El poder de la violencia
en la guerra y en la paz
Lecciones pos-Guerra Fria de El Salvador
Philippe Bourgois*
ora ctor lem lle icant
jeron que debfa agacharme tras un tronco y que, pasara lo que pasase,
‘no te moviera. Disparaban 4 todo lo que se movfa,
Durante los primeros cuatro dias alrededor de quince mujeres y
nifios fueron heridos, las esquirlas fueron sacadzs y las amputaciones
hechas, todo sin anestesia. Las tropas gubemamentales que nos rodea-
ban estaban presionando por tierra, matando a quienquiera que encon-
taran,
En Ia cuarta noche, mientras corriamos a lo largo de un rocoso ca-
‘ino, legamos ala linea de fuego del gobierno. Los bebés en brazos de
‘sus madres comenzaron a llorar por el ruido de los disparos y, tan pron-
to como nos oyeron, los soldados dirigieron sus armas hacia nosotros.
Era un pandemonio: granadas cayendo por todos lades; ametralla-
doras, disparando; nosotros, corriendo, tropezando, cayendo, tratando
de escapar entre la Ihuvia de balas y de esquirlas,
Veinte yardas delante de mi, un nifio pequeiio explots en dos
cuando una granada cayé sobre él, Su cuerpo yacia en medio del angos-
to sendeto, Tuve que pasar por encima de él para escapar.
(Bourgois, 19822)
En los primeros trece meses que pasé en el “Harlem espafol” fui testi~
gode
* Un disparo mortal ala madre de un nig de tres afos por parte de un
asaltante que portaba una eseopeta con mira, Hecho que tuvo higar
frente a mi ventana,
* La explosién y el ametrallamiento de wna casa de juego clandestina
también divisable desde mi ventana.
* Un tiroteo y una persecucién policial frente a la pizzerfa donde ca-
sualmente yo estaba almorzando.
+ El momento posterior a que una bomba molotoy fuera arrojada a un
depésito de heroina.
* Profesor y Director det
Departamento de Antropologi,
itoria y Medicina Social dele
Universidad de California, San
Francisco, Ks el aver de f» Search
of Respect: Seling Cru in EL barrio
(1995), por el cual recbi los s-
guieates.premios: C. Wei
‘Mis Award y Margret Mead
Prive, y de Rebsty a0 Werk Di-
ied Lalor ona Conta Amerzan
Benona Plrttin (1989). Lleva ¢
‘abo trbsj de campo entre ali-
‘st la heroin em las calles de San
Francisco como base de un libro
provisionalmente riulado.Righ-
teous Dapfiend: Homeless Hern
Addie in Bch end Woe,
TALLER = 73EL PODER DE LA VIOLENCIA EN LA GUERRA Y EN LA PAZ.
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+ Una docena de gritos y peleas
* El contacto casi diario con seres humanos desgarrados, algunos en
ataques de paranoia inducida por el crack, algunos sufriendo delirium
tremens, y otros en no identificables ataques patolégicos, gritando in-
sultos a todos a su alrededor.
“Tal vez la expresin més intensa de Ia perversidad de la cultura del
terror haya sido el comentario de un chico de 13 afios durante una con-
versacién por lo demas banal acerca del embarazo de su madre. Me di-
jo que esperaba que tuviera un varén porque “las chicas son muy fciles
de violar”
(Bourgois, 1989)
E,stos pinrafos son extractos de artiulos periadstcos que escribfen
los afios ochenta para llamar la atencién sobre la violencia en dos es-
cenatios muy diferentes, donde estaba haciendo trabajo de campo en
ese entonces: el primero, entre campesinos revolucionarios de El Sal-
vador y el segundo, entre la segunda generacién de orack dealers puer-
torriquefios en el este de Harlem, ciudad de Nueva York. Comparan-
do un sitio con el otro, me interesé diferenciar las formas y Ios
significados asumidos por Ia violencia en la guerra y en la paza fin de
documentar los modos en que la violencia desafia 0 refuerza la desi-
gualdad de poder. En el escenario de El Salvador revolucionario, yo
estaba deseoso de documentar Ia efectiva capacidad de los dominados
pata resist la represidn estatal mientras, en los Estados Unidos, pe~
leaba por explicar el efecto politicamente desmovilizador del conflic-
to interpersonal y la autodestruccién que tife la vida en la inner: city.
Miés de una década después, dispersos por la ola de desregulacién del
capitalismo global, volvia esos relatos de violencia con observaciones
adicionales en ambos sitios (El Salvador y la inner city) para sugerir
gue el contexto politico en el cual yo operaba entonces afect6 profun-
damente lo que era capaz de documentar empiricamente y analizar
te6ricamente, En Amériea Central, trabajé bajo un imperativo in-
conscience de la Guerra Frfa que me Hevé a atenuar mis bocetos so-
bre la violencia politica y la represi6n entre los campesinos revolucio-
narios. En el nivel tedrico, esto oscurecié el cardcter multidireccional
de la violencia y las continuidades entre sus varios subtipos a través de
diversos escenarios histéricos, culturales y politicos. Fundamental-
mente, mis lentes “Guerra Frfa” me llevaron a escatimar los registros
ya no reconocer correctamente el poder de la violencia en el forvale-
cimiento de patrones de desigualdad social y en la despolitizacién de
los intentos de oponerse a la opresién durante la guerra en El Salva-
dor. Paralelamente, en el centro urbano racializado de los Estados
‘Unidos, fui capaz de criticar los efectos desmovilizadores de la violen-
APUNTES DE INVESTIGACION
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cia cotidiana mostrando cémo ella resultaba de la internalizacién de
Ja violencia estructural hist6ricamente arraigada y expresada en un
torbellino de mutua agresi6n y delineuencia banalizadas.
Para aclarar las complejas tramas de violencia que dificultaron mi
comprensién de la situacién en El Salvador revolucionario, en compa-
racién con la inner city en decadencia, me parecié dtil distinguir entre
cuatro tipos de violencia; es decir, la violencia politica, estructural,
imbolica y cotidiana. Limito el término violencia politica a la violen-
cia directa e intencionalmente administrada en el nombre de una ideo-
logia politica, de un movimiento o de un Estado tal como la represién
fisiea de los disidentes por las Fuerzas Armadas y la policfa o su con
tario, Ja Incha armada popular contra un régimen represivo, La(vio~
Tencia estructural se refiere a la organizaci6n politico-econémica de la
sociedad que impone condiciones de suftimiento fisico y emocional,
desde morbosidad y altas tasas de natalidad hasta pobreza y condicio~
nes de trabajo abusivas. Esta anclada, a nivel macro, en estructuras co-
mo los términos desiguales de intercambio y se expresa localmente en
la explotacisn laboral, los acuerdos mercantiles y el monopolio de los
servicios, El término fue por primera vez definido en los circulos aca-