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1.1. LOS PROBLEMAS PRINCIPALES “ta mavorta dels saps piniivorenaveran gu jos dniconprinlpl2t 2 7 fo que constan todos 10s entes » faxes eran ts de dole marerta, pues aguello de lo due cont ei tio, ef ‘6x ef primer ovigen de su generacian vel tdrmino ive: el prover otto defo ones. ¥ por exoereen que nse genera st dest ‘hava, penixando que tal naturaleca se conserva siempre, ‘Pero cuanto at mimero. a la expecte de tal principe, no todos dicen lo mismo,” Anustdnuves: Metaftsca, 1,3, 983, 1 problema principal planteado por los pensadores presocrdticos fue el del {opyt arjé), se trataba de investigar e! principio fundamental de ta realidad, aque Ho de to que todo brota y a to que todo vuelve. De Ia nada nada puede surgir, en consecuencia, tiene que existir una realidad primera, arjé, de la cual se deriven {ovlas las demas, En este sentido, los fildsofos presocraticos entendieron por arjé: 4) lo primero en el orden del set, es decir, la primera realidad, aquello de to que ‘cualquier otta se deriva o procede; ) el sustrato y fundamento que se encuen- Ura presente (y permanece invariable) en el curso de todos los cambios, esto ¢s, lo ‘que en ultimo término toda otra realidad es; c) la fuerza rectora 0 naturaleza (galors, phisis) que gobicrna y explica (o posee la razén de) cualquier otro género de realidad, sus estructuras, sus cambios, sus propiedades y su actividad. De acuerdo con tas caracteristicas enunciadas, nada se engendra ni nada se ‘corrompe, ya que el arjé, en tanto en cuanto realidad primera como principio y sus- ‘rato de todas las cosis, se encuentra presente en todos los cambios, permanece ‘nmutable a to largo de todos ellos y regula su actividad, Junto con este problema, destaca el de las facultades cognoscitivas humanas. En ‘este aspecto, los primeros fildsofos griegos propendieron a contraponer el conoci- ‘iento sensible a 1a raz6n y, en general, opinaron que los sentidos eran fuente de error, que por medio de elios no podiamos Megar a la verdad, sino que ésta s6lo podia aleanzarse en virtud del conocimiento intelectual, gracias a la razén. Seguin la tradici6n historica occidental la Filosofia tiene su inicio en Mileto, colo: hia griega del Asia Menor, y Tales de Mileto pasa por ser el primer filésofo de Rombre conocido, Seguin Tales, el arié es el agua, ella todas las cosas v dl todas las cosas sas vuelven y, asimismo, dicho Posteriormente, Anaximandro indicé que el principio fundamental (arjé) de Raturaleza es el dpeiron (Io indeterminado, lo ilimitado) y segin Anaximenes € @ Los eléatas ‘Es necesario que conozcas toda mi revelacidn y que se halle a tu alcance el inirép do corazén de 1a Verdad tanto como las opiniones de los mortales, que no encterran creencia verdadera, No obsiante, atte serd dado aprender todo esto. Voy a decite ‘ahora mismo, prestaatencign a mis palabras, las unicas que se ofrecen al pensaimien 40 de entre los caminos que revste la busqueda. Aquella que afirma que el Ser es el No-Ser no es, significa la via de a persuasion —puesto que acompana ata Verdad. Y la que dice que el No-Ser existe y que su existencia es necesaria, ésta, no 1eng0 ‘eparo en anuncidrielo, resulta un camino totalmente negado para e! conocimiento Porque no podrias jamés llegar a conocer el No-Ser —cosa imposible y ni siquiera expresarlo en palabras, porgue el pensar yel ser son una y la misma cosa Je Yeinorser? Hacia finales del siglo Via. C., en Elea florecié una escuela cuyas figuras principa- les fueron Parménides y Zen6n. Segin estos fildsofos, la realidad es el Ser, lo que ¢5, lo inico que plenamente es. Parménides distingui6 dos vias de conocimiento, a saber: la via de la opinion (86a, doxa) y la via de la verdad (emustmun, epistéme); segun él, la via de la opi. nign