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CONTRA LA PAND EMIA DEL CAPITAL jREVOLUCION SOCIAL! EI capitalismo esta instalando el terror y la represion en todo el mundo en una operacién sin parangén en la historia de la humanidad. Confinamiento de regiones, ciudades y patses enteras, confinamiento masivo de seres humanos que son obligados 2 permanecer en- carcelados en sus propias viviendas, suspensién de los miserables derechos ciudadanos, vigilancia, seguimien- toy procesamiento de los movimientos de la poblacién a través de todo tipo de tecnologias (smartphones, big dota, inteligencia artificial..), despidos masivos, aplica~ ciGn de Estados de emergencia, de alarma, de sitio, etc. Por todo el globo vemos extenderse una militarizacién de las calles para controlar y reprimir todo movimien- to no autorizado. También vemos muttiplicarse las ojos del Estado por medio de ciudadanos sumisos y atemo- rizados que vigilan cualquier pequefio incumplimiento 0 cuestionamiento de los decretos del misma.’ Para apuntalar este escenario, los voceros del Estado nos ahogan can datos sobre la expansién de lo que la OMS ha denominado coma “Pandemia del COVID-19". La retransmisi6n de las cifras de infectados, hospitaliza- dos y muertos, asf como de las tasas de mortalidad y de las previsiones de contagia, acompatiadas de imagenes de hospitales saturados y caravanas de caches fiinebres haciendo cala en la morgue, se suceden frenéticamente ante nuestros ojos con todo Iujo de detalles mientras un constante desfile de politicos, cienttficos, milicos y perio- distas nos introducen en una guerra contra un enemigo externa llamado coronavirus, presentado como el gran mal dela humanidad, como una pandemia que pone en peligro la vida de los seres humanos, Queremos dejar claro que con esto no tratamos de decir que lo que se denomina COVID-19 no existao sea una pura creacién ideolégica del Estado. Lo que trata- mos de explicar a lo largo del texto es que la pandemia ional y de reestructuracién del capitalismo, que lo que nos venden por salucién es mucho peor que el proble- ma, En este sentido, si bien es evidente la incidencia social de esta pandemia como resultado del despliegue terrorista desarrollado por los Estados, no tenemos ele- mentos sobre los que valorar atin la incidencia directa, del COVID-19 a nivel bioldgico sobre nuestra salud. Los datos que manejamos son los que ofrecen los diversos aparatos del capitalismo mundial (OMS, Estados, orga- nismos cientificos..), que evidentemente para nosotros no tienen ninguna fiabilidad pues tal o cual Estado pue- de inflar 0 tapar sus estadisticas. Claro que también los proletarios de residencias de ancianos, carceles, psiquiatricos... denuncian que esos centros se estén convirtiendo, mas que nunca, en centros de exterminio. Ahora bien, la cuestién fundamental a tener en cuenta es que el capitalismo mundial nunca tomé semejantes medidas pese a la catdstrofe generalizada que mate- fializa y se expresa en miles de terrenos (pandemias, enfermedades, hambrunas, catdstrofe ecolégica..)? Para nosotros no hay nada de humanitario en las me- didas contra el coronavirus. El Estado siembra el miedo y la impotencia entre una poblacién atomizada para presentarse a si mismo como el protector omnipoten- te de la humanidad. Llama a la unidad de todos para asumir juntos la lucha contra ese enemigo, a realizar los sacrificios necesarios, a colaborar con todo Io que las autoridades dicten, a someterse a las directrices y érde- nes de los distintos aparatos del Estado Todo este despliegue espectacular crea una cober- tura imprescindible. No cuela el cuento de la defensa de la salud. Sabemos que la muerte y catdstrofe gene- ralizadas son la esencia de este modo de produccién y reproduccién, donde la vida humana y el planeta son meros medios para la valorizacién, y al capital le impor- estd siendo utilizada como herramienta contrainsurrec- 1”_Adareres que a pesar de! estado de emergenciay el confina miento, deciarado en decenas de palses en el mundo, el capital sigue manteniendo en funcionamiento los sectores productivos {que considera necesarios, cbligando a los proletarios de esas sectores a ira trabajar y recluyendolas en su vivienda en cuanto termina, Incluso en los paises de mayor pardlsis de produccidn y irculacién, el decreto de "s6l0 trabajos imprescindibles’,creando la apariencia de que son para nuestras necesidades humanas, es tan ambiguo y flexible justamente para no obstaculizar las nece. sidades de! capital. 