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Roster, A. (a9) Lenaea £9 uso. Enfoque ° cuando este ha desplazado al [yGetrato y sustrato dialecto que las generaba, es | son conceptos que te- decir las formas que quedan | jieren a dialectos en cuando el dialecto original ha si- | contacto cuando uno do desplazado y sustituido por | de eles es el dominan- otro. Es el caso mas comin en_| te por algin motivo. nuestra historia: el desplaza- miento del quechua, guarani, mataco, toba, mapu- che y otros por el espafiol; el latin, sobre las len- guas “barbaras” del imperio, etc. La interferencia de adstratos y sustratos de di- ferentes dialectos es una situacion muy comtn en el mundo y también en nuestro pais. Resulta, como dijimos, dificil de identificar. Muchas veces las poli- ticas lingiiisticas oficiales niegan sistematicamente la existencia de este problema, salvo para hablar de la necesaria erradicacion de formas “vulgares”, como las gramaticas de Bello y de la Real Acade- mia Espafiola. Esta negacién dificulta un correcto diagnéstico, no permite a los educadores actuar adecua- damente en muchas zonas —in- cluso centros urbanos— de nues- tra América y condena a muchos hablantes jévenes y adultos a ser considerados no solo extra- | Ma cimues en to os, sino también menos inteli- | Froceder sin prejucios, gentes. La deteccion de estas in- | Sttener muestras y de. terferencias es imprescindible, | finic pruebas, si es ne- aun para levar adelante un pro- | cesatio. ceso educative monolingiie. tS En sociolingiistica no hay ciego més dartino que el que no quiere ver. Cuando se detecta tna dificultad en la co- 50 Seaslingy verido. Bi Rives: AZ ediitora, CAPITULO IV ESTUDIOS MACROSOCIALES DEL LENGUAJE I Cuando hablamos de estu- dios macrosociales del lenguaje, nos referimos al andlisis, la des- Macrosocial: abarca toda la sociedad, cripcién y la explicacién del comportamiento colec- tivo, dentro de una comunidad lingiiistica, en opo- sicion a estudios microsociales, en los que estudia- mos comportamientos que no deben abarcar nece- sariamente a todos sus miem- (yo oie ant bros: los estudios microsociales | Microsocial: un tipo se refieren a tipos particulares | P2t"iculat 42 interac: a cién en la sociedad. de interaccién. Mientras que los resultados de los estudios macrosociales deben resultar validos para todos los miembros de una comunidad, es decir resultarian “obligatorios” para todos los hablantes de la comu- nidad, los resultados de los estudios microsociales del lenguaje solo resultarn validos y “obligato- rios" para los participantes de interacciones espe cificas. Ejemplos de estudios microsociales son las interacciones médico-paciente, docente-alumno, madre-hija, etc, En capitulos anteriores he- mos definido registro y dialecto de prestigio, que son dos con- Recordemos algunos conceptos ya vistos, ceptos que pertenecen a los estudios macrosocia- les: todos los miembros de una comunidad varian 51 sus formas en diferentes situaciones, y todos tie- nen presentes las formas prestigiosas y las formas “cultas". Debemos recordar que el concepto de dia- lecto prestigioso no significa que en todo momento sean las formas utilizadas 0 preferidas; cambian también segun la situacién y los participantes. Cuando un grupo dentro de Ja comunidad mantiene y apre- cia formas diferentes de las de prestigio més amplias, hablamos de formas de au- toidentificacién. Un mismo ha- blante puede mantener formas que lo identifiquen con mas de | Fei. mancia msc un grupo. Los adolescentes utili- | $2 na fomma do pros. zan formas que les son propias, | jigo, pero un adolescente puede ser |~____] también miembro de la “hinchada” de un club de futbol, situacién que comparte con hablantes no adolescentes. —Soy de Boca y de los Redondos. Un miembro cualquie- ra de la comunidad lin- Escolarizacién: la norma y la uniformidad Mencionamos al comienzo de nuestro trabajo que siempre tendemos a pensar homogéneas a las comunidades lingilisticas; esta situacién se apli- ca también a la propia, por parte de cada hablante. Quizds esto se deba a que sin dificultad com- prendemos todas las formas em- pleadas dentro de nuestras co- munidades y a que, sin dificultad Obviamente no es por maldad que pensamos homogéneas a las oo- munidades linguis- ticas. 