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j UN ALICIENTE PARA LA NAVEGACION: EL LEJANO ORIENTE Retrato de Enrique el Navegante.(Bibloreca Nacional de Part.) Los hombres de la antigiedad y dela Edad Me- dia no se habian atrevido a hacer grandes viajes por mares inexplorados,limiandose a navegar cerca de las costs, segiin sus conocimientos geogrificos y sus posibilidades téenicas. La falta de instrumentos nuticos y la pequefiez de los barcos hacfan muy dificil otro tipo de navegacién. A mediados del si- glo XY, Enrique, llamado el Navegante, hijo del rey de Portugal, es quien con su curiosidad y con su empefio da el empujén inicial a los grandes via jes, buscando llegar a las Indias Orientales por un agin ignoto pasaj através del Aftca. Sus maéviles «ran mis poitico-religiosos que econdmicos. Entre los muchos mitos y leyendas sobre Oriente que re- corrian el Meditcrrineo desde el vigje de Marco Polo, estaba el del fabuloso reino cristiano del Pres- te Juan, Enrique, gran maestre de la Orden de Cristo, pensé encontrar en ese eeino un aliade con- tra el Islam, el més poderoso enemigo de la Cris tiandad, y hacia él dirgié sus naves es decir, man- Las Mil Une Historias de Ambrice 446 asus navegantes, ya que él poco se movié de st gabinete de estudio pretendiendo encontrar un paso a través del Affica que Hlevara al mar Rojo. Con esta idea, todos los aos mandaba dos naves con la misién de costear el Africa occidental y cuando muri, en 1460, ya los pilotos poreugueses les habian romado el gusto a las exploraciones y descubrimientos. Por otra pate, la caida de Bizan- cio en 1453 habia terminado por hacer imposible por tierra la ruta de la seda y las especis, con lo ue los objetivos econémicos pasaron a primer pla no. Fue asi como se descubrieron el cabo Bojador, las islas de Madeira, las del Cabo Verde, la desem: bocadura del gran rio Congo, llamado Zaire por los nativos, hasta que finalmente, en 1488, las na- ves de Bartolomé Diz, alejadas dela costa por una gran tormenta al volver a acercarse a ella se dieron Cuenta que habfan cambiado su direccin... jha- ban dado la vuelta al Africa! Para aprecar en su justo valor la necesidad que tenia Occidente del Oriente, debemos recordar que desde la antigiiedad, y més ain desde fines de la Edad Media, numerosos y valiosos productos eran traldos desde all tapices,sedas preciosas y turque- sas de Persia; esmeraldas,zafiros y diamantes, per fumes, materia colorantes y productos farmaccut- cos de la India; perlas de Ceilin... ercéera. A ines de la Edad Media, las especias de Oriente, pimien- ta, nuez moscada, lavo de olor, jengibre, canela y canlamomo, eran articulos verdaderamente indis- pensables: no s6lo realzzban el sabor de las carnes sino que, junto con la sal, servian para su conserva cin, También echaban especias en las bebidas, en dl vino y en la cerveza, Todos estos productos de Oriente habian legado a Europa desde el siglo VIIL por mediacién de los drabes, a través del océano fn: dco, desembarcando en los puertos del Mediteré neo oriental, o por via terrestre ~ruta de la sedi atravesando el Asia central para legar a las costas orientales del mar Negro. En el Mediterraneo meridional era Alejandeta el centro de este comercio, En el Norte, era Bizancio Desde estos puntos ls mercancias eran tasladadas « Occidente por comerciante italianos, principal ‘mente desde la época de las Cruzadas. La penetracién de los turcos puso en peligro des deel siglo XIV el trfico terest por el Asia central hacia el mar Negro, y con la llegada de los eucos a Egipto se paraliz6 el trifico drabe dela India por e