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L a conformacién de un movimiento historiografico revisionista en torno a la Guerra del Paraguay Polémicas, intercambios y estrategias de difusién a través de a correspondencia de Luis Alberto de Herrera” Resumen La Guerra del Paraguay ocupé un lugar privilegia- do en la reflexién histérica de Luis Alberto de Herrera, lider del Partido Nacional uruguayo y des- tacado integrante del revisionismo hist6rico riopla- tense. Laelaboracién de una versién altemnativa de esa etapa del pasado interes6 al autor desde comien- zos del siglo XX, y en torno a ella mantuvo inter- cambios personales y epistolares con argentinas, brasilefios, paraguayos y compatriotas, por espacio de varias décadas. Este itinerario pone de manifies- to algunas de las hatallas libradas en fos campos de la Historia y de la memozia para imponer la versién revisionista, la temprana vocacién regional del mo- vimiento, el estrecho vinculo entre las represemta- cones del pasado y el discurso politico que lo ca- ron y, en particular, diversas estrategias uti- lizadas para la difusién de su prédica, Palabras clave Historiografia ~ Historia politica - Memoria — Revisionismo Histérico - Cono Sur — Uruguay Mania Laura REAL Abstract ‘The Paraguayan War had a privileged place in the historical reflexion of Luis Alberto de Herrera, leader ‘of the (Uruguayan) National Party (Partido Nacional), and outstanding figure of the historical revisionism of the Rio de la Plata, The making of an alternative vision about this petiog of the past interested the author from the beginning of the 20th centuty, and about this vision, he held personal and epistalar exchange with Argentinean, Brazitian, and Paraguayan people, and with his own fellow citizens, for several decades, This itinerary makes evident some of the battles which take place in the fields of History and Memory to impose the revisionist version, the early regional vocation of this movement, the close relationship between the representations of the past and the political speech, which characterized that revisionism, and, particularly, the diverse strategies used for the diffusion of its preachment. Key words Historiography — Political History ~ Memory - Historical Revisionism ~ Southern Cone ~Usuguay \¥ Recibido con pedido de publicacida el 31/03/2003 ‘Aceptado para su publicacién e! 07/07/2003 Versién definitiva recibida el 28/12/2003 Maria Laura Reali es profesora de la Universidad de la Repiblica, Montevideo, Repablica Oriental del Uruguay REALI, Marfa Laura“La conformacién de un movimiento historiografico revisionista en torno a la Guerra del Paraguay. Polémicas, intercambios y estrategias de difusion a través de la corresponden- cia de Luis Alberto de Herrera”, probistoria, ano VIII, nimero 8, Rosario, Argentina, primavera 2004, pp. 193-227. = Este trabajo se inscribe en el marco de la tesis de doctorado “Représentations du pass€ et discours politiques ‘en Uruguay, dans ta premiare moitié du XXéme sigcle”, que se desarrolla en |’Ecole des Hautes Etudes en ‘Sciences Sociales (Paris, Francia}. Agradezco los comentarios de los réferis anénimos de esta revista. Maria Laura Rea! “La conformacién ...” Introduccién uis Alberto de Herrera (1873-1959)! constituy6 un exponente relevante del revisionismo hist6rico rioplatense, combinando su destacada actuaci6n politica en el Partido Nacional uruguayo, donde ejercié el liderazgo por mas de treinta afios, con una sostenida produccién historiografica. Sus abordajes del pasado se desarrollaron en toro a dos ejes fundamentales: la Guerra Grande y 1a Guerra del Paraguay. La distancia temporal de os sucesos impuso la primacfa de la reconstruccién a partir de documentos escritos. Sin embargo, en ambos casos, y especialmente en el segundo, la recuperacién de Ja memoria jugs un rol relevante, siendo permanentes las referencias a tradiciones familia- res que cran también partidarias. Los planteamientos del autor fueron elaborados y reelaborados en constante interaccin con sus propuestas en el terreno politico, determi- nando variaciones en su apreciacidn hist6rica, y