You are on page 1of 45
PVP WCE OZ rah Ni revolucion ni Nacion Ea. .CGra rare ta Historica Escaneado con CamScanner Colombia, como la gran mayorfa de los paises de América Hispana, se dispone a celebrar el «Bicentenario de la Independencia» en la fecha de su més trascendental grito. Antes que.en Santa-Fe, lugares.como.Cartagena, Mompox,., Cali, Pamplona.y.Socorro.desataron movimientos contra el gobies Jonial del.virreinatoypero era Santa Fe la capital y por eso su levantamiento obtuvo la trascendencia histérica que ninguno de los otros alcanz6. El 20 de julio de 1810, como lo veremos en el cuerpo del presente texto, tampoco proclamé la Independencia. A todas luces, no fue esta la voluntad de los protagonistas del famoso suceso del florero y asi se consigné con claridad en el Acta del respective. Cabildo. Sin embargo, su importancia como punto de partida de un proceso que llevé casi dos lustros, es indiscutible. La relaci6n del 20:de julio con la llamada reconquista y la Guerra por la Independencia, se expresa en una linea de continuidad directa. No pocos de los gobiernos nacionales hispanoamericanos han dispuesto la celebracién del bicentenario con oficios teligiosos, ofrendas florales, desfiles de la fuerza piblica con. exhibicién de armamento, festivales gastronémicos, muestras artisticas, juegos pirotécnicos, conciertos y especticulos de masas. Es aplicable a ello la critica que Touraine hizo sobre la celebracién del segundo centenario de la Revolucién Francesa, confiado a los publicistas: los que promovian un 0 1 Carat Faiowoe Penhihida su reproduccién total o parcial ll Escaneado con CamScanner ‘Avouro Late: Armvorria Ga 10 de las grandes causas y los grandes valores, los que alla historia o identificar su posicidn oficial de reducir lo que habia sido un acontecimiento fundamental a un puro especticulo, a un producto de la ra de masas, cuyo contenido es tan diverso y tan rapidamente renovado como los programas de televisién _{Touraine, 1994: 191). Enlasceiebraciones y actos gubernamentales con motivo del Bicentenario, prima el cardcter conmemorativo, festivo, tradicional y mediitico, por sobre la formacién y la circula- cién del conocimient lectura enclave nacional porenci- tratamiento continental que los mismos episodios ny declaran; las interpretaciones les, sin preguntas, frente a la jones, narrativas y relatos. construccién de nuevas “ significados de la historia la memoria y a experiencia, parecen fracasar frente a las realidades de un consumo que se coloca porencima de los seres humanos para arrebatarles el carscter de sujetos. Los bicentenarios serdn grandes fiestas nacionales que culminaran al dia siguiente. Muchos interrogantes con respecto a la emancipacién de independencia seguirén sin resolverse. Ocupados los ppresupuestos en las celebraciones que exigga el consumo, se negé a la academia el apoyo necesario para adelantar investigaciones esclarecedoras o para ampliar, al menos, el conocimiento sobre los hechos cuyo aniversario es materia de alborozo. Con gran esfuerzo, sin embargo, varias compilaciones y volmenes de texto han sido publicados, al 2 © La Caren Eto, Probie su epoca ttl 0 paci 1810: M1 REVOWOON NIAC i i iferencias. Aun. osios yciclos de con! en dela independencia como! fenéme. spel eaacter continental dl proces, america Faron o nose propuseron conta ste 2 pe unidad por la que luckaron Ios ena festividades conjuntas que rece a rd io, squiera, una cumbre de obiernos hermancs. veunidosenestepequet iro son un ano de arena, entre muchos otros at! in mis sélidos y fuertes~ que intentan algo distinto con motivo del Bicentenario. Su propdsito es soportado Por dos interrogatites: Zfue el, rrsmimiento de 1810 una revolucion! {Nacié all la nacién! \ movimie a revolt Las preguntas est i ofrecen a menudo al pablico y, sobre todo, a maestros y estu- diantes. Aunque las afirmaciones parecen simples y légicas, subsisten errados conceptos y apreciaciones. Para algunos hstoriadores la génesis de la emancipacién y se insenbe en la crisis espafila mis que en Ia accién de los smericanos (1808 a 1826) (Henao y Arrubla, 19L1); en un ‘proceso mis grande de cambio hstérico que decide el evra @ ‘Felos europeos dela América continental entre 1776 1875,” {Guerra, 1992}, 0 en una perspectiva aGn mas larga que se hace evidente con el rezago econémico espatiol y la debilidad militar con su derrota naval en la Guerra de los Siete Afios ‘(bynchy-1983). Nuestro trabajo, ligado a conclusiones mis contempordneas advierte que, si bien las situaciones de Espaia y Europa fueron defiitivas para la coyuntura, las condiciones en América se acercaron también en forma © La Caren Eire, Pei wu eprouccin total 0 poral B Escaneado con CamScanner __— ‘Avouo Lis Amminara Cxvz plantear un determinismo nnsiderado pertinente, como ‘condiciones econémicas y sociales Granada-al-momento d ituye el eje del primer ensayo. presentes-en la N “Independencia, lo que En ese breve texto se a iza, en efecto, la evolucién de | Espafia desde la época del descubrimiento hasta su | decadencia y caida tras las reformas borbénicas. As{ mismo, seestudia el caricter de la economfa en la Nueva Granada yse establecen las razones por las cuales la unidad nacionalo la construccién de nacién no estuvieron presentes en las dindmicas del 20 de julio de 1810. Las luces que offece el primer ensayo sobre las condicio- nes sociales traspasan al segundo escrito, dedicado a los su- cesos del 20 de julio. Se puede objetar, probablemente, st escritura enclave nacional y su especificidad descriptiva. Sin ‘embargo, su estructura y contenido resultaron obligatorios por dos motivos. Uno, el escaso conocimiento que incretblemen- te existe en tomo a lo ocurrido el 20 de julio. Diversas entre- vistas tealizadas por el autor, durante el afio 2008, en colegios piblicos distritales y en privados de diferente’ e: constataron que, en téminos generales, el conocimiento escolar mas difundido sobre el grito de la independencia refiere simplemente la disputa por un florero. Poco menos del 58 por ciento de los entrevistados advirti6 esta respuesta y solo un 16 por ciento identificé a sus actores principales. El conocimiento demostré ser fraccionado y elemental. Solo algunos pocos identificaron el Iugar del hecho y relataron pormenores de las circunstancias. Un 10 por ciento de los entrevistados se refirié al «Cabildo Abierto» y a la creacién 4 © La Camets Ettore, Prohibit ww repraccin tal 0 pata 1810: wr REVOLUCION NI NACION dela Junta Suprema» citando la importante participacién de José Acevedo y Gémez o Camilo Torres Tenorio, mientras un 5 por cientoadicional record6 a José Marfa Carbonell oa Fran- cisco José de Caldas. El 1 por ciento restante no supo dar respuesta alguna o reconocié su desconocimiento u , na vacilaron en plantear una relacién izontal y cercana con pequefios mineros mestizos, ne- “gros y mulatos. La esclavitud no era rentable y los levanta- “mientos, dada la alternativa que los manumisos tenian a la vista, se hicieron repetidos. ~ Las pricticas integradoras arrojaron, para los c antioquefios, mejores resultados que el modelo oprobioso, je- r&tquico y vertical aplicado en el Cauca, propiciado a su vez por una minerfa que, como el trapiche en las haciendas, exi- fa el empleo crudo de la fuerza. Algo similar ocurrié con los. contactos que en ocasiones trabaron los criollos hacendados con los negros cimarrones y sus palenques. Antioquia fue el rea excepcional en la que se hizo posible la movilidad soci no sold a través de la mineria, sino incluso gracias al comer cio. Medellin, fundada tardiamente en 1675, se convirti6@n, punto nodal para el abastecimiento de las minas ycentro ge- nnetal de la regiGn donde las relaciones de trabajo empezaron aadmitir la autonomfa entre los contratantes’. Ast las cosas, ‘mientras en Popayn se castigaba con Latigo al negro que osa- ba entrar a las iglesias de los blancos, en Antioquia se libera~ ba constantemente a los esclavos. 