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(COMO SE LLEGA A SER LO QUE SE ES Nietzsche y el estallido de la idea de Bildung’ Jorge Larrosa mente a quienes por lo general no sueh alidad a aquellos en cuyo espiritu preval dos del suefio”, cen René Char man wird, was man ist”, “c6mo se llega a ser lo que se es” 0, “c6mo se deviene lo que se es", sa frase, como se sabe, traduce un lema de las das piticas de Pindaro, ese imperative que podriamos reescribir como wiértete en el que eres" o “jtransformate en lo que eres!” Nietzsche traduce al aleman una frase griega; convierte, en la ocurrencia que acabo ilo del Ecce bomo, su forma imperativa ‘ones, en el corpus nietzscheano: “wie ra en el encabezamiento de ese Fo a la vez delirante y preciso en el que va a contarse su vida a si y la firma con su propio nombre. Pero eso no es todo. 1a frase aparece por primera vez en la obra de Nietzsche, esta vez en griego, en imperativo y en exergo, en un trabajo juvenil sobre Teognis; Tercera intempestiva; vuelve a aparecer, con jones, en el parrafo 263 de Humaho, demasiado bumano con sus propias manos y en su propi distintasmodi el marco de las Jomadas iran, losofiay politica, reaizadas en Buenos 15 Force Lagnosa y en los pirrafos 270 y 385 de La gaya ciencia; se escribe otra vez de nuevo en “El convaleciente” y en “La ofrenda de miel” de Asf hablo Zarathustra, aparece también en algunas de las cartas de Nietzsche a sus amigos; y, desde luego, como doblando, ampliando y haciendo delirar el lo del Ecce homo, se escribe nuevamente en el famoso parrafo 9 de ademas considerisemos el uso, el comen- tario, la deconstrucci6n, el desplazamiento o la parodia que Nietzsche hace frecuentemente de lo que podrian ser frases similares como, por ejemplo, “encontrarse a si mismo", “descubrirse a si mismo", *buscarse a sf mismo", smo”, la lista de ocurrencias seria ya interminable iis fino de Occidente’, como decia Lezama, ha escuchaco, seguramente muy joven, esa frase de Pindaro, seguramente ka ha wyado, la ha comentado y la ha copiado, y la ha aislado de is que constituye fa cultura a, se ramifica, se dispersa, se contamina de todo lo que entra len contacto con él, se separa de si mismo y, finalmente, estalla desde dentro. Y quiz nuestra tarea sea ahora la lectura de esa frase de Nietzsche, escrita en etzscbe, rgo de mis de cien paginas con la frase “he olvidado el Nietsche anct6 en una hojia de papet para conclu que su significado "n0 10 imposibildad, esta impotencia"(p. 107). Y Borges también sabia que el sentido es siempre indecidible. Recuérdese sino el ejercicio que hace en “La frucion lteraria" (en Hl idioma de 28), donde ls fase "el incendlio, con feroces mandi- ino, a un poeta ComosE LLECA AStR LOQUESE ES la lengua de Nietzsche y con las palabras de Nietzsche, firmada Nietzsche, pero para reescribirla ahora en nuestra propia lengua y con nuestras propias palabras, quiz, incluso, con nuestra propia firma la. Lo que voy a hacera partirde aquf, para darla aleery para darla, quiz, a pensar, es reescribirla como un emblema de la idea de formaci6n, de la idea de Bildung, de esa idea que Gadamer, al comienzo de Verdad y método,? considera como ef mas grande pensamien- to del siglo XVILL, y que sin duda constituye la tiltima elaboracién literaria, pedagogice y filosoficamente noble de 1o que hoy llamamos educaci6n.4 idea de Bildung se articula, al mismo tiempo, en tres unidades de discurso diferentes. En primer lugar en la flosofia, sobre todo en de las ciencias humanas, es decir, de aquellas disciplinas que se configu- ran a partir de una matertalidad textual e histGrica, de aquellas disciplinas cuyo objeto es un texto al que sdlo puede accederse a través de su despliegue temporal. En segundo lugar, la idea de Bildung se articula también en la pedagogia, especialmente en el discurso que se produce en tomo al papel formativo de las humanidades, y en un momento en que 5 est4 constituyendo el bachillerato humanista, o de letras, que es dominan- te en Europa hasta bien recientemente, hasta el triunfo irreversible de una 3. Truduceidn espamola en Sigueme, Salamanca, 1984, p_ 37. 4, La operaci6n podria tomarse como punto de partia para un eercicio, que no voy ‘emprender aqut y que dejaré slo sugerido, que consistiese en establecer una tensi6n y al mismo tempo una relaciin entre Paidela y Bildung. Traduclendo a Pindaro, despla- Grecia (0 una cients imagen de Greci ppasido (0 una cierta imagen del pasado) contra el presente, Patdeta contra Bildung, Pero Jo que voy a hacer es algo mucho mas modesto. v7 Jorce Larnosa, ‘dea de educacién més praymatica, més instrumental y més técnico-cientifi- ca. Y, en tercer lugar, la idea de Bildung se articula también narrativamente enun subgénero de la novela, en la novela de formaci6n, en el Bildungsroman, en ese subgénero narrativo que tiene su modelo en el Wilhelm Meister de Goethe, y que se presenta como el relato ejemplar del proceso por el cual un indi ingular, en general un joven varén, de buena familia, terminados sus estudios, abandona su propia casa junto con el destino que le esti previs- to y viaja hacia s{ mismo, hacia su propio ser, en un itinerario lleno de experiencias, en un viaje de formacién que reproduce el modelo de la escue- la de la vida o la escuela del mundo, pero que es también, a la vez, un viaje interior de autodescubrimiento, de autodeterminacion y de autorrealizacién. Se sabe que Nietzsche interviene en el primero y el segundo de esos lugares discursivos. Nietzsche combate el historicismo, la historia de los historiadores, Ja concepcién histérica tradicional de la cultura, del “espiri- tu", ylega al porvenir un modo de interrogar el pasado y de volverlo contra el presente cuyas potencialidades estan todavia por desarrollar. Y Nietwsche también se inserta vigorosamente en la critica de la cultura y de las institu- ciones de cultura de su tiempo. Podriamos decir que Nietzsche hace estallar permeaba la construcci6n hist6rica de su propia jue estaba haciendo la Alemania de su tiempo (y la entendemos por Humanidad aquell universal, aquella figura del pensamiento, que construyen los filésofos ale- ‘manes para nombrarse a s{ mismos y, por extensi6n, a todos los