en el lugar que cada tema ocupé en su prédica, El presente trabajo se propone considerar la formulaci6n de una versién revisionista? en torno ala segunda de las problematicas mencionadas, interesdndose particularmente en las estrategias utilizadas por Herrera para difundir su posici6n, y en los intercambios esta- blecidos con argentinos, brasilefios, paraguayos y compatriotas en torno a la misma, en las primeras tres décadas del siglo XX. La abundante correspondencia que se conserva del autor, aunque en su mayor parte pasiva, constituye una fuente de primer orden para abordar esta temética. El intercambio epistolar recoge los comentarios y sugerencias de los actores, aporta informacién sobre la Abogado de profesién, se integré tempranamente a lo vida politica, actuando en el Partido Nacional, agru- pacién de la que Juan José de Herrera, su padre, habia constituido una figura destacada, Participé en fos eenfrentamientos armados organizados por dirigenies de este partido politico en los tiltimos afios del siglo XIX, en demanda de una depuracién de los mecenismos electorales y de una copanticipacién efectiva de las distintas fuerzas politicas en el gobierno. Se pronuncié Iuego por una transformacién por la via efvica, Jugando un rol fundamental en la modernizacién de las estructuras partidarias y en la extensién de Ia participacin politica a sectores mas ampligs de la poblacién. A partir de los aflos 1920s. y hasta su muerte ocurtida en 1959, ocup6 por largos periodos la presidencia del Directorio del Partido Nacional. Fue el lider del herrerismo, fraccién que reunid por lo general la mayoria electoral del mencionado partido, y que constituy6 frecuentemente su ala conservadora. Desempefié diversos cargos piiblicos. Fue designado Se- cretario de 1a LegaciGn del Uruguzy en Estados Unidos y México (1901-1904); fue electo Diputado en 1905 y 1914; presidié el drgano ejecutivo colegiado denominado Consejo Nacional de Administracion en Ja década de 1920; y ocupé una banca en el Senado por dos periodos consecutivos en los afios 1930s. Fue proclamado candidato a la Presidencia de la Repablica en reiteradas ocasiones. Form6 parte de la direccién y de la redaccién de diversas publicaciones periddicas, entre las que cabe sefialar Bl Nacional, La Dem: cracia, y El Debate. En este titimo medio de prensa difundié buena parte de sus trabajos hist6ricos publi- cados anteriormente, y también escritos inéditos que aparecerian luego reunidos en diversos volmenes. Su actividad fue permanente en esta disciplina. Constituye un exponente relevante de la corriente historiogratfica denominada revisionismo en el Smbito regional (Argentina, Paraguay y Uruguay), y una figura clave de la ‘manifestacién uruguaya de esta verticnte Los términos revisi6n, revisionismo y revisionista se manejan en este trabajo en su acepcién amplia, ya que no se ha considerado apropiado limitar su uso a la caracterizacién de la propuesta de! autor en el perfodo en ue ha sido situado tradicionalmente en Argentina, e! momento de estructuracién del movimiento que lleva ese nombre. prohistoria 8 - 2004 circulacién de escritos, refleja las principales polémicas desarrolladas en la prensa y los debates parlamentarios en torno al pasado. Aporta informacién relevante sobre las condi- ciones de produccién de la obra de Herrera y sobre las estrategias utilizadas por éste para difundir sus trabajos. En un plano mas general, pone en evidencia la dimensi6n regional de un movimiento de opinién generado en torno a la revisién de la Guerra del Paraguay, cuya accién se vuelve perceptible ya a comienzos del siglo pasado. Reyisi6n hist6rica, politica interna y relaciones internacionales La revisi6n histética del proceso que culmin6 con la Guerra del Paraguay se conté entre las preocupaciones tempranas de Herrera por el pasado. Ocupé un lugar significative en la teflexidn del autor durante toda su vida y respondia, en el terreno contemporaneo, a las inquietudes del hombre pitblico por el equilibrio geopolitico regional. La tradicién politica y familiar de Herrera imprimié cierto rumbo a sus deliberaciones. Episodios