52 alguna e inconscientemente, utilizamos diferentes formas en nuestra produccién sequin las exigencias de los diferentes registros. Por otra parte, al com- prender formas que identificamos como extrafias, autorreafirmamos que las formas correctas y/o mas usuales son las propias. Por estos motivos no pue- de sorprendernos que la educacién institucional plantee muchas veces, de hecho, la ensefianza en tun tinico dialecto. Analizar el dialecto emplea- do en la educacién supone anali- zar diferentes problemas, con dist des de abordaje. Relevar esta compleja tarea su- pondria la produccién de un libro mas extenso que el que estamos planteando. Si bien esta afirmacion de la necesidad de mas espacio puede Participamos docen- resultar cierta para varios de los_| {65 aupidades, alto aspectos aqui analizados del len- | fo “uonales ¥ Sir guaje en uso, la complejidad del problema educacional impone severas restricciones a un anilisis abreviado, por los agentes que la lle- van adelante —docentes, autoridades, autores, edi toriales—, y por aspectos no estrictamente lingti ticos que oscurecen el problema dialectal; intenta- remos, no obstante, realizar algunas breves consi- deraciones. Dijimos que tratar este tema supone mas de un problema. Uno de los que no trataremos es el de los tipos discursivos emplea- dos en el proceso educativo. En efecto, gran parte del discurso El discurso pedagégi- co intenta persuadi. 59 1 pedagégico, en especial el perteneciente a las asig- naturas “cientificas” y en los textos escritos, aun- que no en forma exclusiva, pertenece al discurso cientifico; este se caracteriza por una redaccién en tercera persona que se esfuerza por borrar las mar- cas gramaticales del emisor (1a. Discurso cient persona) y receptor (2a. perso- ee eee na), presentando asi un texto sin lugar a fisuras y no dejando lugar para la discusién ni para una opi- nién que no sea la que el autor o los autores pre- tenden: es el género del discurso que se pretende como el tinico verdadero. Cuando estas caracteristi- cas estan presentes en textos de Lengua pueden resultar molestas para los alumnos quienes, si car el sociolecto de al- gan manual escolar? bien pueden no tener opiniones alternativas frente alas leyes de la fermodinémica, seguramente si las tienen frente a su propio dialecto. Otro problema que no trata- remos es el siguiente: mientras muchos docentes, la mayoria de los que provienen de disciplinas humanisticas y muchos de otros origenes, cuidan celosamente o que llamamos dis- curso pedagégico hay varias formas inclui- das, las formas que utilizan al hablar y al escribir, otros no lo hacen, creando sefales contradictorias para los alumnos dentro del discurso pedagégico. 64 —éPodriamos identii- En realidad, dentro de Ensefianza de Lengua Los textos de Lengua preten- den seguir las normas de la Real Academia Espaiiola, adaptadas a Jas caracteristicas del dialecto propio de la comuni- dad, 0 siguen normas que entienden “correctas” aunque no estén consagradas por la Academia. El problema principal es que no tenemos acuerdo generalizado acerca de las formas de nues- tro dialecto: como dijimos, cada hablante entiende que su propio ideolecto es suficientemente repr sentativo, por lo que, en general, ensefiamos con él y en él. No sélo no coinciden entre si los diferentes textos escolares, sino que los ejemplos de seleccion de lecturas presentadas, ejemplos de autoridad y prestigio en el uso, tampoco, obviamente, lo com- parten. Las formas lingiiisticas utilizadas —nos referi- mos sobre todo a las que aparecen en los textos es- critos, que nos son mas faciles de controlar— no son ni del todo ajenas ni del todo afines al conjunto de los grupos sociales en proceso de escolarizacién, La frecuencia de formas utilizadas sera més afin para los alumnos que provengan de hogares con padres con mayor nivel de escolarizacién y del mismo grupo generacional que los docentes o autores, y mas ajena para los otros; sera tam- bién mas ajena para los alumnos provenientes de hogares de las clases economicamente menos Problema: lecto se ensefia? Para algunos grupos de alumnos el dialecto uilizado en los textos puede parecer muy ex- trafio 0 aeno. 55 favorecidas y/o con interferencia de dialectos no castellanos. Distancias