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| Capitulo7 Hi i im " DIAGNOSTICOS Y PRONOSTICOS ANONIMOS EN LA INFANCIA | primera impresion de Patricia | Deambula, mareada en la vulnerabilidad de la nada, amenazada; sin referencias, camina, carcome el tiempo en el escozor del espacio. Lagrimas de miedo inundan el consultorio. 129| IS Presses ¥ espectro NLA INFANCIA: Patricia ¢S lapidario; textualmente, afin a: “p, : ae Ma “Pace ci ondstico CON trastorn on dia: nostico CC 0s di sense 4 “Decty, as de la comunicacion, no respond El diagnostico de exo femen! de dos anos, ; . gcultades sever’ : £84.9) (dificultace _ Zr Cay : ~ +4 iperactividad, déficit atenci a encia de sefalamiento, hip encional) x, Ja adquisicion de las pautas motoras. Examen eurolig e solicita iniciar tramite de discapacidad, a fin de egy habilitacion que debe realizar, a saber: Psicomotrig autusta ( nombre, aus ciado a retraso en y EEG normal. S rarle Jas terapias de re a dad, fonoaudiologia, musicoterapia y psicopedagogia”. Tras el diagndstico de trastorno del espectro autista, una de las teri indicadas que comienza a realizar Patricia es fonoaudiologia. Dentro los objetivos que esta terapéutica se plantea desarrollar, estan los siguien tes: “Estimular DBA (dispositivos basicos de aprendizaje). Estimular len guaje comprensivo y expresivo generando mayor intencionalidad comy nicativa. Aplicar técnicas de estimulaci6n oro facial (TEOF) intra y extra oral, para mejorar la sensibilidad y motricidad oral a fin de favorecer k deglucién. Estimular los receptores profundos para lograr conciencia de esquema corporal. Propiciar un mejor patron respiratorio y deglutorio”. En las estimulaciones, ;dénde esta Patricia? ;Es posible definir y deter: minar un diagnéstico como el “espectro autista” sin considerar la historia familiar? jPueden determinarse de modo anénimo (descartando la singularida! las rehabilitaciones, tratamientos y terapias a desarrollar? ‘mo habilitar un espacio clinico de una nina de dos afios al om! op ir de i 7 prescindir del trabajo a realizar con los padres en relacion ala prop’ historicidad y posicién parental? Aunque : . Jc Aue se crea que el autismo tiene una etiologia exclusivament® & nética (hecho no comprob. uso refutado ac ‘omprobado e ir nch do actualm considerar los ag; ; Pectos y factores de ae tr medion” biemte, la exper y res denominados epigenéticos (¢! encia familiar, soci ia familiar, social, escolar, etcétera)? a=orKimr © Esteban steban Levin | Diagndsticos y prondstics: 1 criterio, NO jaammente, Lt Histoy s ‘i toria familiar de Patricia (que, a t icia (que, a nuestro: “Una je onocer) es las sla siguiente or wuiente, Al nacer, la pequena presenta yo a jada una w on denontinada ano anterior, sin fistula, lo que trajo aparel sripaciOny para resol 4 resolver este proble este problema que podria tener diferentes Jaenieids HAS OF MENO : graves, les indicaron a los padres uma serie AL mis i mo ticmp . tiempo, a los quince dias de vida, aparesiO pests preocupades, oma jU nae junto al ojo derechos los meédicos, Muy 6 a cabo durante ae wn Hel 1 un tratamiento con Lansoprazol que se Heve srimera hija y que A los diez meses nqui- antics je meses”, Los padres re non 1 Los padres relatan que Patricia es su p cont de la nina, deciden ir a vivir al slicaciones “alteraron el animo de la familia”, est 4 Mendoza “para encontrar tra de viel ida y armonia” inestabilidad vivida imaginemos la gran labilidad € a de la beba, Jes como en i mudan los tres miem- ar, segun relatan, gran desarrai- a de Por unr MOEMENLO, tanto en las funciones parental qlectivament Laabuelam 1 en busca de contencidn, pero al leg: aciones y sienten un “| Jojados, viven un lim: i6n y ayuda Patricht jaterna vive en Mendoza; alli