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EL PROCESO ORGANIZADOR EN BRASIL,
Francisco Iglesias
ORGANIZACION DE LAS INSTITUCIONES
Portugal, pais pionero del expansionismo maritimo durante el siglo Xv, una vez
rebasadas las aguas del océano Atlantico y las islas més cercanas a Africa y sus
costas, llega, a finales de ese siglo, al extremo sur del continente, confirmando la
teorfa de la ruta maritima a las Indias. Persiguiendo el objetivo que suponian sus
riquezas, en especial tejidos finos y piedras preciosas, consigue llegar a ellas en
1498, Dos atios més tarde, los portugueses desembarcan en un nuevo territorio,
primero llamado Veracruz, después Santa Cruz y por tiltimo Brasil, a causa de la
gran abundancia de cierto Arbol tintéreo. Pais antiguo, Portugal se adelanta a
étros muchos al tener un gobierno bien definido, una monarquia consolidada
desde 1140: sus luchas contra los moros y castellanos, sus poderosos vecinos,
explican esta unidad precoz en la superacién de los particularismos y sistemas de
tipo feudal.
‘tuado en un extremo de Europa, en la Peninsula Ibérica, por donde no po-
dia expandirse a causa de la pujanza de sus pobladores, su destino tenfa que ser
maritimo a la fuerza. Los portugueses se lanzaron asi a la navegacién con éxitos
notables, el mas importante de los cuales fue el descubrimiento del Sur del conti-
nente africano, realizado por Vasco de Gama a finales de siglo, que abria Ia ruta
maritima a las Indias, B] Gobierno portugués decidié entonces enviar expedicio-
hes a Oriente para establecer un comercio més lucrativo. Una de ellas, bajo el
mando de Pedro Alvares Cabral, sigui6 una ruta insdlita, alejandose de Africa en
direccién a Oriente, donde tocé tierra y tomé posesién de ella en nombre de la
Corona. El primer contacto entre las tribus indigenas y los europeos sefiala el
inicio de la historia oficial.
La revelacion de este hecho a las autoridades de Lisboa no despert6 gran
emocidn, pues los habitantes primitivos, llamados indigenas al igual que todos
Jos que habfan descubierto los espafioles, parecian carecer de conocimientos téc-
nicos y Hevaban una vida sencilla y pobre. La mayor decepcién de los navegan-
tes se debia, sobre todo, a las escasas probabilidades de que hubiera oro y pie-
dras preciosas. Como la regién no estaba tan desarrollada como las Indias,
Cabral decidié proseguir su viaje hacia Oriente. Siguieron otras expediciones48 FRANCISCO IGLESIAS
para explorar la costa y asegurar su posesién frente a las posibles aspiraciones
de los espaiioles y otros pueblos, interesados en conocer nuevos territorios y
apropiarse de ellos. Al principio, Brasil no suscité un gran interés y tinicamente
las amenazas de los franceses, entre otros, movieron al Gobierno metropolitano
a decidir la adopcién de las primeras medidas administrativas. La mas importan-
te fue la creacién de algunas divisiones territoriales, llamadas capitanias, repro-
duciendo lo que ya se hacfa en algunas islas del Atlantico: la tierra se dividia en
extensiones que se otorgaban a personas influyentes en la Corte que debian cul-
tivarlas con sus propios recursos. El Gobierno cedia varias prerrogativas en su
favor; asi, los propietarios podian explorar, obtener favores, crear cindades,
nombrar funcionarios, redistribuir las posesiones e incluso cederlas a otros, pero
reservandose la mejor parte y obligando a pagar impuestos. La Corona no re-
nunciaba a todo, pues se reservaba el monopolio de la madera tintérea y parte
del pago de los impuestos. Las posesiones de los propietarios de las capitanias
eran permanentes, al ser la donacién hereditaria. La formula adoptada tenia
cierto cardcter feudal, aunque no sea correcto hablar de feudalismo, ya que en
realidad este sistema, siempre abierto, tendia a la producci6n en escala creciente
para abastecer un comercio pujante, cual era el europeo. Por lo tanto, era justa-
mente lo contrario del feudalismo, sistema cerrado sin ninguna capacidad de au-
mentar la produccién y contrario a las relaciones con el exterior. En realidad, las
capitanias, pese a ser hereditarias y constituir un gobierno caracterizado por la
descentralizacién y los particularismos, no negaban el caracter capitalista de las
grandes empresas maritimas, cuyo objetivo esencial era el lucro. Esta era la nor-
ma en este periodo de la historia de Occidente desde mediados del siglo xv.hasta
mediados del siglo xvi, conocido con el nombre de mercantilismo, que algunos
historiadores consideran como la primera fase del capitalismo.
