PRESENTACION DEL RITUAL DE EXEQUIAS
Etimol6gicamente la palabra «Exequias» significa seguimiento 0 acom-
pafiamiento. Con justa razén, cuando participamos en ellas acompafamos, me-
diante ritos y oraciones, y encomendamos a la bondad de Dios a un hermano en
su pascua definitiva, esto es, en «la hora de su paso de este mundo al Padre»
(Jn 13, 1), y después peregrinamos hasta su tiltima morada en donde dormiré
(cementerio) aguardando la resurreccién gloriosa.
Celebrar comunitariamente los ritos exequiales ha de ser todo un acto
piiblico de fe en Jesucristo que «es la resurreccién y la vida» (Jn 11,25a), a fin de
que nuestra respuesta dada en oracién sea la misma de Marta, la hermana de
Maria y Lazaro: «Si, Sefior, yo creo que tii eres el Mesias, el Hijo de Dios, el que
debia venir al mundo» (Jn il, 27). Esto exige una preparacién cada vez mejor
para vivir este acontecimiento cristiano no con un sentido de tristeza o dolor,
sino de consuelo y esperanza. Es aqui donde mejor se ejerce el ministerio de la
consolacién (paraclesis) por parte de quien tiene la responsabilidad de presidir 0
moderar (si es laico) esta accién litirgica.
Habiéndose agotado la cuarta edicién de este Ritual de Exequias, se ha
procedido desde el Departamento de Liturgia de la Confereneia Episcopal de
Colombia a revisar, corregir y agregar algunos elementos para unificarlo con
los uiltimos Rituales publicados de dos afios para acd. As{, por ejemplo, se ha
pasado del «vosotros» al «ustedes» en todos los textos que lo han requerido; se
han transcrito los cénones correspondientes a las «exequias eclesidsticas» y,
como aspectos novedosos, se han incluido textos propios para la celebracién de
determinadas exequias, lecturas propias en casos especiales, un buen mimero
de formularios para la oracién de fieles, oraciones varias para intercalar con
cantos en la procesién al cementerio y en el momento mismo de la sepultura, y
un cantoral que podré ser de gran utilidad. De ninguna manera se ha pretendi-
do hacer un nuevo Ritual, sino editar uno més completo y préctico.
Mientras dura nuestra peregrinacién por este mundo, no dejemos de re-
cordar y orar por nuestros hermanos ya fallecidos, para que Dios Padre «los
admita a contemplar la luz de su rostro y los leve a la plenitud de la vida en la
resurrecciém (Plegaria Eucaristica V).
+ Oscar Anibal Salazar Gémez
Obispo de La Dorada-Guaduas
Presidente de la Comisién Episcopal de LiturgiaProt. n. 720/69.
DECRETO
Nuestra piadosa Madre la Iglesia con los ritos exequiales ha acostumbrado
no s6lo encomendar los difuntos a Dios, sino también alentar la esperanza de sus
hijos y dar testimonio de su fe en la futura resurreccién, con Cristo, de los
bautizados.
Por eso el Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II ordené en la Consti-
tucién de la Sagrada Liturgia revisar de tal manera los ritos de las exequias, que
expresaran mas claramente la indole pascual de la muerte cristiana y enriquecer
también con una misa propia los ritos de las exequias de los nifios (arts. 81-82).
El Consejo para la aplicacién de la Constitucién de la Sagrada Liturgia
prepars tales ritos y los sometié a experimentos oportunos en diversas regiones.
Por su parte, el Sumo Pontifice Pablo VI, con su Autoridad apostélica, aprobé
finalmente dichos ritosy ordené que fueran publicados para queen el futuro todos
los que emplean el Ritual Romano, se sirvieran de ellos.
Esta Sagrada Congregacion para el Culto Divino, por orden del mismo Sumo
Pontifice, promulga el Ritual de las Exequias y determina que entre en vigor a
partir del I° de junio de 1970.
Dispone ademés que, hasta el ° de junio del afio préximo, puedan emplearse
avoluntad este rito o los que hay en el Ritual Romano, si al celebrar las exequias
se usa el latin. Pero a partir de aquel dia, s6lo podré emplearse este nuevo Ritual
de las Exequias.