7. Alrespecto, el texto de Lépez (1970), es pionero en argu- mentar: tales condiciones. © La Camera Editores. Prohibida su eeproduccisa total o parcial 35. Escaneado con CamScanner Je que fte de la Administracién je Moneda, de la Real Audiencia y del 15 como el Cauca relaciones y précticas En buena medida, Bogota fue el con- ferenct yextranjeras, a cargo de tna aristocracia que no tampoco los niveles de riqueza que muchos le nen. Cubierta por profesionales, extranjeros, empleados, herfas; rodeada en ocasiones por otrossistemas productivos c ‘ndas boyacenses y receptora directa neris entre sus iguales, del Socorroy sus proximidades, el oriente de , fueron més conocidas por su. produccién artesanal, aunque en Tunja, Villa de Leyva y Vélez, como en y distribucién del oro la plata y lasmercancias | dominacién espariol a casta de los rollossantaferefios | Santa Fe, empezarona formarse estancias que evolucionaron en algunos casos al nivel de hacienda y permitieron a su alrededor propietatios medianos, simples labradores 0 laatenciGn de necesidades domésticas. En los ‘tiempos coloniales fa labor artesanal fue hasta cierto punto Protegida y se intent6 con ella la creacién de obrajes. No obstante, su demanda no Ilegé a cubrir todos los sectores tegionales. Grupos de la elite criolla preferfan los géneros de Inglaterra y las mercancfas importadas. Lamanufactura del interior surtié a los grupos sociales de inferior nivel econémico. Si bien el vécindario santandereano pudo concentrarse en tomo a los poblados y mantener un Comercio activo con Tunja y Bogota, el artesanado del sur de} pais no logré salir de su condicién mas miserable. Segiin, “Humboldt, «los desaichados habitantes de estos desiertos no 36 © La Comet Editors, Probie su rpradcin tnt 6 paciat UBIO: MECHANAR a tenan otro aimento que las papas (1970: 21) Econing, social y culturalmente, cada una de ests regiones rei por lado cl infujo de Maracaibo y Quito. Laccosta atlintica seconstituyé enel escenario predilecry ylbgico del comercio con el exterior a ha Colonia, adie disput6a Cartagena el monopolio sobre cl comercio marti, Debido.a.su.ubicacién estratégica fue centro comercial, militar, ecl rico y administrativo, de primer orden, y: ‘cuna 4€ ua aristocracia ocupada.en la.trata de esclavoss Con ‘Santa Marta y la Guajira, pas6 a ser luego el punto de. acceso para las mercadertas procedentes de Inglaterra, Francia y Holanda principalmente. Si bien el patrén de ocupacién fue diferente, la distribuci6n dela tierra, como sucedié en el Cauca, {6a pocos propictarios con grandes latifundios. La situacién fio eta semejante en Tunja, Bogot.o Cali, en cuyas infmediaciones se instalaron pequerios agricultores 0 agregadas Zontozas y ganado, y muy opuesta en Pasto, en el Socorro 9 Antioquia donde, segtin Ann Twinan, existia_un concepto «atipico» sobre la propiedad de la tierra (Twinam, 1985). Por su posicién estratégica a orillas del Magdalena, Mompox fue el centro natural para el mercado de tos productos criollos en el norte, para las actividades exportadoras de las haciendas costefias y para Ia distribucién de mercancias legalmente importadas 6 de contrabando, en el interior del pafS. Por éierto, los asientos de la trata negrera que la Corona espafiola 6torg6.a Portugal, Francia e Inglaterra sucesivamente, permitieron la introduccién ilicita y periédica de mercancias. En estas condiciones, punto de contacto y ccruce obligado en la relaci6n de diversos sectores, la costa terminé rompiendo el modelo vertical delos tiempos coloniales, © La Cone Elores,Probibida ea eproducin total o parcial 37 Escaneado con CamScanner ‘Apou Leon Arenonrtia Cruz sin llegar-a plantear, empero, un tipo de relacién como el antioquefio o el santandereano. Encada una de las régiones, los patrones de ocupaciénde la tierra y el proceso constitutivo de la hacienda fueron materia de diversidad, como lo fueron los procesos y relaciones de trabajo en todo orden. Segdin Ospina Vasquez, habia una especializaci6n regional bastante marcada» (1974: 59)..A.excepcién del Cauca y de algunas haciendas bogotanas, los propietarios eran ausentistas. Se emplearon diferencialmente esclavos 6 mano de obra indigena, concierto forz0so 0 voluntario, servidumbre o peonaje libre y asalariado, aparceria o terraje. En algunas zonas del Cauca y cerca a Pasto se instalaron terrazgueros que laboraban gratis para los hacendados aledafios en determinadas épocas del afio. Otras haciendas emplearon arrendatarios fijos 0 asentados, cuya atadura a la tierra se lograba por coercién o endeudamiento. 2.3. Poblacién y regiones separadas por la geografia La Nueva Granada, segtin los célculos de Humboldt, comprendia 58.300 leguas cuadradas!, Su poblacién,en 1810, fue estimada por Caldas en 1.400.000 habitantes distibuidos de la siguiente manera: blancos, 877 mil; indfgenas, 313 mil; pardos 140 mil, y esclavos 70 mil’, Antes que a un censo &. Citado por Restrepo, 1969: vol. 1, 18. 9. Thid, 19. + 38 © La Carreta Biitores. Prohbida su reproduccisn tora o parcial 1810: m1 REVOWOON NE NACICN exacto, el cémputo obedecfa a conjeturas construidas con ase.en informaciones de los suscriptores de su Semanario. ‘Sin embargo, dicho célculo no estaba lejos de la realidad. El censo practicado por el arzobispo virrey Caballero y Géngora ‘en 1782 encontr6 1.046.000 habitantes, en tanto el censo ‘ordenado por el General Santander en 1825 cont6 un total de 1.327.000 habitantes. Si se tienen en cuenta las dificultades y calamidades propias de la guerra, el desplazamiento de los ejércitos y la huida de espattoles, la cifta de Caldas podria tomarse como cierta. ElNuevo Reino de Granada se hallaba compuesto pordos ‘anta Fe-y Quito. El primero de ellos se dividfa en provincias: Santa Fe, Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Panamé, Veragtias, Popaydn, Antioquia y Chocé6, asfcomo en los corregimientos de Tunja, Socorro, Pamplona, Casanare, Mariquita y Neiva. Lacciudad de Santa‘Fe concentraba las actividades del ejercicio formal de autoridad, ya que en ella tenfan asiento los superiores tribunales de politica, justicia y hacienda; ast como Ja més alta jerarquia cclesidst Alli se concentré, igualmente, la labor educativa y cultural que permitié la preparacién intelectual de la elite granadina. Todo ello, argumenta un histotiador, «a pesar de que tales formas de monopolio centralista se dieran en un contexto de dispersion regional, de acentuada incomunicacién y de geografia abrupta y montaraz, hasta el punto de generar ese espiritu regionalista y autonomista que se reconoce durante todo el transcurso de la sociedad colonial y que, bajo condiciones diferentes, reaparecerd con tanta fuerza en el siglo xxx» (Sil- va, 1988: 28). © La Canta Editors, Probbida su reproducif total © parcial 39 Escaneado con CamScanner por los privilegiados in se hacfa por medio xix, legaron con sus acerca de las enormes 1 conjunto de las r ejemplo, el curso por el hacia el interior eta indescriptible: una corriente crecida y poderosa, bosques deshabitados, cataratas, Mosquitos, caimanes y tempestades permanentes (1970: 16). Al fin: 10 de Honda hacia Bogota no era mis que , con un ancho de 18 a 20 pulgadas, insuficiente para el paso de una mula y cn la que, segiin Augusto Lemoyne, se acumulaban «todos. los obstaculos susceptibles de-hacer él trinsito di peligroso» (1970: 96). EL paso por el Quindfo era tan solo apto para bueyes y cargueros humanos que soportaban sobre sus espaldas una silla amarrada para sentar al viajero. En una travesfa superior a quince dias, no se encontraba huella alguna de habitante. Gracias a un tiempo «extraordinariamente hermoso», Humboldcemple6 17 dias en cruzar los Andes. Sus botas ter. minaron deshechas sobre la piel y arribé a Cartago «con los 40 © La Camera Etre. Prohibida su eepreducea otal