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LA CONSTITUCION DE 1993 Veinte afios después (or) R RoR Tella} Raul Mendoza Canepa ENRIQUE BERNALES BALLESTEROS a nal. El contrato no podria ser firmado si no hubiese un acto administrat), de concesi6on. oe Modernamente, los Estados utilizan el otorgamiento de derechos q concesion a particulares sobre bienes de uso publico para que los concesio. narios inviertan en obras de construccion o mejoramiento de dichos bienes y luego recuperen su inversion y obtengan la renta correspondiente a partir del cobro de derechos. El caso mas frecuente y facil de comprender es Ja concesion del peaje en una carretera: el concesionario hace obras en ella y cobra a cada vehiculo que circula, de manera que recupera su inversion y obtiene las utilidades correspondientes. Este tipo de derechos existen desde tiempo atras en otros paises. El Pera no permitié su implantacion hasta este articulo constitucional. La Constitu- cién de 1979, por ejemplo, decia en su articulo 128 que «los bienes publicos, cuyo uso es de todos, no son objeto de derechos privados». 4, EL REGIMEN TRIBUTARIO Y PRESUPUESTAL Articulo 74.- Los tributos se crean, modifican o derogan, 0 se es- tablece una exoneracion, exclusivamente por ley o decreto legislativo en caso de delegacién de facul- tades, salvo los aranceles y tasas, los cuales se re- gulan mediante decreto supremo. Los Gobiernos Regionales y los Gobiernos Locales pueden crear, modificar y suprimir contribuciones y tasas, 0 exonerar de éstas, dentro de su jurisdiccion, y con los limites que sefala la ley. El Estado, al ejer- cer la potestad tributaria, debe respetar los principi- os de reserva de la ley, y los de igualdad y respeto de los derechos fundamentales de la persona. Ningun tributo puede tener caracter confiscatorio. Las leyes de presupuesto y los decretos de urgen- cia no pueden contener normas sobre mater tribu- taria. Las leyes relativas a tributos de periodicidad anual rigen a partir del primero de enero del ano si- guiente a su promulgacion. as dictadas e" No surten efecto las normas tributari a te articulo™™ violacién de lo que establece el presen Escaneado con CamScanner — CaPtruLo VII: EL REGIMEN ECONOMICO Fl principio a aoe legal en materia tributaria es un aspecto subse- cuente de 10 au, a octrina denomina potestad tributaria del Estado. Con- giste en que los aspectos esenciales de los tributos que el Estado impone a Jas personas, deben ser aprobados por norma con rango de ley o decreto legislativo, siempre que ocurra la delegacién de facultades legislativas del Congreso al Ejecutivo, segun el articulo 104 de la Constitucion. £] principio de la reserva de la ley -ha dicho Armando Zotezzi es correc- tamente entendido solo en la medida que el poder o potestad tributaria esté centralizado en el Poder Legislativo «no siendo viable la creacion, modifica~ jon 0 supresion de tributos Con instrumentos que no sean ley en sentido formal 0 por Organos distintos al Congreso», Este no ha sido el camino elegido por la Constitucion vigente. En efecto, quedan exceptuados de esta norma y pueden ser aprobados por el Poder Ejecutivo mediante decreto su- premo: Los aranceles, que son tributos a la importaci6n de bienes y cuya regu- lacion conforme al articulo inc. 20 del articulo 118 de la Constitucion, corresponde al Presidente de la Republica. Es razonable que los arance- les sean fijados por el Poder Ejecutivo y no por norma con rango de ley, porque son mas un instrumento de la politica macroecondémica, que un tributo cuya finalidad central sea dar recursos economicos al Estado. - Las tasas, que son tributos que se cobran por servicios publicos efecti- vamente prestados a la poblacion: agua potable, electricidad, servicios postales, etc. Es obvio que por ser estos dos casos excepciones al principio de reserva legal, el Congreso no puede dictar normas al respecto: son de competencia constitucionalmente establecida en favor del organo Ejecutivo. El principio de la reserva legal en materia de tributos es asunto de larga data y fue una de las luchas centrales del Parlamento britanico con la Coro- na, finalmente resuelta luego de la Revolucion de 1688, con la que quedo de- finitivamente establecido el principio de que Ja decision sobre estas materias era parlamentaria. En las republicas y monarquias constitucionales moder~ nas, la rigurosidad del principio ha sido reducida y también se admite que el tributo sea aprobado por legislacion delegada, porque hoy, a diferencia de hace trescientos afios, existe un control democratico sobre el Ejecutivo, y el Parlamento tiene medios para revisar y rectificar las decisiones normativas que aquel adopte. Escaneado con CamScanner —— Enrique Bernates BALLESTEROS) | ———__ En el tercer parrafo se establece que «los decretos de urgencia no. Pue~ den contener materia tributariay, norma saludable porque los tributos de- ben tener racionalidad y no depender de los vientos politicos y las crisis que ocurran de improviso. Modernamente, la estructura tributaria de un pais es determinante para su estabilidad macroeconomica