previos a la Guerra de} Paraguay, acaecidés en territorio uruguayo, involucraban directamente la ac- tuaci6n de Juan José de Herrera como Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Bernardo P. Berro, depuesto por las fuerzas al mando de Venancio Flores. Los papeles legados por su padre constitufan un recurso documental de primer orden al abordar la etapa considerada. La incidencia de la trayectoria familiar sobre la posicién asumida por el autor en relacién con esta etapa parece haber sido considerable. Asi lo sugiere, por ejem- plo, un intercambio epistolar sostenido en 1928 con los escritores brasilefios Baptista Pereira y Walter A. de Azevedo, donde Herrera hacfa cuestin de honor de la versién difundida por otro integrante de su agrupaci6n politica, Alberto Palomeque, segtin la cual su padre se habria retractado de su actuacién politica durante el perfodo considerado.? Mas alld del Ambito familiar, los sucesos uruguayos asociados a la guerra del Paraguay involucraban directamente {a tradicién politica a la que pertenecfa Herrera. La caida de la administra- cién de Bernardo P. Berto y la defensa de Paysandii marcaban los puntos culminantes de una gesta conmemorada por la colectividad blanca como sacrificio heroico en defensa de ‘LA polémica se desarrolla en torno a una afirmacién de Alberto Palomesue, quien habrfa escuchado decir a Luis Mefién Lafinur, que encontréindose una vez en compaiiia de Juan José de Herresa, en momentos en que (ste ordenaba sus papeles para escribir sobre le perfodo de la guerra del Paraguay, habria comentado nega- tivamente su propia actuacin, preguntindose dénde estaban sus amigos que le permitieron hacer tantas barbaridades. Tal afiemacién fue recogida en una conferencia por el escritor brasilefio Baptista Pereira, de quien Herrera obtuvo una rectificaci6n sobre el punto, presentando como prueba un escrito de Alberto Palomeque en el que este reconocia que no podia demostrar su afitmaciGn, Ba carta dirigida a Walter A. de Azevedo el 20 del abril de 1928, Herrera sefialaba: “Con timbre de honor, siempre le of evocar, a mi padre, aquellas nobles memorias sin mancilla, luminadas por el patriotismo y selladas con el martitio de Paysandé Es realmente inaudito que asf se adulteren fos hechos. [...J el menor deber de un hijo es defender at nombre de su padre, muerto, contra un cargo adioso y totalmente desprovisto de fundamento.” Cf. Museo Histori~ co Nacional, Archivo del Dr. Luis Alberto de Herrera (en adelante MHN, ALAH), Correspondencia (1928), \XXIX, f. 34, Carta fechada en Montevideo, ef 20 de abil de 1928. Cfr. también MHN, ALAH, Corres- pondencia (1928), t. XXIX, fs. 34, 35, 65, 70, y 80: y PALOMEQUE, Alberto Conferencias Histéricas, Libreria de la Universidad, Montevideo, 1909. En todas las citas de este abajo, la ortografia ha sido ajustada a los pardmetros actuales Maria Laura Reatt “La conformacién ...” las autoridades legalmente constituidas. Desde esta perspectiva, el gobierno de Venancio Flores, impuesto por la revolucién que depuso al Presidente Berto, habfa involucrado al Uruguay en una disputa internacional que en nada le competfa, como pago a los gobiernos vecinos por la colaboracién recibida en el conflicto interno. Herrera valoré siempre negativamente la guerra de la Triple Alianza, aunque la mo- deraci6n critica que demostré en sus primeros escrites se torné luego en discurso apologé- tico sobre los vencidos, en condena radical de la alianza mitrista-imperial, a cuya politica “conspirativa” alribuia Ja responsabilidad del conflicto armado en Paraguay, y de su ante- cedente uruguayo. En enero de 1906, la muerte de Bartolomé Mitre dio origen a una exten- sa polémica sobre la temética, cuando un conjunto de representantes del Partido Nacional, entre los que se encontraban Herrera y Carlos Roxlo, negaron su voto a los homenajes dispuestos por el Gobierno uruguayo frente a Ja desaparicién del eminente hombre piiblico argentino. Desde las paginas de Le Democracia,* periddico dirigido por Herrera, se justi- ficé esta actitud por el efecto negativo de la politica mitrista en la regién platense, si bien