You are on page 1of 32
| i i | 1. EL PODER: UN ENFOQUE RADICAL 5 INIRODUCCION Este capitulo encitta un andisis conceptual del poder En él toy a ptonunciazme por un enfogue del poder (es decit, una snaneta deideniias a ste) que es radical en sentido tesco y en sentido politico (yen ete contexto, consider que hay una telacia intina entre los dos sentidos) El enfoque que voy defender, yo dia que, por un lado, es inevcablemente cvals- tivo y ests “ctencialmente contestado” (Gallic, 1953-1956)! y por el oto, es aplicable emplticamente.Intentaré demostrar pot qué este enfogue es superior alos alternatives. Defender, acdemis, su cardcterevaluativo y contestado, cosas que n0 son delectos para mi, y sostendxé que es coperativos, es deci em- piticamente dul, por cuanto pesmiteforjarhipStesisentérmi- nos de dicho enfogue que en principio son verficablesyfalsa- bles (a despecho de los azgumentos comtinmenteesrimidos en contts) Ineluso daré ejemplos de tales hipétesis, de algunas de las cuslesIegaté hasta el extremo de pretender que son ‘Alo lggo de mi argumentacion tocaré una serie de prable nas metodolégicos,teéticosy paliticos. Entre los primeros quran los limites del behaviorismo, el papel desempeftaso por 1 Hoon Jos valotesen la explicacin y el individuaismo metodol6gico. Entze los problemas tedricos estin cuestones relacionadas con Jos limites o prejuicis del plorlisno, con la falsa concienca y con ls intereses reales Ente los problemas politicos estén las tues famosss sreas probleméticas clave estudiadas por Robert abl (Dahl, 1961) co New Haven (nuevo desarrollo uibano, «dacacién péblicay nombtamients politicos), la pobreza y as telacionesraciales en Baltimore asi como la polucisn atmosté- rica. Estos temas no serdn discutidos en si, sino que simple- ‘mente se aludira a ellos en puntos significados de la argumen- taciGn Por su naturaleza, éta es polémica.Y realmente, el que lo sea forma patte esencial de mi alegaro (Comicnza esta argumentacién examinando un enfogue del poder y concepciones emparentadas —que tiene profundas raices histétics, patticularmente en el pensamiento de Max Weber, y que adguiié una sensible iffuencia entre los polis Jogos americanos de la década dels sesenta a uavés de la obra de Dabl y sus colegas pluralistas— A este enfoque se le erties pot superficial y restrictivo y se le acus6 de evar a una injust- ficada celebraci6n del pluralismo amexicano, del cual se pte- tende que cumple los requistos de la democtacia, en especial por parte de Peter Bachrach y Moston S. Baratzen un famoso © influyenteartculotitulado «The two faces of power» (1962) y en un segundo atticulo (Bachrach y Batate, 1963), incorpora 4dos ambos posterionmente, previa modificacién, en su libro Posoer and poverty (1970). La argumentacién de étos fue, su vee, abjeto de enérgicos contraatagaes por parte de los plata listas, eo especial Nelson Polsby (1968), Raymond Wolfinget (19714, 1971b) y Richard Merelman (1968a, 1968; peso tam- ‘ign se granje6 defensas de gran ieterés, como la de Fredetile poor un ron Rac, Frey (1971), por lo menos una apicacién empitica interesan- teen grado sumo, en el ibro de Matthew Crenson The wn-poli- ties of at pollution (Crenson, 1971) Atgumentaré que el enfo- {que de los plusalistas era, efectivamente, inadecuado, por las tazones aducidas por Bachrach y Baratz, y que el enfogue de tos va més Ieos, aungue, por otto lado, no lo bastante, yesté| necesitado den temple radical Mi estiategia consistnd en es bozat tes mapes conceptuales, que espeto pongan de mani- fiesto los tasgos distintivos de esos tres enfoques del poder, a saber el de los plaralistas (al que lsmaré unidimensional), el de sus exitios (al que lamaté bidimensional) y un tert enloque del poder (al que llamaté tidimensional) Luego pasaré a exa- sminar los lados fuertes y débiles respectivos, intentando de- mostrar mediante ejemplos que el tetcero de estos enfoques petmite un andlisis de las relaciones de poder mas profundo y sutistactorio que el proporcionado pot cualquiera de los otros dos, J) EL ENFOQUE UNIDIMENSIONAL A menudo se califica a éste de enfogue «pluralste» del poder, ‘pero tal etiqueta es ya engatiosa, por cuanto Dahl, Polsby, Wol- finger y otros pretenden demostrar que el poder —segiin lo identifican ellos — esti, de hecho, distribuido de manera plura- lista en New Haven, por ejemplo, y mis genetalmente en el sis tema politico de Estados Unidas en su totalidad. Habla, como hacen los sasodichos autores, de un senfoque pluralist» del po- det, ode una «aproximacién pluralist» al miszno 0 bien de una ’ Brot «enetodologia pluralista» presupone que ls conelusiones de los pluralistas ya estén contenidas en sus concepciones, aproxima- cién ymétodo. Realmente, yo no cico que asi sea Creo que éstos son capaces le generat en determinados casos conclusiones no plutaistas Usilizando, por ejemplo, su enfogue del poder y st :metodologia para ientiticalo (de manera que