significa la actitud cognoscitiva esponténea, el testimonio de los sentidos, es la via que siguen los “vulgares mortales” y conduce a la ilusidn, alas apariencias, al ‘error. Parménides sitia en esta via las teorias cosmoldgicas de los milesios. En ‘cambio, la via de la verdad se corresponde con la auténtica via de investigacion¥, por ella, se llega al verdadero conocimiento, ésta consiste en una deduccidn racio. nal perfecta, mediante la cual se pone de relieve que e! Ser es y es imposible que no seay el No-Ser no es y ni siquiera puede ser pensado. De este modo, intent6 poner de relieve la coincidencia del pensar con el Ser (con la realidad). Los sentidos carecen de capacidad para suministrarnos la verdad y a ésta s6lo podemos acceder mediante el ejercicio de la actividad légico-racional {que pone de manifiesto que la realidad, el Ser, siempre es. Entre el Ser y el No-Ser (la nada) no puede darse un término medio, en consecuencia, no puede haber dife- Tencias dentro del Ser, pues sélo la nada es distinta al Ser; pero la nada nada es (es, decir, no es) y, por tanto, no puede diferenciar. Se pone en evidencia, pues, que el Ser es uno, inengendrado, imperecedero, perfecto, inm6vil e indivisible, todo seme: jante a una esfera perfecta cuyos puntos son perfectamente equidistantes del centro: el Ser es siempre acabado y completo, esto es, perfecto. @ Herdclito de Efeso Herdclito de Efeso, coeténeo de Parménides, es conocido por ser el fil6sofo del movimiento, del devenir; segiin él todo se encuentra perpetuamente en cambio (pdnta rei): “nadie puede bafiarse dos veces en el mismo rio"; las cosas se mudan fen sus contrarios sin detenerse jams; el mundo, la realidad, es semejante a un fue- 7. Zenén de Elea (490-430 a. C.) Discipulo de Parménides, inten 16 ratificar los principios par ‘menideos por medio de sus céle- bres aporias, la mds conocida de las cuales es ta de “Aquiles’ (que consiste en lo siguiente: que el mds lento no serd jamds calcanzado en una carrera por el mds veloz, pues es necesario (que el perseguidor legue prime- 1 al lugar del que ha partido et perseguido, de manera que el ‘mas lento to precederd necesa- Tiamente siempre por alguna distancia Andres: Fisica, VL oe ‘Lo mismo es vida y muerte velar y dormir, juventud y vejet: ‘aquellas cosas se camblan en éstas y étas en aguéllas.” Diets, H: Herdlito, Frag. 202. n el Logos. El isla, puies toto sucede de acuerdo ¢ J, la ey del cam sy He infuyeron de un modo notable en 1a orientacién que los sieriores dieron a sus teorias, De Parménides qued6 asentado su princi: r sde surgir (del No-Ser no puede surgir el Ser) Jiente, si algo existe ha debido existir siempre algo. Por otra parte, Heré resto de relieve la realidad del cambio y de la mutacién; todo corre 8 afirmar que, en cierta manera, los fil6sofos pluralistas, Anaxdgoras, les y Demiéerito intentaron conjugar ambas posiciones. Estos pensadores, sdlinitian la existencia de unas realidades primarias, inmmudtables, inen © inpe s decir, unas realidades que poseerfan las cualidades Parmeénides, salvo la unicidad: mas, por otra, mediante la combinacién y ¢ 10 de estas Feaidastes originarias se explicarfa el movimiento, la variacién le las diferentes cosas y objetos 0, expresado de otra manera, de acuerdo 0, toda la realidad se encontraria en perpetua variacidn y cambio} pero ste movimiento existirian determinadas realidades que no sufrirfan alteraciones, jue permanecerian inmutables, siempre idénticas a si mismas, y todas las modi hones consistirfan en el entremezclarse y combinarse de ellas de muiltiples modes. Ae ndradas e imperecederas Ana: xagoras las denominé homeomerias (partes semejantes). Seguin este autor, las n desde siempre, serian cwalitarivamente diferentes unas de otras, constituirian las semillas de todas ki