similares podemos prever en gene- ral para los grandes centros urbanos, frente a los barrios marginales que los rodean. Otro problema —aunque menor— es que los docentes que tiene un alumno @ lo largo de su instruccién formal no manejan todos exactamente el mismo dialecto, ba- sicamente por diferencias de edad y por la época en que recibieron su propia instruccién. Pretendemos que el proceso educativo se oriente a educandos que manejan y/o son compe- tentes en un nico dialecto, lo que es falso, como hemos visto; por otro lado pretendemos ignorar que los alumnos manejan socio- lectos diferentes; . entre ellos, | El problema principal frente a la institucion y frente a_ | & 10s procesos edu- sus docentes usan formas muy Sey los que al distintas. uso de la lengua se re fiere, es suponer que Muchas veces se llega al | emplea un unico dia- absurdo de no prever dificulta- | Jecto y que este es ho- des diferentes para los alumnos | mogéneo. que inician su entrenamiento en el cédigo lectoescrito en castellano y provienen de hogares bilingties o con fuertes interferencias dia- lectales, 56 Politicas lingiiisticas Relacionado con el problema anterior, esta el problema de la o las politicas lingiiisticas en curso. Queda a cargo del Estado la fijacion de una o varias politicas lingtiisticas, al tiempo que la responsabili- dad por la politica educativa, al menos en los pai- ses de habla hispana. Politica linguistica refiere -————_] un conjunto de leyes, disposicio- | Podemos actuar sobre nes, decretos y medidas que to- | #! dialecto consciente ma normalmente el Estado, aun- | mente. Es decir, si nos que hay ejemplos en el mundo | Propenemos algin ob- en los que estas iniciativas pue- | !N02 seanzaty ull zamos los coneci den llevarla adelante particula- | frientos lingoisticos res, en relacién con el 0 los dia- | para defn ios medios lectos presentes en su territorio | Sdecuados al fin que y con la ensefanza de la o las | nos proponemos. lenguas oficiales 0 reconocidas, en particular el reconocimiento de una o mas len- guas nacionales. Los paises pueden definirse, independiente- mente de la cantidad de dialectos presentes en su territorio, como monolingiies (Chile, Pert, Italia), bilingues (Canada), trilingies ——————— (Suiza) o multilingies (India). En | En América Hispana todos los ejemplos que hemos | cada Nacién hizo de la mencionado quedan dialectos | Unidad lingiistica una sin oficializar e ignorados. eerie en eon ie unidad nacional, y se _Obviamente la o las lenguas | utize para ello el es estandares reconocidas son las | pafol lenguas de la administracion 97 central o regional y las de la educacién oficial. Ob- viamente también en los paises de América Latina Ja presencia de una lengua oficial fue tomada como politica de unidad y confirmacién nacional, frente a dialectos no europeos preexistentes a la coloniza- cion u otros dialectos europeos 0 asidticos resulta- do de las oleadas de inmigracién del siglo pasado y elactual. La implementacién de una politica lingiifstica implica la adopcién de normas del buen escribir y el buen decir. Implica la eleccién de formas correc- tas frente a las definidas como incorrectas e impli- ca un esfuerzo desesperado para evitar el cambio linguistico. El lema de la Real Acade- mia Espafiola (RAE) es “Limpia, | [ist ° s! belive de fija y da esplendor”, no preten- | 004 sramétca norma demos entrar en una polémica eS sobre el significado del primer y tercer términos, pero el “fija” esta destinado obviamente a evitar el cambio, la variacién a través del tiempo o por la in- fluencia o “contaminacién” de otros dialectos. En 1492 aparece la primera gramatica normativa de la len- gua castellana, que su autor, Nebrija, obsequia a los Reyes Catélicos para que consoliden su poder frente a pueblos no castellanos de la Peninsula, quienes de- berian aprenderlo, y para que pasase a ser la len- gua oficial de una Corte que atin vacilaba con ver- siones tardias del latin e incluso otros dialectos pe- ninsulares. Fecha de edicién de la primera gramdtica cas tellana. 