el lugar donde se Ubica el poder se determina viendo quién prevalece als hora de adoptat decisiones dondequiera que haya un conflict abserva- ble} Robert MeKenzic (1964) concluye que el poder es pit dal en los dos principales pastas politico brtinicos: yin dose de un enfoue y una mecodolopia diferentes, Samuel Beet (1965) concluye que en el caso del Partido Laborista no lo es Del primero de esos enfoques se extraen conclusioneselititas cuando es aplicado a estuctaras elitists de adopeién de decisio ‘nes conctusionespluralstas cuando es aplicado a estucturas pluralistas de adopcion de decisiones (y también, dria yo, con- clusiones plualistas cuando es aplcado a esttuctutss que él identifica como plusalistas, mientras que otios enfoques del po- det nolo hacen}. Asi pues al intentat catacterizatl identifcaré sus rasgosdistintivos independientemente de las eonclusiones| pluralisas que se hayan solido obtenet Ensu temprano atticulo «The concept of power», Dahl des- «ibe su «idea intuitiva del podes» como «algo semejante a A tiene podet sobre B en la medida en que puede conseguit «que B hago algo que, de otra mancta, no aria» (Dahl, 1957, ca Bell, Edwards y Hatison Wagner (eds), 1968: 80) Mis adelan te en exe mismo artculo, Dahl describe su zenfoqueintitivo de Ja relacén de poder en términosligeramente diferentes: pare «ia, dice, wimplica una tentativa coronada pot el éxito pot par- te de A de conseguir que B haga algo que, de otta manera, no poor wn EMTOQuE RABEL aria» (ibid, p 82) Nérese que sie primer enunciado gira en torno ala capacidad de A («, en la medida en que puede con- segs que B haga algo .»), el segundo especitica una tentativa coronads por el éxito, yen ello estiba, desde ego, la diferen- cia entre los podetes actual y potencial, entre posesién y ejerci- cio del poder Fs éste —el efercicio del poder— Ia idea central deeste enfoque del poder (como reaecién al hincapié quehacen Jos llamados «elitistay en las teputaciones de poder) En Who governs?, el mécodo capital de Dabl consiste en adeterminar con tespecto a cada decisin que paricipantes propusiron al texnativas que finalmente fueron adoptadas, vetaron alterna ‘vas propuestas por ottos o propusieron alternativas que fueron rechazadas.Fstas acciones fueron después casificadas como, exits" 6 “dertotas”individuales Los partcipantes con la ma yor propoteién de éxitos sobre el rota de éstos fueron consi- (Dahl, 1957, en Bell, Edwaids y Ha ttison Wagner (eds }, 1969: 80) Who govern? habla sobre todo de «influenciay, mientras que Polsby habla snte todo de pods ) Estchincapiéen el compottamiento observable a la hora de ‘dential poder mueve alos pluralist a estudiar la adopcion de deasiones como trea cential Pata Dahl, pac, cl pode slo puede ser analizado tras un cexamen minucioso de na serie de ecisionesconcretas» (1958: 466}; Plaby, aver, escibe: Se puede conceit el epoder» —xinfluencin y econtiabs son sind mos servibles— come la capacidad de un actor de hacer algo gue afecte a oto actos, que cambie el probable curso de nos furs, acontecimientosespeifcados Esto puede se mi fclmente conce ido en una sitwacién de adopcisn de decsiones(1963:3-4) Aiguye este autor que identifica a «quien prevalece en la adopcidn de decisiones» parece ser la mejor manera de deter minar qué individuos y grupos tienen “mas” poder en la vida social, porque el conflico ditecto entre actores plantea una si ‘tacién que se asemefa sobremodo a una vetificacién experi- mental de su capacidad deinluir en los resultados» (p 4). Como se desprende de esta iltima cita, se supone que las «decisio- nes» enttafian un conflicto aditecton, es decir efectivo y obser vable: Asi pues, Dablalisma que s6lo es posible verfieaestic- tamente [a hipétesis de una clase ditigente si hay «. casos que iampliquen decisiones politicas clave donde las preferencias de la hipocética élite divigente choquen con las de eualquiet otto ‘ FL one: UN ENTOQUE RADON rupo similar que se pueda suger», «em tales exsos preva- Tecen tegularmente las preferencias de la élite» (Dahl, 1958: 466) Los plualistas hablan de decisiones telatvas a problereas pertenecientes a ates problematicas» (clave seleccionadas, suponiendo una vez mis que tales problemas son polémicos e implican un conilieto efeetivo Como dice Dabl, es «tequisito necesario, sunque quiza no sufiiente, que cl tema clave impli- ue un desacueido cfcctiv en las preferencias de dos o mis sxupos (p 467) “Heznos isto, pues, que os pluralistas hacen hincapig en el comportamiento en la adopcién de decisiones sobre proble ras clve o importantes por cuanto implican un conflito ob- servableefectivo Obsérvese que tl implieacin no es equeri- da por las definieiones de poder de Dahl o de Polsby las cuales simplemente requieten que A pueds llegar 0 legue a sfectar ‘fo que hace B Y de hecho, en Who governs? Dabl se mues: tra muy sensible a Ia operatividad del poder ola ingluencia en susencia de conflicto; incluso