hombres y pueblos de la tierra), y hace estallar, también, la idea de Bildung que sostenia las tranquilas y reputadas instituciones culturales, educativas y de formaci6n del potentisimo humanismo de su época. Pero yo Voy a usar la frase de Pindaro como emblema del Bildungsroman. Desde ese de vista, la Bildung podria entenderse como la idea que subyace al relato del proceso temporal por el cual un individuo singular alcanza su propia forma, constituye su propia identidad, configura su particular huma- nidad 0, en definitiva, se convient en el que es? cién del Bildungsroman desde e! punto de vita de la construc: hérve, el casico sigue siendo el texto fragmentario de Bajtin "La ovela de educacién y su importancia en la historia del realismo" en Fsttica de la creacién verbal, Matirid, Siglo 8X1, 1990, pp. 200-247 18, Comose Lt864 a sen LOQUE SE ES Hasta aqui el texto, la formula, y el punto de vista de su lectura, o de su reescritura. A partir de ahora continuaré con ese formato tan antiguo, tan potente ya la vez, despues de Niewsche, tan sospechoso, que es el comen- tario.® Hay un pasaje en Eece homo en que Nietwsche construye la imagen de! lector perfecto como “un monstruo de valor y curiosidad, y, ademés, astuta, cauta, un aventurero y un descubridor nato"” Y, tun pasaje de Zaraibustra en el que éste define a quiénes irige sus palabras mas enigmiticas® En ese parrafo del Zarathustra se adivina a Ulises, a Dionysos y, como modelo del lector sistemtico, cobar- de, a Tesco y su “seguir a lo”, Lo que voy a hacer a continua- ion es "seguir un hilo”, apariciones de la formula en la obra de Nietzsche y,siguiendo ese hilo, voy a intentar mostrar ele de la idea de Bildt , 0 una determinada configu de esa idea, subyac ico del Bildungsroman, Y voy a “seguir el hilo” combinando dos perspectivas 0, si se quiere, superponiendo dos voces, de manera que Ia una se refleje sobre {a otra, La primera vox es la de algunos fragmentos del texto nietzscheano tomacos en orden cronolégico y segtin tres cortes que se corresponden a Schopenhauer como educador, a La gaya ciencia, y a Ast hablo Zarathustra, En esa vor, intentaré dar a leer el sentido que el dictum de Pindaro tiene en cada uno de esos momentos. Pero, como ya he dicho anteriormente, el imperativo de Pindaro funciona en Ecce homo en el interior de un relato retrospectivo en el que Nietzsche nos cuenta cémo ha llegado a serel que “Por qué esenbo tae buenos libr |, Made, Alianza, 1971, p.60, 8 8 paaf es sigue A vost losaudaces bears ingore a queries donde pods adivinar,odiisel deduct”, En ‘De la visin y enigma wad. Andrés Sinche2 Pascual, Madeid, Alianza, 1972, pp. 223-224 19 Joris Larosa 5, es decir, el devenir “Nietzsche” de Nietzsche. Hay, por tanto, una segunda voz, en la que Nietzsche reflexiona sobre los distintos momentos de su itinerario hacia si mismo. Y resulta que uno de los rasgos caracteris- ticos del Bildungsroman es, precisamente, ese funcionamiento reflexivo del relato en el que el proceso de “llegar a ser el que es" del protagonista ‘aparece como doblaco sobre si mismo y contado en dos planos a la vez, el plano sucesivo de los acontecimientos y el plano reflexivo, construido temporalidad de la Bildung, una temporalidad que no tiene una form: digamos progresiva, en la que los acontecimientos anteriores repercuten sobre los posteriores, sino una inentemente reflexiva en la que son los acontecimientos poste- ormas de conciencia posteriores, los que repercuten sobre los anteriores en un proceso constante de resignificaci6n retrospectiva. De ese ‘modo, al final del relato, el protagonista alcanza la plena autocomprensi6n y la plena autoposesién, Lo que ocutre es que, como veremos, el modo como esa doblez se da en Nietzsche no tiene la forma de un gimiento en si, de una explosion, de un e , de una expropiacion, La primera aparicién de cierta entidad de la f6rmula se encuentra en la Tercera Intempestiva, en ese libro que, como dice Colli, “no se ditige aquellos que leen para relajarse. Y tampoco a los que fen para ampliar sus conocimientos. Es un libro destinado a quienes todavia tienen algo que decidir acerca de su vida y su actitud ante la cultura" ¥ no hay duda de que Schopenbauer como educador transpira por todos sus poros inquiie- tud y desasosiego, pero también decision y autoexigencia, y seguramente mucho de ese tono impostado, arrogante, combativo, a veces inflamado, y siempre un tanto autocomplaciente, que es propio de la faventud.!” Una parifrasis del arranque del libro nos puede dar algunas claves. (cidn a Metzxche, Valencia, Pre-textos, 2000, p. 33 con eso que se trate de un escrito "juveail”, Pero si es verdad que che adopia la posicion de un joven cuando se coloca a la sombra de Schopenhauer 20 (COMOSE LLEGA 4 SER LO QUESE ES Nietzsche se disfraza ahi de moralista y empieza nada mas y nada ‘menos que con una valoraciGn de la humanidad de su tiempo. Y para eso, pata tomar distancia, para adoptar una perspectiva panorimica, para mirar, digamos, desde el exterior, déndose un punto de vista general, un iliza la mascara del viajero: “Al preguntarsele qué rasgos jero, que habia visto ,repuso: tienen una decir mejor y con mas certeza: todos son cobardes. Se ocultan tras de sus costumbres y opiniones”. La figura del viajero, del errante, del hombre que atraviesa el mundo sin formar parte de él, de aquél que esta entre nosotros pero que no es uno de nosotros, le permite a Nietzsche contem- plar el rebafio desde fuera, sealarlo con el dedo y cualificarlo con esos dos atributos, la pereza y la cobardia, que van a servir inmediatamente de negativo, de fondo gris, para destacar, como exigencia, sus anténimos Después de ese primer plano panorimico, objetivo, el punto de vista se desplaza hacia el interior del animal hurnano para damos una perspectiva particular, subjetiva, desde dentro, no ya del rebano sino de cada uno de fos individuos que lo componen: “En el fondo todo hombre sabe muy bien que s6lo esté una vez, en cuanto ejemplar nico, sobre Ia tena, y que ningin azat, por singular que sea, reunird nuevamente, en una sola unidad, esa que mismo es, un material tan asombrosamente diverso. Lo sabe pero lo esconde, como si se tratara de un