You are on page 1of 113
| eee | 1x Profetas Menores Los profetas menores es un estudio minucioso y profundo, pero facil de leer, redactado en un estilo devocional, visto a la luz de su marco histérico y cultural. Es una guia de estudio valiosa para los eruditos y los legos, en la que se ponen claramente de PCC CT c ba Reece ROSES cre cra sen ares CHARLES LEE FEINBERG es una de las autoridades mas destacadas de los Peet eee Cera CMe ae eae BUM ccs Cy profecias biblicas. Se crié en un hogar judio ortodoxo y estudié hebreo y otros temas relacionados durante catorce aiios, como preparacién para el rabinato. Se gradué de licenciado en ciencias, con honores, de la Universidad de Pittsburgh y obtuvo su ee CMe Maer CURT RoC RoE rom ts etek ce erie oe ee one EMEC ERO Ue tare Cocoon Omt OMe LC ede Py Cele hug eI Pr eee ee eo amare a Reet ene unico PCereeim Son rare cM eaters ORAL Relea CeCe Cede SETS LECRCS LUC in Oriental la Sociedad de Exégesis Biblica y los Institutos Americanos de Investiga PON IR Reece Rare e noo RRR eco mace Antiguo Testamento y lenguas semiticas del Seminario Teolégico Talbot de California. Vida cristiana / Crecimiento personal Cie eiaerenoal Oe een og Se TiC are Pe ae ua | i | | lll | AoA 9"780829"7 10885 7 ry los S CHARLES L. FEINBERG @ La misién de Editorial Vida es proporcionar los recursos necesarios a fin de alcanzar a las personas para Jesucristo y ayudarlas a crecer en su fe. ISBN 0-8297-1088-4 Categoria: Comentarios bfblicos Este libro fue publicado en inglés con el titulo The Minor Prophets por Moody Press © 1948-1952 por Charles Lee Feinberg Traducido por René Arancibia M. y Augustin S. Contin Editado por Esteban Marosi Edicién en idioma espafiol © 1989 por EDITORIAL VIDA Miami, FL 33166-4665 Reservados todos los derechos Cubierta disefiada por Héctor Lozano Printed in the United States of America 2425 26 QG 1615 1413 INDICE Prélogo . 5 Prefacio . 7 Primera parte — OSEAS: El amor de Dios por Israel 1. Oseas, el profeta 11 2. Importancia de la profecfa 23 3. “Yo conozco a Efrafn” 33 4. Multitud de altares ... 53 Segunda parte — JOEL, AMOS Y ABDIAS 5. Joel: El dfa del Sefior 77 6. Amés: La justicia de Dios . 95 7. Abdfas: Sentencia sobre Edom .. 139 Tercera parte — JONAS, MIQUEAS Y NAHUM 8. Jonés: El amor de Dios por todas las naciones . 147 9. Miqueas: Ira sobre Samaria y Jerusalén 10. Nahm: Juicio sobre Ninive Cuarta parte — HABACUC, SOFONIAS Y HAGEO 11. Habacuc: Problemas de fe . 12. Sofontas: E) dfa de Jehové .. 13. Hageo: Reconstruccié6n del templo . Quinta parte — ZACARIAS Y MALAQUIAS 14. Zacarfas: Palabras de consuelo 15. El pecado quitado ............ 16. La guerra y el Principe de paz . 17. El dfa de expiacién de Israel 18. Malaqufas: Adoracié6n formal .. PROLOGO En esta obra el doctor Charles Feinberg ha dado muestras de poseer una desacostumbrada combinacién de talentos, que han contribuido a una extraordinaria excelencia en la ensefianza de laicos cristianos que aman la Biblia de todo coraz6n. Su profundo conocimiento del hebreo bfblico, el cual obtuvo en su preparacién original para el rabinato, junto con un dominio total del griego del Nuevo Testa- mento, lo capacitan para realizar un minucioso estudio de las Sa- gradas Escrituras en las lenguas originales. Como erudito responsable, est4 muy al tanto de los puntos de vista de otros expertos bfblicos no dispensacionalistas, y tiene buen cui- dado de tratarlos siempre con justicia, a pesar de su dedicaci6n personal bésica al dispensacionalismo. Esto significa que casi todos los lectores premilenialistas considerarén sus exposiciones utiles y enriquecedoras, aun cuando pueda haber algunos puntos secunda- tios de desacuerdos sobre detalles. Sin embargo, en temas relacio- nados con el marco histérico y el sistema cultural en que los doce profetas menores recibieron sus mensajes del Sefor, ningiin erudito bfblico bien informado podrfa encontrar errores en la manera que el doctor Feinberg maneja la informacién. Ademés de su competencia en lingiifstica, historia y teologfa bf- blica, el autor demuestra en este volumen que domina muy bien el arte de la comunicacién. Su estilo es hicido y claro, y comunica el mensaje de las Escrituras en una forma sencilla, pero persuasiva, que la mente puede captar y a la que el coraz6n puede responder. Trata incluso los temas de interpretaci6n més diffcil y controvertida (tales como la inmoralidad de Gomer, la esposa de Oseas, y el pro- blema ético de su matrimonio con ella) de un modo satisfactorio y convincente, en términos que la mayorfa de los lectores puede en- tender. Es admirable su talento para tratar los temas de ese tipo de un modo tan pertinente y preciso. Junto a su lucidez concisa, el doctor Feinberg demuestra tener un ardiente interés y una sincera preocupacién por el crecimiento es- piritual de sus lectores. Con mucha frecuencia pasa de la interpre- tacién a la exhortaci6n, persuadiéndolos del deber de aceptar con verdadera fe y amor la voluntad revelada de Dios, para que sus vidas leguen a ser realmente diferentes. El doctor Feinberg da muestras de tener un exquisito sentido de 6 Los profetas menores equilibrio al tratar temas de controversia a medida-que se van pre- sentando en los puntos més polémicos de los profetas menores, Con relacién al pasaje del capftulo 2 de Joel que Pedro cité el dfa de Pentecostés, en Hechos 2:16-21, comenta: “No podemos adoptar la posicién de que sélo habfa de cumplirse una porcién de la profecfa, porque eso trastornarfa las profecias bfblicas. . . La mejor actitud que se puede tomar es considerar que Pedro empleé la profecia de Joel como una ilustracién de lo que estaba sucediendo en su dia y no como el cumplimiento de esta prediccién. En pocas palabras, Pedro vio en los acontecimientos de aquel dfa una prueba de que Dios todavia habria de llevar a cabo completamente