se Inos de esa famili encuentran problent a much as laborales, frustr: de sentirse a busca comprer al (vivienda, alimentos, contenidos y La mama de Patricia poyo materi , muy familiar. Aj Ja retrotraen a ella a omnipotencia de su )", Lejos de estar vineertidumbre, Si bien obtiene al de su propia madre, por el contrario, se ha- obra social, ete.) NO logwra reflejarse en ella a en su posicion lc cierta violencia que (como puede) ak maternal y parecen reproches, lla cuestionad aun lugar qucjas y situaciones ds conflictivo de hijasmina enfrentada propia madre. tos emocionales muy “Atravesamos momen adurativos Flla tenia tiempos ™: con los médicos, Nos ba a madurar por atric Narra la madre de P diffciles hasta cl ano y Mes distintos de los de los otros chicos, tranquili no habia que ola, A los dos anos, NM n, parecia nO Momentos no prestaba atencior “ecificas, que alacam| timo, por ta que aly! fio de Patri. pero al consultar preocuparse, que | entender Ordenes, aban y decian que asultas médicas ) hablaba bie ny empezar pana relacion mos con las cot ada con el tema del au- se sumaron . le ciertas caracte= unos amigs os NOS alertaban acerca di 131] [PAutismos y espectros al acecho risticas y senales de Patri que coincidian con esa Patologi, al neurdlogo y él nos derivé a las terapias para ninos ce espectro autista. Y comenzamos a realizar todos los tran el certificado de discapacidad y asi implementar las Cuatro low médico nos indic6”. *eRIag 9 Los padres, preocupados, temeros0s y angustiados, decigen vs liz, at > as WE pueda evi, situacién y diagnosticar a su pequefta hija. Cuando los veo Por prin PI . 4 i rimerg vienen los tres con una tia que vive en Buenos Aires, para gu Meraye, ~ , . ; © cui nifta mientras tiene lugar la entrevista con los papas. Registro es idea 0S Moy Men 7 de la tia Patece digs i q a NO Para de mover. Es un movimiento desorientado, labil, repetitivo; Parece una rey sensoriomotora que no deviene otra cosa mas que el vaivé nuevo diagnéstico. Viajan més de mil kilémetros para tos del comienzo... La mirada huidiza de Patricia, a vacilacis la relaci6n con ella y el movimiento inestable de la nina que de dominar; tengo la sensacién de que se escurre y Produccigy, n motriz, La tia, ansiosa, se mueve atras de Patricia; simplemente s¢ limita agi darla, a ordenar lo que ella desordena (pelotas que desparrama pore! is muficos que apricta y tira, juguetes sonoros que no terminan de reson en un gesto 0 en una melodia). Si bien vamos con los papas a otto evar en donde me relatan la historia que han vivido y viven con su hija deol puerta entreabierta y en algunos momentos interrumpo la conversatitn para observar qué esté haciendo Patricia. A veces se escuchan unos so dos, murmullos, objetos que caen y el deambular constante de la nifapo" todo el consultorio. ‘ ; enté me Ante un sonido estridente y agudo, interrumpo momentaneamer yoy ave entrevista con los padres y les dig wm : “Esperen unos minutos 4 ‘ - Z ‘ ”, iste rit cémo est Patricia; quiero saber qué est pasando: ya regreso”. Es o anita discontinuo ¢ incalculado en relacién con el quehacer de | si jtos ¢! expectativas a . . ; I erca de lo que ella esta produciendo y los adu! Zan a prestar atencidn a lo que sucede en el otro cuarto- Lentamente, me aproximo a la puerta; Patricia esta en ¢l D2 a roved! mi mirada: nos miramos y se esconde tras la pared; apm [132 -_—— audarla, se asoma y vuelve a esconderse. Tengo la viva impresion fa i " . pt je nos espiamos: tanto Patricia como yo queremos saber del otro. 4 fi an . yentro es fugaz, aunque hay curiosidad y un esbozo de escondite Esteban Levin | Diagnésticos y pronésticos.. J ene Ps - : - . : -sencias-ausencias) que vislumbro tras una mirada sufriente, agitada, a, de apariencia