bad EL MUNDO DEL SABER,
tiempo tratamos de construir nuevos pilares que sostengan algiin ti-
po de techo sobre nuestras cabezas, metaféricamente uno mas
abierto a la luz que el anterior. No sorprende que Prigogine afirme
gua ciencia ext apenas en sus comienzos. La cencia social, que
ce een
ena de la que se extrac.
‘rin en adelante las verdades epistemol6gicas de la ciencia (incluso
de las ciencias naturales).
Estamos preparados para ese papel estclar? Yo ira que estamos
Iejos de ello. Porque muchos de nosotros estén cavando tuneles hacia
adentro en lugar de explorar hacia el exterior. La “crisis? de la conti
nua divisin en nuevas especialidades que cada vez se superponen
mds a otras divisio
‘que hemos venido cons.
truyendo porque no estabamos dispuestos a reconocer el fin de la era
hewtoniana. éPodremos derribar también la vieja estructura de la
ciencia social mientras simulténeamente construimos nuevos pilares
para algiin tipo de techo? ¥ ese hecho, destar4| ala ciencia so-
al solamente o més bien incluird un mundo tinico de saber reunido
{que no conoce divisin entre los humanos y la naturaleza, ni divorcio
centre filosofia y ciencia, ni
yla busqueda de lo bi
tas reconstruimos las
‘omo minimo, que debe-
‘mos reinterpretar los limites organizacionales y burocréticos con
gran flexibilidad y que debemos estimular la colaboracién inteligen-
teen todas partes. Tal vez algiin dia, cuando nos hayamos abierto lo
suficiente, y reconstruido
‘mos cerrar de nuevo por
lizaciones. Pero éste no es
tivamente, no es una o}
’ 11. EL EUROCENTRISMO Y SUS AVATARES
Los dilemas de la ciencia social*
La ciencia social ha sido eurocéntrica durante toda su historia insti-
ciencia social en los sistemas universitarios. Esto no debe sorpren-
der en absoluto. La ciencia social es un producto del sistema mun-
dial moderno, y el eurocentri
tura del mundo moderno. A
la ciencia social se originé en gran parte en Europa. Aq)
pleando el término “Europa” como expresi6n mas cultural que car-
togrifica; en este senti
ai
idos. Aiin hoy, pese-a la difusién global de |:
idad, en todo ef roupdo Ja gran mayoria de los cientificos
sociales sigue siendo europea.'La ciencia social surgié en respuesta
2 problemas europeos, en un momento de la historia en que Euro-
pa dominaba todo el sistema mundial. Era pr jente inevitable
que su eleccién de su tema de estudio, su teorizacién, su metodolo-
gia y su epistemologia reflejaran las condiciones del erisol en que
fue formulada.
‘Sin embargo, en el periodo transcurrido desde 1945, la descolo-
nizacién de Asia y Africa, mds el marcade momento de Ia concien-
cia politica de todo el mundo no europeo, han afectado el mundo
del saber tanto como han afectado la politica del sistema mundial.
Una diferencia importante, hoy y desde hace ya
ta afios por Io menos, es que el “eurocentrismo” de la ciencia social
‘mentalmente esta justificado, y no cabe duda de que si fa ciencia so-
cial ha de hacer algtin progreso en el siglo xxt, debe superar el le-
“El futuro ce la sociologia en
vierbre de 1996, Sel, Corea.
faq]1
92 PLMONDO DEL SaneR
sgado eurocéntrico que ha distorsionado sus andlsis y su ca
isis y su capaci
de etn los problems del mando concupurtsce Roe
mos de hacerlo debemos examinar culdadosamente qué es To que
nstivuye el eurocentrismo, porque como veremos es un monstea,
con cabezas de hidra y tiene muchos avatares. No serd facil mato
ripidamente al dragon. En realidad, si no tenemos euidado, cuan
do tratamos de combatirlo podriamos de hecho u
trismo i a
minio
[sy Por lo menos cinco maneras diferentes en que se ha dicho que
{a clencia social ¢s eurocéntrica. No constituyen un conjumto dees,
tegorias logicamente coherente, porque se superponen ent formmas
poco claras. Sin embargo, podria ser util cxaminar lo que se afirms
£7 cada una de ellas. Se ha sostenido que la ciencia social express
10 en 1] su historiografia, 2} el parroquialismo de su
uuniersalismo, 3] sus supuestos acerca de la civilzacién (occiden.
@, 4} su orientalismo y 5] sus intentos de imponer la teoria del pro.
