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Servicio Biblico Latinoamericano y © kinonia El Jests Histérico a la luz de la exégesis reciente Rafael Aguirre. 1, Introduccién 1a investigacién histérica sobre Jesis ha conocido diversas fases. Los discfpulos de Bultmann reaccionaron contra el escepticismo de su maestro promoviendo lo que se llamé “la nueva biisqueda” del Jestis hist6rico (Kisemann 1954), mucho mas cauta que la emprendida por el racionalismo optimista del XIX, y motivada teol6gicamente: se buscaba anclaje para la fe cristoldgica y los estudios los realizaban exégetas y en el marco de facultades de tcologia, fundamentalmente alemanas. Aqui hay que situar a los trabajos de Bornkamm, Conzelmann, Schiirmann, Cullman, Jeremias (con matices), ete. La gran tenovacién de la cristologia posconciliar es muy deudora de esta exégesis sobre el Jestis histérico (Rahner, Gonzalez Faus, Sobrino, Boff, Ducog, Moltmann etc). A partir de los afios 80 del siglo pasado se abre paso una sueva orientacién en los estudios histéricos sobre Jestis, sin que sea posible ahora explicar ni sus causas ni sus caracteristicas (Aguirre 1995; Bartolomé 2001; Witherington 1995). Si diré que esta famosa “third quest” 0 “tercera biisqueda”es una investigacién que procede fundamentalmente del mundo anglosajén, que es muy interdisciplinar y que, en buena medida, se hace al margen de las instituciones teolbgicas y de las referencias confesionales. La produccién es enorme, de valor muy desigual, peto es indudable que se han abierto perspectivas de sumo interés. En mi opinidn, la reflexién cristolégica y eclesiolégica no se ha confrontado atin con los resultados de estas nuevas investigaciones biblicas. En las paginas que siguen me propongo nada menos que realizar una sintesis de lo que desde el punto de vista histérico se puede decir con relativa solidez sobre Jesiis de Nazaret. Tarea complicada y mis si debe hacerse en un espacio reducido, lo que obliga a seleccionar algunos aspectos, y no permite justificar sufieientemente las afirmaciones que se hacen ni citar ni considerar las opiniones de otros autores, Tampoco es posible abordar las cuestiones previas y decisivas de caracter metodolégico: las fuentes, su valoracién y los eriterios de historicidad, Quiero dejar bien claro que intento hablar desde el punto de vista histérico, evitando en lo posible 1a ctiptoteologia (Crossan 1999, XXII, que es la que ha predominado en los estudios sobre el llamado “Jesiis hist6rico”, y la autobiograia, y me refiero al conocido dicho de que los estudios sobre Jess han solido servir poco para conocer a este personaje, pero mucho para conocer la mentalidad de quien los realizaba, Creo que lo que voy a decir esta s6lidamente fundado y es racionalmente muy defendible, aunque, por supuesto, es también muy discutible. Asi es la naturaleza del saber histérico, que no se impone apodicticamente y que avanza por tanteos y acercamientos progresivos. Esto es verdad siempre, pero mucho més cuando, como en el caso de Jestis, las fuentes son escasas y muy interesadas, y su estudio ademés implica con facilidad y en grado sumo la subjetividad de quien lo realiza, Dada la naturaleza de los evangelios -los sinépticos tienen un esquema muy simple y muy teolbgico de la vida de Jesis y, ademés, muy diferente a Juan- probablemente no es posible una presentacidn secuencial, ordenada y ctonolégica de la vida de Jests. Incluso es posible que de Io que yo diga no resulte una visién sistematica y coherente de lo que Jestis hizo y dijo. Puede deberse al caracter fragmentario de nuestras fuentes, también a la naturaleza simbélica y poética del lenguaje de Jestis, tan maltratado pot la teologia posterior; pero hay otro factor: los cambios y hasta las contradicciones que con frecuencia caracterizan el mensaje y los comportamientos de los grandes carismaticos, que es un factor que sucle aumentar su prestigio entre sus seguidores (J. C. Sanders 1998). Y, por supuesto, parece muy verosimil que se diese una verdadera evolucién a lo largo de la vida de Jess en la comprensién de aspectos centtales de su mensaje. 2. El contexto historico y geogratfico. Jestis fue un judio fiel y nunca dejé de serlo. Mas precisamente fue un galileo, lo que es clave para situarle debidamente. 1a investigacién histérica y arqueolégica sobre Galilea est4 actualmente en pleno desarrollo y las diferencias que autores muy importantes de nuestros dfas tienen sobre cl Jestis de la historia estin intimamente relacionadas con las distintas imagenes que se hacen de la Galilea del siglo I. E, P. Sanders se imagina una Galilea pacifica y con pocas diferencias religiosas con Judea. Freyne, sin duda el que mis a fondo a estudiado el tema, presenta una Galilea muy convulsionada por las dificultades econémicas y por el proceso de urbanizacién. Crossan y Mack subrayan especialmente la helenizacién de la regién y la influencia en ella de los fildsofos cinicos. EI judafsmo de Galilea era muy acendrado, pero diferente al de Jerusalén, donde el papel del "Templo era mayor y la presencia de escribas mas numerosa; ambas regiones, desde la muerte de Salomén, se convittieron en entidades separadas y habjan tenido una historia politica muy distinta, En tiempo de Jestis, Galilea era un reino vasallo de Roma bajo la dinastfa herodiana, mientras que Judea estaba bajo el control directo de Roma, que tenia alli un prefecto que dependia del legado de Siria Jesiis era de Nazaret (Mateo y Lucas sian su nacimiento en Belén, lo que quiza es una construccién teolégica para reafirmar su ascendencia davidica; cfr. 1Sam 16); en todo caso est claro que su infancia transcurrié en Nazarct y era conocido como natural de esta localidad (Jn 1,46; 