o pac | 1810: rIRbvOLLCg tay pies desnudos y sangrantes». Los bueyes penosament ian esasgaleras anna, peroaltopae conclospy” graciaenel centr de los baranco, 9 neesto wend el camino recorridoo subirse a los bordes dela grieta sy jet, dose alas aces Igvalmente, «la persona que vaen assy de loscargueros ha de permanecerinm6vilhorasentes “pena de-caer ambos con més peligros atin de los naturales (Humboldt, 1970: 23, 26). Hacia elsur el camino que conducta a Pasto no tenia similar Segéinel mismo Humboldt, era el més terrible de todos: bosques espesos y pantanos en los cuales las mulas «hunden medio cuerpo», garyantas honddas yestrechas empedradas por los huesos delas mulas victimasdel fro o el desfallecimiento. No obstante, sus descripciones no lograron superar el peligro relatado por ‘Teodoro Mollien al navegarporel rio Dagua hasta Buenaventura (1970: 33) niel accidentado trayecto vencido a lomo de bestia or Carlos Safftay en Antioquia (1970: 171 yss). Enestas condiciones, alo largo del siglo xix era més ficil y menos penoso trasladarse de Cartagena a La Habana o a Cadiz, que viajar desde el mismo Cartagena al interior del pat. Es més, en cortos tramos de una misma re agrafia era igualment ‘como «el peor del mundo, en cuanto al barto se rel desnivel existente entre el lecho del rio Cauca y el Val hacta rebosar sus mérgenes y represar todos sus aflue en grandes inundaciones y pantanos plagados de mosqui- tos. «En cierto lugar —advierte Holton- tuvimos Je la montura a nuestros caballos,y cruzar un fangal caminando sobre troncos tendidos, y sosteniendo las cabalyaduras por la © La Cnet Elion, Peobia eprduccin ttl 0 parcial 41 Escaneado con CamScanner "to de Pedro Fermin de Va atgas, la tor- bez y falta de facifidad en los caminen immpedta a ae mente «todo fomento intetior.. Ademés, mi “uniera a las provincias del Reino con las costas y el i ningiin progreso era factible (1 ae 16). Con todo, los problemas geogtéticos no deben prestarse a caivaco. Sin aducirraconescontundentes Ospina Vasquez no cree en un pats «descoyuntador gn incomunicados: «la que se cree tanto — de entonces~ no de Jorge Orlando echez de mercado fagmentacién e incomunicacién en aplicando los criteios de hoy a los hechos era la que se dice» (1974, 58). En opinién Melo, «debe hacerse énfasis en que la est, », estos eran impor sino que surgfa en buena parte di las unidades econémicas del pais y de Generar un excedente comercializable) én manos de los productores unos i convertirse en demanda adecu: agticolas» (1989: 53 y 58). que a su vez ingtesos capaces de ada para productos no 2 (© La Carron Esicoves, Proubida su reprcesin total o pascal esl 2 QUE PASO EL 20 DE JULIO DE 1810? Escaneado con CamScanner Antecedentes o referencia la fecha del mal larnade, a cumplié a finales det edescubrimic nto de América», Espafia cu as de presencia y domi 6 Jal como se ha expuesto en el capitulo primero, organizaciOn, del imperio giré en torn brindaban los metales.extraidos de deprivilegioscimentado dy servidumbre. Incapaz bios institucionales Si we toma com i6n enel Nuevo siglo xvin tres centurla Mundo. durante dicho lapso la aJa_ilusoria riqueza que de un sistema América sobre la ba ¢nrelaciones tributarias,de esclavitu de imprimir sobre la monarquia los cam a el desarrollo del capitalismo, la Corona necesarios pat: ductivo ni planeé el Espafiola no auspicié el crecimiento pro mercado; amplié la circulacién de metales y productos pero no transform6 las formas de producir en Ia metr6poli ni en las colonias. El oro y la plata de América fueron absorbidos por la naciente burgues‘a de los paises enemigos de la misma Espafia, quienes supieron convertir la acumulacién de dinero en acumulacién de capital. La decadencia econémica de Espafia y su pérdida de po- derio se vislumbraron, entonces, como destino inexorable. El Estado monopolizé las actividades comerciales y despilfarté ‘os excedentes ‘econémicos en. inversiones suntuarias o en ‘uerras sin victorias; propici6 la inflaci6n y le quit6 incentives 45 Escaneado con CamScanner ‘Anour0 Leon Aronia Cut alaproduccién con los gravémenes. Como consecuencin, fl- recié el conttabando, se amplié la piraterta, se empobrecie- ron las ciudades y se extendié la ruina. Espatia se convirtié a ficil presa del declive con respecto a Europa, mientras el {escontento crecia en América contra el monopolio del co- mercio, los estancos estatales, los excesivos impuestos, los bsticulos para el crecimiento productivo, los privilegios e- joriales arcaicos, la rivalidad de los esp. contra los crio- llosy la discriminacién de estos dltimos en los més altos catgos dela administracién. ‘Como hemos dicho atrés, las reformas borbénicas no pu- dieron detener tampoco la hecatombe. Conscientes de que erenacimiento de Espatia pasaba por un mejor control de ls colonias, losborbones impulsaron el estudio de sus condiciones para promover transformaciones econémicas, ordenar la ‘administraciOn y mejorar la extraccién de recursos. Aunque fas reformas lograron ampliar la base de recaudacién impositivaa favor de la Corona, reducirel paler de los erollos ¢ incrementar Ia intervencién directa de la burocracia, 1810: Revere at nacatnt Claysteo del Rosatio» (Forero, 1952), las actividades conspirativas y precutsoras de Antonio Narifio y Pedro Fermin as, la persecucién de «papeles sediciosos y afrancesa* dos» (Ortiz, 1960), asi.como los documentos del Cabildo Santaferefio en 1808, a que haremos referencia més adelante. Por sus condiciones en Europa y en América, la Corona hispana no podia tenerse en pic. Espafia fue derrotada por los revolucionarios franceses cuando intents intervenir en sus destinos a rafzde la ejecucisn: de Luis XVI (1795), suarmada fue destruida en Trafalgar por losinglses (1805), yla familia realse tena6 en una dsputa radical que trajo como resultado ‘consecutivas abdicaciones (1808). Carlos IV facilit6 el paso ito francés para atacat a Portugal. El rechazo de su hijo Fernando Vil.a esta: elodio contra el, de Aranjuez que obl Sedre a entregar el, trono a. su. hij, Detenidos ambos en yond por las tropas de Napoleén, Femando renuncié de nuevo a favor de su padre, quien cedi6 sus derechos a Napolesn. Este éltimo designs entonces, como monarca de Espafia, a su hermano José: Ellevantamiento popular no se hizo esperat. Campesinos yeeriados, después de haber esperado con vana ilusién noticias favorablesa Femando VII, se arrojaron enfurecidos contra la ocupacién francesa «mientras nobles y burgueses se parapetaban temerosamente en sus casas» (Bergeron, 1967: * 153). Conellos surgié, dias mas tarde, la creaci6n de «juntas insutreccionaleso regionales aut6nomas, defensoras de los derechos de Fernando VII, cuya méxima expresién se consituy6 bajo el titulo de Junta Central» o «Suprema de Espafiae Indias», Cone avance del ercito de Napolebn la © La Caneta Edis, Probbila sw repeaduccidn wal 0 pia a Escaneado con CamScanner Anouo Liow Armionntia Qxuz 2. Juntas por doquier La Junta Central quiso construir un gobierno provisional con la participacién de los americanos; no tanto por cuestiones de equidad sino, ante todo, por la necesidad de su apoyo y como segura retaguardia contra el avance francés. Aunque la representacién no logré concretarse, la existencia de un acio de poder en la peninsula se constituyé en visién y conviccién de habitantes hispanoamericanos. En consecuencia, desde 1808 es! fidelidad a Fernando. VII y prometieron. salvaguardar-el territorio contra cualquier amenaza externa. Qcurrié asi en, México, Montevideo, Buenos Aires, Santa Fe (septiembre 11. de 1809) y Popaydn (octubre 29 de 1809); pero en Charcas (mayo 25 de 1809) y La Pa: insurrecciones; en Casanare, jévenes_patriotas, socorranos intentaron un levantamiento armado; en Caracas, un, movimiento de notables fracas6 en Su intento de instalar una junta de gobierno ante la respuesta décisiva de la Capitania