y, en consecuencia, combindndo: n lugar a todas las vatiedades de la realidad, As realiddades primarias, inmutables, ineng: Empédocles, por su parte, se refirié a los cwarro elementos: fuego, aire, agua y ‘derma, como principios inengendrados y permanentes que difieren cualitativamente entre si, y mediante cuya combinacidn se originaria la pluralidad de los seres, Micatras que Democrito explicé la formacién de la realidad recurriendo a los dro- mos (sin corte), que constituirfan las particulas elementales, cuantitativamente di tintas unas de otras, que, movigndose en el vacio y combinéndose entre sf, irfan for- mando los diferentes objetos @ Los pitagéricos Los lamadespiagsrcos, que fueron ls primeros en cultivar tos Mateméiicas, no ron les prncpios de todos Tos ene, puesto que fos Mimeres von ene on ‘ips, as primers pornaturalese en els les parecta contemplay muchas sn Joncas con lo que 59 con logue deviene: masque eel Fuegov oma Tene yee al Awa, puesto que tal fecidn de los Mimeos era la Juste ta ova ef ick Eruendimienta. eta el Tiempo oportano, lo mismo, pordccsoarn Secunes a ls restnts:y viendo ademas en fs Mineros las efeceiones Ios operon ig las ermonias ~puesto que, en tfeco, las dems cosas pareclan Caer og Mimeresen su narurateta ode, Tos Nimeros eran los primerosde tale etek zm, pensarn que os elementos defos Mimeros eran tos elemenion de todo toon sue rode cel eo armonta mero ARISTOTELES: Metgfiica I, $, 986 a yentada a consecuencia de las ( soportar slo con sus fuerzas el a ° P da a solicitar Ia inter 2 1e modo, éstas, tuna vee pasado el peligro, reclamas gislacisn andlogos para todos los ciudadanos, y poco des al poder de Pericles, tuvo : 1 Efialtes en 462 a. C lugar el establecimiento de la De a predispuesta p avorecié Ia participacién en k La Democracia (démos, puedl os publicos de un m uuna creciente impor tancia a las asambleas (las discusiones y debates politicos y juridicos), lo cual con Hlevé el nacimiento de una nueva cultura, orientada a las cuestiones prdcticas del gobierno de la ciudad y de la administracién de la justicia, que dio origen, de este modo, al desarrollo de tendencias y teorias contrapuestas entre sf, en medio de las cuales cobré un notable significado la habilidad dialéctica como medio de interve hir en las diversas instituciones Esta situacién, pues, propicié la aparicién de ciertos pensadores especializados principalmente en la enseflanza de la retGrica y de la dialéctica que, paulatinamente, fueron adquiriendo una destacada importancia en la evolucién del pensamiento griego: las sofistas 9 ‘exiraleca fos lama: dicen en su a los j6venes todo'to contrario: en ‘hi tampoco su literatura (ogre mejoras, sino que la ma- - yorka “de sus eseritos versan Sobre frivolidades. » procuran a los jovenes.placeres vacuos, ‘pero no la virtud. Para et que ‘espera aprender algo en sus libros es una wana périida de tiempo, que aleja de otras acu ppaciones ules yensefa el mal. Jevoravre: Cineréica, XII. EL SALARIO DE LOS SOFISTAS PROTAGORAS—.Por lo cual he establecido para el pago de ‘cuando alguien ha terminado de recibir mis ensefanzas me paga el precio que le pido, si le pare- ce bien; en caso contrario, yen- do.a un templo y bajo juramento ‘manifiesta en cudnto evalia mis ‘ensefiancas, entregéndome sélo ‘esa cantidad. Puch: Cratile, 391 8-391 C RELATIVISMO Y ESCEPTICISMO DE LOS SOFISTAS Algunos incluyeron también a Protégoras de Abdera en las filas de aquellos fildsofos que ‘uprimen el criterio de verdad, por el hecho de que afirma que todas las representaciones y ‘opiniones son verdaderas y que la verdad es relativa, porque lo ‘que es objeto de representacion © de opinién para uno, inmedia: tamente eso es para él y por eso ‘comienza sus “discursos des- tructores” proclamando: hombre es la medida de todas