Asi pues, a lo largo de la historia de Brasil, el Estado se presenta desde el pri-
mer siglo de la colonizacién hasta nuestros dias con una alternancia entre cen-
tralizacién y descentralizacién, la una corrigiendo los excesos y las insuficiencias
de la otra, Si hubo descentralizacién entre 1534 y 1548, durante el estableci-
miento del gobierno general —cuya sede era la ciudad de Salvador, en Bahia, la
primera ciudad de Brasil, pues entonces sdlo habia poblados—, de 1548 a 1572
se establecié un solo Gobierno para todo el pais. En 1572, el Gobierno se divide
en dos, con sus respectivas capitales, una en Salvador y la otra en Rio de Janei-
ro. En 1578, con la fusion de ambos gobiernos, Salvador se convierte en la capi-
tal. En 1580, Portugal pierde su autonomia por falta de sucesin al trono y la
Corona pasa al rey Felipe Il de Espafia, que sera también Felipe I de Portugal. Es
la época de los Felipes, que llega hasta 1640, periodo importante de la historia
brasilefia, cuando las incursiones de los portugueses y los brasilefios —en par-
ticular los «paulistas» Ilamados también bandeirantes— se hacen més frecuentes
en los tertitorios del imperio espafiol, sobrepasando la linea que el Tratado de
Tordesillas establecié como limite entre los dos colonizadores ibéricos. La divi-
sin més importante se produce durante el perfodo de los Felipes, en 1621, y da
lugar a dos colonias portuguesas en América: el Estado de Brasil, con capital en
Salvador, y el Estado de Marafién, cuya capital es San Luis, que comprendia una
parte del Nordeste y todo el Norte (Ceara, Marafién y Gran Para). La raz6n deEL PROCESO ORGANIZADOR EN BRASIL 49
esto estribaba en la dificultad de administrar extensiones tan grandes y en la pre-
cariedad de las comunicaciones con Europa. Esta division, la ms significativa y
duradera, se mantiene hasta 1774, cuando la politica centralista del marqués de
Pombal restaura la unidad politica y administrativa, En realidad, esta unidad era
bastante ficticia, dada la total imposibilidad de ocuparse de un tertitorio tan ex-
tenso. Brasil, pais-continente con casi 8500000 km2, presenta variaciones impor-
tantes de Norte a Sur y de Este a Oeste, asi como algunas diferencias naturales: la
poderosa Amazonia, con su selva y red fluvial; el Nordeste, arido y seco; el Sur,
desde S4o Paulo a Rio Grande, con un clima mucho més soportable y frio.
Brasil estaba constituido, en realidad, por varios paises y no solo por uno,
con grandes diferencias entre su poblacién: compuesta esencialmente de indige~
nas en el Norte; mestiza en el Nordeste, con cruces de indigenas, negros y blan-
cos; predominantemente negra en Bahia y en los puertos, del Nordeste a Rio de
Janeiro, con algunos nticleos hacia el interior, a la altura de Minas Gerais; y més
blanca de $40 Paulo hacia el Sur. La realidad étnica era el mestizaje, con diferen-
tes mezclas: los caboclos (cruce entre indigenas y blancos); los cafusos, no muy
numerosos (cruce entre indigenas y negros); y los mulatos, bastante numerosos
(cruces entre blancos y negros). De este modo, coincidieron aqui diferentes razas
en un intenso intercambio que dio lugar a una variedad étnica de gran riqueza.
El hecho mas sobresaliente es que el pais, a pesar de sus dimensiones, logra man-
tener una relativa unidad: una sola lengua —el portugués— de Norte a Sur; una
religion tinica; précticas y costumbres muy similares, como se observa en el arte
culinario, las construcciones, y las manifestaciones artisticas —mtisica y danza—
“que hacen del Brasil el terreno ideal para las investigaciones de antropdlogos y
socidlogos.
