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2 éQué es esa cosa Hamada motivacion? Juan Antonio Huertas Nuestra intencién a Jo largo de este capitulo es aden 8 en lo que hoy dia la psicologfa dice respecto al fené- meno motivacional, Las ideas que vamos a exponer van aes lar necesariamente sesgadas desde el punto de vista del autor Si partimos de ta base de que no hay hechos ni teorfas new tu gan a acabar tomando particlo. Desde esta posicién vamos en- tonees a intentar dar sentido 2 los datos y explicaciones que se han dado a estos factores afectivo-motivacionales que con forman el otto universo de lo psiquico en el ser humano, Quiz merezea Ia @ pensar en qué hay deers de este lugar comin que relacie na las procesos afectivos motivacionales con un universo dis tinto de los procesos cognitivos. En principio, en el trasfondo de esta idea hay tocla wna tradicién tan vieja como viejo es oc cidente. Recordemos que para los griegos clisicos, esos que ya dijeron todo to que fundamentalmente se debia decir de las cosas y de las gemtes, la pygue estaba constituida por dis Untos érdenes de funciones. Ast, el mous era el encargado de conocer las cosas como son, a realidad y la verdad, y la orexis les en ciencia, nuestro deber y nuestra coherencia nos obli- 2 que, para empezar, nos parcunDs 6 de entender y de vérselas con todo To que ti tenia la fan viese relacién con los deseos, en donde el Jiymas reguilaba la dindmica de esos deseos. Curiosamente, los deseos se impo- nian a los hombres; todos los héroes miticos se veian empujar dos a querer ya buscar metas que se les sobreponian, que les tapaban la raz6n; formaban fos deseos una especie de pasién arrebatadora y controladora. Desde ése momento, cn nuestro abundo se impuso ta dicotomizacién del ser entre razén y pa- sin. Cada teoria del hombre tomiaba partido al respecto, una rindo- veces cargando las tintas en uta verticnte, otras equilib las y, en algunos casos, olvicando o reptdiando a una de elfas. Si recapitulamos, tendremos que reconocer que, por lo las tearias que en nuestro mundo occ general, han sido m: dental se han decantado por el predominio de la razén que to es claro en psicologia, aun por la fuerza de lo oréetico. que hay que reconocer que hubo momentos en donde el pa pet de lo afectivo en In explicacién de] comportamiento hu- mano tnvo su lugar, y no nos estamos refitiendo sélo al psi- coandlisis; acabamos de revisar en el capfeulo anterior algue nas de esas otras lineas teéricas “En cualquier caso, si nos centramos en los momentos mds recientes de nuestra disciplina, es obvio que la psicologia actual ha seguido prefiriendo supeditar lo afeetivo a to cogni- tivo. Afortunadamente, el absolutismo cognitivista es un pe- Figdo o una fiebre, como se quiera, que parece que est pa- sando. En estos iiltimos aiios hay un claro aumento de obras, y.de trabajos sobre Ia motivacién y la emocidn, considerados: ambos de forma auténoma; en los congresos de psicologia, inn las librerias y en las clases vuelve a haber un hueco para Bstos temas, Nuestro interés no es muy radical y rupturista; 1no queremos reivindicar una independencia ontologica y fun- cinal de los procesos orécticos, como por ejemplo defiende tenazmente Zajonc con su teorfa sobre el procesamiento afec- tivo; aspiramos, mas bien, a una consideracién integrada de €508 dos d:denes de process psicolégicos. Esto sigaifica, 10 obstante, cue es necesario dar carta de naturaleza a las fun- clones afectivas, considerar que no siempre tienen que estar colonizadas por lo cognitivo-racional, significa, en suma, que Ja actuacién del individuo se explica por deterniinantes socia- les, cognitivos y afectivo-motivacionales, con sus reglas y sus peculiaridades cada uno. Este serd ef afin que palpite detrs del texto; quizd no lo consigamos, pera alld vamos. 1. Los determinantes de la accién Antes que nada es conveniente seftalar que In idea ex. tendida comtinmente, intramuras y extramuros de la ciencin, de que hablar de motivacién es referimos a aquel proceso que explica el porqué de la accidn humana, es una idea ina- decunda, Las razones que determinan uma accidn no son s6- Jo motivacionales, hay otras causas: lo que sabemos hacer, 10 que nos dejan hacer, Jo ‘que nos obligan a hacer son también causas y origenes de nuestro comportamiento. Pongamos un ejemplo cercano a muchos lectores: Cus les son las razones que explican las acciones que se llevan a cabo al preparar un examen? Segitro que se nos agolpan en os deter 5 A saber, nuestro interés en ia materia, el tempo disponible, tos medios bibliograficos con que contamas, nuestros conocimientos y destrezas adquiri- das, las nornias del profesor, el tipo de evaluacién impuesta Por éste, ete, Pues bien, préicticamente s6lo la primera es pro- piamente motivacional Ja cabeza va Come todos sabemos, con tan sélo querer no se desar rrolla una accién. Hay razones no personales que pueden jus ficar ciertas actividades, razones que estén en la situacién concreta en donde se realiza la accién: en las condiciones fi 6s Mot sieasy sociales det entorno concreto, Detengenonos pres un en la fuerza causal del entorno social, Las drdenes, personas pueden estar poco mis las restricciones, los habitos de ot * en el origen de nuestre comportamiento, Muchos nos queda- nes r joe adquiere un maravillados ante el poder de control que ad mos maravillados P ihe hipnotizador ante otra persona, pero, deudntas veces ¢ in sometidos a otras personas de Ja misma manera, sin estar hip. Kas veces hemds hecho Io que otro quer notizados?, écurin : mentales del wabajo écuuantas veces hemos sido sujetos experimentales a x de owe? ; Las otras yazones que explican una accién, las que no son motivacionales, no siempre estén fuera del sujeto, Tam: sminantes personales como las ereencias, bign hay otros de ; tos conacimientos y valores que resultan de In elaboracién Hs an el tipo de ac cognitiva de nuestra experiencia y que sesg: cin de cada uno. Para Finalizar este recuento del porqué de la accion, tan sélo sefialar otra evidencia: no basta con cono- cer, con creer, hay que saber usar esos saberes. Nuestras des- To que sabemos hacer, explican, trezas, nuestras habilidades obviainente, lo que al final hacemos. - 2 Hacia una definicién de trabajo de motivacién vacién? 