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La fobia, como sintoma, se reconoce en la vigencia de un miedo extremadamente agudo o en el hecho de referirse a un objeto cuyo caracter encubridor resulta notorio por el despla- zamiento asi puesto en acto. Se trata de un miedo devorador ¢ invalidante, en la medida en que quien lo padece no puede transitar por el mundo sin recelar del encuentro inesperado con el objeto ola situacién generadores de angustia. Assoun. al respect, aporta su agudo sentido clinico y su minucioso. trabajo tedrico con vistas al esclarecimiento de esta estructura que muchos —infundadamente— ponen en tela de juicio. En ese sentido, otorga su justo -y relativo~ rango al “ataque de panico", colocandolo en linea con el devenir de la patologia aqui esclarecida. El libro abarca tanto las “escenas’ de la fobia -desde su “explosion” inicial hasta su eventual localizaciones un objeto— como la conceptualizacién metapsicolégica co- rrespondiente, donde procede a dar cuenta de la ldgica de la represién en juego y de la consiguiente formacién sintomatica, Por eso, este texto constituye un verdadero material de consulta yun instrumento de indudable valia para la practica cotidiana de todo psicoanalista o estudiante de psicoanalisis, asi como para cualquier persona interesada en la comprensién de esta desgarrante afeccién, Pau-Laurent Assoun es profesor en la Universidad de Paris-Vily psicoana lista. Las "lecciones” incluidas en este libro continuan sus teflexiones desarrolladas en muchos titulos de los cuales Ediciones Nueva Vision -en esta misma Coleccién—ha publicado La mirada y la voz, Cuerpo y-sintoma, y E/perjuicio y ef deal, entie otros. Lefe) [-Tofel fe) a] Freud > Lacan LECCIONES PSICOANALITICAS SOBRE FOBIAS Paul-Laurent Assoun Nueva Vision Couzcct6s Freup 0 Lacan _ Dirigida por Roberto Harari Paul-Laurent Assoun Lecciones psicoanaliticas sobre las fobias Ediciones Nueva Vision Buenos Aires 616.852 25 Assoun, Paul-Laurent ASS Leciones psicoanaliticas sobre las fobias - 1° ed, Buenos Aires: Nueva Vision, 2002 144 p.; 20x14 om - (Freud 0 Lacan) Traduccién de Paula Mahler ISBN 950-602-437-5 | Titulo - 1. Fobias ‘Titulo del original en francés: Legons psychanalytiques sur les phobies © Ed. Economica, 2000 LaF pia Toda reproduccién total o parcial de esta obra MATA'WEPIBRO por cualquier sistema —incluyendo el fotoco- VES UNPELITO — piado- que no haya sido expresamente autori- zada por el editor constituye una infraccién a los derechos del autor y sera reprimida con penas de hasta seis afios de prisién (art. 62 de Ja ley 11.723 y art. 172 del Cédigo Penal) © 2002 por Ediciones Nueva Vision SAIC, Tucumdn 3748, (1189) Buenos Aires, Republica Argentina, Queda hecho el depésito que rea Ia ley 11.723. Impreso en la Argentina / Printed in Argentina INTRODUCCION Lo inconsciente del miedo El miedo tiene un inconsciente: por ahi se anuncia la cues- tion de la fobia en el psicoandlisis. El objetivo de estas lecciones! es que esta formulacion sea entendida en todo su aleance. Que el hombre es un “animal miedoso” puede decirse a priori sin que se necesite la ciencia analitica. Y Fobos era un dios reconocido y temido, mucho antes de que Freud se le enfrentara, armado con el saber de lo inconsciente. {Qué cambié sustancialmente el psicoandlisis que hace que valga la pena su comprensién? Fobos es el miedo mérbido, el pavor, timor en latin. El fobico es el “timido” en el sentido mas literal y més radical, el que teme... algo-o todo, y que aborda al mundo y al otro a través de esta relacién de intimidacion: en el mundohay algo que lo intimida y en ese mundo que comparte con su objeto de temor tiene que andar bien, salvo que vivaen compafiia de este miedo —verdadero modus vivendi-. Hay que recordar que la fobia esta mareada por ese estar-intimidado y buscar a causa secreta en la escena oculta, ' Sobre el proyecto y el desarrollo de estas Lecciones de psicoandlisis remitimos al prélogo de las Lecons psychanalytiques sur le regard et la voix, 5. Para cuando Freud se aproxima ala fobia, el dios Fobos ya habia sido considerado por el saber psicopatologica, que también en este terreno camina con los “pies de plomo” de la ciencia, La modernidad se descubre repleta de gente enfren- tada a personas, cosas, situaciones o acciones que dan miedo; presa del miedo, mas intensamente de lo que se puede admitir en aquellos casos en los que, habitualmente, no hay de qué alarmarse. El fobico es el que parece intimidar —per- sonalmente- un objeto singular; es, de algin modo, una “timidez” especializada. E] fobico teme, por supuesto, pero no cualquier cosa, sino “su objeto” de aversién... preferido. Pues es un hecho que su aversion tiene su_predileccion, Pavor que se inaugura con él panico y se manifiesta a través de una actitud de evitamiento y de huida de su objeto de horror favorita. En suma, se impone la idea de que este miedo se ace sintoma. Por supuesto que la fobia es un fenémeno psicopatolégico, pero del que podemos pensar que implica una evidencia primaria: ,acasoel hombre noes un animal miedoso, tomado por el temor a lo externo, a merced del sentimiento de su finitud y su pequeiiez? Por otra parte, el sujeto segmenta globalmente su mundo en un sector familiar y un campo desconocido, entre lo“familiar”y lo “extrano”, entre lo que es de “su casa” yloquees “del otro”, entre adentro y afuera. “En su casa” es el Lebenswelt, el mundo de la vida, en el que puede arraigarse y vivir con cierta tranquilidad. Este es el tejido que la fobia desgarra con su inquietud, la frontera que desplaza y vuelve a dibujar de manera extrahiamente flotan- te. Ahi esta, en el centro del mundo, amenazado por ese fragmento del mundo —un-heimlich—que, esta seguro, quie- re hacerle mal, aunque no pueda enunciar cual mal; es nocivo para él aunque no pueda identificar el perjuicio. ;Qué pasa entonces? {Qué le pasa al sujeto, “algo para nada divertido”, que lo vuelve “sujeto”... de fobia? El miedo-sintoma y sus encrucijadas: cuerpo y mirada Desde el inicio se siente que la fobia cuestiona el ser-en-el mu atic “fisica”: el acceso fobico implica el cwerpo de manera intensa y paroxistica. Enfrenta al sujeto a un tumulto corporal que correlaciona con un espectdcufo jnsoportable. Asi, tanto si la fobia se relaciona con la mirada, gor una parte, y con el cuerpo por otra, inscribe a Ia presente investigacién en el horizonte de las precedentes.* Mirada-cuerpo-fobia, un tercetoimportan- teenel plano inconsciente. "Fobia” se opone a “filia”: se trata de una aversién polarizada sobre un objeto predilecto que el sujetono puede, que “no puede ver mas”: antipatia patetiza- da por la mirada (“fuera de mi vista”) que contrasta con el Hus sepia Sto Se Marca gramaticalmente a través de la adjetiva- én: {acaso no basta con volver mas largo un sustantivo a través del determinante “fobi”, “fobia”, para generar fobias, que pasan a ser etiquetadas como “sintomas”? Esto es lo que pasa con la fobia: “un miedo maligno”, como lo llama Géli- neau. Pero es mucho mas que la prueba del “poder de la facultad imaginativa” de la que hablaba desde el siglo xvi (Montaigne) hasta el sigloxvu (Muratori): se pasa de laidea de “antipatia” a la de “delirio emotivo” (Morel).! Es la hermosa hora de las cosechas de fobias ~desde la “agorafo- bia” a la “dismorfobia’-, que la psicopatologia del ultimo cuarto del siglo x1x colocard en el cuévano de Freud, en un contexto al que nos referiremos luego. En el fondo, todos los * Paul-Laurent Assoun, Lecons psychanalytiques sur Le regard et la voix (Anthropos/Economica, 1995) yLecons psychanalytiques sur Corps et symptime, Anthropos/Economica, 1997. “El escrito de Gélineau, Des peurs maladives ow phobies, 1894 esté citado al comienzo de Obsesiones y fobias (G.W.1, 345, n.1). {Todas las referencias a los textas de Freud estén citadas segun las Gessamelte Werke, Fischer Verlag (G.W., seguido del tome y de la pagina) que se traducen al espatiol con la indicacién de los capitulos 0 secciones. Cf, Ludovico Antonio Muratori, Du pouvoir de Vimgination humaine(\T45)y B.A. Morel, “Du délire émotit", 1866. objetos y ocurrencias del mundo pueden prestarse a un uso fobico. Incluso, lo que las fobias hacen es detallar y, de algin modo, censar