remordimiento de conciencia’ ?? Lo que Nietesche nos da ag primera mirada sobre la conciencia, sobre ese ‘on la que pricticamente arranca la primera conferencia. Nietzsche, F, Sobre ef porvenir le nuestras escuelas, Barcelona, Tusquets, 1980, p. 37 Niewsche, F, Schopenbat icador,taducciGn de Jacobo Mufice, Madd, Bion ‘cca Nueva, 2000, p. 25, 12, Idem. £5 justamente célchre la crt cen Bf mundo como voluntad y repres isociacién entre la conciencia y 0 propi iento efectuada por Schopenhauer 4 remordimiento aparece como la lad. Nietzsche, sin embargo, va a ‘doblado de impotencia. Justamente lo a Jorce Lannosa ‘ana investigacién genealégica y psicol6gica enormemente potente. Ret6ri- ‘camente esti empezando a construir una oposicién entre el hombre como animal gregario, homogéneo, masivo, intercambiable, exterior, y el hombre ‘como ser singular, heterogéneo, par r. Y va a plantear la cuestion de la subjetivacisn como una lucha entre el convencionalismo de! rebaito y el ansia de singularidad det individuo. Una lucha en la que pierden los perezosos y los cobardes. ‘Todo ello en un esquema muy vir, muy heroico, muy ag6nico, muy grandilocuente, muy dicot6mico, muy conven- ional, pero retbricarmente muy eficaz para los fines de un escrito de combate, Unas pocas lineas mis adelante aparecen destacados los dos perso- najes que van a actuar como aliados de “los buenos”, de “los héroes", en ese combate contra la indigencia del presente: el artista y el fildsofo. E] anista, experto en singularidades, capaz de expresar la belleza de lo parti- ; de lo incomparable, va a ay los buenos” dindoles una imagen mientos musculares, tal como él y solo él es. Y no sélo eso, sino que es hermoso y digno de consideraci6n, nuevo ¢ increible come toda obra de la naturaleza, y en modo alguno aburrido, como consecuencia estricta de su caricter tinico’." Fl filésofo, por su parte, capaz. de la generalizacion y del juicio, les va a ensefar el arte de la valoracién y, por tanto, el desprecio. “Cuando el gran pensador desprecia a los hombres, desprecia su pereza, toda vez que precisamente por ella parecen mercanefas hechas en indignos de ser tratados y educados”.!* lel parrafo, una vez disefado el campo de batalla y componen, suena por fin Ja llamada a la lucha, el necesita dejar de comporarse cOmodamente consigo mismo y obedecer a su conciencia que le grita: 'Sé tw mismo, Cuanto ahora haces, opinas y deseas nada tiene que ver contigo”. 13, Op. ett, pp. 25-26. 14. Op. ct, p. 26, 15, idem (COMOSE LLEGA A SER LO.OUESE =S Hasta aqui el parrafo. La seccién continda altemando evaluaciones neegativas sobre la época y lamadas exaltadas a la liberaci6n, y formulando al paso los lugares comunes de una ética individualista, de una ética de la autenticidad, con algunos acentos existenciales, una ética de esas en las apelaci6n a la voz de !a conciencia de la que surge el imperativo de ser uno mismo acentiia esa sensacion de soledad, de heroica soledad, como la condicién de partida de un sujeto que no puede confiar ya ni en la religion nien la sociedad ni en e! Estado para encontrar su propio camino. Y al final de esa secci6n introductoria, después de formular la pregunta de “emo nas reencontramas a nosotros mismos? zc6mo le es dado al hombre conocer- se", Nietzsche propone una suerte de examen de conciencia que incluye ida reflexiva hacia los propios educadores y que le servi twansici6n para un desplazamiento de la mirada hacia Schopenhauer y, a través de Schopenhauer, hacia la filosofia, hacia una determinada manera de entender la flosofia, como forma de vida y como disciplina de liberaci6n ¢ intensif de la vida 0, si se quiere, como disciplina de la indisciplina, No cabe duda de que Schopenbauer como educador es un escrito de combate."” Quizd por eso el dictum de Pindaro aparece aqui como premisa de una negacin. Y la negacion es, justamente, el punto de partida convencional ci ingsroman. Al principio de la novela, el joven protagonista aparec \humorado, impaciente, en una especie de matestar loca al margen de todos aquellos que saben quiénes son 0, porlo menos, lo que quieren, De alguna manera, lleva ya en su frente Ia sefial del expatriado. Sélo necesita un impulso que fo ponga en movimiento. Y ese impulso viene generalmente de un viajero, de un Wanderer, cuya tinica funcién es desper- tar en el joven la nostalgia de Jo lejano, la nitida sensacién de que fa vida esti en otra parte. El viajero viene de lejos para interrumpir la comodidad 16. Op. ett, p. 28 23 Joxce Lawes de lo habitual y de lo acostumbrado, para producir la diferencia entre lo que se es (y ya se esta dejando de ser, porque ha empezado a ser extraio € insoportable, radicalmente ajeno) y lo que se deviene.!* Bl viajero deshace lo que se es, separa al joven protagonista de su mundo y de si mo, y lo lanza a un devenir abierto e indefinido. Por eso, si da algan “ejemplo” no es porque él encame una idea de hombre que pueda ser tomada como Bild, como modelo de formacién, El viajero es el maestro de lo negativo: no ensefia nada, no invita a ser seguido, simplemente da y el horizonte, el “no” y el impulso para marcharse, Quiza por eso Schopenhauer como educador es, a la vez, Nietzsche y su antitesis. Por eso, y mas alld de todas las vacilaciones del texto de Nietzsche cuando intenta formular una idea-guia 0 una idea-promesa que acompafie 2 itinerario ejemplar hacia sf mismo, més alla de la soma de Schopenhavier, debemos considerar lo que niega. Y la radicalidad de su negacién. No voy a repetir el listado de negaciones que en Schopenhauer como educador se formulan con extraordinario vigor combativo. Todo Io que compone su “aqui” y su “ahora”, su patria y su presente, y, principalmente, todo lo que dleberfa estar al servicio de la formacién, las instituciones de cultura y los mmados “maestros”, aparecen como un peligro de muene para esa Bildung que esti empezando a afirmarse como principio de vida, como deseo de vida, como “salud”, como fuerza vital, La formaciGn solo podra realizarse intempestivamente, contra el presente, incluso contra ese yo constituido cuyas necesidades, deseos, ideas y acciones no son otra cosa que el correlato de una época indigente. La lucha contra el presente