afirma, en efecto, que una «veri- fieacién aproximada de la influencia abiera 0 encubiesta de tuna petsona esa frecuencia con que consigalevat adelante una politica importante en contsade la oposicién de o:t0s, 0 vetatpo- lticas propuesta por ots, 0 lleva adelante una politics donde tno sparexca oposcs6n (se)» (Dahl, 1961: 66)?. De todos mo- dos, és es sdlo uno de los muchos ejemplos de que el texto de Who govern? es mis sutl y profundo que la mayoria de los ronunciamientos conceptuales y metodolisicos de este autor {y sus colegas estéen contradiceién con su atmazén concep tual ysu metodologia Dicho de otta maneta, consttuye un ,y como resultado de ello, «no toma en cuenta el hecho de que el poder puede ser ejeicido ~y a menudo lo es— limitando el a | cance de lt adopcin de deisione a problemas rlativatente “inecuos”» (p 6) Por otto lado, estos autores insisten ~al me- ‘nos en su libro, eplicando alos cxiticos que mantienen que si B no acta porque prevé la reaccién de A, entonces no ocurte nada y tenemos un «no evento», que no es susceptible de veri- faci empisia—en qu las lamadas no dedsones, qu tes tringen el alcance de la adopcidn de decisiones, son, a su ver, decerones (observables). Estas, sin embargo, pueden no set sbirtasoespecitias con expect aun tema dadooinchiso no haber sido adoptadas conscientemente ‘para excluir a detracto- tex en potenca alos cuss al vez desconozean los delensoes del staru quo Tal desconocimiento «no significa, empero, que el arupo dominante pescinda de adoptar no decisions qu pre serven opronnevan su dominacia. El met apoyo al proceso Politico establecido tiende a suttit ese efecto 30) ° Asi pues, un anélisis satisfactorio del poder bidimensional ‘implica un examen tanto de la adopuitie de dectsiones como dela sdopcién de no decsione Una decsibn es euna lec ene ‘varios modos de accién aliernativos» {p 39); una no decisién es sana decsin que condce ala suprsin 0 Inustacin de un ret latent o manifesto alos valores o interes de quien adop. 2 FL roocs: UN ENFOQUE RADICAL tala decision» (p 44) Por consiguiente, la adopcién de no deci- ones es «an medio de que les demandas de eambio en la actual Gistrbucién de beneficios y prvilegios dentro dela comunidad poedhan ser sofocadasinchuso antes de set atticuadas; 0 mante Fidas ocultas; o amortiguadas antes de que tengan acceso a la rena donde se adoptan ls decisiones en cuestién; 0, encaso de aoe fallen todas estas cosas, truncadas o desttuidas en la fase de cjecucin de as decisiones del proceso poltco» (p 44) En patte, Bachrach y Bazatz tedefinen efectivamente las fronteras de lo que hay que considerat como problema polit- co. Par los plualistas, estas fronteras son establecidas por el sista politico que se esté observando 0, mejor dicho, por las lites del mismo, ya que, como dice Dahl, «de un problema po- litioo dificilmente ve puede afismas que existe a menos y hasta tanto que haya acaparado la atencién de un sector importante delestiato politico» (Dabl, 1961:92) El observador seleeciona entonces algunos de estes problemas en cuanto obviamente importantes o “clave” y analiza la adopcién de decisiones en telacion con ellos Pasa Bachrach y Baratz, en cambio, es de crucial impottancia identificar los problema potencales a los que la adopcién de no decisiones impide aeualizarse Para ellos, los problemas que los pluralisas, i bien este concepto se tefiete a in teresessubjetivos mas que objetivos Mientias que el plutalista considera coma intereses las preferencas poltcas maniestadas por el comportamiento de todos los cudadanos que se sapone «stdin dentto del sistema politico, Bachrach y Buta consideran también las preferencias manifestadas por el compostamiento de quienes parcial o totalmente estn exeluidos del sistema po- ltico, en forma de agravios abiertos 0 encubiettos. En ambos casos se supene ques intcteses estin conscientemente artic ladosy son observables Concluyo, pues, que el enfoque bidiimensional del poder comporta una critica matizada —y digo matizada porque to- davia se supone gue la adopcién de no decisiones es una for- ma de adopeién de decisiones— del canduter bebavorita del primet enfogue y deja un margen para considetar las formas ‘n que se puede impedic que se adopten decissones acerca de problemas potencales en torno alos cuales existe un conflict observable de intereses (subjetivos) considerados como en 6 fromm carnados en preferencias politicas exptesas y agtavios infra: politicos IV EL ENFOQUE IRIDIMENSIONAL No hay duda de que el enfoque bidimensional del poder su pone un importante evance con zespecto al unidimensional, puesto que incorpora al andlisis de las telaciones de poder la ‘uestin del control sobre el programa politico y de los mo- dos de mangener fuera del proceso politico prablemas poten: ciales. No obstante, entiendo que es inadecuado por tres En primer lugay, su extica dl behaviosismo es matizada en exces0; 0, por decirlo de otto