Tres siglos més tarde, al final del perfodo colonial, en 1822, fecha de la inde-
pendencia, el mapa del Brasil estaba ya configurado: sus fronteras sufren algu-
nas variaciones a raiz de las disputas entre portugueses y espaiioles, sobre todo
en el Sur, en la regi6n del Rio Prata, resueltas con los tratados entre las dos Co-
ronas ibéricas que le dieron su fisonomia actual (ha habido pocos cambios en
todo el Brasil libre, desde 1822 a nuestros dias).
Pese a haber un gobierno centralizado, no cabe decir que existiera un senti-
miento de nacionalidad, que s6lo se consolidaria durante los tres primeros dece-
nios de gobierno independiente: hasta 1830, se puede hablar tinicamente de sen-
timientos regionales, el sentimiento nacional como tal, madura entre los aiios
treinta y cuarenta del siglo xrx. A la relativa descentralizacién del periodo colo-
nial sigue una firme politica unitaria del Imperio entre 1822 y 1889, parcialmen-
te mantenida con la Reptblica de 1889, pese al régimen federal de la misma.
Durante el periodo colonial habia en la cipula gubernamental portugueses
nombrados por la Corona, tanto entre los funcionarios como en otros puestos
de relieve en los que escaseaban los brasilefios. Salvador fue la capital del Go-
bierno hasta 1763, cuando se trasladé a Rio de Janeiro. Unicamente en 1961,
Brasilia, ciudad construida en la meseta central para ser la sede del Gobierno, se
convierte en la nueva capital,
Desde el punto de vista administrativo, el pais se dividia en capitanias here-
ditarias cuyo ntimero se mantuvo més o menos constante y cuyo responsable era50 FRANCISCO IGLESIAS
tun «capitan donatario», un presidente o un gobernador designados por el rey.
Debian de dar cuenta de sus actos al gobernador general llamado a veces virrey,
denominacién que data de 1640. No todos fueron nombrados virreyes, titulo
que no se popularizé hasta el siglo xvul. Las capitanias tenian algunos pueblos
—la mayoria de los niicleos urbanos recibian este nombre—, una transposicién
del sistema municipal portugués, forma de gobierno cuyo consejo electo no sélo
tenfa el poder legislativo sino también el ejecutivo. Los funcionarios de Justicia y
Hacienda eran los encargados de la aplicacién de las leyes y la recaudacion de
los impuestos. El control legislativo y tributario no era facil, pues habia dema-
siadas leyes, redactadas sin la claridad necesaria y a veces contradictorias entre
si, No era atin la época del racionalismo juridico, que corresponde a la segunda
mitad del siglo vim en Europa, lentamente introducido y rara vez practicado en
Ja Peninsula Tbérica. Si su aplicaci6n era ardua en Portugal, lo era evidentemente
aun més en Brasil, ya que habia demasiados tributos y la recaudacién no resulta-
ba nada facil: aunque habia inspectores, el derecho de recaudacién podia ser
vendido a particulares, que se quedaban con la mayor parte. Bl impuesto mas
conocido fue el quinto, es decir, el pago del 20% de la riqueza mineral, El suelo
era considerado patrimonio de la Corona, pero ante la imposibilidad técnica de
cobrar el impuesto correspondiente, la recaudacién del mismo se delegaba en
otros. Habja tributos sobre la produccién en general y sobre las tierras. El con-
trol de la Hacienda y la Justicia era complicado y ademAs se ejercia en condicio-
nes precarias, por lo que ocurrian abusos de todo tipo. *
A la instalacién del Estado a principios del primer siglo de colonizacién, con
la descentralizaci6n de las capitanias en 1534, sigue la centralizacién del Gobier-
no General en 1548. Durante los dos primeros siglos, el poder privado es bas-
tante fuerte, a causa de las numerosas concesiones hechas por la Corona a los
particulares.
