Nº 48

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Asesoramiento científico: Asociación Española de Pediatría Canarias 2,10€
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Hermanos
¿Cómo afecta
el orden de
nacimiento?
Bebé prematuro
primeros días
en casa Salud infantil
Frutas y verduras pulmones sin
alimentación neumonía
y mucho más En el embarazo
hipertensión

¿Qué siente
a raya

tu bebé?
Descubre su mundo emocional
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 TEMA DEL MES
Interpreta su mundo emocional
¿Qué siente
tu bebé?
Texto: Marisol Nuevo
Ilustraciones: Pablo Morante
G
racias al primer estudio
científico realizado sobre
Comunicación Gestual
y Prosódica del Bebé,
ya es más fácil explorar
su mundo emocional e
interpretar no sólo sus
gestos, sino también sus sentimientos. El
objetivo de est investigación, llevada a cabo
por psicólogos de la Universidad Nacional de
Educación a Distancia (UNED) y las faculta-
des de Valencia y Murcia, y patrocinada por
el Instituto del Bebé NUK; ha sido encontrar
un patrón específico que distinga las principa-
les emociones, a través de una muestra de 50
bebés. Este estudio pionero ha revelado que
hay seis emociones básicas, presentes desde el
momento del nacimiento, y que el bebé ex-
presa mediante un lenguaje gestual muy rico.
En esta comunicación juega un importante
papel el rostro. Los músculos de la cara per-
miten muchas combinaciones y movimientos
con las cejas, los ojos, la nariz, la barbilla, los
labios, la boca y las mejillas, que, junto a la
emisión de sonidos, facilitan la comunicación
de experiencias afectivas desde el nacimiento.
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A veces nos quejamos con ironía de que los bebés
no vienen con un manual de instrucciones debajo
del brazo, porque no es fácil interpretar qué les pasa
cuando lloran o qué sienten cuando sonríen. Pero, a
partir de ahora, será más fácil.
De modo que observando sus gestos, pode-
mos ir conociendo poco a poco su mundo in-
terior, sus emociones y sus reacciones. Enri-
que G. Fernández-Abascal, catedrático de la
facultad de Psicología de la UNED, es uno de
los autores de este estudio y afirma que “una
comunicación gestual rica con interacciones
familiares positivas no sólo contribuye al de-
sarrollo de las habilidades lingüísticas, tam-
bién mejora el desarrollo socio-emocional de
los niños, permitiéndoles expresar emociones,
disminuyendo la frustración y mejorando la
relación entre los padres y su bebé”.
Seis emociones básicas
La sorpresa, la alegría, la ira, la tristeza, el
asco y el miedo son las seis emociones bá-
sicas con las que nacemos. El catedrático
Fernández-Abascal reconoce que “un recién
nacido que no puede analizar el entorno, no
tiene respuesta emocional, sólo dolor, porque
actúa por estimulación directa de la actividad
cerebral. Pero, a los tres meses ya se han da-
do los procesos madurativos necesarios para
que aparezcan todas las emociones, que con-
figurarán el edificio emocional de cada uno.
Estas emociones tienen cierta universalidad y
se comparten con primates y otros mamíferos
porque nos previenen de peligros como es el
caso del miedo o el asco. Son la base que nos
regala la genética y a partir de ellas aprende-
mos otras nuevas. Las emociones autocons-
cientes como el orgullo, la vergüenza o culpa-
bilidad son personales y culturales, requieren
un grado de madurez mayor y están presentes
alrededor de los dos años y medio”.
Es a partir de los tres
meses cuando el
bebé comienza a
sentir más emociones
n La sorpresa. Está causada por algo im-
previsto, novedoso… Facilita la atención, las
conductas de exploración y el interés por las si-
tuaciones novedosas. La atención trabaja tanto
como la memoria, produce un incremento de
la actividad cognitiva y una sensación afectiva
indefinida, generalmente agradable.
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 Está directamente vinculada al entorno que
rodea al bebé y despierta una sensación pla-
centera también en las personas que están a
su alrededor. Puedes sorprenderle ofrecién-
dole un juguete nuevo que se mueva, vibre o
posea colores vistosos. Verás la expresión de
sorpresa en la cara de tu bebé cuando eleve
las cejas y el párpado superior, descienda su
mandíbula y abra la boca.
n La alegría. Surge como una emoción