2.1. 2Qué entendemos por motivacisn’ En todo este capitulo vams a intentar Hegar a un acuer- dlo a la hora de dibujar p perfilar una serie de fendmenos hu fananos que se nos escurren de tanto que se mucven. Esto es + fégico: queremos trabajar con Jo que constivaye el conponen: * (e energético del ser humano, lo que le empuja y le dirige, > go que no es tangible ni siempre evidente. Esta tarea fo vamos a plantear poco a poco, Primero queremos reespitula «algunas ideas generales sobre este concepto que nos perm tan un primer grado de acuerdo; después de este esboro, pre- tencemos dar al fenémeno mativacional més forma, perspec. tiva y colorido, Para emperar a pintar este cuadyo, a delimitar las prime: Tas lineas de su significado, sigamus un camino conocido, re. curramos a le autoridad mis relevante en materia de habla castellana: ft Real Acaclemia. En la tereera acepcin del térmie Ro motivadfa mos encontramos con una definicién elegante, sencilla y sosprendentemente apropiada a la hz de los conoc. mientos de la psicologia actual (una muestra mas de fa cerca nia entre psicologta popular y cientifica). Dice la Academia que motivacisn es un ensayo mental preparatovio de ta accién Pare animarse a ejecutarta con intents y diligencia. Solamente nos Bustarfa afladir dos aspectos mds que, aun estanclo implicitos enla definicién acad émica, creemos conveniente resaltac algo mis. El primero hace referencia a la necesidad de enfatizar gue la motivaci6n se entiende como un proceso psicolégico (no meramente cognitivo, Ia energia que proporciona la moti. vacidn tiene un alto componente afectivo, emocional) que de termina Ia planificacion y la actuacién del sujeto. El segundo & que slo se puede aplicar con propiedad y gusto el concep: {0 de motivacién cuando nos referimos al comportamiento humano que tiene alge grado de voluntariedad, et que se di- ‘ge hacia wii propésito personal mis 0 menos internalizaco, Conviene remarcar mis detenidamente In idea de que hablamos de un proceso psicolégico, de algo clindmico, mas que de un estado fijo. Como toda proceso lo conforman una serie de estadas 0 fases de caracter efelico que estin en con Eouo flujo, en crecimiento o en declive. Se incluyen en este Proceso motivacional todos aquellos factores cognitivas y afectivos que influyen en la eleccidn, iniciacién, direecién, imagnitud y calidad de una accién que persigue alcanzar un fin determinado. i Motivacién Por otra parte, podemos considerar que ese dinamismo _motivacional dentro del sujeto esti regulaco y graduado por tues dimensiones 0 coordenadas: + Aproximacién - evitacién: estudiar motivacisn no es sélo estudiar nuestros deseos o gustos apetecibles, sino tam bién aquellos que queremos evitar. El propésito, la meta es al ‘go mils 0 menos querido o mas o menos evitado, como se “quiera. As{ por ejemplo, el miedo al fracaso y Ia busqueda del éxito son dos polos de un continuo de motivacién hacia el lo- __ gro, Cuando tevisemos tos motives sociales, encontrarentos cjemplos suficientes de este continao. + Autorregulada (intrinseca) - Regulada externamen- te (extrinseca}: una accidn puede surgir de intereses 0 nece- sidades personales de cada indlividuo o puede estar mas 0 me: nos graduada por los dictados de la situaci6n en la que nos encontramos. Una materia académica se puede estudiar por que conecta con otros intereies muy personales © porque ast imimos que es un requisito impuesto para obtener otras cosas que queremos. Por la importancia que ha tenido en fa litera: tura esta dimensién y por las posibilidades aplicadas que fosln a desentrafiar esta dit anos a dedicar todo un n de internalidad en Ja motivacin humana. jal (autoatribuido): se- + Profundo (implicito) - Superfi _gin se trate de un proceso muy amptio, de una tenclencia ge rneral bésica, muchas veces no consciente © se trate de un plan es coneretos. A esta dimensién ~ “teamiento consciente de interes’ adelante en este ‘vamos a dedicar un apartado completo més mismo capftulo, por Jo que remitimos al lector a ese lugar ‘Antes de seguir, un par de advertencias. Estas dimen: racio- siones son meros criterios para ordenar el proceso motiv nal denir : eae iro de cada persona. No son criteries ontolégicos; su a es simplemente clatificar y oxganizar el complejo ba- illo de lo que se amalgama comi i paula Igama cominmente dentro del pte reser punto de vista, que se pueda entender fuera del mar idea en el que se da, que es el que lo origina y conforma, “A ann cémo se conforma el proceso mativacional dentro de le oe quico, siempre estard presente stad jue la actividad humana siempre en sociedad, i eo 2.2. Problema: 5 . ‘as para el andlisis y con ‘I y conceptualizacién de No vamos a fendi nes 2 ocular que estamos tratando wna serie de hese vor gue Son muy clusivos y que el investigador cusn- retende trabajar con ellos sie! ; 's siempre se encuentra con va ios problemas, Por citar algunos eee 2.21, iudntos motivos actiion en una persona? Anteun escenario cotidiano cone a sasdmerndiusl de motion meee oa ssi partipan en es ituacn. En tna ee tod potsones inpicadas acca segin los mismos intreues? Ade mes une tlsma persona en situaciones similares puede optar Bor ae pee eee distinsas, segin el momento, depen: cierto de una seri de circunstancis any fies de delim a or una asignatura en clase vari de un otro ‘ones diversas. Que nadie espere, por tanto, que sea facil determinar y definir todos Jos motivas implica, dos en una sccién; como dice a eanciSn, ni ls vento on te ‘70 ni siete los colores, ; aaae Motivaciin 6 6s 32 2.2.2, éCémo se combinan los motivos cuando actuamost, a wr una sola razén o por varios intereses? sean ea s ue resulta dificil dar con los esta. tr del proceso un proceso tan dindmico q) 7 dos impliaios y con sus eelaciones en cas din, Aqui hablaremos de distinta fases deniro pasa ‘motivacional, pero eso no quiere decir que sea cesarios ni facilmente discernibles. je .do en diferentes niveles? FE ctamos defen process mosscionalcvando 1 dainerne por una eavencia de acisn general Ds ceowl incor te (como busear afecto en Jos demds), que erés conereto cle cuando aetuamos ceterminados por un imerés conceeto ele comportarnos de una manera scedente, esta pre- ido voluntariamente par tina sitaein eatidiana? Sin que sir de pre gquinta tendrd alguna respuesta ms adelante. fa: équé procedimiento 2.2.4. Bl problema bisico de la psicologia: équé procedi deca nn par oes et coer ee iden tid de insets tan dic conouvaeios le un relato de una Is ares como un enestionario, el anti ve Rinna utorvegiteo, ete 7 Alun de Tos insarmentes ue Farigovamente ha construido la psicologia mide algo tan di i me fa orientacién motivacional ‘como ta energia, fa activacion y dar respuesta exace No espere elector que vayamnes¢ ds ere interrogantes; tan sélo pretendemos pro} ta 8 estos interrogantes; p a acién y modos de entender estos fendmenos, je ines ay quiera, se enfrente 2 estos que cada uno, segiin entiend: problemas. 