General, yen Quito (agosto 10 de 1809), aparecié una clara tendencia autonomista: se configurd un tipico golpe de Estado ‘que, sibien fue doblegado pot fuerzas realistas enviadas desde el Pers, reclamé el derecho de la provincia a gobernarse por 48 © La Care Bases, Prhiila su cepa ttl parcial 16 de 1809) estallaron.. IBIO- MAEVE Ay s{misma y animé los movimientos suscitados a continuacign, enla Nueva Granada. Asi,entonces, la solicitud hecha porla Junta Suprema alas administraciones territoriales del continente, consistente en aclecci6n de un diputado como su representante, se convirtig en motivo de descontento y reclamo. A ella se refirié Ignacio de Herrera, sindico procurador del Cabildo 7 hoe Fycon un apasionado documento que cuestiona la administracién colonial y muestra el germen de la emancipacién”. Méstarde, el Cabo le confé a Camilo Tortes una respuesta sustentada que se convirtié en el afamado «Memorial de Agraviosy (Aoviembre20de 1809), un escrito que, en sentir dé su posterior editor, «iluminé el espiritu de muchos, puso en actividad la raz6n de otros (...), nos hizo conocer el oprobio de vivir en la dependencia de un gobierno lejano, esencialmente injusto, avaro i parcial (...), i fortaleci6 el dnimo de los pocos determinados a no dejar perder la ocasién que presentaba la situacién apurdda de la peninsula...»" En 1810 la autonomia se convitti6 en el grito generalizado de las juntas americanas. El movimiento se inicié en Caracas (abril 19), siguié en Buenos Aires (mayo 25) y cobijé con una cl inusitada a la Nueva Granada: Cali Gjulio 3), Pamplona Giulio 4), Villa del Socorro (julio 11), y Santa Fe (julio 20)", TO. «Reflexiones que hace un americano imparcial al diputado de este Reino de Granada para que las tenga presentes en su delicada isin». Reproducido por Arciniegas, 1972: 45 a 75. 11. Citado por Umafia, E. (1952: 59 y 60). 12. Aunque la creacién de la Junta en Cartagena de Indias es posterior a la de Santa Fe, Ia ciudad expulsé al gobernador en mayo 22 de 1810 e inicié un proceso de autogobierno ante el Consejo de © La CaretaEdoes, Probida ss repenlocen taal o parcial # Escaneado con CamScanner Anouro Lion Arinoxrda Cruz Crea Junta ena cay del virreinato, muchas po- blaciones se de hacer lo propio: Neiva, San Juan Girdn y Tunja, en julio de 1810; Mompox, Santa Marta, Popaysin y Santa Fe de Antioquia, en agosto; Quibd6, Timand, Soaté, Pore y Névita en septiembre (Quintero/Martinez, 2008). En toda Suramérica, el territorio hispano qued6 bajo el control de juntas locales de gobierno, con excepcién del Perd. Las campanas de la independencia tocaban a rebato. 3. Lachispaque produce la hoguera Los hechos del 20 de julio de 1810 encontraron su punto de partida en la casa de José Gonzélez Llorente; mas exactamente, en su establecimiento de comercio. Llegaron hasta alli Francisco Morales Fernandez y sus hijos Francisco y Antonio Morales Galavis, con el pretexto de solicitar en préstamo un florero que habria de adornar la mesa central del banquete que preparaban para la bienvenida del ‘Comisatio Regio Antonio Villavicencio, un representante de faJunta Suprema de Sevilla y del Consejo de Regencia, quien regresaba al Virreinato de la Nueva Granada conel propésito de solicitar apoyo y fidelidad al rey Fernando VII, caido en desgracia y preso por Napoleén al ocupar Espafia. Regencia en presencia de Antonio Villavicencio. Mompox depuso ‘al comandante militar el 24 de junio de 1810 pero la constitucién de 4a Junta esperé hasta agosto. 50 © La Comets Btn, Prob a epdacién rr 0 pac 1810: w RevouUciGn na NACI La negativa del espafiol Gonzilez originé un serio cruce de palabras con los hermanos Morales Galavis, el cual termin6 enun enfrentamiento a golpes bastante desventajoso para el primero. En este punto, sin embargo, los relatos son discordantes. Segtin afirma José Acevedo y Gémez, fue Luis Rubio quien solicits el florero en préstamo. De acuerdo con otras fuentes, fue Pantaleén Santamaria y no los Morales (Posada, 1914: 5). Para algunos testigos, el chapetén se neg con decencia y naturalidad; los criollos intentaron provocarlo pero Gonzilez, anciano y temeroso, no respondi6. La gresca se desat6 cuando un ilustre criollo pasé por el lugar y saludé a Gonzélez Llorente en medio de la disciision. Los Morales Galavis le recriminaron y pidieron a gritos que no era posi-, ble que un americano saludara de tan cortés forma a un _chapetn que acababa de insultara los nacidos en América ‘Fide negarse a prestar-un florero para recibir a otro ameri- ‘cano enviado por la Junta defensora de Fernando-VIl."En esto sicoinciden las fuentes: Antonio Morales salté el mos- trador y «harté de palos» al chapetén; su padre y su herma- no salierona la plaza y denunciaron a viva vozeel ultraje que habia proferido el comerciante. Francisco José de Caldas, sefialado ademés por un tes- tigo anénimo como el tinico «granadino ilustre» que pre- sencié directamente lo sucedido®, relata de la siguiente forma el inicio de los hechos en su «Diario Politico de San- ta Fe de Bogoté»: 13. Véase: «La revolucién del 20 de julio de 1810, referida por un testigo ocular», en Boletin de Historia y antigiedades, tomo Vit, Bogotd, Academia Colombiana de Historia, 1913. © La Camees Editores. Probibida eu epraduccita toa o parcial 5 Escaneado con CamScanner Apouo Laos Aniioniva Cxue lorente con el eno mpo pasé un americano, que sucedido, hizo una cortesia de urbanidad a este expafiol; en el momento fue reprendido por don Francisco Morales, y salté la chispa que formé cl incendio y nuestea lic bertad. Todos se agolpan a la tienda de Llorente; los gritos atraen mis gente, y en un momento se vio un pueblo nume- 1060, reunido ¢ indignado contra este espaiiol y sus amigos- Trabajo costé a don José Moledo aquietar por este instante las ainimos e impedir las funestas consecuencias que s¢ te- rian. Llorente se refugié en Ia casa inmediata de don Lo- renzo Marroquin (Caldas, 1996: 118). “Blerror de Gonzélez Llorenite fue intentar el retorno a su casa cuando creyé sosegado el bullicio. Se mud6 de ropa y se hizo trasladar en una silla de manos para que no fuera reconocido. Al salir de su refugio, sin embargo, um hombre sin. pagina en la historia, «uno de la plebe» como dice Caldas~ loidentificé y lo sefialé ante la gente que permanecia ind6mita. ««Apenas entré su casa cuando un pueblo inmenso se hallaba al frente de ella resuelto a ponerlo presoy tal veza asesinatlo» (Caldas, ibid). Por primera vez, en forma abierta y sin temor, se.escuch6 en Jas calles-de Santa‘Fe'el-grito-que-Bolivarclegitimésinds tarde: «muerte a Jos chapetones*=ba «gleba», la «chusma>, como s¢ le lamaba entonces, pidid enardecida la prision de Gonzilez Llorente-para_permitirle su. vida. Arroj6.piedras contra los ventanales-y-vitrinas de su tienda'y amenaz6 con 52 (© La Cameta Edirne. Probie su eproducein tual o parcial | 1810: a evCuLyy, ty My aise porta fuerza en ella sino se leentregat, a ee Miguel Pey, alcalde ordinario de la ci ia fol, desde el balcén de la casa de Gonzilez ee tl, wy, onces ofp llevarlo a pesn para cali ls ics. Fae conquista de los amotinados- u 4. Lasgentes de fa plaza iQuién cra esa «gleba», esa «chusma» que e129 ine de 1810 la emprendié contra el espafiol José Gog. Llorente? La Plaza Mayor reunia en su costado norte, fens casa de Gonzilez Llorente, puestos de venta divi tvatro secciones: de carne y sebo para velas, de avessdefge ¥ legumbres,y-de-algod6n, hilados, telas; sombregy sfecciones, artesanalesEsa era la gente inicialneny congregada en un viernes de mercado: tendetos, artes campesinos ¢ indigenas con sus productos a cues, matanceros, pulperos, verduleras y yerbateras. Enel costado sur dela plaza, entre el Cuartode Amas cArcel y la Real Audiencia, funcionaban algunas chichers, expendios de licor casero que, precisamente por ratanede undia de mercado, se encontraban seguramente abaroads