desorbitada. (p" iets i” este primer encuentro, se originan ciertos espejos de estar y no es- rue, mirar y ocultarse en el “entred6s” de miradas, sonoridades, palabras jtos que emergen en el espacio del consultorio. Cuando Patricia espia detris de la pared, el otro aparece en la escena, enmarca una posible aper- tur. Considerarla una nifa “espectro autista” constituye en si mismo un «stigma, una amenaza para ella y para el mundo del otro (sean los padres, familia, la escuela, otros niftos, ete. Una de las caracterizaciones del espectro es la cruel relacion con la soledad, la exclusién. Los diagndsticos absolutos y certeros en la infancia siempre cuestionan, desafian e inva- den cualquier tranquilidad, conformandose en versiones figuradas de lo siniestro. Por momentos, Patricia evita mi mirada, pero luego, cuando sigo ha- tlando con los padres, comienza a interesarse por lo que esta pasando en Mlencuentro con ellos. Podriamos Pensar que Patricia es realmente un andnimo “espectro autista”? Qué historia encarna el movimiento sensoriomotor desenfrenado y ‘orientado de una nifta de dos aftos que no puede parar de moverse? Se trataria de interrumpir la motricidad para constituir la gestualidad “una demanda? q ; ae aye ‘ “ando Patricia llega al consultorio, inestable, labil, despliega un mo- Mento ili imi tog libvy itado; se detiene en unas pelotas, has toma, las suelta; mira “ildag * los levanta y los descarta sin mediacién; deambula. La ines- tere, our del eje corporal axial doming la escena. Le presento un Mma por unos segundos ¢ inmediatamente lo deja; corre hacia Pequen tg «WHO tobogén, un tamborcito, un aro. Todo el cuerpo parece: ik a PO ps e que Ctuvie, 4 i. % ‘Om “Viera; sale al baleén para intentar subirse a una oran nalae- PAutismes y espectros al acecho realiza se desorganiza como tal, goza centripetamente en ncia que a el propio-*impropio” deambular- ae nm titere, Toti, que quiere pasear, jugar y cantar. El inter. Hablo con un snto sensoriomotor de Patricia; le alcanzo el muiieco y ella lo tira, sin siquiera detenerse en él. Entonces el titere (que encarno con otro tono y prosodia de voz), ofuscado, se queja y protesta... Ante esa reaccién desmedida de Toti, Patricia pad su deambular, mira cla- ramente al titere que estoy acariciando, se sonrie y vuelve a caminar. Re gistro el detalle del cambio postural y el esbozo de sonrisa como respuesta mente a la nifia, con Toti en la mano. Se lo doy; ella experie! fiere el movimie y voy a buscar nuevs detiene el movimiento, me mira, lo tira al piso y exclamo: “jNo!, pobre titere, jpobrecito!”. Simultaneamente, mucvo mi cabeza de un lado para e] otro y Patricia responde a carcajadas, sonrie y vuelve a tirar a Toti, alegre, para que yo repita esos gestos. La experiencia escénica se monta. Patricia comienza a estar pendiente del titere y de Esteban (en especial, cuando realizo el movimiento oscilan- te con la cabeza y las muecas, que le causan mucha gracia). Si bien conti- nua el desenfreno del deambular, la nifia comienza a orientarse en funcion de los diferentes gestos, exclamaciones, palabras y sentidos que se van produciendo. Es el origen del placer del deseo que se realiza, que cobra existencia a partir del “entreds” transferencial entre Esteban y Patricia. La nifa deambula por el consultorio, En una de sus caminatas, entra a la cocina, se detiene frente a la pecera, mira a los peces. Aprovecho la detencién, comparto ese espacio y los miramos juntos, mientras yo les hablo: “Hola, peces, como estan? Hola, anaranjado! {Como se mueven hoy! Y vos, plateado, vas para arriba y para abajo... Tienen hambre... Uys Uy, jel negrito grandote se pelea con otro!”, La mirada y la voz. pasan de los peces a Patricia y de ella a Esteban, en una circularidad {ntima; la nif sin dejar de mirarme, acerca las manos a la pecera. Entonces, ante ese g°° to, le pregunto: “Querés darles de comer” ‘tan . Patricia abre las manos y ; se abalanzan. Entone . Tomo un poco de aliment® Juntos lo tiramos al agua; los peces rapidament® Pongo palabras en boca de cada pez; por ejemp!