todo lo que profetizé Joel. Asf pues, la profecfa de Joel tuvo entonces un anticipo de su cumplimiento; todavia est4 por cumplirse (como lo demuestran los pasajes del Antiguo Testamento que se refieren al derramamiento del Espfritu Santo).” Algunos de nosotros podriamos expresarlo de una forma un poco distinta, afirmando ciertamente que parte de la profecfa de Joel se cumplié el dfa de Pentecostés y otra parte queda todavia por cumplirse en los dltimos d{as; pero la eleccién del doctor Feinberg de la frase anticipo de su cumplimiento minimiza la se- Pparacién entre su punto de vista y el nuestro. Debo afiadir que he utilizado su gran comentario sobre Zacarfas, uno de los libros pro- féticos m4s complejos, y ha sido de gran ayuda para mis alumnos de la escuela nocturna para laicos. Su interpretacién del intrigante simbolismo de las visiones del profeta es clara y convincente, adem4s de que dedica una atencién muy respetuosa a las opiniones con las que no esté personalmente de acuerdo. Gleason L. Archer Trinity Evangelical Divinity School PREF ACIO Una de las ineptitudes literarias de todos los tiempos es el nombre comtn dado a los dltimos doce libros del Antiguo Testamento: Pro- fetas menores. La impresién que da este calificativo es que se trata de libros de poca importancia. Un modo mucho mejor de designarlos es el que han utilizado los rabinos, esto es: los doce. El canon hebreo dividfa los libros proféticos en Profetas anteriores (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) y posteriores (Isafas, Jeremfas, Ezequiel y los Doce). Se conocfa a los doce desde la antigtiedad como los profetas menores debido al tamajfio relativo de sus profecfas al compararlas con las de Isafas, Jeremfas y Ezequiel. Constitufan un solo volumen para ase- gurarse de que no se perdiera ninguno de los doce libros. Los autores humanos de estos libros vivieron, trabajaron y escri- bieron entre el siglo nueve y el cinco antes de Cristo. Sus mensajes, que tienen una importancia muy grande, contienen los temas pre- dominantes de las Escrituras proféticas relativas al Mesfas, a Israel, a las naciones y al reino terrenal del Sefior. Sus dfas corresponden a la era del imperio asirio, el perfodo babilénico y los siglos poste- tiores a la cautividad. Sin embargo, su secuencia en la Biblia no sigue un orden cronolégico. Los temas que contiene este comentario aparecieron primero en cinco voltimenes (1947-1952). Durante el perfodo de més de un cuarto de siglo que ha transcurrido desde Ja publicaci6n original de esos cinco voliimenes, hemos recibido muchas expresiones de apre- cio por lo cual le estamos agradecidos a Dios. Este libro tiene la finalidad de satisfacer una verdadera necesidad de material sobre los tan desatendidos profetas menores, situéndolos en su marco apropiado con relacién a Israel. Es asombroso cuén oportunos y aplicables son los mensajes de esos siervos de Dios a nuestra 6poca tan trastornada. Cualquiera que desee tener un buen equilibrio en lo que se refiere a la verdad de Dios, deberé ponderar cuidadosamente estos libros de los profetas. El autor tuvo siempre en cuenta el texto en hebreo a todo lo largo de los estudios. El lector descubriré muy pronto que el libro contiene toda una serie de referencias cruzadas que se cotejaron y recopilaron con todo cuidado y son esenciales para el estudio. Es preciso recalcar que, para sacar el mayor provecho posible, se debe seguir el texto de la Biblia en espafiol junto el estudio de este libro. 8 Los profetas menores El autor escribié este libro teniendo en mente a los lectores cris- tianos promedio, con el fin de despertar en ellos un amor duradero y bfblico a Israel, el pueblo escogido de Dios, y de hacer que se llenen de fervor misionero por su salvacién. Por esta raz6n, aun cuando consultamos con cuidado distintas obras cldsicas sobre los profetas menores, no hemos considerado necesario cansar a los lectores con una gran cantidad de citas en notas al pie de la pagina. Tuvimos siempre delante el texto hebreo al escribir la obra y confiamos en poder respaldar con el texto original todas las posiciones adoptadas. El autor se ha sentido ricamente retribuido en bendiciones espi- rituales al dedicarse a estos estudios de Ja Palabra de Dios, y se ha Tegocijado al ver que al Sefior le ha parecido bien hacer que fueran también de bendicién para otros. Le estaremos muy agradecidos a Dios si utiliza estas p4éginas para hacer que muchos corazones se vuelvan a Israel en su triste situacién en estos dias trascendentales, para que le den a conocer su Mesfas, el Sefor Jesucristo. Ahora ponemos esta obra en las manos de Dios para su gloria y para la divulgacién de la verdad, tanto entre los judfos como entre los gentiles, asf como entre toda la familia de la fe. Charles Lee Feinberg Decano emérito Profesor de lenguas sem{ticas y Antiguo Testamento Seminario Teolégico Talbot PRIMERA PARTE OSEAS: El amor de Dios por Israel 1 OSEAS, EL PROFETA EL HOMBRE E] libro mismo de Oseas es nuestra unica fuente de informacion sobre la vida y el ministerio del profeta. Su nombre, que aparece en la Biblia como Oseas, Josué y Jesus, significa salvacién. Fue contem- poréneo de los profetas de Judé Isafas y Miqueas (Comp4rese Oseas 1:1 con Isafas 1:1 y Miqueas 1:1). En tanto que el ministerio de estos dos tiltimos profetas estaba dirigido al reino meridional de Judé, la labor de Oseas se centré primordialmente en el reino septentrional de Israel, fundado por Jeroboam, hijo de Nabat. Oseas ejercié su ministerio durante los reinados de Uzfas, Jotam, Acaz y Ezequfas de Jud4, y en el perfodo de Jeroboam II, hijo de Joas de Israel. Si comparamos las fechas, comprobaremos que Oseas vivid mucho més que Jeroboam II. Sin embargo, no es necesario sostener que su ministerio tuviera lugar desde el primer afio del reinado de Uztias hasta