You are on page 1of 6
La gata ... estos felinos asisten a los aquelarres; en Estrasburgo, un campesino se defendié contra tres de estos animales que en realidad eran tres mujeres poseidas por el Demonio. DEMIS Grivor, Le Diable dans la Cathédrale —Demoraremos el avance del terraplén —dijo el ingeniero—, pero daremos una batida. Asi no podemos seguir, si no el animal acabard con todos. Yo vagaba entonces en busca de mi gata que habia huido, resentida y seguramente odidndome por haberle ahogado a sus gatitos, sin comprenderme ni comprender a los demés, y temfa por ella, acostumbrada a adormilarse en mi calor, a comer de mi mano aun cuando yo no tenia comida para mi propio estémago; librada ahora al monte, tal vez a merced de los perros cimarrones, de los pantanos, de los alacranes. Y de ese animal que ya habia devorado a dos nifios. Las mujeres de los peones también habian alborotado para que ella fuese expulsada y perseguida alegando que esos gritos en la noche perturbaban el descanso de sus hombres. La primera victima fue extraiiada recién de tarde. El hecho de no acudir a comer no habja causado alarma —ya que los nifios, a esa hora en que el sol cae a pique, acostumbraban a descolgar lechiguanas— sino al atardecer, puesto que ninguno se aventuraba monte adentro cuando el sol comenzaba a ocultarse. Al dia siguiente encontramos sus despojos, muy cerca del lugar junto al rio cuyo caudal en parte habfa sido desviado para que sirviese como lavadero. Ya eran tres las victimas y en este tiltimo avance el agresor habia dejado sus huellas frescas en el polvo suave del patio. Uno de los peones se las enseiié al ingeniero, diciendo: —Mire el grandor de las patas. Las huellas de esas patas eran del tamafio de un puiio de hombre. Fue cuando suspendieron todos los trabajos y comenzé la persecucién. u Sélo en el otofio siento ganas de vivir; en estos dias de otofio, apaciguados, no quema el sol, no hay lluvias permanentes, ni nubazones tristes ni ese {r/o que me obliga a estar siempre junto al fuego, Morando a causa del humo de la tinica leila que uno puede procurarse aqui, resinosa y dura. Jamés el ingeniero podré comprender por qué a veces le llega la comida destemplada, esta que le estoy levando en la viandera.

You might also like