golfo Pérsico, el océano Indico y el mar Rojo, ci Gee Es natural entonces que por esos aos todas las esperanzas de los portuguese etuviran puestas en Ja ruta hacia el Oriente inicada por Bartolomé ay Mi Una iris de Amc Diaz, Por eso nadie en Lisboa se interes en el pro- recto de ese extraio genovés, Crist6foro Colombo, {que proponta llegar a las Indias por el Occidente. MEJORAS EN LA NAVEGACION QUE HICIERON POSIBLES LOS DESCUBRIMIENTOS DE NUEVAS RUTAS Y NUEVAS TIERRAS "AX ets do compear poo poco el mapa del ‘mundo, los viales de exploracion de los portu+ .guesessirveron para ir perfecconando las técnicas de la navegacién. En el descubrimiento de la isla Madera, por ejemplo, se utiizaron el astroabio ye! cuadrante, que ls Srabes habian traido desde Chi ra y perfecclonado, Con cada viaje mejoraba el co ‘ecimiento de los ventos y de los caminos ocean- 0s. La brijula,cuya pequefia agua de hero, luego {de ser frotada en la piedra imi, sealaba siempre ‘el Norte, fue fundamental para oruzar el océano. Con ella pola conoverse el rumbo durante el cia y cuando las nubes no dejaban ver las estelias, Tam ‘co hubleran sido posibies las viajes interoedn- 08 sin vientos favorables y sin navios lo sufciente- mente grandes como para transportarvveres para vatlos das y hasta meses. Hay quien dive que el ver: adero “descubrimiento” de Colén fueron los vien- tos variables que encontr6remontando desde la i- la Espariola hacia el Norte y que lo levaron nueva- ‘mente hacia el Este. Los vientos alisios que sopla- ban hacia Oocidente eran concidos desde antes ‘or los navegantes espafioles y portugueses. Sino ‘se aventuraban impulsados por ellos era porque te mmian no poder volver. En os viajes siguientes, ls p Fotos especies siguieron puntuaimente las indice cones de Colén, y Alonso de More: les, recogiendo datos de sus compa- Feros yrecuriendo a sus propias ex perencias, logé a deduce regimen Ge las corientes oceénicas que de bian seguir las naves para volver r&- pidamente a Europa. Otro invento indispensable para cru zat el ooéano fueron los grendes na ios. Los Kalianos habian sido 10s primeros en construir grandes em barcaciones de vela —las galeras, ‘capaces de tansportar unos 200 hombres cispuestes. al combate— veloces y aptas para el Mediterré reo. Pero para cruzarlos océanos no s0lo habla que transportaios sino también alimentarios, dares abrigoy Uefenderios de posibles.ataques. Fue asi como apareciron fos navios nombee que abarcaba las carabe- las, galeones, galeazas, carracas, wcas, etc, cada ‘uno Gon caractersticas especiales de tamaro, for ma y velamen—, que viieron a sup las carencias o la igera galera meiterr’anea accionada oor bra- 208 humanos,forzados o esclavos. La Gnica fuerza motiz de los navos era, en cambio, producida por el viento en las velas y por la desteza en usaias. Las velas latinas tangulares de la galera, amarre- das a uno 0 a lo sumo dos masties, Impedian ale- Jarse mucho de la costa, en tanto los dos, tres 0 Cuatro masts de los navios, que levaban un vel men més faccionado, permitian a los marneros au- ‘mentar o disminuir su superficie segin la fuerza de! viento, Sus velas cuacradas, ademas, eran perfec: tas para marchar con viento en contra. No habia en las galeras un lugar bajo techo donde pudieran dor ‘mir los marneros. Estos debian hacerlo en cubierta 1 casi siempre tenian las ropas mojadas. £1 marine To del navio, en cambio, estaba mejor vestico y me- jor almentado y posi tener sus momentos de des- ‘canso en sitios cerrados, secos y a calor del fuego. Por esto el navio era apt para todos is climes y pa rael transporte de pasaleros. A