los objetos del mundo: se trata del mundo inventariado por los miedos, en el momento mismo en el que se propagaba la idea de que el hombre comenzaba a eman- ciparse del miedo, recompensa de la modernidad Pero ésta es justamente la cuestién: en esta miriada de miedos, de phoboi, gexiste la posibilidad de reconocer el lugar para una categoria dela fobia? En efecto, éste es el amino en el que nos introduce Freud: el de una escritura inconsciente de lafobia. La diversidad de los objetos fobicas podria ser “sombra de ojos” que enceguece su Secreta monotonia. La fobia encontrada Enel momento en que Freud se encuentra con la fobia, éstas empiezan a ordenarse en la comprensi6n psicopatolégica. En tanto que los significantes “fobicos” siguen siendo raros durante siglos, proliferan brusca y atrevidamente en los aiilos 1870. Y esto sucede, hecho especialmente notable, cuando Williams James crefa poder comprobar que “espe- cialmente en la vida civilizada, finalmente se volvié posible para muchos hombres no volver a sentir, desde la cuna hasta la tumba, las angustias de un miedo verdadero”. (Précis de psycyhologie, 1891). Habra que creer que justo cuando el hombre deja de tener una raz6n vélida para tener miedo se vuelve... fobico (lo que, en efecto, es algo muy diferente de ser “miedoso”). Llama la atenci6n comprobar que la rabia es la que le da al discurso médico la idea de forjar el primer compuesto fébico: la aversién al agua, la hidrofobia se impone como un signo patognémico de la rabia (desde 1314). Pero, a comien- z0s del sigloxix, la “fobia a la luz” o “fotofobia” abre el cortejo de las fobias homologadas por la psicopatologia (1812) —jco- mo por una intuicién del compromiso esc6pico de la aver- sin, en el momento en el que el descubrimiento de la electricidad va a materializar las Luces! Con la agorafobia 10 (1873) de Wesphal 0 “miedo a los espacios” (Legrand du Saulle, Etude clinique de la peur des espaces, 1878) y la claustrofobia (1879, Ball) se entra en lo vivo del sujeto. A finales del siglo, la ereutofobia (1899) o el miedo a enrojecer y la “dismorfofobia” (Morselli y Kraepelin) completan el cuadro. En este Laberinto de miedos se visualiza una linea de los miedos configurados en el espacio, en lo corporal y en lo social —miedo a salir o angustia de las calles, miedo a los espacios abiertos 0 cerrados, a esperar en una fila por miedo a los apretujamientos, gran vértigo fébico; miedo a las montanas, a los lugares altos, a los pisos altos, a la oscuri- dad, a los espacios amenazadores y, luego, a todo lo que la tecnologia pone a disposicién de los miedos: los medios de transporte (tren, avién, hasta el auto), los ascensores y, también, el espacio de visibilidad social: miedo a la multi- tud, a aparecer y a hablar en publico-. En suma, las “oportunidades para temer” que, segiin James, tendrian que ser cada vez més raras, se multiplican: un efecto de lo fobico consiste en hacer mentir a la pacificacion del miedo, parado- ja que tendremos que explorar. Por lo tanto, la entidad queda constituida -paralelamente alas “obsesiones”— cuando Freud la aborda en 1890. En ese momento Freud penetra en la escena fobica y se implica tanto en ella que Léwenfeld, tal como se ve en una carta a Fliess del 23 de septiembre de 1897, le “escribe que prepa- raba un trabajo sobre las fobias y las ideas obsesivas segiin la observacién de 100 casos” y ie “pide que le proporcione informaciones diversas”.* Freud y la fobia (1 la angustia y el miedo En un sentido, el gesto freudiano consiste en leer en esta multitud de miedos la mascara multiplicada de la angustia, ‘ La naissanee de la psychanalyse, PUF, 1973, 111 oe ya que sabemos que el aleman puede designar con la misma palabra (Angst) a ambas. La fobia cruz6 el camino de Freud en tres momentos esenciales. El punto de partida se encuentra en el texto “protoanali- tico” titulado Obsesiones y fobias (1895), redactado en fran- és, en el que se pregunta sobre su “mecanismo psiquicoy su etiologia”. Por una parte, en este texto las fobias son trata- das en si mismas, como entidades psicopatoldgicas indivi- dualizadas, en un paralelo revelador con las obsesiones, En esto Freud acusa recibo de esta categoria psicopatolégica constituida en el ultimo cuarto de siglo. Pero, por otra, recoge los frutos de su clinica y de su teoria de la histeria, en la que aparece el componente fobico. Hay tan palabra que establece el puente: “histeria de angustia”. La fobia es la manifestacién paroxistica de esta forma angustiada -y no de “conversién”- de la histeria. En 1892 aparece descripto un_caso de fobia histérica (ver, leccién 1) antes de que los Estudios sobre la histeria detallaran sus efectos. Lo que se plantea aqui es la distincién patente entre “miedo” (Furcht) y“angustia” (Angst), que recién encontrar su formulacién tardia en la exposicion metapsicol6giea. En la otra punta del camino esta distineién queda ma; mente resumida: “Angst tiene una relacién indiscutible con la espera: es miedo (Angst) de algo. Un caracter de indeter- minacién y de ausencia de objeto le es inherente, incluso el uso correcto cambia su nombre cuando encontré un objeto y la reemplaza por Furcht (miedo)”.* El problema justamente reside en que la it, miedo y angustia. Es una aprehensién (Befirchtang) o¢ decir, una confusién del peligro real (Realgefahr) y del peligro pulsional (Triebgefahr). ° Inhibicién, sintoma y angustia, e. XII, GW. XIV, 197-198, “Totem y tabi, a propdsito del pequeno Hans, G.W. IX, 156. 12 Freud y la fobia (II): la “tonteria” de un nifio Esta posicién se habria seguido manteniendo si un nino no hubiese mostrado el alcance de esta crisis. El nitio que pasé ala posteridad con el nombre de“ fio send a Freud: le mosteiel sleanes dee prueba le la subjath edipica de la fobia, en el momento de la verdad de la investigacion edipica y su valor para la “sexualidad infan- til”. Un caso de fobia en un nino de cinco anos (1909) marca més que una ilustraci6n de los Tres ensayos sobre la sexua- lidacl, es la muestra de un sujeto de la fobia. Max Graf, el discipulo de Freud,’ ,podia saber que al dar nacimiento al pequeiio Herbert, en abril de 1903, colocaba en lacuna del psicoanilisis al nino magnifico que ilustraria el drama del enigma filico y que reinventaria la cuestién de lo inconsciente fobico a través del episodio de una fobia al caballo, que explota en enero de 1908 y se resuelve en abril/ mayo del mismo aio, después de una intervencién personal de Freud? Vuelta de tuerea mayor: se pasa de la “fobia” y de sus ‘mecanismos” a lo “fobico” y sus “significantes”: con la fobia al caballo del pequeno Hans, se pasa de una psicopatologia deJas fobias a una clinica del sujeto de la fobia. Para darse cabal cuenta de este cambio de escenario, basta con compa- rar las viiietas de los episodios fobicos anteriores y el gran teatro que organiza el demonio inquietante y farsante de la fobia, durante los meses en los que introduce su turbulencia en su joven existencia y pone en escena a todos los actores. Drama tanto més impactante cuanto que es un desafio a una pedagogia racional, a la propia escuela del psicoandli- sis. El padre de este nino mantenia un Diario clinico que transmitia regularmente a Freud; para éste, en él coinciden “autoridad médica” y “autoridad a” (cumulo de los * Max Graf (1875-1958), ligado al movimiento analitico desde 1902, escritor, profesor en el Conservatorio de Viena y musicélogo. Andlisis de la fobia de un niio de cinco anos, c. 1, G.W. VII, 244 13 mandatos, lo que se confirmard como mas bien perjudicial). La fobia surge cuando “el intento por criarlo sin intimidaci nes (Einschiichterung) y de dejarlo expresarse marchaba bien {literalmente: tomaba el buen camino]”.