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La cucaracha de Martin Heidegger
teat Contado por
maa Yan Marchand
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Isstrado por
Matthias Aregui
( Smetana toe EE
Degiaiieerneiee | Eh cateete
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32 Se
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li,Martin arastra su caparazén por el cementerio de
Messkirch, como un alma en pena,
Siempre fue asi desde que nacié. Se pregunta qué
hace en el mundo , sobre todo, por qué fue lanzado
| cn dy sien todo caso tendré que mort algin dia;
| también se pregunta por qué hay cosas que van a
desaparecer. Incluso se pregunta por qué se hace
todas esas preguntas.
Se dice que las cucarachas, como todos los otros
animales, no pueden pensar su propia muerte, que
les basta con morir, como alas flores les basta con
smarchitarse.
No es el caso de nuestro pobre Martin!Cuando eae la noche y las cosas familiares quedan
rodeadas por I oscuridad, cuando todo se hunde en
el silencio, pesado, extraio, cuando ha desaparecido
Ta cémoda de su habitacin,
slente solo, terrblemente solo. Entonces, se laments:
“2Qué hago aqui?”
Desde cuando era una pequeiia cucaracha,
no lograba hacerse a la idea de la posbilldad de
la muerte, Imaginaba monstruos bajo su cama,
tempestades fabulosas, un montén de temores,
ego escondia su cabeza bajo la cobijay llamaba a
sus padres. El problema quedaba resuelto... hasta la
noche sigulente. Pues los monstruos desaparecen,
pero no la posibilidad de la muerte.
‘Ahora que ya no es un nfo, ya no se esconde
bajo su cobija,Sufte de terrible insomnios: lente er
cada una de sus fbras que estar aqui, arrojado en el
mundo, es una aventura muy extrafia. Entonces, ya
no tlene miedo, tiene angustia‘Una maviana de invierno, después de una noche
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Incluso, vi una media docena de mis hermanos en
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Serene areasMartin continiia su caminata sinlestra con la
cabeza inclinada: “epero que tipo de ser 5092",
‘murmura. De repente, escucha una pequeia vor que
dice: "iAquiestoy!”.
Sorprendido, observa a su alrededor. Cree
vislumbrar una niita sentada sobre una tumba,
pro, al acercase, distingue a una mueca arrojada
alli, con sus pilas puestas. Alguna nifia la habra
‘olvidado. La humedad del aire debe haber creado un
cortocircuito, pues el jugueterepite en circulo: "agut
estoy, ert. agul estoy. cFT.".
‘Ala cucaracha esta situacién la divierte, pues los
aparatos, como ella, pueden decir "aqul estoy”. Sin
embargo, no podriamos decir que la muieca haya
sido puesta en el mundo ni que exist,
*eQuién soy yo —piensa Martin, comparado
‘con esta cosa? Yo también puedo deci aqui estoy",
‘como ella. Sin embargo, siento una gran diferencia.
‘Cuando la mutieca dice ‘aqui estoy", produce
ruidos, palabras, ipero no habla! Ella no sabe que
cst aly no sabe que va a desaparecer. Slo supiera,
no se quedaria asi, como un pedazo de plomo en el
fondo de un ro, esperando que el tiempo la destruya.
Yino es consciente del hecho de que esté tocando la
tumba,En camblo, yo sé que hay una tumba,tambicn sé
para qué sive, cui es su ulldad y quién la hizo, Eso
{sexist no solo estar en el mundo, ahi enfrente
como la tumba 0 como la mutica, pero e
al mundo y alos otros, participar de un ambiente
comin... sin embargo, sigo sin saber qué hago aqu’
Siente que la angustia sube a borbotones, incluso
llega a preguntarse lo que a su vez hace el mundo
alli. Todo lo que esta presente se mezcla frente asus
ojos y pierde su sentido: el cementeri, el cielo, los
ftboles, l mismo, todo se hace inmundo. Se eseapa
‘como un parssito desesperado, cuando al fondo del
cementerio, cerca de los rosales, se encuentra con
una viuda de roillas frente a una estela
“fl era tan grande itan grande! —replte
abierto
La cucaracha, curios
Mira. alguien gra
ataid, eso me ventilard
a, se dice a s{ misma:
mde? IVoy a roer un pequeio
las Ideas!”
Ta viuda se pone a leer un poema para honrat la
memoria de su marido:
Oh, Greclaafortunadal Residencia otorgada a
los dioses
re
‘ucaracha se frota las patas:
IDebia ser un hombre cultivado! iLos sabios
siempre han tenido un
saborcito dulce que no es
Adel todo desagradable, parecen bombones, ademas
de ser muy tiemos! Cac
allenarme el est
ver de primera clase, Voy
eso me vaca un poco laMartin se desliza en el ataid que los movimientos
de a tierra ya han agrietado, iQue decepcién! El
hombre no es muy grande, de hecho es bastante
pequefio. Pero es un poco barrigdn. La carne parece
estara punto, Al observar al muerto extendido en
su satin, la cucaracha emite de repente un pequeiio
sgemide:
iY decir que terminaré de esta manera!”
