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0 § _ _————————— SOBRE EL INTELECTO Abw-l-Walid Ibn Rusd (Averroes) Edicion e introduccion de Andrés Martinez Lorca T: R oO F ae A + D I a oO R i A L La psicologia constituy6 un tema de interés permanente y principal para el fildsofo cordobés Averroes. A lo largo de mas de treinta afios, y de manera inusual en él, lleg6 a comentar hasta tres veces (cn forma de compendio, de parafrasis y de comentario literal) el breve tratado aristotélico Sobre el alma, que constituye una introduccién general a las obras biolégi- cas del Estagirita. Aristételes teoriza sobre el alma con mirada de naturalista. Averroes, por su parte, contina y profundiza el naturalismo aristotélico. La cuestién principal a la que intenta responder Averroes en su triple lectura del innovador texto aristotélico es ésta: écomo funciona la mente humana? De ahi que el eje de su psi- cologia sea la noética y que el término «intelector represente el objeto central de su reflexién. Una de las miltiples dificultades que surgen en este proceso explicativo puede resumirse asi: deémo es posible que el ser humano, individual y perecedero, pueda alcanzar una verdad cientifica universal y eterna? Las teo- rfas de Averroes aqui expuestas significaron una verdadera re- volucién en el pensamiento medieval, provocaron las mas vi- vas polémicas en el Ambito filos6fico-teol6gico y abrieron el camino a la autonomia cientifica de la psicologia. La presente edicién ofrece los principales fragmentos de los tres comentarios averrofstas dedicados al estudio de la fa- cultad racional. Es la primera vez que se retinen en un solo li- bro tales textos, Las traducciones respectivas son obra de Sal- vador Gémez Nogales, Abdelali Elamrani-Yamal y Andrés Martinez Lorca. Fl volumen se abre con un amplio andlisis de la noética de Averroes, que tiene en cuenta el conjunto de su ‘obra, si bien el hilo conductor es, por tazones obvias, el Gran Comentario al libro Sobre el alma de Arist6teles, su escrito de tema psicolégico més valioso, aunque précticamente descono- cido hasta ahora en castellano. Como ayuda a los estudiosos, el editor ha elaborado también un Léxico trilingiie (latin- griego-castellano) de los términos fundamentales de la noética aristotélico-averroista y una amplia Bibliograffa centrada en las fuentes, ‘Andrés Martinez Lorca, editor de este volumen, es catedra- tico de Filosofia Medieval en la UNED (Madrid) y director desde su creacién dela coleccin «Al-Andalus. Textos y Estudios». Ade- mas de numerosos articulos sobre filosofia griega y medieval, ha publicado, entre otros, los siguientes libros: La psicologéa de Ave- rroes. Comentario al libro sobre el alma de Aristoteles (en cola- boracién con $. Gomez Nogales, 1987), Atomos, hombres y dio- ses. Estudios de filosofia griega (1988) y Ensayos sobre la filosofia en al-Andalus (editor, 1990). Ha sido también editor de Al en- cuentro de Averroes (1993) y colaborador de Eloisa Llavero Ruiz en la edici6n de Sa‘id Al-Andalusi, Historia de la filosofta y de las ciencias o Libro de las Categorias de las naciones (2000), ambos titulos publicados en esta misma coleccién. - a a ume ek ky ale pepe, "gems re : = t- : - eae) ri Bee ye coe SOBRE EL INTELECTO * OVFTT A 1 Bis D I SOBRE EL INTELECTO. Abi-I-Walid Ibn Ru&d (Averroes) Edici6n e introduccién de Andrés Martinez Lorca 2 OQ REA L TR OT TA AL » ANDALUS Textos y Estudios Dirigide por Andrés Martinez Lorca © Editorial Trotta, S.A, 2004 Ferraz, 55. 28008 Madrid E-mail: editorial@trotia.es hitp:/Awww.trotia.es © Andrés Martinez Lorca, 2004 ISBN: 84-8164-707-1 Depésito Legal: M-38.463-2004 Impresion Marfa Imprasién, S.L. A la memoria del intelectual palestino Edward W. Said ’ AYA ss Ue : ~ Jl 2 Gikalda liege fe ‘Thier erkadtteR f Cater aA, A RSL EE - cite » .