placentera ante un estado físico positivo o

ante la interacción social con evidente sensa-
ción de bienestar. Sus funciones principales
son influir positivamente en la capacidad para
disfrutar de diferentes aspectos de la vida y
generar actitudes positivas hacia uno mismo y
hacia los demás. Favorece la empatía, los pro-
cesos cognitivos y de aprendizaje, y facilita las
relaciones sociales.
Es una de las emociones que mejor se recono-
ce por ir acompañada de una sonrisa. Contem-
plarás la alegría en el rostro del bebé cuando
veas que sus mejillas se elevan, reduciendo la
apertura de los ojos y su boca se desplace hacia
atrás y hacia arriba, separe los labios o desplace
hacia abajo el labio inferior.

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 TEMA DEL MES
n La ira. Se produce como reacción frente a
la frustración y la amenaza intencionada. Ve-
rás cómo se pone furioso si juegas a ponerle y
quitarle el chupete varias veces o si le retiras
un juguete con el que se lo está pasando bien.
Sin embargo, esta reacción, lejos de ser nega-
tiva, sirve para facilitar una rápida moviliza-
ción de energía necesaria para las reacciones
de defensa o ataque e incluso para evitar una
sensación de confrontación.
Identificarás su expresión de ira cuando frun-
za el ceño o eleve las cejas, sus labios se ten-
sen o descienda la mandíbula, desplazando
el labio inferior hacia abajo. Puede llegar a
aparecer el llanto, que si se prolonga puede
terminar con apnea.
n La tristeza. Es la reacción emocional que

aparece ante las pérdidas de algo o alguien.

Surge cuando ve alejarse a sus papás, que son
su referente más cercano o cuando le retiran
su peluche, al que tiene un gran apego emo-
cional. La tristeza le genera una pérdida de
energía y una sensación de desánimo, me-
lancolía y desaliento. La expresión facial de
la tristeza es variable en los bebés, pero tiene
un denominador común: el descenso de las
comisuras de los labios hacia abajo. Además
de ver como hace “pucheritos”, tu bebé puede
también fruncir el ceño, estirar los párpados,
separar los labios o iniciar el llanto con la
mandíbula caída.
n El miedo. Surge ante una amenaza

inesperada. Los bebés pueden sentir mie-

do en diferentes ocasiones, por ejemplo,

cuando escuchan un ruido fuerte o cuan-

¿POR QUÉ LLORA?
La respuesta a esta pregunta es difícil de determinar, incluso para las
madres. Los recién nacidos lloran de distinta manera si sienten hambre,
dolor o están incómodos y lo hacen para comunicarse.
Diversos estudios han identificado seis tipos de llanto: dolor, hambre,
cólico, incomodidad, aburrimiento y distress emocional. Cada
uno posee unos parámetros acústicos distintos.
Para reconocer por qué llora nuestro bebé, Fernández-Abascal ofrece
una serie de pistas. “La más gráfica o intuitiva, tiene que ver con la
dirección de la mirada: cuando tiene miedo mira hacia la amenaza,
cuando está enfadado mira a la persona con la que está enojado.
En cambio, cuando llora por un dolor agudo con tensión, los ojos se
cierran porque la molestia viene de dentro. De forma innata, cuando
el llanto es de dolor, aparece de forma rápida, con intensidad alta,
y se reconoce bien. Por el contrario, cuando se trata de un llanto
emocional, los ojos no se cierran”, asegura.
do alguien les da un susto. Esta emoción
moviliza una gran cantidad de energía pa-
ra que el organismo reaccione rápidamente
ante el estímulo temido. Se caracteriza por
la focalización de la atención hacia lo que te-
me. Identificarás el miedo en tu bebé cuando
le veas mirando fijamente hacia la amenaza,
contrayendo las cejas, alargando y separan-
do los labios. Suele ir acompañado de llanto,
que se reduce significativamente a partir del
sexto mes, cuando el bebé ya dispone de me-
canismos madurativos para consolarse, como
chuparse el dedo.
n El asco. Se caracteriza por la aversión que
le produce algo que le resulta muy desagra-
dable o repugnante. Cuando el estímulo es
oloroso o gustativo puede aparecer la náusea
como necesidad de evitación o alejamiento
de la sustancia que le está produciendo esta
sensación. Verás que el bebé pone cara de as-
co cuando le ofrezcas una comida demasiado
salada o sosa, o perciba un olor desagradable.