A comienzos del siglo xvii perturban la paz dos grandes enfrentamientos,
La guerra de los Emboabas, en Minas Gerais, entre 1708 y 1710: los «paulis-
tas», habitantes de Sao Paulo, habiendo descubierto oro y consideréndose sus
inicos propietarios, no aceptan la presencia de portugueses y brasilefios de otras
regiones, Estalla la lucha y los «paulistas» son vencidos, viéndose obligados a
convivir con los demés. Casi al mismo tiempo se produce en Pernambuco, entre
Olinda y Recife, Ja guerra de los Mascates. Olinda, ciudad aristocratica y tra-
dicional, no queria que Recife fuera elevada a la categoria de ciudad. Pero la vic-
toria de Recife, haciendo valer las decisiones que le eran favorables, se opone a
la arrogancia de los poderosos. A partir de esta época, el segundo decenio del si-
glo xvill, la administracién cobra mayor vigor y las autoridades portuguesas se
imponen y reducen la insolencia de los sefiores. La fuerza del Estado portugués,
ya consolidado, data de esta época, imponiéndose a los intereses particulares,
Ante la presién de los Mascates y de los Emboabas, los poderes publicos reac-
cionan y consiguen reafirmarse.
El comercio fue més intenso en algunas regiones, como Minas Gerais, por
ejemplo, La parte més rica, el Nordeste, vivia de la exportacién del azticar de
cafia, que aporté a la Corona beneficios muy importantes, aun més que los obte-
nidos de la extraccién de mineral, Junto con la produccion agricola —azticar, ta-EL PROCESO ORGANIZADOR EN BRASIL 51
aco y algodén—, minera y maderera —como el érbol tintéreo y otras espe-
cies las plantas, las frutas, el aceite, las esencias y las especies vegetales raras
oi Tarmadas del serfao y muy conocidas en el Amazonas— dieron lugar a tributos
menos importantes, La extraccién minera, rudimentaria por falta de técnicas y
recursos financieros, produjo también grandes ingresos: asi, después del azticar,
loro y los diamantes constituyen la principal fuente de ingresos del sigho xvmt.
‘A pesar del contrabando, los tributos se cobraron en gran parte, ya que habia
oficinas, rigurosamente controladas, que se encargaban de esta tarea.
‘Como queda dicho, la producci6n més importante era Ia agricola, a causa de
Ja gran exportaci6n. Fl ejemplo més significativo es el del azticar, producto de gran
demanda en el mercado europeo, que Portugal obtenia ya en las grandes islas y va
a seguir obteniendo en Brasil, al darse las condiciones naturales adecuadas para el
altivo de la caiia. Como habja terreno disponible y el reclutamiento de mano de
obra era facil gracias a los esclavos, la base de la economia se asent6 en el trino-
mio latifundio, esclavitud y monocultivo. El anicar desperto la codicia de los ex-
tranjeros més que ningiin otro producto. Para conseguirlo, los flamencos funda-
von la Compaiiia de las Indias Occidentales que emprendio la conquista de las
mejores regiones del Nordeste, en el episodio conocido como la guerra del azticar.
Empezaron por invadir Bahia en 1624, de donde pronto fueron expulsados. En
Pernambuco permanecieron hasta 1654, cuando tuvieron que abandonar la con-
quista tras una guerra contra Jos portugueses, los espafioles y los brasilefios de to-
das las etnias —blancos, indigenas y negros—. Aunque breve, la presencia flamen-
ca marco profundamente la vida del Nordeste, sobre todo la de Pernambuco.