® 134 s_~ © Esteban . Levin | Diagnésticos y pronésticos... de color anaranjado, al que otorgo un tono d d , 0. mmmm”; el negrito, con otro acent le voz agudo, dice: “jQué me " ” que enuncia P. el otro “|Mama!” atricia discrepa consigo mismo yca que afirma la llegada y el abrazo. El “mamd” est vio, cumple la funcién de dat vida, Se pone en escena el doble espejo y loge un hijo nombra (Funcién del hijo) al nominar a los padres. Es ell, Pa inven nombra, apela ¢ invoca a la mama; impulsa a su propia madres! cl lugar de hija, pierde la etiqueta de “espectro autista”, supuesta pot manual diagnostico (F849). Al nombrar a la mam, se renombra cot? ‘ . eenrt nb Sujeto. Ella va mds alla de sus padres, comienva a historizarse al no" los a ellos en posicién de papés. EI papa se aproxim oye a su hija nombr scat ue 2, Se acerca, secretamente comenta lo q put ar asu madre de manera diferente, dualidad pu, . un ado © contintia demandando. Ya no se trata de de una necesidad, sino de la diak deseo. Patri, en su funcién €c0, resue! acude al Ham mao!” léctica en suspenso entre la onc” y funcionamiento de hija, hace reds pao” Y escuchas de los tres en el orden de an los dichos 138 Estel ban Levin | Diagnésticos y pronésticos... ff -n este interjUCgO, se potencia en ac En endtic Potencia en acto la herencia, nunca come c1 pecho genético o un legado de biene: > un mero 4 intercambiables. No I f vrencif te tr eee s. No hay garantias a hh oe wae la transmisién ¢ inscripcién del deseo, singular ertilizante, i ensable eli i ‘ jertilizant pensable para el impulso vital de la experiencia infantil. Lo heredaco en vida implica la Fancin paterna como simbolo del le galidad articulada al deseo materno, via la castracion simbdlica que impide que el hijo sea propiedad de los padres. En este sentido, la ley funciona como soporte del deseo y le permite al nifto (en este caso, a Patricia) co- menzar a exiliarse del cuerpo para identificarse en la imagen corporal y | hacer uso de ella para abrirse a vivir la experiencia deseante, hospitalaria, al pertenecer a una comunidad que la sustenta, alojandola. s iguales a nuestros padres ni a nuestros hijo: en escena. La herencia es un movimiento sin- y el deseo; para apropiarse de ella hay que bélica, sostenida por la funcién paterna, rdiccion al deseo materno (prohibicion cial y comunitario), sino que a ley se mo gesto de amor y condicién como Nosotros no somo: s, sin embargo, ellos nos ponen gular donde se juegan la ley transgredirla. La legalidad siml no solo coloca un limite, la inte del incesto, condicién del pacto so sostiene en el don, en la donacion co Posibilidad del deseo. Transmitir la legalidad y el deseo entre generaciones no €s un proceso definido genética 0 cognitivamente- Si la ley transforma inmediatamente ¢7 el dar del man nue cién sin amorosidad remite a la severidad; lejos de representar la ley, lo es. De este modo, desacredita el deseo del hijo, quien deviene deudor abso- lto de una deada impagable- El padre donador limita el deseo materno, 'mercede entre la a madre-hijo y offece Ia pluralidad del placer del hijo y | deseo de desear al unir la ley 2U" marco deseante. Se hereda la plasticidad simbdlics a ans deo “tr la potencia del deseo- En este umbral, se ent ‘Ambos nomina erencian el Nombre del P “entred6s”, Stzlidad que tos une sin €O™ Je él. El ©) “terval del encuentro rem se transmite sin el don, se dato paterno; una interdic- de