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oo Warr ag fnicios de la tori del cine. Ast, por ejemplo, Abel Gance compare al eine con lo jeroglicos: “Ast pes, hemos ven Goadar nuevamente, como resultado de un retorno sums mente extrazo a lo que ya fue una ver, en el plano de apres de los egipeios [| H Tenge en imigenes 0 avnaduredo todavia a plenitd porgue nuestros os n0 qneuentran todavia «a aivel, Todavia no existe el su Gente rexpeto, no se rinde el sufciente culto a lo que se xpresa en 2 O Séverin-Mars, quien eserbe: iA qué cree fue conferdo sofas de una manera que resula mis poctca mientras mis ealista et Mirado desde este punto ae vist, el cine representaria un medio de expresin in- comparable; en su atmésfera silo deberian movers per onajes del mis noble esto de pensamiento, en os instantes fais perfects y misterionos del carno de su vida". Es vray itustativo observar Ia manera en que el intento de ‘uralogar al cine coma “arte” obliga estos tebricos a iro- ‘Ghote en él elementos stuales, mientras que lo interpretan on una incomparable flla de respeto. Cuando se publi Can estasexpectlaciones existen ya obras como L’opinion jubligue y La rab vers Tor. Lo que no impide que Abel Gance ingroduzca su comparacién con ls jerogios y que ‘Severin- Mars hable del cine como se podria hablar de los tuadros de un Fra Angelico. Es indicaivo que todavia hoy Gores especielmente seaccionaros” busquen la signif: + aD sentra ns cen. conespndnte a (5): Tears, por sup, mina u aii et ne a eo detean nana sevids devez Fees hla rade aq ceambora enue den de lagen et SP lean Arnot, Ce, Pass 02 p28) Tin C teomerade LaomaveARTERLAtroCa ES AemonecrmmADTCECA 65 calles, decorados, estaciones de tenes, restaurantes, a%- To migico, lo maravilloso, lo sobrenatural.” °

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