En el centro de Ia plaza se ubicaba el «mono de la pis, fuente de agua hasta la cual lleg s mujeres mas pokes para cargar el liquido imprescindible en sus hogaresyacze alrededor se paraban los desocupados, albariles, bracers} © La Cameta Edizores,Proubida vu epreuccie toa o parcial 3 a L _ Escaneado con CamScanner avceso L206 ATIHORTOA CH? de menor rango a q ‘Fueron, sin duda, la chispa de la revoluci6n. 5. Unestallido popular iCémo se explica ese stbito levantamiento, aquella respuesta espontinea de esta gente, movilizadora ¥ Contundente, ante la agitacién del hecho? Quienes piensan como el patriarc Marquez, argumentan que algunos in bé> actuaron pagados por los lideres de -n otofio de Garcia drentamiento 0 grac auténticos agitadores prepar: rovilizaciones populares sin sentido ni causa. S concepcidn de que el pueblo no obra nunca por Ln conciencia de sus reivindicaciones, sino por el empujc oportunista de quienes utilizan su descontento; por la paga. yy los més bajos intereses"*. Ti: To vieron ax, por ejemplo, Manuel Marfa Farto y José Antonio de Tones, testigos de la parte reaista no pocas veces asimilados por thuestos historiadores. En algunos pasajes de su relato, el porque con nitidez ensefia sus limitacionesy te; 2 cémo Torres y Lozano no cuentanensus planes ‘con él pueblo, mientras Benitez llama la atencién a Herrera des- confiando de la concurrencia efectiva de la gente que, por cierto, 17. Citada por Liévano (1972: 563, t-.2) 60 (© Le Carrots Eitores, Prohibia sa reproduceiém total o parcial ONS {810 eRe.Cuey, ja esperanza ce Rosillo,refire mésal regimen dosdirigi esporBnraya que al pueblo misna Sinan tl urdéan un plan, nunca pensaron en movilzar con gy "Sly tual puebloy menos imaginaron surespuesta ving La conjura del 20 de julio fue acordada en sy iniciales coitio consecuencia del desespero ante yy captura de losidentificados conspiadorescriollog ne un acto movilizador de la opinién con ae om independencia. Entre otras cosas, porque conocian 2a el riesgo de incitar rencores y cuestionar ante fy me privilegio de los esparioles que en diversos aspectg comparable con el propio. No solo permanecia VIVO E ecu h eg Cuando Camilo Torres se reclamaba en el «Memo de agravios» «tan espafiol como los hijos de don Pelayo, «descendiente de los que han derramado su sangre por aia, estos nuevos dominios a la corona espafiola» «tan acreedors Por esta raz6n a las distinciones, privilegios y prerrogativas dt con los hijos de europeos que hoy pueblan estas rcas possi act eer ee a Escaneado con CamScanner ‘Aboud LEON ATaioettA Chur Esto no es, sin embargo, un reptoche, A los 1810 hay'que entendetlos ens hombres de a tay cue osector social. Eneste sentido, ellos intexpretaron muy bi = ta stuacion que se les presertaba, En primer lugael aspect central. era.el-agotamiento-del ord Sa len-y: del: poder colonial {a imeversible, lo légico era reemplazaren el poder politico quel aristocracia criolla aspirase a a los personajes que carecfan ya de for iso juridico, cuando no de poder ec: ,_ Las condiciones histéticas en que se produjo la conquistay “Consiguiente colonizacién de América, més.a cuenta, sangre ¥ tiesgo de los particulares que de la corona, el lerecho de Posesién sobre las tierras ocupadas heredado generacionalmente en virtud al empefio individual (pensamiento de ser acteedoral libre albedrio en sus dominios por haberlos conquistado, «pacificado» y puesto en produccién sin colaboracién de la corona); la oposicién porello y de siempre al destino a que querian someterlos autoridades «intrusas € ignorantes» de su realidad", dibujaron a través de su fortalecimiento econémico y bajo otras causas ¢ influencias, rtaleza, representatividad 18. Obsérvese el primer punto de la «Representacién» 0 del Comisionado Regio, don Antonio Villavicencio al Consejo de Regencia, 24 de mayo de 1810. En, Boletia Historia, Afio I, No. 12, Cartagena, 1916. 62 © La Caret Biitores, Prob su eproducisa total o parcial WlOsneevuccn sence una conciencia més definida de si del antagonismo fentea la onga de disctiminacién, control e ir agenciaba (Lynch, 1983), Superar estas barreras, eliminat o al menos li injerencia ya observada como extrafia en los asuntos capitales de su direccién politica, obtener la heyemonia de gobiemo Conservando al tiempo la infraestructura econémica que Sustentaba su poder de dominacién, encerraba Para la elite "Y W TA do 7. Lafuria se desata Lamanera como empezaron a desarrollarse los hechos en 120de julio santaferefio, asi como su promocié: figurar como mds viable objetivo la generacién de un: desorden que exigiera del virrey la convocatoria a Cabildo extraordinario. Segtin algunas fuentes, el alcalde Pey, criollo yvicepresidente posterior de la Junta Suprema», solo aparece enescena a pedido del Virrey, lo mismo que Camilo Torres y Joaquin Camacho, quienes le acompaiian al alcalde con el fin de «pacificar a la gente». Lasola presin lograda sobre Gonzalez Llorente, preferido de Amar y de probada lealtad por el rechazo en junta de notables a la timida insurgencia Quitefia, podia pretender méritos suficientes para arrancar en Cabildo, la Junta Suprema que tanto anhelaban los neogranadinos de la capital, usando 6 © La Cares Bors, Poids mu epic total o pri 1810; Mt REVOLUGEN NI NACION como armas los diséursoé elocuentes, el fantasma del des- contento popular, elantecedente de Cartagena aceptado por Villavicencio y los sucesos del Socorro y Pamplona. Sin embargo, los hechos se desbordaron. Obtenida la prisién. de Gonzilez Llorente, el pueblo siguié su rumbo y rebos6 su ‘accionar: «no aguardaron orden de nadie porque ya no fespetaban autoridad ninguna»® y descargaron toda su ira eeenrta Las casas de los espatioles. Asf fuese bajo la influencia cmocional del ardoroso momento y la primera conquista, por «conciencia vindicativa» 0 azuzada por la instigacién de criollos mas comprometidos como José Marfa Carbonell, del esctibano Garcia, del Presbitero Francisco Javier Gémez, de Jgnacio Herrera y Primo Groot, a quienes la historiografia tradicional reconoce como los «chisperos del 20 de julio» (Abella, 1964: 136), la multitud empez6 a pedir la prisién o las cabezas del regente Juan Hernandez de Alba y de los oidores Frias, Infiesta y Trillo, peticion de garganta que transformé en hechos coittra sus propiedades; rompieron vidrieras, forzaron puertas ¢ intentaron aplicar justicia con sus propias ‘manos saqueando tiendas y almacenes de espafioles. Asfse supo quign era quién en la jornada histérica. Hacia las tres de la tarde, ~dice Liévano Aguirre la situacién tomé visos més alarmantes, porque las multitudes comenzaron a olvidarse de las autoridades y la dinimica de la ia y de la injusticia los indujo a prescindir de toda distincién, de manera que los-magnates criollos de la capital temieron, con sobrada razén, que pronto les legaria-el turn de sufrir_el impacto de la inconformidad. popular, Hacia las 20. “Testigo ocular». En, Ortega, 1960: 165. © La Comers Elitores. Pride eu repraduccion total 0 parcial 67 Escaneado con CamScanner ‘Abou Leds Arpionnda Cru sepistolares: «Los hombres més ilustrados», «los patriotas, estaban «somprendides de asombro y tan azorados ‘como los mismos delincuentes a quienes perseguta el pueblos?! 8. Por qué no obrs el ejército? El regente Hernandez de Alba, convocado por el Virrey Para analizar la situaci6n ocurrida en la villa del Socorro, opind ala vispera que los americanos eran perros sin dientes: «laten Perono muerden». Tres horas antes de la reyerta en la tienda de Gonzilez Llorente aseguré, también, que «la conmocién Popular que se teme esté muy lejos». Pensaba en los criollos, nocontaba con el pueblo. Sino se descargé la represién.contra los primeros gritos en la plaza, fue porque el Virrey y los oidores no calcularon la magnitud del accionar popular, porque no Presupuestaron el arrebato de tres siglos de dominacién, el estado de animo que se desbord6 hasta lo imprevisto. No conocian la logica del descontento represado, una dialéctica natural aplicada a la historia. Crefan conocer. los criollos de In lite pero desconoctan a la plebe de la plaza. 