es también, y sobre todo, contra uno mismo, Para “llegar a ser el que se es” hay que combatir al que ya se es, Pero el sentido de esa lucha es afirmativo. ;Cudl es la naturaleza de esa afirmacién? Desdi juct 18, En el Ecce homo, Nietsche habla de la tercera intempestiva como esta escrito so devenit El patrafo merece transcribirse: "Ahora que vuelvo luna cena lejania a las situaciones de las que estos escritos son testimonio, no quisiera rnegar que, en ef fondo, 2a Schopenbauer como vducador re todo mi voto solemne’.. iO, ‘cuan lejos me: de lo que’ soy hoy, del lugar en que me encuentro hoy", "Las intempestivas’, §3, 0P. ct, p. 77 19." do, Schopenbawer como educador sino anthesis, "Nietzsche como educador”. Fece bomo, “Las termpestvas",§ 3, OD. cit, p. 78 24 (Como se L1EGA a 8 LOQUESE 85 que tenga que ver con el saber, con el poder 0 con la voluntad. Al menos si entendemos “saber’, “poder” y “voluntad” como los atributos de un sujeto que sabe lo que es y lo que quiere y que es capaz de sobreimponer su propia voluntad a cualquier otra voluntad que pretenda determinarto, Por eso la dimensién constructiva det “llegar a ser lo que se es” no puede encontrarse ni en el nosce te ipsum socritico-platénico-cristiano ni en el sapere aude que Kant habia colocado como la clave de la Hustracin como narrativa de emancipacién. Es sabido que la Bildung jeana rechaza explicitamente el imperative de “conocerse a si mismo” y deconstruye, desplazindolo, el de "tener el valor de servirse de! propio entendimient ietzsche afirmativo nos emplaza a otro tipo de conocimiento y a otro tipo de coraje que acaso pueden leerse en ese nitimur in vetitum, en ese “nos lanzamos hacia lo prohibido”, tomado de Ovidio, que Nietzsche utiliza en tantas ocasiones. Hay un pasaje en la Tercera Intempestiva en que mativa de la Bildung se deja como insinuada ¢ incomprendida, Fl parrafo, que meteceria leerse en su totalidad, cierra Ia secci6n tercera del libro, aqui ue Nietzsche va desgranarido los “peligros mortales” que un hombre debe sorteat para “convertirse en el que es". Una vez sorteados todos esos peligros aparece la pregunta esencial, la del valor de la vida. ¥ ahf no se trata ya de condenar lo que impide la vida, sino de afirmar la vida En ese punto, Nietzsche escribe: “... el genio mismo era invocado ahora para saber si podia justificar el fruto miiximo de la vida, tal vez incluso la vida misma; el hombre grande y creador debe dar respuesta a estas pregun- tas “Asi jo mas hondo de tu coraz6n a esta exigencia? (Es suficiente para ti? (Quieres ser su portavoz, su salvador? Un tinico y verdadero js de tu boca, y la bre la que tan graves acusaciones penden, quedard ahsuelta’. (Qué contestard? La respuesta de Empédocles". ¥ contintia: “Es imensién afir- posible que esta tiltima insinuacién no sea comprendida de momento, Pero lo que ahora me importa es algo muy comprensible, a saber, explicar emo nos podernos formar todos nosotros contra nuestra época..."2 Empédocles Lo que no puede comprenderse “de momento” © la dificultad de! Porque “de momento” es cuestién del “no” y de la salida de casa, momento del abandono critico de lo propio. La afirmacion trigica de la sf 20. Schopenhauer como educador, op. cit, p53. 25, Jonce Lanwosa vida, la respuesta de Emy momento, con otras con locles, solo puede darse en otro lugar, en otro jones, ‘Vamos ahora con la segunda aparici6n de la formula en dos fragmen- 0s dle La gaya ciencia, I parrafo 270 se limita a repetir el imperativo de indato y también, al igual que en la tercera intempestiva, como un dictum: de la conciencia, “Qué dice tu conciencia? ‘Debes llegar a ser el que eres” Pero es un parrafo que debe leerse en el contexto de los ikimos aforismos del final det bro TH, enize el 266 y el 275, en una serie trabada en la que se formula un destino para el porvenir que incluye la reevatuaci6n de los valo- res la afirmacién de que se es. Adema aparece la formula, s su profundiidad se hacen casi vertiginosas, En el parrafo 335 ¢s el Nietzsche genealogista el que va a reescribir el dictum de Pindaro, Bl parrafo, relativamente largo en el contexto de esa Gn de concisiGn aforistica que es La gaya ciencta, empieza asi: “\Arri- sical ;Cudntos hombres hay que sepan observar? Y entre los pocos ‘que lo sabe: 10s se observan a s{ mismos!, ‘cada uno es para sf mismo lo mas Iejano’, es0 lo saben, para su desasosiego, todos los que Ponen a prueba los ritones de los hombres. La maxima: ‘Conécete a ti mismo’ es, puesta en boca de un Dios y dirigida a los hombres, casi una maldicin”.8 Después de ese atranque, Nietzsche se dedica a desmontar se dispositivo llamado conciencia de un modo que resuena extratiamen- te con el Foucault de la introduccién al Uso de los placere ima seccién casi metodolégica en la que se dis dimensiones para el estudio de las formas y las transformaciones de la relaci6n con uno mismo. Hay “una conciencia que esta detrés de tu 21. Se sabe que Niecrsche eye fascinado Jos dlstntos pr -Empédocles que escribio HOWerlin, Se sabe que intent6 escribi Y que, quizd de ese intento, surgis Zarathustra: F, La clencia fovial, waduccién de Jose Jara, Caraeas, Monte tos de La muerte de ‘I mismo un Empédocles 24, Parts, Gallimard, 1984, pp. 32:39. 26 COMOSE LEGA ASER LO QUESEES inaciones, experiencias ¢ inex- periencias constituyen el fondo inconsciente de la conciencia. Lo que la -¢, ese imperative de “llega a ser el que eres”, est cargado de supuestos que hay que desmontar cuidadosamente: “... si hubieras pensado mas sutilmente, si hubieras observado mejor y aprendido més, bajo ninguna circunstancia hubieras continuado llamando deber y con- ‘a este ‘deber'tuyo y a esta ‘conciencia’ tuya’.® Pero, ademas, hay formas de seguir el ancia. Se puede obedecer a li conciencia “de cien maneras diferentes”. ¥ muchas de esas maneras expresan el trabajo de fuerzas reactivas: pobreza de dnimo, falta de indi- lidad, testarudez, convencionalismo, vanidad, Reconocemos ya al que se ha dado ya una perspec- del animal grega- las que construyen Ia ficci6n mala del imperative categérico, el egois- mo enfermo, el egoismo que no es otra cosa que ceguera y mezquindad, peto noso- debilidad de espiritu, incapacidad de distinguir, ¥ termina: mismos! Y para eso tenemos que llegar a ser los mejores aprendices y descubridores de todo lo legal y necesario en el mundo: tenemos que ser fisicos, para poder ser creadores".