se reconocfa Jos méritos de sv accién en su propio pafs. Si en este tiltimo habia constituido un invaluable agente de la unidad nacional, fuera de fronteras era responsable de la ruptura del equilibrio geopolitico regional. Segiin se sefialaba en ese medio de prensa, la resultante del conflicto de 1865 habfa sido un Uruguay debilitado, sometido en lo interno a una permanente hegemonfa del Partido Colorado y a las convulsiones sociales que ésta provo- caba, y a merced de sus dos grandes vecinos en el terreno internacional. Se habia roto para siempre la idea de una comunidad de pequefios estados que, en alusién directa al proyecto artiguista, habrfa incluido Corrientes y Entre Rfos. Se habia perdido también la garantia de un Paraguay fuerte, “aliado natural” del Uruguay, que actuara como contrapeso de los grandes colosos del sur E] otro aspecto reprobable de esta politica era el haber consagra- do “..por medio de las armas, el derecho a intervenir en los litigios interiores de las patrias ajenas...” De esta forma, el asalto de Paysandti y la guerra del Paraguay constitufan “...uno + La polémica, cuyo momento de mayor intensidad se registré entre el 20 de enero y los primeros dias de febrero, involucr6 en particular al diario La Democracia y al 6rgano det Partido Colorado El Dia, ditigido por el entonces presidente de la Republica, José Batlle y Ordéinez. Los articulos aparecidos en La Democra- cia responden a la pluma de Carlos Roxlo y Luis Alberto de Herrera, sin que sea siempre posible determinar a cual de ellos coresponde cada uno, pues aparecen sin firma, Se los cita aquf indistintamente, por la coincidencia que demuestran en relacidn con ta tesis defendida. En un editorial de 20 de enero se seftalaba: “..de los Esteros del Paraguay, salié hecha la confederacién Argentina, limitando el horizonte de nuestra historia, decretando lo eterno de nuestra pequefiez, matando las Ultimas vislumbres del ensueflo artiguista, desterrando de nuestra casa de gobierno a la legitimidad y centregando la patria a la perpetua dominacién de un bando!” La Democracia, Montevideo, 20/01/1906, “B) General Mitre”. editorial. Y en un ariiculo del dfa siguiente se volvia sobre el mismo punto: “Sin la ‘Triple Alianza |...) otra hubiera sido la politica internacional del Rio de la Plata. No estarfamos a merced de los colosos que nos aprietan como una tenaza; nuestro predominio comercial se hubiera mantenido; el imperio hubiera durado menos de lo que dur6, y nuestros aliados naturales se hubieran desenvuelto, cons- tituyéndose como una constelacién de estados auténomos 4 lo largo de los tios del sur!” La Democracia, Montevideo, 21/01/1906, “Toque de Guerrillas”, editorial. prohistoria 8 -2004 de los precedentes mas funestos que registra en sus paginas la historia de los paises sud- americanos, siendo un deber, para los legisladores de los pafses pequefios, protestar contra todos Jos que enaltezcan y levanten ese odioso principio."6 Este cuadro internacional involucraba también una reconsideracién de los procesos e itinerarios de las figuras hist6ricas en el interior de cada pais. Al plantearse en el trans- curso de la polémica la participacin de Mitre en el bando de La Defensa durante la Guerra Grande, los articulistas de La Democracia no se pronunciaron a favor de ninguna de las tendencias en conflicto, considerando que “La libertad nativa no estuvo ni con los sitiados ni con los sitiadores...”, ya que mientras estos tltimos “...se apoyaban en un ejército ex- tranjero, no es menos verdad que los auxiliares eran més numerosos que los nativos dentro de la plaza...” Frente a este precedente, la defensa de Paysanddi se constitufa en acto de soberanfa pura, “...sin escuadras extranjeras que la resguarden, sin tutelas extrafias que amengiien el brillo de su papel histérico...”” La comprobacién de este aserto implicaba demostrar la participacién de agentes extranjeros en las fuerzas agresoras y la complicidad del gobierno de Mitre con la revolucién de Flores que, denunciada ya en el curso de la polémica, ocupé un lugar destacado en trabajos posteriores de Herrera.