las cosas, de las que son, en ‘cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son”. Paton: Teter, 166 Dy 55. virtud euan- 1,4, LOS SOFISTAS Per, api de finales del siglo ¥,dcha palabra adguiris un fuerte on0 eyo : ificado de sabiondo o falso sabio, embaucador, cons: rativo, pasando a tener el u tuctor de sofismas, etc. ;Por qué surgié este matiz negativo’ A ello contribuyeron varios hechos, entre los que podemos considerar como més relevantes los siguientes: a) La fuerte reaccién antidemocrética surgida en Atenas hacia finales del siglo vac n parte del pueblo que, Va. C., secundada por la aristocracia y por una gran parte del pueblo ave preocupado por las costumbres y por los ritos tradicionales, vefan c ‘malos ojos el escepticismo religioso (o la tolerancia religiosa). by El desarrollo de ciertas ideas y actitudes que incidian notablemente en las creencias de los griegas. En este sentido, 10s sofistas +s Tendieron a defender el relativismo de las normas, de las costumbres y de las cteencias, * Propugnaron clertas posturas agn6sticas: poniendo en cuestién la eficacia y la realidad de los dioses, e insistiendo en la imposibilidad de resolver acionalmente los enigmas de la religion. ‘* Percibfan retribuciones econémicas por su actividad pedagégica. Los sofistas, puesto que sus ensefianzas versaban sobre el modo de triunfar en la vida, recibian determinadas cantidades de dinero por dichas actividades. Este hecho suponia un relativo escdndalo a los ojos de aquella sociedad, pues los griegos, en mayor medida que ningiin otro pueblo, posefan una visin teorética (contemplativa) y “deportiva” de la vida y, en consecuen- Cia, tendian a sobrevalorar el ocio y el esfuerzo desinteresado y a rechazar el negocio, es decir, el trabajo remunerado. Desde estos principios dificil- mente podian comprender la licitud de la percepcidn de emolumentos por la prdctica de la ensefianza y, por tanto, les resultaba de dudosa honestidad dicha conducta. A este aspecto negativo, hay que afiadir la animadversin despertada en aquellas personas que, deseando adquirir las artes y destrezas que dichas ensefianzas proporcionaban, no podfan hacerlo por carencia de recursos materiales. ©) Las agrias criticas que contra ellos vertieron determinados filésofos (por ejemplo, Platén y Arist6teles) y otros escritores griegos Las ideas principales Los sofistas no formaron escuela, sino que constituyeron un grupo relativamente rnumeroso de “humanistas” griegos con ciertos raszos comunes, entte los que cabe destacar los siguientes: a) adopcién de una postura escéptica y relativista con res- ecto a las capacidades cognoscitivas humanas; b) preocupacién predominante por los asuntos humanos y por la educacién; c) valoracién de la retdrica y de la dialécri¢a y critica de las instituciones 0 contraposicién phisis y nomos. 20 La aerial 8) Escepticismo y relativismo, Los sofistas insistian en que s6lo podem conocer aspectos 0 fendmenos de las cosas (fenomenismo), pues no existe tuna verdad objetiva y universal (escepticismo), ni nada es en sf verdadero ni falso (relativismo). Estos principios, segtin ellos, se justifican tanto desde lo: objetos como desde los sujetos, asf, por una parte, de las multiples realidades OPINION DE MEGEL, existentes en el mundo s6lo una minima parte se encuentra proxima a noso- ee se SOBKE 10S tros y de éstas inicamente se nos ofrecen algunos aspectos; por otra, todos SOFISTAY nuestros conocimientos dependen de las sensaciones: pero el estado de 15 ose fueron los hombre facultades sensitivas varia de acuerdo con las circunstancias, la situacién ¥ iron ule ln Cecia de entonce los propios sentimientos afectivos de cada persona. Asf pues, cada individuo y las propagadores de la cultw pose una opinién particular de acuerdo con los aspectos de la