7,41; Me 6,1- 6). Bra un pueblo pequefio y pobre, como ha puesto de manifesto la arqueologia, pero que esta a solo 5 km. de Séforis, ciudad reedificada por Herodes Antipas, que la convirti6 en capital de Galilea ste dato es muy importante. En efecto, el proceso de urbanizacién, en marcha desde el tiempo de Alejandro Magno, habia legado hasta Galilea que estaba rodeada de una serie de ciudades helenisticas paganas y en Jas que los judios eran una minoria, Al Este las diez ciudades de la Decépolis, al otro lado del Jordan, excepto Escit6polis / Bet Shean. Al Notoeste Tiro, Sidén y Aco / Tolemaida Al Oeste, en la costa del mar Mediterraneo, Cesarea Maritima, gran puerto ¢ impresionante ciudad pagana donde residia habitualmente el prefecto romano, Al Sur, otta importante ciudad herodiana, Sebaste. Pero el proceso de urbanizacién penetraba en cl corazén mismo de la Galilea judia. He mencionado Séforis, “corona de Galilea”, la llamaba Flavio Josefo, Més tarde Antipas construyé junto al ago Tiberias, donde trasladé la capital. Ta urbanizacién eta simultineamente un proceso de helenizacién, aunque Séforis y Tiberias mantenian una fisonomia predominantemente judia (en Séforis no se han encontrado restos paganos para el siglo 1) (Meyers 1997; Chancey 2001), pero era el lugar de tesidencia de la élite de funcionarios y propietatios, Cuando postetiormente, el afio 66 estallé la sublevacién judia, ambas ciudades adoptaron una postuta pro-romana totalmente opuesta al campesinado galileo. Utilizando una terminologia técnica (Freyne 2000}, se puede decir que Séforis y ‘Tiberias no eran ciudades ortogenéticas, nacidas como desarrollo de un entorno rural y en relaciones armoniosas con él, sino heterogenéticas, es decit, en virtud de un influjo extetno y que resulta un elemento extrafio que rompe los equilibrios tradicionales del entorno rural De hecho Ia situacién de! campesinado galileo del tiempo parece que era sumamente dificil. Grababan sobre ellos enormes cargas impositivas, con las que los herodianos financiaban su politica de grandes obras piblicas; a esto hay que afiadir los impuestos exigidos por el Templo de Jerusalén, Las pequefias propicdades agricolas familiares no podian hacer frente a tal situacién. Consccuentemente se daban un proceso de concentracién de la propiedad, de modo que los pequefios propietarios se convertian en jornaleros, a veces incluso en esclavos, y la emigracién fuera del pais er muy numerosa, La ciudad siempre ejerce una cierta fascinacién sobre su entorno social. Pero esta fascinacién puede ser de atraccién por las nuevas formas de vida o de rechazo de los valores y costumbres que se ven como algo ajeno y perjudicial. Esto iltimo es lo que sucedia en la Galilea del siglo I, Los sectores rurales vefan con hostilidad a las ciudades introducidas por los herodianos, que rompian sus formas tradicionales de vida y les perjudicaban cconémicamente. Se puede decir que frente a una “economia de reciprocidad” de carfecter tradicional, basada en la familia como unidad de produccién y consumo, los herodianos, pro-romanos imperialistas, introducfan una “economia de re-distribucién” en la que ua gran poder central (el Imperio y el Templo) acumula tuna riqueza ereciente, de cuyo reparto sale muy favorecida una élite. La tensién campo - ciudad es clave para entender la funcién social de Jestis y su mensaje. No es exagerado afirmar que la Galilea del tiempo estaba atravesada por una crisis con hondas repercusiones culturales y econémicas. Desde ahora quiero llamar la atencién sobre el hecho muy significativo y probablemente nada casual de que Jesés no parezca nunca en los Evangelios visitando los nuicleos turbanos importantes, En Galilea reinaba una acendrado espiritu judio, pero la regién estaba abierta a una notable influencia helenistica. Basta una mirada al mapa para comprender que lo contratio serfa imposible. La ribera occidental del Lago, de especial importancia en el ministerio de Jesds, estaba muy poblada y abierta a las relaciones con cl entorno pagano. Cafarnaiin, que fue algiin tiempo centro de operaciones de Jestis, estaba muy cerca de ‘Tiberias, la capital, y de Magdala/'Tariquea, una localidad importante conocida por su industria de salazdn de pescado, Los pescadores de Cafarnatin y Betsaida, ésta ya en el territorio de Filipo, inevitablemente tenia que tener relaciones con la cercana ribera oriental y pagana. Cerca de Cafarnaiin pasaba la via que levaba a la Decépolis, como sabemos por los datos del evangelio y por el descubrimiento de una piedra milar, que puede verse en Ia actualidad en las excavaciones de la ‘mencionada ciudad. 3. Los primeros pasos "Tenemos poca informacida fiable sobre los origenes de Jess, sobre sus antecedentes familiares y sobre los primeros afios de su vida. Fste vacio ha sido colmado por la imaginacién popular con sumerosas leyendas, algunas muy antiguas y muy desarrolladas en diversos evangelios apécrifos, Sabemos que sus padres se Ilamaban José y Marfa, que vivian en Nazaret y que tenia varios hermanos (Meier 1998, 233-264). Poco mas podemos decir. Hay reconstrucciones plausibles atendiendo a las costumbres judias del tiempo sobre la continuacién con el mismo oficio que su padre, sus visitas frecuentes a la cercana Séforis, sobre su educacién judia en el seno familiar y en la sinagoga etc. Desde muy pronto se suscité una gran conttoversia en torno al origen de Jess. Sectores judios le acusaban de ser hijo ilegitimo de Maria y el reproche, que en aquella cultura resuitaba gravisimo, quiz se tefleje ya en los evangelios (Jn 8, 41). ¢'rataban asf los judios de contrarrestar la fe de los cristianos en la concepeién vitginal? Caben diversas hipétesis y el historiador probablemente