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3° edicién La economia del sector publico Joseph E. Stiglitz 6. LOS BIENES PUBLICOS Y LOS BIENES PRIVADOS SUMINISTRADOS POR EL ESTADO Preguntas basicas 1. gn qué se diferencian los bienes puiblicos, es decir, los bienes que normalmente son suministrados por e] Estado, de los bienes suministrados por el sector pri- vado? {Qué entienden los economistas por bienes priblicos puros? 2. Por qué los mercados privados no ofrecen suficientes bienes puiblicos puros? 2Qué es el problema del polizén? 3. gPor qué el Estado suministra bienes que no son bienes puiblicos puros? 4, zDe qué depende el que el suministro de bienes publicos puros sea eficiente? 2Cémo afecta al suministro eficiente la preocupacién por la distribucién de fa renta? ,Cémo le afecta el hecho de que los impuestos necesarios para pagar el bien piiblico normalmente introduzcan distorsiones en la economia? 5, En qué sentido es una administracién eficiente un bien piblico? (GEL Esiado suministra tina enorme variedad de Bienes) clesde defensa nacional hasta educacién, pasando por policia y proteccién contra los incendios. Algunos de estos ene co ede cide titer 20a SSE SETAE; ts, ‘como la defensa nacional, son competencia exclusiva del Estado. ¢Cudles son las pro- piedades econémicas de esos bienes? En qué se diferencian de otros bienes como los hhelados, los automdviles y otros muchos que se suministran principalmente a través de los mercados privados? En los capitulos anteriores hemos sefalado el papel fundamental que desempe- fan os precios en las economias de rece Gri al ioe de preci er GEER EEE Los precios racionan los bienes privados. Los consuimidores que pueden y quicren pagar el precio exigido obtienen el bien. En este capitulo nos preguntamo: . _malmente pore stad, ue impide en muchos casos que sean suministrados por el sector privado y por qué es probable que en esas circunstancias la cantidad sumi- nistrada sea insuficiente. 150 / La ECONOMIA DEL SECTOR PUBLIC 6.1 Los bienes piiblicos Para distinguir entre bienes privados y bienes publicos, los economistas se hacen dos preguntas basicas. En primer lugar, ztiene el bien la propiedad de consumo rival? significa que “operate Por ejemplo, si Liborio se bebe una botella de zumo de manzana, Fran no puede beberse esa misma botella. En cambio, el(€onsuimo m0 Hival se refiere a los casos en los que el consumo de una persona no impide o reduce el consumo de otra. El ejemplo clésico d¢{@SRSUmO No Hivalles laldefensa nacional. Si el Gobierno crea un ejército que protege al pais de un ataque, todos los ciudadanos estan protegidos. do nace un nifio mas o emigra una persona mas aac cami de ore losbienes pablicos de los bie necesitan més recursos para suministrar otra botella de zumo de man- zana a fin de que tanto Liborio como Fran puedan tener una. Esa es la tinica forma de que disfruten cada uno de ellos de una botella de zumo. Cuando un bien no es rival, como un faro, aunque realmente costarfa més construir mas faros, el hecho de que un barco mas utilice un faro que ya existe no tiene esencialmente ningiin coste adicional, La segunda pregunta que nos hacemos para distinguir entre los bienes privados y los bienes ptiblicos se refiere a la(propiedad @S\exelusion. ;Es posible excluir a una persona de los beneficios de un bien publico (sin incurrir en grandes costes)? Por ejem- plo, no es posible excluir a un barco que navega cerca de un faro de los beneficios que éste proporciona. Asimismo, si el pais est defendido de los ataques de extranjeros, tocios los ciudadanos estin protegidos; es dificil excluir a una persona de esta pro- teccién. Es evidente qui el En cambio, los bienes privados siempre tienen la propiedad de exclusién; es posible impedir que los individuos disfruten de ellos si no pagan. En términos generales, los, es \d de excluir a nadie de sus beneficios. Los bienes cuyo consumo 110 es rival y de los que es imposible excluir a nadie son bienes publicos puros. Para tener una idea més completa de los bienes piblicos (y de los bienes pablicos puros), a continuacién examinaremos mas deta- adamente las propiedades de la no rivalidad y la no exclusién. Veremos que estas propiedades pueden provocar fallos en el mercado y constituir un argumento a favor del suministro piblico de los bienes puiblicos. 