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El mejor momento para
comunicarte con él
Las caricias, los besos, los abrazos, tu tono de voz
cálido, las canciones, los juegos compartidos…
son conductas de afecto muy valiosas para el
correcto desarrollo de las emociones de tu bebé. Sin
embargo, habrás comprobado que no siempre se
muestra igual de receptivo y, por eso, es importante
saber cuándo hacerlo.
La mayoría de los recién nacidos pasan alrededor
de nueve horas durmiendo durante el día y cerca
de ocho durante la noche, con intervalos para
alimentarse. Cuando tu bebé despierte, pasará por
tres etapas de actividad y expresión emocional. Si
estás atenta a cada una de ellas, podrás reforzar
el vínculo entre vosotros y contribuir a su correcto
desarrollo emocional.
n Primera etapa: nada más despertar, se
encontrará en una fase de alerta tranquila. Se
quedará acostado y quieto, observando desde su
cuna todo a su alrededor. Dale los buenos días
con una sonrisa y él responderá a tus movimientos
y sonidos mirándote a los ojos. Este momento es
ideal para hablarle suavemente. Su respiración será
regular y parecerá estar muy relajado y satisfecho.
Aprovecha esta fase para disfrutar con tu bebé.
Deja volar tu imaginación para llenar este momento
de satisfacciones y sensaciones placenteras,
comunicándote con él, y llénale de arrumacos.
n Segunda fase: después pasará a la fase de
alerta activa. Estará interesado en sonidos y objetos
visuales, tanto que moverá los brazos y las piernas,
y girará el cuello para ver a su alrededor. Tratará de
imitar tus expresiones y jugar contigo. Es el momento
de sorprenderle con algún juguete de colores
vistosos, de dejarle manipular algún objeto que le
guste y por el que sienta apego, de explorar con
movimientos nuevos…
n Tercera fase: esta es la fase del llanto, que es su
forma de expresión más habitual para comunicarse.
Satisfaz sus necesidades y cálmale dándole de
comer, cámbiale el pañal para que no se sienta
incómodo por la sensación de suciedad y relájale
para que descanse después de la actividad que
habéis desarrollado en las etapas anteriores.
Probablemente, vuelva a tener sueño y así comienza
la cuarta etapa.
n Cuarta fase: comprobarás que tiene ganas de
dormir cuando se frote los ojos, bostece, empiece
a mirar hacia otro lado sin prestarte atención o
simplemente se ponga nervioso. Durante esta
etapa somnolienta, es preferible que tu bebé
intente conciliar el sueño por sí mismo, pero si no
lo consigue pasado un tiempo, puedes ayudarle
meciéndole o arrullándole hasta que se duerma.
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Entonces, se elevarán sus mejillas, arrugará la
nariz y notarás una reducción acentuada en la
apertura de los ojos.
Cambios de humor
Ya te habrás dado cuenta que tu bebé puede
pasar de la risa al llanto en un breve perio-
do de tiempo. Y es que la duración temporal
de las emociones en los bebés se caracteriza
por estar sujeta a unos cambios rápidos y por
manifestarse de forma muy intensa, ya que
ellos responden de la misma forma ante una
situación grave que frente a un evento trivial.
Por otra parte, tienen una frecuencia muy al-
ta, que va reduciéndose con la edad, a medida
que el bebé va disponiendo de mecanismos
que pueden tranquilizarle.
Su repertorio básico de expresiones emocio-
nales va enriqueciéndose progresivamente du-
rante el primer año de vida. Así, por ejemplo,
a partir de los seis meses comienzan a apare-
cer diferencias emocionales en la respuesta al
miedo, que es en la que más se aprecia el de-
sarrollo de estrategias de auto-tranquilización
y maduración emocional. Estas estrategias
precisan de un grado de desarrollo motor, ya
que la respuesta natural ante el miedo es la
huida y no se puede producir hasta que el be-
bé empieza a gatear o es capaz de desplazar-
se. Hasta que esto ocurre, como alternativa
al llanto, inicia estrategias de tranquilización
que tienen que ver con rutinas que le resultan
placenteras, como chuparse el dedo.
El desarrollo de estas estrategias tranquiliza-
doras es esencial para un desarrollo positivo
de las emociones. Como explica Fernández-
Abascal “los bebés que siguen manifestando
el llanto como consecuencia de un reforza-
miento por parte del entorno, están imbuidos
en un retraso en su maduración emocional.
Por el contrario, los que han desarrollado es-
trategias afectivas de control emocional, me-
diante la auto-tranquilización, se liberan de
los efectos negativos emocionales, les permite
establecer un control sobre ellos y el entorno,
y les invita a desarrollar una estabilidad emo-
cional en el futuro”.
El lado positivo
Nuestra dotación emocional cuenta con mu-
chas más emociones negativas que positivas.
Venimos al mundo preparados para diferen-
ciar más sentimientos que nos causan males-
tar, mientras que los placenteros debemos de-
sarrollarlos. Fernández-Abascal explica que
“al nacer, nuestras expresiones negativas es-
tán muy cerradas y evolucionadas, en cambio
el aspecto positivo es a la vez el más redu-
cido y el más abierto, lo que nos permite
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 TEMA DEL MES