realidad que ra. LOE sofisias, que no son se le brindan, la situaci6n en que se encuentra y las experiencias por él vi sabios ni hombres clentificos, das. En este sentido, seialaba Protégoras, el sofista més importante, que “el sino los maestros culios del hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de manejo del pensamiento, grue Jas que no son en tanto que no son”. ban lo que afirman y Wenan de asombro a los griegos porque Esta posiciGn les llevaba a afirmar la relatividad de las valoraciones cog- saben probarlo todo, como suele noscitivas, éticas y estéticas y, en consecuencia, aseguraban que los mismos _4¢cirse. Los sofistas tenlam ves Objetos (y al mismo tiempo) son y no son, la misma cosa puede ser buena y PUES Para toda pregunta, y mala, bella y fea, y, en tiltimo término, la realidad, la verdad y la belleza ta intereses de contenido poll dependen del gusto de cada persona, " tenido politico y i se mandara a todos los hombres reu- nir en un mont6n las cosas que cada uno de ellos crea feas y, después, vice- meters versa, tomar del montén de éstas las que cada uno estime bellas, no se deja- En la democracia existe la rfa ni una, sino que entre todos las tomarian todas, porque no todos creenen Peculiar necesidad de hablar las mismas cosas”. ante el pueblo; » esto exige que se le ponga debidamente frente b) Preocupacién por los asuntos humanos y la educacién, La afirmacion 4,128 0/08 )radicalzg av be mo hares eaeicescanty si n su obra principal, titulada Sobre ¢ pp i! yi més, si cabe, el escepticismo de Protgoras. En ee Ai iy su pretensién Sees os Es Specs dots atch | So enconar'a verdad por in ia de la azn, aon iguien son ect aspen de | {os "yest a slo exis ho sea cogs a cogoscble a ey posta are serfa incomunicable”; lo cual supuso sucesivamente: a) la negacion ce 10s le ronment ae iad das read en sib la Separacion dl Ser (21a peas sapecima alent , del lenguaje. Estas raleca natures no convencio= esti) - ‘ates atanda por tamer lat | realidad) y del conocer, c) el apartamiento del conocimiento y del lengua, Eas tees pontivas asa intonose | ideas equivalen a afirmar que 01 mundo por si mismo no posee ningun sentito ¥ doje descubrir por los fueces | que, por consiguiente la interpretacion de la realidad depende de los desec puede uno pasar sin receipt | \ibredisposicin de ls seres humanos ones mi penas, pero si se deja (oven Protagoras, Gorgias e Hippias de Elis son los sofistas més importantes de la Ye wna | primera gencracin”. Posteriormente, con los sofistas de la “segunda generaci6n”, Cvs, las doetinas tendieron a desentenderse de Antifonte, Trasimaco, Cal su fundamentacién epistemol6, ‘cuestiones pricticas, produciéndose a veces, como hemos dictorias entre las opiniones de unos y otros. gica y se centraron de manera casi directa en las 1s Visto, posiciones contra- 1.5, SOCRATES & {Cual es 01 punto prin- i Cipal de contraposicion “La personalidad humana de Sécrates se manifesta fundamentalmente a través de su influjo sobre otros. Su drgano era la palabra hablada. Nunca plasmé esta palabra ceniee ley natural y positiva? ‘mediante la escritura, lo cual indica cudn importante y fundamental era para él la relacién de lo hablado con el ser viviente a quien en aquel momento dado se dirigia. Esto representaba un obstéculo casi insuperable para un intento de exposicién, sobre todo si se tiene en cuenta que su forma de charla por medio de preguntas y respuestas no encajaba en ninguno de los géneros literarios tradicionales. LA ACUSACION DE SOCRATES Pocos aftos después de su muerte se habia deshecho el circulo socrético, Cada ano de los diseipulos se aferraba apasionadamente a su concepcin y hasta surgieron La acusacién jurada y que, distintas escuelas socrdticas. Por donde nos encontramos ante la situacién paradéjica sesin