You are on page 1of 9
ais INTIMIDAD FISICA EN EL MATRIMONIO La ternura y el respeto —nunca el egoismo— deben ser los principios que rijan la relacién intima entre marido y mujer. —Presidente Howard W, Hunter ENSENANZAS SELECCIONADAS Pasaje de las Escrituras relacionado con el tema 1 Corintios 7:2-5 “pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido, “La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algain, tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oracién; y volved a juntaros en ‘uno, para que no os tiente Satands a causa de vues- tra incontinencia” La intimidad fisica es ordenada por Dios Presidente John Taylor “Existen muchos principios correctos que son parte inherente de nuestra naturaleza pero que se deben santificar. Dios dijo al hombre: ‘Tructificad y multipli- ‘aos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y sefioread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra’ (Génesis 1:28). Ahora bien, asociado con esa instruccién, fl ha puesto un deseo natural en la mujer por el hombre y en el hombre por la mujer, y existe entre los sexos un sentimiento de afecto, respeto y solidaridad, Lo trae- ‘mos al mundo, pero al igual que todo lo demas, debemos santificarlo. Esta mal ante los ojos de Dios la satisfacci6n ilicita de dichos sentimientos, lo cual con- duce a la muerte, mientras que por su lado, el ejercer apropiadamente esas funciones lleva a la vida, la feli- cidad y la exaltaci6n en este mundo y en el venidero. Lo mismo se aplica a un millar de cosas mas” (Gaspel Kingdom, pig. 61). Presidente Joseph F. Smith “La uni6n legitima de los sexos ha sido ordenada por ios y no tan s6lo como el tinico medio de perpetuar la raza, sino también para el desarrollo de las més ele- vadas aptitudes y los mas nobles rasgos de cardicter de la naturaleza humana, los cuales s6lo pueden asegu- rar el compaiierismo inspirado por el amor entre hombre y mujer” (Enseflanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith, pags. 169-170). Presidente Spencer W. Kimball “El destino de hombres y mujeres es unirse con el fin de establecer familias etemas. Las relaciones sexuales intimas estin bien y cuentan con el sello divino de aprobacién cuando éstas ocurren dentro de los lazos de! matrimonio legalmente contraido. La sexualidad en sino tiene nada impuro 0 degradante puesto que «5 por ese medio que los hombres y las mujeres se uunen en el proceso de creacién y en una expresion dle amor” (President Kimball Speaks Out, pig, 2). “El propésito principal de la unién del hombre y la mujer, del esposo y su esposa (y Gnicamente del esposo y su esposa), es traer hijos al mundo. El Sefior nunca consider6 en sus planes que la experiencia sexual fuese un mero juego o que sirviese simple- ‘mente para satisfacer las pasiones y la lujuria. No tenemos conocimiento de que el Sefior haya dado instrucciones de que la debida relacion sexual entre marido y mujer deba limitarse totalmente sélo ala procreacién, pero contamos con amplias evidencias, considerando el tiempo desde Adan hasta el presente, de que el Seftor tampoco ha dado plenas libertades para abusar de la relacion sexual” (Liahona, abril de 1976, pag. 3) Elder Parley P. Pratt “Nuestros afectos naturales fueron puestos en nues- tro interior por el Espiritu de Dios para un props sito sabio, y éstas son las fuerzas que motivan nuestra vida y felicidad; son el vineulo que une @ toda sociedad virtuosa y celestial; son la esencia de la caridad o del amor... Er Mararwonto Etrano; Mawwar Para EL Aumwo 216 INVIMIDAD FISICA EN EL MATRIMONIO “No existe principio mas puro y santo que el afecto que se ania en el seno de un hombre virtuoso por su compatiera “BI hecho es que Dios hizo al hombre, varén y hem- bra