no puede llegar a soluciones definitivas en esta cuestién, que no deja de suscitar estudios (Meier 1998, 236-241; Chilton 2000), alguno serio, pero la mayorfa sensacionalistas y arbitrarios, Cuando tiene ya en torno a 30 afios Jestis aparece acudiendo a Ja llamada de Juan Bautista que promueve un movimiento de conversiGn en el desierto, junto al rio Jordin. Me permito una hipétesis considero inverosimil que Jestis permaneciese hasta ese momento en cl domicilio familiar y trabajando en el oficio paterno. En efecto, la hondura de su experiencia religiosa, su capacidad de discusién y su conocimiento de las Escrituras parecen suponer que antes de ir donde Juan Bautista ha precedido un periodo de biisqueda religiosa y de contacto con otros grupos judios. Es decir, un proceso semejante al que siguié Flavio Josefo, tal como describe en su Autobiografia (II,10-12). No hay duda de que Jestis se sometié al bautizo de Juan Bautista y de que esto supuso una experiencia muy importante en su vida, Después se independiz6 -quiza con otros- de Juan, y durante algin tiempo parece que desarroll6 una actividad bautismal (el dato de Jn 3,22 dificilmente puede haber sido inventado por la comunidad cristiana y el mismo Jn en 4,1-2 trata de corregirlo). Peto pronto la predicacién de Jesis y el movimiento que promovié aparece con unas caracteristicas.propias y diferentes de las de Juan, como mas tarde veremos. El reino de Dios Es indudable que Jestis proclamé el Reino de Dios (Meier 1999, 293-592; Aguirre 2001,11-52), La expresién aparece numerosas veces en la tradicién sindptica, pero pronto cayé en desuso en la iglesia (en Juan aparece 2 veces; en Pablo 7/8). Sf era una expresiin conocida en el judafsmo del tiempo, pero no excesivamente preponderante. Y hay una serie de exptesiones en torno al Reino de Dios (por ejemplo, “entrar en el Reino”) que sélo aparecen en los Evangelios. Este dato es de vital importancia, El lenguaje no es el uso de etiquetas indiferentes 0 asépticas, sino que procede de una detetminada experiencia, que después contribuye a cultivar. Jestis no hace una exposicién sistematica en torno al Reino de Dios, utiliza un lenguaje simbélico, poético y sugerente. Parte, por supuesto, de la comprensién judi, pero la va matizando de una forma muy particular. Hay salmos que celebtan en el Templo de Jerusalén la realeza universal y permanente de Dios:;Pueblos todos, tocad palmas, aclamad a Dios con gritos de alegrial Porque Yahvé, el Altisimo, es terrible, el Gran Rey de toda la tierra... ‘Tocad para nuestro Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad! Es Rey de toda la tierra, Reina Dios... Sentado en su trono sagrado”: Sal 47; cft. Sal 93;96-99. Pero hay otra concepcién del Reino de Dios que aparece en momentos de singular tribulacién det pueblo, en cl momento del exilio, reflejado en el Deutero-Isafas, y en el momento de la terrible opresién de los Seleticidas, como se refleja en el libro de Daniel (Albertz, 550, 817-819). En estos momentos el Reino de Dios se proclama en neto contraste con los reinos opresores del presente, pretende suscitar la resistencia y esperanza de un pucblo que sufre y se refiere 2 una intervencién futura y liberadora de Dios, que cambiar la historia. Daniel, en los capftulos 2 y 3, habla de la visién de una estatua enorme y terrible, con la cabeza de oro, su pecho y sus brazos de plata, su vientre y sus lomos de bronce, sus piernas de hierro, sus pies parte de hierro y parte de arcilla. Representa a los diversos imperios que han ido oprimiendo a los santos. Pero después, “sin intervencién de mano alguna”, se desprende una piedra que pulveriza a la estatua enorme y terrible, y que acaba convirtiéndose en un gran monte que lena toda la tierra. Se est refiriendo al Reino de Dios, “que jamas seri destruido y subsistira eternamente” (Dan 2,44), Para el Deutero-Isafas, la proclamacién del Reino de Dios equivale a anunciar Ia liberacién a los exiliados, el retorno a su tierra; es la buena noticia de la paz y de la salvaci6n (52,7) Es claro que a lo largo de la historia, quizé ya en la Biblia misma, Reino de Dios es una expresin profundamente ambigua y con funciones sociales diversas y hasta contradictorias (Aguirre 1998, 54-57). En los profetas es la expresiin del ansia de liberacién de los oprimidos, suscita su esperanza y tiene una fuerte carga socio-crtica En este punto me parece especialmente importante evitar el anacronismo y el etnocentrismo, y situar estas ideas en el concepto de su tiempo, para lo que es especialmente itil unos trabajos recientes de Theissen (2001) y, sobre todo, de Malina (2000). La rcligién de Jest, centrada en el Reino de Dios, es una religién politica y voy a explicar en qué sentido, A diferencia de lo que sucede en el mundo occidental de nuestros dias, Ia religién en el mundo mediterrineo del siglo I no era una variable independiente de la vida social, sino que se vivia siempre incrustada en los dos grandes Ambitos de experiencia del tiempo, que eran cl ambito de lo politico, el mundo de la polis, de la vida pablica, y cl Ambito de la casa/ familia, que no equivale simplemente a lo que hoy entendemos como espacio privado. Habia una religién politica, la religién oficial, Ia de la ciudad, los cultos piblicos y una religion doméstica, la de la casa. En el Imperio, junto a la religién oficial, con sus templos y divinidades, con su culto al emperador, habfa una religién muy viva y muy diferente, con su culto a los antepasados, a los lares y penates, con altates y titos, en los que el paterfamilia tenia un papel muy especial. El yahvismo era, ante todo, una religién politica, la de! pueblo de Israel, que impregnaba toda su vida pibiica, pero también tenfa, como