* La pregunta esla siguiente: {e6moun nifocriado fuera de toda pedagogia dela intimidacién y de la restriceién pudo dejarse intimidar por un animal de su entorno, relativamente inofensivo? No tenemos que perder de vista el hecho de que el momento decisivo de esta historia es el encuentro del “profe- sor” (Freud) con la tonteria de un nino: “;Sabes qué?, la ton- terfa, -asi la lama a su fobia-”? “Fobia”, en efecto, es la palabra cientifica para “La Tonteria” (Die Dummheit). Este asunto tonto que el chico, por otra parte tan inteligente, que sufre y que s6lo puede designar con esta palabra en el fondo autocritica. Y dice que esta tonteria lo “atrapé”... “a causa del caballo” (wegen dem Pferd). El genio clinico de Freud es reconocer la “tonteria”, contrariamente al discurso cientifi- co que la ubica en los cajones de la Psychopathia o que le responde con la condescendencia: “una idea de angustia tonta (eine damme Anstidee) de un ninito”."” Su genio tedrico consiste en atenerse a esta idea de que “la neurosis no dice nada estiipido (Die Neurose sagt nichts Dummes)”. El genio del pequefio Hans consiste en haberse vuelto el historiador de su propia tonteria: una vez que se resolvié, le hizo a su padre una declaracién solemne: “Hans habla solamente de la enfermedad ahora como de un hecho histérico” (histo- risch): “Antes, como cuando tenia la tonteria...”."' En efecto, esta crénica de la fobia es la que hizo que el pequefio Hans entrara en la historia. iY sin embargo! Freud afirmaba, como conclusién de este texto mayor, que “hablando con propiedad, no aprendié nada nuevo” (nichts Newes erfahren). Enunciado fuerte- “Andlisis de la fobia de un nino de cinco aitos, 1, G.W. VII, 244. Op. cit c. Il, G.W. VIL, 265 "Op. cit. ¢. Il, G.W. VIL, 265, ” Op cit. Il, G.W. Vii, 263,0p. cite. 1, G.W. VII, 835 "Op. cit. e. 1 GW, VI, 335.0p. eit. e. 11, G.W. VIL, 377. "Op. cit. ¢. I, GW. VII, 377. 14 mente paradéjico, ya que sabia que la teoria analit fobia encontré aqui su texto fuente y su fuente cli visible. {Puede este texto que nos ensefia tanto sobre la fobia, no haberle ensenado nada a su autor? Lo dicho sirve sélo para manifestar que Freud pudo confirmar, al menos, lo que ya habia pensado. El propio pequeno Hans es el verdadero acontecimiento, lo “nuevo” de la teoria freudia Ok no lo que “ensena” o, como agrega Freud, “la significacién paradigmatica” (vorbildliche Bedeutung) de este caso que, desde ese momento, se transformé en el paso obligado de todo discurso analitico sobre la fobia. El idiolecto del pequento Herbert Graf deletrea la teoria freudiana de la fobia -cuya palabra maestra es Wiwima- cher, “hace pipi” 0, mejor dicho “el que se hace pipi” (pero, {cémo traducir literalmente el nombre de la cosa?). Es ella, la tonteria, la que lleva ala verdad de la Neurosis, esa mujer que “no dice nunca nada estiipido”, mas infalible que cual- quier ordculo. Enel fondo, serd suficiente con saber traducir el lenguaje dialectal del “Wiwimacher”. Pero esto necesita todo un recorrido que tenemos que hacer y demarcar. Este acceso a la fobia en esta dimensidn simbdlica le otorgara resonancia en la construccin del totemismo lo que le otorga al pequefio Hans, en compaiia de su “colega” Arpad, bajo el padrinazgo fereneziano (véase leccién 4), su lugar en la demostracién de Totem y tabi. Intermezzo decisivo; la escena de la fobia sirve para explorar los basti- dores del totemismo. Freud y la fobia (IID): metapsicologia del miedo Aqui aparece una tercera fase, que consiste en darle una forma metapsicolégica al fenémeno. Si con el pequeno Hans la significacién de la fobia en el plano inconsciente se habia vuelto flagrante, ahora se abre la instauracién de la causa- lidad inconsciente, la de la forma de la angustia. Es el momento en el que la fobia se inscribe en el programa de 15 trabajo de la “bruja metapsicologia"’ de lo que dan cuenta los ensayos sobre La represion y Lo inconsciente (1915). Queda todavia un salto determinante, a mitad de los afios "20: a partir de la fobia se ejemplifica el paso de una teorfa de la angustia a la otra. El relevo metapsicoldgico de 1915 y elde 1926—Inhibicion, sintomay angustia~permiten releer él diagnéstico freudiano de la fobia —que no evolucioné- y su evaluacién metapsicoldgica, que se afiné extraordinaria- mente, Las tltimas exposiciones ~en primer término en las Nuevas conferencias (1932-1933)- permiten juzgar esta profundizacion en un balance critico. Redescubrir la fobia Sies posible reabrir la cuestién, hay que hacerlo teniendoen cuenta la condicién (pos)moderna de las fobias, que ahora se clasifican seriamente en el estante del negocio de los sindro- mes del estilo DSM" -no lejos del estante de las obsesiones, que se volvieron “trastornos obsesivos y compulsivos”. Efec. to espejo que dice acerea de la antropologia subyacente: el hombre, pequerio montén de fobias y de obsesiones, sazona- do con pequeias singularidades (no pronunciemos mas la mala palabra “perversiones”), ésta es la antropologia idénea para el imaginario social ambiente que el saber psiquidtrico sostiene de su (no) saber. La cuestién de la fobia vuelve en Lacan como una forma de relectura -la mas atenta que haya- del caso paradigma- tico del pequerio Hans. Lo que produce significado es la preocupaci6n del autor del Seminario sobre “La relacion de objeto” por releer linea por linea el caso, a tal punto que "Enel sentido evocado en Ht andlisés sin fin y el andbisis con fin, ver nuestra Introduction & la métapsychologie freudienne, PUF, Quadrige, 1993 y La métapsychologie, PUF, Que sais-je?, N* 3581, 2000. * DSM-IV, Manuel diagnostique et statistique des troubles mentau, 1995; Masson, 1996. 16 podemos hablar del “segundo andllisis” del pequefio Hans en el escenario del Seminario." El ejemplo se muestra como la cosa misma, y el pequeno Hans merece su mayiiscula. Podremos juzgar la aptitud del retorno al descubrimiento freudiano para sacar al demonio de la castracidn de debajo dela pila de fobias, en el supermercado médico-social. Por lo tanto, se trata de comprender el aporte clinico en su frescor, para volver a darle “un golpe de juventud” al viejo saber engalanado de actualidad... ¥ J. Lacan, Le Séminaire, libro IV, La relation d’objet, 1956-1957. Seuil.,1994. Sesiones del 20 de marzo al 20 de junio de 1957 17 Leccién I FOBIA Y FOBIAS: LA ESCRITURA DE LA ANGUSTIA. La fobia es la que pone en marcha la angustia, la que le encuentra una ocupacién. {Cémo llegé Freud a esta idea? La ironia freudiana: el enjambre de fobias La postura freudiana se inicia a través de una ironfa, que obtendra su medida plena en un pasaje de Lecciones de introduccién al psicoandlisis."® En efecto, Freud se introduce en el campo de la fobia a través de una discreta tomadura de pelo: nos estan armando un negocio de fobias que se parece a una caravana multifor- me razonada. El que esta en la mira en este caso es Stanley Hall,” por una ironfa discreta pero intencional. Lo que Freud sugiere es lo siguiente: aqui tenemos a un investiga- dor consciente que se “tom6 el trabajo de exponernos toda la serie de fobias adjuntandoles pomposos nombres griegos” jSi al menos fueran solamente diez, como “las plagas de Egipto”! Habiéndose informado, el “fobélogo” encuentraciento treinta y dos, entre las cuales se encuentran la fobia a la ° Leeciones de introduccién al psicoandlisis, XXV, G.W. XI, 413. © Stanley Granville Hall (1844-1924), que habia invitado a Freud ala Clarke University de Worcester (1909), antes de unirse a Adler. 19 ridad, al aire libre, a los lugares abiertos, a los gatos, a las aranas, a las orugas, a las viboras, a las ratas, a las tormentas, a las puntas filosas, a la sangre, a los espacios cerrados, a las muchedumbres, a la soledad, a pasar por un puente, a los viajes en el mar y por tren, etc. Alenumerarlas amontonadas y sin orden, Freud quiere decirle al lector: “Basta, no agregue mas!”. Estamos frente aun ‘hormigueo” (Gewimmel). En el fondo, en el discurso psicopatol6gico las fobias pululan como es0s objetos fobicas electivos, los insectos. E, imperturbable- mente, Ilenan los archivos, como para introducir orden, minimo pero ficticio, en ese bullicio, a través de una nomen- clatura (Namegngebung, literalmenete: “donacién de un nombre”) con un aire botainico y filolégico. Esta pendiente se acenttia, como si fuese necesario “ahogar al pescado”, pes- candolo con el anzuelo de una nomenclatura. Ironia socratica: en efecto, Socrates ironizaba sobre el “enjambre de virtudes" que le proporcionaba Menén, cuando le preguntaba por /a virtud. Freud también se prepara para pegarle una patada a ese hormiguero para encontrar redes, para responder a la pregunta que los inventarios eluden: “pero entonces, qué es la fobia?”