2.3, Aspectos importantes de la accién motivada Resumamos, pnes, aun a riesgo de parecer machaco. nes, los principates rasgos distintivos de estos fenémenos mo- tivacionales: + Su cardcter activo y voluntario: | impulst, energetiza y no esti regu imposicién externa, la accién motivade lado al completo por una « Su persistencia en el tiempo: es algo que fluye, pero Gue permanece de alguna manera en el sujeto, e50 si, adap- téndose a cada cireunstancia, * Su vinculacién con necesidades adaptativas. En titi mo extremo su puesta en marcha persigue Ia consecucién de wun estado de mayor adaptacién y equilibrio. * La participacion de componentes afectivo-emocio- rales. En linea con lo que acabamos de decic en el aspecto anterior, Ia activacién motivacional suele estar cargada emo cionalmente; su objetivo es algo mas 0 menos querido o temi. do. Finalmente, una accidn es accién motivada cuando se dirige a una mets, ciando se realiza para elegir, ditigir y per- sistir en la consecucién de un objetivo, finalidad o propésito. 5. La aceidn voluntaria, la agencialidad humana y la causalidad personal Hemos mencionado hasta fa saciedad que cuando ha: blamos de accién motivada nos estamos refiriendo a algo que sunge de una cierta decisién interna. Recordemos que no he- mos descartado la influencia de otros determinantes no mo- vacionaies a la hora de explicar la accién humana; alli tie- nen su lugar las imposiciones y las habilidades, Vamos a in- Motivacisn ao » 2 2 9 > > > m Motivecién’» + dando su derecho a fa eutana tentar hacer abstraccién de éstos par es decantarse por los modetos te tentan en dar ala persona algtin gr Hace poco tiempo se podia leer en Ia Pi razones que daba par cia que mencionaba I do un paralitico noruego, alectado por generativa desde hacia y tun tetrapléjico espaol que Hlevat . Despu dinavo sus amargos avatares durante su ar qué cosas le habfan ayudado con una razén definitiva para Digante que, de rela du cexistencia. Decia: tiltimo esfuerza: que intonte crear algo por st pone en evidencia que la ex vumano es la de ser agente cate Este caso nos parece que periencia mis bisica del ser bi sa} de sus acciones, la de Tluchar por no verse fa si mismo. Se podria decir “-fuerzas externas considerado ala motivaci6n el motor ¥ individuo, la agencialidad humana es lo que accion voluntatia ten mas mover al individuo, esa energia. Cualquier nado octanajes cuanto mayor Sc, ms satisfecho estard, En la psicologt de distintas formas: causalidad perso a, El tern moderne creencias de control, etcéter en In obra d salidad, término gue en poco tiempo distintas versiones. Autores 6 Rotter, por ejemplo, lo adjetivaron ro siempre con un contenido comin, le Heider (1958) en su concepto de luge ‘a centrarnos en to basi: © co de la acci6n ditigida y orientada por un proceso mouvie cional. De alguna manera, buscar un lugar para Gricos del sujeto que se sus ado de intencionalidad. Ja motivacién rensa una noth ca seguir vivien! una enfermedad de: 50 aitos (el mal.de Bechterens), @ ha casi una déeada deman- gs de contar el escan- penosa enfermedad y fa salir adelante, con- encontrar sentido a stt aunque no crea en nada, haga wm mismo. arrastrado por que si hemos la energia psiquica del da el octanaje 2 dra un determi- e concepto se ba definido nal, autodeterminacion, no emperd a cristalizar wr de cau se fue extendiendo en ‘omo Bandura, Seligman, White de maneras diversas pe- Ja tendencia humana a prefefir ser agente de sus actos. Esta idea cris po concreio de la motivaci alias en el cam- pe conc de atasén cone tae de Dhar (1868 Ts print savin que todas een for ona conepio de custiad personal es ln gue me enn inporancin de ln expen personal rel de - mismo agente de la accién que, segim él, es algo ins que simplemente creer que se tiene control sobre ext ac cidn, No obstante, podemos entender In causalidad personal como. wn principio general Pi cin. Nosh moi espectlio: sigs gus eaten pes flere excoger st meclos para obtener un objetivo, feemead Es, porlo tanto, un adjetivo que sirve para ealifieare stoi experiencia humana Ht Tradicionalmente, DeCharms considera que los dif remtes grads posible de eaustidad personal se pueden oF ganizar en un continuo con dos polos extremos: : El origens en doncle se encontravfan las acciones mis genuinamente autodeterminadas, libres de ser percibidas co- mo impuestas. Se supone que cuando uno realiza un compor~ tamiento guiado por causas internas y bajo control per onal esa actividad tendlré, en principio, una carga afect Fait toria, ¢ €8 mids optimista, canfiado, se ncep Meee ne ee , Se acepta mejor el rien + El ped: 9] extremo contrario estarian las acciones quese consideran sujetas a merced de fuerzas externas, aque: ie pa sje se sen forzado a realizar. En ta medida en axe pein os qe le ue hacemos esté determinado y con- trlado por caussajenas a nosotros, ests aclones compo -gativos, se esté a la defensiva, indeciso, se evita €l riesgo; se esti, en definitiv phe en definitiva, desmotivado (DeCharms, I 2 Metivacisa Como emperamos a decir antes, este concepto de cav- peo ad no se constrife a un ter calidad personal 0 de agencinlidad no se conse a wn imino bisiosélo para e estudio de a motive oe idea dela pefrencia cel home por sents ovgen 66 ace se incluye en un maceo mss general de conside modelos paca in que la aceidn esté bajo ‘modelos psicoldgicos que suponen nied nt vados intencionales. Aquellos que defiende: qe acaién mis qve dirigida sélo por una suerte anodina see paler euernos, esté sobre todo, asada en determi deseos 0 