no podia ser menos una dimensién doméstica muy importante (Otra cuestién, muy interesante por cierto, es la de la religidn doméstica a lo largo de la historia del pueblo judio, que con frecuencia se alejaba mas de lo que se suele creer de las pautas yahvistas y aceptaba usos del entorno pagano). Pues bien, la religion de Jestis, centrada en el Reino de Dios, es una religién politica en este sentido aristotélico y pre-maquiavélico del término, porque se dirige a todo Israel y pretende configurar la vida del pueblo, Lo que Jestis proclama es que ese Reino de Dios tan anhelado, no sélo esta cercano, sino que, de algdin modo, esté ya irrumpiendo en el presente. “Bl tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios esté cetea” (Mc 1,15). “Si yo expulso a los demonios por el Espiritu de Dios es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros” (Mt 12,28). Pero también hay una serie de dichos de Jestis (sin ir més lejos la peticién “venga tu Reino” de la oracién del Padre Nuestro) que dejan ver que la plenitud del Reino de Dios es futura -quiza serfa mejor decir venidera-, y esta orginica y ditectamente vinculada con algo que ya esta dado en el presente y que es inseparable de su actuacién, Este dato me parece historicamente incuestionable; otra cosa es que se le considere a Jesiis un iluso, un iluminado o un profeta. Esta vinculacidn entre pasado y presente del Reino de Dios esté especialmente clara en algunas paribolas, por cierto bellisimas. Es como un grano de trigo que alguien entierra en el campo y que por su propia fuerza acaba dando una cosecha espléndida; o como la semilla de mostaza, la mas pequefia de todas las semillas, que se convierte en un érbol en las que pueden anidar las aves del cielo; © como un poco de levadura, invisible al principio en medio de la masa, pero que al final la hace fermentar a toda ella, ‘Todas estas son parébolas de contraste entre una situacién en que aparentemente no hay nada nuevo, los inicios son muy modestos, decepcionantes sin duda para las expectativas mesinicas del tiempo, y un final espléndido; pero ponen también de relieve que el futuro es el desarrollo del presente, que, de algiin modo, esta contenido en él En la historia de la investigacién hemos asistido a un gran bandazo, a base de forzar los textos, éligiendo unos y eliminando otros, y de leerlos anacrénicamente. La llamada “escatologia consecuente”, una exégesis fundamentalmente germana, basindose sobre todo en el Evangelio de Mc, en quien se depositaba la méxima confianza al set tenido por el més antiguo y de mayor valor histérico, hacia de Jess un apocaliptico que esperaba la irrupcién inminente del Reino de Dios entendido como una catistrofe césmica y el fin del mundo (Schweitzer, Ehrman, Allison). Ahora, como reaccién, una importante tradicién exegética, sobre todo norteamericana, basindose en una peculiar interpretacion de la fuente Q (Kloppenborg) (han perdido la confianza en Me, al considerarla una obra fundamentalmente teoldgica) (Wrede), hacen de Jesis un sabio que habla del Reino de Dios como una posibilidad abierta y presente a todo ser humano para que viva de una forma mucho mis libre y auténtica (Crossan, Borg). Para Jestis el Reino de Dios es una buena noticia; es un tesoro, cuyo descubrimiento lena de alegria. Es notable la diferencia con su maestro Juan Bautista que subrayaba el aspecto justiciero y amenazante de la venida de Dios. EI Reino de Dios no viene acompafiado de signos apocalipticos, ni se identifica con le fuerza histérica de un grupo ni con la expulsién de los paganos. Jests invita a descubrirlo, a aceptarlo, a acogerlo y a lenarse de alegria. Este momento que llamarfa de pasividad, de descubrimiento aceptacién del misterio que se ofrece, tan caracteristico de la experiencia religiosa, es central en Jestis. Y creo que no ha sido tenido en cuenta suficientemente por la reciente teologia en torno al Reino de Dios. Pero, por supuesto, para Jesiis como buen judio la aceptacién del Reino de Dios debe fructificar en buenas obras en la propia vida. Y en esto es también muy imperioso. Dejar pasar esta oportunidad es perder la propia vida. Se ha dicho que Jestis pretende “la congregacién escatolégica de Israel” (E. P. Sanders 1985), es decir que cl pueblo de israel acepte esta intervencién decisiva de Dios, que esté en trance de realizacién, que cambiar radicalmente Ia historia, pero que no supondri su abolicién, Las imagenes de catastrofes céstnicas, en la medida en que puedan remontarse a Jest, son un género literario, que encontratnos en los profetas, con el que se pretende subrayar la importancia del momento que se esti viviendo (Borg 1984), EI Reino de Dios sera una situacién teocritica ¢ implicari una vida de renovada fidelidad de Israel a Yahvé, Dentro del variado mundo de las esperanzas escatolégicas judias, para Jesiis el Reino de Dios supondria la restauracién de las doce ttibus y probablemente la edificacién dle un templo nuevo y glorioso (E, P. Sanders 1985). Jesiis no se dirige a los paganos y se mueve en la linea de la escatologia profética: todos los pueblos reconocerén a Yahvé cuando en Sidn resplandezca su gloria Hay un aspecto muy importante que suele pasar desapercibido: la proclamacién del Reino de Dios, situado en su contexto histérico conllevaba necesariamente una carga de critica respecto de la teologia imperial. Por tal entiendo Ia ideologia que sacralizaba las estructuras del Imperio Romano que absolutizaba Ia Pax Romana y divinizaba al emperador (Fears 1981). Esta teologia impetial se encontraba por todas partes: en las monedas, en las inscripciones, en los monumentos, en las festividades y en las obras de los grandes autores. Proclamar el Reinado de Dios como valor central y supremo suponia una critica radical de la ideologia legitimadora del imperio que a los romanos no les podia dejar indiferentes. (Se explica asi que San Pablo, que quiere extender el cristianismo por el imperio, climine pricticamente la expresin Reino de Dios, que le hubiese acarreadlo un conflicto mortal para sus pequefias comunidades a un nacientes). 