poder cargar mas ‘comida, le era posible pasar mas tempo sin tocar puerto, condiion ineluible para el cuce de los ‘Nandos debe sigs XVI XVI. Lal Gace Europa hacia la modernidad: Consolidacién de los Estados nacionales stamos acostumbrados, por razones de como- didad, a decir que con la caida de Constantinopla fen 1453 termina la Edad Media y comienza la Mo- derna, Pero ni a historia avanza en linea recta y as cendente ni el hombre puede cambiar de un dia para otro su mentalidad. Lo que diferencia a gran- des rasgos al hombre medieval del moderno es la tendencia en el primero a hacer depender todo de causas sobrenaturales mientras el segundo busca ‘con espititu mis racional las causas naturales. El campo de la ciencia se va limitando y separando del de la teologla del mismo modo que el poder temporal intentasepararse del ecesfstico, Escrito res y pensadores “humanists” ponen el acento en ta dignidad del hombre. En los artistas hay una mayor valoracién del cuerpo humano (como pue- de apreciarse en pinturas y esculturas del siglo XVI); sc aviva la curiosidad cientificay las ciencias naturales comicnzan su avance basado en la obser- vacidn y en la experimentacidn de las conjeturas. El hombre moderno no es ateo, lo que hace es va- lorar las herramientas que Dios le ha dado para que construya su mundo, En el plano religioso, el hombre modemo buscaré a Dios de una manera individual, no conformindose con repetir lo que le dicen, Las exploracioncs geogrificas son paralelas a las exploraciones del espiri, de ahi a eferveseen- cia religiosa de este conflictivo periodo. Por otra parte, siguen en vigencia, sobre todo en Espafi rasgos medievales como religiosidad popular, valo- rizacion del misterio y sentido de la “festa” junto a rasgos renacentistas como la ambicién de gloria y honores. Es necesario ener en cuenta que los pro tagonistas del “dlescubrimiento de América” part cipaban de ambas mentalidades, A fines del siglo XV, los paises europeos van evolucionando de la dspersin feudal a la unidad nacional encarnada en la figura del rey o la ena, En Espafia, el proceso presenta caractersticas muy especiales, debido a sus circunstancias: siete silos de lucha contra los moros que habian invadido la peninsula desde el norte de Africa dieron a los pe- quefios reinos crstianos ~Castlla, Leén, Portug dualism, una clara conciencia de lo que los unta y querian defender frente al enemigo comin, Al mismo tiempo, ese “enemigo” iba influyendo en los modos de vida hispdnieos,dejandose ala veri flui por ellos. Lo misino sucedia con el tercer gr po humano, el de los judios sefaradies, que habita than en la peninsula desde siglo ards. Esta realidad fue reconocida por monarcas que se hicieron la mar “reyes de moro, judios y exsianos’y por los mismos pueblos ue convivieron durante largossi- los en Toledo y en otras ciudades de Espafa Los Reyes Catélicos y la unidad de Espafia El casamicnto de Isabel, reina de Castilla y Leén, con Fernando, rey de Aragén y Navarra, va a cambiar la situacin, Los Estados europeos se onsolidan. Los Reyes Catéicos creen que la uni- dad hispinica slo seré posible teniendo una sola lengua, una sola fe y un solo poder politico reuni- doen sus manos. Van recortando el poder de la no- bleea. Encre batallas y parts, a reina cabalga de tuna a otra ciudad, “Tanto monta, monta tanto, Inabel como Femnando’, repite el pueblo, dando por sentada la igualdad de los dos soberanos Ieabel de Cala y Fernando de Aragin, dele del ‘do de autor saninimo ttulado 61 Aconscjada por ol eardenalJiméner de Cisneros, Isabel impulsa la reforma de la Iglesia Calica