compromisos de‘estimulos externos, © nantes personales como ercencias, morales. ; endo.a algo tan bisico, Si nos estamos refiriendo a alg aoe 10 extremo, # establecer y comproba Feil jamental para la estamos obliges on set @rn eer fet ps we 190, yen alguns eon Hen ics a cows neces ‘ologica que curmple la mision funda icolgica que cumple Ia misid rarks una necesidad p ea ge “! ental deimpulsay aser uname a domi i Soa eo anza esa sensacién de control, ést manera que cuando se ale eee Tihs yl pace Venmos scinriet algunoe teas ee aes etc (ee Fear, 1999) peng reeds ean de eli pn a ee fin qc dts cores ye stanley Rea aan die ésminonpveidosa cv aeabanos de titan el conse de costa peronal 0 aatdeter sreion estos tone a sensacion de que secon ys 8 Tash = ;6n. En viltimo extremo, le que se defiende ea foetal sion ol no es un sesgo de pensamiento mis, tendency sien y isibn. que tl ilusion de conte no es un ervor de apreciaciSn; es uni dle caricter adaptative que permite al sujeto efecutar de fy tna sauisactoria la mayoria de las acciones humanas. Ast pm ejemplo, s¢ ha visto que las itusiones positivas de control piv mueven uni estado de énimo més positivo, que favorece las 14 laciones sociales, o el trabajo creativo, eficuz y productivo. fy, esta linea, la ereencia en ciertas ca agencielid: Cu spacidlades cle contol ye lad amortigua la experiencia de estnés y sus efectos, tindlo wno cree que puede controlar algo de la situacién ex lresante se desenvuelve mejor, Por el contrario, la pérdida ch control inclina fa balanza a favor del desajuste, Ia clesorgani raci6n y parece que hasta predispone a la enfermedad y lu muerte, En este sentido, parece que existe una relacidn inver sa entre estrés incontrolable y respuesta inmunolégica, cs de cit, a mayor estrés, 0 lo que es lo mismo, menor control, me nor eapacidad de defensa det organismo, mas facil seria en. tonces sucumbir a enfermedades inmminolé; cincer, ete, Un tiltimo ejemy al lectora favor del igicas, como el plo ya para tratar de convencer | principio de agencialidad: sefialar que paw Fece que en el proceso de tratamiento psicol6gico pi Cuperacién de cierta estabilidad emacional y psfquica en tas Personas que han sufrido algiin acontecimiento dramitieo (violacida, accidentes, catastrofes n ara la re. aturales, ete.) juega un pa pel impertante la recuperacién de sensaciones positivas de control de las aeciones de a persona 4. Elementos y fases del proceso motivacional En lo que Hevamos de capituto hemos destacado repe- tidas veces que la motivacién humana debe entenderse como un proceso de activacién y orientacién dela accién, Como tal Proceso, debe contener una serie de estados o fases que inter- wienen en su actuacién. Vamos a destacar esas fases, por lo menos las que'nos parecen mis determinantes, Lo que no va- a Motivacién mos a ser capaces de hacer es de sefialar con precisién la es qructura y los modos en que se relacionan entre sf estos ele- ‘nentos; si no podemos configurar la secuencia de fases, es ‘que no sabemos construir ef diagrama de flujo exacto con to- dos los elementos y sus relaciones, ese que consigue plasmar, deteniéndoto, el movimiento de un proceso. Esa tebor se la dejamos a los grandes psicdlogos cognitivos. Nosotras nos Gquedimnos parafraseando al maestro Hericlito, y es que las ‘cosas que fluyen, cambian y siempre estan cambiando. 4.1. La interpretaci6n de la situacién, de los escenarios - que vivimos Como seitalaba el viejo maestro Brentano, todo proce: so intencional, y Ia motivacién claramente lo €s, s6lo iene sentido en el acto. BI conocimiento popular, no menos sabio, también mantiene que cada situacién, cada momento tiene su afin. Es decir, la motivacién tiene sentido y se debe compren- der y explicar teniendo como referencia constante Ia situa clon concreta en que se produce. En cada situacién la persona recibe ciertas sefiales de | activacién, ciertos indicadores, destaca unos estimulos sobre otros, percibe algunas demandas, conoce los incentivos que puede conseguir, etc. (McClelland, 1985). Como es Kicil de jmaginar, todos estos elementos implicitos en una situacidn iienen wna participacién determinante en el proceso moti * cional del sujeto. {Hablamos siempre de una situacién interpretada por et + sujeto més que de tun conocimiento y de una recepcién inme + dinta de la situacién, Gada persona interpreta, percibe cada contexto en virtud no sélo de las caracteristicas de ese entor ‘no, sino también del conocimiento, creencias y estilos del su- Jjeto que interpreta, conforme los ha aprehendido de su mun- do social. Tan dificiles somos que un escenario tan tipica mente atrayente, como una carrera ciclista, sabemos que hay algunos por ahi que lo evaltian como algo aburrido, odioso 0 ridiewlo. Convendrén, en este sentido, que la frase torera de ‘hay gente pa 16, nos indica que hay més de una forma de ver y de querer una situacién En definitiva, que el entorno no se Feconoce, sino que se construye interpretiindolo, y es que no Jo sabemos hacer de otro modo. 4.2. Los elementos motivacionales, el concepto de motivo y de meta Desde que Ia vieja tradicién de estudio motivacional de ta expectativawalor de Atkinson y McClelland se las tuvo que ver con las reticencias del imperio conductista-hulliano, una de las diferenciaciones ctisicas en el proceso motivacional es Ja distincién entre unas fases més propiamente motivaciona- Jes y otras mis cognitivas 0 volitivas. Sigamos nosotros esta distineiér, todavia admitida hoy dia (véanse por ejemplo, Kuhl, 1992; Heckhausen, 1991 0 Goliwitzer, 1990), y pasemos a comentar brevemente la primera de elas, ‘Tipicamente se entiende que en Ia fase motivacional ‘curren los procesos relacionados con la anticipacin de de 8€08, lo que cor nmente se entiende como el surgimiento de un motive y el planteamiento de metas. Centrarse en lo mo. tivacional significa enfatizar lo que se desea y su viabilidad: realizar una suerte de andlisis, mas 0 menos explicito, de los Pros y Contras de cada meta y le las expectativas de alcanzar- la, Conviene, por tanto, que intentemos agarrar de alguna manera dos de los términos centrales en esta fase motivacio- nal: el motivo y la meta. 8 § 2 El concepto de motive ‘Tenemos gue empezar per algo que nos result: + reconocer que