5. Valores alternativos En medio de la gran disparidad existente en las investigaciones hist6ricas sobre Jestis hay un dato que reiine un consenso amplisimo, el reconocimiento de una cierta marginalidad de jestis que después se explica de diversas maneras. Esta suficientemente claro que Jesiis adopté actitudes un tanto contraculturales, que suponian un cierto desaffo a los valores hegeménicos. Al hablar de su actitud ante la ley volveremos sobre este punto. Antes estas actitudes “contracultursles”, radicales, se explicaban en virtud de la “étiea provisional” de quien esperaba un fin del mundo inminente. Hoy hay quienes las atribuyen al influjo de la filosoffa cinica tan critica con su sociedad que pretende cambiar radicalmente sus valores (Crossan, Mack, Downing). Pero en Jestis es el alborear el Reino de Dios lo que le lleva a ver y valorar la realidad de una forma diferente. Asi se explica que proclame bienaventurados a los pobres, a los que lloran, 2 los hambrientos. No, por supuesto, porque estas situaciones sean un bien en sf mismas, sino por todo lo contrario. En la medida en que el Reino de Dios se afirme, estas situaciones van a cambiar, lo que se traduce ya desde ahora en consuelo y esperanza E] honor, el valor central en aquella cultura (Malina 1995, 45-84), que dependia fundamentalmente del linaje y que se manifestaba en una setie de signos extetnos es teinterpretado a la uz de la nueva experiencia del Dios que se acerca: “los itimos seran los primeros”; “el Hijo del hombre no ha venido a ser scrvido sino a servir”. El dinero no es sefial de la bendicién divina, como lo consideraba la teologia rabinica, sino el mayor impedimento para entrar en el Reino de Dios. Las estructura patriarcales quedan relativizadas, y cambia ptofundamente la consideraciéin de los nifios y de las mujeres. En el punto siguiente tendremos ocasién de profundizar en este aspecto, cicrtamente clave, de la actitud de Jestis. Laley Precisar la actitud de Jestis ante la Ley no es nada facil, porque no hizo pronunciamientos generales y, ademas, porque las grandes controversias que se dieron sobre el tema en la Iglesia primitiva s¢ refleja en los textos evangélicos dificultando Ia eritica histérica. Hay una diferencia notable en como presentan las cosas cl judcocristiano Mateo y el paganocristiano Marcos Se trata, sin duda, de un problema de vital importancia en nuestro estudio y me atrevo a sintetizar cen una serie de puntos la actitud de Jest. - Jestis fue siempre un judio fiel y, por tanto, respetuoso y cumplidor de la ley. Ea general tiene tuna notable afinidad con el judaismo abierto de Hillel, aunque en algin caso, coneretamente en lo referente al divorcio, se acerca més a la postura de Shamai, Al sico que le pregunta que tiene que hacer para aleanzar la vida eterna le responde “cumple los mandamientos” (Mt 19.17) y, ademés, los enuncia: “No mataris, no cometeris adulterio, no robaris..”” (Mr, 19,18-19; Me 10,19) ‘También es verdad que cl punto de partida de la predicacién de Jestis y lo mas importante de ella no reside en Ia explicacién de la ley. - Jess radicaliza aspectos de la ley. No basta con no matar, sino que hay que evitat otto tipo de agresiones menores ¢ incluso los insultos. Pensemos también en la prohibicién del divorcio. Esta ensefanza de Jestis parecia no tener paralelo alguno en el mundo judio de la época, pero se ha encontrado una docttina muy similar en el Rollo del Templo (1 Q Rollo del Templo 57,17-19; TQ 223). En el Documento de Damasco se fundamenta la prohibicién del divorcio en el orden primigenio quetido por Dios en la creaciéa (Documento de Damasco 4, 20-21; TQ 83), que es exactamente lo que hace Jestis (Me, 10,5-9). En Ia cuenta de esta radicalizacién ética hay que poner también la denuncia de tradiciones humanas que ocultan y desvirtian la intencién profenda de la Ley (Me 7,8-13; Me 23,23). - Jestis relativiza -sin que esto suponga su simple abolicién- los preceptos rituales, coneretamente los referidos al sabado y a las normas de pureza. La Iglesia posterior, por razones polémicas, acentud este rasgo, que se remonta sin duda a Jesis. Hay dichos que pueden proceder de él: “No es lo que entre de fuera sino Io que sale de su boca lo que puede hacer impuro al ser humano” (Me 2,27; Me 7,15; Mt 15,11); “Ay de vosotros que purifictis el exterior de la copa y de los platos pero dentro estén llenos de robo y de codicia” (Le 11,39; Mt 23,25; Ev. Tom 89); “Ay de vosotros que pagdis el diezmo de la menta, del anis y del comino, y abandondis la justicia, la misericordia y la fe. Esto es lo que habria que practicar, aunque sin abandonar lo otto” (Mt 23,23; Le 11,42). Jestis acepté la relacién con gente tenido como impura, pecadores y publicanos, probablemente prostitutas, y lo hacia sin importarle las criticas porque queria anunciar y hasta visibilizar que el Reino de Dios se ofrece a todos y a nadie excluye. Relativizar los preceptos rituales y las normas de pureza era poner en peligro la identidad étnica que estos garantizaban, En efecto, como saben bien los antropélogos las normas de pureza son barreras que separan a los judios de los demas pueblos, a la vez que suponen el control de los cuerpos de los miembros de Israel por parte de sus autoridades teligiosas. Jess promovié un movimiento de renovacién intrajudio en un momento de una crisis