el ultimo de Ezequfas, lo que significarfa un perfodo de aproximadamente un siglo (debemos recordar que el reinado de Jo- tam traslapa al de Uzfas, su padre, que era leproso; su enfermedad hizo que fuera imperativa una corregencia, 2 Reyes 15:5). Es probable que Oseas profetizara durante un poco més de medio siglo. Algunos sostienen que lo hizo durante setenta u ochenta afios. Vida doméstica De ninguno de los otros profetas tenemos tanta informaci6n sobre su vida en el hogar como de Oseas, porque es en ella donde radica el mensaje de Dios para su pueblo, como lo veremos més adelante. Tanto la esposa como los hijos de Oseas fueron sefiales y presagios para Israel, Jud4 y fa nacién reunida del futuro. Si Isafas pudo decir: “He aqu{, yo y los hijos que me dio Jehov4 somos por sefiales y presagios en Israel, de parte de Jehové de los ejércitos, que mora en el monte de Sion” (Isafas 8:18), Oseas pudo decir lo mismo con igual derecho. Con mucha frecuencia, por haber pasado por alto este he- cho, se ha disipado la fuerza del mensaje de su profecfa, conside- rando simbélicos los eventos relatados. Sin embargo, el mensaje era 12 Los profetas menores real porque los hechos sefialados tuvieron lugar verdaderamente en la vida del profeta. Su mensaje Los capftulos 1 al 3 constituyen una seccién bien definida del libro, en la que se nos dan a conocer las experiencias domésticas del profeta. Los mensajes proféticos propiamente dichos los encontra- mos en los capftulos 4 al 14. Amos habfa predicado el arrepenti- miento para conducir a Israel de vuelta a Dios; pero Oseas proclamaba el amor. Amés habfa dado a conocer la inalcanzable justicia de Dios; Oseas, el indefectible amor de Dios. Nuestro profeta presenta al Sefior como el Dios del corazén Ileno de amor. Alguien dijo muy acertadamente que Oseas fue el primer profeta de la gracia, el primer evangelista de Israel. Del mismo modo que Lucas nos pre- senta al hijo prédigo, Oseas nos da un retrato de la esposa prédiga. En ninguna otra parte de toda la amplia revelacién de Dios encon- tramos palabras de amor més hermosas que en Oseas 2:14-16; 6:1-4; 11:1-4, 8, 9; 14:4-8. Su época Para entender correctamente el mensaje de cada profeta, se debe estudiar en el trasfondo de su momento histérico. Oseas vivié en un periodo aparente de prosperidad material. El reinado de Uzfas se caracteriz6 por una serie de batallas triunfales, un nimero creciente de proyectos de construccién en el pafs, la multiplicacién de las fortificaciones y el fomento de la agricultura (véase 2 Crénicas 26). Los reyes que lo sucedieron tuvieron también prosperidad, aunque no en la misma magnitud. En cuanto a Jeroboam I, logr6 recuperar para Israel un dominio territorial mayor que el que hab{fa tenido desde el rompimiento del reinado saloménico (2 Reyes 14:25), ane- xando incluso Damasco, que ya se habfa perdido desde los dias de Salomén (1 Reyes 11:24). A pesar de la prosperidad que les concedi6 Dios, el pueblo subs- tituy6 la realidad interior con formas exteriores (véase Isafas cap{- tulos 1 y 58). Cometfan toda clase de pecados y estaban en una gran decadencia moral y espiritual. Jesurdn hab{a engordado y tirado co- ces (Deuteronomio 32:15). El profeta Oseas y sus contempordéneos prorrumpieron en expresiones de desaprobaci6n contra ese bajo ni- vel de espiritualidad del pueblo. La INTRODUCCION Los primeros tres capftulos del libro tienen un cardcter introduc- torio y nos proporcionan un resumen del mensaje completo del pro- Oseas, el profeta 13 feta. (Por razones de espacio omitimos el texto de la profecia; pero el lector debe tenerlo a mano para aprovechar al m4ximo el estudio.) Oseas inicia su profecfa situdndola en el tiempo. A pesar de ser un profeta de Israel, marcé su mensaje primordialmente con los nombres de los reyes de Jud4, porque las promesas de Dios se centraban en el linaje de David. La primera comunicacién que el profeta recibié de Dios fue una orden para que se casara con una mujer que més tarde se convertirfa en ramera. Esta orden dada por Dios al profeta ha sido objeto de muchos debates y desacuerdos. Se sostiene que si esto fuera literal- mente cierto, Dios le estaba imponiendo a Oseas la realizacién de un acto indigno, por no decir pecaminoso. Este modo de razonar es diffcil de entender, ya que el profeta no podfa contaminarse perso- nalmente tan s6lo por casarse con una mujer que més tarde result6 ser una ramera, o més bien una addltera, puesto que sus delitos los cometié después de haberse casado. Sélo es posible comprender plenamente el significado del mensaje del profeta cuando se con- sidera la transaci6n en su car4cter literal como que sefiala la relacién entre Dios e Israel. En otras palabras, Dios escogié a Israel y establecié una relaci6n muy bendecida entre ellos y El, semejante a los lazos matrimoniales; y estando en esa condici6n, el pueblo se prostituy6. Su pecado con- siste en alejarse de Dios. Del mismo modo que le prostitucién y el adulterio, pecados profundamente viles y aborrecibles, son el resul- tado de la infidelidad, as{ también la prostituci6n espiritual (una situacién en la que lo ffsico se transfiere a los dominios de lo es- piritual, como lo vemos en repetidas ocasiones en las Escrituras) es el resultado del alejamiento espiritual de Dios. Dios habia establecido un pacto eterno con Abraham y deseaba permanecer ligado a su pueblo. Pero, en correspondencia justa, esperaba que el pueblo tu- viera también presente sus lazos con El. No obstante, los israelitas no lo hicieron as{ y Dios ilustra la infidelidad de Israel mediante la vida doméstica del profeta (véase Salmo 73:27. Cualquier buena con- cordancia le mostrar4 al lector cuantas veces se transfiere al 4mbito espiritual la figura natural de la prostitucién. Seré muy instructivo ver cudntas veces usaron esta analogfa los mensajeros