los cre6, y plant en su corazén esos sentimientos afectuosos cuyo objeto es el de cimentar su felicidad y union” (Writings of Parley Parker Pratt, pigs. 52-53). La intimidad fisica se debe expresar s6lo dentro del matrimonio Elder Boyd K. Packer ¥ se la cita que aparece en las paginas 217-221. Elder Dallin H. Oaks “A [Dios] Ie agrada la expresi6n de esos poderes pro- creadores, pero ha mandado que se confinen a la rela- cin matrimonial” (Liahona, enero de 1994, pag. 86). Elder Richard G. Scott “Toda intimidad sexual fuera de los lazos del matti- monio, 0 sea, todo contacto intencional con las par- tes sagradas ¢ intimas del cuerpo de otra persona, ya sea vestido o sin ropa, es un pecado y esta prohibido por Dios" (véase Liahona, enero de 1998, pag. 44). Los propésitos de la intimidad fisica Presidente Lorenzo Snow “Piensen en las promesas que a ustedes se les hacen en esa ceremonia tan hermosa y gloriosa mediante la cual se contrae el convenio matrimonial en el templo, Cuando dos Santos de los Ultimos Dias se unen en matrimonio, se pronuncian para ellos promesas con- cerientes a su posteridad, promesas que se cumplen de eternidad en eternidad, Se les promete que tendran el poder y derecho de gobernar, controlar y adminis- trar la salvacién, exaltacion y gloria a su posteridad por siempre jamas. Y en cuanto a la progenie que no puedan tener aqui, indudablemente podran tenerla ‘més allé porque habré oportunidades. ;Qué mis podrfa desear el hombre? jEl varén y la mujer en la otra vida, con cuerpos celestales, libres de enfermeda- des y dolencias, glorificados y més hermosos de lo que las palabras puedan describir, parados en medio de su posteridad, gobernandola y controlandola, administrando vida, exaltacion y gloria por siempre jamés!” (Teachings of Lorenzo Snow, pig. 138) Presidente Spencer W. Kimball “Tal como una flor, el amor de ustedes habra de ser cultivado y nutrido. Desarrollarin un gran amor y dependencia mutuos, pues el de ustedes es un amor divino, profundo, abundante y absoluto. No se trata de una asociacién mundana, equivocadamente la- ‘mada amor, basada mayormente en una atraccién fisca, Cuando un matrimonio se basa en ese tipo de relacién tinicamente, los cOnyuges terminan pot aburrirse el uno del otro. Entonces viene la ruptura yl divorcio, y surge una nueva y mas novedosa atraccién con otro matrimonio, que a su vez podré dlurar éinicamente hasta que de nuevo la relacién pierda et encanto de su frescura inicial. F1 amor del que habla el Senior no se basa Gnicamente en una atraccion fisica, sino también en una atracci6n espi- ritual. Se centra en la fe, la confianza y la compren- sin mutuas; es una vida de total reciprocidad; es ‘un compafterismo caracterizado pot los mismos ide- ales y normas, Consiste en el desprendimiento del cegoismo y en el sactifico del uno por el otro. Se caracteriza por Ia pureza de pensamientos y accio- nes y pot el ejercicio dela fe en Dios y en lo que fl ha diseriado para nosotros, También consist en la paternidad durante la vida terrenal, com miras hacia Ja divinidad y la creactn, tanto como hacia la paternidad de espiritus. Fs vasto, iimitado, con capacidad de abarcarlo todo, Se trata del tipo de amor que nunca se cansa ni desvanece, Vive y per dura en medio de Ia enfermedad y del dotor, en medio de la prosperidad y de la pobreza, del logro de grandes empresas y también de la decepeién, extendiéndose por el tiempo y la eternidad” (Faith Precedes the Miracle, pags. 130-131). El uso inapropiado de la intimidad fisica Presidente David 0. McKay “Ensefiemos a los jévenes que acuden a nosotros, en primer lugar a los hombres jévenes de la Iglesia, para que sepan que la mujer debe ser duefia y seiora de su propio cuerpo. El convenio