generalizada y grave en su pueblo. Habjan surgido ottos movimientos de renovacién, que se caractetizaban por radicalizat las notmas de pureza, por teafirmar la identidad étnica y que, por tanto, eran movimientos exclusivistas; se dirigian a una élite de puros y elegidos. Es lo que caracteriza a los fariseos, nombre que quiere decir “los separados”; los esenios de Qumrin traducfan esta separacién fisicamente y se iban al desierto, lejos de un pueblo y de unas instituciones corrompidas y contaminadas; ellos etan el verdadero Israel que esperaba al Mesias. El movimiento de Jesiis se caracteriza por lo contratio, por ser inclusivo, por buscar a la gente, por no marginar a nadie, por anunciar a todos la llegada de Dios y su Reino. No es ninguna casualidad que esta actitud y este anuncio deseneadenasen un fuerte conflicto intrajudio, "También quiero apuntar que el desarrollo posterior del cristianismo, con la apertura a los paganos, con toda la novedad que introdujo respecto a lo que fue el horizonte histérico de Jestis, estuvo posibilitado, de alguna forma, por el caricter inclusivo del mas primitive movimiento de Jestis y por su rclativizacién de las fronteras étnicas con las que Israel protegfa su identidad ~ Lo mis caracteristico de la interpretaci6n jeswinica de la ley es la importancia dada al amor al projimo. “zCual es el primero de todos los mandamientos?”, le preguntan. Responde : “El primero es Escucha Israel: el Sefor, nuestro Dios, es el unico Sefior, y amaras al Sefior tu Dios... El segundo es amaras al préjimo como a ti mismo” (Mc 12, 28-31). Jestis esta citando el mandamiento de Lev 19,18. Habia grandes discusiones en el judaismo en torno a cémo habia que entender “el prdjimo” de este texto, concretamente qué extensién tenia, Cuando le preguntan a Jesis su opinién (“sQuién es mi préjimo2”) responde con la parabola del buen samatitano (Le, 10,29-37), que probablemente ¢s historia y responde al més puro estilo de Jestis: replantea de forma provocadora la pregunta que se le hace. Ta cuestidn no es tanto “quién es mi préjimo”, sino quién es capaz de hacerse préjimo del hombre abatido en cl camino. Es decir, Jesis invita a pensar la moral y el amor desde las victimas. En el judafsmo del tiempo habia quienes limitaban el projimo a los miembros del pueblo judio. Asi los LXX traducen “projimo” por “prosélito” en Lev 19,18, es decir paganos convertidos al judaismo. Sin embargo en cl judaismo helenista sobre todo, pero también en el judaismo palestino, habia interpretaciones més amplias que se abrian al amor al extranjero. Parece que es Io que piensa Jesis. Eis muy claro, sobre todo, cuando inculea la no violencia y el amor a los enemigos, que sin duda proceden de Jests y constituyen el culmen de su moral. Los evangelios presentan unas formulaciones radicales y provocativas, que plantean numerosos problemas tanto literarios como de aplicabilidad, en los que no podemos entrar ahora. No se refiere solo al enemigo personal, sino también al del pueblo como tal (esté muy claro que Mateo, el evangelista mas judo, asf lo entendié, porque en 5,41 se refiere a ‘una imposicién romana). Estas afirmaciones de Jess se pueden y se deben situar en el contexto judio de su tiempo, porque no son meras doctrinas intemporales. Coneretamente hubo un par de movilizaciones populares judias no violentas frente a Pilato que resultaron eficaces (AJ 18,271 s; BJ 2,174, 195-198) (Theisen 1985, 103-147) 1a justificacién teolégica del amor a los enemigos es muy rica, pero me fijo sélo en un aspecto: “Para que sedis hijos de vuestro Padre que esti en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y lover sobre justos ¢ injustos” (Mt 5,45). Se encuentta aqui un motivo clave de la espiritualidad judia: la imitacién de Dios (Aguirre 2001, 37). Lo propio de Jestis es que se trata de imitar a un Dios que es bueno, que es amor, y cuya bondad se manifiesta en la creacién (“hace salir su sol..") y también en la egada de su Reino. 7. Taumaturgo popular y exorcista Un aspecto cuya enorme importancia no guarda relacién con el pequefio espacio que aqui se le va a dedicar es la actividad de Jestis como sanador popular y como exorcista. Me limito a un breve apunte. Durante mucho tiempo los Ilamados milagros de Jestis eran un engorro pata historiadores teélogos que no sabian qué hacer con ellos. Ein la Iglesia misma si no se podia cludir su explicacién se recuttia a interpretaciones alegorizantes. Hoy las cosas han cambiado. Hasta los ctiticos mas radicales aceptan que Jestis realizé curaciones que sus contemporineos consideraban milagrosas. El dato se encuentra en absolutamente todas las tradiciones evangélicas y quien lo niegue se incapacita para decir nada del Jestis historico. Jesis tuvo las caracterfsticas de un sanador popular y éste es un rasgo muy importante para explicar la enorme atraccién que ejercfa entre la gente. “Una gran muchedumbre, al ofr lo que hacia acudié a el” (Me 3,10; Cfr 1,32-34; 1,45; 6,55-56).. En este punto, quizd como en ningin otro, necesitamos superar el anacronismo yl etnocentrismo. Un antropélogo atco o agnéstico no tiene ninguna dificultad para aceptar al Jesiis curandero popular y exorcista, mientras que suele tener muchas el tedlogo supuestamente eritico. Sin duda que las tradiciones de milagros de Jestis han sido muy amplificadas por la fe postpascual y por la imaginacién popular. Hay relatos de milagros que son totalmente creaciones comunitarias. Habra que ver en cada caso (Meier 1999; Theissen-Merz 1999; Twelftree 1999). Pero parece claro que Jestis tenia poderes taumatiingicos, que hay que situar a la luz de lo que la antropologfa nos ensefia sobre los llamados sanadores étnicos, que se dan priicticamente en todas las