una generacion a la vez que se nla adre y el No plementarse te al otro 139] PAutismes y espectros al acecho “entredés” no es de nadie; justamente, es el espacio vacio que une fie completar o retine relacionando sin Ilenar la separacién por donde circuly el deseo. De alli en mas, emerge la filiacin como adopci6n simbélica de! orden de lo familiar y comunitario. Cuando se clasifica a un nifto de espectro autista taxativamente, se crista liza y se cuestiona la herencia y, con ella, la ferviente posibilidad del deseo y la inscripcién del placer que humanizan la intensidad de la vida. De esta manera, la realizacién de la herencia puede “fracasar” como don de amor y funcionar solo en el dar la certeza severa del estigma-diagnéstico. Imagi- nemos por un momento la reaccién de un padre al recibir la noticia de que su hijo es autista: este hecho resquebraja los cimientos de la descendencia, En la realidad actual, donde las insignias del padre estan cada vez mis devaluadas, hay una exigencia inédita, propia de esta época, en la que son los padres los que demandan ser reconocidos por el deseo de sus hijos, invirtiéndose la posicin de unos y otros. En esta preocupante realidad, gcmo recuperar entre ambos el doble espejo que los representa? En nuestro trabajo clinico cotidiano se juega la reconquista de la fun- cin del padre y del hijo como eminente consolidacién de Ia alianza y al habitar la plasticidad hereditaria entre el deseo y la ley por donde aflora un sujeto (en este caso, Patricia), que promete mucho mas alld que cualquier espectro. Es lo que su papa aclara cuando escucha otra demanda en ¢l “mama” de su hija. Las palabras “mamé” de Patricia tienen un ritmo; intensas, decantan diferentes sentidos, tocan lo impronunciable de la demanda al otro, pero también revelan una falta, la presencia inaudible de una ausencia, la mami que no esta, aunque si la llama, llegard. La incertidumbre del primer “mama”, jes gestual? Lo es; al abrirse al otro, ella, Patricia, atolondrada, transmite el vértigo... espera... hasta que llega “|Mamaé!”. Ella confirma y resignifica la demanda devenida don de amor, La madre abraza la palabra investida de cuerpo hasta ensamblarse y conjugarse en un abrazo, et !4 potencia de un acontecimiento. La palabra gestual soporta un movimich to invisible, donde asoma un sujeto deseante, [140 Este x eban Levin | Diagnésticos y pronésticos... I pacricia usa la palabra y esta deviene gesto. Este empleo orienta la postu- atl cuerpo hasta hacerlo existir en la amorosa demanda Coando llega rm mama, la misma palabra ya es otra, afirma otro sentido, crea la opcién de ott que fagoc taba a pal jastante, NO se pur o, el acento, la musicalidad; en defini ora, necesita de otro que la escuche, todavia no dicho. os pensamicntos. Rompe lo unjvoco de un significado abra (“mama”) hasta consumir la fuerza del llamado. Desde ese ede saber de antemano lo que significa; dependerd del va, de la gestualidad. Aunque, Ie hable y narre con ella el pro- ton poral pio decir, f] “mama” que enuncia Patrici a en la identidad del enunciad y el juego implica usarlas, poner en del lenguaje, no como meras le con otro. La niiia recurre as ncial de la relacion filial, aq te hacer uso de la palabra ro que Patricia, su hija, no 0 aislado de los acontecimientos den relacién de poder hacer uso ncia significante que se realiza ento corporal no hay posibi- ia implica alteridad, porque crea la di- lo. Ella empieza a “jugar” con las escena la imagen del cuerpo tras o palabras, sino como uu mama, doble espejo; uella superficie plastica ferenci: palabras através del uso deseo de encuentro catre ellas se juega lo ese que disipa el dolor y permy En la devolucion a los papas, 1 ta”, ni un diagnostic a, Ubico la dificulta