matrimo- nial no le da al hombre el derecho de esclavizarla, abusar de ella o usarla con el fin de gratificar las pasiones de él. La ceremonia por la cual se contrae ‘matrimonio no da tal derecho” (en Conference Report, abril de 1952, pag. 86) Et MataiMonto Etrao: Mawwat Pana EL Avowso INTiMADAD FISICA EN EL MATRLMONIO 217 Presidente Spencer W. Kimball “Si no es natural, no lo hagan y punto, Eso es todo, Toda la vida familiar deberia colocatse en un pedestal alto de pureza y dignidad. Hay quienes sostienen que del otro lado de la puerta del dormitorio, todo vale, Jo cual no es verdad y no tiene aprobacién del Seftor” (Teachings of Spencer W. Kimball, pig. 312) “Junto con el apéstol Pedro, instamos a que ‘os abs- tengdis de los deseos carnales que batallan contra el alma’ (1 Pedro 2:11). No deben exponerse a la inde- cente pornografia ni a las otras aberraciones que corrompen Ia mente y el espititu. Tampoco deben, ‘manosear el cuetpo, ya sea el propio o el de otra per: sona, ni tener relaciones sexuales excepto dentro de los debidos vinculos conyugales. Esta terminante- mente prohibido por nuestro Creador en todo lugar ¥ en toda época, y nosotros lo reafirmamos. Incluso dentro del matrimonio puede haber algunos excesos y tergiversaciones. Ninguna autojustificaci6n al respecto podira conformar a un Padre Celestial desilusionado” {(véase Liahona, agosto de 1974, pag. 36). Presidente Howard W. Hunter “Byiten cualquier proceder dominante o indigno en Ja delicada ¢ intima relacién entre marido y mujer. Por motivo de que el matrimonio ha sido ordenado por Dios, la relaci6n intima entre marido y mujer es buena y honorable a los ojos de Dios. £1 ha mandado que sean una sola carne y que se multipliquen e hinchen la tierra (véase Moisés 2:28; 3:24), Ustedes deben amar a su esposa como Cristo amo a la Iglesia y se entregé a si mismo por ella (véase Efesios $:25-31). “La ternura y el respeto —nunca el egoismo— deben set los principios que rijan la relacion intima entre marido y mujer. Cada uno debe ser considerado y sensible para con las necesidades y los deseos del otro. Cualquier proceder tirdnico, indecente o desen- frenado en la relaci6n intima es condenado por el Seftor” (Liahona, enero de 1995, pag. $8) Elder Spencer W. Kimball “Aun cuando las relaciones sexuales pueden ser una parte importante y satisfactoria de la vida conyugal, debemos recordar que el objeto de la vida no es solamente [tener relaciones sexuales}. Ni aun el ‘matrimonio aprueba ciertas prcticas extremosas en Ia relacién sexual, A los santos de Efeso el apéstol Pablo aconsejé el decoro en el matrimonio: ‘Asi también los maridos deben amar a sus mujeres como sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, asi mismo se ama’ (Efesios 5:28). ¥ tal vez en esta cen- sura del Sefior se incluyen los pecados sexuales secretos en el matrimonio, cuando dijo: ‘...y {los} que no son [puros), y han dicho que son [puros), serdn [destruidos), dice Dios el Seftor’ (D. y C. 132:52)" (EI Milagro del Perdin, pags. 71~72), LA FUENTE DE VIDA flder Boyd K. Packer Del Quérum de los Doce Apéstoles ‘Things of the Soul, pags. 108-117 Comencemos desde un principio: “...los Dioses des- cendieron para organizar al hombre a su propia imagen, para formarlo a imagen de los Dioses, para formarlos varon y hembra, Y dijeron los Dioses: Los bendecizemos. Y los Dioses dijeron: Haremos que fructifiquen y se multipliquen, y Mlenen Ia tierra y la sojuzguen” (Abraham 4:27-28). De modo tal que el ciclo de la vida humana se inicié en la tierra cuando “...Adan conocié a su esposa, y de ella le nacieron hijos ¢ hijas, y empezaron a multiplicarse y a henchir la tierra. Y. los hijos e hijas de Adan empezaron a separarse de dos en dos en Ta