La produccién de los ingenios de azticar se orientaba esencialmente a la ex-
portacién hacia los mercados europeos. Este negocio se financiaba con capitales
de mauy distinto origen: brasilefio, portugués y extranjero (por ejemplo, flamen-
co), Los nticleos productores eran autosuficientes, capaces de producir sus pro-
pios bienes de consumo, y no tenian, por consiguiente, necesidad de comprar
Pera, Se enorgullecian de importar inicamente la sal, la pélvora y los instru-
mentos de hicrro. El comercio interno en las regiones agricolas como las del
Nordeste era minimo. Minas Gerais, que se dedicaba exclusivamente a la explo-
tacion minera, practicaba los cultivos de subsistencia y, a causa de la prohibi-
Gién o la dificultad de las demds actividades, tenia que importar todo tipo de
bienes, en particular los dirigidos a los grupos menos pobres. Los esclavos, a me-
nudo el elemento mas numeroso, se contentaban con la produccién local. En
Minas Gerais, que se encuentra en la region central del pais, se inicid el comercio
entre el Norte y el Sur: alli se encontraba el ganado mayor procedente del Norte
y del Sur, donde estaban los mayores centros de crfa de ganado y de produccion
de los alimentos indispensables. ‘La unidad central ayud6 a desarrollar el comer-
tio interno, acercando a los abastecedores de distintos puntos, Sin embargo, el
Comercio mas importante tenfa lugar en los puertos, sobre todo en los del Nor-
deste, donde se vendian el azicar y las demas mercancias destinadas al consumo
europeo. La producciGn industrial —artesania 0 manufactura— estaba prohibi-
da y se hacia a pequeiia escala, en consonancia con la politica mercantilista do-
minante en la época, segdin la cual, la raz6n de set de las colonias consistia ex-
nhnivamente en proporcionar materias primas a la metr6poli, que era la que52 FRANCISCO IGLESIAS
debia transformarlas en bienes de consumo. Portugal, al igual que Jos demas pai-
ses expansionistas europeos, ponfa en practica el llamado «Pacto Colonial», con
tina divisidn territorial del trabajo a largo plazo. Como la produccién agricola
de mayor rentabilidad estaba situada en zonas proximas a la costa o en el litoral
mismo, no habia grandes dificultades de acceso. Las regiones del interior, (Mi-
nas Gerais, Goids y Mato Grosso) presentaban el inconveniente de la distancia:
transportar las mercancfas hasta los puertos era dificil y caro por la falta de ca-
minos y transportes adecuados. Era bastante comin el empleo de rebafios de
animales, de escasa rentabilidad y de alto costo, debido a a distancia y al tiempo
necesario para recorrerla.
Ta economia era eminentemente rural, ya que el proceso productor se reali-
zaba esencialmente en el campo y las actividades urbanas eran minimas. En rea~
fidad, incluso en Europa, en esta época, el cardcter urbano no era atin predomi
ante, En Brasil, los nticleos de poblacién se concentraban generalmente en la
costa; en el-interior, s6lo Minas Gerais contaba con algdin centro urbano. Los
hombres se dispersaban en busca de oro, utilizando técnicas primitivas de reco-
gida del metal de aluvidn, sin apenas interesarse por el oro de las minas, ya que
errecian de tecnologia y recursos financieros. Esta es la raz6n de una cierta con-
centracién de poblacién en algunos niicleos que, por falta de produccién, leva-
ban una vida casi vegetativa. Vivian en ellos el cura, los funcionarios de la Coro-
ha —-mas numerosos aqui por las exigencias de fiscalizaci6n, por el pago de los
tributos y para evitar la desviacion de la riqueza— y los desocupados y margina-
les, Estos poblados, anodinos y vacios, se animaban tinicamente los domingos
con las personas que iban a misa o al mercado para vender 0 comprar’las mer-
cencfas que producian 0 necesitaban; los tinicos alicientes eran, pues, las fiestas
religiosas y el comercio. La escasa importancia de la vida rural se puede ilustrar
com este dato: a comienzos de siglo, Brasil tenia 213 pueblos y 12 ciudades, ni-
mero insignificante para un pajs tan extenso-
La poblacidn era escasa. A falta de datos precisos hay que contentarse con
simples estimaciones, ya que los censos, poco frecuentes y no muy bien hechos,
como el de 1776, no inspiran mucha confianza. Gracias a éstos Y @ lo que se
sabe de la Historia, cabe afirmar que Brasil contaba con una abundante pobla-
tin indigena al principio de la colonizacién, pero dicha poblacién fue desapare-
ciendo progresivamente por razones que se explicaran més adelante, al igual que
soe iércon la poblacién negra. El némero de portugueses fue siempre escaso, al
ser Portugal un pais pequeiio y no muy poblado. A comienzos del siglo Xvi, en
Ja época en que su inmenso imperio se extendia por ‘Africa, las islas, América y
Oriente, solo tenfa 1100000 habitantes, lo que era un grave obstaculo para la
colonizacién, He aqui algunas cifras sobre la poblacién de Brasil: en el siglo XVI,
s6lo algunos millares; en el siglo Xvil, reforzada por la dominacién espafiola y la
testauracion, lleg6 a varias decenas de millares; la cifra mas alta se alcanz6 en el
siglo xvi, con la fiebre del oro y de las piedras preciosas, que atrajo a cerca de
300000 personas. Si el censo de 1776, de 1900000 habitantes, es correcto, el
niimero atribuido al afio 1800: 3 000 000, serfa excesivo. En 1882, en la época
de la independencia, habia casi 4000000 de habitantes, cifra insuficiente para
tun pais de tan vastas dimensiones.PROCESO ORGANIZADOR EN BRASIL 53
La Iglesia desempefia un papel importante en la colonia. Al ser Portugal un
pais catdlico, Brasil lo fue igualmente, de un catolicismo no muy ortodoxo, muy
influido por los cultos indigenas y sobre todo por los de los negros. Los portu-
gueses adoptaron algunos de sus ritos y, por su parte, los africanos lo hicieron
con muchos de los catélicos, lo que produjo aspectos curiosos de sincretismo re-
ligioso, formado por la mezcla de cultos y creencias diferentes. Para ejercer su
influencia, la Iglesia contaba esencialmente con la predicacién y la ensefianza.