* La tematica de la guerra de la Triple Alianza fue objeto de una nueva polémica al aio siguiente, con motivo de considerarse una iniciativa por la que los jefes y oficiales que hubieran actuado en la Defensa de Montevideo y en la Guerra de] Paraguay revistarian en situaci6n de actividad? En ambas controversias, la discusi6n de los procesos regionales y nacionales involueraba directamente sucesos y figuras ligadas ala tradicién de los partidos * La Democracia, Montevideo, 20/01/1906, “El general Mitre”, editorial Las citas precedentes fueron tomadas de La Democracia, Montevideo, 30/01/1906, pp. | y 2, “Volviendo a fa brecha”. Ademés de recurrir a posibles pruebas materiales de la complicidad, entre las que menciona “..cl arma- mento sorprendido por el gobierno oriental en el buque argentino “Villa del Salto’..", Hemera apel6 a ta opinién de diversos autores contemporsineos y posteriores a los sucesos que sostenfan esa connivencia, y recogié incluso testimonios de protagonistas. Se dirigié por ejemplo al Almirante Martin Guertico, que habia servido en el buque Caaguazi, intentando obtener de este Ia comprobacién de que dicha embarcacién habia coriducido al general Venancio Flores a territorio oriental, segiin ordenes del general Gelly y Obes, quien habria asistida personalmente al embarque, La correspondencia de Herrera de los aftos 1910s. y 1920s. contiene algunas cartas celativas a este stceso, que aparece también referido en sus trabajos. Cf HERRERA, Luis Alberto de Buenos Aires Urquiza y el Uruguay, Edicién Homenaje, 2, Buenos Aires, 1943, pp. 196-199. [1*, Ed, 1919]. Frente a la insistencia de Herrera, que habja scftalado a fines de la dgcada del diez, la imposibilidad de obtener una ratificacién escrita de la complicidad admitida verhalmen- te por Guerrico, este tltimo le escribié en 1924, deslindando a Mitre de los sucesos y sefialando que éste “se negé obstinadamente a intervenir en Jos asuntos internos del Uruguay..." y que “..ba expedicién no fue en ningiin modo protegida por el Gobierno de Buenos Aires, y si se facilits e! viaje de Flores, sin acmas y acompafiado tan solo de un asistente, tienc que haber sido por resolucién personal del General Gelly, ‘extrafia a la voluntad de Mitre.” MHN, ALAH, Correspondencia (1924), t, XXII, f. 52. Carta fechada en Buenos Aires, el 25 de julio de 1924 % Cli Diario de Sesiones de la Camara de Representantes, (en adelante DSCR), Montevideo, t. 190, 19 de marzo y 2, 4, 6,9, 11 y 13 de abril de 1907, pp. 201-221, 241-257, 264-280, 311-326, 333-342, 344-366 y 373-377 respectivamente. Ver en particular, las intervenciones de Luis A. de Herrera y Carlos Roxlo. Maria Laura Reatt “La conformaci6n ...’ hist6ricos uruguayos. La confrontacién evidencié la impregnacién politica de los debates sobre el pasado y fue acompafiada por ciertos episodios que pusieron de manifiesto un enfrentamiento por la memoria." Si la propuesta legislativa de 1907 sobre tratamiento preferencial a los militares de La Defensa y la Guerra del Paraguay constitufa un acto oficial de reconocimiento a la tradicién politica colorada, una decisién relativa al nomenclador montevideano habfa marcado este enfrentamiento durante los homenajes a Mitre dispuestos el aio anterior. Por resolucién de la Junta Econémico-Administrativa de la capital ~inspirada en una iniciativa de la Cémara de Representantes-, se habia decidido dar el nombre Bartolomé Mitre a la antigua calle Cerrito. Esto motivo una enérgica protes- ta de la prensa blanca, que denuncié la medida como un ataque indirecto a su tradicién partidaria, mediante la supresin de una denominacién que conmemoraba un triunfo de las fuerzas orientales al mando de Manuel Oribe, durante la dominacién luso-brasilefia, Des- de esta perspectiva, se sostuvo que el acontecimiento se inscribfa en la lucha por Ia inde- pendencia nacional y debia considerarse, por tanto, como una efeméride patria supra par- tidaria."" La valoracién de Herrera sobre estos procesos hist6ricos regionales mantenfa tam- bién una estrecha vinculacién con sus preocupaciones contempordneas en el terreno inter- nacional, La posicién del Uruguay en el