21. Acevedo y Gémez: Carta a don JM. Real de Cartagena. En Orcega, 1960: 170 68 © La Cone Bleu iia pedi tl pci fue la clara impresiGn que dibujs Acevedo y 1B10:raREveHI CHAN “Total que el Virrey se abstuvo de ordenar la respuesta re. presiva que Samano esperaba y s6lo dispuso la intervencin del alcalde ordinario, José Miguel Pey, cuando las puertas de la casa de Gonzdlez Llorente estaban a punto de ser derribadas”. Pero su comisi6n, consistente segéin Caldas en «sosegat este tumulto y salvar la vida de este hombre desgra- ciado» (Caldas, 1996: 118) no tuvo mejores efectos: al pueblo no lo contenia nadie; por el contrario, su imritaci6n trascendia a tal extremo que fue preciso ceder y se gest6 asi la primera transacci6ny la primera conquista del levantamiento: los amo- tinados se comprometieron a respetar a vida de Gonzdlez Lborente cuandoel alcalde lo redujoa prision. No obstante, sien el caso de Gonzalez Llorente la deci- sién del Vitrey se explica por la confianza errada en que el alboroto se aplacaria finalmente o que, enel peor de losca- “sos, todo cuanto se procuraba era el minimo incidente que obligara a la convocatoria de Cabildo, Zpor qué no obté, en- tonces, cuando el pueblo descarg6 toda su furia contra los oidores de la audiencia? iPor qué les permiti6 atacar con piedras las casas de los funcionarios espafioles y los simbolos de su poder? iPor qué no le ordené a Samano disolver a sangre y fuego el tumulto? La historiografia més tradicional, comenzandlo por José Manuel Restrepo (1969: 136), adula la actividad del virrey, al fin yal cabo, Camilo Torres y Frutos Joaquin Gutiérrez lo hicieron también en representacién de la aristocracia crioll: el mismo20 de julio ensalzaron las «virtudes, nobles cualidades 22. Relacién de D. José Gonzilez Llorente. En, Ortega, 1960: 262-263. © La Carta Faint, Profi su repro | Escaneado con CamScanner aoouo Li6s Arisnoxntia Cxuz En nuestro criterio, preferimos pasar a tres ex; om : a mos pasar a tres ¢3 5: Jos antecedentes del Socorro, la vitalidad del movimi 9 S la vitalid: wimiento cuando la vuelta hacia atrés era i 4 fuerzas en armas. ra imposible, y la divisién de las La Nueva Granada amenaza con incendiarse. 9 Arde Socorro Asaltado por el temor de una insurgencia en la villa del Socorro ya instancias del oidor Heréndez de Alba, el vitey. habia nombrado_un_afto antes a. José Valdés Posada.como dor de esa provincia, a efecto de que develara y por la fuerza cualquier tentativa de trastorno- fa guarnici6n de'la ciudad y puso bajo ia «a los mas notables y patriotas spechaba tuviesen ideas sediciosas al latente Valdés reforz6 | estrecha vigilanci: ciudadanos», de quienes so (Rodriguez, 1963: 21-22). La decisién obedecié enfrentamiento que de hecho surgié entre Valdés y la Sigenciacriolla de Socorro por losmotivos doe Valdés era el «aparecido» que llegaba a edespojar al propietario» de sus atribuciones’*. De: ‘modo que, en forma abierta © inapelable, TG Ver: «Acta de Independencia», 1810. ' 74, José Acevedo y Gomes, «Cartas don Antonio Villavicencior, julio 19 de 1810, en Ortega, 1960: 133. sca Edn rin reponse PS 0 oo nm 1810: ni Revouvcrin NACI se desarroll6 pot parte del corregidor la prevencién de cual- quier insurgencia por la fuerza. ‘Ante esta situaci6n, como cn Santafé; la opcién de los ctiollos fue entonces la legalidad y el reclamo en el Ayun- tamiento, El26de mayo de 1810, el Cabildo pidié a Valdes yal tenience de tropas Fominaya explicar las «novedades» vye tan manifesta hostilidads, recibiendo como respues- tal reforzamiento de Ia tropa-Escribieron seguidamente I Virey «suplicindole con el més vivo empefiolibrase una providencia a fin de tranquilizr los énimos conmovidos poets preparative hostles que observaban ene cortegi- ii ntaron «tran- los alcaldi 10 recibirfa «el menor ssOFeS». > a Valdés, asegurandole que i¢ nuestra parte y que jamas seremos agre: sumisiOn a la justicia y los votos v sta causa de la nacién que es, ha q agravio d Reiteraron, ademés, su por el buen éxito del: sido y seré la nuestra» £19 de julienlas horas de la noche, tescarapesinos hone bres sin pagina en la historia, pasaron frente a los cuarteles de Valdés Elinmediato fequerimiento que desde el bale6n es lane varon les sotdadlos del régimen con la amcnaza de hacer fuego, “Terramé el descontento popularante cl estado: armado y desitio aque por meses se habia ahogado. La protest presentada en Ia bocacalle de los cuarteles, fue recibida con descargas de fusilera, Sin ds respuesta que ls picdras. Era una mucste fehaciente dll valor del pueblo, de su arrojoespontéico Pero decidilo. Socorro al Vierey» +Oficio de JB. rque el corregidos sintiéndose inseguro 6 resquardarse en el convento capuchi- Yeneraci6n se convirti, entonces, en odio.El pueblo ti6 al convento y se dis USO. pasar por cuchilloa cuantos se en dentro, a destruirlo piedta por piedra. Pascual 70 de los hechos, dejé para la historia Constancia sobre el coraje de las gentes: caftones de guadua liada con bejucos y tirando piedras entre carga ¥ carga. Cuando las primeras noticias de la masacee legaron a , Cabrera, Simacota, Palmas, Paramo, Pinchote y confi hombres revivieron la gesta de Galin armandose de ma- chetes, lanzas, hondas, chuzos y piedas (Afanador, 1990: 21). Bien pronto Valdés y sus fusileros se hallaron sin escapa- totia, rodeados por mas de ocho mil insurrectos que prepara- ban escaleras para tomar el convento por asalto, sin temor a las balas y sin dar ofdo a los criollos que pedian de los 26. «Memorial del Cabildo del Socorro al Vierey», ibid., 24. 2 © La Camera Baitres. Prolbida su seproducin total pati T Tape Ad Berle vents | a{euala B rece, Soma watos OFckola wrurner dtu de, Lor clows seoedr, 1810 evoUTIEN Ay espaftoles una réadicién sin sangre. Finalmente vencié esta iltima opcin y el corregidor Valdés, el Teniente Antonia Fominaya y el Alférez Mariano Ruiz quedaron presos en la administracién muni c rro dio asf el primer grito de emancipacién en Colombia. De modo que el Virrey sabia de sobra una lecci6n. El tra- tamiento opresivo y de fusilerfa dado a un pequefio tumulto enlavilla del Socorro, se convirti6 de la noche a la maitana en cindario del pueblo, la provincia entera, se m contadas horas para lavar la sangre de.los recelo ante una posible avanzada de la prov concluirse cuanto antes su ambicié ‘ efantasma» de Los Comuneros rondaba en la memoria, Hernéndez de Al plebe santafere Independencia» se destacé preferencialmente la relaciga de estos sucesos como causa de la furia 1i6 a sangre fria en José Valdés, usando la fuerza © La Camera Editors, Prbibia ov reo Escaneado con CamScanner ‘pou Loon ArmorTda Chur mula que tesumis después con medio si a iglo de experienci: Maria Samper en su era radical; I f6rmula aa cena Morillo en 1816 y que le costé suiderrota:, es £ Ninguna rebelién se comba porque alrededor de cada patibulo que se a hereto mepeclat 4 i por cada pro e se decreta, aparecen insurreccionados mas. Jamis la politica de la compresic del rigor produjo en las sociedades sino explosiones ¢ incendi (Gamper, 1853: 325). i La «historia patria», al concentrar su atencién en los sucesos de Bogota, ha olvidado.a menudo los acontecimientos del Socorro y los ha despojado de la importancia que merecen. Ellos abrieron las puertas al 20 de santaferefio como lo reconoce Acevedo y Gémez en misiva a su primo Miguel “Tadeo: «Somos libres. Se complets la obra que comenz6 esa ilustre provincia»”. gneeke Bethan: Leia g colomione ce deseaced ro’ lo svereceren delos COMMORD & 141 L Cscone)) 10. Cabildo extraordinario o Cabildo abierto El pueblo santaferefio no era tampoco un rebafio facil de dominar en ese