6.1.1 Bienes piiblicos y fallos del mercado Para aislar el papel de la posibilidad de exclusin y de la rivalidad en el consumo, examinaremos alguno: En el caso de algunos bienes, el consumo no es rival, pero la exclusién es posible. Por Los bienes pribicos y los bienes prioados suministradas por et Estado (c. 6) / 151 ejemplo, el coste marginal de que una persona mas encienda su televisor y vea un pro- grama es cero; el mtimero de veces que veo Friends no reduce el nimero de veces que puedes verlo tii, Pero la exclusién es posible (aunque tiene costes) por medio de codi- ficadores, como lo demuestra la televisién de pago. Ange fra poste a exci, OMNI NS SR NONERESEH CBE esce el punto de vista de la eficiencia econémica. Cobrando un precio por un bien no rival se impide que algunas personas disfruten de él, aun cuando su ‘consumo del bien no tenga ningiin coste marginal. Por lo tanto(@ObEan porn Bic) ED, 60 argent cs poate; el coste marginal (de la persona adicional que ve el programa) es cero. El subconsumo es un tipo de ineficiencia. fe: (GiBteAHIODEn este caso, la ineficiencia adopta la forma de suministro insuficiente. Por lo tanto, hay dos tipos basi relacionados con los bie- ns ible essbconecre 7 Ace ve no rivales, la exclusién no es deseable porque provoca subconsumo, Pero sin exclu- siGn, el suministro es insuficiente. 6.1.2 Cémo se pagan los bienes piblicos Sila exclusidn es posible, aunque el consumo no sea rival, el Estado suele cobrar una tasa, llamad: los que se benefician de los bienes o servicios que sumi- nistra. Las autopistas de peaje se financian por medio de tasas por el uso. El impuesto de los billetes de avién puede concebirse como una tasa por el uso; los ingresos que genera (actualmente un 10% del precio del billete en Estados Unidos) se destinan a financiar los aeropuertos y el sistema de control del trafico aéreo. A menudo se con- sieges ss pore so conayen ma miner equa de enainge (GEBa que los que més utilizan los servicios publicos (y, por lo tanto, probablemente mas se benefician de ellos) son los que més pagan. Sin embargo, cuando el consumo no es rival, las tasas generan una ineficiencia. Para medirla puede utilizarse el tipo de analisis introducido en el capitulo 5. Se muestra en la figura 6.1 con el caso de una autopista. Hemos trazado la curva de demanda de la autopista, que describe el ntimero de desplazamientos en funcién del peaje cobrado, La reduccién del peaje provoca un aumento de Ja demanda de la autopisia. Su capacidad es Q,; cuando la demanda es inferior a Q,, no hay conges- tién y el uso de la autopista no genera ningiin coste marginal. En la medida en que la autopista no esté utilizandose a pleno rendimiento, el consumo no es rival; el con- sumo adicional por parte de una persona no reduce el consumo de otras. Dado que el coste marginal de uso es cero, la eficiencia exige que el precio de uso sea cero, Pero es evidente que en ese caso los ingresos recaudados por la autopista serén cero. 152 / La ECONOMIA DEL SECTOR rUBLICO Precio (Peaje) Curva de demanda de desplazamientos Capacidad dela autopista Q Qn Qe Niimero de desplazamientos reatizados Figura 6.1. Las autopistas: las tasas por el uso pueden provocar sub- consumo. Si la capacidad es suficientemente grande, la autopista es un bien no rival. Aunque es posible impedir que la gente la utilice cobrando tm peaje, p, con este método el consumo del bien es insu- ficiente, Q., inferior al nivel de consumo sin peaje, Qu. Es ahi donde mas clara resulta la diferencia entre 1d{prooision piblien yila)pavatla; si s6lo hubiera una autopista, el monopolista elegirfa un peaje que maximizara su ingreso y s6lo construiria la autopista si esos ingresos fueran iguales o superiores al coste de la autopista. Las autoridades tendrian que hacer unos célculos mas comple- jos. Podrian cobrar el peaje necesario para cubrir simplemente los costes de cons- truccién, es decir, para no tener pérdidas. Si hicieran eso, reconocerfan que cualquiera que fuese el peaje, se utilizaria menos la autopista y no se realizarfan algunos des- plazamientos cuyos beneficios son superiores al coste social (en este caso, cero). Por Jo tanto, podrian cobrar un peaje menor del necesario para no tener pérdidas y