delimitar el 1a especialmente di- concepto de motive es p érmino que continuam! fel y poco stsctst. Hs un ening ave conenan ee ‘onfuncde con los otros elementos que forman el pF fedcebat con el de meta, Ademds, hablar de nuestro ese tiyacional, especialmente algo que no tiene existencia, & no tiene sentido desgajedo fue: se incluye. Dicho de otro motivos significa aislar entender, por si mismo, qu a del esquema de secidn en que modo, a nosotros no nos gustar reificar mado en mitad de wn proceso, para algo que, como ra convertirlo cho, ¢s wn & emento suclto ¢ idealizaclo. se No obstnte, hay que admit que puede vesultar stil de- finir este concepto a efectos de fiucilitar el estudio de Ia mor acién humana. $i asfTo hacemos, creamos una categoria 165+ rica que engloba un conjunto de gustos pails con we rigs aspects comunes, que nos permite agrupar I variabilidad de las querencias humana a Gutados por este espirit, pragmsitico vamos a emp por definir os morivos deta manera gue mis nos gus YE recurriendo a esa copla que habla de fas coras del querer. ES tai, Gertamente; un motivo refiere a wn conjanto de paatas para ia accidn, emocionalmemte cargadas, que implica laae ieiperidn de una mein u objetivo preferida. En algun sent do. sco, como movimiento encrgico de be iposesidn 0 disfrute de wa cosa incjor sindximo, Las do-el término comin de des voluntad kacia et conocimiento, ecionario de Ix RAE), podria ser su vom acionados generarian las grandes agrupaciones de motivos rel i weer ; rales (véase capitulo 6), ¢0- ‘accién 0 motivos soci intentar ser eficaz en las igir de alguna manera el com portamiento de tos otros o 1a tend algin grado de reconocimiento afecth Jencia a buscar en los demas yo. Hablamos de ten- dencia porque un motivo nos mueve (aqui sf vale Ia redun danciaj a anticipar unas metas determinadas (ser eficae, gus- tar, iifuir). Esta tendeneia se ha formado y construido en la pers nalidad del individuo; no es algo estable ni permanen: te. Nuestros gustos varian, se forman y hasta se deforman, El concepto de meta Acabamos de decir que todo proceso motivacional tie: ne sentido porque siempre esta dirigido a una meta, a un pro posito areferido. Parece putes importante, en esta fiebre defi- nitoria que nos ha entrado, que intentemos dibujar con algiin detenitsiento este concepto, Esta ver definir qué es una meta no ¢5 rada dificil. Este coacepto dispone de muchos sinéni mos acertados y de conocimiento connin por todos los ha- biantes conceptos como los de propésito, objetivo, finalidad, estin en el mismo campo semintico del concepto cle meta. éQué es lo que conforma cada propésito concreto? Pues bien, una meta especifica no se define tan s6lo_a partir de los componentes del proceso motivacional, no queda con: cretaca s6lo con to que pueda establecer un determinado mo- tivo. Dirfamos que un deseo no conforma del toclo un props- sito; éste se ticne que enfrentar y pulir en relacién 2 otros componentes del escenario concreto en que se produce. Des- de luego ef establecimiento de una meta dependera, entre otras cosas, del signifiendo social que se atribuya a caa situa cidn, del valor que se le dé, de Ia dificultad que se perciba, de la complejidad de las acciones que conliew: ‘Veamos esto mismo con el ejemplo que usamos al prin- cipio del capitulo, Pongamonos en ei caso de un estudiante de una determinada asignatura: équé hard que se proponga estudiasia con ef aft de saber, de aprender més sobre la ma- teria?, o por el contrario, équé le Hevard a limitarse a buscar os medios para conseguir aprobar sin mas? Seguro que al satisfacerla, ete. n Motivneién ww eee > > > > > : > > : >» , , > , ) 6 Motivacin lector se le amontonan un conjunto de circunsiancias intervi- nientes a la hora de conformar uno u otto propdsito, Unos “hardn referencia a caracteristicas implicitas en el proceso mo tivacional: que conecte la asignatura con motives anteriores del individuo, que le permita cierto grado de autonomfa y de agencialidad a la hora de enfrentarse a la misma, o lo que es Jo mismo que no sea aburrida al estar tan dirigida por el pro- fesor, que despierte su ‘curiosidad, ete, Otras razones se esca “pardn al control voluntario del estudiante, como el grado de dificultad que €é el profesor a la asignatura, el valor social que suponga su dominio, el tipo de evaluacién que se Hleve a * cabo, etc, Todas estas razones estén interactuando en cada momento en el entorno de la asignatura, Sujeta a esta interre- lacién y a sus fluctuaciones, asf se conformard y variarén las metas de! estudiante, En definitiva, no se puede concebir la existencia de metas puras o aisladas. Seria entonces més co- rrecto hablar de las metas como si fuesen estados entrelaza- dos en perpetuo Flujo (Ortony, Clore y Collins, 1988). 43, El control cognitivo o consciente de la accién Para terminar con esta exposicién sobre los distintos as- péctos que intervienen en el proceso motivacional, es obliga _ do hacer mencién a todo un conjunto de procesos cognitivos que participan en la aétivacién humana dela accién, Elector puede encontrar mds adelante, en el capitulo 5, una mencién "més explicita de estos procesos de conciencia; aqui tan sélo vamos a perfilar y ubicar, aprovechando esta’ descripeién en conjunto que estamos haciendo de la motivacién. El control cognitive de la accién se encarga principal- mente dela planificacién del comportamiento, de establecer +» as acciones relevantes para conseguir lo deseado. Significa centrarse en el andlisis de la informacién referida ala meta clegida y en procurarse los medios para st consecucién. Mc chos autores (véase Kuhl, 1994) han denominado a los proce S08 implicados en esta fase procesos volitivos, recuperando asf el viejo concepto de Ia voluntad, tan propio de la psicolo- gia alemana, psicologia que destacaba In capacidad autorre- gulatoria de la conciencia. Dicho de un modo més velgar, to- dlos sabemos que hay cosas que no queremos, no porque no sean atractivas, sino porque consideramos que no sabemos Cémo conseguirlas. Todos los procesos que intervienen en la regulaci6n y planificacién de la acci6n se entenderian como Procesos volitivos. Aqui se incluirian factores come las creen. Clas, las expectativas, los estilos atribuutivos, los patrones de regulacion, etc., que veremos, como hemos anuneiado ya més adelante. 