modo, sigue estando demasiado apegada al behaviorismo, esto ¢s al estudio del «comporta: miento efectivo>, abictto, cuyas «decisiones coneretas» en si ‘uaciones de conflito son consideradas patadigmaticas Al in- tentar asimilar todos los casos de exclusién de problemas potenciales del programa politico al paradigma de la decisi proporciona un cuadro engafioso de las formas en que los indi- viduos y sobre todo los grupos ¢ instituciones logtan exchuit el proceso politico problemas potenciales Las decisiones son, clecciones hechas de manera consciente ¢ itencional pot los, individuos entre varias alternativas, mienteas que las inelinacio: nes del sistema pueden ser movilizadas, recreadas y reforzadas de formas que no son conscientermenteclegidas ni son el esul- tado que pretendian las elecciones porticulares de los indivi- duos. Como afirman los propios Bachrach y Baratz, la domina- EL one uN EWOOUE RADICAL «én pot los defensores del statu quo puede set tan ftme y ge- peralzada que étos ignoten los potencialesaspirantes a su po- sicién y, pot consiguiente, la alternativas al proceso politico existe, cuyas inclinaciones se esfuerzan por mantener: En cuanto «estudiosos del poder y sus consecuencias», dicen, snucata preocupacién no es silos defensores del statu quo sans poder conscienterente, sino silo ejereen,cémollejet- ceny qué efectos tiene elo en el proceso politico y en ottos ac: tores dentro del sistema (Bachrach y Barat, 1970:50) ‘Mis atin: las inclinaciones del sistema no se nutren simple mente de una serie de actos elegidos de manera individva, sino también y sobre todo del comportamiento socialmente estruc turado y culturalmente configurado de los grupos, y de las précticas de las istituciones que ciertamente pueden manifes- tatse a través de la inaccisn de los individuos Bachuach y Ba- zatz coinciden con los plusalistas en adoptat un enfoque del poder excesivamente individualisa en el aspecto metodolégi- co. Unos y otros siguen aqui los pasos de Max Weber, para quien el poder eral probabilided de que los individuos realica rans volunted pese «la resistencia de otros, mientias que el poder de controlar el programa politico y excluir problemas potenciales no puede ser adecuadamente analizado a menos, ‘que sea concebido como una funcign de fuerzas colectivas y concictios sociales? Hay, en efecto, equt dos casos dlferencia- bles En primer lugar esté el fendmeno de la acién colectiva, donde la politica oaccién de una colectvidad (ys sea un grupo, como por ejemplo una clase, 0 una instituciéa, como por cjem- plo un partido politico o una empresa comercial] es manifesta, pero no attibuible a las decisiones 0 al compartamiento de in ividvos particulates. En segundo lugar esté el fenémeno de " a | ee Brooee Jos efectos ssistémicoo» 1 organizatves, donde la movilizaién de inclinaciones resulta, como decia Schatschacider, def for sma de oxganizacion Tales colectividades y organizacianes se componen, por supvesto, de indvidves, pero el poder que (p 37) 1a segunds sazin por la que la insistencia en el conficto cfectivo y observable no va a ninguna parte es senillamente que resulta sumamente insatsfactorio suponct que el podet sélo se ejetce en sitmaciones de conflicto Dicho eon todo gos, | } i | | i i BL room un ewroguE RADICAL “A puede ejetcet poder sobre B consiguiendo que éste haga lo Ggue no quietc hace, pero también ejerce poder sobre dinflu- endo en sus necesidades genuinas, modelindolas o determi pindolas De hecho, no estiba el supremo ejctccio del poder cen lograt que ot10 u ott0s tengan los deseos que uno quiere igo tengan, ¢s deci en asegurarse su obediencia mediante el control sobre sus pensamientos y deseos? No bace falta llegar alextiemo de hablar de Ur neundo fez 0 del mundo de BF Skinner pata petcatase de que el control del pensamiento ad aquiete un sinfin de formas menos totales y mis mundanas, « través del control de a informacién, a tavés de los medios de comunicacién social ya través de los procesos de socializacién No deja de ser una itonia, ciertamente, que haya excelentes desctipciones de este fenémeno en Who governs? Considere mos a descripcin del papel de los apatsicios» a comienzos del siglo x0t «La élite parece haber poseido la més indispensable delas cazactetstcas de un grupo dominante: el sentimiento, compart no slo por ela, sino asimismo pot laplebe, de gue su ptetensién de gobeinar eta legitime» (Dahl, 1961: 17) YY Dahl descubre también este fenémeno en las condiciones (p. 331) y «es concebi- ¢docomo un medio generalizado de movilizar las adhesiones 0 Ja obligacin de cata a una accin colectiva clicaz» (p 331) En cambio, «la amenaza de medidas coercitivas, o de coac cin sin legtimacién o justificacién, no debe ser calificada en odo alguno de uso del poder.» (p 331). Parsons cxticaba, pues, a C. Wright Mills por haber intexpretado el poder «ex: clasivamente como una facilidad para consepuit lo que desea 1m grupo—el de