Habja varias érdenes religiosas entre las que destacaba por su importancia la de
los jesuitas, responsables en gran medida de la educacién. En el momento de su
expulsin, decretada por el Marqués de Pombal en 1759, la ensefianza recibi6
un duro golpe. Asimismo la Iglesia, por medio de las érdenes religiosas, constru-
y6 los edificios mas importantes, templos que son magnificas obras de arte,
como los que se pueden contemplar en Bahia, Pernambuco, Marafién, Minas
Gerais y Rio de Janeiro. Son los mejores edificios del periodo colonial, pues el
Gobierno no construyé aqui ni grandes palacios, ni espléndidas lonjas, como
hizo el Gobierno espafiol en sus colonias de América. La arquitectura civil es
bastante inferior a la religiosa, que consigue despertar el interés y la fascinacién
de los visitantes. Al haber adoptado Portugal el régimen de regalias, tanto la
Iglesia de la metrépoli como la del Brasil estaban totalmente ligadas al Estado,
lo que las privaba de toda independencia en la creacién de las misiones y en la
predicacion, a pesar de conferirles caracter oficial. Hay que destacar el papel de
los sacerdotes y de las ordenes religiosas y la veneracién por parte del pueblo.
Lejos de sus superiores, relajaban la disciplina y adoptaban una conducta pareci-
da a laxdel pueblo, dedicéndose a los negocios, a la indisciplina y a una vida sin
ningdin tipo de reglas, con mujeres (a veces mas de una) e hijos. Pese a todo, eran
los representantes de cierto sentido moral en la colonia.
A la llegada de los portugueses, la densidad de la poblacién indigena era
considerable, pero disminuyé a lo largo de los siglos y después de la independen-
cia. Hoy en dia es muy escasa, a pesar de los esfuerzos de estos tiltimos afios por
salvaguardarla. A ello han contribuido varios factores: en sus relaciones con los
blancos y los negros, los indigenas contrajeron enfermedades mortales. Lo que
era una dolencia sin importancia para los negros o los blancos, adquiria a veces
proporciones desastrosas para los nativos, que sucumbian en devastadoras epi-
demias. El indigena se rebelé contra la dominacién que se le queria importar. Se
les dio caza en auténticas guerras, sobre todo en el siglo Xvil, a manos de los
«paulistas», que Ilegaban hasta el Sur para apresarlos y convertirlos en esclavos.
Hay que recordar que la situacién de los indigenas brasilefios era totalmente dis-
tinta de la de los demas indios americanos. Los espafioles entraron en contacto
en América con grupos altamente evolucionados: aztecas, mayas ¢ incas, posee-
dores de una tecnologia superior, como lo demuestran sus civilizaciones, cuyo
desarrollo fue interrumpido y practicamente aniquilado. Los espafioles hereda-
ron mucho de esta organizacién y supieron sacar buen provecho de su fuerza de
trabajo.