= i : 7 ! {NDICE Prélogo . INTRODUCCION: LA NOETICA DE AVERROES. PROGRESO Y RUPTURA EN EL PENSAMIENTO MEDIEVAL: Andrés Martinez Lorca I. Averroes y la psicologia... 1. Obras de Averroes sobre psicologia 2. El Gran Comentario al libro Sobre el alma problemas filolégicos y hermenéuticos Il. La noética de Averroes .... 1. Una psicologia naruralista . 2. Bases de la noética de Averroes 3. El problema de los universales 4, La concepcién del intelecto . 5. El intelecto y sus clases III, Nota sobre las traducciones. AVERROES SOBRE EL INTELECTO. T. COMPENDIO DEL LIBRO SOBRE EL ALMA DE ARISTOTELES Il, COMENTARIO MEDIO AL LIBRO SOBRE EL ALMA DE ARISTOTELES . TI. GRAN COMENTARIO AL LIBRO SOBRE EL ALMA DE ARISTOTELES Léxico trilingiie (latin-griego-castellano) Bibliografia Fuentes Estudio: 11 15 15 15 21 37 37 41 44 47 5S 67 73 9S 111 163 167 171 mh mr = ah oF 2 tke Be et Peed Teens "MTA de ATTA Yitatia 0 TATA dor RGA maT trestle berate ae TEA or | + ath heey = lore trek 2 aaa dee t i a Bitsinee the bide bana SF! | . 98. Ibid. («..parece que estos nervios sean tnicamente los que se dan en el animal perfecto a causa de su superioridad>), 99. De Anima, 413b 26-27. 100. 1. Ditring, Aristoteles. Darstellung und Interpretation seines Denkens, Cat] Winter, Heidelberg 1966, p. 572, cursiva mia. 41 ANDRES MARTINEZ LORCA En el Gran Comentario advertimos un desarrollo amplio y pro- fundo de las anteriores tesis aristotélicas en una noética original que, Iégicamente, iba a levantar polémica. Lo que en el Estagirita es un breve apunte, aqui es una reflexién a fondo; la escasa y pobre termi- nologia aristotélica relacionada con el mofis se transforma en este comentario en un rico lenguaje especulativo. Lo primero que subra- ya Averroes es la diferencia esencial entre sensacién ¢ inteleccidn: Si se investiga esto a fondo, se descubrird que necesariamente esta parte del alma por la cual se realiza la operacién intelectiva es una Ppotencia no sujeta a cambio por la forma que aprehende, y que de la nocién de receptividad sélo tiene el que recibe la forma que aprehende, y porque es en potencia aquello que aprehende, como la facultad sensitiva, pero no porque sea algo concreto en acto, bien un cuerpo, bien una potencia en un cuerpo, como le sucede a la sensacién™!, éTiene un drgano especifico el intelecto? Esto nos lleva a hablar ahora del cerebro, al que antes aludfa y que en la psicologta aristo- télica no desempefia ningiin papel en el proceso cognitivo sino que sdlo es un simple refrigerador del corazén. Reelaborando el frag- mento aristotélico de 408b 11-17 y utilizando una segunda traduc- cién greco-arabe para iluminar mejor el texto, considera Averroes que aquél es érgano de la facultad rememorativa’™. Se opone, sin embargo, a la teorfa platonica de que el alma se divide en el cuerpo segiin la divisién de los miembros en los que realiza sus diversas acciones, no existiendo comunicacién entre ellos, y a su novedosa afirmacién segiin la cual la inteligencia reside s6lo en el cerebro, mediante el argumento aristotélico de que es el hombre como tota- lidad quien ejerce las diversas funciones, pues el alma humana es tinica en cada individuo y es ella la que unifica al cuerpo, y no al revés'®, En Tahéfut al-tabafut abordé este problema suscitado por Al- gacel a propésito de la semejanza entre la atribuci6n al hombre de la percepcién sensible, que se produce en una parte del cuerpo, y el conocimiento. La respuesta de Averroes es muy sugestiva porque, ademas de sintetizar el argumento que acabo de mencionar, reco- noce que no es evidente cémo conoce el hombre y afirma que «no es en absoluto manifiesto que exista un é6rgano especial» para el 101. GC, I, 3, p. 382, Is. 12-20, 102. GC, I, 64, p. 86. 103. GC, I, 90, p. 121. 