5. La oxganizacién jerarquica de Jos motivos Como deciamos al principio del capitulo, no todos es tos esquemas motivacionales tienen el mismo nivel de pro: fundidad ni el mismo tipo de concrecién. Nos referfamos a que una de las dimensiones que ordenarfa la motivacién hu- mana lo haria por criterios de generalidad 0 profundidad, desde lor motivos més bésicos a los més superficiales De es a manera se podria establecer una cierta jerarquia de patro- nes motivacionales. Por otra parte, considerarlos dentro de tuna estructura jerdrquica es itil en la medida en que permi- te Ja inclusién de motivos dispares en una dinica red de moti vos interrelacionados (Reeve, 1994). Desde ef principio de la investigacién en motivacién humana se hizo patente Ia ausencia de correlaci6n entre los resultados obtenidos con los dos principales procedimientos de medidas de los motivos: el andlisis de los relatos a través del TAT y los autoinformes. Se deca que mientras que el pri- Bo dimiento evaluaba algo que funcionaba como un subjetiva de una necesidad (lo- lidas de autoinforme tenfan mer proce! impulso, como la plasmaci6n s gro, afiliacién y poder), kas me ‘lor, con Ta descripein de ereencias acer aque ver més con el ¥ ii ca de metas desenbles conscientemente y con modelos p tados de accién. Esta diferencia m pa autores principales en esto de Ia motivacior ejemplo McClelland, De Charms, Vero, etc expresién de un nivel profundo, implicito, y owe més super” rumanos. Pasemos a deseribir jcial en los distintos motivos McClelland, 1992, prefiere llamar implicitos) de los més sue perficiales (llamados por estos autores avtoatribuidos). . Los ésquemas motivacionales profundos, muy estable- cidos ¢ internalizados en el sujeto, predisponen hacia metas @ imerpretaciones muy generales y bisicas. Unos los han Ils mado motivos directrices (D'Andrade, 1992), otros motivos implicit (McClelland, 1992) y otros solamente modyPs 50° ciales (Leontiey (1978). De cualquier manera, serfan el caso de los motivos que adjetivan y caracterizan nuestras intencio en Ia estructura social y culew etadolégica sirvié para que algunos mn humana (por ) creyesen ver la nes en las actividades basicas, ral del ser humano, al trabajar, al amar, al relacionarnos con otros, etcétera, Por ser tan basicos, estos patror den tener un funcionamiento poco consciente, en el sentido de poco premeditado o automatic, Las metas de alto nivel que contienen aexban formanda parte de la identidad de ca de entenderse a sf misma, en su mo- 1 (Quinn, 1992). Uno se vera ciertas actividades; ies motivacionales puc- da persona, son manera ral y en su consideracién general asi mis 0 menos eficaz € interesado por ciert ; asi consideraré sus preferencias afectivas, asf le gustard in- fluir en los dems en ciertas ocasiones, eteétera. predisposiciones o tendencias bs Un bonito ejemplo de motivos profundos lo encontra mos en el patrén basico de activacin que esconde el térmi- Ro safroano de alofa, que significa algo asi como sentir cari Ro por otro, ser afectivo con alguna persona, prestar atencién asus necesidades. Se dispara en ocasiones diversas, por ejém- plo cucndo uno ve @ un viejo cargado en un camino. Ast-es como conciben ellos lo ms parecido a lo que nosotras Harha- mos amir; no hay en esas culturas otro patron de amor dis- tinto a Ge. En estos patrones bésicos existe la posibilidad de consi- derar que surgen de dos origenes distintos pero que acaban en el desarrolio individual siendo complementarios, 0, mejor di- cho, que acaban findliéndose. Puede que alguno surja de unas as propias de la especie Que posterior mente el nitio cambia en el proceso de socializa- cién, El owe origen es sélo cultural y es el resultado de la in ternalizaci6n de las funciones y valores dominantes en el mun- do social que rodea a la persona. No vamos a aventurar més cosas scbre el importante tema de la génesis de Jos motivos, puesto que el préximo capitulo pivotard sobre este aspecto. En un nivel mas superficial se encontrarfan toda una serie de esquemas de accién que se refieven a metas mas con cretas, més determinadas por sitnaciones estindar, Serfa él caso de los guiones que formamos y activamos cuando nos someterios a determinadas acciones sociales tipieas, estudiar tun exanien concreto, ejecutar un trabajo especitice, conven. cor a otra persona, etcétera, Suelen proceder de un planteamiento més consciente de todo el proceso motivacional. Estas situaciones activarfan lun proceso que implica él uso consciente de motives, metas, expectativas, atvibiiciones, etc. En estos casos se nota espe- cialmente el papel de lo que lamabamos antes el control consciente de la acci6n, la forma de planificar Ia actuacién ha- ‘ 4 ( ‘ ‘ t { t ( ‘ t ‘ { ( t ( « t ‘ ( 4 ( 82 cia una meta. Por lo mismo, los motivos més superficales es campo de la afectividad humana se han generado términos —& i tin més afectados por el resultado de los anilisis cognitivos como emocién, motivos, metas, impulsas, necesidades, acti- que se hagan de las acciones anteriores, como son las atribu- ; snl es Halts de cea co eee at: : mos que la mayoria ciones y las expectativas. de Ins realidades que analiza la ciencia no Muchas veces estos patrones se organizan y estén diigi- Jas puede percibir el hombre con sus sentidos. Lo que hacen dios por los motives definidos desde el nivel més Profund, nla aorta dees ocasiones, los motives superficales sc + tivan por demandas explicitas de situaciones sociales. Ei, por Jo tanto, més influeneiados por las — exerms gue intervienen en Ia accion, por el rango de condiciones ds posibilidad que permite un entorno concrete, Es see + do planificamos, damos energiay orientamos una accién de " “ ymanera consciente y premeditada,esto es, cuando activamy uun motivo mas superficial, podemos hacerlo fijéndonos una meta que esti determinada por patrones basicos © que surge kas ciencias es crear metiforas que pretenden describir cmo son y eGmo funcionan sus objetos de estudio, forma teorias y construyen instrumentos metodol6gicos para dar forma e in- terpretar y manipular esos objetos, Cifidmonos al caso concreto que nos atafe: el estudio de la motivacién. Lo primero que debemos decir es que la