de Dios). {Ser4 necesario que digamos cu4nto herfa al profeta la conducta vergonzosa de su esposa? jCudénto mayor era el dolor que la conducta de Israel le caus6 a Dios? A los hijos de Gomer se los llama “hijos de fornicacién” no porque no fuesen hijos de Oseas, ya que los que recibieron esta designaci6n ain no habfan nacido. En otras palabras, el matrimonio del profeta fue normal en cuanto a Ja procreacién de hijos, los cuales reciben este calificativo (“hijos de fornicacién”) 14 Los profetas menores porque su madre fue una esposa infiel. La madre representa a Israel en forma colectiva, en tanto que los hijos representan a la naci6n individualmente, aunque las relaciones en el hogar de Oseas fueron literales e hist6ricas. Los hijos como sefiales El primer hijo de la unién del profeta con Gomer, hija de Diblaim, fue varén. Dios orden6 que se le diera el nombre de Jezreel, porque al poco tiempo Dios iba a vengar la sangre de Jezreel sobre la casa de Jeht e iba a poner fin al reinado de la casa de Israel. ;Qué queria decir Dios por medio de ese nombre? La larga y triste historia de Jezree] comienza en los dias del vacilante y débil Acab y su malvada e intrigante esposa Jezabel (1 Reyes 21). Nabot el jezreelita, propie- tario de una vifia cercana al palacio de Acab, fue asesinado gracias a un plan infame urdido por Jezabel para despojarlo de la herencia de su padre. Por esta atrocidad, Dios pronuncié sentencia en contra de Acab, Jezabel y sus descendientes, habiendo de cumplirse esa sentencia en Jezreel, en el lugar donde Nabot fue asesinado. La sen- tencia se cumplié primeramente contra Acab, en la batalla de Ramot de Galaad (1 Reyes 22). Después el juicio cay6 sobre Jezabel y Joram por medio de Jehu, hijo de Josafat, hijo de Nimsi (2 Reyes 9). Jeht fue el instrumento que us6 Dios para ejecutar su juicio contra Ja casa de Acab. Pero Jeha llegé al trono mediante crimenes alevosos y sangrientos (2 Reyes 9:14 y ss.). Es cierto que su proceder fue elogiado (2 Reyes 10:30), ya que era loable por s{ mismo; pero los acontecimientos posteriores demuestran que las causas que moti- varon la vida de JehG fueron el orgullo y la ambicién. El pronuncia- miento del profeta Oseas hab{fa encontrado allf su objetivo, porque Jeroboam II, que reinaba entonces, era de la casa de.Jehi. Dios no s6lo iba a castigar a esa casa porque se habfa metido en la idolatria, sino a todo Israel, destruyendo su reino, porque se habfan alejado completamente de El. Una distincién con una diferencia Aqui debemos desviarnos del tema por un momento, puesto que se esté enunciando un gran principio del gobierno divino. Est4 claro que aun cuando Jehd fue el instrumento utilizado por Dios para castigar a Acab y su dinastfa; sin embargo, Dios se lo demand6 porque su propio coraz6n no era recto y porque tenfa ambiciones personales contrarias a la voluntad del Sefior. 3No podriamos sacar de esto una buena leccién respecto a Israel y las otras naciones de la tierra? A pesar de que Dios profetiz6 la esclavitud en Egipto, lo que en cierto sentido fue un castigo sobre la simiente de Jacob por haber dejado Oseas, el profeta 15 la tierra de bendicién, Dios juzg6 a los egipcios por haber oprimido a su pueblo. E] profeta Habacuc dejé en claro que Israel estaba maduro para el juicio a causa de la maldad existente en todas partes, y Dios predijo que los babilonios serfan los instrumentos del castigo. No obstante, el mismo profeta revela que la ira de Dios estaba sobre los enemigos de Israel porque no estaban Ilevando a cabo la voluntad de Dios en sus actos, sino que los dirigfa la maldad de su propio coraz6n. Ningin hombre puede oprimir al pueblo de Dios con fines egofstas y esperar una recompensa de Dios, por el hecho de pretender ser instrumentos en las manos del Seftor. Dios exige verdad en lo interior del hombre, y lo desea tanto en el coraz6n de Israel como en el de los demés. Alguien dijo muy acertadamente: “Es algo muy tremendo ser instru- mentos de Dios para castigar o reprobar a otros, si no mantenemos, mediante su gracia, nuestras manos y nuestro coraz6n limpios de pecado.” Hasta el momento, ninguna nacién ni individuo alguno ha logrado realizar esto, por lo que el camino més facil y seguro de seguir, el que cuenta con la aprobacién de la sabidurfa, es el de no descargar una mano dura sobre Israel bajo ninguna condici6én ni circunstancia. El cumplimiento Aun cuando en ese entonces el reino del Norte prosperaba y todo parecfa ir bien, Oseas les advierte anticipadamente el fin de la di- nastfa de Jehu y la destrucci6n del reino, junto con su poder militar en el valle de Jezreel (vers{culo 5). Esos hechos tuvieron lugar, si bien con una separaci6n de al menos cuarenta afios, tal y como se habfa predicho (véase 2 Reyes 15:8-12 y el capftulo 8). El valle de Jezreel es la gran llanura de Esdraelén, en Palestina central. Oseas vivié lo suficiente para ver el cumplimiento de esta profecia en la victoria de S..:.anasar en Bet-arbel (10:14). Fue la altima advertencia pavorosa que hizo Dios antes de la cafda de Samaria. No COMPADECIDA El segundo descendiente de Oseas y Gomer fue una hija a la que le pusieron el nombre de Lo-ruhama, “no compadecida”. En el origi- nal, la palabra expresa un profundo amor y una gran ternura. Habfa llegado 1a hora del castigo de Israel, el reino del norte, y nada lo podfa evitar. Estaba maduro para el juicio, el cual se aproximaba con tapidez. Pero al mismo tiempo Dios promete que su ira no alcanzarfa a Juda entonces. Para ellos tenfa todavia una reserva de misericordia, una liberaci6n que no serfa lograda por esfuerzo humano, sino tni- camente por el poder de Dios. La derrota de Senaquerib ante Jeru- 16 Los profetas menores salén durante la dltima parte del siglo ocho a.C., cuando el éngel de Jehové maté a 185.000 hombres en una noche (véase 2 Reyes 19 