Favrin, todavia te con. de que, a pesar de ser ésta la personalidad de pensador de la Antigiiedad que ha lle- fae ae oe Peele gado a nosotros con una tradicién mds rica, no hemos sido capaces hasta hoy de pees pponernos de acuerdo acerca de la verdadera significacién de su figura... Los discipu- Cres ote eae los de Sécrates, cuyos testimonios han llegado hasta nosotros trasfunden hasta tal eae per ieoaetins ne punto su propio ser al del maestro, porque ya no acertaban a separarlo de la influen: PRR nee cia de éste, que cabe preguntar si al cabo de los milenios seremos ya capaces de eli ‘minar este elemento de la médula genuinamente socrdtica.” mame cee hen Helos ee ane one: bea parecer otnen er ecient Insc, W: Padi FCE, Man, 1985, pgs. 398 395 fe pocrattee nee rGOeNes Laem: ds dfs ‘mds iusresfildsofos griegos, Libro, Séeraes 17, ] SGcrates (470-399) naci6 y murié en Atenas, ciudad de la que, seguin parece, tan s6lo salié en tres ocasiones, y su vida y su obra constituyen i analizar con precision, ee 24 AVVO RON no eseribi6 nada, de tal modo que las noticias acerca de su a han liegado a través de los escritos de su: préneos suyos, Ahora bien, los prim fi untos importantes, nos han transmitid piniones, de tal modo que result. pm ae declarado culpable y condenado a muerte y huir, prefiri6 acatar la sen Aunque pudo evitar el cumplimiento de la conde ncia a desobedecer las leyes de su ciudad. Su discfpulo Plat6n nos narré os alt mos momentos del filésofo en el didlogo titulado Fedén. La actitud y el pensamiento de Sécrates ejercieron una enorme influencia en s tiempo, convirtiéndose casi desde el mismo momento de su muerte en un simbolo, dejando detrés de sf un amplio ndmero de discipulos, escuelas y seguidores y. pos teriormente, en el transcuso de la Historia, se ha vuelto resallar con frecuencia su BB (Un sofista mas? Platén, Jenofonte y Arist6teles propendieron a oponer de modo radical las actitudes {yas doctrinas de Sécrates a ls de los sofistas; mientras que otros contempordneos, x omo el comedi6grafo AristOfanes, le consideraron un sofista més. En este sentido, Siniea indudable que existen ciertas coincidencias entre dicho fil6sofo y los sofis- fas, pues tanto éstos como aquél, por una parte, centraron sus preocupaciones en los tenes humanos: Ia politica, Ia viftud, la justicia, etc. y, por otra, se dedicaron a la weuvidad pedagdgica: educar al démos, a cualquiera de sus ciudadanos, sin distin- ‘ion de clases ni capas sociales, 25 ESTREPSIADE PID encuentran eve dergraciade de Ya ESTREPS.-Se dice que fos das razonamientos, ¢ tal cual, y el debit, Se dice que tuno de éstos, el débil, fene vert tajas cuando se srata de pleitear causas injustas. Si, pues, tie me das gusto aprendiendo este razonamiento, eb injusto, 10 qile yo actualmente debo, todas esas deudas, no las pagaré yo a nadie, ni un dbolo, anistieases: Lae mubes. Bo et ‘comedia, Arittfanes considers Séerates como un soft ms —_—_— Figura 14, La muerte de Scrat (pintura de David), La muerte Socrates constituyd un ejemplo més ‘mo de conducta ética, condenado los “jueces” de Atenas, prefirid ace tar la muerte a desobedecer las ley huir Pero aun con estas commcadencias, cxustian diferencess profundame was, 2 saber © Em ous mitedes. Los sofistas: a) cobraban por ensefiar. 