concierto regional, los problemas de limites pen- dientes y la definicién de estrategias para establecer relaciones con los paises vecinos ocuparon un lugar destacado en sus escritos del perfodo. La polémica mantenida en la segunda mitad de 1907 con el jurista argentino José Le6n Suarez, en tomno a la soberanfa del Rio de ta Plata, constituye un claro ejemplo de estas inquietudes de Herrera y de la forma en que ellas aparecen ligadas a sus reflexiones sobre el pasado. En agosto del men- cionado aifo, y en plena confrontacién de opiniones sobre la jurisdicciGn del estuario "Los vinculos entre Historia y politica, asf como la intencién revisionista, fueron explicitados en mas de una oportunidad por Roxlo y Herrera en el transcurso de estos debates periodisticos y parlamentarios. En un articulo de La Deniocracia de 30 de enero de 1906, se seitalaba: "No nos extrafia que nuestra actitud sorprenda y angustie a os que todo lo sacrifican ala conveniencia y ala oportunidad, ~como no nos extraiia que nuestra actitud sobrexcite y encrespe a los sacerdotes de la historia hecha al uso del partido que manda [..1 Lo tinico que logran esas acusaciones, es empefiarnos més en nuestra tarea reivindicadora, pues, ~a medida que revolvemos papeles y libros~ mas nos persuadimos de que estamos lidiando por el principio de la nacionalidad y por la causa de nuestra soberania.” La Democracia, Montevideo, 30/01/1906, p. 1, “Vol- viendo a la brecha” "Cir. La Democracia, Montevideo, 24/01/1906, "Tirando al partido y pegando a ta patria", editorial, © Originado a partir de un decreto del gobierno uruguayo sobre pesca a vapor con redes de arrastre, y del anuncio de una reclatnacién de 1a cancilleria de este pais por la participacién de autoridades de Martin Gareja en el naufragio de una embarcacién en aguas consideradas de jurisdiccién oriental, el debate se desarrolls en agosto y setiembre de 1907, ¢ involucré a diversos medios de prensa y personalidades urugua- yas y argentinas, y en particular a los diarios La Prensa de Buenos Aires y La Democracia de Montevideo ‘A las tesis de soberanfa argentina sobre las aguas del Plata, o de aguas comunes a partir de determinadas mitlas de la costa, sostenida por José Leén Suirez, se oponta la de una linea divisoria imaginaria, que ‘epartiera las aguas igualitariamente entre los dos riberefios, nica aceptable a criterio de Herrera. Ademés, de movilizar fa opiniéa nacional, este dltimo desarroll6 una estrategia « escala regional, publicando una ptohistoria 8 - 2004 platense, la adhesién del gobierno uruguayo a una reunién de jefes sobrevivientes de la Guerra del Paraguay, con motivo de conmemorarse el aniversario de la batalla de Yatay, motiv6 un artfculo de La Democracia que combinaba las referencias a estos sucesos hist6- ricos con la problemdtica de limites contempordnea. Considerando “...equivocada la acti- tud asumida por el gobierno...”, seitalaban la inconveniencia para el “...interés nacional de los uruguayos de insistir en el culto oficial de una tradicién dramatica...” como la de la Triple Alianza, que implicé el engrandecimiento a “...costillas del Paraguay y a costillas nuestras...” de "...vecindades que ya sentimos temibles.” Y conclufa sefialando que siendo Uruguay una “Nacién pequefia y relativamente débil ...], lamas elemental sensatez nos dice que debemos preocuparnos muy seriamente de extinguir en- conos extremos y de conquistar simpatfas continentales de timbre bien valioso. “Si por acaso lo hubiéramos olvidado, el reciente suceso de las aguas jurisdiccionales en el Rio de la Plata, nos prueba, con una elocuencia cien veces titil, que ha llegado e! momento de que el pequefio Uruguay organice y fomente, con eficacia, su politica exterior. “Debemos cultivar amistades y afectos internacionales en todo el con- tinente. “Esa misma degollaci6n del Paraguay sefiala un ejemplo inolvidable.””