mu- cos afios antes de la apaicién de Lutero, Al mis- mo ticmpo, los nobles rebeldes son dominados y Criashal Colin Beudo de armas de Cri targa por or Be Colin y el comercio son perseguidos por la Santa Het- mandad, Aumentan las exportaciones de lana y ar ticulos de hierro a Flandes e Inglaterra. Son fomen- tadas las incipiences industrias del tejido, cueros y cero (espadas, cuchillos,tjera, ec.) Las ciudades prosperan en plena expansién comercial. El ino ‘eamina hacia la unidad y el orden deseados. El proyecto de un marino visionario Mientras tanto, Cristdbal Colén es impulsado por sus amigos franciscanos, fray Antonio de Marchena, superior del convento de la Rabida, y fray Juan Pérez, a presentarse ante los Reyes Ca- tolicos. Tenian fe en el proyecto, que otros consi deraban disparatado, de viajar hacia el Oriente tomando el rumbo contrario, Fl primer encuen- tro tuvo lugar en 1486 en Alcalé de Henares, donde lareina acababa de dae a luz a su quinta hi- ja a infanta Catalina. Un cronistarelata que Co- sampoco daban mucho crédito, y él les platicé muy de cierto lo que les deca y les mostré un mapamun- di, de manera que les puso en el deseo de saber de aguellas terra El mapa que Colin mostré alos reyes era el del fl tieo, que mostraba la posibilidad de egar alas In- siempre que pul zarse ls 2 495 leguas que, segin los conocimien tos de la época, separaban a Europa del Asia por Occidemte. Toscaneli ubicaba en ef camino varias islas que arian posible el viaje. En realidad, tanto los cosmegrafos y astrénomos espafioles como los ino Toscanell, fisico, astrénomo y matem: dias por el Atlantic an cru: portugueses ¢ italianos sabfan perfectamence que Ja Tierra era redonda ~segiin las antiguas teorias de Prolomeo- ¢ incluso tenian mayores conoci- mientos que Colén. La novedad lucida por el genovés era el acortamiento de las distancias en- are las islas Canarias y las casi micas islas de An- tillia y Cipango apn), asi como las extensfsimas regiones de Catay y Ciarmba (China) descripeas por Marco Polo, donde sefioreaba el Gran Khan. La posbilidad de comerciar com tan gran persona- jey més aun, de converttlo a la fe eatdlica, pare 6a ls reyes muy tentadora. Pero, previsores, en- cargaron a los especialistas la tarea de dictaminar sobre el proyecto del genovés Es natural que la junta de hombres de ciencia no dieran mucho crédito a un hombre que para $08, al mejor estilo medieval. Sus propuestas de lle- gar a la India y al Catay fueron consideradas “im- posiles, vanas y dignas de toda repulsa. Los re- yes, sin embargo, no lo desahuciaron, prometién- dole que volverian a oftlo en mejor ocasin, Los seis aos que median enere el primer en- apitulaciones de Santa Fe fueron para Isabel y Fernando una carsera de sitios y triunfos. Una tras otra van cayendo Malaga, Ba za, Jaén, Guadix, Almeria, hasta llegar ala Vega de Granada ‘Colén habia vuelto a Porcugal, donde viva des- de joven, preparindose y documentindose para su ccuenteo de Col6n y las ‘quimera en esa tierra de expecialistas en viajes y ex ploraciones, Antes de claborar su teoria, Colén ha bia navegado de Islandia al Affica y de los mares del Artico a los del erépico escuchando los relatos atinetos. Leia mucho. Sus libros de cabecera, segiin se desprende de la cantidad de c: de los viejos tas que hace de ellos y de las anoraciones en. sus argenes, eran Jmago Mundi, suma de conoci- Bartolomé de Las Casas Histo de as inca, BAE, Ma id, 1948, Las Mily Una titi de Amira Enoada de Royes Cid del siglo XVI. (Capila Rel Granada anientos de la Spoca,esrta por Pierre d’Ailly, Las Maraillas del Mundo, de Marco