42 INTRODUCCION intelecto, al tiempo que defiende, de acuerdo con la medicina de su época, que algunas facultades como la imaginaci6n, la memoria y la cogitativa estan localizadas en diversas partes del cerebro. Estas son sus palabras en el Tahéfut: Una vez admitido que el intelecto no esta relacionado con un 6rgano especifico del [cuerpo] humano [...], se sigue de esto que su sustrato no es un cuerpo, y que la afirmacién de que un hombre conoce no es andloga a la afirmacién de que ve. Desde el momento en que es obvio que el hombre ve gracias a un érgano especifico, esta claro que sf le reconocemos en sentido absoluto la capacidad de ver, [la frase serd significativa] segiin el comuin uso lingitistico de los arabes o de los otros pueblos. Pero desde e! momento en que no hay un érgano particular para el intelecto, es igualmente claro que, cuando decimos de un hombre que conoce, no entendemos que es to suceda s6lo a causa de una parte de él. En todo caso, cémo conozca el hombre no es autométicamente evidente, ya que no es en absoluto manifiesto que exista un drgano especial o una parte especial de un érgano [en la que resida esta especifica facultad], como, al contrario, sucede con las facultades imaginativa, cogitati- va y rememorativa, cuya localizacién en las diversas partes del cerebro es bien conocida'™, Debemos precisar respecto a la cogitativa que ésta no es el intelecto material, ni el intelecto que esta en acto, sino una facultad material particular, como puede verse en el Gran Comentario al De Anima’. Averroes la identifica con el notis pathetikés, es decir, el intelecto pasivo o receptivo aristotélico: es generable y corruptible, y tiene un 6rgano acabado, el ventriculo medio del cerebro. Como indica en otro paso de este mismo comentario, la facultad imagina- tiva esta situada en la parte anterior del cerebro, la cogitativa en medio, y la rememorativa en la parte posterior. Ello Ilevé a algunos adudar de que el intelecto no tuviera érgano. La cogitativa pertene- ce al género de las facultades que existen en un cuerpo y distingue algo de modo individual, no general, como el sensus communis, la facultad imaginativa y la rememorativa. Esta facultad rememorati- 104. Averroe, L’incoerenza dell’incoerenza dei filosofi, introduccién, trad. ita- liana y notas de M. Campanini, cit., § 558, p. 513, cursiva mia. 105. GC, III, 33, pp. 476-477 ([...] virtus cogitativa non est intellectus materia- lis neque intellectus qui est in actu, sed est virtus particularis materialis. {...] Et homo non est generabilis et conruptibilis nisi per banc virtue, et sine hac virtute et virtute ymaginationis nichil intelligit intellectus materialis), 43. ANDRES MARTINEZ LORCA va (es decir, lo que hoy se llama evocacién mnésica) es la mds espiritual; después de ella se encuentra la cogitativa, después la imaginativa, y detrés la sensitiva, segan puede verse en el breve escrito aristotélico De sensu et sensato [Sobre el sentido y lo sensi- ble] que pertenece a los Parva naturalia™, Alain de Libera ha sabido trazar el perfil de la noética de Averroes, al destacar como eje central de ella la cuestion del sujeto psiquico, no corporal, del pensamiento. Para él, con el Gran Co- mentario la psicologfa adquiere su estatuto de ciencia aut6noma por un doble movimiento: la visién aristotélica de la ciencia del alma como ciencia del viviente animado, y la afirmacién de la existencia en el hombre del zo#s o intelecto, emancipado parcial- mente de la biologia y como un elemento divino en nosotros: En este sentido, e! problema del averroismo es simple de formular: écémo inscribir la noética, la teoria del pensamiento y de las condiciones del pensamiento (el nos y la ndesis de Aristételes) en una teoria del alma dependiente de las ciencias