tierra, y a cultivarla y a cuidar rebaftos; y también ellos engendraron hijos e hijas” (Moisés 5:2-3), El mandamiento no ha dejado de tener vigencia EI mandamiento de multiplicarse y henchir la tierra nunca ha dejado de tener vigencia, puesto que es esencial como parte del plan de redencién y es la fuente de la felicidad humana, Mas que por cual- quier otro medio, el ejercitar ese poder con justicia nos permite acercarnos a nuestro Padre en los cielos | y experimentar una plenitud de gozo, jincluso nos permite llegar a ser dioses! El poder de procrear no es una parte innecesaria del plan de felicidad; de hecho, es la clave misma del plan ‘A medida que el varén y la mujer se desarrotlan y maduran, el poder generador de vida surge dentro del cuerpo, facultando al hombre para convertirse en padie y a la mujer, en madre. Er Mararwonto Etrano; Mawwar Para EL Aumwo 218 INYIMIDAD FISICA EN EL MATRIMONIO Una constante de los seres humanos EI deseo de reproducirse es constante y sumamente fuerte en los seres humanos. Nuestra felicidad en la vida terrenal, nuestro gozo y nuestra exaltacin, dependen de como reaccionemos ante esos deseos fisicos que nos impulsan con persistencia, A medida que el poder de procrear madura durante las primeras etapas del periodo en que se desarro- Han el hombre y la mujer como tales, de manera natural brotan sentimientos muy personales que no se asemejan a ninguna otra experiencia fisica. Es relevante que el proceso mediante el cual se concibe vaya acompafiado de sentimientos de tal magnitud y atracci6n que impulsan al individuo a procurar experimentarlos en repetidas ocasiones, Lo ideal es que el proceso de reproduccién tenga sus raices en el romance. A pesar de que las costumbres no son iguales en todos lados, el romance florece con sentimientos propios de los cuentos clasicos, esos que se caracterizan por el entusiasmo, el anhelo y, a veces, el rechazo, Llegan los paseos a la luz de la luna, las rosas, las cartas y canciones de amor, la poesia, el tomarse de la mano y otras expresiones dignas de afecto entre ‘un jovencito y una jovencita. Para la pareja, el mundo deja de existit. Experimenta gozo al punto de que toda pareja enamorada est convencida de que no ha habido pareja desde Adan y Eva que sienta lo que ellos dos sienten. ‘También hay otras expresiones de romance que parecen ser muy discretas y calladas al punto de apa- rentar no tener gracia. No obstante, tales expresiones encierran un afecto tan profundo y un amor tan romantico que s6lo al madurar lo experimentaran los que estan locos de amor o andan en las nubes. El amor maduro Y si ustedes suponen que el entusiasmo del amor romantico entre jévenes es la expresin maxima de las posibilidades que emanan de las fuentes de vida, no han vivido lo suficiente como para experimentar Ia devocién y confortabilidad del amor duradero entre casados. Las parejas casadas son probadas por la tentacién, los malentendidos, Ia separacién, los problemas financieros, las crisis familiares, las enfer- medades, y al cursar esas pruebas su amor se forta- lece; el amor maduro goza de una felicidad que los recién casados ni siquiera logran imaginar. El amor verdadero requiere respeto mutuo y también que la pareja espere hasta el matrimonio para com- partir el afecto que libera los poderes sagrados de la fuente de la vida. Tal amor conlleva evitar encontrarse en situaciones que antes del matrimonio puedan causar que el deseo fisico pase a dominarlos. El cor- tejo es un perfodo para medir la integridad, la forta- leza moral y Ia dignidad. Asi que si alguien dice: Si me amas, me lo permitiras", esa persona evidencia una falta importante de cardcter, haciéndose mere- cedora de la siguiente respuesta: “Si realmente me