58 Don Andrés Bello, desde América y mientras polemizaba con Sarmiento, quien pretendia una lengua diferente, “indepen- diente” de las peninsulares, ade- ——! mas de otros importantes textos tedricos, escribe su Gramdatica, en la que califica como vulgares, también por provenir de algun proceso de contami- naci6n, a formas existentes en diferentes paises de América y en regiones de Espaiia. Vemos que las gramaticas normativas, expresién de una | Ef oltos trabajos, An- politica lingiiistica, al ser adopta- | "5 Bello sostiene po- siciones aparentemen- das por el Estado, rechazan lo | fee sbovertomen extranjero (son nacionales, en | poner la posibiidad de este sentido) y rechazan lo vul- | incorporar neologis- gar; en este sentido son también | mos clasistas o elitistas. [cea ee Criticar a la RAE es muy comin hoy en Améri- ca Latina, quizd justificado por una actitud excesi- vamente conservadora de la RAE en el pasado, Cuesta comprender por qué deberiamos aceptar normas que muchos de los ha- blantes consideran absurdas, an- | En América Latina el tiguas y que no reflejan “su” | concepto de lo nacio- realidad dialectal. Al mismo | nal, enlo que a poltica tiempo muy pocos hablantes | dialectal se refiere, sig consideran que no debe aplicar- | nificé la proscripcion se ninguna norma, porque de lo de lo autéctono. contrario podria “degenerarse” 0 “contaminarse” nuestra lengua nacional. De este modo una politica lingiiistica implica normalmente cambios para que no haya mas cambios. Sarmiento pretendia independencia pollti- ca y lingiistica de Es- pafia, La situacién existente hoy en América Hispa- fa, con Academias Nacionales de la Lengua que, cuando existen y actiian, legislan respetando, aun- que modificando parcialmente a la RAE, es una unidad lingtifstica realmente notable, respetable e interesante. Con todas nuestras 5 diferencias, entre hablantes de | No ¢s sil entender, espafiol, sobre todo si han sido | Po" slemPlo. a un carr CO | bef, aunque sea més escolarizados, la comunicacion | a1 rerio. sin pasarla por traduccién es no solo posible, sino también facil y sencillisima cuan- do utilizamos el cédigo lectoescrito. La lingtiistica estudia el lenguaje; el trabajo de un lingiiista debe ser juzgado por su calidad cienti- fica; una politica lingitistica, en cambio, es politica, y como tal se | Pocas veces, cuando Ja juzga de acuerdo con sus re- | se discute sobre nor- sultados, y con el acuerdo que | ™as y politicas lin- cada uno de los hablantes tenga | 94/sticas, se presta con esos resultados, indepen- | *encién @ las cferen- dientemente de la calidad de los | tee.s1ey onl ton conocimientos lingliisticos de | isnuo gol sonose, quienes la impulsen y apliquen. | t95 en sdlo uno de Lo que queremos significar | ells. es que una politica lingiiistica no puede ser juzgada solo cien- ; tificamente: en Espaia, desde la | fn Amétia Latina har reinstauracion de la democracia | POm0S espafel, en Espafa ademas de es- parlamentaria, se han desarro- | rho ce habla cola. ado politicas que defienden y | fin vasco, gallege promueven e imponen lenguas | etestera, nacionales antes proscriptas y 60 semiolvidadas, como el catalan y el gallego, por ejemplo, haciéndolas obligatorias en la educacién elemental, media y, preferentemente, también en la educacin superior. Algunos afirman la conve- niencia de esta politica lingiiisti- | La unidad dialectal de ca, que toma en sus manos rei- | Hispanoamérica es vindicaciones nacionales y popu- | una decisién politica, lares largamente olvidadas; o- | asi como la ispersién tos pueden opinar que es lamen- | dialectal en Espana, table una diferenciacién dentro de un mapa que dominantemente es espafol-par- lante, lengua que constituye la segunda en el mun- do, considerada por el mimero de hablantes: no hay elementos lingilisticos que puedan apoyar una u otra posicién pues la toma de posiciones no pasa por una decision cientifica, sino politica, ya que no existen dialectos superiores o inferiores a otros. Responsabilidad de una politica lingiiistica Pareceria muy obvio afirmar que una politica lingtiistica es una responsabilidad politica de los organismos del Estado y/o de los representantes del pueblo, asi como una investigacién lingistica es responsa- bilidad de los investigadores y de las instancias académico-cientificas de evaluacién. Sin embargo esta obviedad se ha visto empafiada por discusio- nes intrascendentes, que circulaban alrededor de si La ejecucién de una politica dialectal no es responasabilidad del ciontiico. 