de la naturaleza? Al sostener, contra Galeno y la tradicién médica, que el principio del pensamiento «conceptual» en el hombre, el intelecto, no es «ana facultad situada en el cuerpo», virtus in corpore (contrariamente a la imaginaci6n, a la memoria y a la «cogitativa» que asegura la sintesis de las representaciones), Averroes plantea una cuestion precisa, la del sujeto propiamente psiquico, no corporal, del pensa- miento. Responde al mismo tiempo a un problema concreto: dar un estatuto en el alma humana, forma perecedera de un cuerpo perecedero, a lo que en ella funda el principio de las operaciones intelectuales (aprehensién de los universales, conceptualizacién) sin por ello formar parte de sus potencias, ligadas en su principio como en su funcionamiento al cuerpo animado por ella. En otros términos, Averroes plantea la cuestién del sujeto del pensamiento. Y Ia plantea como lo haria un «griego> lector y discipulo de Aristoteles; écudl es en el alma humana el «sujeton, el sustrato, el hypokeimenon, que asegura la «captacisn», es decir, la recepcién del inteligible (noetén)?””. 3. El problema de los universales El fundamento del conocimiento cientifico para Averroes es la realidad ontolégica; contimia asi la linea realista u objetivista de 106. GC, II, 6, pp. 415-416. 107. A. de Libera, L’intelligence et la pensée, cit., pp. 39-40, cursivas del autor. 44 INTRODUCCION Aristoteles. El proceso de inteleccién arranca de la percepcién sensible de los objetos individuales y culmina en el universal, que no existe fuera del alma, sino que se obtiene a partir de la experiencia sensible: L..] es evidente que nos vemos obligados en su obtencién a sentir primero, a imaginar después, y solamente entonces podemos cap- tar el universal. Y por eso, a quien le abandona uno cualquiera de los sentidos, le abandona un inteligible. [...] Y se repite esta sensa- cién una vez tras otra, hasta que salta en nosotros la chispa del universal", Los sentidos necesitan, ademas, de la memoria que, como hemos visto, tiene su sede en el cerebro. El tema de los universales que tanto interesarfa a los escolasti- cos cristianos es formulado de modo magistral por Averroes y con la visi6n propia de un filésofo que sabe desvelar su dialéctica interna: [..] el universal inicamente tiene la existencia en cuanto que es universal por aquello que es particular. Asi como el padre tinica- mente es padre en cuanto que tiene un hijo™. Mis adelante alude a Platén, para afiadir después: Y es una de las cosas evidentes el que estos universales no tienen existencia fuera del alma [...] ¥ que lo que de ellos existe fuera del alma no es nada mds que sus individuos"®, En el Gran Comentario al De Anima volvera a formular el mismo punto de vista, aunque de un modo més amplio y articulado, repitiendo su afirmaci6n central: universalia nullum habent esse extra animam. Veamos algunos pasos del comentario donde se estudia este tema. Primero: la afirmacién platénica de que los universales son incorruptibles e inengendrados y que existen fuera de la mente, extra mentem, intenté destruirla Aristételes en la Metaftsica"". 108. Epitome De Anima, trad. cit., § 114, p. 202, cursiva mfa, 109. Ibid., § 116, p. 203. 110. Ibid., § 117, p. 204, cursiva mfa. 111. GC, IIL, 5, p. 409, Is. 644-648, 45 ANDRES MARTINEZ LORCA Después, inserta el problema de los universales en el contexto de su noética, y mds concretamente de su teoria del intelecto agente: Y todo lo dicho por Aristételes sobre esto consiste en que los universales no tienen ser fuera del alma, como pretende Platén. Pues si asf fuese, no harfa falta poner un intelecto agente, Es decir, seria innecesaria la actualizacién de los inteligibles por medio del intelecto agente, pues aquellos estarfan ya en acto fuera del alma. En