quienes tienen ef poder—impidiendo que otto grupo —el de quienes “estan fuera’ — consiga lo que desea, cn lugar de ver en él una efaclided para ef eumplimiento de tna funcin dentio yen pro de la sociedad en cuanto sistema (Parsons, 1957: 139) ‘Consideremos en segundo lugar el concepto de poe defi- nido por Hannah Atende “Bilpoder», dice, comesponde aa aptitud humana no slo de actus, sino de actuat de manera concercada El poder noes nunca la propiedad de un indivi- «duo; pertenece aun grupo existe slo mientras petmanecewnido el ‘grupo Cuando decimos que alguien esti «en el poder», nos telesi- 2s Broo nos efectivamentea que tiene podeses de un ceita nimero de pets, -as pata que ace en su nombre En el montento en que desaparere cl atupo gue dio orgen al poder en un principio (pores i popu sin un pueblo o grupo no hay poder), «su poder» se desvanece au mente (Arend, 1970: 4) Es ls pop a one poder i tc den fil pile nora pose de comer a dio origen a las leyes en un principio En une situacin de gobieeng teptesentativo, se supone que el pueblo dirige a quienes lo gobier- | a éé 4==- == tines del poder se pian y desma on ce pode vivo pba dn desea ence lr Mac ‘ands dec gue odor secs se basen la opiate a i ééééé=éé@=@=—20—W palo decd La concepci6n de poder de Arendt asocie ate con una ta dlicin yun voeabulaio aue ells hace temontaise hasta Atenas y ‘Roma sein los cuales la replicase basa en el impeio dele ley, que descansa sobre ae poder dl pucblo» ip 40) Desde esa perspective] poder aparece dsociado dela aclacién mando. obediencian (p 40) y la cuestisn del dominion (p 44) Elpoder | «3 consensual; eno necesita jasificacién, pot set inherent ala ‘misma existencia de as comunidades politica; lo ques necesita «= legitimacion poder surge siempre que el pueblo se reine ¥ acts concettadarente, pero su lgiimacicn proviene mix de la reunin inicial que de cualquier accién que luego puede se suit» (p 52) La violence, en cambio, es instrumental es un me 2% 1 rope un rogue BaD so para conseguir un in, pero jams ser leptin» (p52). El dn de ser un medio pata conseguit un fin, es, en efee- ia condicién misma que permite aun grupo de personas peo- (ory actuar en téxninos de a categoria medio-fio(p 50) El objetivo de estas definiciones del poder de Parsons y cs sunt sine pe un pee pessoa E Fmazones te6ricos generales de sus respectivos autores En el favo de Parsons, vinculat ef poder alas decisones autortarias ylis metas coleetvas sive par reforzar su eon dela ntegta {én socal, basada en un consenso acerca de los valores por cl procedimnieoto de sustracr a la visce toda una sete de proble fnas que ban interesado a los ilamados teéricos de la “coe iG’, justamente en el contexto del «poder». Por obra de la defnicicn,fendmenos camo la coerci6n, la explotac, la ma ripulacién y dems dejan de ser fenémenos del poder y, pot ‘consiguiente, desaparecen del paisaje tedrico. Anthony Gid. dens ha formulado muy bien este punto: Dos hechos obvios —que las decisiones autritaras muy a menuda sirven interes sectotales y que Tos conflictos mis radicals que se tka en la sociedad enrgen de luchas por el pode:— son definidos al ‘matgen de toda considetacién, pot lo menos en cuanto fencinenos ‘coneccados con clepoder» La conceprualizaciin del poder que oft ‘ce Parsons le permite desplazar todo el peso de su aniss del podes ten ewanto expteti6o de una rlacién one individuos 0 grupos, pats cvientalo hacia una concepci6n dl poder como «propiedad del sis temaw Se ignoxa que las ametas»coleccvas, ¢ncuso los valores sub- ypcentes, pueden ser el sesultsdo de une aisposcidn paca sobre Ta base de conflicts entre pattes que tienen poderes diferencias, toda vez que, pata Passons el epadery supone lnexisencia previa de metas coletvas (Giddens, 1968: 265) a Ex rcenn En el caso de Atendt,similarmente Ia conceptualiracin del ppodet desempefa un papel petsuasvo, defendiendo su concep. cn de ela res publica, la cosa piblicay ala que da su consent rriento el pueblo, que «se comporta de manera no violentay ar _gummenta en téiminos racionales, y oponigndose a fa reduecién de eos asuntos pilicos a una cuesidn de dominio» ya la vin- culacién conceptual del podet con la fuerza yla violencia. «Ha. bar de podet no violento», dice la autora, «es una redundan- «im (Arendt, 1970: 56) Estos dstingos permiten a Arendt hacer afitmaciones como las que sguen: «Le tsania, camo des- cabtié Montesquieu, es por tanto lamas violent y menos pode- rosa de as formas de gobierno» {p. 41): «donde cl poder esté desintegrado, las revoluciones son posbles, pezo no necesatias» ( 49); aa siquieta la mas despética dominacién que conoce- mos, asabetla del amo sobte los esclavos, que eran siempre mis ummerosos que él se basabsa en instrumentos coetcitives supe siotes en cunt tales sino en una organizacién supetior del po det, esto es en a solidatidad organizads de los amos» (p. 30) ‘da violencia siempre puede destruit al poder; del cafién