e Isafas 37), fue un glorioso cumplimiento de esta prediccién; pero las profecias de todos los profetas resplandecen con promesas acerca de la completa liberaci6n (fisica) y salvacién (espiritual) futuras de Is- rael. No pueblo mio Cuando se destet6 a Lo-ruhama (y en el Oriente esto ocurre dos 0 tres afios después del nacimiento), la esposa del profeta concibié y le dio a luz un segundo hijo, varén, Lo-ammi. De este modo, Dios le estaba diciendo a Israel que ellos ya no eran su pueblo y que El ya no era su Dios. ,Cémo puede ser cierto esto? ;Hab{a derogado Dios su pacto incondicional con Abraham? jAcaso Pablo no se refiere todavia a Israel como “su pueblo” (de Dios) en Romanos 11:17 La dificultad desaparece si nos damos cuenta de que el pacto abrahé- mico permanece firme, haga lo que haga Israel. Es un pacto incon- dicional bajo todos los conceptos. Esto hace que la simiente de Abraham sea siempre el pueblo escogido de Dios; pero ellos deben permanecer en obediencia y seguir la voluntad de Dios antes de que puedan experimentar la realizacién del pacto mismo en su vida. Cuando se apartan del camino del Sefior y en consecuencia Dios los castiga, parecen ser précticamente como “no pueblo mfo”, Lo-ammi. Un dia, cuando vuelvan a Dios por mediacién de Cristo, serén lo que siempre han sido en los planes de Dios. Este mismo principio opera en la actualidad en los cristianos, ya sean de Israel o de los gentiles. Por la fe en Cristo y en su obra consumada en el Calvario, cualquier alma, judfa o gentil, nace nue- vamente del Espfritu de Dios a vida eterna. Sin embargo, puede ser que ese hijo de Dios no esté lo suficientemente separado del mundo y parezca no conocer nada el cuidado paternal de Dios, y no disfrute nada de las bendiciones de la intimidad con el corazén de Dios. Por esta raz6n, Pablo exhorta a los cristianos de Corinto a que se separen del mundo, para que Dios pueda ser su Padre y ellos, sus hijos e hijas (2 Corintios 6:14-18). {Es que acaso no lo eran ya por el hecho de ser creyentes? S{, pero Pablo queria que comprendieran en la experiencia diaria qué eran en su verdadera posicién delante de Dios. La situaci6n es similar en lo que se refiere a Israel y recalcamos esta gran verdad, puesto que hay tanto error respecto a esta carac- teristica vital de la relaci6n de Dios con Israel. En pocas palabras, Israel, por haber estimado muy livianamente el privilegio que tiene con relacién a Dios (una verdadera Gomer), no disfrutar4 de la ben- dicién ni de la realidad de ella. Las bendiciones y promesas patriar- Oseas, el profeta 17 cales nunca son abrogadas, porque Israel, como naci6n, son “amados por causa de los padres”, aun cuando son enemigos del evangelio por causa de los gentiles (Romanos 11:28, 29). Promesa de bendici6n Del mismo modo que ningun otro profeta pronuncia juicio solo contra Israel, sin una promesa de bendicién futura, asf también Oseas, luego de sus oscuras predicciones, pronuncia palabras de gran consuelo, En la porcién comprendida entre 1:10 y 2:1 el profeta promete cinco grandes bendiciones a Israel: (1) incremento nacional (1:10a); (2) conversié6n nacional (1:10b); (3) reunién nacional (1:11a); (4) liderazgo nacional (1:11b) y (5) restauracién nacional (2:1). Si se tiene en cuenta la espantosa diezma de Israel en Europa, realizada por los criminales nazis, la promesa de crecimiento demogréfico es ‘una esperanza brillante. No nos recuerdan estas palabras una de las mism{simas promesas hechas a Abraham, de que tendria una numerosa progenie? No sélo eso, sino que entonces vivirfan de acuerdo a su herencia, por la gracia divina, como hijos del Dios vivo. Véanse Romanos 9:25 y 1 Pedro 2:10, donde la expresi6n se aplica tanto a gentiles redimidos como a judios, pues unos y otros est4n en igual condicién ante la gracia de Dios. La unificacién de la nacién dividida manifestaré la restau- racién del favor de Dios para con su pueblo (véase Ezequiel 37:15- 23). El Gnico gobernante que tendrén seré su glorioso Mesfas Rey, el mayor de los hijos de David, en quien confiarén (Oseas 3:5; Jerem{as 23:1-5; Ezequiel 34:23; 37:15-28). Su subida de la tierra se ha interpretado como su ida a la batalla de Esdraelén, la cual ser4 decisivamente victoriosa para ellos; pero tal vez sea mejor ver en la prediccién la subida de las gentes desde todas las partes de la tierra para celebrar sus fiestas solemnes (de entre las muchas referencias a este respecto, véanse Isafas 2:1-4 y Zacarfas 14). “El dia de Jezreel seré grande” pues en aquel dia Dios, en Cristo, derrotaré al enemigo de una vez para siempre, cuando el Mesfas de Israel afirme sus pies sobre el monte de los Olivos para abogar personalmente por la causa de Israel. Entonces ser4n ellos Ammi (pueblo mfo) y Ruhama (compadecida). De este modo vuelven @ aparecer los tres nombres; pero ahora son portadores de bendicio- nes. Las malas consecuencias de la desobediencia En los versfculos 2 al 13 del capitulo 2 encontramos Ja declaracién de Dios respecto al juicio que iba a caer sobre Israel a causa de sus muchos pecados. Dios repudia a Israel: éste es el valle de Acor. En la Gltima parte del capftulo (versfculos 14-23) se expresan las ben- 18 Los profetas menores diciones de la obediencia y la restauraci6n. Dios vuelve a llamar asf a Israel: ésta es la puerta abierta a la esperanza (véase 2:15 que es la clave de todo el capftulo). Los aludidos en el versfculo 2 no son los hijos del profeta, sino Israel. Se considera a la nacién de Israel como la madre, mientras que los hijos son los ciudadanos individuales. E] propésito de esta distincién es hacer recaer sobre la madre el reproche que se merece por sus actos pecaminosos y hacerla desistir de su continua infi- delidad. En todo este pasaje y por medio de las figuras empleadas, se puede apreciar més claramente la enormidad del abandono espiritual