Sin embargo, cada Conferencia Episcopal, una vez. que haya preparado la
traduecién y haya sido confirmada por esta Sagrada Congregacién, puede deter-
minar -si lo cree conveniente- otra fecha anterior al |° de junio de 1970 para la
vigencia del nuevo Ritual de Exequias. Sin que obste nada en contrario.
Sagrada Congregacién para el Culto Divino, 15 de agosto de 1969, solemni-
dad de la Asuncién de la Bienaventurada Virgen Maria.
BENNO Card. GUT
Prefecto
A. BUGNINI
SecretarioSACRA CONGREGATIO PRO CULTU DIINO
Prot. n. 3308/70
COLUMBLE
Instante Excmo. Domino Hannibale Mufioz Duque, Arc scopo tit,
Garianensi, Praeside Costus Episcoporum Columbie litteris die meter? 1970
dlatis, vigore facultatum huie Sacre Congregationi a Summo Ponte PAULO.
wagrbutarum, interpretationem Hispanicam rituum Baptism’ pore lorum,
Matrimonii, et Exsequiarum, prout in adnexis prostat exemplaribus pevibere?
Probamus seu confirmamus.
In textibus autem imprimendis mentio fiat de confirmatione ab Apostoica
Sede concessa. Eiusdem insuper textus impressi duo exemplaria tranamittanter
ad hane Sacram Congregationem.
Contrariis quibuslibet minime obstantibus.
Ex aedibus Sacre Congregationis pro Cultu divino, die 20 octobris 1970.
BENNO Card. GUT
Preofectus
A. BUGNINI
EXEQUIAS CRISTIANAS
INTRODUCCION GENERAL
1 SENTIDO PASCUAL DE LA MUERTE
1. En las exequias de sus hijos, la Iglesia celebra llena de confianza el
Misterio Pascual de Cristo, para que quienes son por el bautismo miembros del
Cuerpo de Cristo, Muerto y Resucitado, también con él pasen de la muerte a la
vida; en el alma para ser purificados y asumidos al Cielo con los Santos y
Elegidos; en el cuerpo, mientras aguardan la bienaventurada esperanza de la
venida de Cristo y la resurrecsién de los muertos.
Por eso la Iglesia ofrece por los difuuntos el Sacrificio Eucaristico de la
Pascua de Cristo y eleva preces y sufragios por ellos, para que la mutua
comunicacién entre los miembros de Cristo, leve a unos el auxilio espiritual y
a otros el consuelo de la esperanza,
2, «EI misterio del hombre silo se esclarece en el misterio del Verbo
Encarnado; porque Adén, el primer hombre, era figura de lo que habia de venir,
esdecir, Cristo nuestro Senor. Cristo, el nuevo Addn, en a misma revelacién del
misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propi
hombre yledescubre la sublimide desu voeain, Nada extrate, pues, que
todas las verdades hasta aqui expuestas encuentren en Cristo su fuente y
corona,
El que es imagen de Dios invisible (Col 1, 15) es también el hombre
perfect, que ha devuelto ala descendencia de Adén I semejanza diving,
Aeformada por el primer pesado. En 6 a natraeza humana asunia, no
ebsorbid, ha sda levadaambiénen monroe dgiddsn eal IH de
ios con su Enearnacin se ha nido en cierto nombre Te
con anoe de hore, pens con inaigencia de hombre, or 5 voluntad de
hombre, amé con corazon de hombre. Nacido de la, Virgen Maria, ohio
aera ares aso dee nuestro, semeante en todo nosotros, excepto en
el pecado.2 DE EXE
EI Hijo de Dios me am6 y se entregé a si mismo por m{ (Ga 2, 20). Padeciendo por
nosotros, nos dio ejemplo para seguir sus pasos y, ademas, abrié el camino, con
cuyo seguimiento la vida y la muerte se santifican y adquieren nuevo sentido,
El hombre cristiano, conformado con la imagen del Hijo, que es el primogé-
nito entre muchos hermanos, recibe las primicias del Espiritu (Rm 8, 23), las,
cualeslocapacitan para cumplirla ley nueva del amor. Por medio deeste espiritu
que es prenda de la herencia (Ef 1, 14), se restaura internamente todo el hombre
hasta que llegue la redencién del cuerpo (Rm 8, 23). Si el Espiritu de Aquel que
rresucit6 a Jests de entre los muertos habita en ustedes, el que resucit6 a Cristo