recau- dar los ingresos necesarios para financiar la autopista de alguna otra forma. Podrian incluso no cobrar ningtin peaje. Para tomar estas decisiones, SSpesaniain las EONSIKle- RRR precipi sogan ot cust 05 gue oe bene cian de la autopista deben soportar sus costes— y las consideraciones relacionadas con la eficiencia. Habria que comparar las distorsiones provocadas por la subutiliza- cién de la autopista con las distorsiones provocadas por otros métodos para recau- dar ingresos (por ejemplo, los impuestos) para financiarla. Por tiltimo, las autorida- des podrian construir la autopista incluso aunque el ingreso maximo que pudieran obtener con los peajes fuera menor que el coste de la autopista, ya que reconocen que ésia genera algtin excedente del consumidor: la cantidad que podrian estar dispues- Los bienes priblicos y los bienes privados suministrados por el Estado (c. 6) / 153 tas a pagar al menos algunas personas por la autopista puede ser considerablemente mayor que la cantidad recaudada con el peaje maximizador del ingreso. 6.1.3 El problema del polizon Muchos de los bienes més importantes suministrados por el Estado —como los pro- gramas ptiblicos de sanidad y la defensa nacional jo , lo que hace inviable el racionamiento Simic scons de paces Porcerps ol pogoms ineracmel de ane cién contra la viruela erradicé casi por completo la enfermedad en beneficio de todos, contribuyeran 0 no a financiar el programa. Aunque la defensa nacional posee la pro- piedad de que no es posible excluir a nadie de su consumo y tiene un coste margi- nal nulo, hay algunos bienes que tienen, al menos, la propiedad de que los costes de exclusién son altos, aun cuando el coste marginal de utilizar el bien sea positivo. Un ejemplo son las calles congestionadas por el tréfico: con la tecnologia actual es caro cobrar por el uso de la calle (alguien podria cobrar el peaje en cada esquina, pero el cost sei extsoninarament at), ff pda latin tats coke que pasan por la calle, de tal manera que si un coche més la utiliza, otro es despla- zado; de hecho, en algunos casos, a medida que més gente intenta utilizar la calle, puede disminuir incluso el niimero total que la usa, ya que se paraliza el tréfico. Supongamos que todo el mundo valorara Ia defensa nacional, pero el Estado no la suministrara. ¢Podria colmar este vacio una empresa privada? Para hacerlo, tendria que cobrar por los servicios suministrados. Pero como todos los ciut- dadanos sabrian que acabarian beneficiéndose de sus servicios, independientemente de que contribuyeran 0 no a costearlos, no tendrian ningtin incentivo para pagarlos vohuttariamente, Esta es la raz6n por la que debe obli; mediante impuestos. ‘Tal vez sea uti] un ejemplo para ilustrar la naturaleza de este problema. En los municipios rurales, los servicios de bomberos a veces son costeados voluntariamente y algunos individuos se niegan a contribuir a financiarlos. Sin embargo, en las areas en las que los edificios estan proximos, el servicio de bomberos normalmente sofoca los incendios de las viviendas habitadas por personas que no contribuyen a finan- Giarlos, debido a la amenaza que suponen para las de los contribuyentes que viven alrededor. El hecho de saber que serdn protegidas aunque no paguen induce a algu- ‘nas personas a comportarse como polizones. Es evidente que ara que sea suministrado, el Estado tendré que asumir la responsabilidad. 154 / La ECONOMIA DEL SECTOR PUBLICO Los economistas y el problema del polizén El problema del polizén no es més que un reflejo de un importante problema de incentivos que surge en el caso de los bienes puiblicos: si el bien se va a suministrar de todos modos, zpor qué debo pagar? Mi aportacién seria insig- nificante y apenas alteraria la oferta agregada. Naturalmente, si todo el mundo razonara de la misma forma, el bien no se suministraria, Ese es uno de los argumentos por los que el Estado suministra estos bienes, ya que tiene poder para obligar a la gente a contribuir (por medio de los impuestos), Pero hay muchos casos de bienes puiblicos que son financiados volunta- riamente: los parques de bomberos formados por voluntarios, las institucio- nes benéficas locales, la Cruz Roja, la television piiblica y otros muchos.

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