61 el guarani, quechua, aymard o cataldn y gallego son auténticas lenguas, o distinguiendo artificialmente entre lengua y dialecto, Todas las lenguas natura- les son legitimamente objeto de estudio del lin- giiista; el reconocimiento de su caracter de “na- cional” depende de instancias no cientificas. Los investigadores deberian ser asesores de los orga- nismos y personas que estan en condiciones de to- mar decisiones, pero seria un rasgo de omnipoten- cia asignar a la lingiifstica la responsabilidad por dialectos olvidados, no reconocidos 0 perseguidos. Las politicas lingiifsticas existen por accion u omisién. No actuar es permitir que otros actiien. En nuestro pais, el Estado se limita teéricamente a la definicion del espafiol como tnica lengua nacional y ala supervision de los textos de estudio en los ni- veles primario y secundario. Sin embargo, aunque orga- 5 A nismos como el COMFER inter- | 128 Politicas linguis- vienen esporédicamente para | {i028 pueden ser defi- ; nidas por accién u definir qué formas son aptas pa- | 35 | ra el uso en radio y television, 0 el Ente de Calificacion Cinematografica para las pe- liculas que se exhibirdn en salas, son los particula- res los que definen muchas veces formas correctas @ incorrectas. En los medios masivos la inaccién del Estado hace que las politicas lingiiisti- cas sean definidas y ejecutadas sin acuerdo entre los miembros de la comunidad, y sin conoci- mientos especificos por responsables de areas comerciales u otras. ePor qué en las tele- novelas argentinas se usa el ti? 62 De hecho, los productores de television hasta intentan definir una lengua comin para Latinoamé- rica. Aunque aparezca muy obvio y redundante, in- sistiremos con que ni los organismos estatales ni las empresas de difusion cuentan, en general, con asesoramiento especializado 0, cuando efectiva- mente lo tienen, la incidencia de los asesores es minima y recortada. Tenemos una politica contradictoria que nor- ma sobre las tinicas formas correctas, dentro del sistema educativo elemental y medio, mientras per- mite otras para otro tipo de eventos comunicativos y otros niveles de educacién que también controla © supervisa. Para colmo, la normativa en las escue- Jas insiste muchas veces con formas en desuso, ex- trafias a docentes y alumnos: el resultado de esta politica erratica esta a la vista y no insistiremos con su descripcién. Insistimos, no obstante, en que la valoracion de estas politicas no sdlo no puede ser exclusiva- mente lingiiistica, sino que también pretender cambiarla individualmente desde el aula puede ser un imitil ejercicio de omnipotencia. 63 Formas consagradas Dijimos antes que normar es también intentar evitar el cambio lingiiistico, es decir, fi- jar, como dice la RAE. Si leemos el Esbozo de una Nueva Gramética Histéricamente, prime- 10 existieron los dialec- tos con sus formas y luego las gramaticas: considerado consagrado y “culto” las ha utilizado. La RAE y otros autores de gramaticas normativas tienen especial debilidad por la lengua escrita. En la edicion que estamos citando aparecen ejemplos tomados de autores latinoamericanos que en ediciones anteriores no estaban consagrados co- de la Lengua Espariola, editado por la Real Academia en 1973, veremos que para ejemplificar y confirmar sus afirmaciones, recurre a citas de "autores consa- grados". No son las formas normadas las que pre- ceden a los grandes autores 0 a los cambios en el dialecto: el proceso es inverso. Un autor consagrado o un cambio ya estableci- do (luego de algunos afios, quiza demasiados) es tomado por la RAE (los autores de textos, las edito- tiales) como formas habituales y dignas de ser fija- mo “cultos”. Tampoco los grandes y no tan “grandes” autores argenti- nos se han limitado al o los ma- nuales que estaban en uso en sus respectivos momentos de es- —tCuando se exten- derd y fijaré el uso que impuso Julio Cortazar de cronopio? colarizacién; no se han autolimi- tado necesariamente a formas elegidas por la RAE para ser fi- jadas. El uso del dialecto es siempre creativo; esta habilidad est4 en todos los hablantes, das, que deben ser repetidas y respetadas. Los autores de gramaticas posteriores a Nebrija no pudie- ron 0 debieron omitir formas