de Israel al Sefior y lo aborrecible que eso era. La desvergienza de su infidelidad se describe con las palabras: ‘sus fornicaciones de su Tostro”. Dios nunca disculpa el pecado. Este es un rasgo distintivo de la Biblia que la diferencia de cualquier otro libro, antiguo o mo- derno. Nunca excusa el pecado, sea quien sea que esté involucrado. Por lo tanto, Israel debe sufrir el amargo castigo y adversidad por sus adulterios y fornicaciones espirituales. La advertencia indica que se vera privada de toda subsistencia y posesiones terrenales. Todo esto se da a conocer bajo la figura de Ja desnudez (véase Ezequiel 16:4), la desolacién, e] estrago y la muerte de sed. Tenemos aqu{ una insinuacién de la cautividad futura del reino del Norte en Asiria; pero sin establecerse todavia de modo especffico. La vergiienza de la infidelidad Como ramera desvergonzada, Israel declara su intencién de seguir asus “amantes” (los {dolos de su adoracién pagana) para conseguir pan, agua (necesidades de alimentos), lana, lino (necesidades de vestido}, aceite y bebidas (lujos). Consideraban que la prosperidad que disfrutaban en esa época, una manifestacién generosa del amor de Dios, era un beneficio proveniente de los dioses falsos que estaban adorando. El profeta exclama a gran voz, en el nombre de Dios: “Y ella no reconoci6é que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le mul- tipliqué la plata y el oro que ofrecfan a Baal”’ (versiculo 8). Nétese el énfasis en el posesivo “mi” en el versfculo 5. Israel tom6 esas abundancias como que le pertenecfan legitimamente. Pero en el ver- s{culo 9 se les muestra como en realidad eran de Dios, porque E] las reclama con un reiterado “mi”. Este caso lo podemos comparar con el que aparece en Jeremfas 44:15-23, donde Israel nuevamente atri- buye los beneficios de Dios a la adoracién de los {dolos falsos. Nin- guna expresién podria dar a conocer més acertadamente lo insensato de la adoracién de los fdolos. Esta préctica entenebrece y obscurece Oseas, el profeta 19 de tal modo la mente, que las beneficencias de Dios se atribuyen a vanidades insensatas y que nada aprovechan (véase Romanos 1). Retribucién de parte de Dios Arafz de este cancer purulento en la vida espiritual de Israel, Dios le pondré Ifmites por todos lados, para separarla de sus amantes. Iré incesantemente tras ellos; pero no los encontraré. Su desilusién sera tan grande que anhelar4 volver a su verdadero y “primer esposo”. Se ver4 privada de trigo, vino nuevo, lana y lino, y le tocaré en suerte una depresién de gran magnitud. Para vergilenza de ella, Dios la desnudaré ante sus amantes. Ademés, le quitaré toda ocasién de gozo o alegria: sus banquetes, sus lunas nuevas, sus dias de reposo y sus asambleas solemnes. En esas ocasiones su asociacién con la idolatria encontraba su m4xima expresién, en vez de ser tiempos para honrar a Dios, Por esta profanacién de las cosas de Dios, El devastaré sus tierras, convirtiéndolas en matorrales y multiplicaré en contra de ellos las bestias del campo. Los “‘dfas de los baales” en los que Israel se olvid6é de Dios, le serfan tomados en cuenta para su retribucién. De este modo, el profeta bosqueja con un lenguaje vivido e inequivoco la maldicién y la adversidad de la desobediencia de Israel; su triste salario seria desnudez, devastaci6n, hambre, sed, vergiienza, tristeza, soledad y afliccién. Las bendiciones de la obediencia Oseas no concluiré esta profecfa hasta que no haya proclamado las futuras bendiciones y la gloria reservadas para Israel cuando viva en obediencia a la voluntad de Dios revelada. En aquel dfa Dios traer4 a Israel al desierto, es decir, le hablaré a solas a su coraz6n. De este encuentro cara a cara con el Sefior, el valle de Acor de Israel, valle de la tribulaci6n, se tornaré en puerta de esperanza. La mencién del valle de Acor es otro de los frecuentes usos de acontecimientos pasados en la historia de Israel. Nos recuerda la entrada de Israel a la tierra de Canaén en los dias de Josué. Por medio de la fe, el Sefior les habfa dado una victoria gloriosa sobre Jeric6; pero Acén habfa tomado del botin maldito de la ciudad, que habia sido prohibido estrictamente por Dios. La consecuencia de ese pe- cado fue la derrota de Israel en Hai. Sélo después que Acén y su Casa quedaron al descubierto y fueron apedreados, el Serior les dio 6xito en su campatia contra Hai. De este modo, el pecado de Acén 8e convirtié en bendicién, al abrirse el paso al territorio mediante la derrota de Hai. Véase Josué 7:24-26 y también Isafas 65:10, donde el valle de Acor llega a ser un lugar de pastoreo para el ganado. Del mismo modo, cuando Israel haya reconocido su pecado y se haya 20 Los profetas menores liberado de 6] en verdad, habré restauracién. Por eso el valle de Acor seré transformado en una puerta de esperanza. El Sefior restaurar4 y afiadiré a los afios que devoraron las orugas. Aun los mismos nombres de los baales (fdolos de Baal) serén quitados de Israel. A Dios lo llamarén Ishi (esposo mfo) y no Baali (mi sefior o mi amo). La primera palabra sugiere afecto, mientras que la segunda manifiesta autoridad. Sin embargo, todavia hay més: la palabra Baal debe desaparecer por causa de su connotacién maligna y los actos pecaminosos realizados en los cultos a Baal. Misericordia abundante El dfa que Israel regrese al Seftor, tendr4 bajo su dominio toda la creacién. Las bestias del campo, las aves de los cielos y los reptiles de la tierra serdn refrenados por Dios, para que Israel pueda habitar seguro. Ya no existirén el arco, la espada ni las batallas. Tal como lo profetizara Miqueas, cada hombre se sentaré debajo de su propia vid y debajo de su higuera, y nadie los intimidar4 (Miqueas 4:4). Sin embargo, lo mejor de todo seré la nueva relacién en que se haré entrar a Israel. Habr4 una renovacién de los votos