* Para llegar a ser lo que somos hay que llevar en una mano el escalpelo de la Fisica, la maquina de distinguir cuidadosamente y de destruirdespiadadamente, y, et a ta, fa eapact- cu del Arce. Y es ese espiritu el que se sugiere, fo 290, el que empieza con estas palabras: “S610 es necesaria una cosa, ‘Imprisi rara vez tropezamos',”” o en el 299, el que se titula “Lo que se debe aprender de los artistas’, y que termina asi: “... entre ellos habitualmente acaba esa sutil fuerza suya alli donde acaba el arte y comienza la vida; pero nosotros queremos ser los poetas de nuestra vida y, en primer lugar, de lo mas pequeno y lo més cotidiano”.* El “llegar a ser lo que se es" est 7 JoRcE Larnosa aqui del lado de fa libertad entendida como voluntad de Ante. ¥ la Bildung empieza a mostrar también su dimensi6n estética o potética, su cara de autocreacié 1a formula “llegar a ser lo que se es" se nos ha hecho ya paradojica Por un lado, no describe ya un proceso de “llegar a ser" que conduce a un resultado, a “lo que se es". Nietesche sabe ya que el devenir no fluye en el ser y que debe ser afirmado como puro devenir, sin referencia a un ser estable yy estabilizado que ceterminaria su verdad. Por otro lado, ese “lo que se es’ 1no €s ya ninguna “realidad”. Nietzsche ya no distingue entre ser y apariencia yel "llegar ser lo que se es" no tiene nada que ver con ninguna “tealizaci6n” de esencias 0 de potencias preexistentes, Por iltimo, “lo que se es" no esté ya del lado de la unic lad 0, mejor, de esa unidad en la multiplidad, de esa singularidad miltiple que es la obra de arte. Eso que somos y que tenemos que llegar a ser no es ya ni sujeto ni objeto, no es una “realidad” cle ningiin tipo, ni subjetiva ni objetiva, no es ni siquiera una “idea” qque tendriamos que “realizar”, sino que estd claramente del lado de la inven- cin. EI hombre es un animal de invencién, y las distintas formas de concien- ja no son sino productos de esa funcién inventiva, de esa capacidad de o distingue realidad y ficci6n, sino la ficci6n , Sania, en. funcién de cusil es su relacién con la vida. Habria entonces una ficci6n mala, temerosa y negadora de fa vida, y una ficci6n buen: dora de posibilidades cle sino de la multipl del autodescubrimient sino del lado de la l6gica desidentificadora de la invenci6n. Una invencién, sin embargo, que no se piensa desde la perspectiva de la del genio, de la soberania de un sujeto capaz de crearse a desde la perspectiva de la experiencia 0, mejor, de la experimentacin. Si €l inicio del Bildungsroman tiene la forma de la negaci6n, su trama tiene la forma de fa experiencia, Y la experiencia es lo que nos pasa y el modo come nos ponemos en juego a nosotros mismos en fo que nos pasa. La experiencia €s un paso, un pasaje, Contiene el "ex" del exterior, del exilio, del extrafio, del éxtasis, Contiene también el “per” del recorrido, del “pasar através", del viaje, de un viaje en que el sujeto de la experiencia se prueba ensaya a sf mismo. Y no sin riesgo: en el experiri esta el periri, et 28 CoMOSE LLEGA AER LO QUESEES cpericulum, el peligro. Por eso la trama del relato de formaci6n es una ventura que no esti normada por ningin objetivo predeterminado, por inguna meta. Y el gran inventor-experimentador de si mismo es el sujeto sin identidad real ni ideal, el sujeto capaz de asumir la intealidad de su propia representaciGn y de someterla a un movimiento incesante a la vez destructivo y constructivo. Por un lado el “desprenderse de si’, ese “perder el rosiro” que Foucault ha modulado de tantas maneras. Por otro lado, la sexperimentaci6n” en el sentido que esa palabra tiene en las ares "experi- mentales’. Y, en medio, un sujeto que ya no se concibe como una sustancia dada sino como forma a componer, como una permanente transformacin de si, como lo que esta siempre por venir, En la Tercera Intempestiva el “como se llega a ser lo que se es" estaba bajo el signo de la negacion. En La gaya clencia, sin embargo, ests bajo el signo de la travesia, de la experiencia, de la prueba, de! itinerario singular que conduce hacia uno mismo. En el Ecce homo, ese libro est presentado como un pasaje entre Aurora y Asi hablo Zarathustra, Es por tanto, un libro puente, umbral, colocado bajo el signo de San Enero (Sanctus Januarius) ‘como Signo del comienzo y bajo el signo de Jano como signo de la dupli- cidad. El caricter doble del libro tiene que ver, en primer lugar, con la uni6n no dialéctic alegria, la cara sonriente de Jano, y Ia ciencia, su cara seria; con la a, en suma, entre la luminosidad y la gracia afirmativa por un lado, y la gravedad y la profundidad del saber por otro Pero tiene también que ver con la coexistencia de la perspectiva del co- mienzo y la apertura del porvenir, por un lado, y la perspectiva de la decadencia y la critica del presente por otro, Quizd la totalidad de! espiritu Ta gaya ciencia pueda encontrarse en el pasaje entre el libro Ty el IV, centre esas “frases graniticas del final del libro II, con las cuales se reduce a formula por vez, primera un destino para todos los tiempos” y el comienzo del libro TV, la promesa de afirmacién y la declaracton de amor fati que Nietzsche se regala a si mismo como voto para el ato nuevo (parralo 276) y el poema a San Enero que lo precede y que el mismo Nietzsche reescribe en el Bece homo: “Ti que con dardo de fuego has roto el hielo de mi alma para que ahora ésta, con estruendo, se lance al mar de su suptema esperanza... ent op. elt, p. 92. Jona Larnosa descongelado lo que atin era Wagner o Schopenhauer, Jo que atin quedaba de nihilismo, Por fin, la ciencia més cruel, més Kicida, mis sobria y més implacable se ha hecho plenamente alegre, y la alegria ‘mAs afirmativa, mas cufrica y mas vital se ha hecho comp! Por fin Nietzsche puede recibir a Zarathustra. La tercera aparici6n de la formula esté en dos lugares del Zarathustra En “El convaieciente’, una de las tttimas secciones de la tercera parte del libro, aquella de Ix conversacién entre Zarathustra y sus animales, el