? De esta manera, Jas polémicas relativas al periodo de la guerra del Paraguay, desa- rrolladas en 1906 y 1907 respectivamente en la prensa y el parlamento, involucraron direc- tamente aspectos politicos de actualidad. El pasado en discusién concernfa a tradiciones nacionales y regionales de las que los partidos uruguayos se reclamaban en cierta forma herederos. Ademés, la argumentacién hist6rica que nutrié estas controversias fue retomada directamente en la discusi6n de problemas contempordneos. En lo que respecta a Para- guay, el debate abrié también una via a la reconsideraci6n de la figura de Francisco Solano carta que le habfa ditigido el Minisiro brasileio en Argentina, Assis Brasil, en la que éste mostraba cierta inclinacién por la tesis de Herrera, asf como cartas de intelectuales paraguayos en igual sentido. Cf. La Demucracia, Montevideo, 1° de setiembre, p. 1, editorial; 3 setiembre, p. 3; 4 de setiembre, p. 3.En una de sus réplicas a José Leén Suarez, el autor uruguayo sefialaba “No sera ciertamente ef capricho quien fallara la diferencia sobre el estuario. La cuestidn toca a una mitad de Sud América, involucrada en el asunto, ya otra mitad de Sud América, doctrinariamente interesada en su solucién.” La Democracia, Montevideo, OW 09/1907, p. 1, “Las aguas del plata y nuestra jurisdiceién’” La Democracia, Montevideo, 20/08/1907, “El agravio exterior”, editorial. En una cana ditigida por el paraguayo Juan E. O'Leary a Herrera, publicada al dia siguiente, el primero manifestaba que “Los viejos problemas internacionales agin no estén resueltos en la América rioplatense. La preocupacién patridtica de Berro y Lépez ante el desequilibrio del Rio de la Plata, sigue siendo la misma que agita los corazones de orientales y paraguayos..." En ese sentido, se pronunciaba por “el acercamiento de las patrias chicas, como inica salvacién ante cl peligro que importaba la vecindad de los pueblos grandes y ambiciosos.” Carta de 4 de julio de 1907, publicada en La Democracia, Montevideo, 21/08/1907, p. 3, “Solidaridad paraguaya”, Maaria Laura Reati “La conformacién ...” Lépez que, segin los articulistas de La Democracia, “...envuelto en la bandera de su na- cién, deja de ser un tirano monstruoso, para convertirse én el simbolo de la Patria invadi- dar" La dimensién regional del debate, a través del intercambio epistolar Por esos mismos afios, en el archivo de Herrera se pone de manifiesto el intercambio de correspondencia con diversos intelectuales paraguayos que cumplieron un rol protagénico en la reivindicacién de Lépez, dando comienzo aun movimiento que alcanzé mayor desa- rrollo en las décadas siguientes, La actitud asumida por ciertos diputados nacionalistas frente a los homenajes oficiales tributados a Mitre en el Uruguay tuvo repercusiones en el Ambito paraguayo y los escritos publicados con ese motivo por Herrera y Roxlo circularon en los ambitos de tendencia lopizta, siendo reproducidos en medios de prensa de ese pats. En los primeros meses de 1906 Enrique Solano Lépez escribfa a Herrera, sefialindole que la reproduccién de los articulos aparecidos en La Democracia con motivo de la muerte de Mitre, habja sido interrumpida momenténeamente a causa de la clausura por deudas de la imprenta del periddico paraguayo La Tarde, pero serfa retomada a la brevedad posible.” En diciembre del afio anterior, y con motivo del anuncio de Herrera sobre su intencién de publicar las memorias de su padre Juan José de Herrera sobre la guerra del Paraguay, L6pez habia puesto a su disposicidn la correspondeencia del suyo relativa a los afios 1856- 1860, asf como la confidencial con el general Mitre de 1863 y 1864. La carta dirigida con ese motivo al autor uriguayo culminaba con el siguiente comentario: “La lucha que hemos emprendido [...] es ardua, por tener que destruir, opiniones interesadas y ya muy arraiga- das, coronadas por el éxito. Nos alienta Gnicamente que la verdad historica, tarde 0 tem- prano se abre paso, mediante la dedicacién de los que por ella lchan.”"