amaras, jamas me pedirias caer en transgresion. Si entendieras el Evangelio, jno podrias hacerlo!” Elamor verdadero supone que s6lo tras haber prome- tido fideidad eterna y haber efectuado tna ceremo- nia legal ¢, Idealmente, haber recibido la ordenanza selladora en el templo, slo entonces se deben liberar Jos poderes de procreacién para expresar plenamente cl amor. fstos se deben compartir sola y dnicamente con la pareja con quien se est casado, El ser participe del proceso de reproduccién repre- senta una experiencia sin par en Ia vida, Cuando se llega a dicho proceso dignamente, combina los sen- timientos fisicos, emocionales y espirituales més altos y exquisitos que se asocian con la palabra amor, Tales sentimientos y la necesidad de toda la vida que se tienen el marido y la mujer sirven para unir a la pareja en un matrimonio en el que todos los atribu- tos de la masculinidad adulta se ven complementa- os por las virtudes inestimables de la mujer. Ese componente de la vida no tiene par ni compara- ci6n en toda la experiencia humana, Si se hacen y cumplen los convenios, durard por la eternidad: “porque en ella se confieren las llaves del santo sacerdocio, a fin de que recibdis honra y gloria” (D.y C. 124:34), “..y esta gloria seré una plenitud y continuaci6n de las simientes por siempre jamas" (0. y C.132:19). Sin embargo, el amor romantico no es el todo sino que es un preludio, ya que el amor se nutre con la Tegada de los hijos, quienes provienen de esa fuente de vida y se confian a las parejas en matrimonio, La concepcién ocurre en la unién matrimonial entre ‘marido y mujer, causando que un diminuto cuer Cito comience a formarse tras un proceso de magnifica complejidad. Mediante el milagro del nacimiento, sale a la luz un nifio creado a la imagen de sus padres terrenales, con la capacidad de ver y oft y percibir por medio de los sentidos fisicos. Dentro de su cuerpo terrenal, el nifto tiene un espiritu capaz Et MataiMonto Etrao: Mawwat Pana EL Avowso INTIADAD FISICA EN EL MATRIMOSIO 219 de sentir y percibir lo espiritual. El poder de engen- rar hijos e hijas a su propia imagen yace latente en €l cuerpo mortal del nifio. 1 espiritu y el cuerpo son el alma del hombre” (D. y C. 88:15); por tanto, para lograr la felicidad se deben obedecer leyes espirituales y leyes fisicas. Las leyes morales y las naturales Existen leyes etemas, entre las que se incluyen las leyes referentes a este poder de dar vida, “irrevoca blemente [decretadas} en el cielo antes de la funda- ion de este mundo, sobre {las cuales} todas las bendiciones se basan” (D. y C. 130:20). Existen leyes espirituales que definen las normas morales para la humanidad (véase TJS Romanos 7:14-15; 2 Nefi 2:5; D. y C. 29:34; D. y C. 134:6). Existen convenios que atan, sellan, protegen y prometen, bendiciones eternas, asi como también existen leyes fisicas o naturales que rigen Ta atraccién que impulsa a reproducirse, el amor a los hijos e hijas y el instinto que leva a protegerios, No matards Cada vez que se cumple con los requisitosfisicos, ocurze la concepcién, ya sea dentro o fuera del matrimonio. Una ver concebida, destrair la vida ue se forma como resultado, ast sea antes del naci- miento, ¢s una transgresi6n grave, a menos quc la concepcisn haya ocurrido como resultado de una violacién, que la vida de la madre peligre o que se certfique que el nino por nacer no lograra sobrev vir. No sabemos en qué momento el espiritu entra al cucepo, pero lo que si sabemos es que la vida, en cualquier forma, es preciada, y que si bien se nos ha dado el poder y'el mandamiento de generar vida, no tenemos el derecho de destruirla “porque el Seftor. lo ha prohibido en todas las cosas, desde el principio del hombre” (Eter 