fe, sobre el eterno retomo, y en “Lt ofrenda de mie!” resuena el episodio evangélico en que Cristo nombra a sus como pescadores de hombres. Pero Asi hablé Zarathustra es, entre otras muchas cosas, un relato, el relato de la propia formacion de Zarathustra, del proceso por el cual Zarathustra, a través de una serie de experiencias y metamorfosis, se convierte en el que €5. Por e50 no es indiferente el punto justo del trayecto de aprendlizaje de Zarathustra en el que aparece el dictum de Pindaro. ¥ sobre todo, no es indiferente en relacién al modo como a lo ro va cambiando su comprensisn de s{ mismo como maestro y comprensién de la naturaleza de lo que ensefia No intentaré un resumen del libro que sittie el momento en que ustra pronuncia la frase, pero sf que dliré que no se considera ya tanto ‘maestro del supethombre” como “profeta del etemo retomo”, es decir, que ha tenido ya lugar para él “el pensamiento abismal” que le hace posee- dor del secreto de la vida, Zarathustra ha comprendido ya que su propi concepci6n del superhombre, la que tenia en la primera parte d libro, estaba atrapada todavia en una perspectiva histérica y antropol6gica, como si fuera una meta, una esperanza, una posibilidad, un camino de futuro, de progreso, de perfeccidn, que se ofrece a los hombres tras la muerte de Dios y la desvalorizacion de todos ios valores. Zarathustra ha abandonado ya el motivo de la superacion del hombre por supethombre y ha comenzado a pensar en los términos de la afirmacién de la vida como creadora de valores, en los términos de la voluntad de 30 Comose BGA A SER LO QUESE ES potencia en suma. ¥ el pensamiento del etemo retomo no es otra cosa que la condicién de esa relacién afirmativa con la vida capaz de elevar al hombre a su méxima intensidad vital, Por otra parte, habria que decir también que Zarathustra no s6lo ha dejado ya de predicar “para todos” en la plaza paiblica, sino que ha abandonado también a sus discipulos y ha recorrido en solitario y como aprendiz et camino que le hara superar lo que atin quedaba en él de nihilismo. Antes de pronunciar el imperativo de Pindaro, Zarathustra ha realizado un lento aprendizaje que culmina, quizé, con los ditirambos de! final de la segunda parte en los que ha sellado su alianza nupcial con la vida afirmando el anillo del devenir y del retorno. Vamos ahora un poco mus despacio. Casi al final de la tercera parte, en la secci6n titulada “El convaleciente”, Zarathustra experimenta en su propio cuerpo el dolor y la turbacién de la revelacion del eterno retorno y comienza a elevarse de nuevo. Es el capitulo en el que “acaba aso de Zarathustra” y comienza para él una nueva as serpiente y el 4gui quign eres td, Zar eres el profeta del eterno retorno... fste es ahora tu destino!”2! La formu- la del se es" aparece aqui en el momento en el que Zarath nimales la formula de su destino, la formula de quién es y quién ha de llegar a ser. Y esa nueva formulacién del destino de Zarathustra aparece en el interior de una conversaci6n sobre el signi- ficado del eterno retomo sobre la que habria que sefialar un par de cosas, En primer lugar, que los animales, que creen conocer el significado de! eterno retorno, hablan de él en los mismos términos de “La vision y el enigma” pero con fa diferencia esencial que allf Zarathustra hablaba del etemo retorno como de una pregunta, como de un enigma, y aqui los animales hablan como de una respuesta. Zarathustra les reprende, so: riendo, llamandoles “organillos de manubrio’, por haber transformado el enigma en un estribillo banal, en una cantinela, en una idea cualquie- ra. Y cuando los animales contintian hablando y aguardan a que Zarathustra les diga algo, éste no responde porque “no se dio cuenta de 31. Op. cit, pp. 302-308. 31 JORGE Lagnosa que callaban, Antes bien, yacfa en silencio, con los ojos cerrados, seme- ante a un durmiente, aunque ya no dormia: pues se hallaba en conver- sacion con su alma” Y eso lleva a Heidegger a decir que “se calla porque conversa con su alma, porque encontré su destino y se convirtié en el que es*.* Como si slo por la afirmaci6n del et posible “llegar a ser el que se es", Pero una afirmacién que no es, en comprensisn de una doctrina, que no tiene nada que ver con el saber, sino que debe hacerse, como Zarathustra, con todo el ‘cuerpo y con toda el alma, con todo lo que se es. S6lo cuando una voluntad puramente afirmativa atraviesa “lo que se es”, el hombre se convierte en “el que es”. ¥ esa conversiGn no se resuelve en chachara ni en predicacién ni en doctrina, sino en silencio 0 en canto, De hecho no hay en el Zarathustra ninguna exposicidn positiva del “pensamien- to abismal”, como si éste fuera inexpresable 0, al menos, informulable desde el punto de vista de la demostracion o de la representaci6n y lo ico que pudiera hacerse fuera experimentarlo 0 probarlo en uno mismo. no retorno fuera Sien convaleciente” “llegar a ser el que se es” se pronunciaba desde la formulaci6n del destino del propio Zarathustra como “profeta del eterno retorno”, en “La oftenda de mie!” la frase se pronuncia desde la instauracion de una nueva relaci6n con los hombres que no tiene ya nada que ver con la que, al principio del libro, hizo que un Zarathustra solar, apolineo, en la plenitud de sus fuerzas, descendiese de la montaiia, declinase como el sol, para jluminar la oscuridad del mundo con la ensefianza de la doctrina del superhombre. Zarathustra ahora sube a una montafa y, completamente solo, después de “reit de todo corazén", parodia ¢l motive evangélico de la pesca de hombres. No habla para todos, como cuando habls en Ia plaza piiblica y twvo que abandonarla, de- cepcionado, ante la incomprensién del pueblo. No habla tampoco para los discipulos, para aquellos que habia crefdo compafieros en la creacion de los valores y a los que tuvo también que abandonar cuan- do percibi6 que lo que querian era creer en algo, Ahora, pescando 32. Op. cit, p. 306 33, Heidegger, M.,.Metzsche, Vol 1, Puri. Gallimasd 1971, p. 247 32 (Comose LLEGA AER LO OUESE ES donde no se puede pescar, en lo alto de una montafa, Zarathustra va a hablar para nadie. Y va a hablar también sin la presi6n de la actualidad y sin ls pretensién