. Al rechazar esta especie de devocién por esos pequeiios miedos honrados con una estatua, Freud no esta movido por una pasién ciega por la unidad (aunque la evocacién del episodio mosaico de las plagas de Egipto habla de ella misteriosamente): las fobias se ocultan bien, fundamental- mente por ese “pulular”, del mismo modo que lo hacen las perversiones. “Filias” y “fobias” i infinita diversidad, de la mescolanza © de la “Corte de los milagros”. Esta es la trampa en la que caen “como un solo hombre" la scientia sexualis y la psicopatologia —homélogas en sus objetos. Los perversos crean sus perversiones y encuentran al escriba (Krafft-Ebbing 0 Wetsphal, Moll o Ellis) que los anotan en un libro, quiz destinado, en el fondo, a borrar lo real, por intermedio de una especie de eufemismo, de lo “cientificamente correcto”. 20 Las palabras y la cosa: el “hablar en griego” de las fobias Biste es el efecto que /a fobia le hace a los que se hacen cargo de ella: por una parte, se ahogan en lo abigarrado que muestran Jas fobias y, de alguna manera, crean su inquietante encanto ~ef i avémpslo, de la “Corte de los mila de las perversiones-; por otra parte, gozan discretamente al nombrarlas: la oscuridad de estas denominaciones todas esas palabras griegas artificiales y sibilinas—son los oropeles verba- les con los que recubren la pequeria fobia a la que visten - (Wiwimacher)”, El comienzo es éste: “un interés especialmente vivo (ein ganz besonders lebhaftes Interesse)”.*' Notemos que el érgano falico es nombrado como referente de una preocupacién manifestada en primer tér- minoen palabras, tanto monologales como dialogales (durch Reden und Fragen), y como 6rgano uretral (jmas evidente y funcional que su ser significante de deseo!), Hasta aqui, tenfa esa cosa, pero no la veia, no armaba ningtin escandalo. Como diria Lacan, que lee a Freud en el texto, “su propio pene empieza a volverse algo totalmente real”. Y aqui empiezan los problemas del pequefio faléforo. Luego, sera esto lo que le plantee preguntas, esta vez sin palabras, en lo real, cuando ya no tenga més preguntas. En todo caso, el nifio nombra lo que cuenta: el “falo” es una cita tomada del discurso del pequefio Hans, que sabe de qué habla, aun cuando no domine el enigma que encubre. Su presién hace que Freud cree su propia palabra: “en esa oportunidad «adquiere el complejo de castracién»”.” A partir de ahi, es posible desprender un diseio. El primer momento de la investigacién lo llevé a asegurarse de que los representantes mas cercanos de la diferencia sexual, sus padres, también lo posefan, de manera de demostrar, como un buen “tedrico”, el postulado de la universalidad falica. Luego, en un momento mas experimental, lo obtuvo por la exhibicion de su hermanita Ann49E] tercer momento anuncia la entrada a.escena del animal. Se trata de una jirafa arrugada —literal- mente, “arrugada como una bola” (zerwutzelte)—que, al desple- garse, permite que surja el animal fobico. A través dela pareja dejirafas, queda significada “la identificacion de los padres con otros grandes animales”. E] caballo de siempre, admirado, vagamente inquietante antes, se vuelve la “bestia negra” © Op. cit, ¢.1. G.W. VIL, 24 “J, Lacan, La relation dobjet, 13 de marzo de 1957, Op. eit., 225. ™ Andlisis de La fobia cle un nitta de cinco atios, ¢, I, G.W, VII, 246, ® Totem y tabci, G.W. IX, 157. 60 “Sobre lo negro alrededor de la boca”: cl objeto maquillado Ah{ est el pequefio Hans frente al animal con el quevaatener «que pelearse. El pequenio Hans es un jinete-y, quizés, yasea un “caballero”: cabalga sobre “caballos de angustia’. Quizas éste sea el detalle que mejor designa la “punta fobica” del objeto: “me di cuenta de que lo que le molestaba especial- mente era lo que los caballos tienen ante los gjos y lo negro alrededor de sus bocas” (das Sejwarze um deren Mund). En el momentomés fuerte de a angustia fobiea, encontra- mos esa “cosita {-ge6mo decirlo?- en su lugar, donde deberfa estar, y se inscribe de manera insistente en el ojo del fébico, Si, al menos, ese caballo sagrado, ademas de morder, de caerse, de brincar, no tuviese esa cosa rara delante de Jos ojos y esa cosa negra ademiis de la boca —“co- lor” que se volvié esa cosa (das Schwarze), especie de maqui- llaje horroroso- quizas seria posible arreglarselas con 6 Ademas, podemos tener miedo, pero esto es el micleo ~im- posible de imaginar o en el limite de la representacién— de angustia del objeto. Imposible de reducir este punto de re- sistencia abyecto en lo real, esta declaracién de guerra de lo visible. A partir de-esta mancha cerca de los as el objeto fobico mira a su “victim: Freud invita al “pequeiio cémico” (der drollige Knirps) a pasar a los dichos: eso que est delante de los ojos se parece a unos anteojos; lo que esta alrededor de la boca se parece ri- diculamente a un bigote: si logra que el pequeno Hans se ria con esto, él asunto esta arreglado. En todo caso, hay algo que “acota” el ojo y la boca del objeto fobico, que es el colmo de lo fSbico. Un “detalle” de mas, algo vago y demasiado preciso al mismo tiempo, que no deberia encontrarse alli. Una “cosa” desplazada, que asusta al espee- tador —aunque sea el tinico que la vea-. Si el caballo es el “objeto principal” (Hauptobjekt)"" dela fbia, hay que senia- * Anailisis de 1a fobia de un nirio de cinco aris, c. I, G.W. VII, 277. Op. cit.,¢. II, G.W. VII, 359. 61 lar esta vaguedad caracteristica que lo acompaiia, es decir, “la esencia notablemente difusa y al mismo tiempo tan estric- tamente determinada de la fobia’”" Identificarla con el bigote del padre es aliviar al sujeto al hacerle reconocer en esta sombra de Ja castraci6n la huella del padre. Hay algo de este alivio en la risa, por otra parte algo escéptica, del pequeno Hans. Hay que poder encontrar los atributos paternos en estos efectos de interferencia del objeto peligroso. Criatura mons- truosa fabricada jel _animal y algo del Detrds del animal, el padre La respuesta freudiana, recogida del oréculo del pequeno Hans, no varia al respecto: el padre esta detras del objeto fobégeno, es el agente oscuro de este asunto. El padre se reconoce como el heredero del “gran animal El caballo es el “objeto de desplazamiento” Verschiebung- sobjekt) de la act Este itud ambivalente respecto del padre temor (Befiirchtung) tiene un destinatario, es el “adversario temido” (den gefirchteten Gegner), en ligaz6n con la compe- tencia (Nebenbull ‘madre. Mas alla de la evolucion, por otra parte considerable, de las relaciones de fuerza entre pulsién y angustia de castra- asta el final va a afirmar que “No hay duda de que la mocién pulsional reprimida en las fobias es una mocion hostil-el-padre”.*" Por eso es preciso subrayar que la vivencia fobica remite a la amenaza de una sancién 0, mas precisamente, de un castigo. La ganancia de la operacion, de alguna manera, consiste en ser castigado. Hay que aceptar “pagar la cuenta”, pues el deseo es excesivo, y la cuenta, en el caso de la fobia, *salada”... Al menos, se la puede contabilizar, siempre que se la conecte con el objeto efectivo de esa fobia. " Op. cit.,¢. IL, G.W. VIL, 357, " Totem y tabi, IV, 3, G.W. IX, 157, ™ Inhibicion, sintoma y angustia, GW. XIV, ¢. IV, 134. 62 Fobia y creencia totémica Seguin Freud, la sustitucién del animal totémico (por ejem- ploel caballo) por el padre es una “circunstancia favorecedo- ra” ala edad del pequefio Hans: “la facilidad con la que las huellas innatas de mentalidad totémica pueden ser activa- das todavia a esa edad”. El pequeio Edipo tiene una mentalidad totémica: esto es mas que una especulacién filogenética y antropolégica, es decir, es una pista clinica. En Tétem y tabu, Freud plantea “el retorno infantil del totemismo” (titulo del cuarto ensayo). En la seccién 3, la zoofobia es ilustrada con tres casos: fobia a los caballos del pequeiio Hans, fobia a los perros de un pe- quefio_paciente de Wulf, culto totémico_a_los_pallos_del pequenio Arpad ~caso presentado por Ferenczi-(sin omitirla fobia a las avispas segiin K. Abraham). ¢Por qué la fobia necesita un “bestiario”? Freud da res- puestas graduales: “un animal mas 0 menos apropiado para _servir_como objeto de angustia’, dice el ensayo sobre La represion.