través de la experie sin investim ontecimiento del cuerpo. ar a cabo cuatro terapias lo tratamiento, en plasticamente. jes acla es una nifia “espectro autis que originaron su vid dela imagen corporal, a con el Otro, Sin dicha imagen Y lidad de memoria‘, entendida como ac A partir de alli, proponge que en lugar de Ile das en si mismas) S€ realice un sO! diferentes (fragmenta “que se privilegie la resonancia afectiva que afecta la ex] ‘ela, para dejar huellas 2 recuperar Y resignificar. Ja nifia comienza a reflejarse en sus palabras ara anticipar Y ficcionalizar otra escena- pregunta por ella, Exclama: “Mama! “Abrazadas, la escens conmueve y re- nidad, lentamente periencia de Pa- A : wtndo estos senderos, d ls en su funcionamiento, P 42” “Mama?” y ‘¢Mam; M, E Mamay> 5 Seng y sale corriendo hacia ella. a te oportl en un ri er. EL padre no pierae ritmo afectivo.-- El P% > As 2 aque dijo, viste 1o ae dijo?”. Asombra ace tea y se sorprende: “2Viste lo 141] [Autismos y espectros a acecho de escuchar... Sorprendido frente a la intensidag nzo a escribir estas letras que, tal vez, sean te nte que nos da a sentir Patricia, do, no deja de mirar y del acontecimiento, me la zos de la sensibilidad convoca Notas 1. Enel caso de Patricia, los de algtin modo, lograr que suspenso entre lo visible y esbozo de un suspenso que no coinci de lo diferente. Como sostiene Quignard: Lu Shi escribié: Cuando Yuke pintaba un bambi, veia el bambi, no veia su pin- cel, no vela su mano que sostenia el pincel; se olvidaba. No solamente ya no se vela, sino que decir que no se vela mas ¢s poco decir; enseguida ya no veia mis el bambi delante suyo; ya ni siquiera vefa la imagen del bambi que surgia de sus dedos; su mano danzaba en cl aire; eso era todo; ya no se veia mas que su mano que danzaba en el aire” (Quignard, 2017). Y Deligny se aproxima a esta idea partir de la convivencia artistica compartida con los ninos denominados “excepcionales”: “La mano de Picasso dibujando es ya el dibujo que no se ve en la hoja” (Deligny, 2015); a esto podriamos agregar que “la mano que no se ve traza el origen de lo infantil que se pierde en el proximo trazo” (Jullien, 2008). 2. Levin (1991 y 2017) y Recaleati (2014). 3. El fildsofo Ludwig Wittgenstein afirma: “El significado de una palabra esti en uso”, como explicitamente enuncia Patricia (Wittgenstein, 2007; Percia, 2017) trazos a los que nos referimos intentan abrir la ausencia y la presencia sea evasiva para poder jugar la dialéctica en lo invisible, lo oculto y lo manifiesto, tal de preservar ¢| ida consigo mismo y dé lugar a la representacion 4, Cuando Paul Auster define la memoria, lo hace desde el espacio en el cual las cosa ocurren por segunda vez, resignificando la primera. Este espacio se inventa por fuer de cualquier diagnéstico y prondstico. El escritor lo expresa de este modo: “Memori: el espacio en que una cosa ocurre una segunda vez”. Sobre esta tematica, véase Aust« (1997). El universo de Borges abarca la memoria en relacién con el tiempo y ¢l es? cio infinito tal como él lo expone, lo que nos permite pensar la pluralidad paradojal ¢ la experiencia infantil, al expresarlo jugando con las palabras de este modo: “Aquile simbolo de rapidez, tiene que alcanzar a la tortuga, simbolo de morosidad. Aqui! corre diez veces mas ligero que la tortuga y le da diez metros de ventaja. Aquiles cor esos diez metros, la tortuga corre uno; Aquiles corre ese metro, la tortuga corre t decimetro; Aquiles corre ese decimetro, la tortuga corre un centimetro; Aquiles €o" ¢ centimetro, la tortuga un milimetro, y asi infinitamente, de modo que Adu! puede correr para siempre sin alcanzarla, As‘ la paradoja inmortal” (Borges, 1989) [142

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