presentes en Cervantes, por ejemplo, o las formas empleadas en América. La RAE admite for- mas e incluso puede legar a “recomendarlas”, cuando su uso no sélo esté muy difundido den- tro de una comunidad lingtiisti- ca de habla castellana, sino in- cluso cuando algtin poeta, cuen- tista, novelista o dramaturgo 64 Recordemos que la re- lacién entre significado y significante es arbi- traria; por eso es que es tan complejo el andlisis del cambio lin- guistico. En la actualidad un conjunto de estudios lexicogrdficos parecen mostrar una actitud menos conservadora de la RAE, Por ejemplo, los poetas co- nocidos como autores de letras de tango atin no son tomados como ejemplo ni de “limpieza”ni de “esplendor”. La mera aparicion de formas nuevas 0 desconoci- das no debe hacernos temer por la “pureza” de nuestro dialecto. Esta pureza, este “tesoro”, si se prefiere la expresion, esta acufiado para la fijacion y el cambio, como decia de Saussu- te, en la mente de cada uno de los hablantes de una comunidad, y resulta muy dificil que alguna gramatica pueda reflejar toda la riqueza de un dia- lecto y todos los cambios que estan en curso en un momento determinado. —Yo tengo abuela, 1 tiene nona y él, bobe. 65 Cambio en proceso y fijacién Contra lo afirmado en capi- tulos anteriores, no todos los cambios que estan en proceso, que podemos constatar en un —¢Podés apretar pau- se que voy a atender elteléfono? momento histérico determinado, deben finalizar fi- jados y/o reemplazando definitivamente formas an- teriores. En otras palabras, el hecho de que una for- ma sea mayoritariamente utilizada por hablantes menores de 20 afios, y su empleo sea menor a me- dida que la edad de los hablantes aumenta, no de- be interpretarse mecanicamente como que esa nueva forma, ese cambio terminaré imponiéndose. Son muchos los factores que pueden impedir que esto ocurra, porque el lenguaje, que no sélo esta asociado, sino que también forma parte de la vida de una comunidad, esta sujeto a todos los vaivenes y variables de la vida social: el éxito de una deter- minada politica lingiifstica, la aparicion de un nue- vo grupo innovador, el suzgimien- to de un nuevo grupo de presti- | —Jaimito, dime el au- gio, etc., pueden interferir en | montativo de orila distinta medida en los procesos | —Reoiila, sefo, que hoy detectamos como en curso. Veamos algunos de los factores que acele- tan, demoran, revierten o impiden un cambio lin- giiistico. 66 SEIN 3 ss een Cambio lingiitistico y grupo innovador Saussure ya nos habia hablado de los princi- Fios de mutabilidad e inmutabilidad del signo lingiiistico. Dado que el signo lingiiistico es arbitra- rio, como lo es la relacién entre significado y signi- ficante y la relacion entre signo y referente, resulta muy dificil planificar un cambio. Relacion arbitraria quiere decir aqui no motivada; y al no estar moti- vada el signo tiene gran inercia al cambio precisa- mente por no existir motivo para preferir una forma @ otra Pero, al mismo tiempo, precisamente por su no-motivacién, una vez que un cambio comienza su proceso, no existen modos racionales de impedirlo, de defender las formas més antiguas frente a las més nuevas. Dentro de las comunidades lingiiisticas, a lo largo de su his- | La movilidad social es toria, han existido grupos que | un importante factor de | lamamos innovadores porque | cambio dialectal, llevan adelante la responsabili- dad de un cambio, del reemplazo de unas formas Por otras. Esta tarea es a veces llevada en forma conscien- te, como por los autores roménticos (Echeverria, Marmol) en la Argentina, y otros, en forma incons- ciente. Solo para el primer caso podemos reservar el término de politica linguiistica. Dentro de los grupos innovadores mas comu- nes € identificables estan los que son producidos por una oleada migradora: nuevos hablantes for- man parte de la comunidad, y traen con ellos 67 formas de comunidades diferentes, como las que Hace 20 o 25 afios, era muy comin la utiliza- aportaron los hablantes de diferentes dialectos de cién del sufijo /-riola/ para indicar el negativo, para Italia y Espafia en América. negar lo afirmado por el morfema raiz. Por ejemplo: Otro caso muy comin esta dado por la ocupa- —

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