® “Nas menos apropiado”, expresién bastante vaga y que establece un azo flojo entre la angustia y su objeto, Pero, {no hay que atribuirle el cardeter vago a la propia subjetividad fobica? Pareceria que fuese necesario quela angustiaencontra- ra un objeto, que el sujeto“se fomente”, como el pequeiio Hans, através de sus “miedos ostentosos de diferentes maneras”, “el miedoa un tigre de papel”, segtin la expresion de Lacan. En cuanto al Hombre de los lobos, reparte sus elecciones de objetos fobicos entre sus lobos durante un tiempo reempla- zados por leones~ y los coledpteros o las mariposas. Arpad 0 el culto totémico En el caso del pequeito Arpad se manifiesta de la mejor manera la significacién totémica. De todos modos, conviene % La represin, G.W. X, 257. * Le Séminaire, libro X, L'angoisse, 63 preguntarse si el caso que presenta Ferenczi se parece a un caso de fobia, en el sentido en que esta palabra se aplica de manera ejemplar en el caso del pequefio Hans. Ferencai describe a un nino” que, a la edad del pequeto Hans, en ol verano de 1910, sufte ut-cambio bruseo enuna ciudad termal austriaca. Su tinico interés es el gallinero, no haei Cuando vuelve a Budapest, vuelve a hablar, pero solamente para hablar de gallos, gallinas, pollos, acas y patos ~y pasa la mayor parte del tiempo fabricando gallos de dapat alos que degiiella. Es decir, para él los pollos eran lo mejor, pero: “Tenia miedo de los pollos vivos”. Parece queeste cambio conmemora un episodio del verano anterior (1909): incidente en el gallinero, cuando, mientras orinaba, un pollo o gallo amarillo o marrén le muerde ole agarra bruscamente el pene al pequeno Manneken Pis. (El color es importante, ya que la blancura realzaba la singula- ridad de los lobos del hombre homénimo), La nifiera loayuda con un vendaje colocado mas sobre su angustia que sol herida. A través de esta equimosis, el pequ con la “gran nana”, la de la castracion. En efecto, a partir de ese momento su vida mental se centra en los animales con plumas y de corral, en todos los materiales que los evocan, como las canciones y los dibujos. Suenacon desplumar, degollar, enceguecer a los pollos. Cuan- do se prepara la inmolacién quiere formar parte de la partida. Pero luego, los animales muertos tienen derecho a obtener sus caricias. Ferenczi proporciona el siguiente diag- néstico: “el_gallo significa el padre” y hasta obtiene la confesién de parte del interesado: “mi padre es el gallo” Bautizarlo Hahnenmann, hombre-gallo es convertir al nom- bre del animal fobico en su nuevo nombre de bautismo. Arpad Hahnenmann es el personaje que nace de este episo- dio: con ese nombre va a iniciar su nueva vida. Ese dia negro, en el gallinero en el que fue agredido a tal punto que en un % S, Ferenczi, “Un petit homme coq”, Revue internationale de psycha- nalyse médicale, 1913, 64 momento estaba mas muerto que vivo, el pequefio Arpad encontré un nuevo (nombre de) bautismo, El lugar que decidié su destino fue esa “casa de aves” (Gefliigelhaus)—ala que usualmente se le da el nombre de“gallinero”, convertido en una especie de templo totémico. Y, como un creyente supersticioso, colecciona todas las reliquias y las efigies de su divinidad: en suma, la zoofobia desemboca en una “zoola- tae Como vemos, la actitud de Arpad es sensiblemente di- ferente a la del pequeno Hans. Este tiltimo aborda su objeto -el caballo-a través del temor (diversificado); Arpad venera su_objeto (el gallo) pero, por una parte, tuvo el horror primitivo, el protos fobos, acceso determinante; por otra, en cuanto el gallo da signos de vida, vuelve a dar miedo. Hans intenta poner la distancia maxima entre él y el caballo, no habla de él salvo que lo amenace y le cause problemas; Arpad, en cambio, organiza su vision del mundo alrededor de su gallo, a partir del miedo inicial. La herdldica inconsciente cha contra la angustia de lasones al animal totémico. Es tan diferente del bestiario real? Su “salamandra” es el gallo y lo inseribe, como el vencedor de Marignan, en todas Jas banderas y estandartes. Y se transforms en “gallito de pueblo”, como sostiene Ferenczi, por ese mal encuentro que fue eminentemente transformador. En este punto Lacan ubica los “blasones” de la fabia, es decir, el conjunto de sus escudos de armas. El caballo 0 el g 2 i “eseudo” de nues- tros pequerios fobicos, al que convierten en divisa secreta, cuya traduccién Freud busca. Las “bocas” deberian ser retraducidas segtin el cédigo de esta herdldica inconsciente. Aqui adquieren relieve los dos rasgos de concordancia con ® P-L. Assoun, Le fétichisme, PUF, 1994, 65 i Totem y tabi: “la el totemismo que Freud muestra en T identificacién total eon el animal totémico y la actitud de sentimientos ambivalentes hacia éste”." Un miedo al lobo ico parece presa de un “miedo al lobo” -en el sentido en wee lable de un *hambre de lobo”, En efecto, miedo Serr edPr 0 del Iamado “hombre de los lobos*, Freud, durante el periodo que él mismo designa como su periodo de “maldad”, encuentra manifestaciones fobicas con te- mas de animales, es decir un miedo al lobo en imagen, que su hermana, la seductora, sabia “explotar para atormentar- lo”. “En cierto libro de imagenes habia un lobo chu an paradoy caminando. En cuanto vefa esta imagen empezaba a gritar eomo un loco; tenia miedo a que el lobo viniera y se Jo comiera”."®! Pero su “fobia” se extiende a otros animal m grandes y chicos, desde las “orugas y coledpteros” hasta los caballos. Su actitud ante los caballos no deja de evocar en muchos aspectos a sus célebres colegas fobicos. Como a Hans: “Los caballos le parecian inquietantes (unheimlich). Cuandoalguien le pegabaa un caballo, se ponia a gritar y ‘por esta razon una vez tuvo que abandonar el circo”. Pero “en otras oportunidades, a él mismo le gustaba pegarle a los caballos”, del mismo modo que hacia sufrir a los coleépteros ycortaba en pedacitos las orugas, “actitudes contradictorias ‘con los animales” que no dejan de recordar la actitud de un tal Arpad. Con lo que podemos sospechar que estos sniroales fObicos son los convocados en el sueiio de los lobos con ccla blanea, como queda confirmado por el hecho de que hayan sido encontrados en las historias que, decididamente, ali- mentan el “album de imagenes” de la fobia, sus pequefios blasones infantiles, de alguna manera. W Tétem y tabti, G-W. IX, 159. *0 A partir dela historia de una neurosis infantil, U, GW. XI 66 Una fobia a la mariposa: el objeto rayado In este bestiario tenemos que darle un lugar aparte a la “fobia ala mariposa” (Sch metterlingsphobie). “De golpe tuvo un miedo enorme de una hermosa y grande mariposa, con las alas rayadas de amarillo y terminadas en punta” (todos los detalles son importantes aqui), justo cuando estaba per- siguiéndola. Con mas precisién: “Perseguia a una hermo- sa mariposa grande con rayas (Streifen) amarillas, cuyas grandes alas terminaban en apéndices (Forsdtze) puntia- sudos". Freud proporciona precisiones que configuran la monografia” zoolégica: no se trata de cualquier maripo- Sa, sino una Schwalbenschwanz (literalmente: cola de solondrina, en alusién a sus alas en punta), que parece asimilable a una macaén (papilio machaon L.) 0 “porta- cola”. Este insecto alado, cuyas crisdlidas estan colorea- das de otro modo y cuyas alas terminan, efectivamente, en dos puntas afiladas se cruza en el camino del “rusito”. Pero resulta que éste “bruscamente se ve atrapado por una angustia horrorosa cuando la mariposa se posa en una flor y sale corriendo y a los gritos”. Imagen atrapan- te del cazador cazado que confirma el fondo de ambivalen- cia respecto del objeto. Por otra parte, cuando la mariposa se queda quieta se vuelve aterrorizadora. Finalmente, y esto es decisivo, estan las rayas (Streifen). También la palpitacion de las alas en “V’, imagen de la abertura y cierre de las piernas -eco del acto sexual. A través de un cuestionario asombroso, Freud encuentra la huella de estos rasgos en la escena con Gruscha, en las que las rayas transitan de una pera a una avispa, hasta el momento en que las iniciales del nombre del sujeto (SP) se igualan homofénicamen: insect = ipa, que él pro- nuncia “Espe”). El error de pronunciacién es decisivo, como en el pequeno Hans que, todavia cuando estaba adquiriendo el lenguaje, pronunciaba Wagen (coc] 0 “wegen” (a causa de). Esto permite recusar “la explicacién Op. cit,, e. VII, G.W. XII, 122. racionalista” de la fobia," cuyo planteo seria que un nifio, inclinadoa la ansiedad por disposicin hereditaria, que haya experimentado miedo a una mariposa rayada, en su infancia hizo que se iniciara algo en relacién con ese miedo. Pero, justamente, se trata de algo muy distinto: se trata de una légiea del deseo que funda la analogia entre el objeto fobico y la situacién, que le otorga a la fobia a las mariposas una importancia que, de otro modo, seria imposible de concebir. La fobia-obsesién i ece el parentesco de las fobias y de las obsesiones, deen eee ee duccién). Son las descendientes, verdaderas primas herma- nas de la represién y de la angustia . Después de todo, es algo que se siente a simple vista: el fobi i su objeto. Es una cierta manera de “pensar” constantemente en el objeto causa de “problemas”, pero éste no se quedaen la cabeza, vay viene por el mundo. Inversamente, la obsesién se despliega sin cesar sobre la realidad, salvo que se mantenga en el orden de la representacién. Es decir, la fobia parece una obsesién que se practica y la obsesién una fobia “mentalizada’ , {a que “la rumia mental proviene del esfuerz' oa xX unono esti loco, a pesar de lo que afirma la fobia hipocondriaca”.'* Hay que ir mas lejos: el obsesivo se enfrenta a medidas defensivas que van més alla de las estrategias obsesivas tor {ina parte, en el principio mismo de la neurosis, obsesiva hay una cierta “angustia de contacto (Bertihrungsangst)-que Freud, curiosamente, restituye como “delirio del tacto” (en francés en el texto)-, en tanto que la 188 Op. cit., ¢. IX, 148. e 1 Quil est justifié de séparer de la newerasthénie un complexe sympto- ‘matique como *névrose dangoisse”. 68 traduccién francesa prefiere disolverla en “fobia al tacto”. Aqui esta la prohibicién principal, la prohibicin nuclear de la neurosis.” E] tabi se promueve a partir del imperativo del Noli tangere, que la fabia al contacto toma literalmente (del cuerpo). Por otra parte, existe también lo que se denomina “fobia al impulso”, temor comin en el obsesivo a llevar a cabo un acto absurdo o peligroso. Finalmente, el ritual es una practica que sostiene la obsesién, pero también despliega estrategias contra-fobicas. Ademés, la “aprehensién obsesiva” (Zwangstbefiirch- tung)," si bien tiene un aura fobégena en correlacién con un objeto de aspecto zoofébico ~como en el llamado “hombre de las ratas’- remite a otra légica. Este “horror a un goce ignorado por él” que tiene como actor a la rata, capaz, en la tortura imaginada, de penetrar el ano de la victima, no organiza una fobia franca. En este caso, Lanzer tendria miedo de cruzarse con algtin espécimen de esta calaha cuyo uso y comportamiento teme. Aparentemente no es nada: lo que pasa es que la rata, animal amenazador, es mantenida encerrada en la obsesién y alli teje una red de asociaciones significantes ~alrededor del Ratten-man, Ratten-spiel, etc.— que le permite trabajar de alguna manera ese peligro al desgranar el rosario significante. Contraste atrapante de dos estrategias que, sin embargo, se recortan sobre el mismo horizonte sAdico-anal, tal como lo muestra la tematica del Lumpf del pequeiio Hans. La pasién del padr hostilidad, ternura y complicidad Esto da la medida de la complejidad de la relacién con el padre en la fobia. Pues no se trata solamente del miedo al padre (Angst um den Vater), lo que esta en juego, sino el 8 Tétem y tabui, G.W. IX, 37. ‘6 Aclaraciones sobre un caso de neurosis obsesiva, I, ¢, G.W. VII, 390. 69 miedo para el padre (Angst um den Vater)!" esta redunden- cia preposicional (paso en el texto freudiano del vor al wm) proporciona la medida del drama-. Si, por un lado, la hostilidad respecte del padre cobra libre curso, volviendo con la forma de unaame i ide dénde surge que el nifio tenga miedo para el padre? ,De donde proviene que, en medio de esta bocanada de agresividad odiosa sienta una ternura indescriptible? De hecho, se trata de “conflictos de ternura”, en tanto ésta esta “ como reaccion ala hostilidad”, La ternura exagerada signa el destino de la hos- tilidad. Asi entendemos que el pequeno Hans esté muy preocupado por la salud del caballo como inquieto por el ruido que hace. No es una tarea facil mantener una relacidn de este tipo con un tinico y mismo objeto (“caballo”): si le hace algo a uno (“que lo muerda”) y que le pase algo "que se cai; ~ Por otra parte, los “fantasmas criminales” —en los que el pequeito Hans se ve cometer pequeiios “crimenes en unién” con su progenitor, como romper la ventana de un treno past por debajo de una cuerda que delimita un esp: rohibi (verbotenen Raum )~ muestran que éste no es solamente el enemigo 0 el rival, sino el companero de ruta, el “compinche en_las transgresiones” —que Freud refiere al “complejo_de apropiacin delamadre" (Kamplex des Besitzergreifens von der futter)-.'* Prueba de que, después de todo, estn obligados a tener la misma meta y compartir el mismo deseo, al menos hasta el momento en que deben pelearse y en el que uno sobra. Finalmente, la fobia nos ensefia acerca de la profundidad que la ambivalencia le da al “sentimiento paterno”. Retorno al panico (II) Por consiguiente, volvimos al miedo primero, el protos pio: bos, que se encuentra en el ataque de panico, cuyo actor puede ser identificado. “© Andlisis de la fobia de un nifio de cinco artos, c. U1. G.W. VIL, 260. Op. cit,, c.. IIL, G.W. VII, 355, 70 {Con qué hace un mal encuentro el sujeto del panico, que lo desborda? Y, gpor qué el dios Pan es tan apto para ser su emblema? Se trata del surgimiento a pleno dia, frente al mundo, de un “padre totémico” que al tomar cuerpo da cuerpo, aqui y ahora, a un goce excesivo que vapulea al sujeto, Principio de la fobia, aprehensible in statu nascendi en el panico: al encontrarse cara a cara con un goce que, al mismo tiempo lo concierne -Io “mira’- y lo supera, el sujeto “cae”, como se dice, en el pénico. Ese padre totémico es el del goce arcaico, especie de “padre-el-goce”, que contiene una amena- 2a paraddjica que mortifica al sujeto: demasiado goce... para que su constitucién lo soporte. El mismo Pan no da mas: su espectéculo, que consiste en desencadenar el goce, es tan agresivo para los espectadores por su violencia de desligazén dionisiaca. Volver a cruzarse con ese padre al que se suponfa liquida- doy verlo muy bien, esto es lo que saca de quicio y vuelve loco al transetinte: Pan podria ser la divinidad del *retorno”. Leceién V EL SUJETO DE LA FOBIA O LA SOLEDAD: LOCUS SOLUS De este trayecto surge el sujeto en posicién fobica. Bajo la presién de la realidad clinica, Freud establecié dos zonas, la de la situacién y la del objeto. La pluralidad indefinida de las fobias se ve asi reducida a esta dualidad, pero Zes ésta irreductible? De hecho, conviene cireunscribir el sitio originario que revela la “precondicién” de la crisis fébica, lo que encontra- mos por encima de toda fobia, pero que sdlo es comprensible una vez que se ha aislado lo que esta en juego en ella. En efecto, hay una “fobia de situacién”, especie de alquiler originario, mas alld de la crisis agorafébica y es el locus solus, el lugar-dicho de la soledad. La “fobia de situacién” Enel texto freudiano encontramos esta expresién notable de “fobia de situacién”: “Las primeras fobias de situacién (Si- ‘wationsphobien) de los nifios son la fobia ala oscuridad y la fobia a la soledad”,'® Oscuridad, soledad... y silencio, trilogiaunheimlich: “{De donde nace la inquietante extratieza del silencio, de la soledad, de la oscuridad?”.""