de la ‘scopeta sale la orden mas efieaz, que lleva ala obediencia mas inmediata y perfeca; lo que nunca puede salic de él es poder» {p 55}; «poder y vclencia son contsatios, pues donde el uno domina de maveta absolua, Ja otra esté ausente La violencia parece dondequiera que el poder corre pelo peto, abando- ‘nada asu suerte, acabe con la existencia del poder» (p 56) Tales conceptualzaciones del poder son racionslmente de- fendibles. Ahora bien, a opioién de este libro es guc tienen ‘menos valor que la enunciada aqui, y ello por dos razones En primer lugay,existen convincentes tedefiniciones del poder que son sjenas tanto a las acepciones capitales de «po: x rooris un EroQUE RADICAL ry en sentido tradicional cuanto ala temética que siempre ha cad fundamentalmente alos estudiosos del poder Es- fpsinsisten en locucidn «poder pare, ignorando «podes so- yer Asfpues, poder indica una que espe: citique eémo se conduitian las personas en certs situaciones si fuctan abandonadas a su suerte, y usémosla para apoyar la afizmacién de que sino se compostan as es debido al ejetcicio del poder En ese caso, dice Wolfinget, no tenemos manera de decidir entre dos posibilidades: que hubo cjescicio de poder, 0 ‘quelatcoria estaba ertada (p 1078). ‘La primera puntualizaci6n frente a esos uegumentos, tan convincentes en apariencia, es que pasan de una dificultad me- todolégica a una asercién sustentiva Sélo porque es dificil 0 incluso imposible demostiat que se ha ejercido poder en una situacién determinada, no se deduce que podamos concluit que no se a ejercido Mis importante ain es que no cxeo que sea imposible identificar un ejereicio del poder de este tipo Qué es un cerccio del poder? , asentity, ete) En el caso de un eetcicio cfectiva del podet, A consigue que B haga lo que de otro modo no hari; en el caso de un eerccio opetativo del poder, A, jun tamente con una 1 otta de as condiciones suficientes, consiguae aque B haga lo que de otro modo ne aria De aqui que, en ge eral cualquier atribucién de un ejetcicio del poder —inclui das, por supuesto, las de Dabl y sus colegas— implique siem pre una ficcién, en el sentido de que (a ne set pot A, 0 por A junto con eualquiet otra condicién suficiente)B habia hecho de otro modo, por ejemplo, b Es ésta una de las zones de {que tantos pensadotesinsistan (exréncamente) en ue el con- “ Broo ficto efetivo y observable es esencial pata el poder (aungue | hay sin duda outa tazones tsicas y ciettamente,ideolégica) Porque tal conflieto proporciona la fieeién pertinent ya list, pot asi decit Sid y B se hallan en conflcto entre si—A quiere ay B quieted, entonces,siA prevalece sobre B, podemos | poner que B habia de otto modo hecho & Donde no haya un conflicto observable entie A y B, entonces debemos buscar otras razones pate planteat la ficcién pertinente Es devs, de ‘bemos buscar otras razones indirectas, pata poder afitmar que iA no hubiese actuado (0 dejado de actuat) de cieta manera —s en el caso del poder opetatvo, si otras condiciones suf ciemtes no hubieran sido operativas—, entonces B habia pen- sado y actuado de forma diferente de como en efecto piensa y acta En suma, necesitamos justfiear nuestsas expectaivas de que B habria pensado o actuado de forma diferente, y también necesitamos especificeref medio 6 l mecanismo por el que A hha impedido a B hacet tal cosa o ha actuado fo dejado de ac- ‘tuar) de manera sufciente paraimpeditlo [No weo razones para suponer que una w otta de estas afise maciones no pueda ser mentenida en principio, aunque tampo- co pretendo que sea facil hacerlo, ya que esto tequiere cctta: mente ir bastante més lejos que Ia mayoria de los andlisis del poder en la ciencia politics y la sociologia contemporéneas Por fortuna, el libro de Matthew Crenson The un-politis of air pollution « study of wonedecxionmoing the cities (Crenson, 1971} nos proporciona un buen ejemplo de eémo abordar esa tarea Podemos situar el matco terico de este libro en la fron: tera entte el enfogue bidimensional del podes y el tidimensio: nal: lo considero una seria tentativa de aplicat empisicemente €l primero con ciertos elementos del segundo, Pot esta ra26n, 2 poner: ew rogue RADICAL supote un progreso teérico real en ol estudio empitico de las relaciones de poder libro intenta, de manera explicita, halla una forma de 1 «cosas que no suceden, suponiendo que el «ver Sioa inactividad politico (pp Vt, 26). Sie geen tans smo on oj eo Se ie tacts haces cieegate snc in Narn prac re? ‘Sta cammeneme ines de or, eso Mido tipo tennis euch rdaot i i el Exava laces tepononre ert orden deus eppore ae conse se ly por dine rsp ne he iting tobles dons ep eo PSL Gecconponan bs pe scl ane Sepncnclapus cul on 98.70 ‘Ta concepeién, prosigue Poulsntzas, se me antoja desivada de una problemitiea del sujeto que ha tenido onstantestepercusiones en la historia del pensamiento marxista De sacacrdo con esa problemitica, ls agentes de una formacion