matrimoniales. Tres veces le dice Dios a Israel que lo desposaré consigo: (1) para siempre, (2) en justicia, juicio, benignidad y misericordia y (3) en fidelidad. (Todo israelita ortodoxo recita los versiculos 19 y 20 del capftulo 2, mientras se coloca la filacteria en el dedo medio de la mano izquierda.) La palabra usada para “desposar” (‘aras, 0 sea, cortejar a una doncella) dice mucho acerca de la gracia de Dios que borra el pecado. Ya no se mira a Israel como una ramera o adiltera, sino como una virgen sin mancilla. Se lo considera como si nunca hubiese pecado. Compérase esto con 2 Corintios 11:2 respecto a la iglesia a pesar de todas sus faltas. En cuanto a Israel, véase también la notable declaraci6n de Numeros 23:21 y la designacién benévola de Deuteronomio 32:15 (Jesurdn es un diminutivo que significa “el pequetio justo”). Entonces la tierra produciré su fruto y la nacién prosperaré una vez més. Esta promesa se nos da en los vers{culos 21 y 22 como una personificaci6n, como si los cielos le pidieran al Sefior que les per- mita hacer caer lluvias refrescantes sobre la tierra para que produzca trigo, vino nuevo y aceite. La respuesta de Dios seré afirmativa e Israel seré sembrado por el Sefior: Jezreel (véase Miqueas 5:7 e Isafas 37:31). Finalmente, la promesa es que Lo-ruhama seré Ruhama y Lo- ammi seré Ammi. De este modo se completa un ciclo. No solamente se conjuraré toda maldicién, sino que ser convertida en bendicién. En nuestro resumen de las bendiciones sobre Israel vemos: (1) con- solacién — versiculo 14; (2) fecundidad de la tierra — versiculos 15, Oseas, el profeta 21 21 y 22; (3) eliminacién de Ja idolatria — versfculo 17 (Zacarfas 13:2); (4) restauracién de la gloria de la naturaleza — versfculo 18 (Isafas 35); (5) seguridad en la tierra — versfculo 18; (6) misericordia del Sefior en su favor restaurado — versiculo 23 y (7) conversién nacio- nal — versiculos 19, 20 y 23. jCiertamente el valle de Acor seré la puerta de la esperanza! 2 IMPORTANCIA DE LA PROFECIA Aun cuando en el hebreo original el tercer capftulo del libro de Oseas se compone s6lo de ochenta y una palabras, ocupa con todo derecho su lugar entre los pronunciamientos proféticos mas grandes de toda la revelaci6n de Dios. No hay duda de que se aplica muy bien a este pasaje la expresién de “multum in parvo” (mucho en poco espacio). El profeta nos pinta con destreza y en trazos répidos, por medio del Espiritu de Dios, el cuadro completo de la historia nacional de Israel. El cuarto versiculo es una de las pruebas més seguras del origen divino de la profecia y de la Biblia en general. Se ha comparado este capftulo con el capftulo 11 de Romanos, porque en ambos Dios hace grandes revelaciones sobre sus planes relativos al pasado, presente y futuro de Israel, su nacién escogida. Nos sen- timos grandemente tentados a citar el capftulo completo, pero nos refrenamos de hacerlo para ahorrar espacio. Sin embargo, insistimos en que el lector tenga la Biblia abierta delante de s{ mientras con- sidera estas Ifneas. Nada absolutamente nada que podamos decir respecto a estas Ifneas y estos versiculos de las Escrituras es com- parable al pasaje en sf. EL PASADO DE ISRAEL En los versfculos 1-3 tenemos el acto que se llevé literalmente a cabo en la vida del profeta; en los versiculos 4 y 5 se expresan con claridad el significado y la intencién de la transaccién. En el segundo capftulo de la profecfa que nos ocupa, la figura de Gomer en el hogar de Oseas se amplié para convertirse en el mensaje de advertencia y bendicién para todo Israel. Ahora el profeta vuelve a la relaci6n individual y personal que se establecié al comienzo del libro. Dios le habla directamente al profeta y le dice que ame nuevamente a la Mujer que, aunque amada por su marido, se habia hecho una adul- 24 Los profetas menores tera. Especfficamente, esto es una representacié6n del amor ilimitado de Dios para Israel. No obstante, Gomer, tan exaltada y elevada por su posicién como esposa del profeta y participe de todo su amor, se habfa rebajado a una condici6n tan miserable que tuvo que ser com- prada para recuperarla, tal y como en el mercado de esclavos. ;Y qué barato fue su precio! Una vez recuperada, se le pide solemnemente que no vuelva a ser la mujer de ningdn hombre, y el profeta asume una posici6n similar hacia ella. Ya que ésta es una miniatura del trato de Dios con Israel, podemos aplicar estos hechos en forma directa a los acontecimientos histéricos. Inmediatamente surgen tres rasgos caracterfsticos: primero, la relacién con Israel; segundo, la infidelidad de Israel y, tercero, el amor de Dios por Israel. Relacién con Israel Es imposible leer el Antiguo Testamento con cierto grado de com- prensién sin quedar muy pronto impresionado en el relato con el hecho de que Dios estableci6, de modo voluntario y soberano, una estrecha relacién de pacto con Israel. Dios lo tomé para s{ al rescatarlo de Egipto y al establecer una relacién de pacto con 61 (véanse Exodo 4:22 y Amés 3:1, 2). La relacién fue y es interna, sagrada e indisoluble. Est4 represen- tada de modo exacto por el matrimonio entre el profeta Oseas y Gomer. Dios nunca ha olvidado el momento en que establecié su telacién de pacto. Jeremfas expresé: ‘“As{ dice Jehovd: Me he acor- dado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mf en el desierto, en tierra no sembrada” (eremfas 2:2). 