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EL ESPACIO PUBLICO
COMO COMUNIDAD POLITIC
HANNAH ARENDT
El segundo problema que surge del tratamiento de la publi-
cidad en Kant tiene que ver con la conformacién de una vo-
luntad publica y su relacién con los intereses privados de los
individuos. En Kant, la voluntad piiblica y ef marco institucio-
nal del Estado de derecho garantizaban la libertad individual
las condiciones para la biisqueda de la felicidad privada. La
Yoluntad publica y el derecho preservaban Ia libertad negativa,
la defensa de los derechos de la persona (con valor propio an-
terior ala constitucién del orden politico) y su concordancia
coexistencia con la libertad de todos. Kant parte del derecho
que corresponde a cada quien y obtiene el principio universal
del derecho aplicando el principio moral a fas relaciones exter
nas. Este derecho se legitima antes de su diferenciacién en un
sistema de derecho puiblico y se basa cn principios morales; es,
por tanto, indepenciente de la autonomia politica de los civ-
dadanos constituides en sociedad. Fl derecho puiblico termina
subordinndose al derecho privado. En este sentido, habfamos
sefialado una ambigiedad en la relacién entre la autonomia
moral del individue, fundamento de su libertad, y las formas
de ejercicio de la autonoma politica, es decir, en la relacién en-
tre la capacidad para autodeterminarse moralmnente y la capaci-
dad de la comunidad politica para autolegislarse politicamente.
Siguiendo la veta republicana, Hannah Arendt retomara
estas preguntas: écémo pensar la relacién entre soberanfa de
la ley y las formas ce gjercicio del poder?, écual es la relacién
centre la garantfa de las libertades civiles y el reparto de poder?,4 EN BUSCA DE UN LUGAR COMUN
éouil ¢s la relacién entre libertad negativa y libertad positiva?,
éentre el hombre y el ciudadano? Y también: ¢qué formas em-
piricas concretas asume aquel uso piiblico de la razén?, ’cémo
y hasta donde es posible universalizar sus contenidos y como se
manifiesta la diversidad?
En este capitulo nos proponemos analizar, en primer lugar,
la distincién publico/privado, tal como aparece en la obra de
Arendt. Distinguiremos entre una forma de conceptualizar que
parece remitir a dos ambitos “ontolégicamente diferenciados”
yuna caracterizacién histérica que remite a los cambios expe-
rimentados por esta distincién en el tiempo. Analizaremos el
uso de la pareja conceptual piblico-privado en oposicién a la
dupla sociedad-Estado (negativamente caracterizada)
de la emergencia de lo social. A partir de este andlisis, argue
mentaremos que su caracterizacion del espacio ptiblico resulta
insuficiente para pensar Ia accién politica en las condiciones
contemporaneas (atin exclusivamente desde cl punto de vista
de los actores), Concluiremos con el rescate de algunas intui-
ciones originales que hacen referencia fundamentalmente al
tipo de actitud o de experiencia requerida para sostener una
esfera ptiblica y que remiten a la idea de “mundo en comin’,
En ese sentido, mas que rescatar una dimension de interaccién
comunicativa o de ¢jercicio de la virtud efvica, 0 de intentar
traducir el texto a las coordenadas de altruismo en oposicién
a egoismo, esas intuiciones pueden ser reformuladas en tér-
minos de la emergencia y la constitucién de un espacio de_
apaticién y escenificacion de los conflictos politicos. Es decir,
rescataremos una forma de concebir el espacio ptiblico que se
orienta hacia las condiciones de posibilidad de la aparicién de
un fenémeno o tema que puede conformar un mundo en co-
niin, movilizar sensibilidad y atencién y poner en juego dife-
rentes descripciones y tomas de posicién.
1. Lo priblico y lo privado: luz y sombra en La condicion humana
En La condicién humana,! de Arendt, la nocin de esfera piibli-
ca aparece ligada a la condicién constitutiva de la vida humana
' Las citas corresponden a la version original en inglés The Hieman Condi
tion (en adelante HG; Ia raduecién de los pasajes ctados es ta).
la tesis
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y.a.una teorfa general de la acci6n, Por otro lado, esta relacio-
nada también con coniiguraciones espectficas € histéricamente
Xinicas como la polis griega o la reptiblica romana, En el pri-
mer sentido, el concepio de accién, diferenciado del trabajo
(work) y de la reproduccién (labor), y sus notas (pluralidad, apa-
riencia, natalidad) fundamentaran teéricamente la nocién de
lo piiblico. En el segundo sentido, la nitida diferenciacién pt.
blico-privado, el modelo de sociedad politica por una parte y
de Ambito doméstico por el otro, abriran el camino para si
tesis del ascenso de Io social como eliminacién de las fronteras
entre espacio pitblico y ambito privado,
En el primer sentido, haciendo referencia a una teoria de la
acci6n y a la condicién humana, ‘publico’ tiene una doble sig-
nificacion: es aquello que aparece y como tal puede ser visto
y odo por otros. Es el espacio de aparicién y de apariencia,
de visibilidad y de luz. Apariencia apunta a revelaci6n, a auto-
develacién, a aparicién y no se contrapone a ‘realidad’ ni a
‘esencia’. Por e| contrario, la ausencia de un espacio ptiblico
como espacio de aparicién significa
‘estar privado de realidad, que, hablando humana y politicamente
es lo mismo que apariencia. Para los hombres, Ia realidad del
mundo esta garantizada por la presencia de los demas, por su
aparieién ante todos, porque fo que aparece a todos es lo que lla
‘mamos Ser (Aristételes) y lo que carece de esta apariencia viene
y.va como un suefio, algo exclusiva ¢ intimamente muestro, pero
sin realidad. (HC, p. 199)
Lo piiblico como mundo de apariencias es, entonces, el mundo
visible y ostensible, cuya realidad es ese aparecer frente y ante
Jos demas.