social, los ehombres, no son considerados come los «portadores» de casos “bjetivos (como la son para Mars), sino como el principio genético ‘los nivel del todo social Es és una problerdtica de los acores sociales, de los individuos como el oxigen de a acim socal asi pues, IninvestigacinsaciolGgica Teva finalmente no al estudio dels coor enachs objevvas que detexminan la distibucién de los agentes en las clases sociales y las conttadicctones entre estas clases, sno a Is bisqueda de explicaciones fnalizas, basadas en las motivaciones de ‘arducta de oe actores individuals (p 70) ” esa OO OO OT TIE TT EL room En su séplica, Miliband sostiene que Poulantzas ‘se mucstia ahi ms bien unilateral y va demasiado lejes al desta naturale dela lite estatal como globalmente de pace ienpowtanci Pues fo que sugiere su exlusieainsisencia en las wtelaciones objet. vase es qe cuanto hace el sade esa cualquier sespecto en todo momenta enteramente determinade por esas atelacianes objetivass: | cho de ota manera, las compulsiones estuetutales del sistema son tan absolutamenteinsoslyables que convisten a quienes gobiera, 1 Estado en metos funcionariosyejcutores dela politica que les im: ppm el ssterna» (Miliband, 1970: 37) Poulanzss, dice Miliband, reemplaza ala nocién de “estru tatasobjetivas”y “elacionesobjetvas” pot lade ease “dom nante”>,y su anlisis eve adizectamente hacia una especie de determinism estructural, 0 mejor dicho un sobredeteinis- mo estuctural, que impostbilita considetae con auténtico sci so a relacin calécticaentreel Estado y “el sistema” (p 57) Lo primero que hay que decir a propésito de exe debate cs ‘que la dicocomia implicita en Poulantzas entre detetminismo estructural ¢ individuslismo metodolégic —entre su propia sproblemstica» y la de os actors octales, de los individuos como el oigen dela accin socislo— es engaiosa No san sas las dos tinias posblidades No es cuestén de una investiga cin sociol6gica que «leva Finalmentes sa al estudio de las scoordenadas objtivasy, yal estudio dela «motivaciones de conducta de ls actores individual» Tal investigacién debe «xaminar con clardad las complejasintertlaciones ent a bas dejar espacio pata el hecho notorio de que os individuos actan conjunt y teiprocamente dentto de los giuposyo182- nizaciones, asf como tenet en cuenta que la explicacign de 8 EL pope UN ENOQUERADIEAL comportamiento y su interaccin no parece susceptible de set feducida asus metas motivacionesindividuales Lo segundo que hay que decit acerca del debate entze Pou funezas y Miliband es gue rata de una distincién conceptual de ‘eucalimiportancia, que el lenguajc del podet sisve para recal: {ar Ustr cl vocabulatio dl poder en el contexto dela reacio pes sociales supone hablar de agentes humanos, por separado fo conjntamente, en grupo u otganizaciones, a tavés de a ac- ‘dn ola inaccién, que afectan significativamente a los pensa mnientos 0 acciones de otis (especifcamente, de maneta con- trata asus intereses) At hablar de esta guise, se supone quo i bien los agentes opezan dentro de limites estrucuralmente de terinados, no por eso dejan de tenes una cierta auronomia lativa, pudiendo haber actuado de manesa diferente. Aun no ¢stando entetamente abierto, el futuro tampoco esté cerrado por completo (ce hecho, su grado de apertura estéasimismo esitucturalmente detetminado) Resumiendo, dentro de un sistema catacterizado pot un to- tal determinismo estructural no habria sitio pata el poder Desde luego, siempre se tiene la aternativa de redefinit est pulatizamence el «pacers en ttmninos de determinacin xttuc- tural. Esa es la senda que clige Poulantzas en sa libro Political power and socal classes (1973 (1968}). Define este autor st concepto de poder como wa capacidad de una clase socal para realray sus intereses objettos especfcor» (p. 104), arguyendo ‘que este concept «indica fos efecos de la estructura sobre las relaciones conflictvas de las prictcas de las diversas clases en “Yucha” Dicho de otsa manera, el poder no estéstuado en los niveles de las estructuras es un efecto de conjunto de eso ni veles.» (p99). Las relaciones de clase son ser fodos los nive 8 Eo les relaciones de pader,y el poder no es, sin embargo, mas que | un concepto que indice el efecto del conjunta de ls etree ras sobre les selaciones de ls prcteas de las diversas clases ey ache» (p. 101) Pero esta asimilacién conceptual del podet a | ‘eterminaciéa estnueturalsitve simplemente pata ocuitar ung | listneién crucial queen teoia es necesato hacer y que el ve. | cabulacio del poder articul, Lo que afitmo, en ottas palabras, es que identifiear un proceso dado como un «cjercicio del po. | dev» més que como un caso de determinacién estructutal, | equivale a suponer que actuar diferentementeevté dentro de ls | posbilidades de quien o quienes ejercen el poder. En casos de cjercicio colecivo del poder, por parte de un gtupo, una insti tucidn, ec esto implica que los componentes