3Se da cuenta de lo que Dios esté diciendo aqui y qué maravillosa gracia esté manifestando? No menciona la amarga es- clavitud que soporté Israel en Egipto, ni sus gemidos y lamentos al Sefior cuando se encontraba en triste afliccién, ni su continua re- belién mientras estuvo en el desierto. La imagen que se muestra es que Dios se deleité con el amor de Israel, el amor de los esponsales, y pensé que la naci6én irfa con el Sefior, aun cuando tuviera que atravesar el desierto. E] amor de Dios hace a un lado todos los detalles secundarios del cuadro y fija su atencién en el hecho glorioso de que Israel lleg6 a ser suyo. Infidelidad de Israel La esposa del profeta Oseas se volvié addltera. {Qué vergiienza, qué desgracia publica y qué angustia tan intensa para el coraz6n sensible del profeta! No obstante, eso no fue nunca tan terrible como el que la nacién desposada con Jehov4 se uniera a otros dioses y amara las tortas de pasas. En Jeremfas 7:18 y 44:19 se explica que esas tortas de pasas eran parte de una ceremonia en honor de la reina Importancia de la profecfa 25 del cielo. Son evidencias de la abierta adoracién de los dioses falsos de la 6poca. La magnitud de la vergitenza y el escdndalo pablico que signific6 esto a los ojos de Dios, puede percibirse sdlo ligeramente de su equivalente, a escala humana, en la vida del profeta Oseas. A qué profundidad llevé esto a Gomer resulta evidente por el precio que hubo que pagar por su rescate: quince piezas de plata. El precio de un esclavo comin era de treinta piezas de plata, segin Exodo 21:32. Gomer habfa cafdo tan bajo que ya no valfa més que la mitad del precio de un esclavo. El homer y medio de cebada indica su absoluta falta de dignidad, puesto que era para alimentar a los animales. Nada puede destruir y arruinar a un hombre de un modo tan completo como el apartarse del Sefior. Esto no es menos que alta traicién contra los altos cielos. El amor de Dios a Israel Cuando Dios mand6 a Oseas que amara a “una mujer amada de su compafiero”, no le impuso al profeta una tarea en la que El mismo no pudiera participar. El amor de Dios a Israel no guarda relaci6n con el tiempo: es eterno y constante. Cuando leemos que Gomer era mada de su compafiero, esto no indica el amor de un amante. La palabra indica la ternura con que la trata 61, haciendo que la accién de la mujer sea todavia mas inexcusable. Obsérvese que en el primer versfculo de este capitulo se utiliza cuatro veces la palabra “‘amor” o un derivado. Casi podemos ordenar el versfculo en una proporcién matemética: del modo en que el amor de Dios se ha manifestado siempre hacia Israel, aun cuando la nacién amara a los fdolos m4s bien que al Sefior, asf también ha de ser el amor de Oseas para con Gomer, a pesar de que ella haya amado a extrafios més bien que a su esposo leg{timo. Asf como Gomer con- serva todavia el amor del profeta, el Sefior ama a Israel. Israel se halla esculpida en las palmas de las manos de Dios (Isafas 49:14-16) y es la nifia de sus ojos (Zacarfas 2:8). Ademés, aun después de siglos de desobediencia por parte de su pueblo, Dios pudo reprender a Satandés, déndole la respuesta suprema de que El habfa escogido a Jerusalén (Zacarfas 3:2). EL PRESENTE DE ISRAEL Ni Gomer ni Israel tienen un pasado glorioso; pero la historia ain no concluye. La condici6n actual de Israel esté esbozada en el ver- sfculo 4. Esta ha sido su condicién desde que eligié al César como gobernante antes que al Cristo de Dios. Es sorprendente la exactitud de todos y cada uno de los detalles, de los cuales hay aqui muchos, 26 Los profetas menores hasta que nos damos cuenta de que es Dios el que esté hablando, el que conoce el fin desde el principio. Este versiculo refuta todos los argumentos tales como el deno- minado angloisraelismo. Las condiciones que se describen aqu{ no han sido nunca las de Inglaterra y no se pueden torcer para darles ese significado. Esa situaci6n es anémala y desaffa todos los esfuerzos de clasificacién. No es extrafio que el gran fil6ésofo alemén Hegel, ardiente estudiante de la filosoffa de la historia, dijera sobre la his- toria de Israel: “Es un enigma obscuro y complicado para m{. No puedo comprenderlo. No encaja en ninguna de nuestras categorfas. Es un acertijo.” Del mismo modo en que Gomer se encontré en una posicién donde ya no se citaba con sus antiguos amantes ni estaba tampoco en una relacién matrimonial total — una condici6n real- mente extrafia —, as{ también Israel se encuentra en esta era en una posicién en que no es idélatra ni tampoco disfruta de comuni6n con Dios en una adoracién que sea del agrado de El. Carencia multiple Durante muchos dfas, que son correspondientes a los de Gomer, Israel estaré sin rey, sin principe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. ;Qué significado tiene esto? Antes que nada, significa que la nacién estaré sin gobierno civil: no tendr4 rey ni principe. Después de la cautividad en Babilonia y la muerte de Sedequfas, el ultimo rey de Juda, el pueblo de Israel no conocié otro rey entre ellos (la dinastfa de los Macabeos no puede compararse siquiera con las dinastfas anteriores al exilio). No obs- tante, tuvieron principes, como Zorobabel, hijo de Salatiel, tal ycomo su genealogia lo muestra con claridad. En esta era, desde la muerte del Mestfas de Israel, que vino como Rey de los judfos, Israel no ha conocido rey ni principe. Se ha dicho: “Ninguno de su propia nacién ha podido reunirlos o llegar a ser su rey.” En segundo lugar, estarén sin el sacrificio ordenado por Dios. No hay Templo, porque el terreno en que se encuentra el Templo no les pertenece; tampoco hay sumo sacerdote, porque no hay genealogias para respaldarlo; no hay sacrificio, porque no hay sacerdotes debi- damente constituidos para llevarlos a cabo, y el dnico sacrificio en Cristo se ha cumplido de una vez y para siempre: no hay expiacién, porque no hay sangre de sacrificio en sus ceremonias religiosas. En tercer lugar, y probablemente lo més notable de todo, estarén sin idolatria. La inferencia légica nos llevarfa a creer que si Israel cay6 repetidas veces en la idolatrfa cuando practicaba la verdadera adoraci6n a Dios, con mayor raz6n lo harfa cuando estuviera carente de la verdadera adoraci6n. Pero no, el profeta Oseas no nos cuenta

You might also like