° Aqui nos encontramos de algu- "® Leceiones de introduccién al psicoandlisis, XXV, G.W. XI, 422. \" La inquietante extraneza, seccién IIT, G.W. Xl, 261, 73 na manera en una especie de encierro originario, especie de nucleus existencial de todo lo vivido fébico: hay que representarse el espacio primario del miedo inconsciente en la confluencia con la oscuridad, el silencio y la soledad. Solo, atrapado en el silencio y devorado en la oscuridad: éste es el sitio originario del fébico, su condicién origina- ria, de algtin modo. “De la soledad, del silencio y de la oscuridad no podemos decir otra cosa salvo que, en la ma- yoria de la gente, éstos son verdaderamente los factores a los que esta ligada una angustia infantil (Kinderangst) que nunca se apaga (erléscht) del todo”, El verbo que usa Freud (erstdschen) designa el hecho de poner fin, de la manera mas material a algo, como un fuego que deja de arder porque fue posible apagarlo. Por lo tanto, tenemos que entender que sera necesario poco para que, de las cenizas de esta experiencia originaria, de las que la soledad es el elemento central (con la oscuridad y el silencio) se reanime la llama en cuanto un trauma vuelva a encender las brasas. El estar-solo: la soledad in situ El concepto de soledad se ordena en Freud en torno de la nocién de Einsamkeit, definida lexicograficamente como el hecho de estar solo (einsam), es decir, en el sentido mas inmediato, “sin relacién (Beziehung) con otra gente”.""* Por Jo tanto, es el estado del que esta reducido a si mismo, a su propia “unidad” (ein-sam), totalmente solo 0 “todo-uno” (all cin), que sélo se tiene a si mismo como otro, que no tiene a nadie a su alrededor ni en su proximidad. Pero hay otra palabra ~Alleinsein- que justamente pone el acento mas alld de la carencia relacional en el estado de independencia y/o incompletud de alguna manera ontolégico El Kinsamkeit es este estado que puede crear la condi- "Op. cit., 268: 1 Storig, Das grosse Worterbuch der deutschen Sprache cién material favorable para el nacimiento del sentimien- to fébico. Pero en el centro de esta crisis se encuentra el Alleinsein, el encuentro del sujeto consigo mismo —la crisis que abre el camino del desamparo (hil/losigkeit), incluso de la derelictio-. : El espacio de soledad La agorafobia, ese paradigma dela fobia de situacién, parece sin embargo en los antipodas de la fobia de situacién origi- naria que acabamos de deseribir. ;Qué puede haber mas alejado de la soledad que ese sentimiento de aglomeracién? {Qué puede haber mas alejado del temor a la oscuridad que ese panico por lo que brilla demasiado? {Qué puede haber més alejado del silencio que ese ruido ensordecedor? Para el agorafébico, de pronto hay demasiada gente, demasiado ruido, demasiada luz y parece que piensa solamente en reencontrarse consigo mismo, en la calma y el recelo de un refugio y de una soledad en la que encuentra su salvacién. Esta violenta contradiccién podria llevarnos a una clave intimamente relacionada con el sujeto de Ia fobia: * por un lado, la fobia al espacio, correctamente des- cripta, es encuentro violento del estar-solo en medio del mundo; * por otro lado, la soledad, bien entendida, en su aspecto doloroso es experiencia aguda de la aglomeracién. El solitario en la multitud Debemos prestarle atencién al sentimiento de extraordina- ria soledad que se apodera del sujeto con desamparo espa- cial. En ese momento sumamente incémodo se siente solo entre todos, al mismo tiempo inconsistente, intercambiable por cualquiera, perdido en la multitud, haciéndose la pre- gunta de quién es ~Zqué es 61? en el modo disidente -como 75 si solamente él percibiera este malestar~. La expresién “multitud solitaria” que tuvo su momento de celebridad en la psicologia colectiva,'™ adquiere todo su relieve en la clinica de la fobia. En el momento de la crisis agorafébica, el sujeto se encuentra ahogado en la multitud y totalmente solitario. Para intentar escapar de esta soledad insoportable dentro de la multitud, paradoja suprema, se precipita hacia alguna caparazdn donde pueda encontrarse solo, de manera de re-encontrarse. Esta vivencia conereta y parad6jica vuelve sensible la diferencia senalada en aleman entre la soledad-estado (Ein- samkeit) y 1a soledad-esencia 0 modo de ser (Alleinsein). Lo menos que podemos decir es que el agorafdbico noes einsam, “sin relacién con otra gente”, esta en compafifa de mucha gente, hay “demasiada” gente o espacio alrededor suyo. Pero esta soberanamente allein, solo en medio de este espacio ode esa multitud, incompleto en el centro de ese conglomerado humano. Es el lugar solitario (Locus solus, para parafrasear a Roussel). Sentimiento que, como vimos en el panico, confina al desamparo. La prueba “unaria” El Allein-sein experimenta el hecho de que el sujeto esta convocado a identificarse consigo mismo. Conforma un rasgo tinico (ein-zig) consigo mismo. Si observamos bien, esto es lo que sefiala el enloqueci- miento agorafébico descripto anteriormente. El sujeta se ‘encuentra bruscamente en la sala de los pasos perdidos en donde no distingue mas entre lo “tuyo” y lo “mfo”, Por un lado, se aferra a su unicidad, su Binzigheit ~solamente él es real: por la otra, siente una especie de desvanecimiento-. En la oscuridad silenciosa, se produce el estallido de su unicidad. Por eso el nifio “ansioso por encontrarse en la oscuridad” precisa una persona —una tia~ que le hable: 1s David Riesmann, La foule solitaire, 76 “Cuando alguien habla esta mas claro” (“Wenn jemand spricht, wird es eller’). Con que la voz que surja de ‘alguien de confianza” basta para hacer callar “la boca de la sombra”’ La aglomeracién de uno mismo: la angustia de Robinson Volvamos como en espejo al “estar solo”, a la experiencia de la soledad privada. Como mostramos en otro texto," la menor experiencia de la soledad muestra lo que se juega en ella: el sujeto se siente solo, no tanto privado de los demas sino por una aglomeracién de si mismo. Si no, seria imposi- ble comprender demasiado la soledad, si se redujera a una frustracién de las relaciones y a un repliegue sobre la “ipseidad”. En el fondo, cuando el sujeto no se siente (dema- siado) solo, es porque pudo distraerse de su propia alteridad y no simplemente complementarse con los otros que le son familiares. ‘Asi, tenemos a un fulano que se acantona en un espacio que ocupa solo: debe vivir y dormir solo, asumir su presencia, exclusiva, sin otros. {Qué le va pasando a ese Robinson cuya isla abierta al mar se volvi6 un lugar cerrado?""* El malestar que nace procede no del simple enrarecimiento de las relacio- nes de objeto, sino de que, en el espacio desierto, avanza hacia él, viene a su encuentro la figura del “doble”, de ese “él mismo” del que el sujeto puede “distraerse” cada vez me- nos." Experiencia en la que el que vive solo termina por compartir la intimidad y el lecho de su propio doble. Para dar cuenta de esta mezcla dificil de decantar del demasiado de uno mismo y demasiado de otro, hay que Lecciones de introduccién al psicoandtisis, XXV, G-W. XI, 422 » P.-L, Assoun, “Métapsychologie de la solitude: clinique de Vétre~ seul”, en Topique, N° 64, “Solitudes", L'Esprit des Temps, 1998, 75-86. ¥' Michel Tournier, Vendredi ou les limbes du Pacifique. 1" P.-L. Assoun, Lecons pscychanalytiques sur Frereset soeurs, Anthro- povEconomica, 1997. oh buscar por el lado del auto-erotismo por una parte, y de la relacién con el otro, por la otra. Fobia a la soledad y soledad fébica Freud pone la fobia a la soledad, que algunos buscaban en una necesidad metafisica de alteridad, en relaci6n con un hecho muy preciso: el temor al onanismo, En el nifio, estar solo y, ademas, en la oscuridad yel silencio, es estar sometido a la tentacién del onanismo. No fortuitamente, de manera paralela a la agorafobia, se afirma con claridad que “la fobia a la soledad (die Phobie vor dem Alleinsein) en el fondo (im Grande) quiere distraer la tentacién de un onanismo solitario (einer einsamen Onanie)”.* Este diagnéstico de aires “sexolégicos” va mucho més lejos de lo que parece. En primer término, estar solo enfrenta de manera mas 0 menos aguda con el miedo a uno mismo, a estar librado a lo arbitrario de la propia pulsién -tentacién que horroriza, como vimos Ademés, mas alla de la tentacién por el placer prohibido, Jo que aparece es la tentacién del solitario de... masturbar a su doble. Y hasta en las delicias morosas de la soledad, permite sentir las exacerbaciones del placer solitario en las que obtienen su fuente secreta. Finalmente, la masturbacion no plantea problemas en si misma, sinoen tanto choca, al final del fantasma edipico, con Ja amenaza de la castracién. Hay mas precisiones en el plano metapsicol6gico: la hipo- condria, con su componente pato 0 nosofdbico, aprehensién fébica a estar-enfermo, se trenza en torno de “transformacio- nes corporales” que revelan su origen auto-erético.'" 