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© Baitorlal VOC _Introducci6n ala psicotogia soctal .3. Las instituciones sociales Habitualmente, se reconocen dos acepciones a la noci6n de institucién: una que estarfa vinculada principalmente a la reflexién socioldgica y otra que se acercarfa més al uso que hacemos de ella en el lenguaje ordinario y que también es propio de la psicologia. Empezamos por la primera de las dos, la que es mas propia de la sociologia, En este caso, tenemos que decir que los sociélogos utilizan a menudo la nocién de institucién para referirse a aquellos elementos constitutivos de la sociedad que presentan un grado estable de organizacion, Las instituciones son, en un sentido sociolégico amplio, “los principales sistemas organizados de relaciones sociales en la sociedad” (Harré y Lamb, 1986). El matrimonio, la justicia, el mer- cado, son algunos de los ejemplos que répidamente se nos ocurren. Dicho de otra manera, las instituciones son, eminentemente, aquellos con- juntos de reglas y convenciones que son socialmente aceptadas en un momento determinado, una especie de pautas preestablecidas, socialmente legitimadas, que sirven para regular las interacciones entre las personas. Este papel normati- vo, y también su continuidad en el tiempo, les conflere una imagen de entes que existen por encima y més allé de los individuos concretos. De hecho, como plantea la antropdloga Mary Douglas, las instituciones tienen un papel especial- mente relevante en el momento en el que estos individuos concretos tienen que tomar decisiones que superan su c: dice esta autora, son las institu: hacer (Douglas, 1986). Esta relacién entre la institucién y el individuo es, sin duda, polémica y es objeto de diferentes controversias que reflejan la tensién entre las explicaciones pacidad de raciocinio individual; entonces, snes las que indican qué es lo que hace falta de la vida social centradas en el individuo y las que toman la colectividad como eje explicativo central, En el primer caso, practicamente parecerfa que la nocion de institucin es mas una manera de hablar que otra cosa, vista la focalizacion en el nivel individual a la hora de explicar los fendmenos sociales. Un ejemplo de ello nos lo ofrece Jon Elster cuando dic "Hie estado diciendo que las instituciones ‘hacen’ o 'intentan’ esto o aquello pero en tér- minos estrictos esto es una insensate7. S6lo los individuos pueden actuar e Intentar. Si pensamos en instituciones como mandamientos y olvidamos que estén compuestas por individuos con Intereses divergentes, podemos desorientarnos desesperadamente, En © Baltorlal UOC 427 Capitulo VI. Gupos, movimientos. particular, as quiiméricas nociones de ‘la voluntad popular’, ‘el interés nacional’ y lapla- nificaci6n social’ le deben su existencia a esta confusion.” J, Elster (1989). Tuercas y tornillos. Una introduccién a los conceptos baisicos de las ciencias sociales (p. 153). Barcelona: Gedisa, 1990. En el otro extremo encontramos a aquellos autores, como Mead, que plan- tean que sin instituciones sociales no podria haber personas 0 personalidades individuales plenamente maduras: “De cualquier modo, sin Instituciones sociales de alguna clase, sin las actitudes y ac~ tividades sociales organizadas por medio de las cuales se constituyen las Instituciones sociales, no podrian existir personas o personalidades individuales plenamente ma- duras; porque los individuos involucrados en el proceso vital soctal general, del cual las instituciones sociales son manifestaciones organizadas, pueden desarrollar y po- seer personas 0 personalidades plenamente maduras, s6lo en Ja medida en que cada uno de ellos refleje o aprehenda en su experiencia individual esas actitudes y activi- dades sociales que las instituciones sociales corporizan o representan.” G. H. Mead (1982). Espiritu, persona y sociedad. Desde el punto de vista del conductisro social (p. 279). Barcelona: Pald En este sentido, sin embargo, hay que remarcar que Mead no esta diciendo gue las instituciones supongan una manera de subvertir la individualidad, que quedarfa anulada por el conjunto extraido de pautas fijas y especificas de ac clon que emanarfan de las instituciones. Mas bien, las instituctones propor- cionarfan pautas en un sentido muy amplio y dejarfan mucho margen para la alidad, Ja flexibilidad y la variedad de conductas. Yendo un poco més allé, podrfamos decir que, en definitiva, son las institucio- nes las que permiten a la teorfa social entender la vida social como un todo y con- ceptual Ja como una especie de compleja liturgia permanente. Las instituciones, en definitiva, serfan las responsables de mantener unida a la sociedad. Y es justo decir que si esto fuera asf seria sin duda porque tendrfan un componente que irfa més alld de lo puramente normativo como hemos remarcado hasta ahora. Es im- portante destacar, también, que las instituciones pretenden satisfacer necesidades fundamentales. De hecho, algunos autores prefieren remarcar esta dimension (Munné, 1974), aunque est claro que el problema de un planteamiento de las ins- tituciones como satisfactorias de necesidades sociales surgirfa en el momento de tener que delimitar cudles se