2 No creemos relevante profundizar en este texto en cuestio nes relacionadas con elorigen conereto del COVID-19. En primer lugar, porque no podemos afirmar nada con claridad al no tener los elementos suficientes para hacerlo, y en segundo, porque lo mas importante es comprender que la produccién y difusién de las pandemias actuales son un resultado del mado de pro duccién y circulacién capitalista. Ver al respecto: Contagio social, del grupo Chuang (https’/azoediciones blogspot com/2020/03/ chuang-contagio-social-guerra-de-clases.html) y Las pandemias del Capital (http /barberia.net/2020/03/20/las-panderias-del-ca pital) del Grupo Barbaria ta un carajo su bienestar. Aunque las diferentes formas de gestién burguesas diseftan limites para no destruir totalmente el sostén material de la valorizacién, la de- predacién de esos medios, su deterioro y destruccién acaban franqueando toda limite, pues esa es Ia forma natural bajo la que se desarrolla la vida en el capita- lismo. La destruccién de! planeta y sus habitantes, la muerte imparable, y en crecimiento, de millones de hu- manos por hambre, por guerras, por pandemias, por la toxicidad, por el trabajo, por inanicién, por suicidios y un largo etcétera, nunca han sido un problema a solucionar para el capitalismo, sino dafios colaterales 0, mejor di- cho, su mada especttico de desarrollarse. Las campafias de “solidaridad’, la investigacién y el desarrollo clentifico-médico © alguna que otra medi- da legislativa, son las formas como el capital aplica las “soluciones’ a todas las preocupaciones que generan esos grandes problemas que sufre la humanidad bajo la tirania del valor. Incluso si utilizamas el mismo cri- terio restringido y tramposo que utiliza la clencia para Justificar las medidas tomadas hoy de forma generali- zada, es decir, la existencia de un virus que amenaza la salud de la sociedad, sabemos que en todos y cada uno de los paises donde se despliegan esas “medidas de contencién del coronavirus” la existencia, segtin los propios datos oficiales, de otros virus con una gran in- cidencia para la salud nunca ha sido motivo de gran preacupacién. Eso no quiere decir que el Estado no se vea abligada a intervenir con mativo de alguna catastro- fe concreta, como ha hecho en diversas ocasiones, lo que aprovecha siempre para intraducir medidas que en otro momento supondrian resistencias y revueltas. Por consigulente, para nosotros es claro que todas las medidas que el capital esté desplegando para “luchar contra la pandemia del coronavirus" no tienen como ob- jeto nuestra salud, nuestro cuidado y bienestar. Cabe preguntarse por qué el capitalisma ha creado este esta- 3 Queremos adarar, aunque no podamos profundizar en este equefio texto, que no sdio negamos que la curacién de una enfermedad sea un acto médico, como el sistema de salud del capital y la medicina “oficial nos quieren hacer creer, sino que nuestra concepeién de lo que es una enfermedad, un virus y, mas fen general, nuestra concepcién de lo que es e! cuidado de la sa- ld estén en las antipodas de la ciencia, Desde luego, la cienca, si esté para algo, es para deserrollar las condiciones necesarias para que el capitalismo siga funconando, siga aniquilando y aplastando todo, satando obstaculos, sobrepasando limites, et Sus distintas artieulacones permiten al capital ly adaptacién y la fagocitosis Esto no quiere decir que avalemos 0 propongamos un siste- mma o enfoque “alternative. El sistema tecnacientfico condena répidamerte a sus crticos ba el rétulo de "seudacienca’, pero nuestra critica del sistema dominante y totaltario de conocimien- to bajo la sociedad capitalist también apunta a los fendmenos catalogadios de esa forma, Ademds, estas “Terapias alternativas cada vez actian més como valvulas de escape y técnicas que complementan a la "medicina oficial” do de guerra en este caso concreto y, més importante ain, qué hacemos como proletarios y revolucionarios en esta situacisn. No tenemos dudas. La guerra contra el coronavirus es una guerra contra el proletariado mundial. Las medidas estatales justificadas por la pandemia del coronavirus son un salto cualitativa decisive y homogéneo en la con- trainsurreccién mundial y en las tentativas burguesas por tratar de iniciar un nuevo ciclo de acumulacién de capital. ¥ frente a esa guerra el proletariado sélo tiene dos caminos: 0 sacrificar su vida en ella 0 contraponer- se a la misma para defender sus necesidades humanas. Es cierto que vivimos en un sistema social acas- tumbrado a confinar. A confinar los alimentos, las necesidades basicas, a confinarnos en pisos, en coches, en centros comerciales, en centros de domesticacién para los nifios, en centros de trabajo, en centros de mayores (geridtricos), en centros de salud, en centros carcelarios, en centros de ocio vacacionales... y estas medidas dan una vuelta de tuerca més a este sistema de aislamiento y privatizacién, transformando el mundo en un gran campo de concentracién.