motivacién no existe, por lo menos como realidad percepti va, €5 un constructo creado por unos cientificos. El lector, si le parece oportuno, puede hacer el siguiente ejercicio: bus. que @ la persona que tenga més cerca, mirela bien, escudriie dela aceptacién o clecci6n de! rango de posibles metas que son propias de una situacin social determinada, Nosotros su cabezs, hable con él, maniptilelo; si se deja, seguro que ha | brd observado que tiene boca, cejas, que habla, pero no ha- Hh, bra visto 0 palpado sus motives. Si alguien consigue localizar il nes planteamos como wn eto personal (snotivo profendo) + 9 porque nos interesa hacer Jo que creemos que es To que =scucién demands (que implica un andi y detersiacion “Ge meras més complejo y concreto). Al ser les rotons superfcnes depenctentes de wna inerpreteién detlinda de escenario de Ja accldn, en cava de conflieto entre mote de diferente nivel de profundidad, es més normal que sean os més superficiales tos que prevalezcan. ‘i ivacién en Ia 6. €Cémo se conforma y actiia la motivacién en. conciencia humana? é ae Te intere- La Gencia, para estudiar los fendmenos que le inte an, cree t&) que le sirvan para acotar, dividie y seriar san, crea términos . di ; Jos aspectos del fendmeno en cuestién. En esta linea, en el y dar con la forma, tamaiio y textura de un motivo de su ami- 82/0, que se ponga en contacto conmigo para correr a com nicérselo a la Academia sueca, que el premio es sustanciose. Cuando Ia ciencia erea conceptos descontextualizados, sin referencia directa a realidades sensibles, no estd realizando wana (area banal. Atendiendo a alguna demanda social crea mos algo til, lo detimitamos, intentamos darle apariencia de realidad, con una forma y una figura te6rica, disefiamos ins- trumentos para manipularlos e intentamos controlarias; todo ello, deciamos, para poder mejorar el conocimiento y la vida de los demas, Si creemos en Ia virwalidad de esta tarea de fice cién, una més en el teatro del mundo, entonces, como cual quier cientffico, debemos empezar por el diseito de la teorfa que nos permita ver y trabajar con el fenémeno, elaborar pues €l constructo de motivacién humana, acomodarlo a nuestro Motivacisn Motivacidin enfoque filoséfico de la ciencia, y explicar asf su funciona. miento, e6mo acta, se comporta y cambia. A eso vamos. 6.1. Del guién motivacional a su uso dramavingico Es tradicidn ya en la psicologfa que cuando considera. mos la estructura y funciones de un fenémeno psiquico que permanece de alguna manera en fi memoria, acabemos rece rriendo’a la nocién de esquema, Siguiendo la wadiciéa, de. erfamos considerar que los motives serian una simplificadas de simbolos en In memoria que recogen nues trog-deseos y propdsitos. Pero esto no es més que repetir el viejo modelo asociacionista que habluba de la existencia de ideas y pasiones en la mente que eran copias de las impresio jencia. Esta vision del ser as estructuras os y vivencias recogidas en In experi nes y viver . : ravios problemas: éeudit es el for- mato de esos simbolos?, écdmo son?, si son algoritmos 0 cua lor, éddnde para ¢) cédi- 1 ese recepti- mtro de humane tiene para nosotros ¥: sialgoritmos, programas de ordenador, go? si la mente es un saco de ideas, dnd es culo?, sobre todo cuando wuno sabe que lo que hay des la cabeza sélo es cerebro, tina marafa de neuronas. Probublemente el origen de nuestras reticencias a esta nstancia, en Ja posicion Slo- vision clisica radica, en altima séfico-existencial sobre lo psiquico que subyace a esta posttr va, Por ai algune no lo sabe, para construit un modelo cient fico, fo primero que debe hacer wn investigador responsable es tomar posicién sobre una determinada Filosofia de la cien- cia: el positivismo, el faneionatismo, el esencialismo, el histo ricismo, etc. son ejemplos de filosofias distintas. Pues bien, la visiGn ctisica de los esquemas presupone un modelo du lista de ser humano, una visién que no resueelve, salvo apelan do a posturas esencialistas, et problema de Ia relacién mente- cuerpo. Desde una postura mis monista y més material, no podenios crear un artefacto, como son los simbolos de ta mente, que s¢ alejen de Ia base bioldgica que sustenta todas las operaciones del hombre y lia mujer, del cerebro y sus ale- datos. Uno de los caminos, que a nuestro modo de ver puede significar un avance a Ia hora de postular una estructura bé- sica de las funciones psicotégicas dentro del aparato psiquiico ys en concreto, de Ids procesos afectivosmotivacionales, se en- cuentra en los postulados bisicos que sustentan muchas psi cologias actuales, como las de tradicisn sociohistérica o las del llamado grupo PDP (Procesamiexto Distribuido en Para lelo, grupo capitaneado por Rumelhaxt y McClelland). Con- viene advertir, ademds, que este modelo no es nuevo, se basa cen viejos postulados del fancionalismo, de la psicologia de la accién desarrotlada por gentes como Brentano, Dewey, Bar- ett, Vigotsky, etcetera No divaguemos més; independientemente de la pater- nidad de estas ideas, lo que aqui se defiende es que podria mos considerar gue los motivos tienen ta estructura de unos: esquemas 0 guiones de accién. Serfan algo asf como secuen- cas, guiones para actuar que instigarfan, orientarfan y darfan fuerva o energia hacia determinados objetivos 0 propésitos basicos; a unas metas. En dicha secuencia motivacional inter: vendirfan otros aspectos, ademas del propésito final o meta, como son los diversas arstomensajes que se da at sujeto, 1 atvibuciones 0 expectativas que genere, los obsticulos o ayu- das que surjan, ete. Hemos usado el término de guién a pro- pésito, porque creemos que fenoménicamente asi es como se presenta @ Ia concieneia humana. La nocién de guién aquf adoptada deriva de la ya vieja nocién de seript de Abelson (1969, 1981), Schank-y Abelson (1977). Los guiones son formaciones generates de conock miento que describen una secuencia de acciones 0 escenas apropiadas ¢ interconectadas, que se refieren @ una situaciéa, particular (par ejemplo, ir a un restaurante a comer)..Como » el resto de los esquemas, los guiones se conforman constan- temente cuando se usan, cuando se aplican a un contexto es: pecifico, = Aunque el guidn motivacional no tiene necesariamente Jas mismas connotaciones