8 Inhibicion, sintoma y angustia, e. VII, G.W. XIV, 158. ' PLL. Assoun, Lecons psychanalytiques sur Corps et symptome. Annthropos/Economica, 1997. 738 Esto hace que el sujeto siempre sea virtualmente fébico a su soledad, como si, por una parte, corriese el riesgo de ser capaz de todo y, por otra, se expusiera a un peligro tan anénimo como preciso. Y podria suceder que, hasta en estos movimientos auto-erdticos de autoprodigacién de placer, el llamado a la persona amada se notifique nostalgicamente. El extranjero y la nostalgia En esta aglomeracién de uno mismo por uno mismo yen este sentimiento doloroso de “frente a frente con uno mismo”, Freud saca alla luz el secreto de la fuerza de reeafda de estas fobias, desde el inicio hasta el fin de la vida. Esta idea aparece desde el principio hasta el final de sus reflexiones: “Originariamente, la angustia de los nifios no es otra cosa que la expresidn de que les falta una persona amada”, dicen los Tres ensayos. “Las misteriosas fobias a la soledad, a Ja oscuridad, a las personas extrafas pueden comprenderse como reacciones al peligro de la pérdida de objeto”, precisa en Inhidicidn, sintoma y angustia.”' Dicho de otto modo, la soledad habla =silenciosa y oscuramente- de la angustia del nifio que convoca la presencia ausente del otro amado, de la “persona que proporciona cuidados” ~esa Pflegeperson cuya impor- tancia en el origen de la relacién del sujeto con el estado naciente de sus necesidades conocemos." De paso, sefiale- mos que la figura de la “persona extrana” se ineluye dentro de los objetos fobicos, al lado de la soledad, En efecto, se tra- ta de la emergencia de la persona extrafa que cristaliza la angustia: es la que viene en lugar del otro esperado que cristaliza el miedo. Pues, en el fondo, la desaparicién de la madre es abstracta: se vuelve conereta por la aparicién de una persona que no es la madre. Esta es la epifania desas- 89 Tres ensayos sobre la teoria sexual, 111, “El hallazgo del objeto”, G.w. V, 125. ™" Inhibicién, séntoma y angustia, ¢, VII, G.W. XIV, 158, " Esquisse de psychologie scientifique. 79 trante cuyo alcance ya sefialamos,” que cristaliza la des- aparicién de la persona capaz de dar seguridad y de ser amada (das Vermissen der gelieben Pflegeperson).™ La fal- ta de la madre se notifica a través de lo que sobresale, a través de la extrafa, Pesadilla espacial Quizds un componente de la agorafobia sea ese sentimiento de estar limitado por todas partes por un rostro dela persona extrafa, la que viene en lugar del objeto esperado. Esto vuelve a ubicarnos en el espacio de la pesadilla o del sueno traumatico. Habria que comprender el colmo del enloquecimiento como la contradiccion de vise entre una intrusién y una nostalgia, lo que se expresa en el denso enunciado: “La soledad como el rostro extrano despiertan el deseo ardiente de la madre familiar” (die Sehsucht nae der vertrauten Mutter). De ahi el Hamado al otro en el centro de la oseuridad, que Freud expresa con precisién de aforismo: “El deseo ardiente en la oscuridad (Sehsucht in der Dunkelheit) se transforma en miedoa la oscuridad (Angst wor der Dunkel- heit)."% La fobia a la soledad es la instituci6n de esta angustia, formada en el lugar mismo dela tristeza y dela decepcién del otro amado: “Es su decepcién y su deseo que se transforman en angustia”."” "© PL, Assoun, Lecons psychanalytiques sur le regard et la voix. 1 Inhibicién, sintoma y angustia.. 1 Nueva continuacion de las conferencias de psicoandli GW. XV, 89. = Lecciones de introduccion al psicoandlisis, G.W. XI, 422, © Lecciones de introduccién al psicoandlisis, G.W. X1, 422. s, XXXII, 80 PENSAR LA FOBIA TEORIA Leceién VI LA FOBIA A PRUEBA __ DE LA METAPSICOLOGIA En primer término, la fobia se da como algo que subvierte el pensamiento: temor inverosimil. Su “contenido incons- ciente” la vuelve accesible. ;Qué pensamiento, preciso y ciego —es decir, inconsciente— se oculta tras la fobia y acta a través de ella? Metapsicologia de la fobia Llegé el momento de que “la bruja -metapsicologia—” se ocupe de este fenémeno que desafia a la clinica. Por supuesto que los elementos metapsicoldgicos de la fobia ya estaban en el lugar, como vimos, desde el origen. Pero fue necesario un tiempo de latencia (1895-1915) para que Freud se dispusiera a encontrar la significacién meta- psicologica de este nudo conflictivo que es la fobia, es decir, para que la fobia se encontrara en el “caldero” de la bruja." Lo que organiza esta lectura metapsicolégica es la signi- ficacién de la fobia como encuentro del “peligro pulsional” (Triebgefahr) y su destino sintomatico. La escritura metapsicolégica de la fobia se despliega a partir de un encadenamiento de tres proposiciones: (I) no *® P-L, Assoun, Introduction a la métapsychologie frowelionne. PUR, ‘Quadrige, 1993 y La métapsychologie, PUF, Que sais-je? 2000, 10. 83 hay fobia sin despliegue de angustia; (II) esta angustia tiene ‘un destino en Ja represién; (IID la formacién de compromiso supone el enc i én. Entre las posiciones (II) y (III) emerge la figura del padre (como operador de la amenaza de castracion). A partir de este momento podemos describir el aconteci- miento que constituye la fobia en los planos dindmico, econdmico y t6pico. El destino fébico a la represién Elensayosobi esién recons tituye cémo se escribe la fobi us- tia. Todo lo que se juega alli esta concentrado en este pasaje sobre el ejemplo de la “fobia a los lobos”. La secuencia dinamica que podemos extraer es la siguiente:!° ‘Tiempo I: “La mocién pulsional que sucumbi a la repre- sidn es una actitud libidinal (libidinose Finstellung) hacia el padre, junto con la angustia de que éste es objet Tiempo II: ‘Después de la represion, es de ln conciencia padre deja de aparecer como objeto dela libido”. — | - Tiempo III: “Como sustituto, en un lugar anélogo, se encuentra un animal mas 9 menos apto para servir de objeto de angustia’, En efecto: “La formacién de un sustituto del elemento representacién se lleva a cabo a través del desplazamiento siguiendo conexiones determinadas de una manera especial. El elemento cuantitativo no desaparecié, sino que transmu- to en angustia. El resultado es una angustia frente al lobo, en lugar de una reivindicacién del amor (Liebesanspruch) al padre” 1% = La represion, G.W. X. 257. 8 Op, cit. 258, 84 Balance: “Represi6n fu italmente fallida”. En efee- to: “Todo lo que realizé fue eliminar la representacién_al sustituirla por otra cosa, con Jo que el ahorro del displacer no fue logrado... Entonces, se forma un intento de huida, la fobia propiamente dicha, una cierta cantidad de prevencio- nes que deben impedir la liberacin de angustia”. La ang tia que resiste da cuenta de este fracaso parcial. El enclave fébico El ensayo sobre Lo inconsciente fija con gran precisin el desplazamiento econémico que supone la fobia, asi como las instancias psiquicas implicadas. Veamos cémo se escribe el proceso histérico-fobico. El punto de partida es el siguiente: “una macidn de amor esta presente en Ubw (Inconsciente) que aspira a la transforma- cién en el sistema Vbw (Preconsciente). Pero el desarrollo de angustia se opone a este proyecto, Entonces aparece una representacién de sustituto que juega el rol de una catexis para el sistema Bw (consciente)”.!** La experiencia clinica muestra que el nifio que sufre de fobia alos animales detecta angustia en dos condiciones: primero, cuando la mocién de amor reprimido experimenta_un_refuerzo_y, en segundo término, cuando el animal de angustia (Angstier) es vista”."* (Fue lograda la operacién de distraceién? Si, en la medida en que “quizas el nitio se comporte finalmente como si no tuviese ninguna inclinacién respecto del padre, al haberse emancipado totalmente de él y como si realmente tuviese miedo del animal”. Pero no, pues: “Resulta que esta angus- tia, alimentada (gespeist) por una fuente pulsional incons- ciente, se muestra reacia e hiperpotente (iibergross) contra todas las influencias que provienen del sistema Bw (cons- ciente)y por eso traiciona su origen a partir del sistema Ubw 51 Lo inconsciente, seccién IV, G.W. X, 281. 88 Op. cit., 281-282 8 Op. cit., 284.

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