de la eternidad: "Mas yo y mi destino no hablamos para ‘hoy’, ni tampoco hablamos para nunca; tenemos paciencia para hablar, tenemos tiempo, y mas que tiempo” Zarathustra va @ hablar en definitiva para el porvenir, es deci, para lo que no se sabe y no se espera, para lo que no puede anticiparse, ni preverse, ni prescribirse, para lo estd fuera de cualquier expectativa, de cualquier proyecto. ¥ squé es lo que va a decir? Nada. Zarathustra se limita a lanzar su felici- dad hacia el mundo de los hombres: * de oro, diciendo: jébrete, abismo humanot Abrete y afr6jame tus peces yy tus cangrejos centelleantes! Hoy pesco para mi con mi mejor cebo los peces humanos mas raros! Arrojo a lo lejos mi misma felicidad, la dis latitudes y , entre el Oriente, el Mediodia y el Occidente, para observar si muchos peces humanos aprenden a tirar y morder de mi felicidad, Hasta que mordiendo mis afilados anzuelos escondidos necesiten subir hasta mi altura los mis lamativos gobios de las profundidades, subir hacia el mas maligno de los pescadores de hombres. Porque yo soy desde la raiz y desde el comienzo, tirando, atrayendo, levantando, elevando, alguien que tira, que crfa y cortige, que no en vano se dijo a si mismo hace tempo ya: ‘Llega a ser el que ‘eres!’ Por lo tanto, que suban ahora los hombres hasta mt." El dictum de Pindato es ahora el mensaje de un maestro que no dice nada y que no se dirige a nadie. Zarathustra no ofrece una fe nueva, que bastaria con apropiar- se, sino una tensiGn, No le vale la generosidad engafiosa ¢ interesada de aquellos que dicen dar algo (una fe, una verdad, un saber) pero para oprimir con aquello que dan, para fabricar disc hace mas que enriquecer a cada uno de si mismo, desvelar Io que cada uno es y lo que tiene de mejor, elevar a cada uno a su propia altura, procurar en suma que cada uno llegue a ser el que es. Si Zarathustra, como educador, atrae a los peces, no es para atar a los hombres a mismo, para invitarlos a seguirle, para convertirlos en discipulos, sino hacia él lanzo yo ahora mi cata perso por todas los © ereyentes. No 33 Jonas Larnosa para elevarlos a su altura, es decir, a lo mds alto de ellos mismos, a lo que hay en cada uno de ellos que es mis alto que ellos, A diferencia de los demagogos impacientes y bulliciosos, a diferencia de los reclutadores de hombres que siempre van en grupo, tiene el tiempo, la paciencia, la soledad y el silencio del pescador. Y no habla ni como Cristo ni como Socrates, ni como un salvador del mundo que trae una nueva fe ni como uun apéstol del bie belleza y de la verdad que busca convert la de mirada de los hombres hacia las certezas luminosas de Jo inteligible. El maestro tira y eleva, hace que cada uno se vuelva hacia si de si mismo, que cada uno llegue a ser el que es. Ese hilo ve hemos tomado en el impulso negative y el “voto solemne” de ia Tercera Intempestiva y que nos ha llevado hasta la risa y la alegria de Zarathustra tiene su epilogo en las dos apariciones de la formula en el Ecce homo. La primera en el subtitulo, inseparable por tanto del modo como Nietzsche quiere darlo a leer, de su caracter Snicamente autobiogrifico. Nietzsche abre Ecce bonto anunciando su n de decimos quién es, y por eso su relato deberd contar su propio itinerario hacia si mismo, ese proceso leno de rodeos y azares, de divagaciones y extravagancias, de acercamientos y alejamientos, a lo largo del cual se ha convertido en el que es. La estructura de Bece omo, una parte autobiogrifi comentario de sus propias obras, remite inmediatamente meétodo cartesiano, Pero Nietzsche no pretende eguida de un Discurso del jar un método seguro ni recta para llegar a la verdad sobre sf mismo. Para Nietzsche no hay un camino trazado de antemano que sdlo habria que seguir sin desviarse para llegar a ser el que s¢ es, El itinerario hacia uno mismo esta por inventar, de una forma siempre singular, y no puede evitar ni la incertidumbre ni los rodeos, Por otra parte, no es la raz6n la que sitve aqui de g los instintos, “El llegar a ser lo qh Poniendo conscientemente las metas y los imperativos, sino 2a subterrinea del temperamento tipolégico esencial: Se es presupone el no barruntar ni de lejos lo que se es, Desde este punto de vista tienen su sentido y valor propios incluso 34 Coos Linas Aste Lo QUE SE Jos desaciertos de la vida, los momenténeos caminos secundatios y erra- dos, los retrasos, las 'modestias’, la seriedad dilapidada en tareas situadas, mis alld de la tarea. En todo esto puede expresarse una gran cordura, incluso la cordura mas alta: cuando el ‘nosce te ipsum’ (conécete a ti mismo) seria la receta para perecer, entonces el olvidarse, el malentenderse, elempequefiecerse, el estrecharse, el mediocrizarse se transforman en la razon misma” % El subtitulo de Fece homo no slo desplaza la idea cartesiana de mé- todo como el seguir un camino trazado de antemano, sino que desplaza también el proyecto autobiografico de Rousseau en Las confesiones. A dife- rencia de Rousseau, el legar a ser el que se es no reposa sobre la observacién introspectiva de si mismo. Para Nietzsche no hay un yo real y escondido que descubrir, Detrés de un velo siempre hay otro velo, detrés de una miscara otra mascara, detras de una piel otra piel. El yo que importa es el que hay siempre més alld de lo que se toma habitualmente por uno por descubrir, sino por inventar; no por realizar, sino por conquistar; no por explorar, sino por crear de la misma manera que un artista crea una obra, Para legar a ser el que se es hay que ser el artista de uno mismo. Para es0 hay dos reglas funciamentales. La primera es seguir ¢) propio instinto y dejar que vaya trabajando inconscientemente la fuerza Jora, esa fuerza que “comienza a dar 6rdenes, nos saca lentamen- dades y capacidades singulares que alguna vez, demostrardn ser indispen- sables como medios para el todo, ella configura una tras otra todas las emas antes de dejar ofr algo de la tarea dominante, de la meta’, la ‘finalidad!, el ‘sentido”.