8:19). EI mandamiento que se dio en el Sinat ha sido nuevamente expre- sado en esta dispensacion: “No matards” (Exodo 20:13; véase también 2 Nefi 9:35), “...ni harés nin- guna cosa semejante” (D. ¥ C. 59:6). Se debe controlar Las leyes eternas del Evangelio de Jesuctisto no pro- hhiben que respondamos a los instintos naturales que Dios nos ha dado para reproducimos. Alma aconsejé a su hijo Shiblon con estas palabras: “. .procura también refrenar todas tus pasiones para que estés leno de amor” (Alma 38:12). Fl freno sirve para guiar y dirigir. Nuestra pasién se debe controlar, pero no mediante el exterminio, como si se tratara de una plaga de insectos, ni mediante la erradicaci6n, como si se tratara de una enfermedad. Se debe controlar del mismo modo que se controla la electricidad con el fin de generar energia y vida. Cuando se usa de manera legitima, el poder de pro- crear bendice y santifica (véase Joseph F. Smith, Doctrina del Evangelio, pags. 302-303). El Evangelio nos indica cuando y con quién se pue- den compartir sin peligro estos poderes sagrados. Al igual que con todo, las Escrituras no detallan en tuna pagina tras otra cada posible aplicacién de la ley de la vida, sino que esbozan términos generales, para que nos quede a nosotros Ia libertad de aplicar los principios del Evangelio segiin la infinita varie- dad de situaciones en la vida. Tenemos la libertad de ignorar los consejos y los mandamientos que aparecen en las Escrituras, pero cuando las revelaciones se expresan de manera terminante —como cuando dicen “no ards tal cosa"— nos conviene prestar atenci6n, Al obedecer, podemos gozar de estos poderes dadores de vida dentro del convenio del matrimo- nio, ¥ como resultado, surgiran de nuestras fuen- tes de vida nuestros hijos, jnuestra familia! El amor que existe entre marido y mujer puede ser constante y darles realizacion y alegria por todos sus dias de vida, Somos hijos de Dios No se ha revelado ideal mas sublime que la verdad divina de que somos hijos de Dios, y que somos diferentes, por virtud de nuestra creacién, de todas las demas criaturas vivientes (véase Moisés 6:8-10, 22, 59). Las Escrituras ensefian que “No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otza la de las bestias..." (1 Corintios 15:39) Los hombres y las mujeres comparten una respon- sabilidad Gnica al engendrar vida, Las Escrituras, nos dicen que "....0s hombres son suficientemente instruidos para discemnir el bien del mal; y la ley es dada a los hombres” (2 Nefi 2:5). Como seres inteli- ggentes que somos, se nos tiene por responsables de nuestras acciones, incluso de nuestros pensamien- tos (véase Alma 12:14), Los animales pertenecientes al reino animal se acercan por temporadas al ser compelidos por el instinto reproductor. Una vez que la hembra Er Mararwonto Etrano; Mawwar Para EL Aumwo 220 INVIMIDAD FISICA EN EL MAZRIMONIO queda prefiada, la pareja se separa, por lo general dejando a la madre sola en lo que atafie a proteger y nutrir a su progenie., Tal es la manera de proce- der de los animales, pero no de los humanos. La vida familiar entre los animales es muy inusual, y en la mayoria de los casos es de caracter temporal. Con muy pocas excepciones, como ocurre entre las aves, el vinculo entre los progenitores animales es pasajero; entre los progenitores y su progenie, casi inexistente, A los animales no se los puede atener a las mismas normas por las que se juzgara a los seres humanos puesto que aquéllos se rigen por las leyes fisicas de la naturaleza. Por lo general son promiscuos cuando responden a sus instintos de reproduceién, aunque sus ritos de apareamiento estan establecidos y tiene limites precisos. Por ejemplo, los animales no se aparean con su propio sexo para