La situaci6n era totalmente distinta en Brasil, donde los grupos étnicos, des-
de el Amazonas hasta el Sur, se encontraban todos en un nivel cultural muy infe-
rior, proximo a la Edad de Piedra. Posefan los minimos rudimentos tecnolégicos54 FRANCISCO IGLESIAS
y una organizacién social primitiva. En el Sur existian las llamadas «reduccio~
nes» en las cuales los indigenas, protegidos por los sacerdotes, intentaban sobre-
vivir trabajando y luchando por su autonomia, En sus luchas contra los «paulis-
tas», en las llamadas guerras «guaraniticas» (las de los indios guaranies), en los
iltimos decenios de los siglos xvul y XvoT —o en las que se libraron contra los in-
digenas del Nordeste, conocidas como Guerra de los Barbaros—, perecieron mu-
chisimos indios. No sdlo en el Sur sino también en el Norte, los sacerdotes, so-
bre todo los jesuitas, se erigieron en defensores de los indigenas frente a las
pretensiones de los conquistadores. Su autonomia fue garantizada por el Gobier~
no portugués y establecida en leyes que, al no ser respetadas, tuvieron que pro-
mulgarse varias veces. Hubo enfrentamientos encarnizados, verdaderas batallas,
en las que los «paulistas», llamados para sofocarlos después de haber acaudilla-
do las luchas del Sur, aniquilaron varios pueblos. Sin embargo, el principal fac-
tor de destruccién fue la incomprensién de su cultura por parte de los blancos,
gue querfan imponerles las faenas agricolas mondtonas y rutinarias. Al indfgena
le gustaba, por el contrario, estar ocioso, cazar, pescar, guerrear y ocuparse de
tareas itinerantes. No es justo en absoluto tacharlos de perezosos y enemigos del
trabajo; en realidad, estaban en contra de las formulas que se les queria imponer
y por eso se rebelaban. No podian aceptarlas sin violentar sus propias costum-
bres. Esta parece ser, pues, la taz6n de la total destruccion de varias tribus; ante
su rebelién, fueron violentamente aniquilados, 0, entregados a la apitfa, se fue-
ron extinguiendo. Se trataba de un caso tipico de choque entre dos culturas, que
llevo a la desintegraci6n de la personalidad y de las distintas tribus. A veces se li-
mitaban a evitar el contacto con los blancos huyendo hacia el interior para esca-
par a los modelos detestados. Perseguidos, terminaban por desaparecer poco a
poco, a veces totalmente.
No sucedié asi con los negros. Transportados desde Africa por compaiiias or-
ganizadas con este fin, procedian de diferentes puntos del continente y presenta~
ban una enorme diversidad: unos estaban técnicamente muy avanzados, otros
eran casi primitivos; algunos violentos, verdaderos guerreros, otros tranquilos y
pacificos. Llegados en muy gran néimero —algunos historiadores hablan de millo-
nes, otros de muchos menos—, en un momento dado se calculaba en 3600000 el
total de negros vendidos como esclavos. Trabajaban en el campo y en las minas y
se encargaban de las faenas domésticas. No obedecian sin protestar: la Historia
habla de rebeliones y evasiones para concentrarse después en algunos puntos.
Los «quilombos» —centros de negros fugados— se contaban por decenas y al-
gunos, bien organizados, llegaron a tener larga vida. El mas conocido, el de Pal-
mares, en el Nordeste, resistié a distintos ataques y sobrevivi6 casi hasta finales
del siglo xvnt. Los negros ejercieron una profunda influencia: fueron un elemen-
to bsico de la mano de obra, sin el cual los portugueses no habrian podido rea-
lizar las hazafias de la agricultura del Nordeste o de la mineria en las regiones
centrales; su huella ha quedado también en la lengua, a la que aportaron varias
palabras, y en las creencias, con la mezcla de cultos o sincretismo religioso. La
influencia més evidente es la étnica, en los cruces con los blancos, origen de los
imualatos, elemento determinante de la vida brasilefia. Los negros fueron diezmados
por los castigos, las guerras, las epidemias y la desintegracién de su personali-EL PROCESO ORGANIZADOR EN BRASIL 55
dad. La esclavitud, el problema més importante de la vida nacional en el siglo xIx,
se prolongé con los combates entre los Gobiernos brasilefio (después del portu-
gués) e inglés, y la constante difusién de la idea de la liberacion del trabajo que,
lenta y gradualmente, se va implantando hasta la abolicién total de la esclavitud
en 1888: Brasil fue el dltimo pafs del continente que reconocié esta libertad.