del grupo ola instiuicién podrian habetse combinado w organizado para ac | uae difetemtemente 4 a justiicacién de esta afirmacién, ai como la clave de las os ilkimas dificultades implictas en la idemtifcac | «eso del ejercicio del poder, esti en la tla responsabilidad La razén pot la que identifica tl ejetciio implica suponet que quien o quienes lo ejercen poxtian haber actuado diferentemente—y ali donde son inconscientes de as ‘consecuencias de mi accién 0 inaecién, que podtian haberlas svetiguado— es que la atribucin del pode es al propio tem | po le atrbucién de una responsabilidad (pascial o total) re | pecto a ciertas conseeuencias Dicho de otto modo: el sentido | de localizar el poder es establecer responsabilidad respecto & las consecuencias que se estiman dimanantes de la accién © | inaccion de ciertos agentes especiicables, No vamos entrst quien un andlisis de ls nocién de responsabilidad (ni de los problemas de identifcas la esponsabilidad colectiva): es una « 1 room UN EaTOOUE ADICAL 469 n0 menos problemtiea ni menos esencialmente con- mm MJemos anaizar aqui el problera resrico —y no empitico?— Sibyacente de cSmo decidit dénde acaba la determinacin es fgoctsal y comicnzan el poder y la responsabilidad Pero vale je pene sefilar, a modo de conchusi6n, que C. Wright Mill petits las relaciones que he defendido etre esos conceptos Fas distincién entre devivo y poder Este autor afizmaba que fy aconcepcién sacioldgica del destino tenia que «ver con eontecimientos histtioos que estin fuera del control de cual {que cixculo 0 grupo de hombres (1) lo suficienternente com- peeto como paia sr identifiable (2) lo sufcientemente pode fowo como para decidir cosas importantes, y(B) en condiciones depiever las consecuiencias, y por tanto de er considetado tes- ponsable de los acontocimientoshistticos» (Mills, 1959: 21) (C, Wight Mills abogaba por aribuir poder a quienes, por ocu- par posiciones estiatégias, pocrian iniciat cambios en interés ide amplios sectores de a sociedad, pero no lo hacen, afiman- Soest eborsochipcment ia, poten soy frcamente obligatoro formula: demandas a Jos poderosos ae aeons del curso especiico delosacon tecimientos» (p. 100) BX CONCLUSION Bl enfoque unidimensional del poder oftece wn neto paradig. ‘ma pata cl estudio behaviorista del poder de adopcisn de deci- siones pot los actores politicos, pero inevitablemente hace suye « re: aes a roe [a inelinaci dal sistema politico en observacién y se muesty | lego alas maneras en que estécontrolado su programe poli co Elenfoqute bidimensional india la manera de examinet ex | inelinaciga y ese contol, pero los coneibe de forma demasiade | estrecha: en una palabra carece de una perspective sociolégiy | desde la cual examinar no solo el poder de adopcién de deci. | siones y no decisiones, sino igualmente las diversas maneras de | ‘eprimit conflicts latentes en la sociedad Tal examen plant | una serie de dificuliades graves Estas dificultades son graves, peto no insuperables. Por supuesto, no nos exigen trasladar el enfoque tridimensional. | el poder al terreno de lo metamente metafisico o lo met ‘mente ideoligico. Mi conelusién, en suma, es que es posible sis més profundo de las relaciones de poder, andisis| caigado de valor, empitico y te6tico™ Es injustificada la act | ‘ud pesimista con respecto a la posibilidad de tal andlisis | Como ha escrito Frey (971: 1095), ese pesimismo equivale deci: «Por qué deja que las cosas sean dificiles si, con un | poguito mas de estuetzo, podemos hacet que patezcan impo- sibles?», 4, ELPODER, LA LIBERTAD Y LA RAZON Encl presente capinulo trataré de amplia la discusién del con- cepto de poder Parto del hecho del interminable desacueido sobre emo ha de concebirse el poder y planteo a pregunta de si necesitamas este concepto en absoluto y, en su caso, pata aquélo necesitamos A continuacién ttaz0 una especie de mapa conceptual con el fin de situat y enfocar Ia argumentacién de pet y el debate del que este libro formé parte. Dado que ‘pak fuc una respuesta y una contribuci6n al debate que secs tuba produciendo en el imbito de la cencia politica nosteame- ricana, se vio también afectado pot los supuestos previos de quel debate, cuyo compartido concepto del poder, basado en Insidea intuitivan de Dabl seri I eval «A tiene poder sobre B ena medida en que puede conseguit que B hage algo que Bo faria en caso contration (Dahl, 1957, en Scot (ed), 199 t 2, . 250), ha sido condenado por «estéily (Taylor, 1984: 171) La condena se hizo ala luz de la posterior teorizacién sobre cl poder, ea particular por patte de Mickel Foucault, euyo tiste- iniento del poder prometia amplia y profundiza le diseusién ‘Greo que la condena del debate anterior es demasiado desde: fiosa Dahl y sus seguidores aportaron una precisin, claridad y tigor metodolégico convenientes y saludables s una serie de cucstiones importantes que bay que admitir que eran este-

You might also like