y, sin ninguna exagera- cin, para el conjunto de derechos que tienen Jas personas en estas mate- rias. Una decision tributaria equivocada puede hacer migrar a los capitales en pocos dias, creando una crisis econémica de inmensas proporciones. Las comunicaciones y los servicios bancarios modernos, unidos a disposiciones cuya calidad hemos objetado, como la seguridad indiscriminada de libre te- nencia y disposicion de moneda establecida en el articulo 64, hacen que el flujo de capitales sea muy rapido y escape a cualquier control posible, aun en paises desarrollados. Todas estas son razones de peso para dar a la es- tructura tributaria de un pais solidez, permanencia y tiempo de estudio. Por ello es adecuada la norma de no autorizar medidas tributarias por decretos de urgencia. Prohibir la utilizacion de los decretos de urgencia para medidas de caracter tributario también es saludable en el Pert, porque pone coto a una tendencia abusiva de los gobiernos. En efecto, desde la vigencia de la Constitucién de 1979 todos los gobiernos hicieron uso y abuso del inc. 20 del articulo 211, que ambiguamente se referia a la expedicién de me- didas extraordinarias economicas y financieras. Ello fue interpretado por los gobiernos de turno como una autorizacion para expedir decretos de urgencia para aprobar todo tipo de medidas, entre ellas las de cardcter tributario. En lo que respecta a las contribuciones y tasas que tienen vigencia en el ambito de los gobiernos locales, el segundo parrafo del articulo que co- mentamos autoriza a que la ley establezca limites dentro de los cuales los érganos de gobierno municipal puedan crear, modificar, suprimirlas 0 exo- nerar de estas. Las tasas ya fueron definidas anteriormente. Las contribuciones son tri- butos que se imponen a las personas para financiar servicios publicos que son necesarios para la sociedad, aunque la persona que paga la contribu- ci6n no se beneficie directamente de dicho servicio. Casos de contribuciones municipales son, por ejemplo, las que se imponen para mejorar las redes de abastecimiento de agua en ciertos distritos. Esas contribuciones las pagal todos los vecinos, aunque la obra no esté destinada a algunos de ellos en particular. También son contribuciones municipales las que se pagan para que existan los servicios de serenazgo: el vecino tendra que hacer el aporte aunque nunca recurra a sus servicios. Escaneado con CamScanner CaPtTuLo VII: EL REGIMEN ECONOMICO Es razonable que las tasas y contribuciones municipales sean fijadas por el propio gobierno local. En el Perit hay mas de millar y medio de muni cipios y son sus autoridades las que mejor conocen la realidad de cada lugar y, ademas, las que tienen legitimidad en el territorio por haber sido elegidas democraticamente por el vecindario, Pretender que tasas y contribuciones municipales sean determinadas por el Gobierno Central es crear un patron comin para todo el pais, que sera siempre un promedio y, como tal, perju- dicial para muchos y de privilegio para otros tantos. cE La parte final del segundo parrafo establece un conjunto de principios aplicables a la tributacién que deben ser respetados por el Estado. Ellos son: Fl principio de reserva de la ley, que obliga, como ya dijimos, a que ciertos aspectos esenciales de los tributos salvo las excepciones expre- samente indicadas en el articulo, sean dictadas mediante normas con rango de ley. El principio de igualdad, que establece que los tributos se aplican a to~ das las personas que tienen igual posicion frente al derecho y frente al tributo de que se trate. No debe haber diferencias en materia tributaria por razon de las personas. _ Fiprincipio de cardcter no confiscatorio, que quiere decir que debe ha- ber una proporcionalidad entre el valor del bien sobre el que se paga el tributo y el valor del tributo mismo. No puede existir consideracion ma~ tematica alguna, pero si una razonable comparacion de las cantidades, La norma de que en materia de potestad tributaria el Estado debe res- petar los derechos fundamentales de la persona, es una reiteracion del prin cipio, pero siempre saludable sobre todo en materias tan sensibles como ésta. La parte final del articulo establece la invalidez de las normas tributa- rias que violen estas disposiciones. Estas normas, de producirse el vicio, no podrian tener otra consecuencia. El Tribunal Constitucional ha sefialado en la STC Exp. N° 2727-2002- AA/TC, con relaci6n al principio de no confiscatoriedad de los tributos: “{...] se encuentra directamente conectado con el derecho de igualdad en materia tributaria 0, lo que es lo mismo, con el principio de capacidad con~ tributiva, segun el cual, el reparto de los tributos ha de realizarse de forma tal que se trate igual a los iguales y desigual a los desiguales, por Jo que las car— gas tributarias han de recaer, en principio, donde exista riqueza que pueda ser gravada, lo que evidentemente implica que se tenga en consideraci6n la capacidad personal o patrimonial de los contribuyentes”. — 409 - Escaneado con CamScanner

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