otra ocasién se plantea este problema a propdsito de la definicién aristotélica de viviente. Segiin Averroes, el Estagirita no cree que las definiciones de géneros y especies sean definiciones de cosas universales que existan fuera del alma, sino que son definicio- nes de cosas particulares fuera del intelecto, pero que es el intelecto quien les proporciona la universalidad. El llamado «viviente univer- sal», 0 sea, el zd0n de las definiciones, o no es nada en absoluto, o su ser es posterior al ser de las cosas sensibles', En el Tahafut avanza mas en su reflexi6n sobre el problema de los universales al formular una tesis que sorprende por su moderni- dad y que podrfa suscribir hoy cualquier cientifico: la ciencia ne- cesita adecuarse a la realidad concreta y particular, pues ni basta la mera correccién formal, ni puede existir conocimiento directo de los universales: La ciencia no es conocimiento del concepto universal sino de los individuos particulares de un modo universal. La mente opera sobre los particulares abstrayendo de ellos su naturaleza comin, que estaba distribuida en la materia. Por tanto, la naturaleza del universal no es idéntica a la naturaleza de las cosas de que ¢s universal. [..] El universal, sin embargo, no es objeto de conoci- miento: al contrario, las cosas llegan a ser conocidas por medio de l, sibien él se encuentra en potencia en la naturaleza de los objetos conocidos, pues de otro modo resultaria falsa la aprehension de los particulares bajo la determinacién de la universalidad. [...] Por lo cual, si el intelecto no aprehendiese [los particulares] en su univer- salidad, se equivocaria y pronunciaria sobre ellos juicios falsos. Pero si [el intelecto] abstrae las naturalezas de las cosas individuales 112. GC, Ill, 18, p. 440, ls, 96-98. 113, GC,I, 8, p. 12, Is. 21-30, 46 INTRODUCCION de su materia y las hace universales, entonces es posible que exprese juicios correctos'"', 4. Laconcepcién del intelecto Aristételes reconocfa en uno de sus tiltimos escritos que saber c6mo funciona el intelecto «presenta una dificultad maxima (aporian pleisten). Es menester esforzarse por aprehenderlo en la medida de nuestras fuerzas y en cuanto ello sea posible»"'’, Averroes, por su parte, se queja en varias ocasiones a lo largo de las paginas del Gran Comentario al De Anima de los problemas que surgen a la hora de pretender explicar el proceso de inteleccién, Aunque en el desarro- Ilo del tema se ye obligado a seguir el texto aristotélico, es posible darle una estructura mas légica a su concepcién del intelecto, comparandolo con las distintas facultades del alma y analizando posteriormente sus funciones propias. ‘Veamos, en primer lugar, la relacién entre intelecto y alma. Anaxagoras afirmaba que alma e intelecto se identifican, pues, segiin él, el intelecto existe en todos los animales. Arist6teles, por el contrario, afirmé que tal intelecto no existe de modo semejante en todos los animales, ni tampoco en el hombre. Averroes comenta a este propdsito que se equivocaba Anaxdgoras al mantener que el intelecto existe en todos los animales, "® (plano genérico), y que «los cuerpos vivientes produ- cen otros cuerpos vivientes del mundo empirico, como los animales se reproducen uno del otro»™ (plano especffico). Creo que no se ha valorado hasta ahora de modo satisfactorio este paso adelante de la filosofia critica de Averroes en el Medievo, que anuncia alguna de las mejores Iineas de pensamiento de la Escolastica tardia, aunque desde una perspectiva menos formalista y més ligada a las ciencias de la naturaleza.Tampoco se ha iluminado como debiera, salvo la valiosa contribucién de Yabri'®, la ruptura del racionalismo de Averroes con la filosofia neoplatonizante del islam oriental. Dentro de la noética, las principales novedades especulativas 160. L'incoerenza.., cit, § 180, p. 214. 