cristiana del mundo la Ilevé a apoyar la causa de las cruzadas. No
podia aceptar una variedad de convicciones religiosas. Catalina
hizo pol{tica desde su compromiso religioso. No separaba la po-
Iitica de la fe cristiana. Y el cristianismo, tal como ella lo enten-
dia, era incompatible con la existencia de diferentes religiones.
Asf que hizo un llamamiento al santo passaggio, el viaje sagrado a
Tierra Santa. Aunque, en realidad, nunca justificé esta idea con
argumentos. No le hacia falta: simplemente estaba convencida
de que la guerra contra los «infieles» era legftima en cualquier
caso. En su opinién, la Tierra Santa pertenecia a los cristianos y
no a los «perros infieles», como ella lo expresaba. Precisamente
esto nos muestra nuevamente cémo funcionaba el pensamiento
de Catalina: recibfa imagenes que interpretaba como visiones; lefa
la Biblia al pie de la letra, o mejor dicho, de la imagen. No anali-
zaba estas imagenes. No dudaba de su veracidad, de si eran
unfvocas. Sélo conocfa una perspectiva, slo una mirada al mun-
do. Nunca observaba una cosa desde distintos 4ngulos. Eso es lo
que la hacia convincente para la mayorfa, aunque también conte-
nfa la posibilidad de error. Catalina extrafa su riqueza de ideas de
la contemplacién directa. Desarrollé su filosofia lejos de sopesar
pros y contras de un asunto. Lo que pensaba, lo pensaba de for-
ma absoluta.
Catalina de Siena murié en Roma a la edad de 33 afios de
«consuncién», es decir, de tuberculosis. En el afio 1461 la hicie-
ron santa. En 1970 fue declarada doctora de la Iglesia y en 1999
copatrona de Europa.
Eludid las conversaciones ociosas y ligeras. Mostrad un ca-
r4cter maduro al hablar y en todo comportamiento. Deste-
rrad el excesivo cuidado hacia vos y todo temor servil. Pues la
amada Iglesia no necesita gente asf, sino aquellos que saben
ser duros consigo mismos y piadosos hacia ella.
CATALINA DE SIENA, Cartas
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