culturas (Pilch) Los milagros de Jestis tienen una serie de caracterfsticas bien conocidas y que no voy a enumerar ahora, pero lo més propio es que relacionaba sus cutaciones con la fe y la venida del Reino, Por otra parte, Jestis y sus contemporineo, tienen una cosmovisién supernaturalista del mundo y czeen en seres intermedios y espititus malignos: es el marco para entender los exorcismos de Jesiis (Twelfiree 1993) . Como las curaciones, responden a un dato hist6rico indudable pero que hay que saber interpretar. Es interesante notar que a diferencia de éstas, la tradicién no tiende a engrandecer los exorcismos de Jestis, que no se encuentran ni en cl tiltimo evangelio, cl de Juan, ni tampoco en las fuentes exclusivas de Mateo y Lucas; estén sélo en las fuentes més antiguas, en Me y en Q. Los fenémenos de posesién se conocen en muchisimas culturas y se dan con especial frecuencia en situaciones de ruptura de los equilibrios tradicionales, por ejemplo cuando una cultura nativa se siente gravemente amenazada (pensemos en situaciones de colonialismo; en las culturas preindustriales, en situaciones de graves presiones en el seno familiar). También se constata que hay personas o sectores sociales que por su debilidad o vulnerabilidad estin més expuestos a estar poseidos por espiritus inmundos. Es evidente que considerar “posesién” determinados estados psicolégicos supone una interpretacién cultural, pero a la vez contribuye a provocarios y fortalecerlos. Las posesiones por espititus son una variante de los Estados Alterados de Conciencia o de las situaciones de trance, que aparecen en casi todas las culturas preindustriales. El recurso a esta perspectiva de la antropologfa y de la psicologia social es muy stil para el estudio del movimiento de Jestis y del ctistianismo primitive y me limito s6lo a apuntar el tema (Lewis, Guijarrro 2001, Davies) BI posefdo expresa dimensiones reprimidas y en este sentido, ejerce una denuncio social, pero también es una valvula de escape de las contradicciones psicolégicas y sociales. Jestis tiene la capacidad, que interpreta siempre en clave religiosa , de liberar a poseidos por espiritus inmundos y de recuperarlos para la convivencia humana pero esto tenia innegables repercusiones sociales: los gerasenos lo consideran un desestabilizador peligroso y le piden que se vaya (Me 5,17); en otro caso se levantan teacciones muy distintas y mientras unos sospechan que Jess ¢s el Hijo de David, otros, los fariseos, afirman que, “expulsa los demonios por Beelzebul, principe de los demonios” (Mt 12,23-24). Se trata obviamente de interpretaciones culturales pero que responden a intereses distintos y por eso son tan diferentes. Nos encontramos aqui con un caso del etiquetamiento negativo de Jestis, del intento de estigmatizarle socialmente, es decir de desacreditarle ante el pueblo y de impedir su influencia; un aspecto de grave conflicto que Jesis provocs en el sociedad judia, 8. El grupo de Jesiis Jestis convocaba a todos los judios en vista del Reino de Dios. Ni rompié con el judaismo ni pretendié fundar una institucién propia en Israel, ni, menos atin, aparte de Israel. Pero el judafsmo del siglo 1, sobre todo antes de la catistrofe del afio 70, era enormemente plural. Precisamente porque su unidad es éinica el judaismo no necesita propiamente una ortodoxia doctrinal; y en tiempo de Jesis habia una diversidad muy grande de tendencias, grupos, interpretaciones y movitnientos populares. En torno a Jestis se formé un geupo con caracteristicas propias, como sucedia con los maestros y profetas; encontramos gentes con diversos grados de vinculacién con el maestro y su movimiento. - La creacién de “los Doce” es muy probable que se remonte a Jestis (denominarles apéstoles es, sin embargo, postpascual). Dificilmente puede ser una invencién que quien traicioné a Jesiis fuese un miembro de este grupo. En la més pura tradicién profética, Jestis realiz6 una serie de gestos simbélicos alo largo de su vida, uno de los cuales fue la constitucién de los Doce (ottos gestos simbélicos fueron la putificacién del Templo, las comidas con pecadores y publicanos, los gestos con el pan y el vino en la cena de despedida...). Fs claro que los Doce hacen referencia a los doce patriareas y a las doce tribus, y la creacién de este grupo simboliza la voluntad de Jestis de congregar al Israel escatoligico para la legada del Reino de Dios. -Hay también una scrie de discfpulos que son seguidores itinerantes de Jestis. Su mimero seria variable y muchas palabras de Jestis se ditigen a este grupo que lleva una vida radical y desinstalada; es evidente que entre estos discipulos hay un cietto németo de mujetes, lo que no deja de ser un fenémeno muy notable. - Un tercer circulo esti formado por lo que se suele lamar “simpatizantes locales”, gentes que permanecen en sus casas y vida cotidiana pero que acogen a Jestis y a sus disefpulos y, de algin modo, se identifican con ellos. Tengamos en cuenta que el ministerio itinerante de Jesiis se desarrollé fandamentalmente en un area no muy extensa de Galilea. - Mis alli de estos simpatizantes locales, Jess alcanz6 un eco popular muy amplio y positive en. las zonas rurales de Galilea, Los evangelios estan llenos de indicaciones tales como “su fama se extendia por todas partes”, “acudian a él muchedumbres”, “se agolpaba la gente junto a él”, “se quedaban admirados de su ensefianza”. No hay datos para pensar que este eco popular positive disminuyese a lo largo de la vida de Jest Durante su estancia final en Jerusalén, la gente (es cierto que puede tratarse, sobre todo, de galileos que han peregrinado para la fiesta) le tiene por profera, esta pendiente de sus palabras y es el favor popular ccon que cuenta lo que impide que las autoridades le pueden detener. Este eco popular de Jestis podia movilizar a masas rclativamente importantes de gente y factor clave de la peligrosidad de Jestis a los ojos de las autoridades (Jn 11,46-53). Un profeta aislado y sin seguidores, por muy exaltados que sean sus planteamientos y proclamas, no es peligtoso y no causa mayor preocupacién en los responsables del orden. 