rogaban o pedfan ayuda en sus momentos dificiles, comenzaron en muchas casos a producir “milagros” curando donde habia una enfermedad, ete. etc., entonces ya esta piedra dejaba de ser propiedad exclusiva de la familia y la poblacién entera venia con sus peticiones al espfritu que la habitaba y le trafan sus ofrendas. La vida de estos hombres y mujeres que “vivian” en las piedras, se hacia legendaria segiin pasaban los aiios; lle- gando con el tiempo, la verdad a confundirse con el mito, como ocurre con todas las religiones y las historias relacionadas con ellas, al ser trasmitidas de generacién en generacién. No solo existian en Africa sociedades de hombres, tam- bién las habia de mujeres cuya funcién primordial era prepa- rarlas para el matrimonio y que se mantuviesen virgenes has- ta llegar al mismo. La organizacién estaba bajo la direccién de un Maestro Director conocido como 26 Nockbéa, la edad normal para la admisién fluctuaba entre los siete y ocho afios. Las. mujeres no eran muy consideradas o respetadas a menos que | hubiesen pertenecido a Ja sociedad. / Si alguna joven violaba el juramento de virginidad mien- tras pertenecia a la sociedad, el castigo consistia en atarla a un poste completamente desnuda, de frente al violador y los dos eran fustigados publicamente. lista para la vida matrimonial, entonces todas eran conduci- das al pueblo para los festejos, donde la atencién principal la constituia el Z6 Nockbd quien vestido con un ropén de fibras que le cubria desde la cabeza a los pies, con los collares repre- | sentativos de su rango, una mascara de madera pintada con 26 dis. le de: tod 5 con .« “enti E nia 4: | Exist lar] 1 los pu » Otrec ow s todas tep7« lan’ } cubriz ves j desu mt cas mai | ' estera - fave ¢ F mosh: mor > tenus Lal; Cuando el entrenamiento terminaba ya la joven estaba | ‘losgq t fos alc cion] . en le distintos colores, daba comienzo al baile conocido como el bai- le de las tentaciones o del Diablo. “El Diablito” se acercaba a todas y cada una de las mujeres tratando de “conquistarlaa” con regalos o invitandolas a bailar, al rechazarle las ofertas y “tentaciones”, se consideraban graduadas de la escuela. Estos bailes se mantuvieron en Cuba a través de la colo- nia hasta que llegé Castro al poder que fueron suprimidos. Existian muchos tipos de Diablitos, pero la costumbre de bai- © larlo nace de las sociedades Nockba de la poblacién Yoruba y los pueblos de la costa de Gallina en el Sur Oeste de Africa. Otro de los bailes del Diablito se producia cuando morfa el rey 0 un sacerdote, pero este baile se hacia solamente de noche y todas las personas “escapaban” del espiritu de la muerte que representaba. Siempre fue bailado por la discipula mas ade- lantada y era terminantemente prohibido verle la cara que cubria con un capuchén del mismo material que el resto del vestido, pintada la parte de la cabeza toda de negro con gran- - des circulos blancos en los ojos, nariz y boca, tres plumas en la punta del gorro: Blanca, Roja y Negra que significaban, naci- miento, crecimiento y muerte. El entrenamiento no solo se limitaba a labores domésti- eas y aprender a bailar, incluia la pintura, talladode piezasde ~ marfil, ébano, cedro, caoba, confeccién de redes para pescar, esteras y muchas y variadas artes manuales, Los hombres del pueblo se esforzaban por conquistar el favor de los padres de sus elegidas haciendo regalos a los mis- mos hasta que llegaban a un acuerde y se concertaba el matri- monio. Aunque se practicaba la poligamia, generalmente la tendencia era hacia la monogamia. La Hechicerta Antes de hablar sobre el sacerdocio y cémo se producian los que practicaban el mismo, queremos dedicarle unos parra- fos a lo que nosotros consideramos de interés para todo lo rela- cionado con la Historia de la Religién Lucumi y su influencia en las costumbres Afro-Cubanas. 27

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