Polo, y sobre to do la Biblia, ala que sepuia al pie de la letra. Se ha- bia casado con Felipa Muniz, ceniendo con ella su hijo mayor, Diego. Muchos afios despues, ya viudo y viviendo en Cérdoba, su amante, Beatriz Enri- «quer, le dio su segundo hijo, Ferando, que luego cscrbira la vida del Gran Almirante En 1491 vuelve al monasterio de la Rabida donde nuevamente es impulsado por los frailes 2 entrevistarse con la reina, Mientras los francisca- nos, deseosos de levar el Evangelio a gentes desco- nocidas, planean el encuentro, Colén aprovecha su tiempo hablando de su empresa con Martin Alonso Pinzén, uno de los marinos mas prestigio- sos del lugar. (Cristal Colin en el manateria de La Rabid Santa Fe erael nombre del campamento cristia- ‘no. All fue recibide Colén en abril de 1492, poco después de la toma de Granada, Pero la junta, pre- sidida por fray Hemando de Talavera, no acept6 la teorfa de la “corta distancia” entee la peninsula Ibé- rica y las Indias, Cuando se retiraba con el facaso de afios de ilusiones perdidas fue alcanzado en su camino por un mensajero a caballo: la rena lo lla- ‘maba, Los reyes habfan cambiado de parecer. Otra ver dos franciscanos, fray Diego de Dezay el pro- pio Hernando de Talavera, apoyados por el cama rero del rey, apostaban por Colén. Al mismo tiem- po, el esorero real, Luis de Santingel,decilia pres- tar el dinero para apoyar a la empresa, ante la deci- sin de la rena de empear sus joyas, como habia hhecho ya durante la guerra contra los moros. Las Capitulaciones de Santa Fe Las Capieulaciones de Santa Fe fueron tn con- ‘rato segiin el cual Cristébal Colén se comprome- ‘ia a efectuar sus descubrimientos en nombre de Casilla y su rina pidiendo en cambio para si una serie de privilegios: titulo de almirante de la Mar ‘Océano, y cargos de virrey y gobernador, la décima parte de ls riquezas © mercancias obtenidas en el Viaje, etcetera. Peticién nada modesa,teniendo en cuenta que se trtaba de un extranero, ‘Conocia Colén, come afirman algunos auto- res, el secreo de las terras que queria descubrit? Se habla de un piloto anénimo que le canes su secte- to antes de morir,y de otras leyenda, pero quienes avalan esta tori se apoyan sobre todo en el predm- bul de ls capitulaciones, donde sus altezas “dan y ‘otorgan {estos privilegios| « don Critdbal Colon én satisfaccén de lo que ha descubierto en lor Mares Océanos 7 del via que abora, con ayuda de Dios ba de hacer por ello..”?. Algo curios, rambién, es la ‘Las Mily Una Horde Ami seguridad con que Colén habla de las 750 leguas que habré que recorrer desde la isla de la Gomera para llegar ala mitica Antilia, a mitad de camino de las Indias. Ente tantos interrogantes, uno se pregunta ob 'mo pensaba Colon convencer al Gran Khan de ren- dir plitesiaa los reyes de Espafa, por mis impor- tantes que éstos fueran, y tier riquezas de sus tie- tras. Llevaba para él y para otros magnates de la In- dla carta amistosas de la pareja real. Pero los rega- los (cascabeles,espejos, cuentas de vidrio, sombre- ‘rs, camisas, etc) no parecfan propios para un tan ‘gran personae, sino més bien para gente primitiva como la que Colén habia conocido en Africa. Qué sabia 0 qué intufa Colén de las nucvastirrasdllen- de el océano? Los interrogantessiguen abiertos. Preparativos de viaje Obtenida la autorizacién, la ayuda econdmica yy dos carabelas la Santa Maria y la Pinta que de- bbian proveerl ls vecinos de Palos de Moguer por dlisposicién teal, quedaba la diffi! tarea de recla- tar la tripulacin. En el pueblo se reian del viejo navegante que hablaba con acento extranjero y lo tenian por loco