* Pero no se puede obviar que todo esto sucede precisamente cuando la catdstrofe capitalista alcanza nuevas cumbres, cuando el antagonismo entre la vida y el capital lege a niveles todavia més insostenibles que en el pasado. La des- truccién de la Tierra, la depredacién de sus recursos, el envenenamiento de todo lo que existe, la agudizacién de todos los mecanismos de explotacién y expoliacién del ser humano y todo el medio natural, que son as- pectos inherentes a este mado de produccién de la especie determinada por la economia, estén alcanzado niveles insoportables para la mera existencia de seres vivos. La propia dindmica de valorizacién del capital, en la que éste tiene cada vez més dificultades para renovar sus ciclos reproductives por la creciente desvalorizacién que le es congénita, esta llevando las contradicciones de este sistema social a sus limites. Caminamos hacia una desvalorizacién sin precedentes. EI desplome del capital ficticio, que sostenia con alfileres los ciclos de repraduccién capitalistas, se prefigura en el horizonte La crisis financiera de los Gitimas afos, cuya primera gran explosion se desarrallé en el afo 2008, expresa el agotamiento del mecanismo de respiracién artificial que 4” Claro que ese gran campo de concentracién no es igual para todos, No sélo se refieja en aspectos como deciamosen una nota anterior en relacién con el trabajo, sino que también el propio confinamiento se vive totalmente diferente. Recordemos la cam pafia'yo me quedo en casa’, impulsada por medio de videos en los que algunos famosos arengaban desde sus “pequefios jar nes’ 0 el interior de sus “modestos palacetes" a quedarse en casa, yy que fue rimetizada por miles de ciudadanos desde las cajas de cerillas en las que viven. mantenia con vida la economia mundial. Hoy, cuando todo el capital se sostiene en base a la reproduccién incesante de capital ficticio, de toneladas de deudas y toda clase de inyecciones financieras que permiten que cl capital siga succionando Ia sangre del proletariado mundial, la burguesia comienza a ser consciente que la ficcién no puede escapar a la propia légica sobre la que se ha edificado, no puede desembarazarse de la ley del valor y toda esa gigantesca acumulacién de capital se precipita hacia su desmoronamiento. Claro que, ante todo, no podemos obviar otra cues- tién todavia mas decisiva. Toda esta “guerra contra el coronavirus" sucede precisamente cuando la catastro- fe que la burguesta hacfa cargar sobre las espaldas del proletariado proyectaba grandes sacudidas auguradas ya por las oleadas de luchas que confluyeron en el afio 2019 y principios de 2020 en decenas de patses.* El des- encadenamiento de un incendio que arrase con todo el orden capitalista es un problema que vuelve a estar al orden del dia en los circulos de la burguesia y una esperanza que vuelve a los corazones de los proletarios. De ahi que desde hace ajtos las operaciones contra- insurreccionales se multipliquen por el mundo. Si bien, todo manual contra la insurreccién tiene como funda~ mento destrulr la autonomia del proletariado, las formas como se ha materializado a lo largo de la historia han sido miiltiples. La guerra imperialista, que no ha dejado de desarrollarse, siempre ha sido el recurso por exce- lencia para transformar el antagonismo de clases en una pelea entre fracciones burguesas, restableciendo la unidad nacional frente a un enemigo exterior, destru- yendo a los irreductibles, dando una vuetta de tuerca masa las condiciones miserables del praletariado —im- poniendo sacrificios bélicos y posbélicos— y generando una destruccién, material y humana, lo suficientemente amplia para dinamizar el proceso de reproduccién capi- talista abriendo una nueva fase de expansién. La pandemia del coronavirus presenta todas las caracteristicas propias de la guerra imperialista: el ene- migo exterior, la unidad