— Muy seguramente —dice una vor, si me
Inubleran advertido que los insectos hacen tanta bulla,
habria pedido que me incineraran. Normalmente, no
Aeberian hablar, no mas que yo en todo caso.
Nadie ignora que los difuntos conservan, durante
tun tempo solamente, la costumbre de hablar.
Siento mucho molestatlo, trataré de ser discreto
-responde Martin, con la vor todavia agretada,
—No hay problema —refunfufia el cadaver. Pero
qué le ocurte? Lo escucho resoplar, normalmente los
Insectosy lat larvas entran aqul cantando, como si
fueran cigarras que van a un banguete, £Acaso no
soy de su gusto?
Le agradezco por su pregunta, pero no me
encuentro muy bien.
—Detesto las ques, inada de eso en la mesal
Digame i puedo ayudarlo. Los muertos no estén
desprovistos de sabiduria, tienen tiempo para pensar.
‘Me asombraria que encontrara una solucién
ami mal, pues estoy afectado por los peores
tormentos. Voy a morir. De golpe, no comprendo
or qué existo realmente.
INo habrfa podido encontrar un mejor lugar
para llegar! Tlene que saberlo: soy una eminencia enLa cucaracha observa el cuerpecito que se toma
por una montatia
=2¥ a qué montafia tengo el honor de dirigirme?
Soy Heidegger. Hei—de—gger. Seguramente ha
‘ido hablar de mi, El Also... el profesor... el autor
de Ser y Tempo.
=Céritiempo, nunca he ofdo hablar del. de
todas maneras, a todos lanzo el desafio de encontrar
tun remedio para mi tormento,
{Un remedio! éPor qué encontrar un remedio?
Morir es una excelente noticla. Cuando muera estar
perfectamente solo. Incluso aquel que sostendr su.
‘mano para consolarlo no compartiré con usted esta
‘experiencia tan personal. En el ltimo momento, ist
soledad seré inaudital CLogra sentirlo? Es asombroso,
no? Cuando pienso seriamente en mi muerte, no
en a de ls otros sino en la mia, siento en lo mas
profundo de mi que soy un ser tinico... nadie moriré
en Mt lugar.
=No veo cual es Ia buena notiObserve mi atatid ~continiia Heidegger, esta
condenado a seguir siendo un ataid,esté bloqueado
en su utilizacién. Como no tiene conciencla de su
uso, etd ali, yno quiere ser algo més que un ata
destinado a contener un cuerpo. Et terminado
desde el momento de su construccién, Pero usted,
mjentras exista, nunca estar terminado, Solo la
muerte puede terminarlo. Es como una fruta que
festd siempre ala espera de su maduraeién, Por eso
siempre esti preocupado por algiin proyecto, porque
Ia existencla no tene otra fnalidad que la muerte
Pero entretanto... es necesario vivir. Estamos hechos
para preocuparnas. No sé o que tengo que hacer:
solamente sé que tengo algo que hacer. No sé quién
soy: pero sé qué debo ser.
~2Pexo ser qué?
Ser, es0 es todo. Usted tiene que hacer una
‘existencia, No es la del vecino, la suya,y nadie le
diré la manera en que debe proceder.
a cucaracha sienteescalofros a lo largo de su
‘caparazén. De repente, siente todo el peso de su
rminiiscula persona. Por primera vez, en lugar de
pensar en el dia de su enterro, se pone a pensar
‘en todo lo que puede hacer mientras se drige ala
muerte. Después dela nausea, siente un vértgo,
‘Entonces esta es la verdadera angustial No es tanto
rmorir como pasar al lado de la propia vidaEstoy blen decidido a vivir Mi Vida ~dice
in—, pero es0 no me dice fo que tengo que
hacer. Tiene alguna pista?
“Aguel que formula la pregunta se calla, ha ereido
escuchar un lamado desde los piegues del cadaver
“Es una llamadat éPero qulén habla?
asé toda mi existencia intentando darle un
nombre, pero se me qued6 en la punta de la lengua
~responde Heidegger. Martin pasa la cabeza entre
los dientes del difunto
—INo veo nadal
—Era una expres,
Tengo muchas ganas de ira ver, lo que acabo de
escuchar estan raro, ¢A dénde debe i.
~A ninguna parte —responde Heidegger.
Pero Martin no escuch6 la respuesta del difunto,
»asé la prisién de los dientes, devorado por la
curiosidad, 2Pero era en realidad un llamado? No
sabria decir, pues al reflexionar no escuché ningiin
sonido, se trataba mis de una impresién, de una
especie de convocatoria slenciosaMientras desciende por el esdfago, se cruza con
ana hormiga. Parece tranquila leva una brizna de
‘bre los hombros
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