que el propuesto por Shank y Abel: + son (1977), sin embargo, sf tiene algunas semejanzas que son | relevantes para explicar parte det proceso motivacional. Los guiones motivacionales tendrian tema (por ejemplo, afilia- cidn, etc.) papeles tipicos (por ejemplo, hombre o mujer cna- “morada, etc.), condiciones iniiciales (se desea aleanzar una meta de intimidad), secuencias de escenas (planificacién de acciones, creencias, retroatimentaciones, obstéculos, etc.) ¥ tun conjunto de acciones dentro de cada escena. La meta de- terminard todo el guién motivacional, los deseos, el conjunto de acciones y de creencias se supeditard a esa meta anticipa- da (Locke, Shaw, Saari y Latham, 1981}. Todo ello modula la accién del sujeto y es decisive para dar més © menos energia ‘ala accién. Asi, puede decirse que los guiones motivaciona- “Jes incluyen distintas escenas en las que se especifican kas me- tas, las acciones, las creencias, los obstaculos, las ayudas, los afectos y los resultados. En fancidn de las caracteristicas de teste guion, las aeciones que se inchuyen en a escena seran s.mids fuertes o tendrin més 0 menos enengta. Estos guiones se construyen y validan en la comunica: + cin y en las situaciones cotidianas en las que se insertan. Son patrones que se organizan y aetivan en cada contexto concre- to y que, ademas, los eventos que fenoménicamente tienen en cuenta contienen una serie de deseos asociados, de metas, de ercencias, de estilos atributivos, de estados fisioldgicos, de re cuettios autobiogrificos que modulan esa accién. Su fuerza y su desarrollo depende de particularidades implicadas en ins- Moti tancias interpretativas de cada sittacién concreta; es decir del modo en que el sujeto entienda las demandas y posibili dads de una situacién concreta: tivacional, volviendo al dicho: ca tents dane pata al dicho: cada momento tiene sw afin En definitiva, estos guiones no existitian en ningiin si- tio de mente alguna, su existencia se cifie a su actuacion. De esta manera no se coneiben como estables, no quedan guar dacos intactos en el vig alimacén de Ia mente, en cada situn cién su funcionamiento y fuerza seria particular, cambian en cada uso, De esta forma, al estar en continua formacion, es tos guiones moti f males no tendrian forma estindar algu- ba, pos haber regulrdades en ancin Ge nengeer y dirigir Ia accién, pero en cada momento tendvian algo de genuino, Repetimos que son procesos de accién, no copias simbdlicas de objetos, su existencia es subsimbstica (ce uni- dades de acci6n comonewronas al estilo de lo que dicen el gr- po PDP), En la afortunada frase de Marinas (1996), son mara ‘has de neuronas en busca de un alma semintica (Ség. 111). En cualquier caso, estos esquemas motivacionales asf considera. dos cumplen la funcién de interpretar, guiar, orientar y dirt gir la accién de cada uno de nosotros. Enel cnadro de pagina siguiente se puede observar un mplo de guidn o esquema social de acercamiento romnti co Uipico de los jovenes americanos (Holland, 1992), 88 Cundro 1 n chico frente a unn chica atractiva + Se encuentran w en una situacién social. chica ciertas eualidadles que som + El chico aprecia en ki 7 apariencia fisica, estilo predominantes en su sociedad ( de comportamiento, ete) y kas singuilariza y las aumerr taen ella misma, + Aparece el dese tarla bien, le compra cosas, va con ella a los sitios que ‘ar que su aprecio hacia 1o, Muestra su afecto intentando tra le agradan y no ceja de demostr ella es tinico y el mas grande. 7 ie a ese afecto.con su interés y carifio, + Ella correspond Jaciones mas poco a poco van Hegando a tener nas rel intimas, ; » Este ultimo serfa precisamente ef motive y la meta principal de este modelo: conseguir una mayor intimé: dad, un mejor apoyo mutuo, correspondencia afectiva ys como no, carnal, Ademés, el hecho de mantener esa ‘ fae el atractivo social de cada ja meta relacién permite revalor ‘ uno para el otro y para con los demas FI modelo también incluye algunas excepciones: = En ocasiones, el atractivo o el prestigio del hombre se ia chica, entonces él com considera mendr que el de I mente bien. pensa este desequilibrio tratindola especial + Si ocirre lo contrario, el atractivo de la mujer es mke- nor, ella le compensa quedando satisfecha sin neces: dad de tantos miramientos del chico. Como se puede apreciar en estos guiones, nada ex es- wictamente necesario, incluso no es imprescindible la presen- cia de dos actores, chico y chica; a veces hemos estado enamo- rados de alguien que nunca se ha enteraco, Por lo general, kt falta de una caracteristica puede ser compensada por un én: fasis en otra del guidn. Por otra parte, todo el mundo sabe por experiencia que considerarse atractivo no es garantia de enamorar al instante Dura de las caructeristicas de estos guiones de accién es que cuanto mss acontecimientos inclayan, més general, apro- piado y versitil sera ef guidn. Por ejemplo, canforme mas elaborados los criterios personales sobre qué requisites tiene que reunir el otro para ser mas o menos atractivo, asi seremos mas © menos adaptables en la cost del amor. Decfamos que estos gitiones son secuencias de sucesos, de acciones por realizar. E} principio de organizacién en el plano psicoligico de estos esquemas, de esas secuencias es mas narrative que conceptual. En la actividad de la concien- cia de cada persona estos guiones se organizan en distintas narraciones, tienen una secuencia y una trama o fibula, ‘enuncian un drama que mantiene un sentido, sefialan con ae toridad Io legftimo, sancionan lo deseable, etc. y esio es asi porque, como manticnen J. Madler oJ. Bruner, lo que no se estructtra en forma narrativa se pierde en la memoria. Como Iheitios dicho, dejamos Ia consideracion de la vertiente com putacional de estos guiones como unidlades subsimbdlicas pa ra aquellos a quienes tes interesa estudiar el imerfaz entre lo biolégico del sujeto y su accién. Los términos que estamos usando de guién, de escena, de papeles, tienen un claro parecido de familia con todos los relaciotados con In dramaturgia. Tan antigua como nuestra cultura es la tradicién de asemejar la vida con el teatro; inclu so muchos términos psicolégicos provienen originariamente 89

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