instante. A despecho de quienes prefieren enaltecer una supuesta actitud «prudente, «benévola» 0 Ti Jos! Acevedo y Gémez, carta asu primo Miguel Tadeo Omer, julio 21 de 1810. En, AA. VV. (1996: 113) 4 (© La Carrets Editores.Probbida eu reproduccion total o parcial , 1810: xr rEvoUNaon NIAC ecobarde del virrey Amat, José Acevedo y Gomez resalta la capacidad de la resistencia popular: Serian las cinco dela tarde cuando quedaron en la ciel esos hom- bres, y cuando yal corimocicn era generasima: no habit calle en tnciudad que no estuviese obstruida por el pucblo; todos e presene taban armados y hasta las mujeres ylos nif andaban cargados de piedraspidiendoagritesIacaber de Alb, Fras, Mansi Infiss, Trill, Marroquin, Loren y otros, con la libertad del magistrado oslo, Yootservé quest el Virey no mandala tropa que se esté cuarteles in ofender al pueblo, el primer paso host quieta en los Gel gobierno habria sido la sefal para que no quedase un europeo: ni ninguno de los americanos aduladores défantiguo sistema’, ‘Astlas cosas, el poder del pueblo apareci6 vestido de gala su fuerza irte- enlas calles de Santa Fe aquel 20 de julio. De sistible, una especie de instin ion del poder esgrimido sin resistencia opositora, direccién ganada ya por José Maria Carbonell, Manuel Garcia yalgunos estudiantes del San Bartolomé, brot6 la consigna de Cabildo Abierto» contra aquella de «Junta de Notables» que proponian los criollos: ‘ode «Cabildo Extraordinario» que con- cedié el Virrey a dltima hora. Fue también el pueblo quie! tes a su materializacién cuando pas6 movil la casa del regidor José Acevedo y Gémez y lo invité a abildo Abierto. Este estaba, 1s desde el balcén de indo a la oracién it para que convocara Ci sobservando todos los movimiento: su residencia», como lo reconoce, «cua! TB. Joxd Acevedo y Gémes, carta a Carlos Moneta, agosto Sde 1810. En, Ortega, 1960: 173-174. eit tral 0 parcial 5 _,, © La Caneta Editors, Poids epro Escaneado con CamScanner ccarecis de las proyecciones revolucionatias esperadas «porque ‘gran parte de la gleba que intervino en esta primera fase del regresara sus pueblos al u 1972: Nol, 371) -Por tno dsp lencias y almacenes «comenzz if Popular procedié a nombrarla «Junta de Gobiemo integrada Por personas que ni siquiera se habfan aproximado al ayuntamiento, En estas circunstancias, afirma Liévano, eel hecho tenfa todas las caracteristicas de una victoria fugaze: los grupos de gente que todeaban el Cabildo eran cada vez ms escasos yalmismo Acevedo y Gémeze habia sido imposible conseguir ue los regidores y la mayorfa de los vocales nombrados se tasladaran al lugarde los acontecimientos» (Liévano, 1972: Vol. II, 574). Para Liévano, es este el momento en que sinesperadamente» irrumpen nuevas fuerzas, gracias a la actividad politica de José Maria Carbonell: una muchedumibre que transforma la propuesta de junta de Notables» en , ‘Veamos ahora cémo es posible contradecir su interpreta ci6n. En primer lugar, el testimonio de Farto muestra a todas luces un acérrimo odio no solo por el «populackio» sino en general por la causa americana. En tal vitud, es justfcable que demerite la presencia del pueblo, que ridiculice su canti- dad o que denigre de su participacién consciente presentin- dola como comprada, amedrentada o engaftada. En Ligvano pudo obrar cierto tipo de historiografia que ha acogido sin discusin este telato para resaltar las cualidades de Acevedo cen desmedro de la participacién populat. Pero, en contra de este testimonio, otras versiones igualmente dicen el céleulo de asi Joaquin Carrién y Moreno, ela gente que se habi la plaza» cuando empez6 su discurso Acevedo setecientas u ochocientas personase™." Para Caldas, por el contrato, a presencia y acciona dg las gentes del pueblo es continua y crec beligerancia con el pasode las horas, graciasa la agitacisn sin, 30. Tnforme del Oidor D. Joaquin Carrién y Moreno al Cons de Regencia, en Ortega, 1960: 204. Escaneado con CamScanner Amisde loanterior, Liévano olvidé el testimonio masimpor- tante: eldel propio Acevedo y Gomez, quien en fragmento citado parcialmente con anterioridad, advierte que «la plaza estaba com- pletamente llena de gente y las calles no daban paso»”". El vibrante discurso de Acevedo y Gémez, mas que a la poblacién, estuvo dirigido a «los hombres mas ilustres y patriotas» que, «asustados por un espectéculo tan nuevo, se habfan retirado a los retretes mas rec6nditos de sus casas»”. Si no aprovechaban la movilizacién popular para crear la nueva junta de gobierno, la c4rcel era la perspectiva més segura. 1. La divisién de Ia tropa y el valor de las mujeres F120 de julio, poco después del medio dia, la resistencia del Virrey comenz6 a desmoronarse. Los hombres fuertes de FI. José Acevedo y Gémez, carta a su primo Miguel Tadeo Gomez, julio 21 de 1810, en AA. VV. (1996: 114). 32, Carta a don Carlos Montéfar, en Ortega, 1960: 174 B © La Caizeta Batores, robb su repreducelin tal 0 pai 1810: Mi REVOLUCION NI NACION su gobierno, los oidores, eran perseguidos por el pueblo que atacaba sus casas. Algunos fueron detenidos y otros corrie~ conderse. El secretario privado del Virrey, el capitén er golpe en las entrafias del poder: Ia instalaci6n de la Junta. El coro- nel José Moledoy/ayudante de SAmano, se neg6 a utilizar su tropa en contra de la gente que cocupaba la calle y manifest6 su simpatia por lasolicitud de los criollos. Es més, se present6 al Cabildo y fue no! fonio Baraya,auien: sacé si {a plaza, estaba con el movimiento y era parien ron a esc {José Leyva, asest6 el prim sedeclar6 de acuerdo con sus hombres del Batallén. Auxiliara te de los prin- cipales insurrectos. Pese a la divisién existente en elseno del efército, algunos hombres de la tropa intentaron cargar contra fa multitud pero comprendieron de ininediato que la agresién era un sucidio: gentes del pueblo rodeaban ya el parque de artillerta endonde ee encontraban Ia munici6n y los cafiones para impedir que timonio de Caldas éstos fueran conducidos a la plaza. El test (1992:120) es contundente: y que sentimos no + cuyo nombre ignoramos, as de su Sexo, y en su presencia tomé de la mano su dijo: ve a morir con los hombre: marcharemos adelante; presentaremos nu cafién; que la metralla descargue sobre nosotras, que nos siguen y a quienes hemos salvado de la descarga, pasen sobre nuestros cadaveres, que se apoderen de | la artlleriay libren a la patria. *Sepin otras fuentes, era esa mujer una «morena esbelta y cimbreante; de ojos negros y vivos, de sensual boca, amante stros pechos al ylos hombres a © La Carta Eaicores, Prokibia su reprodeccida tral o parcial 19 vabrado vocal de la junta. El capitén/An-| Escaneado con CamScanner Agouo Lats Armonia Qe fase, quien huysen su compaiiia cuan- Rogresé sola al paisen 1797 y fue rodat por el suelo la escasa mo pa lealal vtreinato. ) ce dela jomada, la poblaci6n movilizadaen la su propia seguridad. Las campanas de todas antorchasy estaban armadbos de pufales y segin las fuentes, cho mil personas en de los una comisiin el recinto palaciego para pedir Cabildo Abierto, prefirié negociar con los eriollos. Autoriz6 el Cabildo Extraordinario y acept6 el consejo del Oidor Jurado, simpatizante de la Junta: «conceda excelencia cuanto el pueblo pida si quiere salvarsu vida y sus intereses» (Liévano, : vol. 579). g Enadelante,elacuerdo del Cabildo tomé forma juriica. EL Virrey se negé a asistir en persona alegando enfermedad, pero nombré como representante al Oidor jurado. Accedi ta Junta y acept6 su presidencia por propuesta de Ca Torres y Acevedo. Finalmente autoriz6 que la custodia del parque de arillerale fuera entregada addon José Ayala, criollo partidario de la Junta, quien desalojé a la tropa que se cencontraba apostada en éleskas ues mediaide la mafia 80 Ls Clea Biro, Pla m paca wo pc B10: MREOULEE Sy ; junta Suprema del Nuvo Rey de ast De xroravirey Amar y Borin, a) Gana