nacional, la economia de guerra, los sacrificios por la patria o el “bien comtin’, los cola~ boradores, las muertes, la reestructuraci6n econémica, etc 5 Ver nuestro texto Rewelta internacional contra el capitalismo ‘mundial en viw-proletariosinternacionalistas.org 6 No sélo nos referimos a las muertes asociadas por los Esta: dos al COVID-19, sino que ineluimos las generadas por el Estado con sus medidas. Entre algunos compafieros se discute si ca- racterzarla también coma una guerra quimica directa contra el proletariado ('o que no implica hablar de premeditacion —aun- que sepamas que nuestro enemigo ya la us6 en el pasado y no ha dejado de desarrolar a investigacién en ese campo— sino de su efecto objetivo}, en concreto contra los sectores que el capital considera improductivas y que suponen fuertes cargas a las ar- Como toda guerra imperialista supone pérdidas ge- nerales a corto plazo (aunque ciertos sectores disparen sus beneficios), pero contiene las bases materiales para generar una nueva fase de acumulacién. El proceso de reanimacién del moribundo capital, que est apli- cndose bajo la cobertura de la guerra al coronavirus y que implica el ataque a las condiciones de vida del proletariado, conlleva el impulso de una nueva fase de acumulacién que s6lo puede desarrollarse sobre una destruccién de capital de dimensiones y consecuencias inéditas y desconocidas. Claro que en una dindmica don- de el capital fcticio representa el eje dande se sustenta la acumulacién, la destruccién partiré de ese terreno. La actual paralizacién parcial y temporal de la produccién y circulacién de mercancias requiere cantidades insdlitas de capital ficticio para mantener el tejido social, ademas de centralizar gran parte del capital en los sectores mi- litar y sanitario, Sin embargo, esa inundacién de ficcién para aliviar la pardlisis del mercado, que ya contenia una sobreacumulacién insostenible de capital ficticio pero que circulaba en gran parte exclusivamente por los mercados financieros, implica volcar masas enormes de ficcién desde esos mercados financieros al intercamibia mercantil efectivo, lo que expone todo ese capital a su destruccién por la correccién coercitiva que, més pron- to que tarde, realizar el mercado respecto al signo de valor. Es decir, la devaluacién de la moneda, la impost- cién despética de una ley que la burguesfa creia haber burlado, crear una desvalorizacién sin precedentes que implicard la quiebra generalizada de empresas, de Estados, la cancelacién masiva de deudas y, por supues- to, la tentativa burguesa de reestructuracién global de todo el capital (centralizéndase en nuevas esferas, pur- gandose otras, consolidando nuevos mecanismos de circulacién.., tratando de reemprender un nuevo ciclo de acumulacién, Claro que, sobre todo y ante todo, este contexto sdlo puede desarrollarse haciendo tragar al proletariado un sacrificio que le invitard a reventar masivamente, que generalizara en todas partes unas condiciones cada ‘vez mas imposibles para la supervivencia, Por atro lado, ‘también le empujard a rebelarse, a defender sus necesi- dades frente a la catdstrofe del capital. Ese es el futuro que nos reserva a la humanidad el capitalismo mundial agudizacién de la catéstrofe 0 revolucién? ‘as de los Estados y que es precisamente donde esta golpeando el coronavirus: ancianos, presos, inmunodeficientes. 7 No estamos afirmando que este proceso se desarrolle in mediatamente, pero si afirmamos que bajo “la pandemia de! coronavirus” ese proceso ha iniciado un salto cualitativo hacia su deserwohimiento, En ese contexto se comprenden mejor el accionar de todos los Estados, se comprende el confinamiento, la salida del ejército a las calles, el control, a vigilancia de la poblacién, el ajuste de cinturones de todos los prole- tarios y el anuncio de los Estados de peores sacrificios venir. El Estado evalia cémo reacciona el proletariado ante estados de emergencia y consigue replegar mo- menténeamente protestas y revueltas en desarrollo como en Francia, Irén, Irak, Libano, Argelia, Hong-Kong, Chile, etc. En Chile, antes de que los nuimeros oficiales del Estado aporten si quiera una sola muerte, y antes de que se implemente alguna medida sanitaria, el Esta- do ha deciarado el estado de emergencia. De esa forma los Estados utilizan la pandemia para recuperar la paz social en zonas con protestas y revueltas estos ittimos afios, a la par que despliegan en otras partes un en- torno