Esta aparicidn se efectiia a través de la accién y el discurso
(speech). La accién pone en juego Ia capacidad de “iniciar al
go nucvo”, el discurso revela el cardcter distintivo y tinico del
individuo, es decir, la pluralidad.* Lo piiblico, como lugar de
apariencias, permite asf que las obras y las palabras sean mu-
tuamente recorocidas y apreciadas, y que la pluralidad consti-
tutiva de la condicién humana se manifieste.
PHC, p. 178,
it a ae al116 EN BUSCA DE UN LUGAR COMUN
Este espacio de apariencia se crea cuando los individuos se
retinen para actuar y hablar y “es anterior a toda constitucién
formal del espacio publico y a las diferentes formas de gobier-
no” (HC, p. 199). Aparece cada vez que los hombres se reiinen
y se revelan ante los demas a través de la accidn y la palabra.
A diferencia de los espacios que son resultado del trabajo ma
‘nual, no sobrevive la realidad del movimiento que lo produjo,
sino que desaparece no sélo cuando los hombres se dispersan
“como ocurre con las grandes catéstrofes cuando se destruye el
cuerpo politico de un pueblo-, sino con la desaparicion 0 deten-
cidm de las actividades mismas, Siempre que la gente se retine,
esté potencialmente alli, pero s6lo potencialmente, no necesaria:
‘mente y no para siempre. (HC, p. 199)
Este espacio piiblico, definido en primera instancia como es-
pacio de aparicién, se caracteriza entonces por su extrema fra
gilidad, ya que en principio el reconocimiento mutuo y la ac-
tuacién 0 presentacién del s{ mismo ante los otras no supone
continuidad, institucionalizacion ni perdurabilidad,
. Come espacio de aparicncia, lo puiblico se caracteriza en-
tonces por revelar o develar Ia pluralidad, por surgir de la ac-
cién conjunta y del discurso, por su extrema fragilidad y por la
transformacién que los asuntos requieren para su aparicin en
pubblico. En este iltimo sentido, la mis comin de estas transfor.
maciones ocurre cuando se cuentan historias. La experiencia
privada o intima asume un tipo de realidad diferente cuando
¢s traida a la esfera publica, “una esfera donde asumiran un
tipo de realidad que, a pesar de su intensidad, nunca tuvieron
antes” (HC, p. 52). Se produce, en palabras de Hegel, el transito
“de la noche de la posibilidad al dia de la presencia”.
En segundo lugar, el término ‘piiblico’ remite “al mundo
mismo, en cuanto es comtin a todos nosotros y diferenciado de
nuestro lugar privadamente posefdo” (HC, p. 52). Esta segun-
da acepcién parece dar soporte y continuidad al espacio de
apariencias. Hace referencia al mundo de artefactos fabricados
por los hombres y a todos los asuntos de quienes habitan juntos
el mundo humano.’ Este mundo en comtin relaciona y separa:
9 HC, p. 52 Por ello no se identifies con la tierra o a naturaleza sino sslo
cen cuanto ésa es poses escenario dado en comtin a todos los hombres,
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Vivir juntos en el mundo significa, en esencia, que un mundo de
cosas estdeentre quienes lo tienen en comin ...], el mando como
todo lo que estéensmedio [inbetween], que une y separa a los
hombres a! mismo tiempo.
La esfera ptiblica, como mundo-en-comiin, nos junta y, no obs-
tante, impide que caigamos uno sobre otro, por decitio asi.*
Este “estaren-medio” del mundo en comiin, que conecta y se-
para, proporciona el contexto fisico, el marco de referencia
comiin y la continuidad temporal del espacio de apariencias.
Proporciona el contexto fisico porque es el bagaje de artefac-
tos ¢ instituciones, de Ingares y narraciones en él que se deser
vuelven os asuntos humanos y que constituye un patrimonio
colectivo. Es un marco de referencia comin, porque la plura-
lidad de opiniones, la variedad de perspectivas y las diferentes
jones remiten a un mismo objeto.’ Mundo en comin y
pluralidad son dos caras de Ja misma moneda. La ausencia
de marco de referencia comin, que se da en situaciones de
aislamiento y privatizacién radical, est4 intimamente relaciona-
da con la ausencia de pluralidad, con una visién del mundo
sustancialmente comin, con la homogeneidad. Por tiltimo, es
posibilidad de continuidad, porque el mundo en comin tras-
ciende el marco de la vida de una persona o de una generacién,
yen la memoria y Ia historia, en las instituciones y los monu-
mentos encarna el lazo entre las generaciones, la posibilidad
de que las obras y las palabras perduren.
Ese espacio ptiblico (que, como vemos, retoma al menos dos
de los sentidos, el de lo comin y lo visible) termina por scr,
en el contexio de la filosofia de Arendt, el vinico recurso para
trascender la mortalidad:
“HG, pp. 52-58. “Lo que hace que la sociedad de masas sea tan dificil de
soportar no es 1 ntimero de personas, 0 al menos no es esto de manera fun
damental, sino el hecho de que el mundo ent ellas ha perdido su capacidad
de unirlas, de telacionarlas y de separarlas.”
55) Ia identidad (mismidad) del objeto ya no puede discernise, ninguna
naturaleza contin de los hombres, y menos atin el conformismo natural de
tna sociedad ce masas, puede evitar la desiruccién del mundo en comin,
precedida en general pot Ia destruccién de los muchos aspectos en que se
presenta a la pluralidad humana. {...] La ausencia del mando en comin
ha Hegado cuando se ve sélo bajo un aspecto y se Je permite presentarse
tinicamente bajo tuna perspectiva’ (HC, p. 58).