0) ™ sus discipuics mochaner mondlogos, wiilizando lanes discursos, <) buscaben Ia raced qfectiva, sas Giscursos se oricataban # persuadir, 2 seduce Por bs ingensoudad. la beltera de estilo © la grandilocwcacia de sus expresiones ‘Sécrates, por cf comtraric: 2) no percibia ningin tipo de emolumento Pox Ses actrvadades. b) Ilewabe 2 cabo sus emehanras mechanic el dato¥: hatande 208 sus imterlocetores, decunendo con ellos sirnéndose de preguntas » Fes porstas c) perseguia el rigor raciomal, esto cs, coavencer por medio de razoees, + Em sus teorias. Los sofistas manteniian posiciones excepticas y relativistas » predacaban ei érito y ta utlidad. c! tnunfo en la vada, Sdcrates, sin embargo, emsefiabs que custia la verdad amivernal, una y la misma para todos los seres. Ibamanos. que se capress ca el concep wniversal, f see ‘SOCRATES neonate = eee : + Acoma < tuas, sino que ante un bloque de marmol se limit hasta permitir que surgiera la figura que previame idéntico modo a su madre que ayudaba a dar a luz los nifios concebidos con ante ioridad por otras mujeres, pero ella no los concebia; asi, é! tamps . nada, sino que se limitaba a orientar a sus discipulos para que ellos bal dades que, con anterioridad, residian en sf mismos, en su interior, ¢ 1ismo); esto es, en opinidn de este pensador el auténtico conocimiento © lraer ala consciencia los contenidos —las ideas— que previamente se enc en el alma El conocimiento universal EI método socratico, pues, consiste en un proceso ir Pluralidad accedemos a la unidad, de los conoe dudosos 0 falsos al conocimiento intelectual, es decir Mediante la refutacién se eliminan los prejuicios, los saberes parciales cias y gracias a la mayéutica se alcanza el concepto universal, qve expr ia inmanente a todas las cosas de una misma especie, 10 que hace que la sean lo que son, Por ejemplo, examinando muchas cosas bellas podemos Us determinar la esencia de 1a belleza; analizando varios comportamientos justos. esencia de la justicia, et Pero entre todos los conceptos universales 0 a través de todas las eser que més interesan a Sécrates son los morales, esto es, aquellos mediante los ¢! Podemos ordenar nuestra conducta y averiguar nuestras obligaciones y nuestros deberes. Se trata, pues, de conocer el bien, Ia virtud, la justicia, ete., para ser bue~ 1s, Virtuosos y justos El intelectualismo moral socratico Segiin este filésofo, desde el punto de vista moral, el bien y la virtud proporcionan la auténtica felicidad. Consecuentemente, si la virtud y el bien otorgan la auténtic felicidad nadie obraré mal intencionadamente, pues nadie querré ser infeliz 0 des- graciado. De este modo, Sécrates concluyé en un intelectualismo moral, segtin el cual se identifica el bien'con el saber y el mal con la ignorancia: el sabio es bueno y el malo es ignorante, basta saber qué es el bien y la virtud para ser buenos y vituos 0, expresado de otro modo, nadie se equivoca queriendo, por tanto, quien obra mal es porque no sabe. Las consecuencias sociales de esta postura saltan a la vista: eduquemos, ilustre~ mos 2 las personas y las haremos buenas; fuera las cérceles y los castigos, pues en el fe die es culpable sino ignorante. Por otra parte, desde estos principios se pueds ander mejor la pasidn con que Sécrates se entreg6 a su mision de procurar ‘educar a sus convecinos atenienses. Desde la 6ptica de nuestro tiempo, no obstante, parece dudoso que se pueda mantener la ecuacién: sabiduria = bondad = felicidad, pues la Historia nos ha mostrado que no siempre el saber se utiliz6 de manera correcta, s6lo hay que recor- ‘dar los horrores nazis o estalinistas para reconocer que alli no faltaba sabiduria, sino, al contrario, que ésta era utilizada con propésitos profundamente inmorales. ‘distinta, hacerlo; pues junto a las facultades intelectivas, los seres humanos poseen ambién determinadas pasiones, ciertos egofsmos y algunas tendencias instintivas, Be ‘ademés, es evidente que una cosa es conocer lo que debemos hacer y otra, a salts {que pueden desviarles de su camino moral. Ahora bien, a pesar de lo anali- sea suficiente saber para obrar bien, resulta evidente que debe- 1odo primario, en conocer lo que debemos hacer, pues sélo asi tcétera, mos esforzarnos, de mi ae hacerlo. - 2

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