ee Manly lif eS eri ae ney Carrion a la Suprema Juntaen iperes unto con Albay E25 c age Sues ee 12, dunta de notables vs Junta popular ‘Agartr del 21 dejulio los hechos tomaron connot nunca sospechadas siquiera por la antada el cri implicaba a todas luces, Institucionaliz6, simplemen : comparido entre el Virey y la dirigencia de dlurarfamuypoco. La Junta fue protocol yelpropio Amat yBorbn prest6sujurame virreinal. Pocodespués, sin embargo, las m Carbonell ocuparon de nuevo la Plaza. pactado por el patrciado criollo, las m pedéan ahora la prsign de Amar, de los del canénigo Rosillo. A falta de una a confundida Junta no podia emitis, las la tarea por su propia mano. Llevare © La Care Elis Pils peu wl yi a Escaneado con CamScanner on Ammonia Caz Conestos actosse inici6 una especie de situacién revolt naa que tuvo como sede un vj local en bart San yictorino. A semejanza de la «Sociedad Patristica» 1 ‘Cara veep paricipacion diectade Bolivayseinsaléel2de sala Junta Popular santaeretia que desi aa eee se pae a Catbonellydiscuti6 a voz en cuello, por Paacieve der eva Granada, la declaraciGn de Independencia En cn Mtanto la (Liévano, 597-598). Fue en vano. El pueblo habia vuelto ala plaza ¥ pedia la ‘og de la Corona y el juicio a prisi6n de otros. funcionaric Pr octin el auliador de Conzéle: Llorente, Pid el registro aaarios domiiis bajo la sospecha de que guardaban ames tse exigs el allanamiento de las moradas ce los Oidores para buscar los expedientes patriotas, asi como las causas criminales. Carbonel con més de setenta artic libertad y a igualdad sin distinci6n de personas. entonces, cuatro: escuadro- mando de Eldfa 23, la jue se hubiesen iniciado contra los ives del Acuerdo para examinat las Il, en persona, present un pliego centre los cuales sobresalfan la La «Junta Suprema» organiz6, nes con 150 hombres y «una fuerza dea caballo» a patricios erillos; se convoc6 un regimiento d santa Guardia Nacional> cuyo teclutamiento se encarg6 @ Baraya con base en la anuencia que sobre [os individuos si- rantara [a Junta Suprema y se puso al frente de ellos 2 uno “eta Comets Bio. Poida su seroccin cr peso 83 Escaneado con CamScanner ATH A Chase de los mayores hacendados dy nian los voluntarios hes populares y Los di na, de donde prove- Con el propdsito de frenar las aspiracio- 5 = yobstaculi dora de Catbonell. Ties, is iulio ~dice Caldas~la caballenia velabaen tes peligrosos» mientras las reuniones tumultunsiae ‘an el paso a la calma y la serenidad, Derepente, en la tarde del 25 de jul io, surgi el rumor de ave fguardia de honor que conservaba Amat habia cargado con bala sus fusiles y preparaba los cafiones, De nuevo una marca de pueblo enfurecido, campanas.a rebatoy la exigencia de detener al ex virrey y a su esposn, sin que los patricios ny ngewe wo SMe los métodos de conquista y coloni- sural colonial, los sistemas de pro. bajo, el aislamicnto geografico y como determinadas formas de iales, demogtaficos y étnicos, con, — Lee eee desarollohistGrico, nota bles diferencias regionales que eee ita heterogeneidad social y cultural en! ae deluindee dencia granadina. Desde luego, esas aoe no solo se Seprsarn en corn alos proyectos dels dite sus concep. ciones y acciones; también se expresaron con respecto a los sectores subalternos y en el seno de éstos mismos. Mis que en a vatiedad productiva,el factor diferenciador descansaba en las relaciones que tales procesos regionalesde produccién encarnaron,, Mientras algunas actividades eco- ronen tomo a ld mani de obra esclava al némicas se edificat sclava ios, otras encajaron de manera natural di- duccién, las relaciones de tral la diversidad productiva, ast Mientras algunas precisaron formas de rel créticas y verticales, otras indujeron fo cial directa y elativamente horizontales. de indigenas o esclavos gener6 diversos conflictos. Appesat de las notorias diferencias que observaron los sec- tores sociales en el 20 de julio santa - nesenel senodelas éites neogranadinass las aristas del confli las se hicieron visibles entre encomenderos-terratenientes y mineros o entre minetos ¥ comerciantes segin la fuerza de trabajo preferi julio de 1810 mostré las diferencias: por un sguamnetas del pueblo bajo», «a plebes, «la gleba Fiore. Probl mx repre ttl» pci 9% a ee Escaneado con CamScanner Arenortta Cruz oon iente silenciosa y después protag6nica de la historia. efecto, no fueron pocos los factores que incrementaron jferencia: social, cultural, hist6rica y de intereses configu- on los estratos regionales criollos.il sistema relacional -metcanctAs/que fue asumido con tanta diversidad {ino la produccin misma, fue uno de los mas importantes; fpsviasy mecanismos de acumulacign regional no solo fueron diferentes sino, incluso, contrapuestos, Si las vias de acumulacién de riqueza eran disimiles y discordantes, los intereses necesariamente terminarfan en- frentados. No se trataba simplemente de defender 0 no la esclavitud, de perpetuar o no el concierto de indios como sis: tema productivo. Se trataba también de disputarse el control sobre el metilico y, a través de él, sobre el mercado externo, observado como altemnativa ntimero uno de acumulacién. Por consiguiente, los mecanismos de distribucién delos produc- tos y.cl estanco sobre la sal, el tabaco y eLaguardiente,:ten-> drfan que ser, igualmente, materia de contrariedades. Sind existia un centro mercantil capaz de aglutinar la com- plejidad productiva y colocarla a su servicio, ello se debia a la inexistencia de un sector de clase con cardcter nacional, con elpoder politico y econémico suficiente para implantarlo. A la hora de la verdad, cuando se piensa en términos de «nacién», as diferencias econémicas regionales no.pesan tanto.como la ausencia de un sector apto para salvar las diferencias'sicio- -culturales ¢.imponer.su.dominacién.o hegemonfa: A falta de una élite criolla con proyecto nacional unificado, el momento dela independencia dejé al. desnudo diversas élites regionales 34 © La Covieta Batre. Polbida au reproduc total pail 1810: x1 REVOUUCION NINACION con proyectos ¢ intereses diferentes; familias enteras Tuchan- do por el poder en su villa y en su pueblo. En 1810, por estas razones, no podia existir identidad na- cional ni unidad de criterios con respecto a los propésitos de los Cabildos. Las criollas en la Nueva Granada guarda- ban serias diferencias con respecto a sus perspectivas politi- cas y cconémicas. Algunas hubieran preferido continuar bajo Ia tutela espafiola, no solo por los beneficios adquiridos, sino también por el temor a desatar una rebelién en contra de su propio statu-quo. Otras querian la autonomia sin desafiar el poder espafiol o con la esperanza de que en algiin momento pudieran ser libres sin mayor esfuerzo. Algunas mis eran real- mente leales ala Corona ¢ ideol6gica y culturalmente atadas a su identidad con Espafia. Los mas proclives a la Indepen- dencia desde los primeros clamores de 1810, fueron bastante pocos. Se encontraban presos, como Antonio Narifio, profu- ‘g0s como Pedro Fermin de Vargas, 0 fueron perseguidos y en- carcelados después del primer triunfo, como José Maria Carbonell. No hubo, entonces, una nacién siquiera en ciernes. No solo no existia una economfa nacional con un mercado de tal indole como en la expresin nacional alemana; tampoco se habia forjado una concepcién republicana y laica que, en el sentido nacional francés o estadounidense, estuviese dispuesta a conducir el triunfo de la raz6n sobre la tradici6n. Hubo, en cambio, una eclosién de proyectos locales enredados emla continuidad hispana que se manifestaron en mili juntas defensoras, todas; de los derechos de Fernando VIL engracia de discusi6n se aceptara que 1810 marcé el inicio en. los procesos de construcci6n nacional para la América les © La Caneta Batores, Probie ss eproducciéa total o parcial 95 Escaneado con CamScanner auttonom{a

You might also like