pueden considerar necesidades y, todavia més, cuales de estas necesidades se pueden considerar fundamentales. El acuerdo aqui podria © Baitorial UOC 48, Introduccion ala psicologia social ser bastante complicado porque, a pesar de la aparente trascendencia con la que toda institucién se presenta socialmente, es evidente que esto se debe mas a un efecto del discurso que se labora en tomo a ella que a su propia esencia. Asi pues, podemos resumir esta visién sociolégica de las instituciones socia- les con una definicién que engloba las diferentes ver nado hasta ahora: sntes que hemos mencio- “Podemos considerar que una instituci6n es una pauta normativa especificada, cuya ‘supervivencia exitosa’ est determinada por el arraigo que tenga en la tradicién del universo vital de una comunidad, por su imposici6n mediante la movilizaci6n de po- der y el carisma, y por su adaptaci6n a experiencias de aprendizaje, intereses y cAlcu- los de utilidad situacionalmente cambiantes.” R. Miinch (1987). Teoria parsoniana actual: en busca de una nueva sintesis. En A. Glddens, J. Turner et al. La teorfa social hoy (p. 181), Madrid: Alianza, 1990, La segunda acepcién a la que nos referfamos més arriba tiene que ver con el lenguaje cotidiano y, de hecho, también con el lenguaje mas propio de la psi- cologfa. En este caso, utilizamos la palabra institucién con el fin de designar cier- to tipo de establecimientos donde se encuentran recluidas un determinado niimero de personas, a menudo al margen de su voluntad, con el fin de atender sus necesidades, fista es, sin duda, una manera bastante habitual de explicar lo que son las instituciones y nos gustaria remarcar dos aspectos que nos parecen no poco importantes y que son bastante indicativos del tipo de organizacion del que hablamos: por un lado, el hecho de que, a menudo, las personas que se en- cuentran recluidas lo estén al margen de su voluntad; y, por el otro, el hecho que la decisién sobre cudles son estas necesidades que tienen que ser atendidas no reside en las propias personas que reciben la atenci6n, sino que a menudo son personas consideradas especialistas las que deciden que un nifio necesita ser educado, que un preso hace falta que sea rehabilitado 0 que una persona diag- nosticada con un trastorno mental requiere un tratamiento determinado. En este caso, cuando hablamos de instituciones nos referimos a lugares como el hos- pital, la prision, la escuela o el manicomio. Goffman es probablemente el autor que ha analizado més en profundidad en qué consiste la vida en uno de estos establecimientos, concretamente, en aquellos que se caracterizan por alcanzar el grado maximo de absorcién del tiempo y el interés de sus miembros. A este tipo de instituciones Goffman las @Bditorial UOC 429 Capitulo VI. Gupes, movimientos, llama instituciones totales y las define como establecimientos cerrados al exterior y donde se retinen, o son reunidos, durante un perlodo de tiempo considerable, personas que han de hacer las actividades bésicas de su vida en compafifa de otros que hacen las mismas cosas que ellos, a partir de un programa prefijado, segtin objetivos determinados y bajo la tutela de un cuerpo de funcionarios. Goffman considera cinco tipos diferentes de instituciones totales. Es importan- te tener presente que se trata de una obra del afto 1961 y que, con toda seguti dad, el imaginario social que deja entrever resulta, a veces, un poco tronado para nuestra manera contemporénea de entender el mundo, tal como se puede 7 apreciar en algunas de las expresiones y caciones que utiliza: 1) Instituciones que tienen como finalidad cuidar de personas que parecen ser al mismo tiempo incapaces ¢ inofensivas: hogares para ciegos, abuelos, huér- fanos o indigentes. 2) Instituciones que tienen como finalidad cuidar de aquellas personas que no pueden cuidar de ellas mismas y que la sociedad las ve como una amenaza involuntaria potencial: hospitales para enfermos infecciosos, hospitales psi- quidtricos y leproserias. 3) Instituciones que se han organizado con el fin de proteger la comunidad de aquellos que voluntariamente suponen un peligro para ésta y cuya finalidad no prevé de manera inmediata el bienestar de los reclusos: prisiones, presidios, campos de trabajo y concentracién. 4) Instituciones que tienen como objetivo hacer de la mejor manera posible una tarea de caracter laboral: cuarteles, barcos, escuelas de internos 0, dice Go- ffman, mansiones sefioriales desde el punto de vista de los que viven en las de- pendencias como personal de servicio. 