al querer aventurarse por mares desconocidos. Ni siquiera la oferta de libertad que se hizo alos presos surtié efecto: sélo cuatro acep- taron. Quien consiguié los hombres fae Martin Pinzén, resperado marino a quien acompafé su hermano Vicente Yénea Pinzén al mando de la tercera earabela, la Nifa. Los edictos de expulsin de moros y judios em- pafiarian el brillo de ese afo crucial, 1492, en que » ado por Luis aanz on el prologo Crstaba! Caén, aio do above, Histor, Mad, 1085. se raliza a toma de Granada, kimo bastién mo tos la publicacién de la gramitica de Nebrij, que tunirla alos reinos antiguos y nuevos en el idioma UXtellano, y el descubrimiento de un Nuevo Mun- do, “el mayor acontecimicnto desde el nacimiento segin tn contemporineo. BANDO DE LOS REYES CATOLICOS: JP) aden cl aba i abandorarin ‘noriscos infeles, infants, mujeres, ceruzaran el mar {va el rey Fernando y a reina abel! Tanto monta, monta tanto, amén Por orden real, esaits herejes en fuego arderén ‘yaquel que 86 encuentre hablando morisco a galera ra {Vina el rey Femande y la rina Isabel! Tanto manta, manta tanto, amén Carlos Cano, Fragmento del disco Crénicas granadh as, 1992, La llegada al Nuevo Mundo segiin el diario de Cristébal Colén Las 750 leguas a partir de La Gomera se ha- ban alcanzado hacla dlas. Para no asustar a la tripulacién, ya bastante ansiosa, Colén levaba dos cuentas distineas de las millas recorridas. Gon obsesién oteaban el horizonte buscando al- guna sefal. A partir del 17 de septiembre emp zaron a aparecer los primeros signos de tierra hilerbas en el agua y péjaros en el cielo. Cada ra ma de érbol, cada gaviora 0 aleatraztrala mensa jes de esperanza alos arriesgados marineros. EL7 de octubre, una bandada de loros que iban hacia ‘el Sudoeste impulsé al Almirante a cambiar el rumbo hacia al Sur. Asi fue como en lugar de Ile gara La Florida, donde es muy probable que los hubieran recibido a flechazos, siguiendo a unos péjaros, legaron a las islas habitadas por los amables tainos. 12 de octubre de 1492. Son las dos de la ma fan, En la noche brumosa, Rodrigo de ‘Triana, paje de la Pinta, descubre un contorno inconfun- ible. Al grto de jTicera {Tierra se disparan las bombardas y los hombres de las tres naves suben a cubierta,lloran, gritan, se abrazan, rezan dando jgracias a Dios: alli, en el horizonte, nitida ahora bajo la Luna, e ve la inconfundible linca de wna playa. Colon decide esperar al alba para desem- barear. ;Cémo seria los habitantes del otro lado del océano? A tavés del Diario de a bordo podemos co- nocer los primeros momentos del encuentro en tre seressemjantes y tan distntos a la ver. A la ia dela llegada a tierra se sums el asombro y la admiracién por la gente que aparecta all “desnuda como su madre la parié” y por una na- ruraleza que se ofrecia prédiga en sol y colores. ‘Vieron drboles muy verdes, y aguas muchas y frutas de diversas maneras’. Sin embargo, creer aque habian llegado al Oriente, habitado y cono- cido desde la antigitedad y descripto por Marco Polo, arenuaba cl indudable asombro. Juzgue- mos, en cambio, cul seria el estupor de los tai- nos antllanos al ver llegar estos extrafios objetos flocances que llevaban adentro seres palidos, pe- ludos, sucios y cubiertos de ropajes coloridos y que hablaban un lenguaje inexplicable. Vencien- do su miedo, se fueron juntando en la playa, mientras Cristobal Coldn, vestido con todas sus galas de almirante y acompaftado pot los herma- thos Pinzén, un notario y otros oficiales, comaba sin de la isla de Guanahani, a a que bauti- Paisaje crib.

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