desarrollar muchas formas de disfrutar. Somos

el ser con más capacidad de disfrute, siempre
que lo desarrollemos bien. A partir de los 12 Sonrisas
meses, aparecen infinidad de sonrisas, con
guasa, con ironía… porque venimos pre-
de felicidad
parados para aprender a disfrutar. Si no es-
Los momentos de bienestar y placer siempre vienen acompañados
timulamos al bebé para que disfrute, estos
de una maravillosa sonrisa, pero al principio, el bebé no las esboza
cambios en su desarrollo emocional positivo
conscientemente. Necesita madurar su desarrollo para convertir las
no ocurren. Los bebés con carencia de afecto
muecas de los primeros días en las carcajadas con las que disfrutaréis a
positivo —como hemos visto en los bebés de
partir de los seis meses.
la Europa del Este, que cuando son adopta- n La sonrisa de los ángeles. Aparece nada más nacer y es
dos no saben abrazar o besar— no han po-
espontánea o refleja porque se muestra como un gesto innato asociado
dido desarrollar ese potencial de sensaciones
a un momento de bienestar. Podrás verla durante el sueño o cuando el
positivas, que no tenemos y que debemos
bebé está muy a gusto.
n La sonrisa activa. Al final del primer mes, el bebé ya puede sonreír

de modo consciente. Por tanto, no dudes en hacerle gracia con los

¿Sabías movimientos de tu cara para que te regale unas cuantas sonrisas.

n La sonrisa social. Empieza a esbozarse a partir del segundo o tercer

que...? mes de vida y determina que ha iniciado su relación con el mundo que
le rodea a través de su proceso madurativo. Te sonreirá más a menudo,
pues lo hace hacia las personas u objetos que más le gustan.
El llanto sólo se manifiesta en n La sonrisa de anticipación. Aparece a los cuatro meses, cuando

conoce su rutina de diaria y siempre de forma selectiva. Te regalará

nuestra especie, aunque las vo- una de ellas cuando le sientes en la silla para salir de paseo, cuando le
calizaciones de malestar están vayas a preparar el baño…
presentes en muchos mamífe- n La carcajada. Es la guinda de la tarta

del desarrollo emocional asociado al

ros durante sus primeras fases bienestar. A los seis meses, la
del desarrollo. De hecho, en alegría básica del principio
sus “llamadas de separación” ha realizado una de
sus ramificaciones,
y en el llanto de los bebés se la diversión, que
han encontrado estructuras expresa con
acústicas similares. enormes
carcajadas.
Foméntalas
aprender. La buena noticia es que no hay un
y pásatelo
límite de edad para aprenderlo porque cada
en
emoción es como un árbol que luego va a dar
grande
muchas ramas”.
con tu
Y es que biológicamente, venimos al mundo
bebé.
preparados para identificar el llanto y el dolor.
Los padres atendemos al bebé cuando expresa
estas emociones y cuando deja de llorar, nos
coge cansados. En contra de lo intuitivo, es-
te catedrático en Psicología asegura que “hay
que prestar más atención al bebé cuando está
feliz y contento, sino le estamos impidiendo
que desarrolle otra forma de comunicación
que no posee y que debe desarrollar por sí
mismo”. Y añade que “hay que empezar a no
mantener el llanto como única vía de comu-
nicación con el bebé, haciéndole más caso con
la comunicación positiva. Es importante que
el bebé sea entendido siempre y que los pa-
dres sepamos lo que nos está diciendo emo-
cionalmente, no atendiendo excesivamente a
sus miedos o a sus enfados, sino estimulando
especialmente sus emociones positivas”.

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