Historigrafia. Es \a explicacién del predominio europeo en el
mundo moderno en virtud de realizaciones especificamente euro-
eas, La historiografia es probablemente fundamental para las otras
explicaciones, pero también es la variante més evidentemente inge-
smiua y cuya validez es més fécil de cuestionar. Es indi
{os iltimos dos sigios los europeos han estado sentados en Ie cima
del mundo, Colectivamente han controlado los paises mis ricas y de
mayor poderio militar. Han disfrutado de la tecnologta mis svanza,
day fueron los principales cteadores de esa tecnologia av Es
tos hechos son en general indiscutidos y de hecho seria ci
tlonarlos en forma plausible. EI problema es qué es lo que expl
¢sa diferencia en poderio y nivel de vida con el resto del munde Un
tipo de respuesta es que os europeos han hecho algo meritorio y di.
ferente de los pueblos de otras partes del mundo. Es a ¢s0 a lo
6 referen los estudiosos que lablan del "misgro eoropeat 9
europeos inauguraron la revolucién industrial 0 crecimiento soste
nido, o iniciaron la modernidad, o el capitalisino, o la buroctatiza,
cin, ola libertad individual. Por supuesto, después tendremos que
LE J. Jones, Tie Buopeax Mince Enctronmons, Economics ond Carpe
istry of Europe ond Asia, Cambridge, Cambridge University Pret, 19810
EL EDROCENTRISMO Y SUS AVATARES 193.
definir con cuidado esos términos y averiguar si fueron realmente
Jos europeos quienes lanzaron la que escojamos de esas novedades,
y sies asi, cuando fue exactamente.
Pero aun cuando estuviéramos de acuerdo en la definicién y en
la fecha, y en consecuencia, por asi‘decirlo, en la realidad del feno-
‘meno, de hecho hemos explicado muy poco. Porque después tene-
mos que explicar por qué fueron les europeos, y no otros, los que
inauguraron el fenémeno especifico, y por qué lo hicieron en deter
buscar esas explicaciones, e ins-
tinto ha impulsado a la mayoria de los estudiosos a remontarse en
1a historia hasta los presuntos antecedentes. Si en el siglo xvi, o en
€1 xv1, los europeos hicieron x, se dice que fue probablemente por-
que sus antepasados (0 sus antepasados atribuidos, porque la des
cendencia puede no ser tanto biolégica como cultural, o presunta-
mente cultural) hicieron, 0 fueron, y en el siglo Xt, 0 en el siglo v
.C., 0 incluso més atras. Todos recordamos multiples explicaciones
‘que, una vez que han establecido o por lo menos afirmado determi-
nado fenémeno que ocurrié entre el y el XIX, proceden a
remontarse a diversos puntos anteriores del pasado europeo en bus-
‘cade la variable verdaderamente determinante.
Hay agui una premisa que no esta realmente oculta, pero que por
mucho tiempo no fue discutida. La premisa és que cualquiera que
sea la novedad de que se considera responsable 2 Europa entre los
siglos xvr y xrx, esa novedad es algo bueno, algo de Io que Europa
puede estar orgullosa y que el resto del mundo debe envidiar, 0 por
Jo menos apreciar. Esa novedad es percibida como una
y numerosos titulos de libros dan fe de ese tipo de evaluaci
Me parece que no existe mayor duda de que la historiografia real
de ia ciencia social mundial ha expresado en alto grado esa percep-
cin de la realidad. Esa percepcién, por supuesto, puede ser cues-
tionada en varios aspectos, y eso se ha venido haciendo
‘mas en las iiltimas décadas. Se puede cuestionar la exact
centre los siglos xvi y xrx. Ciertamente se puede cuestionar la plausi-
bilidad de los presuntos antecedentes culturales de lo que ocurrié
«en ese periodo. Se puede implantar Ia historia de los siglos xvi a xix
‘en una duracién més larga, desde varios sigios mds langa hasta de-
‘cenas de miles de afios. Los que hacen eso generalmente estén sos-
speas de los siglos xv1
teniendo que las “realizaciones” e
ares a una variante
sultan asf menos notables, més si194 EL MUNDO DEL SAneR.
‘menos como logros que puedan acreditarse principalmente a Euro-
pa. Por tltimo, se puede aceptar que las novedades son reales, pero
argumentar que constituyeron una realizacién no tanto positive co.
mo negativa,
gratia revisionista suele ser persuasiva en los
ide a ser acumulativa. En cierto punto la
demuncia, o la desconstruccién, puede llegar a do y es po-
sible que arraigue una contratcoria. Estos, por ejemplo, lo que par
rece estar ocurriendo (o haber ocurrido ya) con la historiografia de
4a Revolucin francesa, donde fa llamada iterpretacién social que
habia dominado la literatura durante por lo menos un siglo y me.
iraje paradigmstico similar en la historiografia bésica de la mo.
dernidad.
Jncign con la historiografia de las presuntas realzaciones europeas
en el mundo moderno. Ahora esté siendo atacada.