9. El conflicto que desemboca en la cruz Nos encontramos ya hablando del contficto en la vida de Jestis, elemento absolutamente central y clave hasta cl punto de que desemboca en el hecho histéricamente mas claro de su vida: cn su crucifixién, Los evangelios proyectan sobre la vida de Jesis los grandes conflietos que sostuvieron los cristianos con la sinagoga, sobre todo a partir del aio 70. Por tanto hay que adoptar una serie de cautelas ctiticas para interpretarlos. Contra lo que han solido decir autores muy famosos, atin recientes, es totalmente incorrecto hablar de oposicidn de Jestis al judaismo o de ruptura con él, Pero tampoco se puede negar, como pretenden algunos judios actuales, que Jestis provoc6 un importante conflicto intrajudio. Por cierto que otto personajes también lo hicieron y con mayor intensidad que Jestis; pensemos en el Maestro de Justicia de Qumran, Es indudable que la actitud del grupo de Jesis se diferenciaba de la de otros grupos judios del tiempo. Antes he mencionado las diferencias de Jestis con Juan Bautista que el pucblo captaba ficilmente. Juan es un asceta que se retita del mundo y anuncia un Dios justiciero; Jestis, lejos de tener rasgos ascéticos, busca a la gente, convive con ella y anuncia un Dios acogedor y cercano: “Porque ha venido Juan Bautista que no comia pan ni bebia vino y decis: demonio tiene. Ha venido el hijo del hombre que come y bebe y decis: Abf tengis a un comilén y borracho, amigo de publicanos y pecadores” (Le 7, 33-34) Recurriendo otra vex a un esfuerzo de sintesis, creo que en el conflicto de Jestis se pueden distinguir tres aspectos. ~ A Jestis hay que situarle respecto a la tensién existente en Galilea entre el campo y la ciudad, entre las élites urbanas y el campesinado (Freyne 1994; Horsley 1987; Theissen-Merz, 198-199). La renovacién de la vida social que Jesis identifica con el Reino de Dios encuentra gran cco en cl campesinado galileo, respondia a sus necesidades, pero no se identificaba simplemente con la vuelta a Jos equilibrios tradicionales. Por el contratio, Jestis es sumamente eritico con las élites urbanas, con los herodianos y con el nuevo tipo de civilizacién que estén introduciendo en Galilea. Creo que asi se explica que Jestis, que conocfa bien las ciudades a través de su experiencia en Séforis, evitase visitar los niicleos urbanos durante su ministerio que, por otra parte, se realizaba por entornos no muy lejanos de ellos (hay que exceptuar la visita de Jess a Jerusalén, que es evidentemente una ciudad del todo singular. Durante su estancia en Galilea, Jestis no se confronté de forma directa con los romanos, porque all su presencia era pricticamente invisible, ~ F1 gran conflicto de Jesis en Jerusalén fue con la aristocracia sacerdotal, y giraba, ante todo, en tomo a su actitud critica respecto al ‘Templo. A esto se afiadfa que su cco popular le convertia en especialmente peligtoso y consideraban necesatio atajar su influencia, Juan transmite una informacién histérica fidedigna cuando pone en boca de los sumos sacerdotes las siguientes palabras: “cQué hacemos? Porqué este hombre realiza muchas sefales. Si le dejamos que siga asi, todos creerén en él; vendrin los romanos y destruirin nuestro Lugar Santo y nuestra nacién”. Ein vista de lo cual deciden darle muette y Jestis se escondié en Efraim, una pequefia localidad en el limite del desierto, entre Judea y Samaria (11,47-54). Lo que se sucle lamar “la purificacién del Templo”, cuyo sentido exacto es dificil de precisar, fue visto como un reto decisivo ¢ inaceptable por parte de los sumos sacerdotes. Fue la gota que desbords el vaso y probablemente desencadens los acontecimientos que levaron a la muerte de Jess. Para entendetlo hay que tener presente que el Templo tenia una funcién central ideolégica, politica y econémicamente (atrafa grandes sumas de dinero de todos los judios; en torno a las peregrinaciones se movian muchos intereses y servicios; funcionaba como banco de depésitos). Esto nos lleva a la siguiente pregunta: Quienes fueron los responsables de la muerte de Jestis? (Aguirre 1982), Los evangelios presentan una comparecencia de Jestis ante el Sanedrin en pleno, que le acaba acusando de blasfemo y decide datle muette, al parecer emitiendo una sentencia en tal sentido (Me 14, 53-64 y par). Es decir nos encontramos con un juicio de Jestis ante el Sanedrin. En opinién de muchos especialistas, que comparto plenamente, esta escena es una construccién teol6gica de la comunidad que pone en boca de Jestis su propia confesidn cristol6gica realizada a base de combinar Daniel 7,13 y el Salmo 110,1 (Me 14,62). Hay muchos datos que demuestean que no hubo un juicio de Jestis ante las autoridades judias y que, por tanto, no fueron cllas quienes formalmente le condenaron. Sin embargo, debajo de esta escena hay una cierta base histérica: la decision de la aristocracia sacerdotal de eliminar a Jestis, el recuerdo de una reunién conspiratoria para Tlevar adelante este propésito, posiblemente algiin interrogatorio a Jestis; pero no una reunién oficial del Sanedrin en pleno, ~ Tuvo Jess algin conflicto con los romanos? Durante su estancia galilea Jestis no tavo una confrontacién directa con los romanos, gpero que pasé una vez. en Jerusalén?

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