propicio para la represiin de las protestas a las medidas de empeoramiento que se preparan, compro- bando la capacidad de contral social que posee sabre su territorio, dénde se concentran los focos rebeldes, qué aspectos mejorar para asegurar la vigilancia y el do- minio del tertitorio, etc. ‘Alo largo de Ia historia del capitalismo, a medida que éste iba imponiendo nuevos ajustes y vueltas de tuercas alla explotaci6n, se fueron sucediendo resistencias més ‘0 menos colectivas, revueltas e insurrecciones. Por eso fue sorprendente, en un primer momento, la masiva aceptacién del proletariado a las medidas aplicadas por los Estados, facilitada, sin duda, par la situacién nove- dosa en que se encontraba y la fuerza mediatica de los aparatos del Estado. Sin embargo, algunos proletarios anuncian por medio de sus primeras contestaciones a todas estas medidas, su rechazo a seguir el sonido de las trompetas del Estado, a someterse al régimen de te- rrar y a aceptar el empeoramiento de sus condiciones de vida. Poco a poco vemos como los gestos, gritos, mo- vilizaciones y protestas comienzan a reproducirse. Pese a las dificiles condiciones que impone el Esta~ do a través del confinamiento y el aislamiento, nuestra clase trata de organizar su respuesta al ataque lanzado por el Estado. No sélo se repraducen pequefios actos de desobediencia, que el Estado reprime con multas, detenciones y acusaciones de insolidarios (como los an- cianos que se pasean con Ia barra de pan, los padres que juntan a nifios en casa de los que tienen el jardin més grande, los jévenes que pasean por los bosques con la excusa de buscar lefla, los que cuestionan la ver- sién oficial en cuanto a temas de salud, los que avisan dénde hay controles y seffalan a las sopiones, las que in- ventan todo tipo de tretas y artimafias... actos todos que expresan nuestra necesidad mas humana de romper el encarcelamiento e invitan a romper el aistamiento), sino que también se suceden protestas y enfrentamientos enlas calles. La provincia de Hubei, primer lugar a ser sometido al estado de emergencia, esté viviendo protestas y enfren- ‘tamientos en diversas ciudades. En Filipinas se desafia el confinamiento realizando manifestaciones que re- claman alimentos y otros productos basicos. En Argelia, los proletarios se niegan a suspender manifestaciones que se encadenan una tras otra desde antes del con- finamiento. En la India, los trabajadores inmigrantes se enfrentan a la policia, En Italia se organizan acciones al grita de “\Noll A recuperar lo que nos quitan”. Las mo- tines en las carceles y en los centros de detencién de inmigrantes ilegales viajan de pais en pals. Los saqueos yellamado a no pagar alquileres, junto a las huelgas de los que siguen trabajando comienza también a instalar- se en algunos lugares. Como las redes de apoyo mutuo y cajas de resistencia. Los diversos Estados nacionales tratan de zanjar 0 contener estas protestas utilizando las ventajas que les permite el estado de emergencia. El presidente de Filipinas fue claro al respecto al afirmar que se ejecu- tara a todo el que se salte el confinamiento. Por otra lado, anuncian pequefias concesiones como la libera- ci6n temporal de 100.000 presos en Irdn, o la creacién de bonos sociales para la alimentacién en Italia. Otros Estados, intentando anticiparse a las protestas, lanzan miserables zanahorias que estamos convencidos que no serviran para aplacar ni el hambre ni las amplias ne- cesidades reprimidas durante siglos por un capitalismo a las que hoy se les da una nueva vuelta de tuerca Estas primeras escaramuzas que se organizan contra el estado de emergencia mundial avanzan que el pro- letariado no se quedard encerrado en su casa viendo cémo le llevan al matadero ni aceptaré sacrificarse por la economia. Pero necesitamos organizar internacio- nalmente toda esa contestacién y profundizarla hasta atravesar el corazén de la bestia capitalista, Cambiar el miedo de lado, que el pdnico se traslade para ellado de la burguesta. Que el miedo por la pandemia del coronavirus se transforme en miedo por la pandemia de la revolucién, iLa guerra contra el coronavirus es una guerra contra el proletariado mundial! ilmpongamos nuestras necesidades humanas a las necesidades del capitalismo mundial! 2.de abril de 2020 Proletarios Internacionalistas www-proletariasinternacionalistas.org info@proletariosinternacionalistas.org

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