5) Para acabar, encontrarfamos aquellas institu fugio del mundo y que, a menudo, también estén involucradas en la formacion. de religiosos: abadias, monasterios, conventos, etc. nes que actitan como re- Lo que hace Goffman (1961) es centrarse en el caso de las instituciones psi- quiétr cas; concretamente, su propésito, tal como declara en la introduccién de su libro Internados, consiste en averiguar cual era la situacién del paciente internado. © Editorial UOC 430 Introducei6n ala psleologia social En este conjunto de ensayos, el autor analiza la organizacién de la experien- cia cotidiana y la interaccién cara a cara entre los usuarios de este tipo de insti- tuciones. Mediante un esmerado trabajo etnogréfico, Goffman puede describir el proceso por el que las personas incorporan las normas institucionales y tam- bién los efectos que tienen las instituciones sobre la actividad individual, y las huellas que dejan en el orden de la interaccién. Goffman, en definitiva, nos ex- plica cémo la institucién hace de mediadora en las relaciones entre las personas que forman parte de ella. Ademés, Goffman analiza los efectos que produce el hecho de que todos los aspectos de la vida de un individuo se desarrollen en un Gnico lugar, siempre en compaiiia de otros y a partir de secuencias programadas y obligatorias; concre- tamente nos oftece una excelente caracterizaci6n de las consecuencias de todo eso en el mundo social de las personas internas, pero tal como es experimentado subjetivamente por los actores de este mundo idiosincratico, As{ es como nos muestra c6mo la institucién controla el tiempo del interno ¢ invade completa- mente su sentido de identidad, 1o que origina lo que el autor denomina profa- nacién del self. Desde el momento del ingreso en el establecimiento, el interno es privado de las posibilidades y de los objetos que determinan o soportan su identidad; es decir, pierde individualidad y privacidad. El trabajo de este autor es una buena descripei6n de cémo los internos de las instituciones totales se ven obligados a aceptar sin ningén tipo de respiro las definiciones de su identidad generadas por otros, En definitiva, su obra constituye una de las fuentes més importantes de las que se ha alimentado la critica a las instituciones; una critica a la que también ha contribuido de manera capital la obra de Michel Foucault. Y su contrlbucién Ja consideramos principal en la medida en la que este filosofo francés da un paso més allé que Goffman y define la sociedad entera en los términos que caracte- rizan a las instituciones de encierro 0, como él mismo ha dicho, de secuestro. Foucault (1976) no se limita a radiografiar con meticulosidad los quids del funcionamiento de los establecimientos institucionales, remarcando 1a im- portancia de los aspectos disciplinarios, sino que hace de la disciplina la carac-~ teristica esencial de las sociedades modernas, a las que pasa a tildar de sociedades disciplinarias. De hecho, Foucault nos muestra como aquellas dos acepciones de las que ha- blaba al principio, de hecho, se complementan; una se remite a la otra. Proba- © Baitortal UOC 431 Capitulo VI. Gupos, movimientos. blemente no sabriamos definir la sociedad sin el conjunto de normas y convenciones que regulan la vida social, pero, igualmente, nos parece imposible explicar nuestras sociedades modernas sin hacer referencia a los establecimien- tos institucionales. Cuando, por ejemplo, se critica la prisién como institucién generadora de delincuentes, siempre encontramos aquella vocecita que nos re- cuerda: "si, muy bien, las prisiones también crean problemas, pero ¢que quizas seria posible una sociedad sin prisiones? {No acabarfa todo en un puro caos?”. Efectivamente, podemos decir que nuestra conceptualizaci6n de la sociedad, la imagen que la modernidad ha asentado, es que no es posible la vida en comin sin reglas compartidas y sin establecimientos que las transmitan y/o segreguen a aquellos que, por alguna raz6n, no se ajustan a ellas. Efectivamente, la aportacién de Foucault consiste en presentarnos una imagen de la sociedad moderna como continuo trfico de una instituci6n a la otra y, por lo tanto, como un continuo tréfico de un sistema disciplinario a otro, Aquello que en sus inicios era una medida circunstancial, un pati6n accidental, una métrica singu- lar, una prdctica puntual de los ejércitos protestantes, las escuelas jesuitas 0 los hos- pitales maritimos pasa a ser una formula general. Como Ewald (1990) ha sefialado, la principal conclusion que podemos extraer de Vigilar y castigar no es que se pueda imaginar la prisin como algo posible gracias a la generalizaci6n de las técnicas dis- ciplinarias, muy al contrario, la conclusién es que podemos imaginar la prision como la instituci6n que ofrece a la sociedad moderna su auténtica imagen. ‘Asi, pues, quizas nadie mejor que Foucault para obtener una guia de cémo pro- fundizar el estudio de una institucién, una guia a partir de cuatro niveles de andlisis: 1) La racionalidad o la finalidad de la institucién, Se trata de delimitar sus objetives, la raz6n formal por la que ha sido creada. 2) Los efectos. Es decir, una cosa es lo que se dice que es el objetivo de la institucién y otra, lo que la institucién consigue. Bl ejemplo que pone Foucault es el de la prision. Supuestamente, su finalidad es reformar al individuo, y lo que consigue, fundamentalmente, ¢s intensificar los comportamientos delictivos. 3) El uso. Es decir, cuando una instituci6n no cumple su finalidad, hay que ver cudl es el uso que se hace de ella, Foucault sigue con el ejemplo de la pr y plantea el uso que tiene como mecanismo de eliminacion. 4) Las configuraciones estratégicas. Aqui, Foucault se refiere al proceso por el que estos “usos no previstos” se convierten en parte de una nueva racionalidad. ion

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