* Desde ese momento los intercambios epistolares fueron siempre en aumento, contri- buyendo a estructurar un movimiento revisionista sobre la guerra del Paraguay en el que Herrera constituy6 una figura de primer orden, Entre los corresponsales de ese pais con los que mantuvo un vinculo més estrecho y prolongado se contaba Juan B. O’Leary, quien puso en contacto al autor uruguayo con intelectuales paraguayos como Ignacio Pane, Arsenio Lopez Decoud, Juansilvano Godoy y Natalicio Gonzilez. Poniendo su pluma al servicio de la tendencia lopizta o resistigndola, éstos y otros machos paraguayos mantuvieron co- rrespondencia ¢ intercambios personales con Herrera alo largo de varias décadas. Al mis- mo tiempo que introducfa a éste en su circulo, O’ Leary establecié comunicacién con hom- bres de letras ureuguayos como Luis Melidn Lafinur, Jos¢ Enrique Rod6 y Juan Zorrilla de “La Democracia, Montevideo, 24/01/1907, p. 1, “Tendiendo tas Tineas” Cir, MHN, ALAH, Correspondencia (1901-1907), t. VI, f. 36. Carta sl, sid. Mas adelante, Lépez conti ‘nuaria sus actividades de propaganda desde la redaccién del perisdico General Caballero. “\ MHN, ALAH, Correspondencia (1901-1907), t. VI, £. 34. Carta fechada en Asuncién, el 19 de diciembre de 1905, prohistoria 8 - 2004 San Martin, intentando ganarlos para la causa que defendia."” El poeta paraguayo mantuvo también vinculaciones con otros hispanoamericanistas sensibles a su perspectiva, como Rufino Blanco Fombona"® y Carlos Pereyra. En 1908, Herrera publicé el primer volumen de La diplomacia oriental en el Para- guay,” dando inicio a una serie de trabajos que culminarfa en 1951 con la edicién de Antes y después de la Triple Alianza, en los que el autor trataba diversos aspectos del conflicto que en la segunda mitad del siglo XIX enfrenté al Paraguay con las fuerzas aliadas de Argentina, Brasil y Uruguay. La aparici6n de este primer libro, trascripcin comentada por Herrera de la correspondencia oficial y privada de su padre relativa a su actuacién durante los gobiernos de Bernardo P. Berro y Atanasio Aguitre, dio lugar en los aitos siguientes a un incremento de intercambios y a una ampliacién del nimero de interlocutores del autor uruguayo en el Paraguay. Poniendo en prdctica una modalidad de distribucion de la obra que fue siempre caracteristica de Herrera, éste se ocupé directamente de su envio a diver- sos particulares, publicaciones periddicas ¢ instituciones culturales, delegando parcial- mente esa tarea en algunas de sus amistades, que se encargaron de difundir la obra en sus propios circulos.” Testimonio de su posicién en materia internacional, a partir de una evaluacién retrospectiva de ciertos procesos regionales y de sus proyecciones presentes, el trabajo de Herrera quedé también inserto en la corriente de reivindicacién lopizta que agit6 la opinién publica paraguaya en las primeras décadas del siglo XX. El autor participé de la misma a través de un intercambio permanente de escritos que, concebidos para su difusion en Uruguay, eran reproducidos total o parcialmente en libros, folletos y publica- ciones periédicas afines a Ia tendencia en Paraguay, siendo frecuente también el movi- miento inverso. El segundo volumen de La Diplomacia Oriental en el Paraguay constitu- © Comentando a Herrera la vista realizada en 1915 por Juan Zomritla de San Martin al Paraguay, con motivo de conmemorarse la fecha patria uruguaya del 25 de agosto, O'Leary sefialaba los intentos por atraet a su ‘campo al escritor oriental: “Hemos hecho y hacemos todo 1o que podemos por ser agradables al noble vate [1 Yo creo que Zorrilla pensard de otro modo cuando vuelva y que st mitrismo se ha de enfriar un poco.” MHN, ALAH, Correspondencia (1915), . XIII, f.57. Carta fechada en Asuncidn, el 29 de agosto de 1915, * mediados de la década de 1910, Rufino Blanco Fombona habria puesto su casa editorial a disposicién de ‘O'Leary para publicar algtin escrito del autor paraguayo sobre Lopez, Diez afios mis tarde, tuvo a su cargo cl prélogo a la segunda edicién del libro El Mariscal Solano Lépez del mencionado escritor paraguayo, realizadaen 1925, y en 1929 se ocups de comentar extensamente otra obra de O'Leary titulada El Centauro de Ybycui, bordaje de la guerra del Paraguay a través de la biogralia del general Bernardino Caballero, que fuera lugarteniente de Lépez. También mantuvo contactos epistolares esporddicos con Herrera, a quien

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