satisfacer sus ins- tintos de acoplamiento. Ni tampoco expresan esos instintos violando a su propia progenie. Los hijos de Dios se pueden entregar intencional- ‘mente a su naturaleza carnal y, aparentemente sin, remordimiento alguno, desafiar las leyes de la mora- lidad y degradarse a si mismos a un nivel mas bajo que los animales. El tentador Las tentaciones son omnipresentes en. la vida terrenal, El adversario tiene celos de todos los que tienen el poder de procrear. £1 no puede engendrar vida: es impotente. El, asi como todos aquellos que lo siguieron, fueron expulsados y perdieron el derecho de ‘tener un cuerpo mortal, por lo que él, si se le permite, se apoderara del cuerpo de ustedes y regird el uso que le dan. Sus angeles incluso implo- raron poder habitar los cuerpos de los cerdos (véase Mateo 8:31). £1 conoce el excelso valor de nuestro poder de procteacién y desea gobernar celosamente alos que lo poscen. ¥, segtin la revelacién, lo que él quiere “es que todos los hombres sean miserables como él” (2 Nefi 2:27). Si puede, él los tentara a ustedes para que degraden, corrompan y, si es posi- ble, destruyan el don por el cual podemos, si somos. dignos, tener progenie (véase D. y C. 132:28-31). La obsesion La répida y extensa deterioracién de los valores mora- les se caracteriza por una preocupacién —incluso El saber que somos hijos de Dios es tener conocimiento de una verdad que refine e incluso exalta. una obsesién— con el acto procreativo. La abstinen- ia antes del matrimonio y la fidelidad dentro de él se ridiculizan abiertamente; el matrimonio y la ppaternidad se ridiculizan como algo opresivo e inne- cesario, El recato, una virtud de personas o sociedades refinadas, practicamente ha dejado de existit. En To que se refiere a las figuras que los j6venes tie- nen para emular —politicos, atletas, artistas— la moralidad ha dejado de ser una medida de caracter, Cada vez con menos excepciones, lo que vemos, leemos y oimos tiene como tema principal el acto sexual. Cualquier tipo de censura es tildada de ser una violaci6n a a libertad del individuo. Lo que deberia ser absolutamente privado se expone y se representa abiertamente, mientras que, cada vez con ‘mayor frecuencia, en las sombras hay drogas, por: nografia, perversion, infidelidad, aborto y el pecado mas horripilante de todos: el incesto y el abuso sexual. A todo esto se suma ahora una peste que, al igual que una plaga biblica, amenaza a las razas humanas, ¢ incluso, a toda la humanidad. ‘Todas estas filosofias convergen ahora con un ele- mento en comin: ya sea implicita o explicitamente, todas rechazan a Dios como nuestro creador, Padre y regidor. EI saber que somos hijos de Dios es tener conocimiento de una verdad que refine e incluso exalta. Por su parte, ninguna idea ha destruido més Ta feli- cidad, ninguna filosofia ha ocasionado més dolor, mas afliccién y més dafio; ninguna idea ha hecho més por des- ‘ruir la familia que la idea que no somos progenie de Dios, sélo animales avanzados, De esa idea sale la percepci6n bastante clara de que estamos compelidos a ceder a todo deseo carnal, estando sujetos solo a la ley fisica y no a la moral, La teorfa de que el hombre viene del animal ha sido diseminada Io suficiente como para que se la consi- dere correcta debido a su aceptacion general. Por causa de que parece ofrecer explicaciones logicas a algunas cosas, se ensefia mucho y se suele aceptar como la respuesta al misterio de la vida. ‘Sé que hay dos versiones sobre el tema, pero no es lo mismo examinar la teoria ajustindose a normas puramente intelectuales 0 académicas que exami- narla ajustandose a normas morales, espirituales © doctrinales. Et MataiMonto Etrao: Mawwat Pana EL Avowso

You might also like