®” El llegar a ser uno mismo se prepara en el inconsciente y, durante mucho tiempo, la conciencia ignora el trabajo seereto del instinto y el modo como utiliza los rodeos para impo- ner una jerarquia y una perspectiva dominante, Para llegar a la propia meta, parece decir Nietzsche, no hay que saber ad6nde se va, no hay que dejarse seducir por finalidades demasiado concretas, por imperativos con i", §9, op. eit, pp. 50-51 Jone Larnosa, los que la conciencia “se entiende demasiado pronto”, y hay que saber perder el tiempo, vagabundear, no esforzarse por nada conereto, no pro- ponetse una finalidad, no aspirar a nada determinado. La segunda regla es utilizar maestros, pero como piedras de toque, como pretextos para Ia experimentacién de si, que hay que saber aban- donar a tiempo. En el caso de Nietzsche ‘la agradable corrupcién” de Ritschl, su primer maestro de filologia, el primer seductor, Schopenhauer, el otro gran tentador, el tnico modelo y el tinico ejemplo en la época de la Tercera Intempestiva, y Wagner, a Ja vez el “antidoto para todo Io alemén” y un veneno del que tuvo que aprender a escapar. Los maestros no son otra cosa que la secreta astucia de un camino oblicuo, necesarios para seguir ese arte de las divagaciones que no es un gasto in oscura preparacién, Peto hay que saber dejarlos en el momento oportuno puesto que no son modelos de identificacién, sino astucias para diferir de ‘uno mismo, para separarse de uno mismo en el proceso tortuoso de llegar a ser el que se es, Por eso en el relato del devenir “Nietzsche” de Nietzsche, que Nietzsche se cuenta a si mismo en el umbral de sus cuarenta y cinco afios hay tantas precauciones para no ser tomado por otro. Porque é1 mismo, antes de llegar @ ser el que es, se ha tomado por otros, ha pasado por otros, se ha apartado de sf mismo en una mulitud de vias excéntricas. Todas esas figuras no son Nietzsche, pero al mismo tiempo son Nietzsche, son el deve- nir miltiple de Nietzsche, el Nietzsche del porvenir. En el Ecce homo, Nietzsche emprende la tarea imposible de distinguirlo que a él le pertenece jente y lo que no han sido sino pasajes impropios, desviaciones ‘Como si quisiera distinguirse de todas sus méscaras asumigndolss, incorpordndolas a su propio nombre, en un ejercicio delirante en el que pretende darse una unidad y un centro y un nombre, pero que s6lo puede Jograr desuniéndose y descentrandose, estaltando en miitiples nombres, en les figuras, en miiltiples firmas. En el Ecce homo el relato del “llegar a ser lo que se es" se formula en una autobiografia que hace estallar el autos, como sujeto sustancial y estable, y el bios como vida propia, personal, capaz de someterse al hilo de un relato “razonable’ 36 COMOSE LLEGA A SER LO.QUESE ES Me parece que uno de los efectos de la “inactualidad” de Nietzsche, de esa inactualidad que, para Colli, es el nicleo paradgjico de su existencia y el elemento irrecuperable e injustificable de su escritura, consiste en c iable entre nosotros y nuestras palabras. lad de Nietzsche como de una impugnacién radi cal del presente que nos lleva a distanciarnos de todos nuestros pro- plemas. Foucault habla de una extraiteza de nosotros mismos, de una cia entre nosotros ¥ nosotros mismos, de una “disociaci6n siste- de nuestra identidad”” Y Deleuze, hablando de Foucault pero también de Nietzsche, construye la inactualidad como la producci6n Jo que somos, y ya estamos dejando de ser, y quello que devenimos y que sin duda nos es desconocido. ¥ atrave- sando todas esas distancias, todas esas disociaciones, todas esas diferen- clas, todas esas extrafiezas, la que quiza sea la mas radical de todas, la que abre un abismo entre nosotros como seres parlantes y unas palabras que ya no podemos llamar nuestras. f La palabra “formacién” es una de esas palabras caidas. Caldas y olvidadas, La vieja idea de formacién nos parece ya irremediablemen- te anacrGnica. Ademis, no pocemos ya ni siquiera tomarla en su antiguo esplendot y en su antigua solidez, Primero porque pensadores como Nietzsche la han hecho estallar definitivamente, Pero también porque la ungsroman ha ido socavando implacablemente deriva misma del Bil todo lo que la sostenta, oponerle ya una idea caida. Pero qt ko que caida, Mena de posibilidades. Sélo tenemos que ser capaces de reescribitla, reinscribirla, hoy, aqui, otra vez. de nuevo, con nuestras propias palabras, para qué nos sirve el pensamiento de Nietusche, déinde toca roblemas niodemas: en realidad su pensumiento sive s6lo pare fe todos nuestros problemas, para hacernos mirur mas alli de M, Motasche, la genealogia, la bistoria, Valencia, 7 Queso que la philosophic? Pari, Minuit 1991, 9.107. 37 Jone Laxsosa Abstract How one becomes what one is. Nietesche and the outbreak of the tdea of Bildung Jorge Larrosa 's some words which appear several ti- in the Nietaschean corpus: “Wie man “How one becomes what one is", This sentences translates the motto of Pindar’s Pytbical Odes, an the sentences is put in connection with the ing and Bildungsroman, in order to point theit -s and differences. 38 acai ENFERMEDAD DEL INTELECTO Y VOLUNTAD CREADORA EN FRIEDRICH NIETZSCHE” Manuel Barrios Casares 1, Enfermedad del intelecto y cura de la voluntad En el curso de mi intervencién, espero poder tener la oportunidad <4 de corregir el exceso de una formulaci6n tan extrema como ésta que he adoptado como titulo para mi conferencia, exceso consistente en contraponer de forma radical un intelecto enfermo a una voluntad sana Pero, al menos para comenvat a desarrollar el tema, yo no quisiera renunciar ala contundencia con que desde su primera obra, HInacimiento dea tragedia, nos asalta el planteamiento nietzscheano. Sirvanos siquiera como llamada de atenci6n frente a la superficialidad de propuestas demasiado apresuradas de conciliacién por parte de cierto tipo de it presuntamente en salud, a base de consentit Ia existencia de una reserva de expresividad emocional en los mrgenes de s1 racionalidad. En su formulacion mis extrema, clejando fuera de su estricto concepto de epistome a sectores enteros de la propia actividad racional, esto es més o menos lo que viene a sugerir el neopositivismo cuando decreta que los enunciados filos6ficos tradicionales (y aludo en concreto al Camap de La superacin de la metafisica sponde ala conferencia del mismo nombre, en el marco de ls jomnadas 39

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