161. El estudioso que mas ha destacado esta novedosa concepcién del intelecto agente fue Salvador Gémez Nogales; ef. su articulo «Hacia una nueva interpretacién de Averroes», en Al encuentro de Averroes, ed, de A. Martinez Lorca, Trotta, Ma- drid, 1993, pp. 53-69. Una resefia de su amplisima bibliograffa sobre Averroes y su psicologia se encuentra en La psicologia de Averroes, Comentario al libro sobre el alma de Aristételes, cit., pp. 93-94, 162. Wahib al-suwar, dator formarum. Esta doctrina procede de Avicena. 163. Tafsir de la Metafisica. Libro lambda, trad. cit., p. 138. 164. L'incoerenza...,cit., § 408, p. 388. 165. Mohamed Abed Yabri, EI legado filos6fico érabe, cit. Obra fundamental para conocer la renovacién de la filosoffa islémica llevada a cabo en al-Andalus por Avempace y Averroes. 59 ANDRES MARTINEZ LORCA asi como el tratamiento mas amplio en las paginas del Tafsir del De Anima estén relacionados, sin embargo, con el intelecto material. También es cierto que ninguna otra parte de su noética evolucioné tanto a lo largo del tiempo. Como ha escrito Idoia Maiza, «Averroes estuvo obsesionado con este problema y cambié de opinién repeti- das veces antes de Ilegar a una solucién que le satisficiera»', En los tiltimos afios se le ha prestado una atencién creciente entre los es- tudiosos. Por mi parte, me centraré por razones obvias en el andlisis del Tafsir, texto fundamental insuficientemente aprovechado hasta ahora, dejando para otra ocasi6n el debate en torno a la literatura secundaria sobre el tema'®”, Las dificultades con las que se enfrenté Averroes a la hora de explicar la naturaleza y funciones del intelecto material procedfan de diverso origen. {Cémo hacer compatible un intelecto definido por Aristételes como sin mezcla, amigé, impasible, apathés, y sepa- rado, khoristés, tratandose de un intelecto en potencia? (Como puede ser el intelecto material uno mientras que los inteligibles especulativos se cuentan por el mimero de los individuos humanos? Si tal intelecto se caracteriza por su pasividad, semejante a la materia, como pensaba Alejandro de Afrodisia, éc6mo explicar la cteatividad del conocimiento humano? ¢Puede suponerse, como opinaban Temistio, Avicena y otros, que el intelecto material es eterno mientras los inteligibles existentes en él son generables y corruptibles? Si se define este intelecto como una disposicién pre- sente en la facultad imaginativa, segiin proponia Avempace, épuede concebirse que él mismo sea eterno y separado? Responder a éstas y otras aporias fue la laboriosa tarea en la que se esforzé el filésofo cordobés al final de su vida, en este tercer y tiltimo comentario al tratado aristotélico De Anima. El eje de la contribucién de Averroes consistié en la elaboracién de una teoria del intelecto material que 166. La concepcién de la filosofia en Averroes, cit., p. 347, » 167. Un resumen inteligente se encuentra en I. Maiza, La concepcion de la filo- sofla en Averroes, cit., pp. 347-353. Un estudio amplio y polémico lo ofrece H. A. Davidson, Alfarabi, Avicenna and Averroes on Intellect, cit. pp. 258-298, La evolu. cin de Averroes sobre el intelecto material ha sido objeto de una interesante sinte- sis de Yamal al-Din alAlawi, «The philosophy of Ibn Rushd. The evolution of the problem of the Intellect in the works of Ibn Rushd: from philological examination to philosophical analysis», en The Legacy of Muslim Spain, Brill, Leiden, 1994, vol. I, pp. 804-829. El tinico que hasta ahora ha estudiado a fondo el Gran Comentario al De Anima ha sido el profesor Alain de Libera en la traduccién contenida en el volumen L’intelligence et la pensée, ya citado. 60

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